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Las conductas anormales resultan, al mismo tiempo, fascinantes y preocupantes para los
científicos y el público en general. Por qué las personas muestran conductas anormales, cómo
expresan sus perturbaciones y cómo esas conductas pueden prevenirse y tratarse son preguntas
que continúan intrigándonos. Hoy en día sabemos que todos los seres humanos tienen
contacto, de una forma u otra, con las perturbaciones mentales durante su vida, de manera
directa en su lucha por lidiar con sus propios trastornos mentales, o indirectamente a través de
amigos o familiares afectados.
Al escribir y revisar este libro, los autores buscan involucrar a los estudiantes en el fascinante
proceso de entender la conducta anormal y las formas en que los profesionales de la salud
mental la estudian e intentan tratarla.
PSICOPATOLOGÍA
COMPRENDIENDO LA CONDUCTA
ANORMAL
S
U
E
|
S
U
E
|
S
U
E
NOVENA
EDICIÓN
P
S
I
C
O
P
A
T
O
L
O
G
Í
A
.
C
O
M
P
R
E
N
D
I
E
N
D
O
L
A
C
O
N
D
U
C
T
A
A
N
O
R
M
A
L
DAVID SUE t DER ALD WING SUE t STANLEY SUE
N O V E N A E D I C I Ó N
http://latinoamerica.cengage.com
Psicopatología
Comprendiendo
la conducta
anormal
David Sue
Western Washington University
Derald Wing Sue
Teachers College, Columbia University
Stanley Sue
University of California—Davis
Traducción
Sandra Delfín Azuara
Samantha Delfín Azuara
Gabriela Tessmann Sánchez
Jorge Manzano Olmos
Revisión técnica
Mtra. Yolanda Santiago Huerta
Facultad de Psicología-UNAM
"VTUSBMJBt#SBTJMt$PSFBtTQB×BtTUBEPT6OJEPTt+BQØOt.ÏYJDPt3FJOP6OJEPt4JOHBQVS
Psicopatología
Comprendiendo la conducta anormal
Novena edición
David Sue, Derald Wing Sue y Stanley Sue
Presidente de Cengage Learning
Latinoamérica:
Javier Arellano Gutiérrez
Director general México
y Centroamérica:
Pedro Turbay Garrido
Director editorial y de producción:
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Coordinadora editorial:
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Editora de desarrollo:
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pero sin limitarse a lo siguiente: fotocopiado,
reproducción, escaneo, digitalización,
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de información, a excepción de lo permitido
en el Capítulo III, Artículo 27 de la Ley Federal
del Derecho de Autor, sin el consentimiento
por escrito de la Editorial.
Traducido del libro Understanding Abnormal
Behavior, ninth edition.
David Sue, Derald Wing Sue and Stanley Sue.
Publicado en inglés por Wardsworth,
una compañía de Cenage Learning
ISBN-13: 978-0-547-15441-1
ISBN-10: 0-547-15441-0
Datos para catalogación bibliográfica:
Psicopatología
Comprendiendo la conducta anormal.
Sue, David; Derald Wing Sue y Stanley Sue.
ISBN-13: 978-607-481-405-7
ISBN-10: 607-481-405-8
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[hhWc_[djWi  nl
Fh[WY_e  nl_
7Y[hYWZ[beiWkjeh[i  nn___
1 Conducta anormal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
2 Modelos de conducta anormal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
3 Evaluación y clasificación de la conducta anormal . . . . . . . . . 66
4 El método científico en la psicología anormal. . . . . . . . . . . . . . 93
5 Trastornos de ansiedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .117
6 Trastornos disociativos y trastornos somatomorfos. . . . . . .149
7 Trastornos por estrés. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .175
8 Trastornos de la personalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .201
9 Trastornos relacionados con sustancias. . . . . . . . . . . . . . . . . . .232
10 Trastornos sexuales y de la identidad sexual. . . . . . . . . . . . . .264
11 Trastornos del estado de ánimo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .303
12 Suicidio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .333
13 Esquizofrenia: diagnóstico, etiología y tratamiento. . . . . . .359
14 Trastornos cognitivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .390
15 Trastornos de la infancia y la adolescencia. . . . . . . . . . . . . . . .412
16 Trastornos de la conducta alimentaria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .443
17 Cuestiones legales y éticas en psicología anormal. . . . . . . .474
=beiWh_e  =#'
H[[h[dY_Wi  H#'
9hƒZ_jei  9#'
ßdZ_Y[Z[decXh[i  ?#'
ßdZ_Y[j[c|j_Ye  ?#')
DejWi 
contenido breve
iii
v
cfj^ZijYZhYZaVeh^Xdad†VVcdgbVa (
Descripción de la conducta anormal 3
Explicación de la conducta anormal 4
Predicción de la conducta anormal 4
Control de la conducta anormal 5
9ZiZgb^cVX^‹cYZaVVcdgbVa^YVY ,
Angustia 8
Desviación 8
Disfunción 8
Peligrosidad 9
A^b^iVX^dcZhXdciZmijVaZhnXjaijgVaZh
ZcaVYZ[^c^X^‹cYZaVXdcYjXiVVcdgbVa .
