Atentado

1. Comunicado luego del atentado al
Gral. Ramón Rosa Rodríguez
Los Obispos miembros del Consejo Episcopal Permanente de la CEP,
asociándonos a las declaraciones ya realizadas por algunos Obispos
en sus respectivas diócesis, queremos pronunciarnos, en esta reunión
del día 19 del corriente, sobre el asesinato del general Ramón Rosa
Rodríguez y las obscuras motivaciones y maniobras que le precedieron y le
siguieron.
Asimismo, condenamos vivamente ese hecho que ha provocado un
daño irreparable a una familia que ha querido vivir en dignidad; ha
desatado una violencia irracional y antidemocrática contra las
instituciones y ha sumido a la sociedad en un gran malestar y en un peligroso
escepticismo.
Los Obispos estamos particularmente preocupados porque atentados
de este tipo revelan que el país está entrando, como otros, en el fatal
dominio de la acción de tipo mafioso. Esta posibilidad la habíamos
denunciado en la Exhortación Pastoral sobre el problema de la droga, del año
pasado.
Nos parece insensato que esta realidad catastrófica pretenda ser
ignorada o negada, cuando que ella requiere un nuevo planteamiento
estructural de la defensa social y de los entendimientos políticos por encima de
corrientes y facciones.
En todo esto está en juego no sólo la supervivencia de nuestra precaria
democracia, sino también la simple calidad de la convivencia entre los
paraguayos.
Ante esta situación, los Obispos pedimos con mucha insistencia una
acción decidida del Estado y de la sociedad.
Al Estado, una pronta, digna y eficiente reorganización de la justicia,
que no deje en la obscuridad y en la impunidad este y otros crímenes
que encadenan al país y que no son los comunes de otras épocas; y
una lucha, con hechos concretos, contra los centros de corrupción.
A la sociedad y a las familias, que fortifiquen su temple moral y el de
sus hijos; que no desmayen en su empeño democrático; que estén
dispuestas a luchar por la vigencia de los valores cristianos que les
dieron origen y vitalidad a lo largo de nuestra historia.
A las organizaciones sociales, populares y a las ONGs, Instituciones
vivas del crecimiento social, que extremen su vigilancia para impedir

2. que fuerzas criminales se apoderen del espacio que les corresponde.
Y por último, los Obispos invitamos a todos a que tengan el espíritu
de esperanza; que alimentados por las promesas del Redentor que ha
vencido al mundo de las opresiones del pecado y de la muerte - único
Salvador, el Señor Jesús - nos veamos libres de la mentira y seamos
guiados hacia una vida nueva.
Invocamos la protección de San Roque González de Santa Cruz sobre
nuestra patria y que María Santísima nos bendiga con solicitud maternal.
Asunción, Jueves 20 de octubre de 1994
Por el Consejo Episcopal Permanente.
+Pastor Cuquejo
Obispo Castrense
Secretario General