1. REFLEXIÓN ACTIVIDAD 3.3
En este apartado hemos realizado dos actividades
verdaderamente muy interesadas ya que hemos podido analizar cómo
son los menús escolares. Observando en algunas ocasiones la disparidad que hay entre
algunos de ellos en función de la empresa de catering que sirve al centro escolar.
En mi opinión sería muy interesante que esta actividad se trabajara
fundamentalmente con los más mayores del centro (tercer ciclo) haciendo lo mismo
que hemos hecho nosotros, es decir, un pequeño análisis
del menú de cada mes y proponerles alternativas para
la cena o incluso para los días festivos donde, parece
que por tradición, estos días son el día de “todo vale”.
Estos días de fiesta en el centro he visto en algunos
centros como ponen patatas fritas (chips) para “picar”,
sin embargo, esto no hace más que llenar los pequeños
estómagos de nuestros alumnos sin proporcionar un alimento sano y saludable y, por
supuesto, luego los platos principales no se van a comer puesto que ya estarán saciados.
Por otro lado, esto no nos tiene que llevar al límite
de no introducir puntualmente en días especiales algún
alimento diferente y dulce, por ejemplo, pero con cierto
contenido alimenticio. Podría ser de postre un helado,
que forma parte del grupo de lácteos, aunque tenga un
componente de azúcar más importante que cualquier otro postre. ¡De vez en cuando no
hace daño!
En las edades más tempranas las actividades no se centrarían en aspectos tan
concretos y abstractos pero se podría hacer a un nivel muy básico por ejemplo
seleccionando imágenes de distintos alimentos para tener en el aula y seleccionar cada
día o semanalmente qué alimentos consumimos en el comedor y colocar en otro mural
paralelo las imágenes de cenas o meriendas recomendadas para algunos días. Con
imágenes reales es mucho más real y fácil para los niños. Para ello, previamente se
2. podría colocar la pirámide de los alimentos, donde quedan reflejados y claramente
visualizados los alimentos, más y menos recomendables.
Es importante, que ya desde edades tempranas, los alumnos sean críticos con
aquello que quieren, que necesitan y que es más recomendable en sus vidas y la
alimentación es un punto fundamental por donde comenzar. Esta actitud se
transforma en hábito y se fomenta, a la vez, una forma de vida saludable que se
extrapolará a otros ámbitos. Un ejemplo de ello se muestra en la foto de a
continuación.
Por lo que respecta a la actividad en la que analizábamos nuestro “día activo”,
considero que ha sido un ejercicio muy útil, sobre todo para trabajarlo con las familias.
Se podrían llevar a cabo encuestas en las familias de nuestros alumnos para luego,
entre todos, reflexionar sobre los resultados en clase. Para ello, se pueden hacer
3. gráficas con los datos obtenidos y así reflejarlos con más claridad, grabar vídeos
haciendo las entrevistas a las familias (padres, madres, abuel@s...) y posteriormente
crear debate en el aula en el que se analicen de manera crítica nuestros hábitos a la
vez que se proponen alternativas para mejorar nuestras actividades diarias teniendo
en cuenta la edad, el sexo, la profesión, la alimentación, etc. En mi opinión, ayudar a los
niños a desarrollar un análisis crítico de su día a día les hace ser más conscientes de
aquello que tienen y que quieren mantener o cambiar. Se trata de ayudarles a
desarrollarse de la manera más sana posible...
¡ESO ES CALIDAD DE VIDA!