14. 2,11 metros de altura. Copia romana de original griego helenístico de un monumento erigido por el rey Atalo I de Pérgamo en el 220 a de Cristo por su victoria sobre los galos
15.
16.
17.
18.
19.
20.
21.
22.
23.
24. El tema es alegórico; se basa en una descripción literaria sobre una pintura de Apeles, descrita por Luciano de Samosata en uno de sus Diálogos. Incluye diez figuras: a nuestra derecha el rey Midas, el Juez malo, es entronizado entre la Sospecha y la Ignorancia; ante él se encuentra el Rencor (o la Envidia) que conduce a una joven (la Calumnia) adornada mediante engaños y la Duplicidad, mientras se arrasta a la Inocencia (o la víctima) semidesnuda. Seguida por la Penitencia. Al final resplandece la Verdad desnuda. La escena se ubica dentro de una estancia con arquitectura clásica con arcadas que presentan esculturas que subrayan el estudio de la antigüedad por Botticelli.
25. La ciudad de Pérgamo. Pérgamo era una pequeña ciudad del Asia Menor, colonia griega de eolios, situada frente a la isla de Lesbos, que empezó a sonar en la Historia cuando Lisímaco nombró gobernador de la misma a su tesorero Filetaeros. Eumenes I (263-241 a. C.) hermano y sucesor de Filetaeros, aprovechó la mala situación en que las invasiones gálatas pusieron al Imperio Seléucida para engrandecer el territorio, que alcanzó su mayor extensión e importancia bajo el gobierno de otro hermano de los anteriores, Atalo I vino el nombre de Atálidas dado a los reyes de este país, cuya capital, Pérgamo, fue (con Alejandría y Antioquia) el tercero de los centros culturales del helenismo. El brillo del reino de Pérgamo prosiguió en tiempos de su sucesor, Atalo II (159-138 antes de Jesucristo), pero la decadencia comenzó en el reinado de Atalo III (138-133 a. J. C.), hijo natural de Eumenes y hermanastro, por lo tanto, de su antecesor. Atalo III, que recibió el sobrenombre de Filometor, fue un curioso tipo de tirano, que odiaba a su pueblo y olvidó las atenciones del gobierno para dedicarse a sus aficiones, principalmente a la jardinería, sobre la que escribió un tratado, y a la fundición del bronce. Completó su lamentable reinado haciendo un extraño testamento por el que legaba su reino a los romanos, de quienes había sido amigo, como lo demuestran los regalos que envió a Escipión Emiliano que sitiaba la ciudad española de Numancia, la cual cayó en manos de los romanos el mismo año de la muerte de Atalo III.
26. El altar de Zeus en Pérgamo. Este templo de la época helenística, llamado Altar de Pérgamo, dedicado a Zeus, responde a un nuevo tipo de edifico religioso, que durante este periodo artístico de la segunda mitad del siglo IV a.C. se puso de moda en los territorios dominados por el imperio griego de Alejandro. Pérgamo se convirtió en uno de los núcleos principales del mundo helenístico, especialmente durante los reinados de Eumenes II (263 - 241 a.C.) y Atalo II, sucesores de Alejandro. En la tradición clásica los altares para los sacrificios se levantaban delante de los templos, como construcciones de menor importancia, ahora éstos adquieren una gran monumentalidad e independencia, y este es el caso del Altar de Pérgamo. Tiene una estructura casi cuadrada de 38 x 36 metros de lado, constituida por una gran escalinata que rodea una plataforma sobre la que se dispone el altar o ara propiamente dicha; a este cuerpo central se unen dos brazos o antepechos que avanzan hacia el frente y encuadran el altar. En alzado domina la elevación de la gran escalinata, más prologada en el cuerpo central que en los laterales del edificio, y un inmenso zócalo decorado con relieves, y que sirve de soporte a una columnata de orden jónico que también actúa como pantalla visual ocultando el altar de los sacrificios. Hay una especie de inversión en la colocación de los elementos arquitectónicos jónicos: el friso no forma parte del entablamento sino del pódium o basamento del templo, cuya enorme elevación y la poca altura de las columnas minimizadas visualmente por tener sobre si directamente la cubierta, tiende a exagerar el sentido de monumentalidad y volumen exterior de todo el conjunto.
