Movimientos Precursores de La Independencia en Venezuela
Hoy renuncio a las falsas creencias y al resentimiento
1. 1
Hoy renuncio a las falsas creencias y al resentimiento
Hoy renuncio a toda experiencia desdichada del pasado y libero a todos aquéllos que
estén relacionados con mis experiencias. Yo los bendigo con mi amor (en mi
imaginación) y los veo disfrutando de todo el bien que deseo para mí mismo.
Reconozco, que todas las personas en todas partes del mundo, están hechas de la
misma sustancia que yo. Cada uno de nosotros es una parte de la vida grande e infinita
que es toda la vida que hay.
En esa vida todos nosotros vivimos dentro de un campo cuántico, nos movemos y
tenemos nuestra existencia. Por lo tanto, puesto que, todo esto es verdad, yo me
perdono a mí mismo por todos los errores y faltas, que haya cometido en el pasado, y
asimismo, perdono a todo aquél que en alguna forma me ha injuriado o me ha
lastimado con sus acciones, sabiendo que de toda experiencia, tal como yo la
comprendo, el bien me será dado.
Cada error, que he cometido en el pasado, es una bendición y una base de apoyo para
una mayor comprensión y para más grandes oportunidades. Este día, yo bendigo toda
experiencia del pasado por más difícil que haya sido o dolorosa.
He llegado a comprender que, toda experiencia por difícil o amarga que haya sido, ha
sido un excelente maestro y guía en mi vida, y a partir de hoy, declaro y acepto, que
ninguna experiencia pasada, será un obstáculo en mi felicidad, en mi paz interior y en
mi éxito.
Me perdono completamente y perdono a todas aquellas personas tal como yo deseo
ser perdonado, y asimismo, les envió bendiciones.
Me prometo a mí mismo cada día de mi existencia…
Reconocer mi Dios-poder interior con lo cual nada perturba mi paz mental y mi felicidad.
Hablar sana, feliz y prósperamente.
Reconocer lo Divino y lo bello en todos los demás, sin miramiento de raza o creencias
religiosas.
2. 2
Aspirar a un mejor día de mañana aprovechando al máximo cada momento de mi vida
y a prepararme para ello.
Ser un entusiasta acerca del éxito de los otros como lo soy del mío propio.
Olvidar los errores y daños del pasado y mirar alegremente hacia el futuro con
confianza.
Estar tan ocupado en la completa expresión de mi vida en amor y servicio que no tenga
tiempo para criticar a los demás de sus errores y de sus faltas.
Ser mentalmente demasiado sano para la preocupación, demasiado sensible para la
ira, demasiado inteligente para temer y demasiado feliz para reconocer el dolor y los
problemas de los demás (empatía).
Pensar bien de mí mismo y proclamar esto no en palabras sino en grandes acciones y
hechos. Es decir, lograr una congruencia en el pensar, sentir, hablar y decir y en el
hacer.
Pensar bien de los demás y confiar en que ellos justificarán mi creencia.
Vivir en la creencia de que todo trabaja al unísono por el bien para mí, en virtud que, yo
amo solamente el bien, y me encuentro en sincronía con la fuente de la vida.
Reconocer que puesto que Dios está a mi lado, nada puede estar contra mí.
La paz cada momento de mi vida inunda todo mi ser. Yo reconozco que soy uno con
Dios y con cada una de sus criaturas; por esta razón, no hay enemigos, ni ajenos, ni
personas extrañas en mi mundo diario. No tengo resentimiento o resistencia a parte
alguna de Dios.
Conscientemente, trazo cada momento, el círculo de la paz para incluir a todas las
criaturas que forman parte de este Universo. Y como el amor y la bondad salen de mí
ser, solamente a ellos puedo recibir.
Estoy libre de todo pensamiento negativo e inquietante. El Amor perfecto de Dios
expresado en mí, cura toda enemistad, disputa y confusión. Todas las situaciones,
cosas y pensamientos de mi mundo están reconciliadas, habiendo un ajuste perfecto.
Cada día de mi vida, es decir, cada momento, que paso en este hermoso y maravilloso
planeta Tierra, siento en el fondo de mí ser, un estado de tranquilidad, paz interior y
felicidad. Estoy completamente contento de formar parte de este Universo.
Ruiz Limón Ramón