El documento describe las intervenciones no farmacológicas para el tratamiento del dolor agudo y crónico. Propone un Plan Terapéutico Integral que incluye objetivos como reducir el dolor y mejorar la calidad de vida. Las intervenciones principales son hábitos de vida saludables como ejercicio físico y higiene del sueño, tratamiento psicoeducativo, y terapias de medicina física y rehabilitación.
Intervenciones no farmacológicas en el tratamiento del dolor en la práctica clínica
1. 1
INTERVENCIONES NO FARMACOLÓGICAS
Dra. Juana Sánchez Jiménez
Dra. Dolores Sánchez Mariscal
INTRODUCCIÓN
La vivencia del dolor depende de la interacción entre las características propias de la persona y una
larga serie de aprendizajes que tienen lugar a lo largo de su biografía. Por lo tanto, la forma de expresar
el dolor puede ser muy variada.
Teniendo en cuenta, además, que uno de los objetivos del tratamiento del dolor es disminuir el impacto
producido por el mismo, el enfoque no farmacológico deberá abordar tanto aspectos psicoemocionales
como físicos.
Así mismo, adquiere gran importancia la información al paciente sobre las causas de su dolor y las
herramientas terapéuticas de las que disponemos, explicando claramente los objetivos terapéuticos y
modulando las expectativas. Los objetivos son variables en función de si se trata de un dolor agudo o
crónico.
El Plan Terapéutico Integral (PTI)
En el dolor agudo (DA), el objetivo fundamental es controlar la intensidad del dolor y disminuir la
ansiedad acompañante; por lo tanto, la piedra angular del abordaje terapéutico es el tratamiento
farmacológico analgésico con la incorporación de las medidas que correspondan para el control de la
ansiedad.
En el dolor crónico (DC), es fundamental elaborar un plan terapéutico integral que debe ser
multidimensional, personalizado y consensuado.
1. Debe contener los objetivos e intervenciones terapéuticas y duración prevista del tratamiento. Los
objetivos a alcanzar incluyen:
- Reducir la intensidad del dolor
- Optimizar los hábitos de vida saludables
- Preservar el patrón de sueño
- Mejorar el estado de ánimo
- Preservar la actividad laboral y de ocio
- Asegurar la participación, el aprendizaje y el automanejo por parte del paciente
- Garantizar el uso correcto de los medicamentos y otras medidas terapéuticas
2. Intervenciones terapéuticas:
- Recomendaciones sobre hábitos saludables: alimentación, actividad física y patrón de sueño.
- Tratamiento farmacológico, ya explicado en el Módulo 4.
- Intervenciones psicoeducativas
2. 2
- Medicina física y rehabilitadora que incluyen ejercicio físico, procedimientos mínimamente
invasivos y ayudas técnicas.
Vamos a detallar los contenidos de las intervenciones terapéuticas mencionadas.
1. HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES
Un estilo de vida saludable comprende el cese del consumo de tabaco, el seguimiento de una dieta
adecuada y mantener un nivel de actividad física acorde con la edad y la condición física de la persona,
importante en todas las personas pero máximo en aquellas que presentan dolor crónico.
El Plan para la Promoción de la Actividad Física y Alimentación Equilibrada de la Consejería de Salud
Junta de Andalucía (PAFAE) recoge las principales recomendaciones en este sentido así como las
recomendaciones del IEFS (Institute of European Food Studies), en cuanto a actividad física de gran
interés en el dolor crónico, como son:
• Incrementar la concienciación de los beneficios que para la salud tiene la actividad física,
independientemente del peso corporal.
• Incrementar la conciencia de que la actividad física significa todo tipo de actividades tales como
jardinería, paseo, baile, fútbol, etc. y no solo “deporte”. Esto supone la necesidad de incluir en los
mensajes que la mayoría de los beneficios de la actividad física se logran cambiando de un estilo de
vida sedentario a uno con un nivel moderado de actividad física diaria.
• Promover el concepto de que la actividad física alivia el estrés.
48
La actividad física debe estar adaptada a las condiciones del paciente:
• Es importante incluirlas en la rutina de la vida diaria, por ejemplo aprovechando las oportunidades
diarias: subir y bajar escaleras, caminar en los desplazamientos...
