COMUNICADO CNE-CAMPAÑA Y PROPAGANDA ELECTORAL 20240423.pdf
De esparta a espartaco I
1. DE ESPARTA A ESPARTACO
ALEMANIA 1918-1919, de la “puñalada por la espalda” a la
revolución comunista
Francisco José Fernández-Cruz Sequera.
Agosto 2014.
Publicado en: http://lagranpartida.blogspot.com.es
Miembros de los Freikorps en Berlín durante el golpe de Kapp
1
Elegía
“Porque es hermoso que un valiente muera,
caído en las primeras filas, luchando por su Patria.
Es, en cambio, la cosa más dolorosa de todas
vivir como un mendigo, abandonando la Patria y sus fértiles campos,
errante con la madre querida y el padre anciano
y los hijos aún niños y la esposa legítima.
Éste será objeto de odio para aquéllos a cuyo país llegue
cediendo a la necesidad y a la horrible pobreza;
deshonra su linaje, desmiente su noble rostro
y toda infamia y toda vileza va con él.
Por lo tanto, si no hay para un vagabundo ninguna ayuda
ni tampoco respeto, consideración ni compasión,
luchemos valientemente por nuestra tierra
y muramos por nuestros hijos sin ahorrar nuestras vidas.
Así pues, oh jóvenes, luchad unidos
y no déis la señal de la huida vergonzosa ni del miedo;
haced grande y fuerte en el pecho vuestro corazón
y no tengáis amor por vuestras vidas cuando lucháis con el enemigo;
2. ni huyáis abandonando caídos a los de más edad,
cuyas rodillas ya no son ágiles, a los viejos;
pues es vergonzoso que, caído en las primeras filas,
yazca en el suelo delante de los jóvenes un hombre de más edad,
de cabeza ya blanca y barba cana, exhalando en el polvo su alma valerosa,
con las ensangrentadas vergüenzas cogidas en las manos
-visión abominable, cosa impía de ver- y desnudo;
en un joven, en cambio, todo es decoroso
mientras posee la brillante flor de la amable juventud:
su vista produce admiración a los hombres y amor a las mujeres;
caído en las primeras filas, es un héroe.
Ea pues, que cada uno de vosotros permanezca en su puesto
con las piernas bien abiertas, firmemente apoyado en el suelo con los dos pies,
mordiendo el labio con los dientes.”
2
TIRTEO de Esparta, (siglo VII a.C.)
El estallido de la guerra en 1914 dividió radicalmente a los
europeos en muchos más sentidos de los que a primera vista nos
pudiera parecer, mucho más allá de la aparición de dos alianzas de
naciones enfrentadas entre sí. La guerra destruyó imperios, derribó
tronos, alzó al ateísmo frente a la religiosidad europea y arrasó su
cultura y su alma. La guerra dividió a los europeos no sólo en
bandos combatientes, sino en dos conceptos de la existencia
irreconciliables: por un lado, los herederos espirituales de la
antigua civilización y cultura europeas; por el otro, los nuevos
adalides de las fuerzas extraeuropeas y antieuropeas. Una división
que cruzó cada nación no reconociendo más fronteras que las del
alma, pues la guerra, al quebrar la unidad espiritual de Occidente
rompió también la unidad de cada pueblo, que durante los últimos
dos mil años había servido como base para rechazar los asaltos de
los extraños a Europa. Sólo así fue posible que por primera vez
hoyaran suelo europeo las fuerzas militares de los EE.UU., y que se
alzara de su tumba el espectro del comunismo, ese fantasma que
recorría Europa desde 1848 según decían Marx y Engels, que
terminó por torcer los pasos vacilantes del socialismo ético. La
Gran Guerra, terminó enfrentando el espíritu de la noble y temible
Esparta, al del vengativo tiranicida de Espartaco.
Y cuando este conflicto espiritual se tornó militar, y al choque
de espíritus le sucedió el choque de material y ejércitos, se
pusieron de manifiesto las diferencias dentro del movimiento
socialista, que finalmente concluyeron con la división y
enfrentamiento entre las distintas tendencias del socialismo
agrupado en la II Internacional. Cuando llegó el final de los
combates, la facción revolucionaria del movimiento socialista se
encontró ante lo que creía que era el momento idóneo para llevar a
cabo su revolución, siguiendo el ejemplo de la Rusia soviética. De
esta manera, Hungría, Baviera, Alemania o Italia, entre otros,
3. experimentaron sendos asaltos revolucionarios que finalmente
fracasarían. Finalmente, el socialismo terminó dividido en tres
tendencias, que dieron lugar cada una de ellas a la fundación de los
partidos socialistas o socialdemócratas burgueses, de los
comunistas colectivistas e internacionalistas y de los socialistas
identitarios comunitaristas o fascistas.
En el caso de Alemania, el final de la guerra y la proclamación
de la república, vino marcado por dos elementos relacionados entre
sí que entrecruzan su origen y su accionar: por un lado, los
movimientos revolucionarios comunistas; por el otro, la evidente
participación de numerosos judíos en estos acontecimientos.
1. La división de la II Internacional en los años
anteriores a la guerra mundial.
3
En 1889, trece años
después de la liquidación
de la Primera
Internacional (1876), los
socialistas de la época
habían creado una
segunda organización
internacional, denominada
Internacional obrera
Socialista, que era
presidida por Emile
Vandervelde, líder del
Partido Obrero belga, el
partido socialista de la
época, siendo su
secretario Camille
Huysmans, otro conocido
socialista belga. Durante
los veinte años anteriores
al comienzo de la Gran
Guerra, tras la expulsión
de los anarquistas en
1893, tuvo lugar dentro
de la II Internacional, un
encarnizado debate entre
los partidarios de la
revolución y los reformistas. Los reformistas eran partidarios de
llegar a un entendimiento con el poder e integrarse en los
regímenes liberales, realizando una labor progresiva de corrección
del capitalismo, que los aproximara a un sistema socialista.
Mantenían una posición de principios izquierdistas, pero llegaban a
4. decisiones prácticas negociadas con las fuerzas liberales. En el
congreso de la Internacional celebrado en París en el año 1900, el
voto de la mayoría se inclinó por rechazar la participación en el
gobierno; pero, en la resolución final, se dejaba abierta la
posibilidad de la participación en el gobierno en circunstancias
extremas. Parecía así dejarse resuelta la cuestión más fundamental
para el movimiento socialista: integrarse o no en el sistema
capitalista. Debemos señalar, que en este momento aún no eran
mayoría los seguidores del socialismo marxista en el seno de la
Internacional. Pero los socialistas estaban divididos respecto de la
participación de los socialistas en el gobierno y la alianza con los
grupos burgueses.
