Racismo y beca 18 en la universidad antonio ruiz de montoya
1. Racismo y Beca 18 en la universidad Antonio Ruiz de Montoya
¿estrechamente vinculados?
La educación es uno de los principales elementos que más influye en el avance y
progreso de personas y por tanto sociedades. Debido a que provee conocimientos,
esta enriquece la cultura, el espíritu, los valores y todo aquello que nos caracteriza
como seres humanos. Además, sirve para alcanzar mejores niveles de bienestar y
crecimiento económico. También, nivela las desigualdades económicas y sociales
para así propiciar el desarrollo (OCDE, 2009).
En el Perú, según el Ministerio de Educación, el sistema educativo se divide en
tres fases: educación inicial, básica regular y superior. Respecto a la educación
superior, esta se considera importante ya que tiene como tarea formar ciudadanos
plenamente dotados de habilidades técnicas y valores, teniendo así impacto social
y laboral. De este modo, las universidades buscan cultivar profesionales que
aporten a la construcción de un ambiente comunitario, equilibrado y productivo.
Siguiendo el caso, en la educación superior se evidenciaría que los beneficios
crecen aún más. Se asegura que el obtener conocimientos dentro de una
universidad, además de sumar prestigio, permite un empoderado posicionamiento
en la sociedad, la ampliación de perspectivas y objetivos, el aseguramiento de
un futuro económico y las oportunidades de un “correcto” desarrollo. En líneas
generales, tener estudios superiores garantizaría un crecimiento sustancial en las
personas.
Sin embargo, al momento de plasmar todo lo mencionado en un escenario como
en el Perú, notaríamos las grandes brechas que se mantienen dentro del sistema
educativo del país. Limitaciones a un acceso equitativo del estudio, altos índices
de analfabetismo y la endeble preparación de miles de docentes, son algunas de las
tantas problemáticas que envuelve este ámbito tan esencial pero a la vez tan
descuidado.
2. Además, en la última década ha aumentado el número de ingresos al ámbito
académico generando una alta demanda universitaria para los centros de estudios,
tanto estatales como privados. Siendo una de las consecuencias de este aumento la
diferencia entre los niveles de calidad de los estudiantes pertenecientes a las zonas
urbanas y rurales. (Alarcón, Flores y Alarcón, 2018).
Es por esto que presenta el tema de la discriminación. Se entiende la existencia de
un perdurable racismo dirigido a grupos históricamente discriminados, como los
pueblos indígenas u originarios, que se presenta también como problemática
social- académica y suele normalizarse por connotaciones estrictamente históricas
y prejuiciosas.
Erróneamente seha considerado que laraza sedetermina por un carácter biológico,
lo cual dispone entenderla como natural. Sin embargo, esta falsa episteme provoca
el difuso entendimiento de un concepto que fue creado, exclusivamente, como una
forma de dominación social, que tiene que ver con las relaciones de poder,
provenientes de una ideología eurocentrada. (Quijano, 1999)
Los comportamientos racistas provocan una violencia de ideologías, en donde se
minimizan los sistemas de representación, simbolización y significados que el otro
tiene de sí mismo, otorgado por una construcción a partir de sus experiencias. De
este modo, se anula su capacidad de desenvolvimiento seguro y respetado en la
sociedad. (Belausteguigoitia, 2010). Esto justificándose bajo una convicción de
superioridad por elementos fenotípicos, culturales, económicos, etc. que no
producen más que hostilidad y desigualdad en las relación interpersonales que se
puedan crear.
“El problema del Perú era que sus culturas se hallaban en conflicto, en
aguda contradicción y contaban con escasos vasos comunicativos. El sistema
3. peruano es demasiado vertical y jerárquico para producir una fusión o siquiera
para el diálogo democrático entre las partes”. (Zapata, 2006)
Este prejuicio racial se entiende como un patrón incentivado a lo largo de la
historia del país, el cual provoca la fragmentación de una cierta cantidad de
personas y se atraviesa, de múltiples maneras, en la vida social cotidiana.
“Se advierte en los juicios, aspiraciones y valores, en el lenguaje y los insultos, en
los ideales de belleza que presentan los medios masivos y en los imaginarios
colectivos”. (Morales, 2008).
Entonces, no se están siguiendo modos correctos de entendimiento y tratamiento a
las infinitas diversidades que existen en el mundo. Se sigue apuntando hacia el
patrón que determina a ciertos grupos sociales con exclusividad, mientras los
“otros” se han visto atacados y oprimidos sistemáticamente por la eliminación
radical de alternativas.
