1. Universidad Nacional Autónoma de
Honduras del Valle de Sula
Licenciatura en Psicología
Resumen:
Capítulo 6: terapia de conducta
PS-667 Técnicas Terapéuticas I
Lic. Juan Jose Velasquez
Presentado por:
Carmen Jissell Espinal Martell
20192030463
Karol Stephany Galeas Castellon
20182030304
Seccion 1000
10 de Julio del 2023
San Pedro Sula, Cortes, Honduras
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Capítulo 6
Terapia de conducta
Introducción
La modificación de conducta o terapia de conducta surge hacia la mitad del presente siglo como
una alternativa revolucionaria a la actuación en el ámbito de la “salud mental”. En sus primeros
momentos, aparece como una revolución frente a los modelos explicativos y procedimientos de
intervención en este ámbito, a la vez que como un movimiento científico con respuestas más
eficaces a las demandas sociales existentes al respecto. Desde sus comienzos, se configura como
una alternativa innovadora, válida y eficaz, no sólo para explicar los problemas planteados, sino
para aportar soluciones más eficaces a estos problemas.
La terapia de conducta supone un cambio radical. En primer lugar, abandona el concepto de “salud
mental”, por el de “conducta anormal”, entendiendo anormal en función de su adaptación al medio
ambiente. No se considera que las personas sean “anormales”, sino que realizan alguna o algunas
conductas anormales. En consecuencia, el objetivo se centrará en promover el cambio de las
posibles conductas desadaptativas, ya sea reduciéndolas o eliminándolas, o bien, desarrollando
otras alternativas.
Caracterización de la terapia de conducta
Modelo de conducta anormal en terapia de conducta
Las conductas de las personas, lo mismo que las de cualquier otro organismo, se llevan a cabo
siguiendo determinadas leyes o reglas, no por azar. Estas leyes vienen determinadas por la
adaptación de los organismos al medio. Por tanto, no puede haber diferencias “cualitativas” entre
las conductas, pues todas están regidas por la adaptación al medio, y el organismo que no realiza
conductas que le adapten al medio no sobrevivirá.
Características básicas de la terapia de conducta
Las conductas anormales se adquieren, mantienen y extinguen según las leyes generales que también rigen las
demás conductas consideradas normales. Por la misma razón, pueden modificarse de idéntica forma que las
conductas normales.
La labor del terapeuta de conducta se centra en el análisis, evaluación y tratamiento de conductas específicas y
sus determinantes, y no en constructos internos o en hipotéticas causas subyacentes no objetivables ni
operativizables.
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Se subraya la trascendencia de la conducta mensurable y se toma ésta como el objeto de referencia. El término
mensurable no siempre significa conducta manifiesta; de hecho, algunos de los seguidores de este modelo se han
interesado por constructos internos o respuestas encubiertas.
El proceso de diagnóstico consiste en la evaluación continua de los repertorios conductuales del sujeto. Dicha
evaluación implica el estudio de las conductas y las variables específicas o determinantes que controlan su
aparición.
El objetivo de la intervención será instalar conducta(s) que el sujeto no tiene o sustituir la(s) que tiene por otra(s)
más adecuada(s). Se trata de producir un cambio conductual observable y medible, directa o indirectamente, en
cualquiera de las tres modalidades de respuesta:
Motoras
Fisiológicas
Cognitivas
La intervención puede dirigirse no sólo a modificar de forma directa las conductas del sujeto, sino el medio físico
o social de éste como forma de cambiar sus conductas.
Es un enfoque centrado en el aquí y ahora, el énfasis se coloca en los determinantes actuales del comportamiento.
La historia pasada es relevante en la medida en que informa de variables que influyen en la conducta presente.
El terapeuta de conducta debe adaptar su actuación a las características individuales del paciente y su medio,
diseñando y aplicando en cada caso un programa de intervención concreto para modificar las conductas
específicas o las condiciones del medio objeto de intervención.
Los procedimientos de intervención deben evaluarse en forma experimental y comprobar su eficacia. Es
necesario establecer tanto la eficacia de técnicas o programas de intervención, como de cada uno de los
componentes incluidos.
Los conocimientos, métodos y procedimientos de la psicología experimental se emplean como base fundamental
para ampliar el conocimiento acerca de la etiología de la conducta, su evaluación, desarrollo y modificación.
Técnicas de intervención en terapia de conducta
Uno de los aspectos más destacados y destacables de la terapia de conducta ha sido el desarrollo
de procedimientos de intervención sistematizados y breves, que además han expuesto de forma
reiterada su eficacia, tanto en general, como en forma específica en los diferentes ámbitos de
aplicación. Este modo de abordar el aprendizaje del quehacer profesional de los psicólogos clínicos
desde una perspectiva científica es revolucionario frente al desarrollado por acercamientos
alternativos, en los que el aprendizaje se aproxima a ritos iniciáticos o noviciados. Las primeras
técnicas (técnicas operantes, desensibilización sistemática, técnicas aversivas, entre otras) se
desarrollaron a partir de la teoría del aprendizaje.
