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Alternativas para llegar a un verdadero proceso de paz
1. RESOLUCIÓNN DE CONFLICTOS
ACTIVIDAD No.5
ALTERNATIVAS PARA LLEGARA UN VERDADERO PROCESO DE
PAZ
DOLLY YICELI GIL PASCUE
OLGA LUCIA ZUÑIGA RUIZ
Corporación Universitaria Minuto de Dios
Programa de Psicología
Séptimo Semestre
Guadalajara de Buga
2015
Corporación Universitaria Minuto de Dios
2. ALTERNATIVAS PARA LLEGAR A UN VERDADERO PROCESO DE PAZ
Numerosas opiniones se han dado al respecto del conflicto colombiano, expertos
en resolución de conflictos y negociaciones han opinado sobre el conflicto
colombiano y la mejor forma de resolverlo. Para algunos, la mejor forma de
resolver la violencia en Colombia es mediante el método de Resolución Interactiva
de Conflictos, el cual fue aplicado en Irlanda y Sudáfrica con resultados positivos.
Hay una deficiencia en el diagnóstico del conflicto. Se ha identificado el conflicto
colombiano de una manera errónea, que la guerra está asociada con la pobreza o
con el narcotráfico. Lo cierto es que no hay correlación entre pobreza y violencia.
La gente realmente pobre no tiene plata para hacer la guerra que hacemos los
colombianos. El narcotráfico le ha permitido a las partes financiar el escalamiento
de la guerra en las últimas décadas. Pero el conflicto colombiano existía ya, con
altos niveles de crueldad, mucho antes de que el narcotráfico entrara a la escena.
En los años sesenta se usaba como explicación del conflicto Colombiano la guerra
fría y antes de eso el famoso "partidismo".
Todos esos factores pobreza, partidismo, guerra fría, narcotráfico están asociados
al conflicto, pero no su causa. Reconocer eso es muy importante.
La causa más profunda yace en que grupos completos de la sociedad colombiana,
en todos los niveles y mucho más en lo político, han visto amenazadas o negadas
necesidades básicas como la seguridad o la inclusión y han tratado de satisfacer
esas necesidades usando métodos que amenazan las necesidades de otros, las
vías de hecho y cuando esto ocurre, se cae en una verdadera trampa colectiva de
la cual todo el mundo termina siendo víctima.
Colombia ha caído una y otra vez en este tipo de trampas. Durante la violencia
algunos usaron los medios y las fuerzas del Estado para atacar a miembros de
otros partidos. Ese fue un error mayúsculo puesto que deslegitimó, al menos en
parte, al Estado mismo. La reacción produjo el escalamiento desastroso que le
cobró la vida a cientos de miles de colombianos y produjo el conflicto como lo
conocemos hoy.
Para bajar la intensidad del conflicto armado en Colombia, el presidente debe
empezar por reconocer que los medios del Estado fueron usados ilegítimamente
en el pasado y asegurarse que en el futuro las necesidades de seguridad de los
colombianos, no justifiquen el uso ilegitimo de esos medios. Si se pierde la
legitimidad del Estado, se pierde el rumbo.
Sin embargo, cambiar en el futuro no es suficiente. También hay que sanar el
pasado si se quiere resolver el problema. Reconocer que se cometió un error,
pedir perdón y tratar de resarcir el daño requiere mucha humildad, pero no hay
3. otra salida de la trampa. El presidente, como representante del Estado, puede dar
un gran ejemplo a los colombianos reconociendo que las fuerzas del Estado
fueron usadas en el pasado de manera ilegítima y que eso fue un error. Eso no lo
haría más débil; al contrario, el verdaderamente fuerte es aquel que reconoce
errores y trata de enmendarlos.
Allí es cuando comienza el cambio. Muchos se preguntaran: ¿Por qué tiene el
presidente que excusarse cuando las guerrillas o los paras no? Porque cuando
uno comete un error uno pide perdón por lo que uno hizo, independientemente
que otros lo hagan o no. Los otros tienen que vivir con sus conciencias. Ellos
verán si tienen la fortaleza de también reconocer sus errores. Excusar nuestros
errores por los errores ajenos es solo eso, una excusa.
El conflicto actual es el resultado de lo que pasó entonces. No se puede separar.
Sólo sanando el pasado se puede cerrar esa puerta. Y las relaciones solo
comienzan a sanarse cuando nos sobreponemos a nuestras inseguridades,
aceptamos nuestros errores y pedimos perdón.
La gente tiene muchos mitos respecto al conflicto colombiano. Primer mito: ver 'La
violencia' como algo ajeno, cuando fueron los mismos colombianos matándose
mutuamente. Eso nunca ha sido sanado. 300 mil personas murieron entre los
años 1946 y el 1959. La sociedad no los ha procesado porque son parte del
conflicto actual.
Segundo mito: que era parte de la Guerra fría. El conflicto empezó antes de que
empezara la Guerra fría y no terminó cuando esta terminó.
Tercer mito: el narcotráfico. Creer que el conflicto existe porque existen las drogas.
El narcotráfico les ha dado recursos a las partes para escalar el conflicto, pero no
es su causa.
Los colombianos vamos de una excusa a otra para no reconocer lo que hay
debajo de eso: los odios y resentimientos generados porque las partes han
atentado contra las necesidades básicas del otro. Tanto la guerrilla, como los
paramilitares son el producto de las acciones del otro.
Por ejemplo, cuando 'Tirofijo' no fue a la mesa de diálogos en el año 1999, eso fue
una humillación para Pastrana. En el discurso que mandó habló de las gallinas
que perdió en Marquetalia, una de sus humillaciones personales. Recuerdo que la
reacción general fue de burla. Castaño fue humillado. Todos los colombianos nos
hemos humillado mutuamente, es eso lo que genera toda la energía que impulsa
el conflicto colombiano y los niveles de violencia se ven.