8DCIGDK:GH6/ ¿La enfermedad mental
es un mito y una construcción política? 12
AV[gZXjZcX^VnaVXVgV
YZadhigVhidgcdhbZciVaZh '
:hiZgZdi^edhVXZgXVYZaVheZghdcVh
XdcZc[ZgbZYVYbZciVa )
EZgheZXi^kVh]^hi‹g^XVhYZaVXdcYjXiVVcdgbVa +
Creencias prehistóricas y antiguas 16
Explicaciones naturalistas (pensamiento
greco-romano) 16
Reversión a las explicaciones sobrenaturales
(la Edad Media) 17
El surgimiento del humanismo (el
Renacimiento) 19
El movimiento de reforma (siglos XVIII y XIX) 20
8VjhVh/eg^bZgdhejcidhYZk^hiV '
El punto de vista biológico 21
El punto de vista psicológico 22
IZcYZcX^VhXdciZbedg{cZVh
ZcaVeh^Xdad†VVcdgbVa '(
La revolución farmacológica en la psiquiatría 23
La presión de los psicólogos para obtener
privilegios de prescripción 24
El desarrollo de una atención administrada
de la salud 24
Una mayor apreciación por la investigación 25
La influencia de la psicología multicultural 26
E:CH6B:CID8GÞI8D/Yo también lo tengo:
el síndrome del estudiante de medicina 28
bea^XVX^dcZh 28
GZhjbZc 29
contenido
[hhWc_[djWi  nl
Fh[WY_e  nl_
7Y[hYWZ[beiWkjeh[i  nn___
1 Conducta anormal 2
2 Modelos de conducta anormal 30
BdYZadhjc^Y^bZch^dcVaZh
YZadhigVhidgcdhbZciVaZh ('
Uso de modelos para describir la psicopatología 33
JcbdYZadYZk†Vhbai^eaZh
eVgVadhigVhidgcdhbZciVaZh ()
Eg^bZgVY^bZch^‹c/[VXidgZhW^da‹^Xdh (+
El cerebro humano 37
Teorías bioquímicas 38
Explicaciones genéticas 40
Técnicas de tratamiento basadas en la biología 41
Implicaciones de vías múltiples
de las explicaciones biológicas 43
HZjcYVY^bZch^‹c/[VXidgZheh^Xda‹^Xdh ))
Modelos psicodinámicos 44
Modelos conductuales 47
Modelos cognitivos 51
Modelos humanistas y existenciales 53
Implicaciones de vías múltiples
de las explicaciones psicológicas 55
IZgXZgVY^bZch^‹c/[VXidgZhhdX^VaZh *+
vi CONTENIDO
Modelos socio-relacionales 56
Perspectivas familiar, de parejas y grupal 56
Enfoques de tratamiento socio-relacional 57
Críticas a los modelos socio-relacionales 57
8jVgiVY^bZch^‹c/[VXidgZhhdX^dXjaijgVaZh *-
Factores de género 58
Nivel socioeconómico 59
Raza/Etnicidad: modelos multiculturales
de la psicopatología 59
8DCIGDK:GH6/ Problemas en el uso de referencias
raciales y de grupo étnico 60
Críticas al modelo multicultural 61
E:CH6B:CID8GÞI8D/Aplicación de los modelos
de psicopatología 62
bea^XVX^dcZh 64
GZhjbZc 65
8dc[^VW^a^YVYnkVa^YZo +,
AVZkVajVX^‹cYZaVXdcYjXiVVcdgbVa +-
Observaciones 68
Entrevistas 69
Pruebas e inventarios psicológicos 71
8DCIGDK:GH6/ ¿Debería usarse el Rorschach
para hacer evaluaciones? 74
Pruebas neurológicas 80
La ética en la evaluación 81
E:CH6B:CID8GÞI8D/¿Podemos evaluar con exacti-
tud el estado de los miembros de diferentes gru-
pos culturales?  82
AVXaVh^[^XVX^‹cYZaVXdcYjXiVVcdgbVa -(
Manual diagnóstico y estadístico
de los trastornos mentales (DSM) 83
Trastornos mentales del DSM-IV-TR 85
Evaluación del sistema de clasificación DSM 86
Objeciones a la clasificación y el
etiquetamiento 90
bea^XVX^dcZh  91
GZhjbZc  92
3 Evaluación y clasificación de la conducta anormal 66
:ab‚idYdX^Zci†[^XdZcaV^ckZhi^VX^‹cXa†c^XV .+
E:CH6B:CID8GÞI8D/Ataques a la integridad
científica 97
Características de la investigación clínica 97
8DCIGDK:GH6/ Recuerdos reprimidos:
problemas y preguntas 99
:meZg^bZcidh %%
El grupo experimental 101
El grupo control 101
El grupo placebo 102
Preocupaciones adicionales
en la investigación clínica 102
8dggZaVX^dcZh %(
E:CH6B:CID8GÞI8D/Lealtad del investigador:
¿un “comodín” en la investigación
comparativa? 105
:hijY^dhVc{addh %+
:hijY^dhYZXVbed %,
:hijY^dhYZXVhdc^Xd %-
El estudio de caso 108
Experimento de caso único 109
:higViZ^VhYZ^ckZhi^VX^‹cW^da‹^XV %
El Proyecto Genoma Humano 110
Estudios de enlace genético 110
El concepto endofenotipo 110
Otros conceptos en la investigación biológica 111
4 El método científico en la psicología anormal 93
CONTENIDO vii
5 Trastornos de ansiedad 117
:ciZcYZgadhigVhidgcdhYZVch^ZYVY
YZhYZjcVeZgheZXi^kVYZk†Vhbai^eaZh .
Dimensión biológica 119
Dimensión psicológica 122
Dimensiones sociales y socioculturales 123
;dW^Vh ')
Fobias sociales 125
Fobias específicas 127
Etiología de las fobias 128
8DCIGDK:GH6/¿Miedo o repugnancia? 129
Tratamiento de las fobias 131
IgVhidgcdYZVcjhi^VnVdgV[dW^V ((
Trastorno de angustia 133
Agorafobia 134
Etiología del trastorno de angustia y
agorafobia 134
Tratamiento del trastorno de angustia 136
E:CH6B:CID8GÞI8D/Tratamiento
del trastorno de angustia: ¿debemos
enfocarnos en el control interno? 138
IgVhidgcdYZVch^ZYVYZcZgVa^oVYV (-
Etiología del trastorno de ansiedad generalizada 139
Tratamiento del trastorno de ansiedad
generalizada 140
IgVhidgcddWhZh^kdXdbejah^kd )
Obsesiones 142
Compulsiones 142
Etiología del trastorno obsesivo-compulsivo 143
Tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo 146
bea^XVX^dcZh 147
GZhjbZc 147
6 Trastornos disociativos y trastornos somatomorfos 149
IgVhidgcdhY^hdX^Vi^kdh *%
Amnesia disociativa 150
Fuga disociativa 153
Trastorno de despersonalización 153
Trastorno de identidad disociativa (Trastorno
de personalidades múltiples) 154
E:CH6B:CID8GÞI8D/Cultura y trastornos
somatomorfo y disociativo 156
Etiología de los trastornos disociativos 157
8DCIGDK:GH6/ Técnicas “sospechosas”
que se usan para tratar el trastorno
de identidad disociativo 160
Tratamiento de los trastornos disociativos 161
IgVhidgcdhhdbVidbdg[dh +'
Trastorno de somatización 164
Trastorno de conversión 164
E:CH6B:CID8GÞI8D/Trastorno facticio y trastorno
facticio por poder 165
Trastorno por dolor 167
Hipocondría 167
Trastorno dismórfico corporal 168
Etiología de los trastornos somatomorfos 169
Tratamiento de los trastornos somatomorfos 172
bea^XVX^dcZh 173
GZhjbZc 174
ckZhi^VX^‹cZe^YZb^da‹^XV
ndigVh[dgbVhYZ^ckZhi^VX^‹c '
6heZXidh‚i^XdhZcaV^ckZhi^VX^‹c (
bea^XVX^dcZh 114
GZhjbZc 115
viii CONTENIDO
IgVhidgcdhedgZhig‚hVjYd
nedgZhig‚hedhigVjb{i^Xd ,+
Diagnóstico de los trastornos por estrés
agudo y por estrés postraumático 176
:i^dad†VYZadhigVhidgcdhedgZhig‚h
VjYdnedgZhig‚hedhigVjb{i^Xd ,,
Dimensión biológica 178
Dimensión psicológica 179
Dimensión social 180
Dimensión sociocultural 180
IgViVb^ZcidYZadhigVhidgcdhedgZhig‚h
VjYdnedgZhig‚hedhigVjb{i^Xd -
IgVhidgcdh[†h^XdhedgZhig‚h/
igVhidgcdheh^Xd[^h^da‹^Xdh -'
E:CH6B:CID8GÞI8D/El síndrome de muerte
súbita de los Hmong 183
Características de los trastornos psicofisiológicos 183
Enfermedad coronaria 183
Hipertensión 184
Migraña, cefaleas tensionales
y cefaleas en racimo 186
Asma 188
El estrés y el sistema inmunitario 190
8DCIGDK:GH6/¿Pueden la risa o el humor
influir en el curso de la enfermedad? 191
:i^dad†VYZadhigVhidgcdheh^Xd[^h^da‹^Xdh .'
