Harris, Marvin. - Caníbales y reyes. Los orígenes de la cultura [ocr] [1986].pdf
Chalmers - ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? - cap 1 y 2.pptx
1. ¿Qué es esa cosa llamada
ciencia?
Cont. cap. 1 y cap. 2
2. Los hechos observables expresados como
enunciados
• La expresión castellana hechos (al igual que la inglesa
“facts” utilizada por el autor) tienen un uso ambiguo
en el lenguaje coloquial, lo que puede suscitar alguna
confusión.
• Cuando se dice que tal cosa es un hecho, podemos
estar refiriéndonos a la cosa material aludida, o a que
es verdadero el enunciado que predica tal propiedad
de tal cosa.
• Por ejemplo: si digo que es un hecho que hay
cráteres en la luna, el hecho pueden ser los cráteres,
o la afirmación de que existen cráteres en la luna.
• En ciencia y en lógica se utiliza la expresión en este
segundo sentido, y ello por una razón muy sencilla:
sólo los enunciados pueden ser verdaderos o falsos, y
no los objetos materiales.
• Los hechos científicos requieren ser verificados, y
sólo se pueden verificar los enunciados.
3. Más distinciones
• Es decir, es importante distinguir entre los hechos, entendidos como
enunciados y los estados de cosas que esos enunciados describen.
• Otra distinción importante es aquella entre los hechos o enunciados, los
estados de cosas a los que ellos refieren y las experiencias sensoriales o
percepciones de las que presuntamente derivan esos hechos.
• Ejemplo Darwin: en su viaje en el Beagle, en el que hizo numerosos
descubrimientos biológicos, Darwin tuvo un montón de nuevas
experiencias y percepciones. Sin embargo, los hechos que constató en ese
viaje (por ejemplo, las diferencias en la morfología de diferentes especies)
no pueden identificarse con las experiencias y percepciones que tuvo (por
las razones que discutimos en el capítulo anterior).
4.
5. Revisión de las definiciones
• Hecha salvedad de las distinciones recién mencionadas,
se puede volver a reflexionar sobre las definiciones que
vimos el capítulo 1.
• 1) Los hechos se dan directamente a observadores
cuidadosos y desprejuiciados por medio de los sentidos
• 2) Los hechos son anteriores a la teoría e
independientes de ella
• 3) Los hechos constituyen el fundamento firme y
confiable del conocimiento científico
• Vemos que estas definiciones tienen una serie de
problemas una vez que asumimos que los hechos no
son estados de cosas en el mundo ni las percepciones
del él que tenemos por medio de los sentidos, sino
enunciados que refieren a esos estados de cosas.
6. Nuevas dificultades
• Si vamos a llamar hechos a los enunciados
observacionales (o enunciados que refieren estados
de cosas observables en el mundo), es claro que la
afirmación (1) es falsa.
• Aún si dejamos de lado los problemas que vimos la
clase pasada, referidos a que no todo objeto
observacional garantiza una experiencia de
observación unívoca, es evidente que no tenemos
acceso a enunciados observacionales directamente a
través de los sentidos.
• Sería absurdo pensar que al observar estados de
cosas accedemos directamente a enunciados
lingüísticamente articulados sobre esos estados de
cosas.
• Para establecer enunciados observacionales hace
falta mucho más que simplemente experiencias
perceptuales (de mínima hace falta el sofisticado
conocimiento del funcionamiento de la lengua).
7. Ejemplo
• Para hacer esta idea más comprensible
imaginen la siguiente situación. Si salen
de paseo por las sierras con un amig@
biólog@, ¿quién creen que podrá
observar más hechos biológicos
relevantes?
• La diferencia está en que nuestr@
amig@ imaginari@, especialista en
biología, dispone de un conocimiento, un
aparato conceptual, que le permite
clasificar y relevar hechos pertinentes,
mientras que nosotr@s que disponemos
de los mismos ojos y que observamos el
mismo paisaje, no disponemos de
criterios que nos permitan derivan
hechos observacionales de esas mismas
experiencias perceptuales.
