16. Mis recuerdos
Recuerdo un gran compañero, director del
primer centro donde ejercí. Se trataba de un
pequeño centro rural y en concreto aquel
director me dejó huella. Fundamentalmente
porque siempre fue un compañero dejando en
todo momento a un lado la jerarquía. Un
hombre de muy fácil trato, siempre accesible y
dispuesto. Alguien con quien poder contar y a
quien poder recurrir.
De mi etapa como alumno, no tengo recuerdo
de ningún director. Recuerdo tan solamente
que se trataba de una figura distante que
representaba la autoridad y el orden absoluto.
17. Mis expectativas
Mis expectativas son muy
concretas. Desde que ejerzo como
director actúo en algunos
momentos más dirigido por el
sentido común y la intuición que
por el propio conocimiento. Espero
cubrir lagunas de desconocimiento
y poder actuar más seguro.
18. La labor directiva
En la labor directiva lo que me
genera más interés y al tiempo
inquietud, es todo lo referente a la
aplicación de la normativa que no
puede dejar lugar a inseguridades.
19. Mi experiencia como cargo directivo
El pasado año ejercí como jefe de estudios de
mi centro y en la actualidad soy director del
mismo. Se me brindó la oportunidad (por así
decirlo, porque fui nombrado por ausencia de
candidatos; por decirlo de otro modo,
“digitalmente”), de conocer los toros desde el
otro lado de la barrera. El desempeño de un
cargo directivo te permite, junto con tus años
de experiencia docente, cerrar la curvatura del
círculo. Desde tu posición de docente sólo se
puede entrever lo que significa estar a las
riendas de la gestión. Esta labor puede tener
las dos vertientes, al igual que la de docente.
Tiene momentos muy gratos y del mismo
modo muy ingratos. El vértigo de ser el último
responsable en la toma de decisiones no es
fácil de digerir al menos al principio, con el
tiempo uno se da cuenta que no está solo en
esos momentos y que la labor de equipo es
fundamental.