2. ¿QUÉ ES?
La eutanasia es la acción u omisión de una acción que provoca la muerte de una persona con una enfermedad
incurable para evitar sufrimientos físicos y psicológicos.
Proveniente del término griego Eu-thanatos (buena muerte), hace referencia a las acciones realizadas por
otras personas, a petición expresa y reiterada de un paciente que padece un sufrimiento físico o psíquico como
consecuencia de una enfermedad incurable y que él vive como inaceptable, indigna y como un mal, para
causarle la muerte de manera rápida, eficaz e indolora.
3. UNA MUERTE DIGNA
Es el derecho fundamental
que reconoce la libertad
a decidir en qué
circunstancias cesar con
su vida cuando ésta, a
su juicio, es
incompatible con su
idea de dignidad
El Estado debe ofrecer
alternativas de acceso a
una muerte digna a
quien lo solicita.
4. DISTINCIONES DE LA EUTANASIA
Aquella que consiste en la
inhibición de actuar o en el
abandono en el tratamiento
iniciado, evitando intervenir en
el proceso hacia la muerte.
Eutanasia pasiva
Aquella caracterizada porque la
provocación de la muerte se
obtiene mediante acciones
dirigidas a acortar o suprimir el
curso vital.
Eutanasia activa
5. EL PAPEL MÉDICO EN LA
EUTANASIA
● El acto médico se basa en una relación de
confianza donde el paciente confía al médico el
cuidado de su salud, aspecto primordial de su
vida, de sí mismo. En la relación entre ambos
no puede mediar el pacto de una muerte
intencionada. La eutanasia significará el final
de la confianza depositada durante milenios en
una profesión que siempre se ha
comprometido a no provocar la muerte
intencionalmente bajo ningún supuesto.
6. EL PAPEL MÉDICO EN LA
EUTANASIA
● La eutanasia deshumanizará la medicina.
Solamente desde el respeto absoluto es
posible concluir que todas las vidas humanas
son dignas, que ninguna es dispensable o
indigna de ser vivida. es por ello que la
eutanasia tiene una gran incompatibilidad
con la ética médica.
7. La vida es un don.
● La vida humana tiene un sentido más allá de ella misma
por el que vale la pena entregarla. El sufrimiento, la
debilidad y la muerte no son capaces, de por sí, de privarla
de sentido. Hay que saber integrar esos lados oscuros de la
existencia en el sentido integral de la vida humana. Lo que
importa es vivir el dolor y la muerte misma como actos de
amor, de entrega de la vida a aquél de quien la hemos
recibido.
LA IGLESIA FRENTE A LA
EUTANASIA
8. LA VIDA ES UN DON
● La muerte provocada no puede ser un atajo que nos
permita ahorrar recursos humanos y económicos en los
cuidados paliativos y el acompañamiento integral. Por el
contrario, frente a la muerte como solución, es preciso
invertir en los cuidados y cercanía que todos necesitamos
en la etapa final de esta vida. Esta es la verdadera
compasión.
9. Países donde la eutanasia es
legal
● Holanda
● Bélgica
● Luxemburgo
● Canadá
● Colombia
● Suiza
● Estados unidos
● Australia
La experiencia de los pocos países donde se ha legalizado nos dice que la eutanasia incita a la
muerte a los más débiles. Al otorgar este supuesto derecho, la persona, que se experimenta
como una carga para la familia y un peso social, se siente condicionada a pedir la muerte
cuando una ley la presiona en esa dirección. La falta de cuidados paliativos es también una
expresión de desigualdad social. Muchas personas mueren sin poder recibir estos cuidados y
sólo cuentan con ellos quienes pueden pagarlos.
10. EUTANASIA EN
EL PERÚ
● En el Perú la ley no habla de una eutanasia pasiva, si
establece un derecho a no recibir tratamiento o continuarlo
pese a ello la eutanasia activa si esta sancionada en el
código penal como homicidio piadoso, con una pena de no
más de 3 años de cárcel.
● El caso de Ana Estrada Ugarte fue muy controversial, por
primera vez se practicó la eutanasia y dio lugar a muchos
debates sobre el tema.
11. Conclusiones
¿Hay que despenalizar la eutanasia?
Consideramos que el derecho a una muerte digna es consecuencia lógica
(razonable, plausible) del derecho a la vida.
Las objeciones en contra de la eutanasia no son morales, sino religiosas. Las
convicciones religiosas son dignas de respeto, pero no hasta el extremo de
impedir toda reforma legislativa que las contraríen e impida el ejercicio de la
autonomía por parte de personas que no las comparten.
Tener derecho a la vida no debe entenderse como tener derecho a la simple
existencia, sino como el derecho a existir con una calidad de vida
mínimamente digna.
Todos sabemos que el proceso de morir es parte de la vida y que las personas
tienen el derecho a intentar que los eventos que forman parte de su vida
sean tan buenos y placenteros como sea posible. Por tanto, si el proceso de
morir se ha hecho penoso, no puede negársele al individuo el derecho a
reducirlo y, así, terminar con su vida si él lo desea.