Reflexión sobre la importancia de una alimentación saludable y el ejercicio físico en la educación
1. Reflexión sobre el Bloque 3: Educación y estilo de vida activo
Esta unidad me ha vuelto a sorprender de forma positiva, aportándome nuevos
conocimientos a aquellos que ya sabía previamente. Además de ser información
muy útil y práctica, es aplicable no sólo en mi día a día, sino también en la vida
de nuestros alumnos y en nuestro empeño y valoración de la importancia que
tiene la educación por una vida saludable.
La primera parte, la relacionada con la dieta escolar, me ha descubierto cómo se
alimentan realmente aquellos niños que comen en los comedores escolares. En
mi caso, el resultado ha sido grato, pudiendo comprobar a través de los menús
facilitados por el centro, que éstos se ajustan (en su mayoría) a todas las
medidas que se establecen por parte de las instituciones que se encargan de
regular el tipo y variedad de alimentos que los menores requieren a la hora de
comer.
Algo que me ha llamado la atención es que en varios casos, no sólo el de mi
centro en concreto, parecen ser justas o escasas las raciones de fruta y/o
verduras. En este caso, desconozco los motivos por los que esto sucede pero
es, sin duda, un aspecto que debería mejorar en muchos centros.
Aprovecho para hacer mención a la importancia que tiene no sólo que los centros
y los menús elaborados por éstos sean apropiados para los niños, sino que
deberíamos involucrar más a las familias, concienciarlas de la repercusión que
una buena alimentación puede tener sobre sus hijos. Ellas, mejor que nadie,
deben ser partícipes de algo tan fundamental como es la alimentación de sus
hijos y, aunque vivimos en tiempos en los que cada vez dedicamos menos
tiempo a cocinar de forma adecuada, bien por falta de tiempo o comodidad; no
deja de ser un tema muy relevante y quizás pendiente en vista a los altos
porcentajes de casos de niños obesos en nuestro país (o con desnutrición).
Considero que, como educadores, debemos hacer todo lo que esté en nuestras
manos para hacer que la vida de nuestros alumnos sea mejor y, ese camino,
siempre será más fácil de alcanzar si lo hacemos junto con las familias.
2. La segunda parte, sobre el ejercicio físico me ha resultado francamente
interesante. Creo firmemente que el ejercicio o la actividad física tiene grandes
beneficios sobre las personas, no sólo a nivel físico, sino global, generando
mayor bienestar, vitalidad, hábitos de vida saludables y nos ayuda a sentirnos
mejor con nosotros mismos (autoestima).
Es por ello que me parece una parte que tiene que estar presente en nuestras
vidas y, de la misma manera, en las de nuestros alumnos. Si desde los centros
educativos transmitimos esas ideas y todas las ventajas que tiene el deporte o
el ejercicio y además de eso, los valores que muchos de esos ejercicios
transmiten: compañerismo, superación personal, entrega, disciplina (en el
sentido más positivo de la palabra), compromiso….
Desde el aula, se llevan a cabo actividades de este tipo, no sólo en la asignatura
de educación física, sino que en otros momentos también se facilitan tiempos
para plantear actividades que implican movimiento, baile, juegos en los que los
alumnos deben desplazarse o, incluso, relajarse en determinados momentos
(algo importante a su vez, puesto que el momento de relajación o estiramientos
es muy relevante para que aprendan a conocer mejor su propio cuerpo, sus
capacidades y limitaciones, qué pueden trabajar más, qué se les da mejor y si
son capaces de autorregular esas emociones tan intensas una vez han finalizado
la actividad. Aprendiendo a respirar correctamente para poder encontrar un
momento de calma y tranquilidad tras haber disfrutado del ejercicio previo).
El tema de la alimentación, aunque a veces es complicado porque no a todos los
niños les gusta o entusiasma algunos de los platos que podrían ser muy
beneficiosos para ellos, sí se les explica la importancia que tiene comer bien y
variado, qué tipos de alimentos no es conveniente abusar de ellos y cuáles
aportan energía y nutrientes favorables en su crecimiento. El centro también
fomenta en los momentos de descanso que tomen un almuerzo saludable y,
desde luego, en el comedor escolar, se preocupan por ofrecer una dieta cuidada
y equilibrada para ellos.
Apuesto porque mis alumnos disfruten con lo que hacen, como no podía ser de
otra forma, y creo que en este caso disponemos de infinidad de recursos para
3. poder hacer del ejercicio y las comidas un momento educativo, de valioso
aprendizaje y, por supuesto, ameno y divertido.
¡No hay excusas!