En la conferencia de la Internacional celebrada en Ámsterdam
en 1904, esta situación dio lugar a un debate entre el francés
Jaures y el alemán Bebel, que tuvo un gran impacto entre los
asistentes, al reflejar dos posiciones opuestas, la pactista del
francés y la revolucionaria del alemán. Sin embargo, en la práctica
política diaria, el parlamentarismo había ganado terreno. Ya entre
1909 y 1910, el asunto fue discutido por los socialistas belgas, que
estaban dispuestos a formar gobierno junto con los liberales, lo que
finalmente no ocurrió a la vista de los resultados electorales. En
todo caso, permanecía la división de los socialistas en torno a la
posibilidad de pactar con los gobiernos parlamentarios liberales.
Conferencia de La II Internacional en 1913
4
5. También estaban divididos, por la cuestión de la conveniencia
y necesidad de utilizar como arma la huelga general política. Era
opinión de muchos radicales, que la mayoría absoluta en el
parlamento no sería suficiente para forzar un cambio de sistema
político, por lo que entendían que era necesario recurrir a la acción
violenta extraparlamentaria de la clase obrera, en forma de huelga
general. En Alemania, el congreso del partido en 1906 desestimó
esta posibilidad, a su empleo se opuso vehementemente Karl
Legien, secretario general del sindicato.
Willi Sitte, Homenaje a Lenin, 1969
5
Otra cuestión que
abundaba en la falta de
unidad de los socialistas,
era la cuestión colonial. La
Internacional se asentaba
en los principios
fundamentales de igualdad
de derechos de todos los
pueblos y razas, su igual
derecho a la dignidad, la
justicia, la libertad y a la
independencia Nacional, así
como en el principio de
solidaridad entre los
oprimidos de todas las
naciones y razas. En el
Congreso de Londres de
1896, la Internacional
había formulado el principio
de "plena
autodeterminación para
todas las naciones",
considerando al
colonialismo como una
"manifestación del
capitalismo". Pero cuando
esta cuestión se enfocaba desde la perspectiva nacional e cada
partido, el enfoque cambiaba. Los socialistas británicos defendían
la colonización con el argumento de que ningún pueblo podía
mantener la exclusiva en la explotación de los recursos a expensas
de otros pueblos; la tierra, como bien común de toda la humanidad
obliga a todas las naciones a compartir sus recursos naturales,
prevaleciendo este derecho sobre los intereses de la población
local. En Alemania, los socialistas reformistas abundaban en la
misma dirección y apoyaban las pretensiones alemanas de
proceder a un nuevo reparto colonial.
6. En el Congreso de París de 1900, ya se apuntaba a la
redistribución de las colonias y de los recursos como causa de una
futura guerra imperialista. Pero la conferencia más importante fue
la celebrada en Stuttgart en 1907, los franceses propusieron la
huelga de masas e incluso la insurrección en caso de guerra; pero
para los alemanes esto era inaceptable, dado que ello les
conduciría directamente a la ilegalización. Presentaron en su lugar
un nuevo texto que nada concretaba. Lenin1, a través de su
1 Lenin es el seudónimo de Vladímir Ilich Uliánov (Simbirsk, Rusia, 22 de
abril de 1870 - Gorki, 21 de enero de 1924), dictador de origen judío y
líder bolchevique. Fue el primer presidente del Gobierno soviético (el
Consejo de Comisarios del Pueblo) de la Unión Soviética, elegido en el II
Congreso de los Soviets de diputados obreros y soldados de toda Rusia el
25 de octubre de 1905. Los documentos procedentes del archivo del KGB
que confirman que confirman el origen judío de Lenin, fueron expuestos
en el Museo de Historia Estatal de Rusia. Entre los nuevos documentos
publicados y puestos en exhibición está una carta escrita por la hermana
de Lenin, Anna Ulyanova, que dice que su abuelo materno era un judío
de Ucrania que se convirtió al cristianismo para escapar de la persecución
en la Zona de Residencia y tener acceso a una mejor educación. “Vino de
una familia judía pobre y fue, según su certificado de bautismo, el hijo de
Moses Blank, un nativo de Zhitomir” (una ciudad occidental de Ucrania),
escribió Ulyanova en 1932. Anna Oulianova hace hincapié en que su
hermano “siempre tuvo una alta opinión de los judíos”. Fue admitido en
la Universidad de San Petersburgo y terminó sus estudios de derecho en
1891. En 1895 participó en la fundación de la Unión para la Lucha por la
Emancipación de la Clase Obrera de San Petersburgo. Pasó deportado a
Siberia hasta 1900. Después de este primer destierro allí, huyó a Suiza,
donde fundó el periódico Iskra (La chispa) en colaboración con Georgui
Plejánov, L. Martov y otros marxistas. Lenin pasó en Europa la mayor
parte del periodo anterior a 1917. Regresó a Rusia tras la Revolución de
1905, pero se vio obligado a abandonar nuevamente el país en 1907 ante
la falta de apoyo que acabó con la insurrección. El estallido de la Primera
Guerra Mundial (1914-18) le dio la oportunidad de poner en práctica sus
ideas: definió la contienda como fruto de las contradicciones del
capitalismo y del imperialismo (El imperialismo, fase superior del
capitalismo, 1916) y, en nombre del internacionalismo proletario, llamó
sin éxito al movimiento socialista mundial a transformar la contienda en
una guerra civil generalizada; más tarde, el deterioro del régimen zarista
por efecto de la guerra le permitió pensar en lanzar la revolución
socialista en su país como primer paso para una era de revolución
mundial. A pesar de las "críticas" al sistema capitalista, los bolcheviques
fueron financiados por los banqueros judíos de Wall Street: los
Rothschild, los Warburg, Kuhn, Loeb, Olef Aschberg, Schiff, Lazare,
Hirsch, Gunzbourg, Speyer, Wallenberg, Guggenheim, Breitung, etc.,
todos promovieron revoluciones socialistas-marxistas y anarquistas. La
Revolución Rusa de octubre de 1917 que derrocó al régimen zarista fue
un acontecimiento que Lenin no había previsto ni tuvo nada que ver con
él, pero regresó apresuradamente a Rusia con la ayuda del ejército
alemán. Los bolcheviques de Petrogrado, entre los que se encontraba
6
7. emisaria la judía Rosa Luxemburgo2, proponía utilizar la crisis
económica y política provocada por la guerra para “acelerar la
Stalin, estaban de acuerdo en que los representantes del ejército y de los
soviets de trabajadores respetaran al Gobierno Provisional de Kerenski
que se había establecido, pero Lenin rechazó esta línea de actuación.