Dimensión biológica 192
Dimensión psicológica 194
Dimensión social 196
Dimensión sociocultural 196
IgViVb^ZcidYZadhigVhidgcdheh^Xd[^h^da‹^Xdh .,
Entrenamiento en relajación 197
Biorretroalimentación 198
Intervenciones cognitivo-conductuales 198
bea^XVX^dcZh 199
GZhjbZc 200
9^Vc‹hi^XdYZadhigVhidgcdh
YZaVeZghdcVa^YVY '%(
IgVhidgcdhfjZhZXVgVXiZg^oVc
edgXdcYjXiVhgVgVhdZmX‚cig^XVh '%*
Trastorno paranoide de la personalidad 205
E:CH6B:CID8GÞI8D/¿Hay un prejuicio de género
al diagnosticar los trastornos mentales? 207
Trastorno esquizoide de la personalidad 208
Trastorno esquizotípico de la personalidad 208
IgVhidgcdhfjZhZXVgVXiZg^oVcedgXdcYjXiVh
YgVb{i^XVh!Zbdi^kVhd^cZhiVWaZh '%
Trastorno antisocial de la personalidad 210
Trastorno límite de la personalidad 212
Trastorno histriónico de la personalidad 215
Trastorno narcisista de la personalidad 216
IgVhidgcdhfjZhZXVgVXiZg^oVc
edgXdcYjXiVhVch^dhVhdiZbZgdhVh ',
Trastorno de personalidad por evitación 217
Trastorno de personalidad por dependencia 218
Trastorno obsesivo-compulsivo de la
personalidad 219
6c{a^h^hYZk†Vhbai^eaZhYZjcigVhidgcd
YZaVeZghdcVa^YVY/igVhidgcd
Vci^hdX^VaYZaVeZghdcVa^YVY ''
Dimensión biológica 221
Dimensión psicológica 224
Dimensión social 225
Dimensión sociocultural 226
IgViVb^ZcidYZaigVhidgcdVci^hdX^Va
YZaVeZghdcVa^YVY '',
8DCIGDK:GH6/ Trastornos del control
de los impulsos 228
bea^XVX^dcZh 230
GZhjbZc 231
7 Trastornos por estrés 175
8 Trastornos de la personalidad 201
CONTENIDO ix
IgVhidgcdhgZaVX^dcVYdhXdchjhiVcX^Vh '(*
Depresivos o sedantes 236
Estimulantes 241
Alucinógenos 244
:i^dad†VYZadhigVhidgcdhgZaVX^dcVYdh
XdchjhiVcX^Vh ')+
Dimensión biológica 247
Dimensión psicológica 249
8DCIGDK:GH6/¿Es la adicción a las drogas
una enfermedad? 250
Dimensión social 252
E:CH6B:CID8GÞI8D/¿Es el uso de drogas
un indicador de perturbación? 253
Dimensión sociocultural 254
ciZgkZcX^‹cnigViVb^ZcidYZigVhidgcdh
gZaVX^dcVYdhXdchjhiVcX^Vh '**
Enfoque farmacológico 255
Enfoques cognitivo y conductual 257
Grupos de Autoayuda 258
8DCIGDK:GH6/ Beber controladamente 259
Tratamiento multimodal 259
Programas de prevención 260
Efectividad del tratamiento 261
bea^XVX^dcZh 262
GZhjbZc 262
9 Trastornos relacionados con sustancias 232
´Fj‚ZhaVXdcYjXiVhZmjVaÆcdgbVaÇ4 '+*
8DCIGDK:GH6/ ¿La conducta sexual
compulsiva es una adicción? 267
El estudio de la sexualidad humana 268
El ciclo de la respuesta sexual 268
9^h[jcX^dcZhhZmjVaZh ',%
Trastornos del deseo sexual 271
Trastornos de la excitación sexual 273
Trastornos orgásmicos 275
Trastornos sexuales por dolor 275
:i^dad†VYZaVhY^h[jcX^dcZhhZmjVaZh ',+
Dimensión biológica 278
Dimensión psicológica 278
Dimensión social 279
Dimensiones socioculturales 279
IgViVb^ZcidYZaVhY^h[jcX^dcZhhZmjVaZh '-%
Intervenciones biológicas 280
Enfoques del tratamiento psicológico 282
=dbdhZmjVa^YVY '-(
:ckZ_ZX^b^Zcid!VXi^k^YVYhZmjVa
nY^h[jcX^dcZhhZmjVaZh '-)
IgVhidgcdYZaV^YZci^YVYhZmjVa '-+
Etiología de los trastornos de la identidad
sexual 287
Tratamiento de los trastornos
de identidad sexual 288
¿Son los trastornos de la identidad sexual un
diagnóstico psiquiátrico válido? 288
EVgV[^a^Vh '--
Parafilias que incluyen objetos no humanos 290
Parafilias que incluyen personas que no dan su
consentimiento 291
Parafilias que incluyen dolor o humillación 293
Etiología y tratamiento de las parafilias 294
K^daVX^‹c '.+
Efectos de la violación 298
Etiología de la violación 299
Tratamiento para los violadores 299
E:CH6B:CID8GÞI8D/¿Por qué los hombres
violan a las mujeres? 300
bea^XVX^dcZh 301
GZhjbZc 301
10 Trastornos sexuales y de la identidad sexual 264
x CONTENIDO
11 Trastornos del estado de ánimo 303
9ZegZh^‹cjc^edaVg (%)
Síntomas de la depresión unipolar 304
Diagnóstico y clasificación
de los trastornos depresivos 307
8DCIGDK:GH6/ ¿Cuándo alguien está
deprimido? 308
Prevalencia de la depresión unipolar 309
:i^dad†VYZaVYZegZh^‹cjc^edaVg (%
Dimensión biológica 310
Dimensión psicológica 313
Dimensión social 317
Dimensión sociocultural 319
IgViVb^ZcidYZaVYZegZh^‹cjc^edaVg (''
Tratamientos biomédicos para
los trastornos de depresión 323
E:CH6B:CID8GÞI8D/¿Deberíamos incrementar
el uso de fármacos en el tratamiento
de la depresión? 324
Psicoterapia y tratamientos conductuales
para los trastornos depresivos 324
IgVhidgcdhW^edaVgZh (',
Síntomas y características de los trastornos
bipolares 327
Clasificación de los trastornos bipolares 328
Prevalencia de los trastornos bipolares 329
Comparación entre los trastornos
depresivos y bipolares 329
:i^dad†VYZadhigVhidgcdhW^edaVgZh ('.
IgViVb^ZcidYZadhigVhidgcdhW^edaVgZh ((%
bea^XVX^dcZh 331
GZhjbZc 332
8dggZaVX^dcZhYZahj^X^Y^d ((*
E:CH6B:CID8GÞI8D/¿Por qué la gente
se suicida? 336
Hechos sobre el suicidio 337
JcVeZgheZXi^kVYZk†Vhbai^eaZh
VXZgXVYZahj^X^Y^d ()(
Dimensión biológica 343
Dimensión psicológica 344
Dimensión social 345
Dimensión sociocultural 346
K†Xi^bVhYZahj^X^Y^d (),
Niños y adolescentes 347
Personas de edad avanzada 349
EgZkZcX^‹cYZahj^X^Y^d (*%
Indicios de intentos suicidas 351
Intervención en crisis 351
Centros para la prevención del suicidio 353
:aYZgZX]dVhj^X^YVghZ/VheZXidhbdgVaZh!
