El documento describe la experiencia de la autora como asesora de tesis de investigación. Señala que los estudiantes generalmente llegan con una idea preliminar del problema de investigación basada en problemas observados en su práctica docente. Su función se centra en identificar si el problema propuesto existe realmente mediante instrumentos de diagnóstico y luego ayudar a delimitar el problema. La autora no estaba familiarizada con la "estructura analítico conceptual" y tipos de preguntas descritos en el texto guía, pero reconoce su utilidad en el proceso.
3. Antes de comenzar, me parece importante mencionar que, apenas este ciclo escolar
comencé con la asesoría de tesis de investigación, en el pasado ciclo fue la primera
vez que participé como asesora de documentos de titulación pero solo tuve Informes
de Prácticas Profesionales, por lo tanto, a pesar de que tengo experiencia elaborando
este tipo de documentos en dos ocasiones en el pasado, como parte de mi formación
profesional, jamás había experimentado el ser asesora de tesis.
En primer lugar, me llama la atención que, en la lectura que hicimos, el autor parte
desde la formulación de preguntas para la construcción del objeto de investigación.
Sin embargo, durante mi poca experiencia como asesora, me he dado cuenta que el
alumno ya llega con una idea preconcebida de lo que podría ser su problema de
investigación. En la mayoría de los casos, es algún tipo de problemática que se le ha
presentado en reiteradas ocasiones durante su práctica educativa, algo que se le
dificulta, algo que sus alumnos aún no dominan y él o ella ignora como favorecer. Es
decir, los estudiantes llegan con sus asesores ya con alguna temática en mente sobre
la que les gustaría indagar más, aunque en varias de esas ocasiones, el problema o
tema no está bien ubicado ni delimitado. En otras palabras, yo como asesora, pocas
veces presencio el proceso desde el inicio, ya que las preguntas iniciales, supongo,
ya fueron planteadas por el alumno desde antes de llegar con el asesor. Mi función,
por lo tanto, se concentra más en identificar si el problema que el alumno propone
realmente existe, a través de la aplicación de instrumentos de diagnóstico (rúbricas,
entrevistas, listas de cotejo, guiones de observación, etc.); y después de ello, en el
análisis de los resultados que estos instrumentos arrojan, para posteriormente pasar
a la ubicación y delimitación del problema de investigación.
La estructura analítico conceptual y los tipos de preguntas que Hidalgo menciona en
su texto eran categorías desconocidas para mí. Aunque la estructura analítico
conceptual me parece entendible e indispensable dentro de este proceso, no tenía
conocimiento de su nomenclatura; y posiblemente, durante el proceso he obviado
algunos elementos incluidos en ella. Y en cuanto a las preguntas, tampoco conocía
la categorización que de ellas se hace pero sí reconozco las diferencias entre una
pregunta inicial y una indiciaria. Del mismo modo, promuevo el uso de estas últimas
en el proceso de construcción del problema.
La terminología utilizada por Hidalgo para definir el proceso, si bien se torna un
poco confusa al comenzar la lectura, conforme avanzas en su explicación se torna
bastante comprensible, ya que se relaciona con un proceso que considero lógico para
iniciar la construcción del problema a investigar.
Sin embargo, otra semejanza que encuentro entre ambos procesos es que, sin haber
definido primero el problema de investigación, no se puede elegir la metodología a
utilizar en la investigación.