Después de un fallido levantamiento de los trabajadores en julio de 1917,
Lenin escapó a Finlandia ocultándose del Gobierno Provisional. Tras la
agitación bolchevique y la consecutiva caída del Gobierno Provisional, y
como creían tener controlado el II Congreso de los Soviets, los
bolcheviques de Lenin no tienen inconveniente en que se celebren las
elecciones democráticas a la Asamblea Constituyente. Sólo consiguieron
el 23% de los votos. Tras este revés, dieron un golpe de estado conocido
como la Revolución de octubre, gracias a la estrategia bolchevique de
exigir la rendición de Rusia a las potencias centrales, apartando al país de
la guerra en 1918 por la Paz de Brest-Litowsk. Disolvió la Asamblea
constituyente (1918), proscribió a la oposición y creó una policía política
para perseguir a los disidentes incluyendo a los demás socialistas,
siguiendo literalmente las tesis de Marx de acabar con los socialistas no
marxistas; a escala mundial, exigió a los demás partidos socialistas
fidelidad absoluta a sus directrices, , provocando la escisión del
movimiento obrero con la aparición en todos los países de partidos
comunistas sometidos al control de una Tercera Internacional comunista
(Komintern) con sede en Moscú (1919). Delegó en Trotsky la
organización del Ejército Rojo, con el que consiguió arrasar al ejército
blanco tras una dura Guerra Civil (1918-20). Una vez recuperado el
control del antiguo imperio de los zares, articuló el territorio creando la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (1922), a la que dotó de
organización formal por la Constitución de 1923. Tras caer enfermo y
morir, la mujer de Lenin, también judía, conocida como Krupskaya, pero
cuyo verdadero nombre era Nadiezda Konstantinovna, acentuó su lucha
mediante el adoctrinamiento de las mujeres, continuando con el
pensamiento de Lenin. En su Outchit Gazeta escribió (10/Oct./1929):
"Aunque la socialización de las mujeres no está formalmente ratificada en
la lucha soviética, debe convertirse en una realidad y penetrar en la
conciencia de las masas. Consecuentemente, cualquiera que intente
defender a una mujer que es (indecentemente) asaltada, muestra una
naturaleza burguesa y se declara a sí mismo a favor de la propiedad
privada. El oponerse a la violación es resistirse a la revolución comunista
de octubre."Fuentes: http://www.enlacejudio.com/2011/06/10/los-rusos-descubren-
incredulos-los-origenes-judios-de-lenin/;
http://www.anajnu.cl/raicesjudiaslenin.htm;
http://es.metapedia.org/wiki/Vladimir_Lenin
2 Rosa Luxemburgo nació en Zamosc, cerca de Lublin, en la Polonia
entonces controlada por Rusia, en el seno de una familia de origen judío.
Aparece ya como miembro del partido polaco marxista "Proletariat" en
1886. En 1887 Luxemburgo terminó la educación secundaria, pero tuvo
que huir a Suiza en 1889 para evitar su detención. Allí asistió a la
Universidad de Zurich junto a otras figuras comunistas, como Anatoli
Lunacharsky y Leo Jogiches. En 1898, Rosa Luxemburgo obtuvo la
ciudadanía alemana al casarse con Gustav Lübeck, y se mudó a Berlín.
7
8. Allí participó activamente con el ala más izquierdista del Partido
Socialdemócrata Alemán (SPD), definiendo claramente la frontera entre
su fracción y la teoría revisionista del líder moderado el judío Eduard
Bernstein, atacándole en 1899 en un folleto titulado "¿Reforma Social o
Revolución?". Entre 1904 y 1906 su trabajo se vio interrumpido a causa
de tres encarcelamientos por motivos políticos. Sin embargo, Rosa
Luxemburgo mantuvo su actividad política; en 1907 tomó parte en el V
Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso en Londres, donde se
entrevistó con Lenin. Por esos años, Rosa comenzó a enseñar marxismo
y economía en el centro de formación del SPD en Berlín. Uno de sus
alumnos fue el que más tarde se convertiría en líder del SPD y primer
presidente de la República de Weimar, Friedrich Ebert. El comienzo de la
Gran Guerra fue una catástrofe personal que incluso la llevó a considerar
la posibilidad del suicidio. Junto con los dirigentes de origen judío Karl
Liebknecht, Clara Zetkin y el de origen alemán Franz Mehring, creó el
grupo Internacional el 5 de agosto de 1914, el cual se convertiría
posteriormente el 1 de enero de 1916 en la Liga Espartaquista intentando
provocar una huelga general. Como consecuencia de ello, el 28 de junio
de 1916 Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht fueron sentenciados a dos
años y medio de prisión. En 1917, cuando los EEUU intervinieron en el
conflicto, la Liga Espartaquista se afilió al Partido Socialdemócrata
Independiente de Alemania (USPD), compuesto también por antiguos
miembros del SPD opuestos a la guerra, fundado por el también judío
Karl Kautsky. Tras la abdicación del kaiser Guillermo II y tras el
levantamiento conocido como la Revolución de Noviembre alemana, la
cual comenzó en Kiel el 4 de noviembre de 1918, cuando 40.000
marineros e infantes de marina tomaron el control del puerto en protesta
por los planes del Alto Mando Naval Alemán de un último enfrentamiento
con la Real Marina Británica. El 8 de noviembre, los comités de
trabajadores y soldados controlaban la mayor parte del oeste de
Alemania, dando lugar a la formación de la República de Consejos
(Räterepublik), basados en el sistema de sóviets ruso desarrollado en la
revolución rusa de 1905 y 1917. Rosa Luxemburgo salió de la cárcel de
Wroclaw el 8 de noviembre; Karl Liebknecht lo había hecho poco antes y
había ya comenzado la reorganización de la Liga Espartaquista. Juntos
crearon el periódico "La Bandera Roja". Sin embargo, el frente unido se
desintegró a finales de diciembre de 1918 cuando el USPD abandonó la
coalición. El 1 de enero de 1919 la Liga Espartaquista junto a otros
grupos socialistas y comunistas (incluyendo la Internacional Comunista
Alemana, IKD) crearon el Partido Comunista de Alemania (KPD), gracias
a la iniciativa de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo. Esta última apoyó
que el KPD se involucrara en la asamblea constitucional nacional -la que
finalmente acabaría fundando la República de Weimar- pero su propuesta
no tuvo éxito. En enero una segunda ola revolucionaria sacudió Alemania.