‚i^XdhnaZVaZh (*)
8DCIGDK:GH6/¿La gente tiene derecho a morir? 356
bea^XVX^dcZh 357
GZhjbZc 358
12 Suicidio 333
CONTENIDO xi
Adhh†cidbVhYZaVZhfj^od[gZc^V (+
Síntomas positivos 361
8DCIGDK:GH6/¿Deberían desafiarse
los delirios y las alucinaciones? 364
Síntomas negativos 366
Síntomas cognitivos 367
Aspectos culturales 367
I^edhYZZhfj^od[gZc^V (+-
Esquizofrenia tipo paranoide 369
Esquizofrenia tipo desorganizado 369
Esquizofrenia tipo catatónico 369
Esquizofrenia indiferenciada y esquizofrenia tipo
residual 370
Trastornos psicóticos que alguna vez fueron
considerados esquizofrenia 371
Otros trastornos psicóticos 371
8DCIGDK:GH6/¿Parasitosis delirante
o enfermedad física? 373
8jghdYZaVZhfj^od[gZc^V (,(
Resultados de estudios a largo plazo 374
:i^dad†VYZaVZhfj^od[gZc^V (,)
Dimensión biológica 375
Dimensión psicológica 378
Dimensión social 379
Dimensión sociocultural 381
:aigViVb^ZcidYZaVZhfj^od[gZc^V (-(
Medicación antipsicótica 383
8DCIGDK:GH6/Equilibrio entre prevención
y daño 385
Terapia psicosocial 385
Intervenciones enfocadas en la comunicación
y la educación familiares 388
bea^XVX^dcZh 389
GZhjbZc 389
13 Esquizofrenia: diagnóstico, etiología y tratamiento 359
:kVajVX^‹cYZaYVŠdXZgZWgVa (.'
I^edhYZigVhidgcdhXdc^i^kdh (.(
Demencia 393
Delirium 394
Trastornos amnésicos 395
:i^dad†VYZadhigVhidgcdhXdc^i^kdh (.*
Lesión cerebral 396
Envejecimiento y trastornos relacionados
con la edad 398
Enfermedad de Alzheimer 400
E:CH6B:CID8GÞI8D/Moderadores
y mediadores: ¿qué causa qué? 402
Otras afecciones e infecciones del cerebro 404
Tumores cerebrales 406
Epilepsia 406
Uso de sustancias psicoactivas 408
8dch^YZgVX^dcZhhdWgZ
igViVb^Zcid$egZkZcX^‹c )%-
Medicación 408
Enfoque cognitivo y enfoque conductual 409
Cambios en el estilo de vida 409
Intervenciones ambientales y soporte de
ayuda 410
bea^XVX^dcZh 410
GZhjbZc 411
14 Trastornos cognitivos 390
xii CONTENIDO
IgVhidgcdhYZaVXdcYjXiVVa^bZciVg^V )))
Anorexia nerviosa 446
E:CH6B:CID8GÞI8D/Web de la anorexia 448
Bulimia nerviosa 449
Trastorno por atracón 451
Trastorno alimentario no especificado 453
:i^dad†VYZadhigVhidgcdhYZaVXdcYjXiV
Va^bZciVg^V )*)
Dimensión biológica 454
Dimensión psicológica 455
Dimensión social 456
Dimensión sociocultural 457
E:CH6B:CID8GÞI8D/¿Nuestra sociedad está creando
trastornos de la conducta alimentaria? 462
IgViVb^ZcidYZadhigVhidgcdhYZaVXdcYjXiV
Va^bZciVg^V )+)
Tratamiento de la anorexia nerviosa 464
Tratamiento de la bulimia nerviosa 466
Tratamiento de los trastornos por atracón 466
DWZh^YVY )+,
:i^dad†VYZaVdWZh^YVY )+.
Dimensión biológica 469
8DCIGDK:GH6/ ¿Son adecuadas las normas
del IMC? 470
Dimensión psicológica 470
Dimensión social 471
Dimensión sociocultural 471
IgViVb^ZcidheVgVaVdWZh^YVY ),
bea^XVX^dcZh 472
GZhjbZc 472
16 Trastornos de la conducta alimentaria 443
8DCIGDK:GH6/ ¿Estamos medicando en exceso
a nuestros niños? 414
IgVhidgcdhZcZgVa^oVYdhYZaYZhVggdaad ))
Autismo 415
Otros trastornos generalizados del desarrollo 417
Etiología 419
Pronóstico 421
Tratamiento 421
IgVhidgcdedgY‚[^X^iYZViZcX^‹cXdc]^eZgVXi^k^YVY
nigVhidgcdhYZaXdbedgiVb^ZcideZgijgWVYdg )''
Trastorno por déficit de atención con
hiperactividad 422
Trastorno negativista desafiante 426
Trastornos disociales 427
E:CH6B:CID8GÞI8D/Violencia escolar:
¿una señal de los tiempos? 429
IgVhidgcdhYZaVZa^b^cVX^‹c )(
Enuresis 431
E:CH6B:CID8GÞI8D/Abuso infantil 432
Encopresis 433
IgVhidgcdhYZaVegZcY^oV_Z )()
Etiología 434
Tratamiento 435
GZigVhdbZciVa )(*
Diagnóstico del retraso mental 436
Etiología del retraso mental 437
Programas para personas con retraso mental 440
bea^XVX^dcZh 442
GZhjbZc 442
15 Trastornos de la infancia y la adolescencia 412
CONTENIDO xiii
GZXajh^‹cXg^b^cVa ),-
Defensa por locura 478
Competencia para someterse a juicio 481
GZXajh^‹cX^k^a )-'
Criterios para el confinamiento 483
Procedimientos de la reclusión civil 484
9ZgZX]dhYZadheVX^ZciZhbZciVaZh )-*
E:CH6B:CID8GÞI8D/Cómo predecir la peligrosidad:
asesinos en serie y asesinos en masa 486
Derecho a tratamiento 486
Derecho a rechazar tratamiento 488
8DCIGDK:GH6/Tratamiento asistido por orden
del tribunal: ¿coacción o atención? 489
9Zh^chi^ijX^dcVa^oVX^‹c ).%
GZaVX^‹ceVX^ZciZiZgVeZjiV ).'
Confidencialidad y comunicación
privilegiada 492
Principio del “deber de advertir” 493
Relaciones sexuales con pacientes 494
8dbeZiZcX^VXjaijgVanZheZX^Va^YVYZchVajY
bZciVa ).)
bea^XVX^dcZh 496
GZhjbZc 496
17 Cuestiones legales y éticas en psicología anormal 474
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µYeWYY_ŒdeWj[dY_Œd5*./
Herramientas
xvi
prefacio
Las conductas anormales resultan, al mismo tiempo, fascinantes y preocupantes
para los científicos y el público en general. Por qué las personas muestran conductas
anormales, cómo expresan sus perturbaciones y cómo esas conductas pueden preve-
nirse y tratarse, son preguntas que continúan intrigándonos. Hoy en día sabemos que
todos los seres humanos tienen contacto, de una forma u otra, con las perturbaciones
mentales durante su vida, de manera directa en su lucha por lidiar con sus propios
trastornos mentales, o indirectamente a través de amigos o familiares afectados.