“No existe una teoría general que pueda cubrir adecuadamente todas estas
diversidades infinitas del mundo. Por eso hay que buscar formas plurales de
conocimiento”. (De Sousa Santos, 2011).
Cabe resaltar que a pesar de la estructura caótica que se lepuede asignar al sistema
de educación superior peruano, se ha tratado de implementar nuevos modos para
hacer frente a la carente oferta de oportunidades, con la que se aseguraría una
formación académica de calidad e integral para miles de jóvenes. Especialmente
de estratos sociales bajos y que persisten en la búsqueda del desarrollo.
Por tanto, se resalta la apuesta incentivada por parte del Estado, para gozar de una
educación inclusiva en elpaís. Principalmente, se entiende que esta propuesta tiene
como objetivo inculcar la equidad en cada política estudiantil para así lograr la
participación de ciudadanos históricamente relegados, preservando su identidad.
4. Se habla así de un ajuste del sistema educativo a los perfiles y necesidades de los
estudiantes sin importar su lugar de procedencia. (Cuenca, 2006). Una dinámica
de adaptación entre estudiantes y entre el sistema que no radica en la violencia ni
en la trasgresión, sino en la internalización de tal como un método beneficioso y
fructífero social y académico.
La política de inclusión, además de crear acceso al aprendizaje de manera
equitativa, forma una ciudadanía activa debido a que incentiva la participación de
los jóvenes en el ámbito político y en la democracia. Fortifica lazos con la nación
y prevalece el valor de la identidad, tanto individual como colectiva. (Carbajal,
2006).
Entonces, si tratamos de evidenciar uno de los proyectos más útiles para el
mejoramiento de la educación peruana, es indudable no hablar de las becas que el
Estado peruano brinda, en el marco de una política de inclusión social bajo la
representación del PRONABEC (Programa Nacional de Becas y Crédito
Educativo).
Una de ellas es la relevante Beca 18, la cual financia los estudios de pregrado en
universidades e institutos, sean públicos o privados, nacionales e internacionales.
Para jóvenes entre 18 a 25 años con alto rendimiento académico, que demuestren
encontrarse en condición de pobreza o vulnerabilidad extrema. Además de cubrir
el gasto que concierne toda la carrera completa, se ofrece cubrir otros tipos de
gastos como seguro médico, alimentación, alojamiento, etc. conla finalidad de que
el estudiante cuente con todas las facilidades para desenvolverse
exitosamente. (Ministerio de Educación, 2016).
Muchas universidades (34) estatales y privadas ya forman parte de este convenio
condicha beca. Una de ellas esla Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM),
5. la cual aloja a centenares de jóvenes, en su mayoría provenientes de diversos
departamentos del país.
La UARM es reconocida por ser una institución jesuita y por destacar con su
formación humanista. Sin embargo, últimamente se ha apartado un tanto el
representativo espíritu ignaciano para tornarse un ambiente tenso y violento entre
el alumnado. Una cierta cantidad de ataques discriminatorios, racistas y
homofóbicos han alterado las redes sociales de la universidad (Facebook)
expresados por parte de usuarios incógnitos, algunas veces, e identificables, otras.
Tales agresiones han sido dirigidas a la mayoría de alumnos que cuentan con Beca
18. Desde delicadas acusaciones responsabilizando a los jóvenes becados por los
robos que han estado ocurriendo en el campus, hasta comentarios ofensivos por
afirmar que son ellos los que provocan los malos olores y el desorden en las
instalaciones, se han hecho públicos en los espacios virtuales pertenecientes a la
universidad.
Es lamentable que a pesar que el objetivo de brindar una educación sería valorar
al otro, convivir en armonía como ciudadanos activos y respetar la diversidad,
persista una conducta hostil, centralista y poca humana por parte de futuros
profesionales peruanos.
¿Quiénes son los responsables de dichos ataques verbales hacia los jóvenes de
beca? Pues, como se hace mención, compañeros de la de misma casa de estudios.
Quienes al parecer se diferencian por no ser becados. Por tanto, pagar una
mensualidad los transformaría en seres superiores, con derecho de juzgar y
maltratar del modo que les parezca.
“En relación con la educación superior… sus estudiantes representan a un
grupo privilegiado en comparación con la gran mayoría de la población que no
tiene acceso más allá de la educación básica en el Perú”. (Ucelli, 2006).
6. Se habla entonces de imaginarios construidos a través de un patrón hegemónico y
conquistador que perdura a pesar de las grandes luchas por erradicar todo tipo de
violencia y opresión.
“En el Perú, el programa Beca 18 pareciera tener un enorme potencial
para ser una respuesta al racismo soterrado en nuestra nación”. (Linares, 2016).
