Destreza con pelotas en niños.

1. DESTREZA CON PELOTAS
StefaniaGutierrez Velez1

2. DESTREZA CON
PELOTAS
 CONCEPTO DE DESTREZA
 LANZAMIENTO
 PROGRESOS DE LANZAMIENTO
 TOMA
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3. CONCEPTO DE DESTREZA
• Habilidad específica para resolver un problema
concreto (técnica deportiva, el manejo de
instrumentos)
Habilidad Destreza
Movimiento de carácter más bien natural
e innato
Movimiento adquirido o aprendido
Capacidad de relacionarse con el entorno
mediante desplazamiento
Relacionarse con el entorno a través de
manipulación de objetos. Por ejemplo
dominar un balón con el pie.
Movimiento global del cuerpo Movimientos más finos y manuales
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4. LANZAMIENTO
El lanzamiento de la pelota
se deriva de la fase
manipulativa que hemos
denominado "explotación de
objetos". Puede que los
infantes que balancean
rápida y súbitamente los
brazos cuando tienen algún
objeto en la mano, sientan
que de pronto este les es
"arrancado" de un tirón.
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5. Progreso del lanzamiento
El niño va adquiriendo destreza y eficiencia en ella a través de varias
etapas.
Niños 2 – 3 años: el cuerpo queda en frente de a dirección del lanzamiento
y no se percibía desplazamiento del cuerpo.
3 años en adelante: el cuerpo del niño avanza hacia la derecha cuando se
emplea la mano izquierda y viceversa.
Hacia los 5 y 6 años: los niños dan un paso al soltar la pelota.
Estos perfeccionamientos permiten obtener velocidad y exactitud
superiores.
2-3
años
1
3
años2
5 y 6
años3 5

6. TOMA
Niños menos de 3 años
Brazos se tienden rectos.
Niños entre los 3 y 4 años
Manos abiertas para recibir proyectil.
Niños 4 años en adelante
Codos se mantienen junto al cuerpo y pueden aflojarse
cuando llega la pelota.
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Contrariamente a lo que podría
suponerse, los varones no resultaron
tan eficaces como la niñas en esta
tarea.

7. EL DESARROLLO DEL NIÑO A
TRAVES DEL JUEGO
Jugar es esencial en los niños y lo necesitan casi tanto como
respirar .Las capacidades intelectuales, psíquicas, emocionales y
motoras del niño se desarrollan de forma más eficaz a través del
juego y de los juguetes. Jean Château, uno de los mejores analistas
del juego infantil, resume esta idea en una única pero
esclarecedora frase: "Un niño que no sabe jugar es un pequeño
viejo y será un adulto que no sabrá pensar".
El juego propiamente dicho es necesario y beneficioso por sí
mismo: hay que tener en cuenta que el niño no juega con la
intención de prepararse para afrontar el futuro, sino que éste es el
efecto directo que conlleva el juego.
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