Con el paso de los años, los grandes descubrimientos en genética, neurobiología y psi-
cología, han hecho contribuciones sin precedentes para nuestro entendimiento de las con-
ductas anormales. Esto es evidente en el Proyecto Genoma Humano en el cual los científicos
han mapeado todos los genes en el núcleo humano.La esperanza entre los profesionales de la
salud mental es que el “mapa de la vida” permita una mayor comprensión de los trastor-
nos mentales y sus tratamientos subsecuentes. Además de este gran adelanto biológico,
también sabemos que las formas de intervención psicológica son eficaces en el trata-
miento de las conductas anormales. El movimiento para identificar los tratamientos
que se apoyan en métodos empíricos ha tomado por sorpresa a los profesionales. Final-
mente, la investigación ha revelado las extensas variaciones culturales en las conductas
anormales y en lo que otras culturas consideran tratamientos eficaces. En la novena
edición de nuestro libro examinaremos todas estas áreas.
Al escribir y revisar este libro, hemos buscado involucrar a los estudiantes en el fas-
cinante proceso de entender la conducta anormal y las formas en que los profesionales
de la salud mental la estudian e intentan tratarla. A fin de alcanzar esta meta, nos hemos
guiado por tres objetivos principales:
Brindar a los estudiantes conocimiento de primera calidad
r
Ofrecer un tratamiento ecuánime de la psicología anormal así como un compromi-
r
so científico y clínico, dando a los estudiantes la oportunidad de explorar los temas
de forma responsable y amplia
Hacer que nuestro libro invite y estimule a una extensa gama de estudiantes
r
En cada edición, nos hemos esforzado por alcanzar estos objetivos, trabajando con
los comentarios de un gran número de estudiantes e instructores, y nuestro propio
trabajo en la enseñanza, la investigación y la práctica. La novena edición, creemos, se
construye a partir de los logros de las ediciones pasadas y las supera.
Llevamos un enfoque ecléctico y multicultural al campo, tomando importantes con-
tribuciones de varias disciplinas y posiciones teóricas. El texto cubre las categorías
principales de los trastornos que se han listado en el Manual diagnóstico y estadístico
de los trastornos mentales (DSM-IV-TR), pero no es una reiteración mecánica del
mismo. Creemos que las combinaciones diferentes de experiencias de vida y factores
constitucionales influyen en los trastornos mentales, y proyectamos este enfoque en el
transcurso del texto. Estas combinaciones de factores se demuestran en nuestro modelo de
vías múltiples, que es una nueva forma de ver las causas de los trastornos presentados en
nuestra novena edición. Estos son varios elementos de nuestro modelo de vías múltiples.
Primero, los contribuyentes a los trastornos mentales se dividen en cuatro dimensiones:
biológica, psicológica, social y sociocultural. Segundo, los factores en las cuatro dimen-
Nuestro enfoque
siones pueden interactuar e influir entre sí en cualquier dirección. Tercero, combinacio-
nes distintas entre las cuatro dimensiones pueden ocasionar conductas anormales. Por
ejemplo, suponga que alguien tiene una depresión severa. Esa depresión puede estar
causada primariamente por un factor único (por ejemplo, la muerte de un ser querido)
o por una interacción de factores de diferentes dimensiones (por ejemplo, maltrato
infantil ocurrido en las etapas tempranas de la vida y estresores en la adultez). De
manera que un trastorno como la depresión puede originarse de diferentes factores y
combinaciones de los mismos. Cuarto, muchos trastornos aparentan ser de naturale-
za heterogénea. Por lo tanto, pueden existir varios tipos o versiones de un trastorno
(espectro del trastorno). Finalmente, diferentes trastornos pueden estar causados por
factores similares. Por ejemplo, la ansiedad, así como la depresión, puede resultar del
maltrato infantil y el estrés interpersonal. De hecho, la ansiedad y la depresión a menu-
do ocurren de manera simultánea en las personas.
Se presta especial atención a los factores socioculturales, en los que se incluyen las
normas culturales, los valores y las expectativas. Se enfatizan los fenómenos culturales
y genéricos porque estamos convencidos de que las comparaciones transculturales de la
conducta anormal y los métodos de tratamiento pueden enriquecer nuestra comprensión
de los trastornos. De hecho, Entendiendo la conducta anormal fue el primer libro de texto
de la psicología anormal en integrar y enfatizar el papel de los factores multiculturales
y, a pesar de que muchos textos desde entonces han seguido nuestro camino, la novena
edición sigue brindando la cobertura más extensa e integradora de los modelos multicultu-
rales, las explicaciones y los conceptos disponibles. No sólo discutimos cómo las cambiantes
demografías han incrementado la importancia de la psicología multicultural, también intro-
ducimos modelos multiculturales de psicopatología en los primeros capítulos. Igual que con
otros modelos de psicopatología (digamos, psicoanalítico, cognitivo, conductual, bioló-
gico) nos referimos a aspectos multiculturales a través del texto cuando lo permiten los
descubrimientos de investigación y las formulaciones teóricas. Por ejemplo, se muestra
a los estudiantes de qué modo los factores culturales afectan la evaluación, la clasifica-
ción y el tratamiento de varios trastornos mentales. Dicho enfoque enriquece nuestro
entendimiento de los trastornos mentales. Como psicólogos (y profesores) sabemos que
el aprendizaje se fortalece cuando el material se presenta de una forma vívida y atractiva.
Nosotros tenemos dichas cualidades en parte por ofrecer casos en viñetas y descripciones
de pacientes sobre sus experiencias para complementar e ilustrar las explicaciones basa-
das en la investigación. Nuestra meta es alentar a los estudiantes a pensar de forma crítica
más que meramente hacerlos asimilar una colección de hechos y teorías. Como resultado,
esperamos que desarrollen un aprecio por el estudio de la conducta anormal.
La novena edición incluye un número de herramientas nuevas así como otras que se
popularizaron en ediciones anteriores y, en algunos casos, se han revisado y enriqueci-
do. Con ellas se pretende ayudar a los estudiantes a organizar e integrar el material de
cada capítulo.
