2. BIOGRAFIA
San Agustín nació en Tagaste (Argelia actual) el 13 de noviembre del 354 y murió en Hipona el 28 de agosto del 430. Su padre,
Patricio, un pagano de posición social acomodada, que luego de una larga resistencia a la fe, hacia el final de su vida se convierte al
cristianismo. Mónica, su madre, era una devota cristiana. Al enviudar, se consagró totalmente a la conversión de su hijo Agustín. Lo
primero que enseñó a su hijo Agustín fue a orar, pero luego de verle gozar de esas santas lecciones, sufrió al ver como iba apartándose
de la Verdad hasta que su espíritu se infectó con los errores maniqueos y, su corazón, con las costumbres de la disoluta Roma. Mónica
confiando en las palabras de un Santo Obispo que le dijo: “el hijo de tantas lágrimas no puede perderse”, no cesó de tratar de convertirle
por la oración y la persuasión hasta lograrlo.
A los 32 años San Agustín entrega su persona a Dios, luego de una permanente búsqueda convirtiéndose a la fe
católica. Aunque Agustín no pensaba en el sacerdocio, fue ordenado en el 391 por el Obispo de Hipona, Valero, quien le tomó por
asistente. San Agustín es uno de los ejemplos fundamentales de la búsqueda constante de Dios, de la verdad, del conocimiento. Esta
búsqueda no la hizo en soledad sino en estrecha relación con los otros, en especial su madre Santa Mónica y sus amigos. San Agustín
dice: “Necesitamos de los otros para ser nosotros”. Esta es otra enseñanza de Agustín, la importancia de la comunidad para la vida
personal y para la búsqueda de la verdad en la reflexión y el diálogo con los otros.
Pocos hombres han poseído un corazón tan afectuoso y fraternal como el de San Agustín. Se mostraba amable con los infieles y
hasta los invitaba a comer con él, en cambio, se rehusaba a comer con los cristianos de conducta públicamente escandalosa y les
imponía las penitencias canónicas.
3. AMBIENTE HISTORICO Y
CULTURAL
A comienzos del siglo II d. C. la filosofía entró en contacto con la religión
cristiana. Los misioneros fundaron comunidades cristianas a lo largo y ancho del
Imperio Romano, inclusive en su capital, donde ya se cultivaba ampliamente la
filosofía. Este encuentro entre dos formas de pensar muy organizadas provocó
una rica síntesis cultural, no carente de dificultades. Al comienzo, hubo
sospechas mutuas, rechazos y enjuiciamientos negativos. En el fondo, el
problema que surgía con inusitada fuerza fue la relación entre razón y fe, entre
filosofía y religión. Con la aceptación del cristianismo como religión oficial del
Imperio Romano, a partir del siglo IV, el catolicismo dejó de ser una forma de
vida marginal y tuvo luz verde para sistematizarse y fundamentarse. Para ello se
sirvió de la filosofía. Desde entonces, a lo largo de toda la Edad Media se creyó
que la Filosofía era la sierva de la Teología. En efecto, el pensamiento cristiano
usó la filosofía como conocimiento preparatorio.
4. CONOCIMIENTO Y VERDAD
SEGÚN SAN AGUSTIN
La vida de San Agustín estuvo dominada por un problema especulativo: el descubrimiento de la verdad. Toda su
biografía está marcada por el permanente interés de encontrar la verdad, en un proceso de búsqueda que le condujo por
las distintas escuelas filosóficas del momento, hasta encontrarse con el cristianismo, al que consideró como la verdadera
filosofía. Pretendió encontrar la verdad auténtica; es decir, la sabiduría, porque estaba convencido de que la verdad
conduce a la felicidad. El conocimiento es una función del alma racional. El alma alcanza la verdad suprema, que para él
es Dios. Por lo tanto, la verdad tiene, al mismo tiempo, una función salvífica, ya que conduce al encuentro del hombre
con la divinidad.
