Artículo académico que expone brevemente el modelo del diamante de Porter, tratando además de traer a colación las principales críticas realizadas a su esquema; y finalizando con un esbozo general de propuestas alternativas que han surgido en este marco y que fueron concebidas a partir de los postulados básicos de Porter.
Estudiando la competitividad: Más allá de Michael Porter
1. ESTUDIANDO LA COMPETITIVIDAD: MÁS ALLÁ DE MICHAEL PORTER
STUDYING COMPETITIVENESS: BEYOND MICHAEL PORTER
Jenniffer Ivonne González. Administradora de empresas, Universidad del Cauca
Resumen
El análisis de la competitividad ha sido abordado desde diferentes perspectivas y enfoques,
lo que ha generado un sinnúmero de teorías y paradigmas. Sin dudas el principal referente
a la hora de estudiar la competitividad de las naciones, es el trabajo del muy conocido
académico de Harvard y consultor empresarial Michael Porter, quien en 1990 a través de
su obra La ventaja competitiva de las naciones, sentó la estructura teórica para el análisis
de la competitividad, considerando a la nación como unidad de análisis. En este sentido, el
presente artículo expone a groso modo el modelo del diamante de Porter, tratando además
de traer a colación las principales críticas realizadas a su esquema; y finalizando con un
esbozo general de propuestas alternativas que han surgido en este marco y que fueron
concebidas a partir de los postulados básicos de Porter. La idea es romper un poco la
falacia existente en cuanto a que su modelo es perfecto en sí mismo y que por ende no
necesita modificaciones a la hora de aplicarlo a los diferentes países, cuando en realidad
como estos difieren entre sí, diferentes estilos de diamante necesitan ser construidos y
analizados para cada uno de ellos.
Abstract
The analysis of competitiveness has been approached from different perspectives and
approaches, which have spawned countless theories and paradigms. Undoubtedly the main
reference when studying the competitiveness of nations, is the work of well-known Harvard
academic and business consultant Michael Porter, who in 1990 through his book The
Competitive Advantage of Nations, sat the theoretical structure for the analysis of
competitiveness, looking at nation as the unit of analysis. In this sense, this paper presents
the Porter’s diamond pattern roughly, also trying to bring up the main criticisms of the
scheme, ending with a general outline of alternative proposals that have emerged in this
context and which were designed from the Porter’s basic postulates. The idea is to break
the existing fallacy regarding the perfection of this model therefore does not need
modifications when applying to different countries, when in fact as these differ, different
styles of diamond need to be constructed and analyzed for each of them.
Palabras clave
Competitividad, Ventaja competitiva, Diamante de Porter, Doble diamante generalizado,
Modelo de los nueve factores, Doble diamante dual.
Key words
Competitiveness, Competitive advantage, Porter’s Diamond, Generalized double diamond,
Nine factors model, Dual double diamond
2. Introducción
El origen de la noción competitividad se remonta a Adam Smith, quien en 1776 a través de
su obra Naturaleza y causa de la riqueza de las naciones, fijó la idea de la ventaja absoluta,
según la cual un país únicamente exporta mercancías en las que, gracias a su productividad
superior, ostenta el título de ser el productor de más bajo coste del mundo. Por su parte,
David Ricardo en 1817, en sus Principios de Economía Política, desarrolló la teoría de las
ventajas comparativas para explicar por qué aún produciendo al costo más bajo, una nación
podría importar artículos. En ella, Ricardo señala que esto puede ocurrir cuando las
diferencias en la dotación de factores y en las condiciones de producción (sobretodo en lo
referido a la productividad de la mano de obra), hacen que una economía sea incluso más
productiva en la elaboración de otros productos.
Así, tras Ricardo el próximo siglo estaría dominado por las denominadas teorías clásicas
del comercio1
, hasta que en 1985 Michael Porter dejó entrever la necesidad de abordar el
tema de la competitividad desde una perspectiva global y sistémica.
