1. Juan Antonio Pérez García
4ºB ADE Y Derecho
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El Dilema de España
Ser más productivo para vivir mejor
1. Introducción
Hace poco me recomendaron un libro, uno de esos que suelen analizar el
problema de nuestro país. “El dilema de España”, así se titula, es una obra más que
necesaria, podría decirse que imprescindible para conocer desde un punto de vista
atrevido y abierto, con alta calidad de expresión y directo, la situación que está
atravesando España desde la crisis económica así como para reflexionar sobre que
caminos debemos seguir para avanzar en un futuro, si el corto y desconocido o el largo y
conocido.
El autor del libro ha sido el ilustre Luis Garicano Gabilondo, economista español
y catedrático de la London Business School, que cuenta con una amplia trayectoria
formativa en Economía, Empresa y Derecho a nivel internacional y que ha dado un salto a
la fama por su vinculación con el Partido Político Ciudadanos donde pretende ilustrar su
pensamiento mediante su programa económico donde nos pretende hacer recapacitar y
realizar un análisis más pormenorizado de sendos factores, a mi juicio, altamente
relevantes para los problemas que atraviesa España y “silenciados” – por no decir
ignorados - por aquellos que pueden silenciar.
2. Resumen
Ya con su subtitulo “Ser más productivo para vivir mejor”, el autor nos hace una
breve referencia a que el fin de nuestro país debe ser la productividad, buscar una buena
gestión y coordinación de los medios principales para obtener un mayor rendimiento con
el menor número de factores (lo que paradójicamente coincide con la eficiencia). Esto solo
puede vislumbrarse a través de tres variables fundamentales: Las instituciones públicas,
las instituciones económicas y el capital humano. Para el vallisoletano, solo se puede
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avanzar si se tienen nuevas ideas, si a través de la innovación, que tanto ha contribuido a
la Tercera Revolución Industrial, se encuentran mejoras en estos tres elementos. Se hace
una revisión general de la situación y se propone que medidas podrían estar perjudicando
fundamentalmente un desarrollo nítido y rápido de España que la lleve a ser la Dinamarca
del Norte.
3. Partes y análisis de la obra. Juicio Crítico
El texto al que aludo, cuenta con una introducción, tres partes, dos conclusiones
y un pequeño epílogo. Al momento de reseñar con ímpetu aquellos elementos que más me
han llamado la atención, es apropiado aportar un juicio crítico que en ocasiones
completará lo aportado por el autor, y en otras ocasiones, criticará la idea introducida por
el mismo.
La primera parte del libro, titulada “el mundo en el que vivimos” presenta una
revisión global, de economía mundial, sobre los cambios que está experimentando el
mundo y que podrían llegar a afectar a la economía española, desde el mercado de trabajo
hasta a la sociedad y la evolución del propio país. El crecimiento económico de occidente
está superando con creces una carrera de obstáculos mediante la innovación, las nuevas
ideas, que está aportando una mejora en la producción con los mismos recursos, un valor
añadido a la competencia de estos países como es el caso de Estados Unidos, que, a modo
de ejemplo, podría llegar a superar a Arabia Saudi en energía debido a las nuevas técnicas
aplicadas en extracción de petróleo y la consideración de alternativas como las energías
solares. En este contexto de globalización y competencia, se observa irremediablemente
la sustitución de las tareas especializadas horizontalmente (también llamadas rutinarias)
mediante el uso de máquinas y ordenadores, a favor de la evolución tecnología, que se ha
visto incrementada a pasos agigantados en los últimos años – y que seguirá
incrementadose- , y cuyo remedio viene de la mano de adaptarse persiguiendo el buen
conocimiento y dominio de las matemáticas y la estadística, para abordar problemas
abstractos y de difícil comprensión, y el inglés, como idioma más generalizado. El objetivo
es saber abordar la inminente cantidad de información que deben procesar, con
creatividad y criticidad, generando un “plus” a su puesto de trabajo que haga
irremplazable su participación al grito de “las máquinas no sustituirán al ser humano”.
Además, aquellos puestos que gocen de un factor interpersonal que lleven a cabo tareas
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de imposible realización por máquinas, no podrán ser reemplazadas como son el caso de
las tareas físicas propias como cuidar a niños u operar a un enfermo y las tareas abstractas
como diseñar una estrategia de marketing o inventar un nuevo producto financiero.
