Reflexión #2.
23-01-2023
Tiempo: 15 Minutos.
El árbol envidioso
Se dice que había un árbol muy hermoso que estaba plantado en el bosque, con el tronco
recto y fuerte de color marrón. Sus ramas eran finas, sus hojas de color verde oscuro y sus
flores eran muy llamativas que con su dulce canto.
Este maravilloso árbol daba mucho fruto, al frente de este árbol había un árbol seco y feo,
que tenía mucha envidia. Que le preguntaba que tenia que hacer para estar bello y
frondoso, porque yo lo eh intentado y no eh podido; pregunto el árbol seco, no puedes ser
bello y frondoso porque estas podrido de envidia y de malos sentimientos.
se convertían en frutas muy ricas. En su copa tenia un nido de unos pichoncitos y la madre
de estos pajaritos todas las mañanas daban la bienvenida
Me deja de enseñanza que sentimos envidia cuando nos da rabia que alguien tenga suerte
o que disfrute de cosas que nosotros no tenemos, si lo pensaremos nos daremos cuenta de
que la envidia es un sentimiento negativo que nos produce tristeza e insatisfacción. Para
dejar de ser envidioso debo curar todo lo que tengo por dentro y dejar brotar mi belleza. La
envidia solamente es para la gente mala. Por eso mismo estaba el árbol sin hojas, sin tallo,
podrido, muy acabado, por eso es mejor sacar los malos hábitos, así que cambio toda su
forma de ser y tratemos de no fijarnos en las personas, ni en su belleza, ni en nada y seamos
felices así como vinimos al mundo.
Dice que la envidia no es como un deseo benigno de lo que alguien más posee, sino como
el dolor ocasionado por la buena fortuna de los demás. La envidia no solamente alcanza al
bien del otro si no que se vuelve contra el envidioso. Es “el dolor del bien ajeno” decía
Aristóteles
Reflexión pedagógica
Me deja de enseñanza a mi vida cotidiana que la persona envidiosas, siempre te mira de
arriba hacia abajo, buscando algún defecto. Si te lo encuentran comentan, si no te lo
encuentran lo inventan, por eso niego mis sentimientos de envidia en las relaciones íntimas,
porque aplica de algún modo aceptar el impulso de querer dañar a alguien que queramos
en nuestras vidas. Por eso dicen por ahí “ De nada te servirá despreciar la virtud, el talento
o la belleza por envidia, porque nada van a cambiarlos”