1. Estrongyloides stercoralis
La característica más destacable de esta
especie es su gran capacidad de adaptación
a distintos medios, por lo que puede vivir
como especie de vida libre o como parásito,
según las circunstancias.
2. Generación de vida libre
• El ciclo vital de este tipo de
generación tiene lugar en la
capa superficial del suelo
cuando esta contiene
abundante humedad. Por
tanto este ciclo es muy
frecuente en los climas
cálidos, donde la humedad
del suelo y su abundancia
en materia orgánica,
incluida la materia fecal
favorecen su supervivencia
y multiplicación.
3. Generación de vida libre
• El macho de vida libre ("de
tipo rabditoide" por la forma
de su esófago) es fusiforme y
ancho, mide 0,7 mm. de largo
por 50 μm de diámetro. Posee
dos espículas. La porción
caudal termina en punta y
está curvada hacia su cara
ventral.
4. Generación de vida libre
• La hembra de vida libre ("de
tipo rabditoide") mide 1
mm. de largo por 60 μm de
diámetro. Tiene órganos
genitales dobles. Los huevos
en desarrollo llenan el útero
y ocupan la mayor parte del
cuerpo.
5. Generación de vida libre
• Las hembras fecundadas depositan
huevos parcialmente embrionados,
que completan su desarrollo en unas
cuantas horas y eclosionan. Las larvas
de primer estadio que salen de los
huevos reciben el nombre de larvas
rabditoides o rabditiformes, miden
unas 300 μm y tienen forma
característica, con un esófago
muscular típico, que presenta una
porción anterior en forma de maza,
estrechamiento por detrás de la parte
media y un bulbo posterior.
6. Generación de vida libre
• Tienen un esbozo genital
relativamente notable, situado
en el lado ventral, hacia la
mitad del intestino medio. Esta
larva se alimenta vorazmente
de partículas orgánicas del
suelo, muda una vez, sigue
alimentándose, crece
rápidamente en el curso de
tres mudas y se convierte en
adulto de vida libre.
7. Generación de vida libre
• La cavidad bucal es corta y
estrecha. En condiciones óptimas
parece que esta fase de vida libre
se puede repetir indefinidamente,
pero cuando se presentan
condiciones desfavorables, las L2
rabditoides se transforman en
larvas filariformes, que son largas
(600 μm) y delicadas, con un
esófago cilíndrico largo (de tipo
filariforme) y el extremo caudal
bifurcado. Estas larvas filariformes
constituyen la fase infestante y
pueden permanecer vivas en el
suelo muchas semanas.
8. Generación parásita
• Al ponerse en contacto con la piel (y con menor
frecuencia con la mucosa bucal) de los seres
humanos, las larvas filariformes penetran en ella,
llegan a los vasos sanguíneos cutáneos y son
transportadas a las cavidades derechas del
corazón, y de éste a los pulmones. El esófago,
cilíndrico, abarca más de la tercera parte anterior
del cuerpo. Poseen órganos genitales dobles, de
manera que, los dos úteros, con sus oviductos y
ovarios, se extienden en ángulo recto a partir de
la vulva, que es corta, uno hacia delante y otro
hacia atrás.
9. Generación parásita
• Aquí rompen los capilares pulmonares y ganan acceso a los
alvéolos. Desde aquí ascienden por el árbol respiratorio y a
través de la glotis pasan al aparato digestivo. Bajan por el
esófago, pasan el estómago y finalmente se establecen en
el intestino. En este tránsito se ha producido la maduración
definitiva hasta hembra adulta parásita. Las hembras
parásitas son delicados gusanos filiformes que miden hasta
2,2 mm. de longitud por unas 50 μm de diámetro. El
esófago, cilíndrico, abarca más de la tercera parte anterior
del cuerpo. Poseen órganos genitales dobles, de manera
que, los dos úteros, con sus oviductos y ovarios, se
extienden en ángulo recto a partir de la vulva, que es corta,
uno hacia delante y otro hacia atrás.
11. Generación parásita
• Los segmentos del intestino normalmente parasitados por
Strongyloides son el duodeno y la parte superior del
yeyuno, pero todo el intestino puede encontrarse invadido.
Además, en determinadas circunstancias pueden
establecerse en otros puntos a lo largo del recorrido que
realizan hasta llegar al intestino. En cualquier caso
rápidamente penetran en la mucosa e inician la
reproducción mediante partenogénesis. Ponen cada día
varias docenas de huevos parcialmente embrionados. Estos
huevos suelen eclosionar en los tejidos donde son
depositados y las larvas que salen de ellos son L1
rabditoides, que emigran a la luz del intestino y con el
contenido de éste lo recorren, siendo evacuadas con las
heces.
12. Generación parásita
• A partir de este momento pueden desarrollarse
dos tipos de ciclo diferentes, llamados ciclo
homogónico o "corto" y heterogónico o "largo"
dependiendo, entre otras causas, de los factores
ambientales.
• En el ciclo homogónico o corto, cuando la larva
rabditoide L1 llega al exterior, pasa a L2 y esta
directamente a larva filariforme infestante, que
podrá penetrar en un nuevo hospedador cuando
se ponga en contacto con él.
13. • En el ciclo heterogónico o largo, la L1 podrá
evolucionar a L2, L3, L4 y adultos de vida libre
que se reproducirán y mantendrán esta
condición en tanto las circunstancias sean
favorables. Pero cuando estas se hagan
desfavorables, la primera L1 cambiará a L2 y
esta a larva filariforme infestante.
14. • En ocasiones se puede producir lo que se conoce como
autoinfestación. Consiste en que todas o algunas de las
larvas rabditoides que se encuentran en la luz del intestino,
experimentan una muda a L2 rabditoide, que después se
transforman en larvas filariformes en el "tránsito" hacia los
segmentos inferiores del intestino, y como son infestantes
pueden ser causa de reinfestación al invadir la mucosa del
segmento terminal del íleon o la del colon, y a través de la
porta-hepática llegan a los pulmones, pasan de nuevo al
intestino y maduran en su mucosa. En otros casos, las
larvas filariformes se eliminan con las heces, y al ponerse
en contacto con la piel de la región perianal o perineal
causan reinfestación.
15. • Por tanto, las vías a través de las cuales puede resultar
infestado el hombre son:
• Por penetración a través de la piel, de larvas fjlariformes,
presentes en el suelo, que proceden del ciclo de vida libre
del parásito.
• Por autoinfestación externa, es decir, por penetración a
través de la piel perianal y perineal, de larvas filariformes
presentes en las heces, que quedan adheridas a estas
regiones tras la defecación.
• Por autoinfestación interna, es decir, por penetración a
través de la pared intestinal, de larvas filariformes
formadas en el interior del intestino a partir de larvas
rabditoides.