La abeja era haragana y no le gustaba trabajar, por lo que fue advertida por las otras abejas. Durante una tormenta, no la dejaron entrar a la colmena. Se encontró con una víbora que la retó a una competencia donde si perdía la comería, y si ganaba podría pasar la noche. La abeja logró esconderse sin que la víbora la encontrara ganando la competencia. Aprendió la lección de trabajar para la comunidad.
PIAR v 015. 2024 Plan Individual de ajustes razonables
LA ABEJA ARAGANA
1. LA ABEJA HARAGANA
En una de las tantas colmenas, vivía una abeja a la que no le gustaba trabajar. Se
pasaba los días paseando entre las flores y todo el polen que libaba, se lo tomaba. La
conducta de la abeja haragana molestó a sus mayores. Un día, las abejas ancianas
que custodiaban la puerta, decidieron intimarla para que trabajara. La abejita contestó
con desparpajo, que se cansaba de volar por allí.
Las advertencias se sucedierony la abejita siempre respondíade manera insolente a
sus mayores. Hasta que finalmente, llegó una tormenta.
Comenzaba a soplar el viento frío y la abejita se dirigió a la colmena para guarecerse.
Cuando llegó a la entrada, las abejas no la dejaron pasar, por más que la abejita se
lamentara.
Voló durante mucho tiempo, hasta que cayó al suelo. Agotada y friolenta, se arrastró
nuevamente hasta la colmena, donde suplicó que la dejaran ingresar. Pero la
respuestacontinuó siendo negativa.
– No vas a morir, pero aprenderás tu lección. El descanso ganado con tu propio
trabajo es el único que vale. Vete de aquí.
La abeja se arrastró por el suelo, sin fuerzas, hasta que cayó en la madriguera de una
víbora. Era una culebra verde con el lomo color ladrillo, de las que se alimentan con
abejas.
Cuando la abejita la vio, creyó que había llegado su fin. Pero la culebra sentía
curiosidad por la abeja y le preguntó cuál era la razón para que estuviera fuera de la
colmena a esas horas. La haragana confesó su culpa y la culebra amenazó con
comérsela.Pero la abeja quería vivir y trató de convencerla diciendo:
2. – Me vas a comerporque soy más inteligente que tú.
– ¿Cómo te atreves a insultarme de esa forma? Haremos una competencia,la que
haga la prueba más extraña, ganará. Si yo gano, te cómo.
– ¿Y si la que gana soy yo?- preguntó la abejita.
– Si ganas, pasas la noche aquí y mañana te marchas.
La abejita aceptó, pues no tenía alternativa. Mientras tanto, la culebra estuvo
pensando una prueba que la abejita no pudiera superar.
La culebra salió de la cueva y tomó la cápsulade semillas de un eucalipto y la hizo
bailar como un trompo con su cola.
Estaba feliz con su prueba, pues la abejita no podría superarla. Cuando el trompo se
detuvo, llegó el turno de la abeja, quien aceptó la excelencia de la prueba de la
culebra, pero agregó.
– Yo no puedo hacer una prueba como esa. Pero puedo hacer algo que nadie más en
el mundo hace. Puedo desaparecer.
– Sin salir de aquí, ni esconderte bajo tierra.
– Exacto.
Dichas estas palabras, la abeja pidió a la culebra que se pusiera de espaldas para que
no viera. Cuando la culebra se volvió, la abeja no estaba y por más que hizo, no pudo
encontrarla. Tanteó toda la cueva con su lengua, incluida una plantita esmirriada que
estaba en un rincón. La culebra debió admitir su derrota entonces.
Mientras el trompito bailaba, la abeja había encontrado el arbustillo de grandes hojas,
dentro de las que se escondió cuando llegó su turno para la prueba. La plantita era
una sensitiva, planta que cierra sus hojas al menor contacto. La abeja no tuvo más
que posarse sobre la hoja cuando la culebra se puso de espaldas y la hoja la envolvió
por completo.
La culebra no sabía esto y por eso fue engañada fácilmente.Tuvo que aceptar su
derrota. Pasaron la noche juntas, cada una pensando en su suerte. Cuando finalmente
llegó el día, la abejita abandonó aliviada la cueva. Llegó llorando en silencio a la
puerta de la colmena, donde las intuitivas guardianas la dejaron pasar sin palabra,
pues entendieron que había aprendido su lección.
Desde ese día, la abejita fue la más productiva de todas las hermanas. Cuando llegó
el término de sus días, dio un sermón a las más jóvenes,donde les explicaba que si
bien la inteligencia podía salvarles la vida. El vivir trabajando para la comunidad
facilitaba la supervivencia de todas.