Con este propósito en mente, Porter llevó a cabo un estudio de cuatro años en diez
naciones, mediante el cual buscaba dilucidar los motivos por los cuales los países obtienen
una ventaja competitiva en sectores particulares, además de esclarecer las posibles
implicaciones que ello tiene en la estrategia de la empresa y en la estrategia de las
economías nacionales. (Cho y Moon, 2000) Al final, como producto de ese estudio, Porter
(1990) presenta el modelo del diamante como un nuevo enfoque para el análisis de la
competitividad nacional en su obra cumbre La ventaja competitiva de las naciones.
De esta manera, el presente manuscrito se divide en tres partes. En la primera se sustenta el
núcleo teórico del modelo de Porter. En la segunda parte se enumeran las principales
críticas realizadas a su esquema, y, finalmente en la última sección se exponen los modelos
adaptados para el estudio de la competitividad nacional, los cuales surgieron a partir de la
propuesta original de Porter.
1
Se denomina así a un cuerpo de teorías elaboradas por Smith (1776), Ricardo (1817), Hecksher (1919),
Vernon (1966), entre otros.
3. El diamante de la competitividad
A través de su modelo del diamante, el académico de Harvard describe el funcionamiento y
la interacción intrincada de cuatro determinantes genéricos que facilitan el desarrollo de
ciertas ventajas competitivas precursoras del éxito internacional de las empresas nacionales,
por lo que el modelo del diamante de Porter se convierte en un esquema para la
determinación de las condiciones ambientales nacionales requeridas que facilitan el
surgimiento, desarrollo y crecimiento de las empresas dentro de una nación específica y,
por consiguiente, la creación de la riqueza nacional. (Jasson, 2009)
Figura 1. Diamante de Porter
Fuente. Porter (1990, p. 182)
En esta medida, el diamante de Porter incorpora muchas variables importantes en un solo
esquema, las cuales trata de manera endógena o exógena. Las variables endógenas son las
condiciones de los factores, la estrategia, la estructura y rivalidad de las empresas, los
sectores conexos y de apoyo, y las condiciones de la demanda, mientras que el gobierno y
los acontecimientos casuales constituyen las variables exógenas. (Cho, Moon y Kim, 2009)
En conjunto, estas variables influyen en la aparición y el rendimiento continuo de empresas
competitivas a nivel internacional, por cuanto el diamante funciona como un sistema
complejo de factores independientes, que mejoran y se refuerzan mutuamente para darle
dinamismo al sistema, que es en última instancia lo que explica las diferencias en las
fuentes de productividad de cada país, las cuales señalan a su vez, el camino para alcanzar
4. una ventaja competitiva internacional a través de la diferenciación. (Jasson, 2009) Aquí, es
importante anotar que la anterior relación entre dinamismo, productividad y competitividad
se da por cuanto en palabras de Porter (1990, p. 29) “el único concepto significativo de la
competitividad a nivel nacional es la productividad nacional”.