En respuesta al levantamiento, la milicia nacionalista Freikorps sofocó el
levantamiento comunista. Tanto Rosa Luxemburgo como Liebknecht
fueron capturados en Berlín el 15 de enero de 1919 y ajusticiados ese
mismo día. Fuentes: http://wikiroja.wikispaces.com/Rosa+Luxemburgo;
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/luxemburg.htm;
http://es.metapedia.org/wiki/Rosa_Luxemburgo.
8
9. caída de la hegemonía capitalista”, haciendo depender cada
actuación concreta de la situación política de cada país.
En 1910, el Congreso de Copenhague, decidió que los
parlamentarios socialistas votarían en contra de todos los créditos
de guerra, y en el congreso extraordinario celebrado en Basilea en
1913, se adoptó una resolución por unanimidad contra la amenaza
de una guerra. El 29 de julio 1914 se celebró en Bruselas la última
sesión del secretariado de la Internacional. Austria ya había
declarado la guerra y en París y Berlín, se habían organizado
manifestaciones a favor de la guerra. Los delegados rusos y
británicos dijeron que iban a resistir y propusieron una huelga
general, pero no había nadie a favor. Los alemanes dijeron que
iban a cumplir con su deber. Los franceses aseguraron la voluntad
de paz del gobierno francés. La última conferencia de la
Internacional antes de la guerra, se celebró en Basilea el 24 y 25
de noviembre de 1912, y nuevamente se realizaron declaraciones
descalificando la posibilidad de una guerra, sin que se acordara una
línea de actuación conjunta.
Rosa Luxemburgo en un mitin antes de la Gran Guerra
El 1º de agosto, Alemania y Francia se movilizaron. Para los
socialistas alemanes, la acción revolucionaria contra el gobierno del
Káiser ni se consideró, y el 4 de agosto votaron los presupuestos
de guerra. Los socialistas franceses invocaron las decisiones de los
socialistas alemanes para colocarse a su vez junto al gobierno. Sólo
los bolcheviques rusos, los socialdemócratas húngaros, búlgaros e
italianos y el Partido Socialista de los Estados Unidos, se aferraron
9
10. a las resoluciones contra la guerra dictadas por la Internacional,
convocando una conferencia por separado en la ciudad suiza de
Zimmerwald sin valor político alguno. La Internacional había
muerto a manos de la Nación.
2. El origen del enemigo interior: el “derrotismo
revolucionario”. La creación de la III Internacional.
Lenin condenó severamente el colapso ideológico de la
socialdemocracia alemana e internacional:
"La actitud de los dirigentes del Partido Socialdemócrata
alemán -el partido más fuerte y más influyente de la segunda
Internacional (1889-1914)- que votaron el presupuesto de guerra y
que recogen la fraseología chovinista y burguesa de los Junkers
prusianos y la burguesía, es una traición pura y simple al
socialismo. Esta actitud no se puede justificar de ninguna manera,
aun suponiendo que el Partido Socialdemócrata alemán sea
extremadamente débil y esté forzado temporalmente a plegarse a
la voluntad de la mayoría burguesa de la nación. De hecho, en la
situación actual, el partido se ha involucrado en una política
nacional-liberal.
La actitud de los líderes de los partidos socialdemócratas
belgas y franceses que han traicionado al socialismo al entrar los
gobiernos burgueses, merece ser condenado de la misma manera.
La traición al socialismo por la mayoría de los líderes de la 2º
Internacional (1889-1914) significa la bancarrota ideológica y
política de esta última."3
Tras concluir que resultaba imposible reconstruir la
Internacional tal y como la habían conocido, predica que:
“La transformación de la actual guerra imperialista en guerra
civil es la única consigna proletaria justa, indicada por la
experiencia de la Comuna, señalada por la resolución de Basilea
(1912) y derivada de todas las condiciones de la guerra
imperialista entre los países burgueses altamente desarrollados.
Por muy grandes que parezcan las dificultades de semejante
transformación en uno u otro momento los socialistas jamás
renunciarán a efectuar un trabajo preparatorio sistemático,
perseverante y continuo en esta dirección, ya que la guerra es un
hecho.” 4.
3 V.I. Lenin, Obras 21, p. 8, Las tareas de la socialdemocracia
revolucionaria en la guerra europea.
4 V. I. Lenin, Sobre el Internacionalismo Proletario, Editorial Progreso,
Moscú. 1975, páginas 86-94.
10
11. Con este fin, Lenin continuó diciendo en su carta a Chliapnikov
Karl Liebknecht
11
que:
"No un sabotaje a la guerra, no a intervenciones aisladas
individuales en este espíritu, sino una propaganda de masas (y no
sólo entre los "civiles"), que conduzca a la transformación de la
guerra en una guerra civil"5; “[...] Sería un error motivar actos
individuales: disparar a los funcionarios, etc., así como admitir
argumentos del tipo: no queremos ayudar al Káiser. La primera es
una desviación hacia el anarquismo; la segunda hacia el
oportunismo. En cuanto a nosotros, tenemos que prepararnos para
la acción de masas (o al menos colectiva) en el ejército, no sólo de
una nación, y llevar a cabo todo el trabajo de propaganda y
agitación en esta dirección. Orientar el trabajo (obstinada y
sistemáticamente, durante un largo periodo tal vez) en el sentido
de una transformación de la guerra entre naciones en guerra civil,
esa es la clave. En cuanto a cuándo se producirá este cambio, es
otra cuestión, imprecisa por ahora. Tenemos que dejar que madure
ese tiempo y ‘obligarlo a madurar’ sistemáticamente"6
5 Lenin, carta del 17 octubre 1914 a A. G. Chliapnikov, Obras completas,
tomo 35, p. 158.