Si tan importantes son estás competencias, ¿Por qué en España aún seguimos
en la cola de Europa en Educación o nuestras Universidades no rezan como “prestigiosas”
en el ranking de Shangai? No es la primera vez que el Informe PISA pone de manifiesto la
carente situación de nuestra educación ante el resto de países de Europa. El tema de la
educación en España es ya objeto de debate, considerado un juego de los partidos
políticos, que no prestan su interés en invertir de la mejor manera posible en aquellas
áreas de obvia importancia prospectiva a favor del talento de las futuras generaciones,
véase la ejemplificación de Finlandia. Precisamente, en el último informe PISA se observa
como los alumnos escasean en Matemáticas, Lectura y Ciencias, competencias muy
básicas e importantes para el nuevo mundo. En lo que a mi concierne, sería más que
apropiado comenzar a aportar una educación más creativa, general y enfocada en la
cultura internacional, con mayor flexibilidad y adaptación del profesorado, comenzando
por formar élites en el campo de la docencia (incluida la Universidad, donde la
investigación precede a la enseñanza) y pasando de la objetivación del currículo educativo
a personalizar según el talento del alumno dicha educación. Esto pasa por fomentar el
aprendizaje en las disciplinas señaladas por Garicano, desde su comienzo temprano,
teniendo en cuenta la transmisión de valores intrínsecos y competencias como la
honradez, la simpatía, el trabajo en grupo, la adaptación, la resiliencia, basándose en una
educación menos memorística para dar paso a otra más práctica, de habilidades, donde el
talento sea detectado para ser potenciado y donde se recompense el esfuerzo, la
dedicación y la participación, formando una verdadera meritocracia propia de un premio
Nobel. Los alumnos deben ser capaces de tener visión ulterior a nuestra época para
evolucionar y como bien señala nuestro autor, innovar para producir más, mejor y
diferente a los demás, con los mismos recursos. La educación requiere también del
fomento de lo bilingüe en un marco cada vez más multicultural y plurilingüe, pero de esa
que se enseña de forma oral y eficiente, de la que se aprende a comunicarse con los demás,
no de la que requiere de más de 10 años para acabar buscando una educación
independiente mediante otra institución privada (como las academias). A su vez, la
tecnología, considerada también un enemigo del factor trabajo, debe ser aprendida desde
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su iniciación cuando en pocos años más de la mitad de los puestos de trabajo dependerán
de ella y condicionará a los nuevos empleos. Se debe disciplinar a nuestros menores en el
uso de internet y los sistemas, los smartphones y otros medios IT que revolucionarán –
sino lo están haciendo ya – todo lo que conocemos hasta ahora del “work market”. Por
último, es importante abatir el problema del fracaso escolar, del “para que voy a estudiar,
si puedo trabajar” con programas como la formación dual instalada en Alemania o la
concienciación de los estudiantes a favor de seguir formándose incluso cuando ya ocupen
un puesto de trabajo fijo (en contra de la tendencia de asentarse y no volver a tocar un
libro), combatir el dinero fácil, sabiendo que es el principal móvil de la mayoría de las
personas, y saber que la inversión en formación vendrá acompañada de una alta
rentabilidad en unos años posteriores, en aquel lugar donde se alabe y se respete al
cualificado, preferiblemente en España.
La segunda parte del libro, con su nombre “España tras la burbuja”, se puede
emprender un viaje por las consecuencias de la burbuja inmobiliaria, conocida como crisis
económica, que ha tenido lugar en España. Con una expresión que da en el clavo y un
lenguaje que tacha las cosas por su nombre, Garicano expone el marco institucional y
político, calificado de débil, de enchufismo por doquier, característico del “palco del
Bernabéu y del despacho de Bárcenas”, del germen de la corrupción generalizada y de la
mediocridad de nuestros políticos. Sobre esto último, muy buena la expresión del “no
listen de ask” protagonizada por el presidente de COE que tuvo que hacer el ridículo al
mostrar al público su nivel de inglés, por no recordar a Ana Botella y su bien acogido con
gracia “relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor”.
