El paisaje agrícola subtropical de las islas Canarias se caracteriza por el regadío intensivo de cultivos tropicales destinados a la exportación a lo largo de la costa, mientras que en el interior montañoso se practica la agricultura de secano con cultivos como la patata, la vid y otros para el autoconsumo. La ganadería es reducida y se limita principalmente a cabras en algunas islas. El relieve montañoso determina el disperso poblamiento de la región.