La amibiasis es una infección causada por la Entamoeba histolytica que puede causar infecciones intestinales asintomáticas o sintomáticas como diarrea sanguinolenta. Se transmite a través de la ingestión de quistes de E. histolytica en alimentos o agua contaminados. Los síntomas incluyen diarrea, dolor abdominal y fiebre. El diagnóstico se realiza mediante el examen microscópico de heces o biopsia intestinal para detectar la presencia del parásito. El tratamiento consiste en medic
2. Amibiasis.
Es una infección producida por una especie patógena
conocida como Entamoeba histolytica (amiba). Esta
parásita al ser humano y puede vivir como comensal en
el intestino grueso; causando infecciones generalmente
sintomáticas que llegan a adquirir importancia clínica.
Esta enfermedad ataca al ser humano en cualquier edad,
siendo más frecuente en niños y adultos jóvenes. Se
manifiesta de diferentes formas produciendo: disentería
aguda/fulminante con fiebres y escalofríos o diarrea
sanguinolenta/mucoide (llamada disentería amibiana)
3. Generalidades.
La amibiasis es la tercera enfermedad parasitaria más importante
del mundo. Tiene una distribución mundial que varía de un lugar
a otro. Generalmente las tasas de prevalencia son más altas en
algunas zonas del trópico, donde el saneamiento es deficiente.
•Tercer causa de muerte por enfermedades parasitarias en países
subdesarrollados
•Tiene distribución mundial
•Principalmente en países pobres
•20% de la población mundial es portadora
•El quiste puede vivir en agua, tierra o heces hasta 1mes en 10 c
•Se divide en 2 clases de entamoeba: invasora y no invasora
4. Causas.
La amibiasis intestinal es provocada por la
Entamoeba histolytica, la cual parásita al hombre por
medio de quistes de esta amiba, la cual penetran en el
intestino e invaden las glándulas de la pared intestinal
para alimentarse de sangre y tejidos.
Un parásito microscópico propagado por moscas,
cucarachas y contacto directo con manos o alimentos
contaminados con heces.
Las causas de infección más comunes afectan a:
• Manipuladores de alimentos.
• Instalaciones de fontanería defectuosas en hoteles o
fábricas.
•Verduras o frutas crudas fertilizadas con heces
humanas o lavadas con aguas contaminadas.
5. Síntomas.
El cuadro clínico se caracteriza por diarrea mucosa
y sanguinolenta (disentería amibiana), fiebre,
escalofríos, estreñimiento de carácter intermitente,
flatulencia, dolor de cabeza, dolor abdominal de
tipo espasmódico y fatiga. Aunque se han podido
establecer cuatro formas clínicas fundamentales
de la amibiasis intestinal:
•La diarreica-disentérica
• la colitis fulminante
• la apendicitis
• el ameboma
6. Diagnóstico.
1. Diagnóstico parasitológico.
El diagnóstico de la amibiasis intestinal está basado en el examen de
heces o en la biopsia. El examen microscópico no permite diferenciar E.
histolytica de E. dispar, excepto cuando los trofozoítos de E. histolytica
presentan eritrocitos fagocitados, que es una condición altamente
asociada con la amibiasis invasora.
2. Diagnóstico inmunológico.
Como se ha mencionado antes, los anticuerpos antiamibianos se
desarrollan sólo en la infección por E. histolytica y no por E. dispar. La
ausencia de anticurpos a E. histolytica en suero después de una semana
de síntomas es una evidencia fuerte contra el diagnóstico de amibiasis
intestinal invasora o de hepática.
3. Diagnóstico imagenológico.
Las radiografías con enema de bario no siempre están indicadas en los
pacientes con colitis amibiana debido al riesgo de perforación y por su
falta de especificidad. Estas radiografías son de utilidad para identificar
los amebomas. Los métodos imagenológicos no invasivos como la
ultrasonografía, tomografía axial computarizada (TAC) y resonancia
magnética nuclear (RMN) han mejorado notablemente la habilidad del
clínico para diagnosticar el absceso hepático amibiano.
7. Tratamiento.
El tratamiento de la amibiasis intestinal debe hacerse
siempre, pues aún en personas asintomáticas es necesario
exterminar los parásitos del intestino con dos finalidades:
evitar que en algún momento haya invasión de los tejidos y
eliminar la fuente de infección.
Los fármacos antiamibianos son de dos clases: amebicidas
tisulares (como los 5-nitroimidazoles) y amebicidas
luminales (como el furoato de diloxanida). La enfermedad
invasora debe tratarse con un amebicida tisular seguido de
uno luminal. Los amebicidas tisulares no son apropiados
para el tratamiento de los individuos asintomáticos, a menos
que exista alguna evidencia de amibiasis invasora.
Los pacientes con colitis amebiana deben tratarse con
rnetronidazol, 750 Mg., tres veces al día, por vía IV o por vía
oral, durante diez días
8. Enfermedades profesionales infecciosas y parasitarias.
1. Helmintiasis, anquilostomiasis duodenal, anguillulosia.Trabajos subterráneos, túneles,
minas, galerías, cuevas de champiñones, etc.Trabajos en zonas pantanosas, arrozales,
salinas.
2. Paludismo, amebiasis, tripanosomiasis, dengue, fiebre papataci, fiebre
recurrente, fiebre amarilla, peste, leishmaniosis, pian, tifus
exantemático y otras ricketsiosis.Trabajos en zonas donde estas
afecciones son endémicas.
3. Enfermedades infecciosas o parasitarias transmitidas al hombre por los animales o por
sus productos y cadáveres (para el tétanos se incluirán también los trabajos con
excretas humanas o animales).Trabajos susceptibles de poner en contacto directo con
animales, vectores o reservorios de la infección o sus cadáveres.Manipulación o
empleo de despojos de animales. Carga o descarga de transportes y manipulación de
productos de origen animal. Personal al servicio de laboratorios de investigación
biológica o biología clínica (humana o veterinaria) y especialmente los que comporten
utilización o cría de animales con fines científicos. Personal sanitario al servicio de
hospitales, sanatorios y laboratorios
.4. Enfermedades infecciosas y parasitarias del personal que se ocupa de la prevención,
asistencia y cuidado de enfermos y en la investigación. Trabajos de personal sanitario
y auxiliar que contacten con estos enfermos, tanto en instituciones cerradas, abiertas
y servicios a domicilio. Trabajos en laboratorios de investigación y de análisis clínicos.
Trabajos de toma, manipulación o empleo de sangre humana o sus derivados y
aquellos otros que entrañen contacto directo con estos enfermos (hepatitis vírica).