Ya se sabe de la necesidad de que nuestro político sea una élite, el representante
de millones de personas debe ser una persona (o conjunto de ellas) con un alto nivel de
formación, posicionados en un sistema institucional que reconozca verdaderamente una
división de poderes – obviando el amigueo- y que incluya una serie de mejoras propias de
un sistema elitista. Empezando por el nivel socio-cultural y las competencias básicas, que
exigen pero que no tienen, como el inglés y pasando por un proceso de selección para
poder llegar a ser representante. Que, si discrepo con Garicano, en que las oposiciones son
solo un medio estancado de formación y experiencia, pues son un medio apropiado para
demostrar tu calidad formativa y que “vales para el trabajo asignado”, si que sería
apropiado aportar un “concurso” más enfocado, no solo en tu especialidad, sino en
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demostrar todas las competencias propias del puesto que deben afrontar (que aporten
más experiencia general). Que un político sea registrador de la propiedad, pero no sea
capaz de dar un discurso sin tener densos errores de expresión, muestra claramente un
fallo en el sistema. También tendría que venir acompañado de una evaluación objetiva, o
subjetiva pero profesional, nada arbitraria, como no ocurre, y no lo digo yo, con el
Tribunal de Cuentas, con elección por listas abiertas, donde el pueblo decida qué ministro
escoger (a ser posible como los de Canadá), y donde exista una verdadera coherencia
entre la posición y la educación/experiencia obtenida (el de educación en educación, y el
de economía… Éste… éste mejor que no esté en todos lados). Sobre la responsabilidad
penal del político, mejor dejarnos de aforamientos, que luego llegan los indultos, o mejor,
las amnistías, aquello que se va dejando y luego se olvida. Lo mismo necesitaríamos aquí
un órgano independiente y objetivo, que fiscalice la actuación del Gobierno y del Político,
a favor del pueblo. El último problema al que me refiero, es el del asentamiento político,
al conservadurismo no alineado con la necesidad de adaptación que nuestro nuevo siglo
requiere. Las clases políticas están incrustadas en una espiral ya dejada en el 1978, sin
modificaciones alentadores e innovadores, sin emprendimientos realmente eficientes,
con los mismos problemas de siempre (la mayoría de ideología y presupuesto), con el
bipartidismo, que por fin se ha interrumpido para dar paso a nuevas opciones, que por fin
pueden entrar los nuevos. Goza de importancia, también, el tema de los salarios, pues sí
que coincido en que un político debería tener un mayor sueldo, pero ganado a partir de la
dedicación plena a la política. Me resulta curioso como un Juez tiene tantas
incompatibilidades, pero un político no… miembros de Consejos de Administración de
Empresas Públicas y Bancos, con ventajas económicas, como el Ipad de turno y las dietas,
con la mezcla de lo privado y lo público... Ante esto, como es previsible, se va a anteponer
el factor económico y el dinero en favor del interés propio frente al bienestar colectivo del
pueblo que te ha colocado ahí. Discrepo con el autor en el uso del factor salarial como
incentivo para “atraer a las élites” pues la cuestión, opino, no radica ahí, sino en la
dificultad de financiación y la gran burocracia existente para poder crear un partido
político que haga frente a los ya asentados (en un sistema donde la difusión depende de
los medios y ahora, de internet, el dinero puede hacer mucho daño, y gana).
La tercera parte de nuestro libro, busca proponer una serie de soluciones para
hacer de España “un país del Norte”. Con el fin de proponer “un modelo económico y
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político más. humano y eficiente”, el autor nos propone algunas mejoras similares a las ya
reseñadas. En conjunto, buscan una transformación positiva de las instituciones e
independencia de los órganos inspectores, el fomento de la competencia (deberíamos
tener más multinacionales, con una cultura más emprendedora, y dejarnos de tanta
PYME), poner fin al capitalismo del Bernabéu, enfocarse en renovar la educación en todos
sus niveles y generar un mercado que funcione. El propio autor, en su obra posterior,
“recuperar el futuro: doce propuestas que cambiarán España” hace más hincapié en que
modificaciones deben producirse para adaptar nuestro Estado, con un cierto enfoque
interno, y echándose en falta alguna reseña a la situación externa (la deuda de España, la
influencia Alemana, etc.). Estas reformas abarcan desde la contención del gasto público,
las rebajas fiscales y la reforma laboral hasta un Estado Emprendedor,
Finalmente, el libro presenta dos posibles caminos espeluznantes y futuristas
(en el 2030). El primer camino ilustra una situación muy benévola para España al simil
de Dinamarca del Sur mientras que en el segundo se muestra una España espantosa en
comparación a Venezuela. Hay que repuntar que el libro es una ilustración más que veraz
de lo que se puede encontrar hoy en nuestros días y es de gran interés conocer desde la
perspectiva internacional de un intelectual, como es Garicano, que es lo que podría pasar
en nuestro futuro. La forma de expresión tan liberal de Garicano alude a su propia
calificación de héroe al mostrar unos ejemplos que podemos escuchar en el telediario de
turno todos los días (y que algunos pueden considerar un “ataque”) y esto, precisamente
esto, es lo que realmente preocupa, a donde vamos y donde estamos por ir. Con esto, cabe
preguntarnos… ¿Qué camino queremos para nuestra España del Sur, el largo y conocido
o el corto y por conocer?