Descubre que hay grados de conocimiento, pero que la verdad eterna es Dios y que para el conocimiento de las
ideas existentes en la mente divina, que rigen el mundo y la vida, es necesaria la iluminación sobrenatural. Así, se
establece el famoso triángulo agustino conformado por la trilogía Dios, verdad y alma. Dios es la verdad, la verdad se
descubre en el alma, y en el alma está Dios. Todo ello, gracias al auxilio de la gracia divina.
• Grados de conocimiento. Hay tres niveles de conocimiento: sensible, racional y contemplativo. El conocimiento
sensible se obtiene por medio de los sentidos; sin embargo no es un conocimiento verdadero sino engañoso. El
conocimiento racional se produce por el uso de la razón y toma como elemento los conocimientos sensibles; este
conocimiento es verdadero y permite el obrar humano. El conocimiento contemplativo alcanza a conocer las ideas eternas
tal cual son. Es el conocimiento objetivo de la sabiduría existente en el plan de Dios y solo es posible obtenerlo mundo
interior del hombre. Este conocimiento provoca la tranquilidad y la paz.
5. APORTES DE SAN AGUSTIN
Teoría del Tiempo
En su libro Confesiones, San Agustín señaló que el tiempo es parte de un orden dado dentro de la mente humana. Para él no hay un
presente sin pasado y mucho menos un futuro sin presente.
Debido a ello, menciona que el presente de las vivencias pasadas se mantiene en la memoria, mientras que el presente de vivencias
actuales se establece en un futuro próximo.
Con ello logró dar a entender que incluso al recordar se mantiene el hombre en un presente (revive el momento), y al soñar con
acciones futuras.
Aprendizaje del lenguaje
Aportó grandes pensamientos sobre el lenguaje humano, haciendo referencia a la manera en que los niños aprenden a hablar por medio
del entorno y asociación.
Así mismo, aseguró que mediante el habla solo se busca enseñar, porque al preguntar incluso por algo desconocido, se le permite a la
persona que tiene la respuesta reflexionar sobre lo que dirá y exponer su punto de vista libremente.
Por otra parte, señaló que mediante el lenguaje se enseña y aprende por medio del recuerdo, que se mantiene almacenado en el alma y
se exterioriza con el pensamiento, para comunicarse con las personas.
También recalcó que la oración era un método de comunicación que se mantenía en el alma, y que servía solo para comunicarse con
Dios de manera directa, para calmar preocupaciones y avivar esperanzas.
Señalamiento de la fe como búsqueda de la compresión
6. APORTES DE SAN AGUSTIN
San Agustín afirmó que se debía “creer para entender”, señalando así a la fe como el método perfecto para el entendimiento, ya que es la base de un
testimonio y verdad, mediante la razón del sentir.
Con base en ello, invitó a los cristianos a entender la realidad conforme a su fe y las doctrinas impuestas, para que notasen así que todo estaba relacionado.
Siempre y cuando la fe no fuese indiferente a la razón, se llegaría un entendimiento pleno.
Influyó en el argumento ontológico
Sus escritos relacionados con la fe cristiana, dieron fuerza al argumento ontológico, dejando claro que Dios era un ser como ningún otro podría existir, alguien
sublime y supremo, explicando a los creyentes que al conocerle se sabía la verdad.
Ilustró a Dios como eterno y conocedor de la verdad
Para San Agustín el ser humano era capaz de aprender verdades universales, incluso por encima del propio conocimiento del hombre. Por tanto al comprender
los designios de Dios, se obtenía sabiduría, porque él era la eterna verdad.
Creó una teoría del conocimiento humano
Debido a su percepción del conocimiento, creo una teoría conocida como “Iluminación Divina”, donde menciona que Dios es capaz de iluminar y brindar
conocimiento a la mente humana otorgándole las verdades divinas.
Por tanto, quien conozca a Dios y tenga seguridad de su verdad universal, puede develar misterios.
Reconoció a la sabiduría como un todo que conduce a la felicidad
Afianzado en la filosofía de Platón, comprendió a la sabiduría como una felicidad única, por tanto aseguró que el hombre al conocer la verdad sería feliz,
porque en esta también estaba el amor.