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1. Los principios o fundamentos
de la homeopatía
Gutierrez Martinez Felix 7HM5
2. Los principios,bases o fundamentos que cimientan la
doctrina homeopática son:
Natura Morborum Medicatrix.
Ley de los semejantes.
Experimentación pura.
Individualidad morbosa.
Individualidad medicamentosa.
Dosis mínima.
Principio vital.
Enfermedades crónicas miasmáticas.
3. Natura Morborum Medicatrix.
El “natura morborum medicatrix” hace referencia al
aforismo hipocrático de que la naturaleza de cada ser
vivo es la que realiza la curación de las enfermedades y
que el médico es solo un auxiliar del enfermo.
La manera como la naturaleza del enfermo reacciona
para alcanzar la curación o mejorar su estado de
enfermedad, es por medio de síntomas. Por lo tanto,
deben ser respetados y no suprimidos bajo el
argumento de ser molestias inconvenientes o
innecesarias.
4. Ley de los semejantes
Si la naturaleza es la que cura o trata de curar las
enfermedades por medio de los síntomas, es de
esperarse un tratamiento que actué en la misma
dirección de ella, como lo hace la homeopatía al
aplicar la ley de los semejantes.
Esta ley dice que las enfermedades se curan con
sustancias que producen efectos semejantes a los
síntomas de la enfermedad. Por ejemplo, para
curar la diarrea se da un medicamento que
produce diarrea; para la tos, un medicamento que
ocasiona tos; para el dolor, un medicamento que
provoca dolor. El paciente así sana y no agrava,
como podría pensarse, debido a que el
medicamento es dado en pequeñas dosis, que es
otro de los principios homeopáticos que se
describe más adelante.
5. Experimentación pura.
La experimentación pura es el procedimiento para descubrir las propiedades
curativas de las sustancias naturales. Es experimentación, porque constituye un
elemento de investigación de los efectos que ciertas sustancias producen en el
hombre, aplicando el método científico. Es pura, debido a que se realiza en el
hombre relativamente sano, y con sustancias puras, simples o en su estado
natural. En el hombre y no en animales, ya que en estos últimos se
desaprovechan los síntomas subjetivos que generalmente provocan los
medicamentos en estudio, como las sensaciones, deseos y aversiones, cambios
de humor, etc. Además, la constitución del animal es diferente a la humana y,
por ende, los resultados de la investigación en una especie no pueden ser
aplicados en la otra. En el sano y no en el enfermo, puesto que los síntomas que
produce la droga en la experimentación se confundirían con los síntomas de la
enfermedad que tiene el experimentador. Y con sustancias no compuestas, sino
simples, puras, naturales, para poder conocer los efectos propios de cada una de
ellas.
6. La experimentación pura,además de ser el medio para conocer los medicamentos,reafirma los
principios homeopáticos.Proceso Sánchez Ortega explica al respecto:
1. Los síntomas que se producen en la
experimentación conforman cuadros similares a
los que constituyen las enfermedades naturales
(Ley de los semejantes).
2. Cada individuo reacciona en forma peculiar, en
tiempo, intensidad y síntomas concomitantes
(Individualidad morbosa).
3. De lo anterior se deduce la “predisposición” de
cada ser, es decir, estados constitucionales que
determinan una tendencia propia a reaccionar
(Enfermedades crónicas miasmáticas).
4. Comprueba la unidad de acción del cuerpo
humano, porque en todo momento hay reacción
general del organismo, ocasionado por un solo
medicamento (Totalidad sintomática, presente en
la Individualidad morbosa y medicamentosa).
5. Enseña que cada droga tiene una forma
específica de alterar la salud del hombre
(Individualidad medicamentosa).
6. Aun las drogas en dosis imponderables pueden
provocar reacciones intensas y totales en virtud
de su energía (Dosis mínimas).
7. La energía de la droga desarmoniza la energía
del organismo que lo mantiene en salud (Principio
vital)
7. Individualidad morbosa
Hace alusión a que cada uno crea su propia
patología, aunque se le clasifique dentro de un
nombre nosológico, puesto que el hombre como
entidad física, psíquica y social es totalmente
diferente uno del otro, tanto en estado de salud
como de enfermedad. Por ejemplo, la migraña es
diferente en cada enfermo según como se
presenten sus modalidades de causa, duración,
frecuencia, intensidad, tipo de dolor y síntomas
que la acompañan.
En homeopatía, realmente no existen
enfermedades, sino enfermos. El homeópata no
trata la migraña, sino al enfermo que sufre de
migraña. La noción de “enfermo” en vez de
“enfermedad” está unido al concepto que se tiene
del hombre como un ser holístico o integral. La
persona no se enferma en una parte, sino en el
todo. No es lógico pensar que se enfermen, por
ejemplo, los riñones y el resto del cuerpo esté
sano.
8. Individualidad medicamentosa
La individualidad medicamentosa, de
manera más amplia, incluye tres
aspectos: la individualidad del
tratamiento, la individualidad de los
medicamentos y al medicamento único.