8.
9. No alcanza con observar
• Como en el ejemplo de la radiología, vemos que estipular hechos no
depende únicamente del acceso directo a los estados de cosas en el
mundo que nos permiten nuestros ojos.
• Por lo tanto, tanto las afirmaciones 1 y 2, que eran supuestos básicos
de la afirmación de que la ciencia es un conocimiento derivado de los
hechos, resultan falsas así como están enunciadas.
• No tenemos acceso directo a hechos porque los hechos no se
identifican con las experiencias ni con los estados de cosas.
• Los hechos no son independientes de la teoría ni anteriores a ella.
10. Y sin embargo observar es fundamental
• Pese a todo, estos matices no tienen por finalidad
poner en tela de juicio la importancia que tienen los
hechos observacionales en la construcción y
verificación de las teorías científicas.
• El conocimiento puede tener una base fáctica aún si
los hechos no son independientes de la teoría y si la
observación no garantiza un acceso univoco a
enunciados observacionales.
• Para entender este punto es necesario tener clara
otra distinción conceptual, entre los recursos
conceptuales requeridos para formular un hecho o
enunciado observacional y la verdad o falsedad de
esos enunciados.
11. La observación en la verificación de los
enunciados observacionales
• Tomemos por ejemplo una afirmación fáctica de la física de
los cristales: “hay cuatro moléculas por celda en un cristal
de sulfuro de zinc”.
• Es cierto que para formular este enunciado observacional
no basta con tener acceso, a través de la vista, a un cristal
de sulfuro de zinc. Pero aún si no tengo la más mínima idea
de qué es una celda, un cristal o el propio zinc, puedo
comprender que con esos mismo términos pueden
componerse enunciados similares (por ejemplo, que hay
veinticuatro moléculas por celda en un cristal de sulfuro de
zinc). Ambos son enunciados observacionales, ninguno de
ellos es independiente de la teoría de los cristales para su
formulación y comprensión. Y en ambos casos la verdad o
falsedad de ese enunciado puede establecerse a partir de
la observación.
12. El lugar de la observación en la ciencia
• Es decir, aún si es cierto que para formular y comprender enunciados
observacionales referidos a estados de cosas es necesario disponer de
un conocimiento previo a la observación, no deja de ser cierto que la
observación es necesaria para verificar si dichos enunciados se
corresponden o no con los estados de cosas en el mundo a los que
tenemos acceso por medio de la observación.
• Con todos estos matices, podemos salvar todavía a la afirmación (3),
formulándola ahora de la siguiente manera: los enunciados
observacionales confirmados por la observación proveen una base
fáctica significativa para el conocimiento científico.
13. La falibilidad de los enunciados
observacionales
• Sin embargo, malas noticias, tampoco esta idea
puede ser tomada sin matices.
• Vimos en la clase pasada que observadores
diferentes no necesariamente van a tener la
misma experiencia observacional, lo que a su vez
implica que la observación no siempre va a
permitir discriminar la verdad o falsedad de un
hecho referido a los estados de cosas
observados.
• Los enunciados observacionales dependen de la
observación, y la observación del conocimiento y
las teorías previas. De esta manera hay
enunciados observacionales falibles porque
descansan en teorías erradas.
14. Ejemplos
• Primer ejemplo: Desde Aristóteles hasta aproximadamente
el siglo XVIII se creyó que el fuego era una sustancia
especial, un elemento simple que compone los cuerpos
materiales. Los filósofos griegos no tenían una tabla
períodica de 118 elementos, sino sólo de cuatro (agua, aire,
tierra y fuego).
• El fuego fue concebido durante mucho tiempo no como un
fenómeno ligado a la combustión de sustancias o
compuestos, sino como una sustancia por sí misma. En este
contexto, la afirmación “el fuego se eleva” constituía un
enunciado observacional que podía ser verificado mediante
la observación.