Con todo este marco de acción, Porter finalmente concluye que las naciones tienen éxito en
determinados sectores ya que su entorno nacional es el más progresista, dinámico y
desafiante (Cho y Moon, 2000) o en otras palabras, que “las naciones tienen mayor
probabilidad de tener éxito en sectores o en segmentos sectoriales donde el diamante
nacional es el más favorable” (Moon, Rugman y Verbeke, 1998, p. 137), lo cual implica
que estos “poseen una ventaja competitiva con respecto a los mejores competidores de todo
el mundo”. (Jin y Moon, 2006, p. 196)
Después de Porter y sus postulados acerca de la competitividad de las naciones, los trabajos
ulteriores se enfocaron en su estudio, sin embargo en décadas posteriores, un proceso de
internacionalización de la competencia puso en tela de juicio muchos de los supuestos en
los que Porter fundamenta su teoría. (Jasson, 2009)
Críticas realizadas al modelo del diamante de Porter
Como se ha visto, el modelo del diamante es un enfoque sistémico que tiene el poder de
integrar los muchos elementos que influyen en cómo las empresas se comportan y cómo
progresan las economías (Jasson, 2009). No obstante aun cuando Porter presenta en su libro
una revisión de las limitaciones del paradigma neoclásico y de las teorías del comercio
internacional, las conclusiones de Porter fueron construidas sobre los cimientos de dichos
paradigmas. Por ello, su modelo no pudo escapar a las críticas, las cuales giran alrededor de
cinco aspectos clave:
1. Su enfoque en el país de origen: autores como Rugman y D’Cruz (1993) señalan que el
aspecto más notable de la teoría de Porter es que su modelo se basa en el país de origen
para medir la competitividad internacional. Para ellos, su teoría supedita el éxito de las
firmas nacionales al uso exitoso de los componentes de sus países de origen y a su
5. capacidad para exportar o dedicarse a la inversión extranjera directa saliente. Como
Cartwright (1993) lo menciona, esto se corrobora cuando Porter especifica que todas las
variables controlables que determinan la competitividad de las firmas de un sector
nacional en mercados internacionales, están localizadas en el entorno del mercado
doméstico, así por ejemplo los requerimientos de los clientes y las presiones
competitivas que enfrentan las empresas en sus países de origen, constituyen según
Porter, la puerta principal para alcanzar el éxito competitivo, a través de la innovación
continua en los factores y de las conexiones sinérgicas que se tienen con los sectores
conexos y de apoyo.
2. Su enfoque en los factores físicos: el modelo del diamante de Porter está diseñado
principalmente para explicar las fuentes de competitividad nacional que poseen las
economías de los países avanzados, pues su visión está principalmente sobre factores
físicos y solo toma en cuenta algunos factores humanos, lo cual provoca que su
capacidad sea limitada a la hora de explicar los niveles y la dinámica de la
competitividad nacional en países menos desarrollados o en vías de desarrollo, en cuyo
caso los recursos humanos son los más importantes para la mejora de su competitividad
nacional. (Cho, Moon y Kim, 2009)
3. Su enfoque en la inversión extranjera directa saliente: Porter (1990) planteó no sólo
que la inversión extranjera directa entrante no es nunca la solución a los problemas de
competitividad de las naciones, sino también que la inversión extranjera directa saliente
es la única valiosa para la creación de la ventaja competitiva. Al respecto, el mismo
Porter con el pasar de los años, reconocería la importancia de este rubro, señalando que
“la prosperidad de un país es el reflejo de lo que las empresas (tanto nacionales como
extranjeras) optan por hacer en ese país” (Porter, 2000, p. 16), y que “la productividad
es el objetivo, independientemente de que las empresas que operan en el país sean de
propiedad nacional o extranjera” (Porter, 2003, p. 31).
4. Su perspectiva del papel del gobierno: Si bien el libro de Porter, La ventaja competitiva
de las naciones (1990) incorpora la palabra 'nación' en su título, en realidad, según
6. autores como Cho, Moon y Kim (2009), entre otros, él analiza la competitividad
nacional únicamente a nivel del sector y, en consecuencia, trata al gobierno como una
variable exógena cuyo papel es indirecto. En cambio, desde su mirada, para un análisis
más adecuado de las fuentes de ventaja competitiva de una nación, el gobierno, que es
uno de los factores más importantes e influyentes en la competitividad nacional, debería
incorporarse como una variable endógena. No obstante, al respecto hay que tener
presente que las gestiones exitosas del gobierno pueden ser una condición necesaria
para la ventaja competitiva de un país, más no son una condición suficiente (Wyk,
2010), y en contraste, las acciones del gobierno mal conducidas “pueden ser
contraproducentes y terminar creando un sector nacional protegido que no es capaz de
competir en el mercado mundial”. (Rugman y Verbeke, 1990, p. 43)
5. El rol que le asigna a las multinacionales: Los procesos de globalización procedieron a
ritmo acelerado en los últimos siglos, y en este marco, el rol de las empresas
multinacionales, como fuerza integradora de la economía, no es dirigido adecuadamente
en el modelo de Porter, pues como anota Dunning (1990, p. 111), “hay amplia evidencia
que sugiere que las multinacionales están influenciadas en su competitividad por la
configuración del diamante en algo más que el de sus países de origen, y que estas, a su
vez pueden incidir en la competitividad de sus países de origen”.
