1. La zorra y los racimos de uvas
Estaba una zorra con mucha hambre, y al ver
colgando de una parra unos deliciosos racimos
de uvas, quiso atraparlos con su boca.
Mas no pudiendo alcanzarlos, se alejó
diciéndose:
-- ¡ Ni me agradan, están tan verdes... !
Moraleja:
Nunca traslades la culpa a los demás de lo
que no eres capaz de alcanzar.
Autor:Peques de ClubPlaneta
2. La víbora y la luciérnaga
Cuentan por ahí que cierto día una serpiente empezó
a perseguir a una Luciérnaga.
La pobre luciérnaga trataba de escapar rápidamente,
tenía bastante miedo; pero la feroz serpiente que la
perseguía no estaba dispuesta a dejarla vivir.
Voló velozmente por un día, pero atrás de ella
seguía la serpiente. Voló rápido otro día, y la
continuaban persiguiendo. Otró día más, y ahí estaba
su perseguidora.
Ya cansadísima, la luciérnaga se detuvo y le
preguntó a la serpiente:
¿Acaso te alimentas de luciérnagas?
No
¿Hice acaso algo que te lastimara?
3. No
Entonces, ¿Por qué deseas terminar conmigo?
- Porque no soporto ver que
brilles.....SssSsSsSsSsS!!
Moralejas:
1. Aprovechar tus talentos naturales te harán
brillar. No necesitas iluminación artificial
(Fingir ser lo que no eres, presumir, etc)
2. Vuela alto y brilla como una luciérnaga.
3. Siempre, siempre habrá víboras. Cuídate de
ellas, que querrán destruirte por envidia.
4. No seas víbora, respeta, valora y alégrate de los
triunfos y brillos ajenos. Trata a los demás
como quieres ser tratado.
4. El granjero y la cigüeña
El sol llenaba el patio con el temprano
resplandor matinal, suave y dorado, que se
cernía sobre la vieja granja, y los árboles
proyectaban largas sombras a través de los
campos donde el trigo maduraba.
Se oyó un portazo, y el granjero salió de la casa.
Descorrió el pestillo de la cerca y penetró en el
amplio patio. Luego, se acercó a grandes pasos
a las redes que había colocado la víspera para
atrapar a las grullas que se comían su trigo. Con
sorpresa encontró a una cigüeña prendida en la
red. Cuando lo vio llegar, el pájaro protestó
ruidosamente:
- Soy inocente, buen granjero, alegó. No soy
una grulla y, además, no he tocado tu cereal.
Sólo vine con esas aves y ahora me veo
atrapada en tu red.
- Todo eso podrá ser muy cierto, respondió con
tono severo el granjero. Pero como ibas en
compañía de los ladrones, tendrás que sufrir el
castigo que a éstos corresponde.
Y después de estas palabras, sacó su cuchillo y
5. degolló al pájaro.
"Dime con quién andas y te diré quién eres",
fue su sabio comentario.
La gente suele juzgar a otras personas por las
amistades que tienen, sin ni siquiera conocer
primero como son realmente, piensan que si sus
amigos se comportan de tal o cual forma, ellos
también son así.
Esto puede ser bueno, sobre todo cuando se
eligen amistades sanas, pero muy malo en el
caso contrario, porque independientemente de
que no sean o piensen como ellos, todos seran
juzgado iguales.