2. Las estelas que emiten los aviones se congelan en pequeños
cristales que reflejan la radiación infrarroja hacía la tierra, por
lo cual crean un efecto invernadero que contribuye al
calentamiento global.
Los gases que emiten los aviones al volar cambian el balance de
la atmósfera lo cual también contribuye a efecto invernadero.
3. Sector:
El sector aeronáutico contribuye en un 15% a las
emisiones de carbono de todo el mundo.
Suspendiendo los vuelos aéreos por un día puede
bajar la temperatura ambiental hasta en un grado
centígrado.
Los vuelos en avión generan una gran cantidad de
desechos de papel y plástico, que no se reciclan.
4. Los aviones suponen un 3% de las emisiones de dióxido de carbono
(CO2) en la UE, según el informe "La aviación y la atmósfera
global" del Panel Intergubernamental de Cambio Climático.
Aunque no parezca una proporción relevante, hay que tener en
cuenta que aumentará de forma considerable en los próximos 50
años hasta representar, según algunas previsiones, el 15% del total
de emisiones.
5. Contaminación auditiva.
Aunque la contaminación acústica provocada por la actividad de las
aerolíneas está regulada desde 2002 por la directiva, el límite a la
contaminación atmosférica de sustancia para los aviones es nuevo
para los aviones que sobrevuelan en España.
La regulación europea, adaptada al caso nacional en forma de la ley
del ruido (ley 37/2003) de 17 de noviembre), obliga a construir y
diseñar los llamados mapas de ruidos, que también afecta a la
actividad de los aviones: unos documentos gráficos que limitan los
niveles de decibelios permitidos en cada zona.
6. Cambio climático.
Como todas las actividades humanas involucrando combustión,
muchas formas de aviación lanzan dióxido de carbono (CO2) a la
atmosfera, es muy probable que contribuyen a la aceleración
del calentamiento global. Excepciones son: ala delta, parapente,
guinche lanza-planeadores— si el guinche no es potenciada
por combustible fósil — y vuelos humanos- u otros movimientos no
potenciados con combustión.