Como se indicó antes, nuestro nuevo
r modelo de vías múltiples brinda un marco con
el que los alumnos pueden entender los trastornos mentales. El modelo se presenta
en el capítulo 2 y se aplica a lo largo del libro
Las
r cajas de Pensamiento crítico, nuevas y actualizadas, brindan evidencia verda-
dera y preguntas que provocan cuestionamientos que dan pie a los aspectos clave
en la investigación. Examinan ampliamente las suposiciones acerca de la conducta
normal o desafían el entendimiento de los estudiantes sobre el material del texto
Las nuevas
r cajas de Controversia tratan aspectos controvertidos que tienen extensas
implicaciones para nuestra sociedad. Estas cajas estimulan el pensamiento crítico,
evocan puntos de vista alternativos, generan discusiones y atraen a los estudiantes
hacia temas que pueden ayudarlos a explorar mejor el amplio significado de la con-
ducta anormal en nuestra sociedad
Las nuevas y actualizadas
r discusiones de Mito contra Realidad desafían los diversos
mitos y las creencias falsas que han rodeado el campo de la conducta anormal y
también ayudan a los estudiantes a darse cuenta de que las mismas, muchas de las
Herramientas especiales
PREFACIO xvii
cuales aparentan ser de “sentido común”, deben verificarse con hechos y conoci-
mientos científicos
A través del libro se encuentran nuevas
r cajas al margen de ¿Sabías que...?, que brindan
a los estudiantes, en un vistazo, fascinantes bocadillos basados en la investigación
Las nuevas secciones de
r Implicaciones finalizan cada capítulo, sintetizando las impli-
caciones del modelo de vías múltiples del material del capítulo
Las
r Sinopsis del capítulo y Preguntas de enfoque aparecen en las primeras páginas
de cada capítulo, brindan un marco y estimulan el aprendizaje activo, con estas pre-
guntas en mente los estudiantes piensan acerca de los conceptos que están a punto
de explorar en el material
Los
r Resúmenes integradores del capítulo que responden las Preguntas de enfoque
brindan a los estudiantes una recapitulación concisa de los conceptos más impor-
tantes del capítulo y las respuestas tentativas a las Preguntas de enfoque
Los
r Estudios de caso y Ejemplos nuevos y actualizados hacen que los aspectos de la
salud mental y los trastornos mentales “cobren vida” para los estudiantes e instruc-
tores. Muchos de los casos se toman de archivos clínicos auténticos y todos están
claramente elegidos para el diseño del texto
Los
r cuadros de trastornos racionalizados proporcionan vistazos de los trastornos
en un formato fácil de leer
Los
r términos clave se resaltan en el texto y aparecen en los márgenes
Nuestro objetivo principal al preparar esta edición fue actualizar por completo y presen-
tar las últimas tendencias en la investigación y el pensamiento clínico. Esto conlleva a una
cobertura reciente de decenas de temas a lo largo del texto, incluyendo los siguientes:
La creciente diversidad étnica y cultural en Estados Unidos y sus implicaciones en la
r
investigación, teoría y práctica de la salud mental
Un tratamiento extendido y balanceado de la perspectiva biológica y las últimas
r
estrategias de investigación, y descubrimientos sobre los factores genéticos de los
trastornos mentales
Cobertura integrada de la creciente prevalencia del uso de drogas psicoactivas en la
r
sociedad de Estados Unidos
Nuevos desarrollos en torno a las implicaciones de la atención administrada de la
r
salud en los servicios de salud mental y el uso de tratamientos basados en evidencia
Descubrimientos de investigación en torno a las tasas de cada trastorno mental y su
r
prevalencia de acuerdo con género, etnicidad y edad
Abarcar las actualizaciones sobre el suicidio
r
Cobertura de las violaciones en citas y las razones por las que los hombres violan
r
Explicaciones extensas sobre los trastornos de la conducta alimentaria y la obesidad
r
Amplias aproximaciones a los trastornos de aprendizaje
r
Identificación de psicoterapias y tratamientos cuyo uso puede incrementarse o dis-
r
minuir en el futuro
Aspectos éticos y legales que han surgido de casos recientes que incluyen alegatos
r
por locura, testimonios de los psicólogos en la sala de juicio y suicidio asistido
Cobertura integrada de estrategias terapéuticas específicas para cada cultura a fin de
r
tratar pacientes afroamericanos, asiáticos-americanos, latinoamericanos y nativos
americanos
El libro se ha rediseñado para presentar el contenido de la forma más clara y accesible.
Como en la anterior, la novena edición contiene abundantes tablas, ilustraciones, figuras y
fotografías que muestran de forma gráfica los datos de investigaciones,ilustran comparacio-
nes y contrastes, y enriquecen el entendimiento de conceptos o controversias en el campo.
Aunado a la actualización en la cobertura del libro y sus herramientas especiales,
hemos mantenido una organización estilizada, como se describe a continuación.
Cobertura nueva y actualizada de la novena edición
xviii PREFACIO
PREFACIO xix
Para tratar los contenidos del libro de modo que sean más manejables en el transcurso
del cuatrimestre o semestre, se han incluido 17 capítulos, de acuerdo con la retroalimen-
tación de los lectores. Los usuarios que conocen nuestro texto desde hace mucho tiem-
po notarán de inmediato que continuamos ofreciendo herramientas útiles, que seguimos
teniendo un capítulo para los trastornos de la conducta alimentaria (capítulo 16) y que
hablamos del retraso mental en el capítulo de trastornos de la niñez (capítulo 15).Además,
todos los capítulos se han revisado y actualizado mucho procurando equilibrar los des-
cubrimientos de la investigación con las implicaciones clínicas.
Los capítulos 1 a 4 brindan un contexto para observar la conducta anormal y el
tratamiento al presentar a los estudiantes definiciones de conducta anormal y perspec-
tivas históricas (capítulo 1), las perspectivas teóricas clave que se usan para explicar la
conducta desviada (capítulo 2), los métodos de evaluación y clasificación (capítulo 3) y el
proceso de investigación que se utiliza en el estudio de la conducta anormal (capítulo 4).
Es sobresaliente nuestra discusión sobre el nuevo modelo de las vías múltiples que se
encuentra en el capítulo 2.
El resto del texto, capítulos del 5 al 16, presenta los trastornos principales del DSM-
IV-TR. En cada capítulo, los trastornos se ven desde una perspectiva de vías múltiples
que se enfoca en los síntomas, la etiología y el tratamiento. Nuestros cuadros de tras-
tornos no sólo incluyen las definiciones de los mismos sino también su prevalencia, su
inicio y su curso, de manera que con un vistazo los estudiantes sean capaces de obtener
una visión general importante de los trastornos. Los puntos de interés de la cobertura
en esta parte del libro incluyen un capítulo entero dedicado al suicidio (capítulo 12),
que se considera vital por su aumento evidente entre los profesionales de la salud y
nuestra sociedad. Además, otros aspectos contemporáneos importantes que abarcan el
derecho a morir, el suicidio asistido y nuestra población que envejece, lo ha empujado
a la luz. Este capítulo presenta información sobre las razones del suicidio y también sus
implicaciones morales, legales y éticas. El capítulo 16 aún brinda una cobertura amplia
de los trastornos de la conducta alimentaria y ahora incluye una discusión extensa de la
obesidad y su posible inclusión en el DSM-V. En la actualidad, la investigación relacio-
na estos trastornos con factores situacionales, proclividad biológica y otros trastornos
mentales que se entrelazan. El hecho de que la mayoría de quienes padecen trastornos de
la conducta alimentaria sean mujeres es un indicador del modo en que las imágenes que la
sociedad les presenta resultan en conductas poco saludables.
El capítulo 17 concluye el libro con una revisión breve de los aspectos legales y
éticos en la psicopatología, en la que se incluyen temas como la defensa por locura, los
derechos de los pacientes, la confidencialidad y las prácticas de salud mental en general.