6 Ibid.
12. Este planteamiento coincidía con el de Karl Liebknecht7, que
pretendía la transformación de la guerra internacional en guerra
civil: “¡El enemigo principal está en el mismo país!". Por esta
razón, la derrota nacional se aparecía a los revolucionarios como
una sugerente posibilidad de llevar a cabo el asalto al poder, lo que
llevó a Lenin a forjar la tesis del “derrotismo revolucionario”, que
expresaba diciendo: “cuando dos ladrones se pelean, que mueran
los dos”8. Así nació una política inicialmente circunscrita a Rusia,
pero que más tarde generalizaría para todos los países
contendientes en su artículo “Del derrotismo en la guerra
7 Karl Liebknecht era hijo de Wilhelm Liebknecht, un revolucionario
socialista amigo de Marx, que había implantado en Alemania la primera
Internacional y había fundado con Bebel el periódico Vorwärts y el Partido
Obrero Socialdemócrata de Alemania, que en 1875 se unificó con el
grupo de Lasalle para crear en 1890 el moderno Partido Socialdemócrata
Alemán (SPD). No recibió formación académica. Fue el partido el que
pagó sus estudios universitarios de Derecho y Economía. Liebknecht
participó en el movimiento socialista desde su juventud. Tras realizar el
servicio militar, comenzó su carrera de abogado en Westfalia. Defendió a
un grupo de campesinos que habían sido acusados de intentar implantar
el comunismo en tierras alemanas. Miembro activo del SPD, en 1907
funda en Stuttgart la Unión Internacional de Organizaciones Juveniles
Socialistas. En ese mismo año, tras escribir el libro "Militarismo y anti-militarismo"
en contra del militarismo alemán, fue encarcelado. En 1908,
durante su estancia en prisión, consigue un escaño en la Cámara de
Diputados de Prusia. En 1912 fue elegido miembro del Reichstag.
Conoció a la judía marxista Rosa Luxemburgo y a Clara Zetkin, con las
que fundó una facción radical del SPD, los espartaquistas. Después de
enfrentarse al líder de su partido al recriminarle sus ideas patrióticas, fue
expulsado del SPD el 1 de enero de 1916. Durante una manifestación en
1916, fue detenido junto a Rosa Luxemburgo. Se le declaró culpable de
alta traición y fue encarcelado. Fue condenado a dos años de trabajos
forzados y desposeído de sus derechos civiles. En el otoño de 1918
estalló en Kiel (Alemania) la Revolución de Noviembre. Rápidamente
Liebknecht fue puesto en libertad para intentar aplacar a los
revolucionarios. Pero su grupo era minoritario, y la mayoría de sus
dirigentes revolucionarios eran fieles al SPD. En ese momento fundó el
Partido Comunista alemán (KPD), junto con Rosa Luxemburgo y otros
radicales. Al proclamarse la República de Weimar, el socialdemócrata
Friedrich Ebert formó un gobierno provisional en noviembre de 1918.
Liebknecht se opuso a dicho gabinete y lideró una insurrección
espartaquista en enero de 1919 como miembro del autodenominado
Comité Militar Revolucionario, inspirado por el modelo revolucionario
desarrollado por Lenin en Rusia. La represión del movimiento corrió a
cargo del ejército alemán, reforzado con excombatientes y otros
voluntarios. Durante un enfrentamiento entre la policía y miembros de la
liga, fueron detenidos Liebknecht y Rosa Luxemburgo y ajusticiados
durante el traslado a la cárcel.
8 V. I. Lenin, Obras 21, p. 12, Las tareas de la socialdemocracia
revolucionaria en la guerra europea.
12
13. imperialista”, al afirmar que: “en todos los países imperialistas, el
proletariado debe desear la derrota de su propio gobierno y
contribuir a ello”. De esta manera, puede considerarse que la
totalidad de los socialistas revolucionarios, se convirtieron en
agentes de la traición a sus respectivas naciones, en cada uno de
los países contendientes, sin distinción de ningún tipo salvo las
circunstanciales de lugar, posibilidad u otras.
A partir de este planteamiento de transformación de la guerra
entre naciones en guerra civil, Lenin participó en los años
posteriores en la formación de un movimiento socialista
revolucionario e internacionalista, más tarde llamado comunista,
tanto en su propio país como a nivel internacional. Durante la
guerra se celebraron dos nuevas conferencias con los restos de la
dividida Internacional. La primera tuvo lugar en septiembre de
1915 en la ciudad de Zimmerwald en Suiza. Representando a
Rusia estaban las dos tendencias del Partido Social Demócrata: la
de los bolcheviques revolucionarios de Lenin y Zinoviev; y la de los
mencheviques, Mártov y Axelrod. En esta conferencia, Lenin se
confirmó como portavoz y líder de la izquierda revolucionaria en
Europa. Pero esto no evitó que sus propuestas no obtuvieran el
respaldo de la conferencia y sí lo encontrara el llamado "Manifiesto
de Zimmerwald”, escrito por Trotsky, que no incluía la necesidad
de transformar la guerra imperialista en guerra civil, ni el "trabajo
por derrotar a su propio gobierno" y la ruptura total con los
dirigentes socialdemócratas que cooperaron en la guerra. Sin
embargo, los bolcheviques firmaron el manifiesto. La conferencia
acordó la creación de una Comisión Internacional Socialista, con
sede en Berna con un secretariado liderado por Lenin. La segunda,
llamada Conferencia de Paz, tuvo lugar en Kienthal, también Suiza,
en abril de 1916, y en las votaciones clave, casi la mitad votó a
favor de las posiciones de la izquierda revolucionaria. En ambas
conferencias se colocaron las primeras piedras de la futura III
Internacional. De este fermento nacerían acontecimientos como la
revolución comunista de octubre en Rusia, la Revolución de 1918-
19 y la fundación del KPD Partei Deutschlands Kommunistische
Partido Comunista en Alemania, la insurrección comunista del
dirigente judío Béla Kun9 en Hungría o la formación de la
Internacional Comunista.