Adaptaciones del modelo de Porter
A pesar que el modelo del diamante de Porter contribuyó de gran manera al desarrollo de
una explicación más avanzada de la competitividad nacional, y muchos estudios se han
llevado a cabo a partir de ese modelo, otros tantos han señalado sus limitaciones, las cuales
fueron enumeradas con anterioridad. Como respuesta a dichas limitaciones surgieron
propuestas alternativas que como Rugman y D’Cruz (1993) reconocen, no deberían ser
vistas como un substituto para el modelo de Porter, pues estas se basan en su tesis central
de que “son las firmas y no las naciones las que compiten en mercados internacionales”
(Porter, 1991, p. 61) y por ende es la estrategia corporativa (y no la de las naciones) la
fuente o centro de la ventaja competitiva de una nación. Adicionalmente, es importante
tener presente que todos los modelos a tratar en este documento, emplean los mismos
7. cuatro factores que Porter señala como determinantes de la competitividad nacional, solo
que cada uno de ellos incorpora reformas de acuerdo al tipo de país donde se los pretende
aplicar.
Partiendo de lo anterior, el primer modelo adaptado del diamante de Porter es el
denominado Doble Diamante, el cual fue introducido por Rugman y D’Cruz en el año
1993. Esta propuesta nace gracias a que estudios precedentes realizados por dichos autores
(1991) y por Cartwright (1991), revelaron que el éxito de los sectores internacionales de
Canadá y Nueva Zelanda no podía ser explicado usando el modelo de Porter. Lo anterior se
debe a que dicho modelo -como se había mencionado de manera previa- no considera
suficientemente el papel y la naturaleza de las actividades multinacionales, esto como
consecuencia de su enfoque total sobre el país de origen. (Moon, Rugman y Verbeke, 1998)
Por esta razón, ellos concluyen que el diamante de Porter en su forma inicial, no es la
herramienta idónea para explicar la competitividad de economías pequeñas de comercio
abierto que compiten tanto a nivel nacional como internacional por los mercados y los
recursos, sino que por lo contrario es necesario integrar en un solo modelo el diamante
doméstico junto con el diamante del país o países de referencia, desde una perspectiva
económica. (Liu y Hsu, 2009; Kenji y Son, 2013).
Bajo esta óptica, el doble diamante (a diferencia del diamante de Porter) está construido
sobre la premisa de que las empresas no sólo aprovechan el diamante doméstico sino
también el extranjero “para llegar a ser globalmente competitivas en términos de
sobrevivencia, rentabilidad y crecimiento”. (Moon, Rugman y Verbeke, 1998, p. 136)
De todos modos, aun cuando la actividad multinacional fue incorporada formalmente en el
modelo, Moon, Rugman y Verbeke (1995) encontraron que efectivamente el doble
diamante explicaba bien el escenario competitivo canadiense y neocelandés, pero esta
situación no era extensiva para todas las otras economías pequeñas, por lo que era necesario
configurar un Doble Diamante Generalizado que fuera capaz de analizar la competitividad
de cualquier economía pequeña de comercio abierto. Así, este nuevo doble diamante
incorpora dos diamantes (el doméstico y el internacional) y la diferencia entre estos
8. representa las actividades multinacionales desde un punto de vista bidireccional, es decir el
flujo de la inversión extranjera directa realizada en el país y también la que ejecuta esa
economía en otros países.
Si bien la anterior propuesta presenta una visión ampliada del modelo de Porter, cuando se
trata de explicar la competitividad de países subdesarrollados o en vías de desarrollo,
ambos diamantes se quedan cortos.