4. Para llevar a cabo un verdadero proceso de paz es y será un asunto de muchos
años. A largo plazo. No se puede hacer una negociación oficial al principio. Las
negociaciones oficiales en este tipo de conflicto son contraproducentes.
Cuando se está tratando de poner puntos en una cortada, se empieza por las
orillas y de allí se acerca hacia el centro. De la misma manera con un conflicto
como el colombiano: hay que empezar por aproximar a las personas que, a pesar
de compartir una perspectiva de las partes, no son las mismas partes. Personas
que pueden estar en desacuerdo con los métodos usados pero que están de
acuerdo con las narrativas o perspectivas que usan las partes. Un ejemplo de ese
trabajo es la llamada Resolución Interactiva de Conflictos. Con la participación de
facilitadores externos, personas que saben lo que están haciendo, se sacan de
Colombia, por cuestiones de seguridad, personas que son de la periferia de cada
una de las partes.
Es un proceso a largo plazo con el fin de crear una agenda común entre estas
personas de la periferia. Esto puede llevar cinco años, y ese proceso tienen que
blindarlo de las condiciones internas de lo que está sucediendo en la guerra, no
puede estar influido por eso. A estas personas se les enseña a escucharse
mutuamente. Que unos puedan explicar claramente, o mejor, las necesidades
básicas del otro, y cómo se las están irrespetando. Ese es el objetivo principal.
Esto tiene que ser un proceso muy discreto y metódico. Los procesos de paz
exitosos no son ejercicios de farándula sino mucho trabajo discreto y lento. Los
éxitos en Irlanda y Sudáfrica son el fruto de cientos de miles de horas de trabajo.
Estas dinámicas de Resolución Interactiva de Conflictos tienen mucho potencial,
pero hay que tener paciencia. Además no hay garantía de éxito, como en
cualquier otra cosa. Este conflicto no se creó en un año ni tampoco se va a
resolver en un año o dos. No hay soluciones mágicas.
Si la Guerra empieza en la mente de los hombres y termina allí, entonces se
necesitan suficientes hombres que acaban con la guerra en su mente. Eso
requiere voluntad política, fondos, que la gente que está liderando sepa cómo y
por qué se hace. Esos expertos existen. Pero no hay voluntad política ni nada, hay
fondos para todos menos para eso.
Tenemos que ir más más allá de la tolerancia. Tolerancia es cuando usted se
aguanta a alguien. Esto es diferente: es alguien que a usted le desagrada pero
entiende por qué le desagrada. No justifica la manera en que está actuando pero
por lo menos entiende cuales son las raíces de ese comportamiento.
Hasta que no entendamos y respetemos al otro, el problema no es solucionable.
Hay que solucionar ese sentimiento de humillación. Empezar por tomarnos en
5. serio. Esos son símbolos de necesidades básicas humanas que han sido
negadas.
Es un problema de relaciones, de cómo la gente se trata mutuamente. Si el
proceso de Resolución Interactiva de Conflictos es bueno, el 90 por ciento ya está
hecho. El otro 10 por ciento es cómo se va a hacer, cómo implementar un acuerdo
que ya existe. Esa es la negociación directa.
El modelo de negociación que funcionaria en Colombia podría ser así: primero,
hay que conseguir recursos para hacer los seminarios; segundo, hacer los talleres
cuatro o cinco veces al año con diferentes grupos del conflicto, sociedad civil, etc.;
Tercero, contratar personas expertas en este tipo de dinámicas, que conozcan el
medio, el conflicto colombiano. Se elabora una lista de personas para participar,
se les invita y se les explica las reglas básicas. Un seminario de estos dura una
semana. En un sitio seguro.
En el cuarto paso, ya el taller en sí: los facilitadores se reúnen individualmente con
cada una de las partes (primer día) y les explican unas reglas básicas. En el
segundo día se hace un análisis de necesidades básicas de cada una de las
partes. Después, se les busca respuesta a esas necesidades básicas de cada una
de las partes. El siguiente día es la búsqueda de posibles soluciones que le darían
un manejo a esas necesidades básicas humanas. El último día: cuáles son las
cosas que ayudan y previenen cada una de esas necesidades básicas humanas.
Eso se hace durante mucho tiempo con los mismos o diferentes participantes. Es
un proceso de educación. El efecto será muy poderoso para la reconciliación.
Hubo capacidad de aprendizaje, es el poder de la educación. El entendimiento de
la gente crece. Es despacio porque, como toda educación, hay que dar un tiempo
para asimilar el proceso nuevo. El proceso de aprendizaje toma tiempo,
aumentando la gente que está siendo educada.
El presente trabajo no constituye, de ninguna manera, un intento de desentrañar
los contenidos, mecanismos de operatividad, requisitos ni procedimientos de los
distintos medios de solución o resolución del conflicto colombiano, intersubjetivos
de intereses.
Es importante, finalmente, destacar que la cultura de la paz, de la mediación y la
conciliación, debe imponerse sobre la cultura del litigio, si es que esta última
pueda ser tenida como tal y no como una subcultura. La cultura del litigio, hoy en
día, está tomando un papel menos importante como se solía tener en los siglos
pasados, y así han surgido otras maneras de disolver o resolver los conflictos.
6. Bibliografía
Giraldo, Juan Fernando (2005). «Colombia in Armed Conflict?: 1946-1985». Facultad de
Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, Pontificia Universidad Javeriana(Papel
Político) 18. p. 43-78. [PDF file]
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Información sobre las Fuerzas Militares de Colombia
Bioética y conflicto armado
¡BASTA YA! Colombia: memorias de guerra y dignidad, informe del Centro Nacional de
Memoria Histórica