9 Béla Kun, nacido Cohn Béla, (Szilágycseh, Transilvania, Austria-
Hungría, 20 de febrero de 1886- prisión de Butyrka, URSS, 30 de
noviembre de 1939), destacado político comunista húngaro que gobernó
Hungría en 1919. Nació en una familia judía de clase media en 1886, era
abogado de profesión. Se afilió al Partido Socialdemócrata Húngaro en
1902, para el que trabajó antes de la guerra mundial, y al Partido
Bolchevique en 1916, durante su periodo como prisionero de guerra en
Rusia. En 1918 fundó el Partido Comunista Húngaro, que presidió. En
13
14. 3. Los socialistas alemanes ante la guerra.
El 4 de Agosto de 1914, el partido socialdemócrata alemán votó de
forma unánime en el Reichstag en favor de los créditos militares,
inaugurando así la política que la mayoría de los dirigentes
socialdemócratas mantendrían hasta el final de la guerra. La
consigna consensuada antes de 1914 de: “Ni un céntimo, ni un
hombre para el estado burgués y sus guerras”, había desaparecido,
dando lugar a la conocida como “Unión Sagrada”. Esta expresión
hacía referencia a la política de apoyo unánime a la guerra por
parte de todas las fuerzas políticas y sociales, en aras a lograr la
victoria en la lucha contra los países enemigos de Alemania.
Multitud de hombres aguardan para alistarse en Gran Bretaña
En el seno del partido, sin embargo, la facción radical se
oponía a votar en favor de tales créditos, porque entendía que un
voto favorable implicaba aceptar al régimen y aprobar la guerra.
Aun así, la minoría aceptó la posición de la mayoría, en parte
porque el partido basaba su fuerza en su cohesión y disciplina
noviembre volvió a Hungría y en marzo de 1919 pasó a dirigir la breve
República Soviética Húngara durante ciento treinta y tres días. Más tarde
combatió en Ucrania en 1920, durante la Guerra Civil Rusa. Fue miembro
de la presidencia colegiada de la Comintern, para la que trabajó el resto
de su vida. Su oposición a los “frentes populares” y su gestión del partido
comunista húngaro llevaron a su caída en desgracia. Detenido en junio
de 1937, se le torturó infructuosamente para que confesase, antes ser
asesinado en noviembre de 1939 en la prisión soviética de Butyrka.
14
15. internas. Rosa Luxemburgo diría más adelante que: "El 4 de agosto
la dirección socialdemócrata traicionó todos los principios, negó la
lucha de clases y además prolongó la guerra".
La socialdemocracia alemana fue la primera que rompió con
las declaraciones de la Internacional contra la guerra. Con
anterioridad, el SPD había sufrido una profunda transformación,
por lo que su apoyo a los créditos de guerra no fue una sorpresa,
aunque durante los primeros meses de 1914 el partido realizó
protestas contra la guerra. El SPD no tuvo la determinación de usar
la guerra para movilizar a los trabajadores en un sentido de
solidaridad internacional de clase, para provocar el derrocamiento
del sistema capitalista. Por el contrario, lo que movilizó finalmente
al partido fue la solidaridad nacional, sabiendo que lo contrario le
haría perder el apoyo de los trabajadores alemanes. La dirección
del SPD y de la Federación General de Sindicatos Alemanes
(ADGB), ocupadas por el ala socialdemócrata y no revolucionaria
de los socialistas durante los diez años anteriores, justificaron el
apoyo al Káiser alegando la necesidad de "adaptarse a la realidad"
y de "tratar de evitar que esto empeore", ya que “al fin y al cabo
no podemos cambiar nada"10. Desaparecía así el enemigo de clase
y surgís una nueva imagen de enemigo: el enemigo nacional:
"Para nuestra nación y un futuro de libertad, una victoria
sobre el despotismo ruso, manchado con la sangre de su propio
pueblo, significará muchas cosas, significará todo. Debemos
asegurarnos que este peligro se evita, que protegemos la cultura y
la independencia de nuestro país. A la hora del peligro, no vamos a
permitir que nuestro país se retire. [...] Guiados por estos
principios, estamos de acuerdo con los presupuestos de guerra
necesarios."11
En resumen, los dirigentes del SPD justificaron su apoyo a la
15
guerra en diversas razones:
1ª Se trataba de una guerra defensiva, dado que en el Este
Rusia había sido la primera en movilizar sus ejércitos
amenazando la región de Prusia oriental, y en el Oeste
Francia estaba dispuesta a invadir territorio alemán;
10 “Handbuch zur Geschichte der deutschen Arbeiterbewegung”, Band 2.
Berlín/DDR 1987, p.782.
11 “Erklärung der Sozialdemokratischen Partei zum Kriegsausbruch
abgegeben vom Fraktionsvorsitzenden Haase im Reichstag (4 Augustus
1914)”, Verhandlungen des Reichstags, XIII. LP., II. Sess., 1914, Bd.
306, pp. 8 y siguientes. Citado en Ernst Rudolf Huber, “Dokumente zur
deutschen Verfassungsgeschichte”. 2
16. 2ª El odio al zarismo y su deseo de derrocarlo, contribuyeron al
nuevo posicionamiento del SPD, que entendía que cualquier
victoria alemana contra la Rusia reaccionaria, contribuiría a
salvaguardar los intereses del socialismo internacional, lo
que coincidía con los intereses internacionales del
socialismo.
Según lo visto, para el SPD no sólo no había contradicción
entre los intereses nacionales y los del partido, sino que los
mismos se complementaban.
Hasta qué punto la decisión de apoyar la guerra fue
sorprendente para el ala revolucionaria del socialismo alemán, se
desprende de un discurso de Karl Liebknecht, de mediados de
16
febrero de 1915, en el que
explica la razón de haber
votado los presupuestos
diciendo que:
"No me parecía
indicado, en aquel
momento, aislarme por
completo de mis mejores
amigos en el campo radical.
Nadie podía prever la
traición del partido. El 3 y 4
de agosto, todo cambió al
revés. Tuvimos sólo unas
pocas horas, minutos, y
nosotros estábamos, a
nuestro gran pesar, frente a
un colapso total del ala
radical. Haase, miembro de
la minoría en el partido,
¡fue persuadido para
presentar la declaración de
la mayoría! Y con el crujir
de mis dientes me
Hugo Haase en 1905
conformé con la mayoría. Me arrepentí de inmediato y con
amargura, en razón de esta actitud, estoy dispuesto a asumir las
críticas."12
12 K. Liebknecht: “Brief an einen Unbekannten. 18 februari
1915“, Gesammelte Reden und Schriften, Bd. VIII, pág. 195 y siguientes.
