1. CONGRESO INTERNACIONAL
FIGURACIONES DE LO INSÓLITO EN LAS LITERATURAS
ESPAÑOLA E HISPANOAMERICANA (SIGLOS XIX-XXI)
UNIVERSIDAD DE LEÓN (5-7 DE NOVIEMBRE DE 2014)
LA PRODUCCIÓN DE JOSÉ RUIBAL:
EL TEATRO DEL ABSURDO COMO DENUNCIA DE LAS DICTADURAS
Raquel García-Pascual
Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
2. José Ruibal: el “Nuevo Teatro” y
el colectivo creador expatriado de
España.
Primera actividad escénica en la
Argentina y los Estados Unidos de
los años 50.
Su primer montaje en 1968: Los
mendigos (1957).
Favorable recepción en los
departamentos de español.
3. Obras valoradas y visibilizadas por la crítica del continente americano y por la
investigación en centros de investigación de ámbito europeo.
Piezas La ciencia de birlibirloque (1956), El bacalao (1960), El asno (1962), Su majestad
la sota (1965), La secretaria (1968), La máquina de pedir (1969) y Otra vez los
avestruces (1976): la farsa simbolista y reclamo del respecto a los derechos
ciudadanos.
Tribuna en el ejercicio del periodismo y de la docencia, pero a su regreso a España en
1960 esta dedicación le fue vetada.
“Contra el público”: oposición a los gustos dictados por la versión oficial tolerada.
4. Catalogado como escritor desafecto
al teatro oficial, le costó dos
décadas instalar su nombre.
Posterior recuperación de su obra
gracias a la red de creadores
coetánea al autor y a la crítica
académica.
En las piezas que escribió en
Estados Unidos, pero siempre con
referencia a la dictadura franquista.
Denuncia de los gobiernos
autoritarios con la estética de la
farsa.
5. El hombre y la mosca (1968):
sátira de las dictaduras.
Objetivo: transmitir la falta de
relevo y de adeptos a los
gobiernos autoritarios basados
en el adoctrinamiento y la
represión.
La mejor sátira política sobre la
permanencia del poder creada
en el teatro coetáneo a la
dictadura franquista.
Más representaciones fuera que
dentro de España.
6. Estreno en 1971 en la Universidad Estatal de Nueva York.
En 1983 El hombre y la mosca pudo ser repuesta en cartel en la sala del Teatro Rodante
Puertorriqueño de Nueva York.
Febrero de 1983: Teatro María Guerrero.
La obra se centra en un dictador y su doble, entrenado para ser como él: http://
www.youtube.com/watch?v=1Kvv8Ye5icc
7. Figuración de lo insólito en un autor
considerado líder del teatro llamado
“subterráneo”.
Autores: Rabelais, Quevedo, Jarry, Valle-
Inclán, Alberti, Artaud o Ionesco, los
títeres, el circo o la pantomima.
Personajes alegóricos, alusiones a la
identidad escindida y al lenguaje de plaza
carnavalesca.
Con la modalidad humorística de lo
grotesco popular (Bajtín) supera la
dimensión localista.
Amplificación de su campo semántico.
8. Tema: Métodos de instrucción de futuros agentes
de un gobierno tiránico.
Emplazamiento espacial: hiperbólica cúpula de
cristal sujeta a la autarquía y autoritarismo del
Hombre sobre el Doble.
Argumento: el Hombre ha creado a su imagen y
semejanza un alter ego que pueda recoger su
legado.
Lectura “en clave” de la instrucción violenta.
Personajes: sátira de la dictadura franquista y de
otros regímenes totalitarios de América Latina.
Ecos intertextuales de Alfred Jarry, Valle-Inclán,
Miguel Ángel Asturias, Gabriel García Márquez y
Friedrich Dürrenmatt.
9. El gran dictador (1940), que no se estrenó en España hasta
1976, pero que Ruibal pudo quizá conocer en su proyección en
Estados Unidos.
Juego con el globo terráqueo: escena de ballet siniestra.
Denuncia del horror de los conflictos armados y del absurdo
de los gobiernos fascistas, aunque la película es anterior a la
intervención de EEUU en la Segunda Guerra Mundial. Todavía
mensaje de esperanza, que queda anulada en Ruibal.
10. Otras intertextualidades en la
codificación de lo insólito: un insecto
que destruye todos los cálculos
humanos.
Estética grotesca, farsesca o
carnavalesca.
Motivos subversivos, elementos
escatológicos, exaltación de la gula o
la ebriedad como protesta contra la
vigilia de libertades.
Arrabal en El Arquitecto y el
Emperador de Asiria (1966): acto
antropofágico.
11. Si en Su majestad la sota (1966), del mismo Ruibal, prima el
simbolismo numérico, aquí lo es el simbolismo del centro y del
doble que ridiculiza la sed de inmortalidad que obsesiona al
Hombre.
Carnaval de iniciación y friso de calaveras.
El bufón macabro, dispuesto a una exhibición constante.
Parodia del sistema autárquico de la dictadura franquista, de su
imperio del miedo y no de los 25 años de paz publicitados.
12. Acotaciones: sistema de elevación, marcado
por su verticalidad. El Hombre está sentado
en un sillón-trono.
Esclavo de Esperando a Godot de Beckett.
Montar sobre un asno: referencia a los
Caprichos de Goya.
Alusión a la alianza entre dictadura e Iglesia.
Alusiones a la Biblia a través del risus
paschalis.
13. Intertextualidad con Hamlet en sus soliloquios
con la calavera de Yorick.
Las estructuras escenográficas, coreográficas
o acústicas son invertidas.
La farsa para denunciar derechos arrebatados:
no derecho de asociación, no libertad de
expresión.
Apego del dictador español a las reliquias.
Valle de los Caídos: “Propongo y decreto que
sea levantado un monumento al amor, con
cuya frágil palabra quisiera envolveros a
todos” (54-55).
14. En la segunda parte escenografía que ha tomado tintes surrealistas: el escenario
está plagado de calaveras fosforescentes. Carnaval alucinatorio de Ghelderode.
Sueños de Quevedo y mojiganga.
En el Carnaval los danzantes simulan atizar a la multitud con fuelles y vejigas.
Escena alegórica propia de un auto sacramental, pero desublimado.
Mundo al revés. El Doble se viste con todos los atributos y medallas que le ha
legado su amo, pero ante una mosca se muestra la fragilidad del sistema tiránico.
El derrumbe a partir de un ser tenido por pacífico tiene un valor ideológico: la
mosca fue excluida del sistema, pero acaba con este sistema.
En El hombre y la mosca Ruibal denuncia la construcción de ídolos de masas
autoritarios y documenta la discriminación de un pueblo sometido. Reclama la
dignidad de quienes la figura de un dictador no considera aptos.
15. Debilidad del poder ante un insecto, una
mosca, que simboliza la fragilidad del
sistema tiránico.
En El hombre y la mosca Ruibal denuncia
la construcción de ídolos de masas
autoritarios y documenta la
discriminación de un pueblo sometido.
Reclama la dignidad de quienes la figura
de un dictador no considera aptos para
recibir un trato igualitario.