• Reducir el sedentarismo: disminuir el tiempo de ver la TV y de estar sentado.
• Fomentar el ocio activo: salir a pasear…
Y, además, al menos 30 minutos de ejercicio físico regular, de intensidad moderada (preferentemente
caminar) con una frecuencia de 5 veces por semana. Posteriormente recomendar el incremento de
ejercicio físico de carácter aeróbico (marchas, carreras, natación, ciclismo, baile,..).
2. HIGIENE DEL SUEÑO
Otras de las actuaciones dentro del PTI, deben realizarse sobre el sueño. Un descanso adecuado mejora
la percepción del paciente disminuyendo su ansiedad y, por lo tanto, la intensidad del dolor.
Unas recomendaciones básicas son:
• Irse a la cama sólo cuando se tenga sueño y realizar rutinas para inducir el sueño (leer, relajarse…).
• Levantarse y acostarse todos los días a la misma hora incluido los fines de semana y vacaciones,
siguiendo un esquema de tiempo regular como para las comidas.
• Evitar quedarse en cama despierto más tiempo del necesario, utilizando el dormitorio sólo para
dormir.
• Evitar las siestas (no a partir de las 15:00 h, y que sean breves, de 15 minutos).
• Reducir o evitar el consumo de alcohol, cafeína y tabaco al menos 6 horas antes de la hora de
acostarse.
• Evitar las comidas copiosas antes de acostarse.
• Evitar los hipnóticos y sedantes o utilizarlos cuidadosamente, no más de 4 semanas y a la dosis más
baja posible.
• Mantener condiciones ambientales adecuadas para dormir (temperatura fresca, ventilación, sin
ruidos, oscuridad).
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- Medicina física y rehabilitadora que incluyen ejercicio físico, procedimientos mínimamente
invasivos y ayudas técnicas.
Vamos a detallar los contenidos de las intervenciones terapéuticas mencionadas.
1. HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES
Un estilo de vida saludable comprende el cese del consumo de tabaco, el seguimiento de una dieta
adecuada y mantener un nivel de actividad física acorde con la edad y la condición física de la persona,
importante en todas las personas pero máximo en aquellas que presentan dolor crónico.
El Plan para la Promoción de la Actividad Física y Alimentación Equilibrada de la Consejería de Salud
Junta de Andalucía (PAFAE) recoge las principales recomendaciones en este sentido así como las
recomendaciones del IEFS (Institute of European Food Studies), en cuanto a actividad física de gran
interés en el dolor crónico, como son:
• Incrementar la concienciación de los beneficios que para la salud tiene la actividad física,
independientemente del peso corporal.
• Incrementar la conciencia de que la actividad física significa todo tipo de actividades tales como
jardinería, paseo, baile, fútbol, etc. y no solo “deporte”. Esto supone la necesidad de incluir en los
mensajes que la mayoría de los beneficios de la actividad física se logran cambiando de un estilo de
vida sedentario a uno con un nivel moderado de actividad física diaria.
• Promover el concepto de que la actividad física alivia el estrés.
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La actividad física debe estar adaptada a las condiciones del paciente:
• Es importante incluirlas en la rutina de la vida diaria, por ejemplo aprovechando las oportunidades
diarias: subir y bajar escaleras, caminar en los desplazamientos...
• Reducir el sedentarismo: disminuir el tiempo de ver la TV y de estar sentado.
• Fomentar el ocio activo: salir a pasear…
Y, además, al menos 30 minutos de ejercicio físico regular, de intensidad moderada (preferentemente
caminar) con una frecuencia de 5 veces por semana. Posteriormente recomendar el incremento de
ejercicio físico de carácter aeróbico (marchas, carreras, natación, ciclismo, baile,..).
2. HIGIENE DEL SUEÑO
Otras de las actuaciones dentro del PTI, deben realizarse sobre el sueño. Un descanso adecuado mejora
la percepción del paciente disminuyendo su ansiedad y, por lo tanto, la intensidad del dolor.
Unas recomendaciones básicas son:
• Irse a la cama sólo cuando se tenga sueño y realizar rutinas para inducir el sueño (leer, relajarse…).
• Levantarse y acostarse todos los días a la misma hora incluido los fines de semana y vacaciones,
siguiendo un esquema de tiempo regular como para las comidas.