A pesar de que se evidencia un avance alentador respecto a la inclusión de jóvenes
a los que se leshubiera hecho dificultoso ingresar a una universidad por sus propios
medios, este proceso de integración no está siendo plenamente el adecuado.
Entonces, es efectivo hablar de “la exclusión en la inclusión”.
Si bien se ha dado la oportunidad de que miles de jóvenes puedan insertarse en el
ámbito académico sin preocuparse por el factor económico, el cual actúa como el
principal perturbador en el desarrollo de los sectores vulnerables, el asunto
respecto al trato, la consideración y valoración de estos integrantes se torna
trasgresora y cruel. (Ucelli, 2006). Por tanto, no es suficiente otorgar una beca si
es que no hay una reflexión y reforma de representaciones racistas
institucionalizadas.
“Como comunidad de la Ruiz animo a rechazar la intolerancia producto
de la ignorancia y los prejuicios. Tal vez, deberíamos ser más enfáticos/as en
enfrentar aquella ignorancia despreocupada por desaprender y solo centrada en
reforzar el desconocimiento y desprecio hacia el o la otro/a”. (Rabi, 2018).
El pronunciamiento de representantes universitarios fue de inmediato.
Contundentemente rechazaron todo tipo de trato discriminatorio hacia sus
alumnos, realizados por sus alumnos. Asimismo, se comprometieron a sancionar
a los responsables pero ¿realmente esta medida sería suficiente para suprimir el
racismo dentro y fuera de las aulas?
7. Para ser más generales ¿bastaría con sancionar actos de odio racial para así
eliminar esta tendencia ideológica? Y si se decide profundizar más, cabría
preguntar: ¿existen leyes en el Perú que detengan los actos de racismo y
discriminación?
En cuanto a la primera pregunta: Una suspensión y si se es más estricto una
expulsión, sí afectaría en gran medida a cualquier alumno regular. Indudablemente
se alteraría su estancia universitaria y su reputación se vería burlada como
consecuencia de su actitud inadecuada. Sin embargo, esto no asegura que dicho
alumno(a) reflexione por lo cometido y acepte la gravedad de los hechos, evitando
practicar dicha ideología. Se podría reforzar la lucha contra el racismo, la
discriminación, la homofobia y todo tipo de ataques hacia otros, si es que se
visibiliza dicho tema. Es decir, dentro de la currícula, algunos cursos, tal vez de
humanidades, deberían fortalecer su estructura y comenzar a debatir este tipo de
temas. Fomentando la empatía y sentimiento de confraternidad en la comunidad
estudiantil y fuera de ella.
El segundo cuestionamiento seguiría la misma estructura de la respuesta anterior.
No obstante, no se niega el mayor grado de dificultad debido a que el universo de
personas no es similar al de la institución universitaria. Sería utópico afirmar que
todos los integrantes de la sociedad están dispuestos a meditar sobre el tema y
decidir realizar cambios en sus actitudes, ya que no todos consideran este tipo de
acciones como negativas. Lo ideal sería aspirar a crear espacios de diálogo.
“No es normal, en cuanto reacción habitual, que una persona piense que pueda
decirle con naturalidad y desprecio a alguien <cholo, negro o blanco de mierda>
en un contexto no agresivo” (Peralta; Cárdenas, 2012).
Finalmente, respondo la tercera interrogante. En concreto, en el país no existen
leyes que hagan frente a este tipo de relegaciones y agravio. Si bien recientemente
se ha aprobado un proyecto para prevenir y sancionar la discriminación racial, se
8. urge mayor compromiso y apoyo por parte del Estado para seguir creciendo como
nación, libre de exclusiones y prejuicios.
No es una tarea fácil erradicar este mal que nos limita a entendernos, tolerarnos y
respetarnos. Perdemos con facilidad nuestra esencia humana y atacamos o nos
atacan sin ningún grado de sensibilidad. Apostemos por crear caminos de diálogo
y revaloración de nuestra identidad. Reconozcamos que la educación es uno de las
vías más sensatas para eliminar mecanismos nocivos.
“La tarea más compleja es salir de nosotros mismos y poner sobre la mesa
nuestros preconceptos y prejuicios, así como los fundamentos que sostienen
nuestras prácticas discriminatorias para que el encuentro con el otro sea
realmente honesto” (Peralta; Cárdenas, 2012)
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-Zapata, A. (2006). Caminos para la Inclusión en la Educación Superior. Lima: Equitas.
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-Peralta, A. Cárdenas, L. (2012). ¿Nosotros racistas? Una mirada al racismo en el Perú
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