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Técnicas de control de la
activación
• Relajación diferencial o
progresiva
• Entrenamiento autógeno
• Técnicas de control de la
respiración
• Técnicas de biofeedback
Técnicas
de exposición
• Desensibilización
sistemática
• Inundación,
• Exposición guiada
• Autoexposición.
Técnicas basadas en el
condicionamiento operante
• Reforzamiento positivo y
negativo
• Moldeado
• Encadenado
• Extinción operante
• Tiempo fuera de
reforzamiento
• Costo de respuesta.
Técnicas aversivas
• Castigo
• Procedimientos de escape
• Procedimientos de
evitación
• Condicionamiento clásico
con estímulos aversivos
Técnicas de
condicionamiento encubierto
o imaginari
• Sensibilización encubierta
o imaginaria
• Modelado encubierto o
imaginario
Técnicas de afrontamiento
• Inoculación del estrés
• Entrenamiento en manejo
de la ansiedad
• Detención de pensamiento
• Técnicas de
autoinstrucción
Técnicas generales
Técnicas específicas
Las técnicas son sólo instrumentos auxiliares y que la labor central del terapeuta de conducta es el
diseño de un programa de acción individualizado a partir de la adecuada evaluación y formulación
del problema.
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•Reside en dejar de dispensar reforzamiento a una conducta
previamente reforzada.
Extinción
•Consiste en reforzar una conducta que es incompatible o
alternativa a la que se desea eliminar.
Reforzamiento diferencial de conductas
incompatibles o alternativas
•Se funda en el retiro al acceso a las fuentes de reforzamiento
durante un periodo, de forma contingente a la emisión de la
conducta.
•Se aplica cuando sabemos lo que controla la conducta, pero no
podemos eliminarlo.
Tiempo fuera de reforzamiento
•Consiste en retirar cantidades específi cas de reforzadores de
forma contingente con la emisión de la conducta que se desea
reducir.
Costo de respuesta
•Se basa en que el sujeto realice un esfuerzo que remedie las
consecuencias negativas de la conducta desadaptada.
• Dos componentes básicos: Restitución y Práctica positiva
Sobrecorrección
• Implica la presentación repetida de un estímulo muy reforzador
para el paciente, en un lapso pequeño, hasta que el estímulo
pierda su valor reforzante.
Saciación
• Consiste en la presentación de un estímulo aversivo de forma
contingente a una conducta.
Castigo
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Ámbitos de Aplicación de la Terapia de la
Conducta
Área clínica y de salud:
La terapia de la conducta es una forma de tratamiento psicológico que se centra en modificar
conductas problemáticas y promover conductas saludables. En el ámbito clínico y de salud, se
utiliza para tratar una amplia gama de trastornos y problemas emocionales, como la ansiedad,
la depresión, los trastornos alimentarios, las adicciones y las fobias. La terapia se basa en la
premisa de que los comportamientos son aprendidos y, por lo tanto, pueden ser desaprendidos
o reemplazados por conductas más adaptativas.
Área laboral:
La terapia de la conducta también tiene aplicaciones en el ámbito laboral. Se utiliza para
abordar problemas relacionados con el estrés laboral, la ansiedad y la falta de habilidades
sociales en el entorno de trabajo. La terapia puede ayudar a los individuos a identificar y
modificar patrones de comportamiento contraproducentes, mejorar la resolución de problemas
y desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas. Además, puede ser útil para abordar
problemas de relación en el lugar de trabajo y promover un ambiente laboral saludable.
Área de deportes:
En el ámbito deportivo, la terapia de la conducta se utiliza para mejorar el rendimiento y la
conducta de los atletas. Los terapeutas trabajan con los deportistas para ayudarles a identificar
y superar barreras psicológicas que puedan afectar su desempeño, como la ansiedad
competitiva, la falta de motivación o la falta de concentración. Además, se pueden utilizar
técnicas de modificación de conducta para fortalecer habilidades específicas, como la
visualización mental, el control del estrés y el establecimiento de metas.
Área escolar:
En el ámbito escolar, la terapia de la conducta se emplea para abordar problemas de conducta
y mejorar el rendimiento académico de los estudiantes. Los terapeutas trabajan con niños y
adolescentes para identificar y modificar comportamientos problemáticos en el aula, como el
déficit de atención, la impulsividad o la agresión. Además, la terapia puede ayudar a los
estudiantes a desarrollar habilidades de estudio efectivas, a manejar el estrés relacionado con
el rendimiento académico y a fomentar una actitud positiva hacia el aprendizaje.
En resumen, la terapia de la conducta es una forma de tratamiento psicológico ampliamente
utilizada en diversas áreas. Se enfoca en modificar comportamientos problemáticos y promover
conductas más adaptativas, y su ámbito de aplicación incluye la clínica y la salud, el entorno
laboral, el ámbito deportivo y el ámbito escolar. Cada uno de estos ámbitos se beneficia de las
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técnicas de modificación de conducta para abordar problemas específicos y mejorar el bienestar
general de los individuos involucrados.