• Evitar quedarse en cama despierto más tiempo del necesario, utilizando el dormitorio sólo para
dormir.
• Evitar las siestas (no a partir de las 15:00 h, y que sean breves, de 15 minutos).
• Reducir o evitar el consumo de alcohol, cafeína y tabaco al menos 6 horas antes de la hora de
acostarse.
• Evitar las comidas copiosas antes de acostarse.
• Evitar los hipnóticos y sedantes o utilizarlos cuidadosamente, no más de 4 semanas y a la dosis más
baja posible.
• Mantener condiciones ambientales adecuadas para dormir (temperatura fresca, ventilación, sin
ruidos, oscuridad).
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- Medicina física y rehabilitadora que incluyen ejercicio físico, procedimientos mínimamente
invasivos y ayudas técnicas.
Vamos a detallar los contenidos de las intervenciones terapéuticas mencionadas.
1. HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES
Un estilo de vida saludable comprende el cese del consumo de tabaco, el seguimiento de una dieta
adecuada y mantener un nivel de actividad física acorde con la edad y la condición física de la persona,
importante en todas las personas pero máximo en aquellas que presentan dolor crónico.
El Plan para la Promoción de la Actividad Física y Alimentación Equilibrada de la Consejería de Salud
Junta de Andalucía (PAFAE) recoge las principales recomendaciones en este sentido así como las
recomendaciones del IEFS (Institute of European Food Studies), en cuanto a actividad física de gran
interés en el dolor crónico, como son:
• Incrementar la concienciación de los beneficios que para la salud tiene la actividad física,
independientemente del peso corporal.
• Incrementar la conciencia de que la actividad física significa todo tipo de actividades tales como
jardinería, paseo, baile, fútbol, etc. y no solo “deporte”. Esto supone la necesidad de incluir en los
mensajes que la mayoría de los beneficios de la actividad física se logran cambiando de un estilo de
vida sedentario a uno con un nivel moderado de actividad física diaria.
• Promover el concepto de que la actividad física alivia el estrés.
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La actividad física debe estar adaptada a las condiciones del paciente:
• Es importante incluirlas en la rutina de la vida diaria, por ejemplo aprovechando las oportunidades
diarias: subir y bajar escaleras, caminar en los desplazamientos...
• Reducir el sedentarismo: disminuir el tiempo de ver la TV y de estar sentado.
• Fomentar el ocio activo: salir a pasear…
Y, además, al menos 30 minutos de ejercicio físico regular, de intensidad moderada (preferentemente
caminar) con una frecuencia de 5 veces por semana. Posteriormente recomendar el incremento de
ejercicio físico de carácter aeróbico (marchas, carreras, natación, ciclismo, baile,..).
2. HIGIENE DEL SUEÑO
Otras de las actuaciones dentro del PTI, deben realizarse sobre el sueño. Un descanso adecuado mejora
la percepción del paciente disminuyendo su ansiedad y, por lo tanto, la intensidad del dolor.
Unas recomendaciones básicas son:
• Irse a la cama sólo cuando se tenga sueño y realizar rutinas para inducir el sueño (leer, relajarse…).
• Levantarse y acostarse todos los días a la misma hora incluido los fines de semana y vacaciones,
siguiendo un esquema de tiempo regular como para las comidas.
• Evitar quedarse en cama despierto más tiempo del necesario, utilizando el dormitorio sólo para
dormir.
• Evitar las siestas (no a partir de las 15:00 h, y que sean breves, de 15 minutos).
• Reducir o evitar el consumo de alcohol, cafeína y tabaco al menos 6 horas antes de la hora de
acostarse.
• Evitar las comidas copiosas antes de acostarse.
• Evitar los hipnóticos y sedantes o utilizarlos cuidadosamente, no más de 4 semanas y a la dosis más
baja posible.
• Mantener condiciones ambientales adecuadas para dormir (temperatura fresca, ventilación, sin
ruidos, oscuridad).
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- Medicina física y rehabilitadora que incluyen ejercicio físico, procedimientos mínimamente
invasivos y ayudas técnicas.
Vamos a detallar los contenidos de las intervenciones terapéuticas mencionadas.
1. HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES
Un estilo de vida saludable comprende el cese del consumo de tabaco, el seguimiento de una dieta
adecuada y mantener un nivel de actividad física acorde con la edad y la condición física de la persona,
importante en todas las personas pero máximo en aquellas que presentan dolor crónico.
El Plan para la Promoción de la Actividad Física y Alimentación Equilibrada de la Consejería de Salud
Junta de Andalucía (PAFAE) recoge las principales recomendaciones en este sentido así como las
recomendaciones del IEFS (Institute of European Food Studies), en cuanto a actividad física de gran
interés en el dolor crónico, como son:
• Incrementar la concienciación de los beneficios que para la salud tiene la actividad física,
independientemente del peso corporal.
• Incrementar la conciencia de que la actividad física significa todo tipo de actividades tales como
jardinería, paseo, baile, fútbol, etc. y no solo “deporte”. Esto supone la necesidad de incluir en los
mensajes que la mayoría de los beneficios de la actividad física se logran cambiando de un estilo de
vida sedentario a uno con un nivel moderado de actividad física diaria.
• Promover el concepto de que la actividad física alivia el estrés.
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La actividad física debe estar adaptada a las condiciones del paciente:
• Es importante incluirlas en la rutina de la vida diaria, por ejemplo aprovechando las oportunidades
diarias: subir y bajar escaleras, caminar en los desplazamientos...
• Reducir el sedentarismo: disminuir el tiempo de ver la TV y de estar sentado.
• Fomentar el ocio activo: salir a pasear…
Y, además, al menos 30 minutos de ejercicio físico regular, de intensidad moderada (preferentemente
caminar) con una frecuencia de 5 veces por semana. Posteriormente recomendar el incremento de
ejercicio físico de carácter aeróbico (marchas, carreras, natación, ciclismo, baile,..).
2. HIGIENE DEL SUEÑO
Otras de las actuaciones dentro del PTI, deben realizarse sobre el sueño. Un descanso adecuado mejora
la percepción del paciente disminuyendo su ansiedad y, por lo tanto, la intensidad del dolor.
Unas recomendaciones básicas son:
• Irse a la cama sólo cuando se tenga sueño y realizar rutinas para inducir el sueño (leer, relajarse…).
• Levantarse y acostarse todos los días a la misma hora incluido los fines de semana y vacaciones,
siguiendo un esquema de tiempo regular como para las comidas.
• Evitar quedarse en cama despierto más tiempo del necesario, utilizando el dormitorio sólo para
dormir.
• Evitar las siestas (no a partir de las 15:00 h, y que sean breves, de 15 minutos).
• Reducir o evitar el consumo de alcohol, cafeína y tabaco al menos 6 horas antes de la hora de
acostarse.
• Evitar las comidas copiosas antes de acostarse.
• Evitar los hipnóticos y sedantes o utilizarlos cuidadosamente, no más de 4 semanas y a la dosis más
baja posible.
• Mantener condiciones ambientales adecuadas para dormir (temperatura fresca, ventilación, sin
ruidos, oscuridad).
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- Medicina física y rehabilitadora que incluyen ejercicio físico, procedimientos mínimamente
invasivos y ayudas técnicas.
Vamos a detallar los contenidos de las intervenciones terapéuticas mencionadas.
1. HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES
Un estilo de vida saludable comprende el cese del consumo de tabaco, el seguimiento de una dieta
adecuada y mantener un nivel de actividad física acorde con la edad y la condición física de la persona,
importante en todas las personas pero máximo en aquellas que presentan dolor crónico.
El Plan para la Promoción de la Actividad Física y Alimentación Equilibrada de la Consejería de Salud
Junta de Andalucía (PAFAE) recoge las principales recomendaciones en este sentido así como las
recomendaciones del IEFS (Institute of European Food Studies), en cuanto a actividad física de gran
interés en el dolor crónico, como son:
• Incrementar la concienciación de los beneficios que para la salud tiene la actividad física,
independientemente del peso corporal.
• Incrementar la conciencia de que la actividad física significa todo tipo de actividades tales como
jardinería, paseo, baile, fútbol, etc. y no solo “deporte”. Esto supone la necesidad de incluir en los
mensajes que la mayoría de los beneficios de la actividad física se logran cambiando de un estilo de
vida sedentario a uno con un nivel moderado de actividad física diaria.
