Las personas suelen comprar más en los mercados que en tiendas pequeñas porque hay más variedad de productos y es más rápido. Los clientes prefieren los supermercados porque el trato es más formal, mientras que en las ferias cualquiera puede atender. La mayoría solo tiene tiempo para comprar una vez por semana. Las personas compran en la mañana cuando hay más ofertas. Los supermercados tienen productos más limpios y una distribución más eficiente.