Como cada uno produce su propia
enfermedad, lo consecuente es dar un
tratamiento diferente o individual a
cada enfermo, aplicando la ley de los
semejantes. Si, por ejemplo, tres
enfermos consultan por migraña, uno
podrá ser tratado con Belladonna, otro
con Bryonia y el otro con Gelsemium,
según sus síntomas.
Para dar el medicamento indicado al paciente
es necesario conocer bien los medicamentos
homeopáticos, deduciendo los síntomas que
caracterizan a cada uno de ellos y que los
hacen únicos con respecto a los otros.
9. Este tratamiento debe ser con un solo medicamento,porque si el hombre se enferma en su totalidad,como unidad,solamente
se necesita para conseguir la curación un medicamento que actué en esta unidad,y no uno o varios para cada parte del cuerpo
afectado,como si ellas fueran independientes.El medicamento único hace alusión a cada prescripción y no al curso del
tratamiento,porque en su evolución pueden cambiar los síntomas y entonces cambiará,necesariamente,el medicamento
10. La dosis mínima es la cantidad más pequeña de medicamento que
necesita el paciente para que se dé el proceso curativo, sin o con la
menor agravación; preparado homeopáticamente, es decir, por medio
de la dilución y sucusión, o la trituración.
Hahnemann vislumbró que los medicamentos preparados así ya no
curaban por su masa, sino por la energía o fuerza que se
desencadenaba en ellos. Y esto es comprensible porque las diluciones
y sacudidas, o las trituraciones sucesivas (aplastamiento continuo y
circular en un mortero, de una parte de la sustancia en cien partes de
lactosa, durante una hora) generan la disgregación molecular de las
sustancias, liberando su energía. Este proceso de diluir y sacudir, o
triturar, lo llamó dinamización.
Además, que mientras más se dinamiza el medicamento, más rápido,
profundo y permanente es su acción, tanto en los síntomas físicos
como en los mentales del enfermo, es decir, en la totalidad de sus
síntomas.
Dosis mínima
11. Principio vital
El principio vital, energía vital, vida o alma, es la entidad dinámica de las
operaciones vitales y la que le da vida al cuerpo (sin él se descompondría),
manteniendo la salud en un estado armónico admirable en sensaciones y funciones,
que al desequilibrarse produce la enfermedad y, a su vez, induce el proceso de
curación. Además, conserva unidos al cuerpo o materia (estructura anatómica y
fisiológica del ser humano) y al espíritu (esencia dotada de razón).
Cuando una persona se enferma, primero solo se altera el principio vital, que da
luego a conocer su alteración mórbida únicamente a través de los síntomas. A su
vez, la desaparición mediante la cura de todos los síntomas implica la restauración
de la integridad del principio vital y, por lo tanto, de la salud de todo el cuerpo.
12. En las verdaderas enfermedades, los factores o agentes externos que alteran el principio vital solamente
pueden hacerlo de manera dinámica y, de igual manera, únicamente puede ser restablecido por el
médico mediante medicamentos dinámicos, percibidos en las terminaciones nerviosas del organismo.
13. Hahnemann refiere solo los siguientes miasmas crónicos o agentes infecciosos crónicos: el de la
sarna, que genera una enfermedad crónica que llama psora; el de la gonorrea y las verrugas
genitales, que forma otra que denomina sycosis; y el de la sífilis, que establece la enfermedad
crónica que nombra con su mismo nombre, syphilis.
Los tratamientos tradicionales son dirigidos solamente contra la afección externa o el agente
causal, descuidando el desequilibrio dinámico interno que se produce después del contagio.
Procediendo así, el médico hace que el trastorno interno aumente y el cuerpo tenga que buscar
otra vía para manifestarse, que ya no será la piel (pues no se le permite), sino órganos más
vitales.
Según Proceso Sánchez Ortega, estas enfermedades crónicas miasmáticas presentan síntomas
con las siguientes características: la psora manifiesta síntomas de carencia o de “hipo”,
produciendo en lo funcional hipofunción, en los órganos hipotrofia y en lo mental inhibición; la
sycosis genera síntomas de exceso o de “hiper”, provocando en lo funcional hiperfunción, en los
órganos hipertrofia y en lo mental expansión; y la syphilis produce síntomas de destrucción o de
“dis”, manifestando en lo funcional disfunción, en los órganos atrofia y en lo mental destrucción
o agresión.
Enfermedades crónicas miasmáticas
14. La palabra miasma generalmente es definida por los diccionarios como un efluvio dañino que desprenden cuerpos
enfermos,materias en descomposición o aguas estancadas.Como en los tiempos de Hahnemann no se habían descubierto
los microorganismos patógenos,se utilizaba el término“miasma”para referirse a un“agente contagioso”que generaba
enfermedad.Sin embargo,para el fundador de la homeopatía este contagio siempre era de tipo dinámico