Cho (1994) explica que el desarrollo económico que atravesó Corea en las últimas tres
décadas revela cómo grupos de personas bien educadas, motivadas y dedicadas
desempeñan un rol fundamental no sólo en la edificación de la competitividad nacional sino
también en el tránsito de la economía local desde fases menos desarrolladas a etapas cada
vez más desarrolladas, o en otras palabras, en el proceso de mejorar su ventaja competitiva.
Así pues, desde esta perspectiva, surge un nuevo paradigma de la competitividad
internacional, y el tradicional diamante de Porter necesita ser modificado una vez más,
haciendo una diferenciación clara entre factores físicos y factores humanos. Los ‘factores
físicos’ hacen referencia a la dotación de recursos, el entorno empresarial, los sectores de
apoyo y conexos y la demanda interna, es decir corresponden a los determinantes uno y dos
del modelo de Porter. En contraste, los factores humanos incluyen trabajadores, políticos y
burócratas, empresarios y gerentes e ingenieros profesionales, que están ligados a los
determinantes tres y cuatro del diamante y al papel que el gobierno desempeña en el
mismo. Finalmente, la variable azar o casualidad se adiciona de manera exógena para
completar el modelo, el cual se conocería con el nombre de Nueve Factores. (Cho, 1994;
Cho y Moon, 2000)
Como se ha visto, hasta ese momento el diamante de Porter “había sido extendido desde la
perspectiva del ámbito y las fuentes de la competitividad nacional” (Cho, Moon y Kim,
2009, p. 85). Desde la primera óptica, el modelo del doble diamante generalizado extiende
el diamante de Porter desde el ámbito doméstico (o del país de origen) hasta el contexto
internacional, gracias a la incorporación de las actividades multinacionales en el modelo
original. Entretanto, en cuanto a las fuentes de competitividad nacional, el modelo del
9. diamante de Porter ha sido extendido en un modelo de nueve factores con el fin de explicar
mejor el papel dinámico de los factores humanos en la competitividad nacional. No
obstante, para tener una comprensión global de la competitividad nacional de los países
con diferentes características, era necesario integrar en un único modelo los esquemas
existentes y considerar explícitamente los factores humanos internacionales, pues como los
dos ámbitos y fuentes de la competitividad nacional interactúan de forma simultánea, la
competitividad nacional debía analizarse desde ambas perspectivas y por ello surge el
enfoque del Doble Diamante Dual. (Cho, Moon y Kim, 2009)
Figura 2. Doble diamante dual
Fuente: Adaptación de Cho, Moon y Kim (2009)
Consideraciones finales
Los modelos extendidos del diamante de Porter fueron desarrollados para complementar las
partes faltantes u omitidas en los modelos anteriores. En realidad, cada uno de ellos lo
duplica a su manera. El modelo del doble diamante generalizado duplica el diamante de
Porter al incorporar un diamante internacional en el diamante nacional vigente. El modelo
de los nueve factores duplica el diamante de Porter mediante la introducción de un
diamante de factores humanos al diamante de factores físicos existente. Y finalmente el
modelo del doble diamante dual integra las dos extensiones anteriores e incorpora además
los factores humanos internacionales, lo que genera un modelo mucho más completo. (Cho,
Moon y Kim, 2009)
10. Por lo anterior, resulta evidente que cada uno de estos modelos se acopla mejor a naciones
con atributos particulares. Así, el diamante de Porter es idóneo si lo que se busca es analizar
la competitividad de países cuya dotación de factores físicos es determinante y que se
caracterizan además por tener una conectividad internacional limitada debido a la fortaleza
de su economía interna y a su correspondiente enfoque sobre ella. El doble diamante
generalizado, por su parte, resulta ser la herramienta más apropiada para el caso de países
que dependen de factores físicos pero que compiten con y por ellos en una escala nacional e
internacional. Entretanto, el modelo de los nueve factores se ajusta a las condiciones de
países comercialmente menos abiertos donde los factores físicos son importantes, pero los
factores humanos son más importantes aun. Finalmente, para países con adjetivos
heterogéneos, es decir aquellos en los cuales son relevantes tanto los factores físicos como
humanos en una escala nacional e internacional, el modelo del doble diamante dual explica
de manera más integral el grado de competitividad de su economía. (Cho, Moon y Kim,
2009)
Figura 3. Uso de los diamantes
Fuente: Elaboración propia
11. Bibliografía
Cartwright, W. R. (1993). Multiple linked diamonds: New Zealand’s experience.