• Hoy, sabemos que el fuego no se eleva ni deja de elevarse y
por lo tanto desterramos afirmaciones como esa del mundo
de la química. El fuego se eleva no es un enunciado
observacional que pueda verificarse.
15. Ejemplos
• Segundo ejemplo. Antes de la revolución
copernicana, se creía que era el sol el que giraba
alrededor de la tierra. El enunciado observacional “la
tierra es estacionaria” podía ser verificado mediante
la observación.
• Sin embargo, hoy sabemos que ese enunciado
observacional no refiere un hecho verdadero: la
tierra no sólo no es estacionaria sino que está
sometida a movimientos diferentes (rotación,
traslación, precesión, nutación, bamboleo de
Chandler, etc).
• La observación simple parece corroborar el
enunciado observacional de que la tierra es
estacionaria; sin embargo, el ejemplo nos permite
ver como el juicio sobre la verdad o falsedad de un
enunciado observacional no depende solo de la
observación, sino de los esquemas explicativos que
opera como trasfondo de ese juicio.
16. Conclusión
• Como conclusión de este razonamiento, podemos indicar que si los
hechos son enunciados observacionales, y que si los enunciados
observacionales pueden ser diferentes para distintos individuos en
función de la diversidad de las teorías y esquemas de comprensión a
través de los cuales organizan la información perceptual, entonces los
enunciados observacionales per se no proveen una base segura para
el conocimiento científico.
• Esto ha sucedido en más de una oportunidad en la historia de la
ciencia, los científicos no sólo discuten la validez de las teorías a
través de las cuales se explican los hechos observables (o más bien lo
enunciados observacionales), sino que muchas veces discuten acerca
de qué es un hecho genuino y qué no lo es.
18. Supuestos en la concepción de la observación
• Hasta ahora hemos
manejado una
concepción de la
visión muy
vinculada a la
analogía con la
cámara de fotos que
vimos en la clase
pasada
19.
20. Pasiva y privada
• En esta concepción la observación es una tarea pasiva y privada.
• Pasiva: la información fluye desde afuera hacia adentro. Ver es
registrar.
• Privada: el producto de la visión es una imagen individual, ubicada en
el cerebro del observador, que resulta difícil poner en relación con las
imágenes en el cerebro de otro observador.
• De allí la posibilidad de que observadores discutan sobre los términos
adecuados para describir un mismo objeto visual (como el color de
una prenda de ropa, por ejemplo).
21. Activa y pública
• Sin embargo esta concepción, como vimos,
está llena de problemas para explicar
fenómenos sencillos pertinentes para la
ciencia y también para la vida cotidiana.
• Existen numerosos ejemplos que nos
permiten ver que la observación no es una
tarea pasiva, que se contente con el registro
de lo que se le enfrenta. Si no estamos
segur@s de lo que vemos, realizamos
diferentes actividades para corroborar esa
primera impresión con otras, como mover la
cabeza, acercarnos o alejarnos, restregarnos
los ojos, reforzar la percepción con la ayuda
de otros sentidos además de la visión.
22. La objetivación de la observación científica
• En la búsqueda de observaciones que se
adecúen lo más posible a los estados de
cosas a los que refieren, en la ciencia se
aplican numerosos procedimientos para
que las observaciones pierdan el
carácter privado y pasivo.
• En ciencia se hacen cosas, se siguen
procedimientos estandarizados, que
cualquiera puede intentar, para obtener
observaciones públicas, es decir, para
que cualquier otro observador acceda a
las mismas imágenes.
23.
24.
25. Análisis de los ejemplos
• ¿Por qué creen que las
imágenes anteriores, que
retratan ejemplos
analizados en el libro, son
relevantes para lo que
estamos discutiendo?
• ¿Qué ejemplifican esos
ejemplos?