• Promover el concepto de que la actividad física alivia el estrés.
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La actividad física debe estar adaptada a las condiciones del paciente:
• Es importante incluirlas en la rutina de la vida diaria, por ejemplo aprovechando las oportunidades
diarias: subir y bajar escaleras, caminar en los desplazamientos...
• Reducir el sedentarismo: disminuir el tiempo de ver la TV y de estar sentado.
• Fomentar el ocio activo: salir a pasear…
Y, además, al menos 30 minutos de ejercicio físico regular, de intensidad moderada (preferentemente
caminar) con una frecuencia de 5 veces por semana. Posteriormente recomendar el incremento de
ejercicio físico de carácter aeróbico (marchas, carreras, natación, ciclismo, baile,..).
2. HIGIENE DEL SUEÑO
Otras de las actuaciones dentro del PTI, deben realizarse sobre el sueño. Un descanso adecuado mejora
la percepción del paciente disminuyendo su ansiedad y, por lo tanto, la intensidad del dolor.
Unas recomendaciones básicas son:
• Irse a la cama sólo cuando se tenga sueño y realizar rutinas para inducir el sueño (leer, relajarse…).
• Levantarse y acostarse todos los días a la misma hora incluido los fines de semana y vacaciones,
siguiendo un esquema de tiempo regular como para las comidas.
• Evitar quedarse en cama despierto más tiempo del necesario, utilizando el dormitorio sólo para
dormir.
• Evitar las siestas (no a partir de las 15:00 h, y que sean breves, de 15 minutos).
• Reducir o evitar el consumo de alcohol, cafeína y tabaco al menos 6 horas antes de la hora de
acostarse.
• Evitar las comidas copiosas antes de acostarse.
• Evitar los hipnóticos y sedantes o utilizarlos cuidadosamente, no más de 4 semanas y a la dosis más
baja posible.
• Mantener condiciones ambientales adecuadas para dormir (temperatura fresca, ventilación, sin
ruidos, oscuridad).
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- Medicina física y rehabilitadora que incluyen ejercicio físico, procedimientos mínimamente
invasivos y ayudas técnicas.
Vamos a detallar los contenidos de las intervenciones terapéuticas mencionadas.
1. HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES
Un estilo de vida saludable comprende el cese del consumo de tabaco, el seguimiento de una dieta
adecuada y mantener un nivel de actividad física acorde con la edad y la condición física de la persona,
importante en todas las personas pero máximo en aquellas que presentan dolor crónico.
El Plan para la Promoción de la Actividad Física y Alimentación Equilibrada de la Consejería de Salud
Junta de Andalucía (PAFAE) recoge las principales recomendaciones en este sentido así como las
recomendaciones del IEFS (Institute of European Food Studies), en cuanto a actividad física de gran
interés en el dolor crónico, como son:
• Incrementar la concienciación de los beneficios que para la salud tiene la actividad física,
independientemente del peso corporal.
• Incrementar la conciencia de que la actividad física significa todo tipo de actividades tales como
jardinería, paseo, baile, fútbol, etc. y no solo “deporte”. Esto supone la necesidad de incluir en los
mensajes que la mayoría de los beneficios de la actividad física se logran cambiando de un estilo de
vida sedentario a uno con un nivel moderado de actividad física diaria.
• Promover el concepto de que la actividad física alivia el estrés.
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La actividad física debe estar adaptada a las condiciones del paciente:
• Es importante incluirlas en la rutina de la vida diaria, por ejemplo aprovechando las oportunidades
diarias: subir y bajar escaleras, caminar en los desplazamientos...
• Reducir el sedentarismo: disminuir el tiempo de ver la TV y de estar sentado.
• Fomentar el ocio activo: salir a pasear…
Y, además, al menos 30 minutos de ejercicio físico regular, de intensidad moderada (preferentemente
caminar) con una frecuencia de 5 veces por semana. Posteriormente recomendar el incremento de
ejercicio físico de carácter aeróbico (marchas, carreras, natación, ciclismo, baile,..).
2. HIGIENE DEL SUEÑO
Otras de las actuaciones dentro del PTI, deben realizarse sobre el sueño. Un descanso adecuado mejora
la percepción del paciente disminuyendo su ansiedad y, por lo tanto, la intensidad del dolor.