Management International Review, 33(2): 55–70.
Cho, D. S. (1994). Dynamic approach to international competitiveness: The case of Korea.
Journal of Far Eastern Business, 1(1), 17-36.
Cho, D. S., y Moon, H. C. ([1998] 2000). From Adam Smith to Michael Porter, evolution of
competitiveness theory. Singapur: World Scientific Publishing.
Cho, D. S., Moon, H. C., y Kim, M. I. (2009). Does one size fit all? A dual double diamond
a road to country-specific advantages. Asian Business & Management, 8, 83-102.
Dunning, J. H. (1990). Dunning on Porter. Paper presented at the Annual Metting of the
Academy of International Business.
Dunning, J. H. (1993). Internationalizing Porter’s diamond. Management International
Review 33(2): 7–15.
Hodgetts, R. M. (1993). Porter’s diamond framework in a Mexican context. Management
International Review, 33(2): 41–54.
Jasson, E. (2009). A study of Argentine competitiveness, an extensión of Porter’s diamond
model. Trabajo de grado de Doctorado en Filosofía o Administración. Universidad
York. Toronto, Ontario.
Jin, B., & Moon, H. C. (2006). The diamond approach to the competitiveness of Korea’s
apparel industry Michael Porter and beyond. Journal of Fashion Marketing and
Management, 10(2), 195-208.
Kenji, Y. y Son, M. Y. (2013). A comparative analysis on the competitiveness of korean
and japanese fashion industry by applying generalized double diamond model. Asia
Marketing Journal, 15(1), 57-81.
Liu, D. Y. y Hsu, H. F. (2009). An international comparison of empirical generalized
double diamond model approaches to Taiwan and Korea. Competitiveness Review:
an International Business Journal, 19 (3), 160-174.
Moon, H. C., Rugman, A. M., y Verbeke, A. (1995). The generalizad double diamond
approach to International competitiveness. En A. M. Rugman (Ed.). Research in
global strategic management: A Research Annual, 5, 97-114.
12. Moon, H. C., Rugman, A. M., y Verbeke, A. (1998). The generalizad double diamond
approach to international competitiveness of Korea and Singapore. International
Business Review, 7, 135-150.
Porter, M.E. (1991). La ventaja competitiva de las naciones. Buenos Aires: Ediciones B
Argentina.
Porter, M.E. (2000) Attitudes, Values, Beliefs and the Microeconomics of Prosperity. In:
L.E. Harrison and S.P. Huntington (eds.) Culture Matters: how values shape human
progress. New York: Perseus Books Group, 14–28.
Porter, M.E. (2003) Building the microeconomic foundations of prosperity: findings from
the business bompetitiveness index. In: World Economic Forum (ed.) The Global
Competitiveness Report. Oxford and New York: Oxford University Press, 29–56.
Ricardo, D. C. ([1817] 1971). The principles of political economy and taxation. Baltimore:
Penguin.
Rugman, A. M., y D’Cruz, J. R. (1993). The double diamond model of international
competitiveness: Canada’s experience. Management International Review, 33(2),
17-39.
Rugman, A. M., y Verbeke, A. (2004). A perspective on regional and global strategies of
multinational enterprises. Journal of International Business Studies (2004) 35, 3–
18.
Smith, A. ([1776] 1937). Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las
naciones. Barcelona: Oikos-Tau.
Wyk, J. V. (2010). Double diamonds, real diamonds: Botswana’s national competitiveness.
Academy of Marketing Studies Journal, 14(2).