27. La escultura. Uno de los aspectos más relevantes de este edificio lo constituye la decoración escultórica de los frisos del podium, cuyos medios relieves de cerca de 2'30 metros de altura por 120 metros de largo son ejemplo de expresividad, movimiento y detallada narrativa. Los relieves están dedicados al tema de la Gigantomaquía y representan los triunfos de Zeus y Atenea sobre sus enemigos los gigantes, aunque en realidad es un símbolo de los enfrentamientos entre los griegos y los bárbaros, asignando al propio rey de Pérgamo el papel del dios vencedor y Atenea la diosa protectora. Los dioses derrotan de forma contundente a los gigantes en diferentes combates singulares. Los personajes desnudos ostentan una anatomía musculosa y voluminosa. Los vestidos parece que se muevan por un fuerte viento. Atenea cogiendo al gigante Alcione por el pelo. La iconografía se interpretó siguiendo los textos de la Teogonía de Hesíodo y la biblioteca de Apolodoro. Según el mito la monstruosa raza de los gigantes, hijos de Urano y Gea, se disputaron el dominio del universo con los dioses olímpicos, estos los derrotaron bajo la dirección de Zeus y Atenea. El mito es una victoria de la civilización contra la barbárie. Se desconoce el esultor que proyectó la gigantomaquia, parece que fue ejecutado por unos cuarenta maestros, es de destacar la notoria unidad de estilos. Gea, la madre de los gigantes. La zona interna presenta un friso de tamaño menor, 1´50 x 80 metros, en el que se narra el mito de Télefo. Es mucho más clasicista que el exterior.
28. EL MITO DE TÉLEFO: Hijo de Auge y Heracles. Su abuelo Áleo, al enterarse del embarazo, decidió matar a Auge ; finalmente, fue vendida como esclava al rey Teutrante de Misia. Auge acabó casándose con el rey, quien adoptó a Télefo. Télefo heredó el trono de Misia. En una ocasión, cuando se dirigía a Troya, el ejército griego desembarcó en Misia y se enfrentó a los hombres del lugar para que no pudiesen auxiliar a los troyanos. Télefo fue herido en un muslo por Aquiles. Los griegos también sufrieron muchas bajas y tuvieron que regresar a Grecia para reorganizar el ejército. Cuando emprendieron de nuevo la marcha, Télefo acudió a su encuentro en Áulide; un oráculo le había anunciado que su herida se la curaría lo mismo que se la había provocado. Les ofreció a los griegos acompañarlos a Troya si le curaban la herida. Aquiles se la curó con la herrumbre de su lanza y Télefo cumplió su promesa.
29. Altar de Zeus Comitent: Àtal I rei de Pèrgam. Tipus d'obra: edifici de culte religiós. Estil: hel.lenístic, escola de Pèrgam. Cronologia: vers 188 aC, durant el regnat d'Èumenes II (197159 aC), després de la Pau d'Apamea que consolidà el poder dels atàlides. Dimensions: 36,44 m als costats est i oest; 34,29 m als costats nord i sud. Localització geogràfica: Originàriament a Pèrgam, avui Bergama, a Turquia. Ara es troba al Pergamonmuseum de Berlín.
30. Descripció i anàlisi de l'obra: El rei Atàlida Èumenes II va fer aixecar aquest monument a Pèrgam, la capital del seu regne, per commemorar les seves victòries al Pont i a Bitínia. Consisteix en una monumental plataforma aixecada sobre un podi massís, envoltat d'una columnata jònica, a la qual s'accedeix des de l'oest per una ampla escalinata. Cal remarcar el protagonisme atorgat a l'escalinata, de dimensions monumentals en comparació amb la columnata. Fou erigit sobre una terrassa de l'Acròpolis de Pèrgam, al sud del temple d'Atena, que es troba a un nivell inferior. A l'est hi ha un propileu, o gran escalinata. El primer que es veia en apropar-s'hi, era la part posterior de l' altar. A la façana principal, per la part oest, els murs laterals es projectaven endavant acollint entre les seves ales la immensa escalinata principal que donava accés al pati tancat de l'interior. L'altar de sacrificis hauria estat situat a l'interior d'aquest pati. L'accés, les ales i l'escalinata és tot el que ens resta del gran edifici. Només queda in situ, a Pèrgam, la base de l'altar per donar-nos testimoni de la seva existència.