17. En Noviembre de 1914, Liebknecht, Luxemburgo, Franz
Mehring y Clara Zetkin publicaron en un diario suizo un manifiesto
en contra de la guerra y del posicionamiento de la dirección del
partido socialdemócrata alemán. Separado de la dirección del
Liebknecht votó en contra de las propuestas del gobierno en la
siguiente votación del 2 de diciembre de 1914, y en una tercera el
20 de Marzo de 1915. A lo largo de la guerra, el ala moderada del
SPD mantuvo con el régimen monárquico alemán un Burgfrieden,
una paz social o paz ciudadana. Hasta julio de 1917, su grupo
parlamentario en el Reichstag, aprobó todas las leyes propuestas
por el gobierno imperial a favor de los presupuestos de guerra.
Esta política del SPD, convirtió a los socialistas en una parte
integral del Estado alemán. Antes de la guerra, las autoridades se
negaban a nombrar como cargos de los consejos de gobierno
municipales, entidades organizadoras de las escuelas y otras
actividades de los servicios municipales a miembros del SPD. Pero
desde que se votaron los presupuestos de guerra, en más de 100
ciudades y pueblos, se confirmaron oficialmente en sus funciones a
los socialdemócratas.
Por su parte, los revolucionarios no cejaron en su empeño de
utilizar la guerra, para provocar un conflicto civil que se convirtiera
en la llave de la revolución.
4. La participación de los judíos alemanes en la Gran
17
Guerra.
En agosto de 1914, el comienzo de las hostilidades
desencadenó en los países beligerantes una ola de patriotismo
entre las masas populares. Nadie dudaba de la victoria de su
nación, que llegaría sin lugar a dudas tras una guerra breve y fácil,
de ahí que los alistamientos de voluntarios en los primeros días,
fueran masivos en todas las naciones.
Dentro del Imperio Alemán, la minoría de origen judío se
dividía en tres grupos claramente diferenciados: los sionistas, que
no se sentían implicados en forma alguna por las guerras de las
naciones europeas; los revolucionarios, que participaban
plenamente en los movimientos anarquistas y socialistas13; y un
tercer grupo de opinión, que veían en la guerra la posibilidad de
13 La mayoría de los jefes del socialismo alemán, tanto en su vertiente
moderada como en la revolucionaria eran judíos. Desde Lassalle a Singer,
pasando por Berstein, Kohn Nordhausen, Davidson, Frank, Herzfeld,
Simon, Stadhagen. Las revoluciones de posguerra fueron dirigidas por
judíos Kurt Eisner con Lewien, Toller, Landauer y otros correligionarios,
dirigió la revolución bolchevique de Baviera, Hirsch la dirigió en Prusia,
Gradnauer en Sajonia o Fulda en Hesse.
18. ganarse el respeto de los ciudadanos alemanes demostrando su
lealtad hacia la nación de la que eran huéspedes, mediante el
enrolamiento de soldados judíos para luchar, por lo cual hubo
desde los primeros días voluntarios judíos en el Reichsheer. Este
espíritu patriótico y el entusiasmo bélico, contribuyeron a que las
autoridades políticas y militares alemanas permitieran a los judíos
ocupar empleos a los que con anterioridad habían tenido vedado el
acceso. Así, se permitió a los médicos judíos ocupar destinos como
oficiales al Reichsheer, y luego se permitió a todos los soldados
judíos ascender a grados de oficial sin restricción alguna.
Cuando llegó el invierno de 1915 y con él la guerra de
trincheras, se perdió el entusiasmo inicial y la creencia en un
triunfo rápido de Alemania. Tras la batalla de Verdún, se acordó
realizar nuevas levas para cubrir las elevadas bajas que los
combates producían. Los continuos reclutamientos y movilizaciones
de hombres aptos para la guerra, alcanzaban de modo desigual a
la población alemana y a la judía, que amparándose en su posición
social, o de modo fraudulento, eludían el servicio militar activo, y
en caso de ser finalmente movilizados, acaparaban casi todas las
funciones militares de retaguardia. Panfletos y folletos acusaban
también a los judíos de enriquecerse a costa del erario público,
monopolizando la dirección de las empresas de armamento y de
importación y exportación de alimentos, aprovechando así las
penurias de las grandes masas alemanas para lucrarse "desde los
despachos de los grandes comercios".
Al malestar provocado por las numerosas bajas, se sumaban
las privaciones derivadas del bloqueo marítimo impuesto por Gran
Bretaña a las Potencias Centrales, que causó que el comercio
internacional de Alemania se viera muy mermado, al reducirse
apenas a Suiza, Holanda y las naciones neutrales de Escandinavia,
sin opción para que la flota mercante alemana pudiera recorrer sus
antiguas rutas comerciales. La casi total paralización del comercio,
forzó al gobierno alemán a imponer el racionamiento de alimentos
y productos industriales, dificultades que se veían agravadas por
un mercado negro en el que muchos judíos encontraron un medio
de enriquecimiento. Además, el principal funcionario
gubernamental a cargo de la economía doméstica era el eminente
economista y presidente de AEG Walther Rathenau14, judío, y el
14 Nació en Berlín, hijo del empresario Emil Rathenau y de una hija de
Benjamín Liebermann. Estudió física, química y filosofía en su ciudad
natal y en Estrasburgo. De origen judío, su padre, Emil Rathenau era
presidente y fundador de la Sociedad General de Electricidad (AEG),
presidencia que heredó a la muerte de éste en 1915. Durante la 1ª
Guerra Mundial fue el director de la oficina para la distribución de
materias primas. Rathenau y otros hombres de negocios como Albert
18
19. principal asesor para cuestiones de comercio restringido era el
armador Albert Ballin, también judío, que fueron blancos del odio
popular pese a su patriotismo.