Avances Recientes en la Modificación de la Terapia de
Conducta
Problemas a los que se ha dirigido la intervención:
La terapia de conducta ha ampliado su enfoque y ahora se dirige a una variedad de problemas
psicológicos y de comportamiento. Además de los trastornos tradicionalmente abordados,
como la ansiedad y la depresión, se ha avanzado en la intervención en trastornos más
complejos, como el trastorno del espectro autista, el trastorno por déficit de atención e
hiperactividad (TDAH) y trastornos del sueño, entre otros.
Momento o fase de intervención:
Los avances recientes han puesto énfasis en la intervención temprana y la prevención. Se ha
reconocido la importancia de abordar los problemas conductuales y emocionales desde etapas
tempranas de la vida, con el fin de prevenir la aparición de trastornos más graves en el futuro.
La intervención temprana puede incluir programas de apoyo parental, intervención en el
ámbito escolar y el uso de técnicas de modificación de conducta adaptadas a las necesidades
de los niños y adolescentes.
Objetivo de la intervención:
Se ha producido un cambio hacia la promoción del bienestar general y el desarrollo de
habilidades adaptativas. Además de reducir los síntomas problemáticos, la terapia de conducta
actual se centra en fortalecer el funcionamiento global de los individuos. Esto implica fomentar
habilidades de afrontamiento saludables, mejorar la autoestima, promover la resiliencia y
promover un estilo de vida equilibrado.
Destinatarios de la intervención:
La terapia de conducta ha ampliado su alcance y se ha adaptado a diferentes grupos de
población. Se han desarrollado intervenciones específicas para niños, adolescentes, adultos y
personas mayores, teniendo en cuenta las características y necesidades de cada grupo. Además,
se ha prestado más atención a la diversidad cultural y se han adaptado los enfoques terapéuticos
para satisfacer las necesidades de grupos minoritarios.
Colaboración con otros profesionales:
Se ha producido un reconocimiento creciente de la importancia de la colaboración
interdisciplinaria en la terapia de conducta. Los terapeutas ahora trabajan de manera conjunta
con otros profesionales de la salud, como médicos, psiquiatras, trabajadores sociales y
educadores, para brindar una atención integral a los individuos. Esta colaboración permite un
enfoque más completo y eficaz en la intervención.
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Programas y técnicas de intervención:
Han surgido nuevos programas y técnicas de intervención basados en la evidencia. Se han
desarrollado intervenciones más estructuradas y protocolos de tratamiento específicos para
diferentes trastornos y problemas. Además, se ha avanzado en la utilización de tecnologías
digitales y aplicaciones móviles como herramientas complementarias en la terapia de conducta,
lo que ha ampliado las opciones de tratamiento y facilitado el seguimiento de los progresos.
Forma de desarrollar las intervenciones:
Los avances en la terapia de conducta han promovido un enfoque más personalizado y centrado
en el individuo. Se ha reconocido la importancia de adaptar las intervenciones a las
características y necesidades específicas de cada persona. Esto implica una evaluación más
exhaustiva, la elaboración de planes de tratamiento individualizados y la consideración de las
preferencias del individuo en el proceso terapéutico.
Caracterización de La Terapia de La
conducta
Relación terapia de conducta y sistemas de clasificación psicopatológicos:
La terapia de conducta y los sistemas de clasificación psicopatológicos están estrechamente
relacionados. Los sistemas de clasificación, como el DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico
de los trastornos mentales) y la CIE-11 (Clasificación Internacional de Enfermedades),
proporcionan una estructura y un lenguaje común para la descripción y diagnóstico de los
trastornos mentales. La terapia de conducta utiliza estos sistemas de clasificación como guía
para identificar los patrones de comportamiento problemáticos y desarrollar estrategias de
tratamiento específicas.
Marco teórico y nuevos desarrollos de la terapia de conducta:
El marco teórico de la terapia de conducta se basa en los principios del aprendizaje y la
modificación del comportamiento. Sin embargo, la terapia de conducta ha evolucionado y se
ha enriquecido con nuevos desarrollos teóricos y prácticos. Por ejemplo, se han integrado
enfoques cognitivos en la terapia de conducta, dando lugar a la terapia cognitivo-conductual
(TCC). Además, se han desarrollado nuevas técnicas y enfoques terapéuticos, para abordar
trastornos específicos y complejos.
Intervención conductual y conexión entre investigación y práctica clínica:
La intervención conductual se basa en la evidencia empírica y se fundamenta en la
investigación científica. Existe una conexión estrecha entre la investigación y la práctica
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clínica en el campo de la terapia de conducta. Los terapeutas de conducta utilizan la
investigación para guiar sus intervenciones, seleccionando técnicas y estrategias que han
demostrado ser efectivas en estudios previos. A su vez, los resultados y observaciones clínicas
en la práctica informan y enriquecen la investigación, permitiendo la actualización y mejora
de las intervenciones.
En resumen, la terapia de conducta se basa en los sistemas de clasificación psicopatológicos para
identificar y tratar los trastornos mentales. Ha evolucionado teórica y prácticamente, integrando
nuevos desarrollos y enfoques terapéuticos. La intervención conductual se apoya en la
investigación y establece una conexión bidireccional entre la investigación y la práctica clínica,
permitiendo un enfoque basado en la evidencia y una mejora continua de las intervenciones
terapéuticas.