31. La part exterior del podi que aguanta la columnata era ornada amb un fris ple de relleus escultòrics que representaven la lluita entre els déus i els gegants, la Gigantomàquia; les cares interiors de l'altar eren ornades amb un fris de dimensions menors que relata la vida de Tèlef, el fundador mitològic de la nissaga atàlida. Al sostre de la columnata també hi havia diverses figures: tritons, grius, lleons i cavalls. Aspectes tècnics i iconogràfics: L'altar és un esplèndid monument escultòric del qual només podem percebre fragmentàriament la seva categoria i estil a causa de les restes escasses que ens han arribat. És el més famós de tots els monuments hel.lenístics. L'estat del monument no ens permet assegurar a qui era dedicat, si a Zeus, o bé a la deessa Atena, o potser a ambdós.
32. El programa sencer del fris i la seva interpretació general poden ser entesos seguint la Teogonia d'Hesíode i la Biblioteca d'Apol.lodor, reculls de relats mitològics. Els gegants eren una raça monstruosa nascuts de Gea, la Terra, i Úranos, el Cel, les deïtats principals de la nissaga més antiga de déus grecs, el lloc preeminent dels quals fou usurpat per Zeus i els Olímpic En el fris de la Gigantomàquia, fet a l'alt relleu, d'una grandària superior a la natural, hi van treballar més de quaranta escultors de l'escola de Pèrgam, alguns dels quals van deixar la seva signatura en el sòcol del fris. Els personatges semblen presa del furor, atacats d'histèria col. lectiva. Tot és moviment exacerbat, brusc; hi ha un marcat contrast entre les cares en tensió dels gegants i les fesomies de trets serens dels déus. Els vestits són representats com si fossin sacsejats per vents huracanats. Les teles formen dibuixos que ignoren l'estructura dels cossos que cobreixen, i se n'independitzen. L'art hel.lenístic assoleix amb aquesta obra el seu punt més barroc, més àlgid, tot seguit vindrà la decadència. Cal remarcar el relleu d'un episodi de la Gigantomàquia on hi ha representats Gea, la mare dels Gegants, Nike alada i la deessa Atena, que agafa pels cabells un dels gegants.
33.
34.
35.
36.
37.
38.
39.
40.
41.
42.
43. Como punto de partida del monumentalismo barroco, sin duda habría que colocar un gran grupo que representa el Suplicio de Dirce; esta obra, de hacia 130 a.C., fue la más apreciada en la antigüedad de cuantas realizaron Apolonio y Taurisco de Tralles, dos escultores formados por Menécrates de Rodas -acaso uno de los que firmaron en el Altar de Pérgamo-, y pertenecientes por tanto a la escuela de dicha isla. Conocemos el grupo a través de esta versión tardía y terriblemente restaurada que es el Toro Farnesio del Museo de Nápoles. Pese a sus infidelidades y añadidos, podemos sentir a través de esta obra la aportación básica del original: se trata de un grupo dinámico, perfectamente tridimensional, y asentado en una base paisajística. Apolonio y Taurisco lograron un indudable efecto expresivo, y ello a pesar de partir de elementos tan diversos como el realismo de los animales, las actitudes rígidas de los jóvenes, y esa compleja torsión en espiral de la figura de Dirce, verdadera síntesis del drama. El Presidente de Brosses escribió en el siglo XVIII sobre esta espectacular obra: "Aquí la acción, las expresiones, las actitudes, son de gran fogosidad y de un gran estilo griego; la ejecución tiene, por lo demás, algo de rudeza y de grosería que desagrada. Si se la coloca en la primera clase de las esculturas antiguas es más bien por el tamaño de la obra y por su ejecución prodigiosa que por cualquier otra razón".