A inicios de 1916 las noticias sobre la presunta evasión de
obligaciones por parte de los soldados judíos se habían hecho
alarmantes, y la Reichshammerbund ("Federación del martillo del
Reich") envía el 16 de marzo una petición al Káiser Guillermo II, a
los ministros y a los miembros del Reichstag denunciando a los
judíos por "enriquecerse lejos de la línea del frente" y de someter a
Alemania "al sistema creado por Rathenau y Ballin". En Stettin la
guarnición local denunció a los judíos el 16 de julio por "evadir con
mil pretextos el servicio activo" y pedir "en forma desmedida
empleos militares en retaguardia". Cuando el 29 de agosto
siguiente se constituyó una nueva jefatura militar formada por Paul
von Hindenburg y Erich Ludendorff, la cuestión relativa al intento
de los judíos alistados de eludir el servicio en primera línea, llegó a
la alta jefatura del Reichsheer, que se vio obligado a emitir el 16 de
octubre de 1916, una orden para que todas las unidades militares
del Reichsheer, en los frentes de lucha o en la retaguardia,
censaran a todos sus integrantes judíos, de cualquier grado o
especialidad, expresando cuántos de ellos realizaban funciones
administrativas, cuantos combatían en el frente, y cuántos
permisos o licencias se habían concedido a los soldados judíos. A
Ballin (también judío), ofrecen desde agosto de 1914 sus servicios al
gobierno alemán para organizar lo que considera la clave de esta nueva
guerra industrial: el aprovisionamiento de materias primas. Para este fin,
se reunió con el ministro de guerra Falkenhayn y le propuso organizar
toda la economía nacional para ponerla al servicio de la guerra. Fue
fundador y líder del Partido Democrático, representante de la gran
burguesía industrial y liberal. Se oponía al socialismo, aunque apoyaba
ciertas ideas de tintes socialistas, como la de que los obreros participaran
en mayor medida en la dirección de las empresas. Establecida la
República de Weimar, fue ministro de reconstrucción en 1921 y, al año
siguiente, de Asuntos Exteriores, ministerio al cargo del cual asistió a las
conferencias sobre reparaciones de guerra de Génova y Cannes, donde
consiguió reducir dichos pagos. Opinaba que Alemania debería pagar lo
estipulado en el Tratado de Versalles. Rathenau denigraba a los judíos
que no quieren integrarse en la sociedad, refiriéndose a ellos como: "una
banda de extranjeros vestidos de manera demasiado extravagante, que
hacen banda aparte". El 24 de junio de 1922, dos meses después de
firmar el Tratado de Rapallo, Rathenau fue asesinado en una conspiración
orquestada por dos oficiales ultranacionalistas, Erwin Kern y Hermann
Fischer, en el que también se vieron envueltos Ernst Verner Techow,
Hans G Techow y Wille Guenther (ayudados e instigados por otros siete,
algunos de ellos estudiantes) vinculados a la Organización Cónsul. Uno de
los asesinos era el futuro escritor Ernest von Salomon, que había
proporcionado el coche pero no había participó en el tiroteo
19
20. este propósito, el Ministerio de Guerra diseñó unos cuestionarios
que debían ser llenados por los comandantes de las unidades. El
decreto de ejecución para proceder a recopilar la información
solicitada, salió de la Jefatura del Reichsheer el 11 de noviembre de
1916, remitiendo a las diferentes unidades los cuestionarios, con la
orden de devolverlos antes del 1 de diciembre. La motivación
escrita del decreto señalaba el pensamiento de las autoridades:
"Han llegado quejas permanentes al Ministerio de Guerra,
según las cuales, un número desproporcionado de conscriptos de
religión israelita está exento de servicio militar o se esfuerza en
lograrlo bajo toda clase de pretextos. Según las informaciones, se
debe entender que un gran número de judíos en servicio militar
logran hallar un refugio lejos de la línea del frente..."
"12,000 soldados judíos murieron en batalla por el honor de la
patria." Hoja difundida en 1920 por los veteranos judíos alemanes
en réplica a las acusaciones de falta de patriotismo.
Finalmente, las dificultades para redactar el Judenzählung15 y
los obstáculos de todo tipo que se encontró para su confección,
hizo que no se respetara la fecha límite para devolución de
cuestionarios, y el plazo concedido se prolongó hasta febrero de
1917. Pero llegado este mes, se detuvo el censo sin explicaciones
oficiales de ningún tipo. Lo cierto es que la realización del censo
era imposible, dado que no había autoridad militar alguna que
20
15 Censo de judíos.
21. vigilase su confección asegurando la fiabilidad de sus cifras, al
punto que cualquier jefe de batallón podía manipular las cifras
finales. Además, la dispersión geográfica de las tropas del
Reichsheer por Francia, Bélgica, Rusia, Polonia, y los Balcanes,
además de las guarniciones locales alemanas, hacía que el censo
abarcase un territorio muy extenso.
Los resultados del censo nunca fueron publicados, pero las
investigaciones realizadas después de la Primera Guerra Mundial, y
en los últimos años del siglo XX concluyen que en verdad, de un
total de 550,000 judíos residentes en Alemania en 1914, 100,000
prestaron servicio en el Reichsheer, siendo la décima parte de ellos
voluntarios, cayendo en combate un total de 12,000 soldados
judíos, un 12% del total, porcentaje muy inferior a los caídos en
combate del resto del Reichsheer, del que de un total de
11.000.000 millones de soldados movilizados, causaron baja como
muertos, heridos o desaparecidos 7.142.558 soldados. Un 64,9%
de los soldados16. Cinco veces más.
Las consecuencias de la falta de implicación judía en la guerra,
se proyectaron en dos planos diferentes: en el interior de la
comunidad judía, a muchos de los excombatientes judíos el
rechazo que provocó en la sociedad alemana su escasa
participación en los sufrimientos de la guerra, les llevó a abrazar la
ideología del sionismo como una forma de responder al rechazo de
los alemanes; en el exterior de la comunidad judía, a la población
alemana, los judíos, que habían dirigido el esfuerzo económico
bélico y los movimientos subversivos contrarios al esfuerzo de
guerra durante el conflcito, y que además se habían enriquecido
con los suministros industriales al Reichsheer, quedaron señalados
como traidores y causantes de la derrota.
En el resto de la sociedad alemana, en tanto jamás fueron
publicadas cifras oficiales del Judenzählung, la falta de resultados
ayudó a cimentar la creencia popular de la puñalada por la espalda
cometida por los judíos, como una efectiva traición a Alemania.
Una creencia que, pese a que desde 1918 abundaron los relatos y
crónicas de los veteranos combatientes judíos, se extendió
masivamente alcanzando incluso a las asociaciones de veteranos
excombatientes, que empezaron a rechazar las solicitudes de
inscripción de veteranos judíos en sus filas.
16 Simkin, John. First World War Encyclopedia. Kindle Edition.
21