Unas recomendaciones básicas son:
• Irse a la cama sólo cuando se tenga sueño y realizar rutinas para inducir el sueño (leer, relajarse…).
• Levantarse y acostarse todos los días a la misma hora incluido los fines de semana y vacaciones,
siguiendo un esquema de tiempo regular como para las comidas.
• Evitar quedarse en cama despierto más tiempo del necesario, utilizando el dormitorio sólo para
dormir.
• Evitar las siestas (no a partir de las 15:00 h, y que sean breves, de 15 minutos).
• Reducir o evitar el consumo de alcohol, cafeína y tabaco al menos 6 horas antes de la hora de
acostarse.
• Evitar las comidas copiosas antes de acostarse.
• Evitar los hipnóticos y sedantes o utilizarlos cuidadosamente, no más de 4 semanas y a la dosis más
baja posible.
• Mantener condiciones ambientales adecuadas para dormir (temperatura fresca, ventilación, sin
ruidos, oscuridad).
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- Medicina física y rehabilitadora que incluyen ejercicio físico, procedimientos mínimamente
invasivos y ayudas técnicas.
Vamos a detallar los contenidos de las intervenciones terapéuticas mencionadas.
1. HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES
Un estilo de vida saludable comprende el cese del consumo de tabaco, el seguimiento de una dieta
adecuada y mantener un nivel de actividad física acorde con la edad y la condición física de la persona,
importante en todas las personas pero máximo en aquellas que presentan dolor crónico.
El Plan para la Promoción de la Actividad Física y Alimentación Equilibrada de la Consejería de Salud
Junta de Andalucía (PAFAE) recoge las principales recomendaciones en este sentido así como las
recomendaciones del IEFS (Institute of European Food Studies), en cuanto a actividad física de gran
interés en el dolor crónico, como son:
• Incrementar la concienciación de los beneficios que para la salud tiene la actividad física,
independientemente del peso corporal.
• Incrementar la conciencia de que la actividad física significa todo tipo de actividades tales como
jardinería, paseo, baile, fútbol, etc. y no solo “deporte”. Esto supone la necesidad de incluir en los
mensajes que la mayoría de los beneficios de la actividad física se logran cambiando de un estilo de
vida sedentario a uno con un nivel moderado de actividad física diaria.
• Promover el concepto de que la actividad física alivia el estrés.
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La actividad física debe estar adaptada a las condiciones del paciente:
• Es importante incluirlas en la rutina de la vida diaria, por ejemplo aprovechando las oportunidades
diarias: subir y bajar escaleras, caminar en los desplazamientos...
• Reducir el sedentarismo: disminuir el tiempo de ver la TV y de estar sentado.
• Fomentar el ocio activo: salir a pasear…
Y, además, al menos 30 minutos de ejercicio físico regular, de intensidad moderada (preferentemente
caminar) con una frecuencia de 5 veces por semana. Posteriormente recomendar el incremento de
ejercicio físico de carácter aeróbico (marchas, carreras, natación, ciclismo, baile,..).
2. HIGIENE DEL SUEÑO
Otras de las actuaciones dentro del PTI, deben realizarse sobre el sueño. Un descanso adecuado mejora
la percepción del paciente disminuyendo su ansiedad y, por lo tanto, la intensidad del dolor.
Unas recomendaciones básicas son:
• Irse a la cama sólo cuando se tenga sueño y realizar rutinas para inducir el sueño (leer, relajarse…).
• Levantarse y acostarse todos los días a la misma hora incluido los fines de semana y vacaciones,
siguiendo un esquema de tiempo regular como para las comidas.
• Evitar quedarse en cama despierto más tiempo del necesario, utilizando el dormitorio sólo para
dormir.
• Evitar las siestas (no a partir de las 15:00 h, y que sean breves, de 15 minutos).
• Reducir o evitar el consumo de alcohol, cafeína y tabaco al menos 6 horas antes de la hora de
acostarse.
• Evitar las comidas copiosas antes de acostarse.
• Evitar los hipnóticos y sedantes o utilizarlos cuidadosamente, no más de 4 semanas y a la dosis más
baja posible.
• Mantener condiciones ambientales adecuadas para dormir (temperatura fresca, ventilación, sin
ruidos, oscuridad).