En nuestra edición pasada, se dedicó un capítulo separado a la terapia, pero en esta oca-
sión decidimos discutir los enfoques de tratamiento en cada capítulo de los trastornos
mentales, para permitir al estudiante un cierre en la cobertura de los trastornos particu-
lares. El capítulo de intervención terapéutica de ediciones previas está aún disponible en
línea para aquellos profesores que quieran usarlo.
El texto es, por lo tanto, manejable para una clase de un semestre. Mientras que los
descubrimientos de la investigación y el conocimiento en el área de la psicopatología han
crecido considerablemente, hemos intentado brindar los desarrollos más importantes y
significativos en el campo sin sacrificar la escolaridad y la naturaleza exhaustiva del libro.
El texto se apoya en un conjunto rico de material suplementario diseñado para enrique-
cer la experiencia de enseñanza y aprendizaje. Varios componentes nuevos hacen uso de
tecnologías para la instrucción actual.
Para los profesores
Instructor’s Resource Manual (Disponible sólo en inglés):
r Incluye un perfil extenso
del capítulo, objetivos de aprendizaje, temas de discusión, ejercicios para la clase,
volantes y una lista de lecturas suplementarias y recursos multimedia. Está dispo-
Organización del texto
Auxiliares
xx PREFACIO
nible en la página web del instructor, www.cengage.com/psychology/sue, y también
está disponible para imprimir. Por favor, consulte a su representante de ventas acer-
ca de mayores detalles
Test Bank (Disponible sólo en inglés):
r Es un banco estadístico de pruebas en Word
que contiene 100 preguntas de opción múltiple y tres preguntas tema (con respues-
tas muestra) por capítulo. Cada pregunta está etiquetada con la página de referencia
correspondiente, así como el tipo de pregunta que se formula para la elaboración
más sencilla de exámenes. Está disponible en el CD-ROM Diploma Testing e impre-
so. Por favor, consulte a su representante de ventas para mayores detalles
Diploma Testing CD-ROM (Disponible sólo en inglés):
r Es un programa flexible
de evaluación que permite al profesor crear, editar, elaborar a la medida y entregar
múltiples tipos de exámenes impresos, por medio de servidores de red o de la web
en plataformas MAC o WIN. Contiene 100 preguntas de opción múltiple y tres
preguntas tema (con respuestas muestra) por capítulo. Cada pregunta está etiqueta-
da con la página de referencia correspondiente así como el tipo de pregunta que se
formula para la elaboración más sencilla de exámenes
¡Nuevo!
r PowerLecture with JoinIn (Disponible sólo en inglés): Esta es una librería
digital y una herramienta de presentación que incluye diapositivas para la clase en Mi-
crosoft® PowerPoint® prefabricadas que resaltan los temas principales de la psicolo-
gía anormal. Ademá, del Instructor’s Resource Manual y el Test Bank, PowerLecture
también incluye el sistema de respuesta estudiantil JoinIn™, los profesores pueden
realizar pruebas sobre el tema de interés y medir la comprensión de un término o
conocimiento en particular, mientras los estudiantes reciben retroalimentación inme-
diata en qué tan bien entendieron los conceptos que se cubren en el texto y en cuales
necesitan mejorar. PowerLecture también alberga todos sus recursos en un solo lugar,
incluyendo la librería de imágenes con gráficas del mismo libro, videoclips y más
Instructor Web Site (Disponible sólo en inglés):
r Los profesores pueden tener acce-
so a una variedad de recursos en cualquier momento al visitar www.cengage.com/
psychology/sue. El sitio web incluye el Instructor’s Resource Manual completo, ma-
terial de presentación, video guías y más
¡Nuevo!
r CengageNOW with Cengage Learning eBook (Disponible sólo en inglés):
CengageNOW™ es un recurso de enseñanza y aprendizaje en línea que le otorga un
mayor control en menos tiempo y arroja mejores resultados: NOW. CengageNOW
le ofrece todos sus recursos de enseñanza y aprendizaje en un programa intuitivo,
organizado en torno a las principales actividades que usted realice en clase, lectu-
ras, tareas, evaluaciones, exámenes y seguimiento del progreso y desempeño del
estudiante. CengageNOW brinda a los estudiantes acceso a un eBook integrado,
así como curso interactivo, videos, animaciones, y más, que les ayudan a obtener
mayores beneficios de su curso
WebTutor on Blackboard and WebCT (Disponible sólo en inglés):
r Comience su
curso con un contenido modificable, rico y específico para el texto con su Sistema de
manejo del curso. Así, si quiere facilitar su curso a través de la web o poner un curso
completo en línea, WebTutor™ se lo permite. WebTutor ofrece un amplio conjunto
de recursos, incluyendo material electrónico, exámenes, direcciones web ¡y más!
Visite webtutor.cengage.com para conocerlo
Abnormal Psych in Film DVD/VHS (Disponible sólo en inglés):
r El Abnormal Psych
in Film® DVD/VHS es un producto híbrido que contiene cortos de películas popu-
lares como The Deer Hunter (El cazador) y Apollo 13 (Apolo 13) que ilustran con-
ceptos clave en la psicología anormal, así como cortos de documentos que invitan a
pensar y entrevistas de pacientes. Cada corto se acompaña de resúmenes y pregun-
tas de discusión para que la psicología anormal cobre vida para los estudiantes
Para los estudiantes
Study Guide (Disponible sólo en inglés):
r Es posible obtenerla en el sitio web del
estudiante e impresa; brinda una revisión completa de cada capítulo con el perfil de
los mismos, objetivos de aprendizaje, revisiones de los términos clave tipo “escribe
en los espacios en blanco” y preguntas de opción múltiple. Las respuestas de los
exámenes incluyen una explicación de la respuesta correcta y la incorrecta
PREFACIO xxi
Student Companion Site (Disponible sólo en inglés):
r Este sitio web específico de
texto contiene ayuda extra para estudiar, con exámenes, guía de estudios en línea,
ejercicios interactivos de Pensamiento crítico y tutoriales multimedia, todos diseña-
dos para ayudar a los alumnos a mejorar sus calificaciones, al mismo tiempo que
aprenden más acerca de la psicología anormal. Puede tener acceso a todos los recur-
sos en línea si entra a la página web www.cengage.com/psychology/sue
Passkeys (Disponible sólo en inglés):
r Las claves para material protegido están dispo-
nibles con cada copia nueva del texto. Los estudiantes que hayan comprado un libro
de texto usado pueden adquirir el acceso al sitio web del estudiante por separado
¡Nuevo! CengageNOW with Cengage Learning eBook (Disponible sólo en inglés):
r
CengageNOW™ es un recurso en línea fácil de usar que ayuda a los alumnos a estu-
diar en menos tiempo para obtener la calificación que quieren, NOW. Una herramien-
ta de estudio diagnóstico inicia el Cengage Learning eBook y Estudio personalizado,
CengageNOW da a los estudiantes acceso a recursos valiosos que son específicamen-
te textos de ayuda para enfocarse sólo en lo que no saben y aprender más en menos
tiempo y obtener una mejor calificación. Si el libro de texto no incluye una tarjeta
con código de acceso, los estudiantes pueden dirigirse a www.ichapters.com para
obtener CengageNOW con el Cengage Learning eBook
Case Estudies in Abnormal Psychology (Disponible sólo en inglés):
r Por Clark Clip-
son, de la California School of Professional Psychology, y Jocelyn Steer, del San Diego
Family Institute, contiene 16 estudios y puede empaquetarse con el texto a un precio
de descuento. Cada caso representa un trastorno psicológico principal. Tras una his-
toria detallada de cada caso, las preguntas de pensamiento crítico incitan a los estu-
diantes a formular hipótesis e interpretaciones con base en los síntomas, la familia y
los antecedentes médicos del cliente, así como información relevante. El caso procede
con secciones de evaluación, conceptualización del caso, diagnóstico y perspectiva de
terapia, y se concluye con un conjunto final de preguntas de discusión
Abnormal Psychology in Context: Voices and Perspectives (Disponible sólo en inglés):
r
Es un texto suplementario escrito por David Sattler, College of Charleston; Virginia
Shabatay, Palomar College, y Geoffrey Kramer, Grand Valley State University, que
participa en 40 casos y puede anexarse al texto a un precio de descuento. Esta co-
lección única contiene relatos y narrativas escritos por los individuos que viven con
un trastorno psicológico y los terapeutas, parientes y otros que tienen una experien-
cia directa con alguien que sufre un trastorno. Estas vívidas y atractivas narrativas
están acompañadas por preguntas de pensamiento crítico y una guía de concepto
psicológico que indica que los términos clave y los conceptos se cubren en cada
lectura
Queremos continuar demostrando nuestro aprecio a la retroalimentación crítica que
recibimos de los revisores y colegas. Las siguientes personas nos ayudaron a preparar
la novena edición al compartir con nosotros sus valiosos razonamientos, opiniones y
recomendaciones.
