Mensaje para anunciar la venida del Papa Juan Pablo II. 8 de diciembre de 1987
1. Mensaje para aunciar la venida del Papa Juan
Pablo II
Con profunda satisfacción los Obispos del Paraguay anunciamos la
venida del Papa Juan Pablo II.
Desde hace varios años estábamos aguardando la concresión de este
anhelo largamente acariciado. Ha querido la Providencia que guía el
destino de los hombres y de los pueblos, que llegara ese momento. Y
es justamente en torno a la festividad de Caacupé, de tan cara
resonancia en el corazón del pueblo paraguayo que hacemos este
anuncio: En el mes de mayo de 1988, Dios mediante, el Papa Juan
Pablo II pisará este suelo tan querido del Paraguay.
Pero no queremos dejar de añadir a esta buena noticia algunas
consideraciones sobre la presencia del Papa entre nosotros, como la
necesidad de prepararnos ya para recibirlo como corresponde.
1. ¿QUIÉN ES EL QUE VIENE?
Para nosotros, miembros de la Iglesia Católica, esta visita no es la de
un jefe de Estado más. No se trata, tampoco, de un turista cualificado
ni mucho menos un personaje del mundo artístico, científico o literario.
El que viene es el Papa, el Sucesor de Pedro.
Por encima de cualidades personales, el carácter de Pastor Universal
que su condición de Obispo de Roma le da, hace que ésta sea la visita
del Padre, del Maestro, del Sumo Sacerdote. Por eso anunciamos
este acontecimiento pastoral identificando al ilustre huésped como "Mensajero del
Amor".
El que viene es el sucesor del Príncipe de los Apóstoles. El que viene
es el Responsable de predicar a los hombres de hoy aquella buena
noticia traida a la tierra por el Hijo de Dios hecho hombre. El que
viene es el continuador de la gran obra de la reconcilización de los hombres entre
sí y con Dios.
2. ¿PARA QUÉ VIENE?
Es necesario recordar el objetivo que tiene la visita del Papa a nuestro país.
Muchos son los juicios y opiniones que se escuchan. No pocas veces
parece olvidarse el carácter pastoral que tiene esta visita.
El Papa viene porque ama a este pueblo. Quiere expresar con su presencia
el afecto sincero y profundo del Padre a sus hijos.Quiere conocernos,
2. quiera escucharnos, quiere compartir nuestras preocupaciones y nuestras
esperanzas, nuestros problemas y nuestras alegrías.
El Papa viene porque quiere confirmar en la Fe a los creyentes. Recoge
el mandato que el mismo Jesucristo diera a San Pedro; y a todas las
Comunidades cristianas llega para animarlas a vivir en la Fe, en la
esperanza y en el amor. Viene para animarnos a ser fieles a una
tradición religiosa que nos exige una verdadera conversión a las
exigencias de nuestro Bautismo. Viene a recordarnos la importancia
de superar la separación de la Fe y la vida, de modo que nuestra
Comunidad paraguaya se identifique por el amor, la humildad, la concordia
fraternal.
El Papa viene para animarnos y alentarnos en la solución de nuestros
problemas. No trae la formula mágica ni la receta infalible que permita
la fácil superación de nuestras necesidades. Como Pedro, no tiene oro ni plata.
Su fuerza no está en los recursos de la técnica ni en los mecanismos del poder.
Viene a decirnos que debemos abrir las puertas a Cristo, Redentor de
los hombres, para ser capaces de construir juntos un mundo mejor, un Paraguay
nuevo.
Viene, por fin, para compartir nuestra esperanza. Son muchos y muy
serios los problemas que nos afligen. Con frecuencia buscamos donde
apoyarnos porque todo parece vacilar bajo nuestros pies. Las carencias
y las necesidades de muchos paraguayos hacen difícil la felicidad y la paz.
Viene el Papa en un momento oportuno para recordarnos que debemos
vivir la esperanza que nace de la Fe y se proyecta en el amor. Viene a
decirnos que vale la pena trabajar por los demás, servir al hermano,
amar de veras a todos, sin preferencias y sin exclusiones.
3. ¿CÓMO PREPARARNOS?
En realidad ya estamos preparándonos para recibir al Papa. No se
trata, evidentemente, de una preparación exterior y superficial. Es
necesario reiterar que debemos disponernos espiritualmente a recibir
al Sucesor de Pedro. Es también imprescindible reiterar que nuestra
preparación debe orientarse al objetivo o finalidad de esta visita.
Los Obispos del Paraguay llamamos, ante todo, a la reconciliación
de cuantos habitan este suelo tan querido.Una vez más exhortamos al
diálogo franco y sincero; a la superación de prejuicios, discordias, y
recelos; a la convivencia civilizada y fraterna. Hace casi 2 años, hemos
llamado al Diálogo Nacional para encontrar juntos nuevos caminos
de concordia y entendimiento. Repetimos hoy ese llamado, más necesario y
urgente que nunca.
3. Un pueblo reconciliado es el que debe recibir a Juan Pablo II.
Los Obispos del Paraguay juzgamos imprescindible llamar a la
concordia y al amor fraterno. Nos duelen las manifestaciones de
intolerancia, los actos de violencia, las situaciones de injusticia.
Lamentamos profundamente, las palabras y gestos airados, el desborde
de pasiones, las muestras de intolerancia.
Nada de ello contribuye al bien común. Nada de ello construye el
Paraguay mejor que todos soñamos. Nosotros creemos en la fuerza
del Amor, en la primacía del Amor, en la eficacia del Amor.
Por eso afirmamos que es indispensable disponernos a recibir al
Mensajero del Amor, buscando superar todo lo que impide la vigencia
de la caridad fraterna. El Año Eucarístico Nacional nos recuerda el
Amor de un Dios que se hace alimento y comida para que los hombres
sepamos amarnos. Este es el momento de renovar nuestro compromiso
con Cristo Eucaristía, para un nuevo Paraguay.
EXHORTACIÓN FINAL
El año Mariano Internacional hace que la devoción a la Santísima
Virgen, tan unida a la historia y la vida del Pueblo paraguayo, tenga
nueva fuerza y anime nuestra labor. A ella, Madre de la Iglesia y
Madre del pueblo paraguayo, encomendamos confiadamente esta
visita del Papa y la necesaria preparación.
Y la Santísima Virgen, como en los grandes momentos de nuestra
historia, como en la difíciles horas de nuestras vidas, alentará al Pueblo
Paraguayo para recibir al Papa Juan Pablo II como debe ser recibido:
Reconciliados y Unidos en el Amor.
Roque González de Santa Cruz, hermano mayor nuestro en la Fe,
compatriota ilustre y modelo de fidelidad en el seguimiento de Cristo,
nos alcance la gracia de responder a este llamado de la Iglesia como El supo
hacerlo.
Los Obispos expresamos nuestra confianza en el Pueblo paraguayo
y comprometemos nuestro esfuerzo para que este visita pastoral del
Papa señale el comienzo de una nueva etapa de reconciliación y unidad en
nuestro Pueblo.
Asunción, 8 de Diciembre de 1987
Festividad de la Inmaculada Concepción
Por mandato de la Asamblea Plenaria
4. + Jorge Livieres Banks
Obispo Prelado de Encarnación - Secretario General de la CEP