Este documento ofrece consejos para mejorar la rutina de las mañanas y evitar sentirse apurado. Recomienda planificar la noche anterior qué ropa usar y cómo llegar al trabajo para no dormirse. Además, sugiere utilizar alarmas suaves, estirarse antes de levantarse, ducharse para despertar, vestirse adecuadamente y desayunar para empezar el día con energía.
2. • Cada mañana, el molesto zumbido del despertador nos
levanta. Saltamos de la cama al suelo, nos dirigimos al
cuarto de baño con los párpados pegados, nos vestimos con
lo primero que cogemos del armario y salimos corriendo por
la puerta sin tomar un bocado porque ya llegamos tarde al
trabajo. Y así, día tras día, semana tras semana. Pues bien,
lo estamos haciendo todo mal. Si queremos madrugar y ser
felices –aunque muchos no lo crean, es posible–, debemos
intentar darle a nuestro cuerpo el tiempo que necesita
para activarse cada mañana.
3. Antes de meternos en la cama abatidos
por el cansancio, resulta bastante
rentable dedicar cinco minutos a pensar
qué vamos a hacer la mañana siguiente.
¿Qué ropa nos vamos a poner? ¿Qué vamos
a desayunar? ¿Vamos a coger el autobús o
a utilizar el automóvil? E, incluso, ¿qué es
lo que tenemos que hacer en el trabajo a
primera hora?
4. ¿Cuántas veces nos hemos dicho
“si me hubiese levantado cinco
minutos antes, habría llegado a
tiempo al trabajo”, mientras
vemos marcharse el autobús que
deberíamos haber tomado? En
demasiadas ocasiones, intentamos
apurar hasta el máximo el tiempo
en la cama, pero no nos damos
cuenta de que haciéndolo
estamos consiguiendo
precisamente lo contrario, que es
ir con el tiempo pegado a los
talones desde primera hora.
5. Olvídate de los pitidos molestos y
estridentes que te sacan del sueño más
profundo como si una bomba hubiese
explotado a tu lado. Aunque no tengan el
efecto vigorizante –y enervante– del
despertador convencional, utilizar un
sonido suave y relajante nos ayuda a
abandonar el estado de somnolencia
poco a poco, sin grandes sobresaltos y
dándonos la posibilidad de desperezarnos
de forma relajada. Eso
sí, terminantemente prohibido utilizar
para esta tarea una canción que nos
encante
6. Lo peor que podemos hacer al sonar el
despertador es saltar de la cama y
ponernos de pie de inmediato, listos
para correr hacia el cuarto de baño.
Es preferible, especialmente para
aquellos con problemas de cervicales
o que sufran de hipotensión, ir paso
a paso: incorporarse en la cama en
primer lugar, apoyar los pies en el
suelo a continuación, esperar unos
instantes y finalmente, erguirnos
en el dormitorio
7. Al ponerte de pie es bastante
aconsejable realizar un pequeño
calentamiento con el objetivo de
favorecer el flujo sanguíneo que
llega a los músculos. Céntrate en
especial en aquellos que vayas a
emplear en tu trabajo, y que notas
más cargados al final de la jornada
laboral, los que más sufren.
Realizar dichos ejercicios con la
ventana abierta es aconsejable si
queremos mejorar nuestra
capacidad pulmonar.
8. Muchas personas prefieren tomarse un
baño por la noche, al volver del
trabajo. Sin embargo, ducharse por
la mañana es, además de una
forma de despejarnos, la mejor
manera para poner en marcha
nuestra circulación y decirle a
nuestro cuerpo que ya nos
encontramos listos para un nuevo
día. Se recomienda mezclar el agua
fría con el agua caliente, ya que la
primera contrae los vasos
sanguíneos y la segunda los
dilata, contribuyendo a mejorar la
circulación de nuestro cuerpo.
9. Sentirnos confortables con nuestra
apariencia es una de las mejores
maneras de reforzar nuestra
seguridad y autoestima a lo largo del
día. Por ello, coger lo primero que
tenemos a mano, sólo porque es lo
primero que se nos ha ocurrido, nos
puede llevar a pensar que estamos
ofreciendo una mala imagen ante los
demás cuando nos miramos a un
espejo horas más tarde. Dedicar un
poco más de tiempo a elegir
adecuadamente nuestro vestuario,
a peinarnos y maquillarnos con el
objeto de sentirnos satisfechos con
nuestra apariencia es la mejor
forma de encarar, por ejemplo, un
encuentro con un cliente.
10. Por supuesto, no salgas de casa con el
estómago vacío. Se trata de la
comida más importante del día en
cuanto es la que nos ha de
administrar la mayor parte de
nutrientes y azúcares necesarios
para recuperar la energía que
hemos consumido durmiendo:
recuerda que has pasado ocho
horas sin probar bocado. Empezar
tu jornada laboral con un agujero
en el estómago es el equivalente
alimenticio a acudir al trabajo en
pijama o habiendo dormido una
hora, algo que jamás se nos pasaría
por la cabeza..