1. DE: JAIME DÍAZ PAGE –MÉXICO-
MAYO 2002
ESCRITO 1
Amados hermanos buscadores de la verdad espiritual: En nombre de nuestro
Padre Celestial y Jesús de Nazareth compartimos estas notas espirituales como una ayuda
esclarecedora en nuestra búsqueda de la verdad, en la carrera evolutiva que nos lleva al
encuentro con el Creador, Dios, EL PADRE UNIVERSAL.
LA UNIDAD CON DIOS
Los universos creados y las criaturas contenidas en ellos se encuentran
coordinados en la UNIDAD CREADORA que es DIOS PADRE UNIVERSAL; esta
coordinación unificada de las creaciones y las criaturas en evolución en el tiempo y en el
espacio provee las condiciones ideales para lograr la UNION ETERNA con la Unidad
Creadora que es DIOS.
Sin la coordinación directa con la Divinidad Creadora sería imposible el
logro de la inmortalidad; solo aquello coordinado con la deidad puede aspirar a la obtención
de la Vida Eterna, pues el espíritu de Dios es el que guía para la final fusión con ÉL
MISMO.
Aunque el hombre vive en este momento en los ámbitos de DIOS, pues en él
vive y tiene el SER, tiene el que realizar por sí mismo las acciones espirituales necesarias
que lo lleven directamente a la Fusión con su Divinidad Interior, logrando la sobrevivencia
de su ser espiritual (Alma) cuando abandona este mundo para siempre. La fusión con el
Espíritu Interior Divino representa el establecimiento real de la UNIDAD ETERNA con
Dios, su Padre Creador.
El esfuerzo personal conciente, orientado a la búsqueda de Dios dentro del
hombre por medio de la fe sincera y el anhelo de vivir una vida en rectitud, provocando un
cambio en la Mentalidad que transforma su mente material en una mente espiritualizada,
logra en forma automática su entrada al reino de los cielos. Una fe renovada en el Espíritu
del Señor trae un gran cambio en la mente y conciencia del hombre.
Mientras más el Hombre se acerca a Dios en espíritu y en verdad, más
aumenta sus significados personales de la Verdad, de la belleza y de la Bondad de Dios
Padre Universal; más aumenta su conciencia de UNIDAD con Dios y su AMOR por todo
lo creado.
Dios Padre, el Supremo Espíritu Creador, habita en la MENTE del hombre,
en la mente de cada uno. La Divina Presencia en el interior del hombre representa la
garantía de supervivencia del alma humana (conciencia) en la eternidad. La presencia de
Dios en el hombre significa que “Dios ha encontrado al hombre”, ahora el hombre debe
esforzarse y encontrar a Dios dentro de sí mismo, estableciendo el vínculo indisoluble de la
UNIDAD CON DIOS.
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2. El hombre que despierta ante esta realidad maravillosa debe caminar hacia
arriba y hacia adentro, hacia la Presencia del Padre Universal en el Paraíso, quien es la
Fuente de la Vida inagotable. El hombre debe apreciar su vida, su cuerpo y su conciencia,
ya que lo que el hombre posee le ha sido dado por Dios Padre. Estar vivo, estar conciente,
darse cuenta de que YO SOY VIDA, es el más grande reconocimiento que puede hacer un
hijo de Dios en su vida; y al hacer este reconocimiento, alabar y adorar al Padre Amor que
le otorgó el Don de la Vida. Este reconocimiento debe poner en acción al hombre para ir
mas allá de sí mismo, buscando sintonizarse con la Presencia Divina que habita en su
interior.
El camino de oración-adoración a Dios Padre es la actividad más importante
que puede realizar el hombre que anhela vivir la Presencia de Dios, que anhela unirse
concientemente a Dios y vivir para siempre. Combinando la adoración a Dios con el
servicio desinteresado a la humanidad en Amor Divino, logra una metamorfosis de la
conciencia espiritual del hombre, permitiéndole un aumento creciente de su discernimiento
espiritual, lo cual le hace comprender y aprehender mejor las cosas de Dios, el plan divino
de ascensión de la conciencia del hombre. Así se va cumpliendo el mandato divino “SED
PERFECTOS COMO YO SOY PERFECTO EN LOS CIELOS”. De esta manera el
hombre va trascendiendo su individualidad, alcanzando una conciencia de universalidad
que lo integra concientemente con la totalidad infinita del Padre Universal.
El camino mostrado por Jesús de Nazaret (Padre Creador) hace 2000 años,
es el “camino a seguir” para cada hijo de Dios que anhele la vida eterna, tener vida en
abundancia. Es el AMOR la clave de la ascensión y salvación. Encarnar en sí mismo las
enseñanzas sublimes de Jesús de Nazareth, viviéndolas, es la alabanza más grande que
puede ofrecer un hijo de Dios al Padre que está en los cielos.
Los enviados del cielo para ayudar al ascenso de la conciencia espiritual del
hombre, de toda la humanidad, deben seguir las huellas que dejó Jesús de Nazareth hace
2000 años para alcanzar la entrada al reino del Padre, renaciendo del Espíritu por medio de
la fe sincera y el amor prodigado a toda criatura. Este proceso ascensional debe realizarse
sin excepción por todas las criaturas presentes en el planeta, aun cuando se acerque el final
de una era evolutiva y una nueva dispensación se asome en el horizonte de la humanidad
para continuar su evolución espiritual interminable.
Así es porque así será. Bendiciones para todos. ¡Gloria a Dios!
Ver Cap. 56, Pág. 637.
NOTA: Este trabajo usa citas procedentes de El libro de Urantia, © 1993 que es la
traducción al español de The Urantia Book, © 1955 Urantia Foundation, 533 Diversey
Parkway, Chicago, Illinois 60614, EE.UU; +1 (773) 525-3319; http://www.urantia.org/es;
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