Julia C. Babcock, University of Houston
Betty Clark, University of Mary-Hardin
Irvin Cohen, Hawaii Pacific University y Kapiolani Community College
Lorry Cology, Owens Community College
Bonnie J. Ekstrom, Bemidji State University
Greg A. R. Febbraro, Drake University
Kate Flory, University of South Carolina
David M. Fresco, Kent State University
Jerry L. Fryrear, University of Houston, Clear Lake
Michele Galietta, John Jay College of Criminal Justice
Christina Gordon, Fox Valley Technical College
Agradecimientos
xxii PREFACIO
George-Harold Jennings, Drew University
Robert Hoff, Mercyhurst College
Kim L. Krinsky, Georgia Perimeter College
Brian E. Lozano, Virginia Polytechnic Institute y State University
Jan Mohlman, Rutgers University
Sherry Davis Molock, George Washington University
Rebecca L. Motley, University of Toledo
Gilbert R. Parra, University of Memphis
Kimberly Renk, University of Central Florida
Mark Richardson, Boston University
Alan Roberts, Indiana University
Daniel L. Segal, University of Colorado, en Colorado Springs
Tom Schoeneman, Lewis  Clark College
Michael D. Spiegler, Providence College
Ma. Teresa G. Tuason, University of North Florida
Theresa A. Wadkins, University of Nebraska, Kearney
Susan Brooks Watson, Hawaii Pacific University
Fred Whitford, Montana State University
Deseamos agradecer también el apoyo continuo y el trabajo de alta calidad de Shannon
LeMay-Finn y Laura Hildebrand, editoras de desarrollo; Henry Cheek, editor asocia-
do; Jane Potter, editora titular senior; Aileen Mason y Bob Greiner, editores senior del
proyecto y Laura Collins, asistente de editor. También agradecemos a la diseñadora de
texto Susan Gilday, la editora artística Laura Brown, la investigadora de fotos Marcy
Kagan, la editora de desarrollo Elaine Lauble Kehoe, la correctora de estilo Mary Kanable
y el desarrollador de índice Leoni McVey.
D.S.
D.W.S.
S.S.
xxiii
David Sue es Profesor Emérito de la Universidad del Oeste de Washington, don-
de es asociado del Centro de Investigación Transcultural. Ha fungido como direc-
tor del Consejo de Psicología Clínica y del Programa de Orientación en Salud
Mental. Recientemente, su esposa y él han concluido el libro Counseling and
Psychoterapy in a Diverse Society (Orientación y psicoterapia en una sociedad
diversa). Recibió su doctorado en psicología clínica en la Universidad Estatal de
Washington. Sus intereses de investigación giran alrededor de los aspectos mul-
ticulturales en la orientación psicológica individual y grupal. Su esposa y él son
los orgullosos abuelos de dos nietos (gemelos).
Derald Wing Sue es profesor de Psicología y Educación en el Departamento
de Orientación y Psicología Clínica del Colegio de Profesores, de la Universidad de
Columbia. Ha escrito extensamente en el campo de la orientación psicológica
y el asesoramiento/terapia multicultural, y es autor de un libro de gran éxito,
Counseling the Culturally Diverse: Theory and Practice (Asesoramiento en lo cul-
turalmente diverso: teoría y práctica). El doctor Sue se ha desempeñado como
presidente de la Sociedad para el Estudio Psicológico de los Asuntos de Minorías
Étnicas. Recibió su grado de doctorado por la Universidad de Oregon, está casado
y es padre de dos hijos. Sus amigos lo describen como aficionado al ejercicio y la
internet.
Stanley Sue es Profesor Universitario Distinguido de psicología y estudios
asiático-americanos en la Universidad de California, Davis. Recibió su maestría
(B. S.) por la Universidad de Oregon y su doctorado por la UCLA. Ha sido asisten-
te y profesor asociado de psicología en la Universidad de Washington (1971-1981)
y profesor de psicología en la UCLA (1981-1996). Sus intereses de investigación
se encuentran en las áreas de psicología clínica comunitaria y etnicidad y salud
mental. Sus pasatiempos incluyen trabajar con computadoras, lo que ha condu-
cido a una afición a la internet, y trotar (jogging) con su esposa.
acerca de los autores
2
El 16 de abril de 2007, el estudiante universitario Seung Hui Cho usó dos pisto-
las semiautomáticas en el campus de Virginia Tech para matar a 27 estudiantes y cinco
profesores, herir a otros 25 y suicidarse con un tiro en la cabeza. El incidente fue el tiroteo
en masa más mortífero en la historia moderna de Estados Unidos y dejó a muchas per-
sonas afectadas, horrorizadas y desconcertadas por las acciones de Cho. Para el público,
los asesinatos en masa de inmediato trajeron a la mente la masacre de la preparatoria
Columbine de 1999 donde Eric Harris y Dylan Klebold mataron a 12 estudiantes y un maes-
tro antes de suicidarse.
El alboroto en Virginia Tech comenzó en las primeras horas de la mañana, cuando Cho
le disparó a una estudiante y a un asistente residente en un dormitorio. Aproximadamente
dos horas después, se dirigió a Norris Hall, donde se impartían clases, y cerró las puer-
tas del edificio con cadenas para evitar un escape fácil. Ahí disparó unas 174 balas, con
las que mató e hirió a muchos estudiantes y profesores mientras iba de salón en salón.
Aunque el segundo ataque duró solamente nueve minutos, para quienes estaban atrapa-
dos en el edificio debió parecer una eternidad. El caos se suscitó cuando los estudiantes
huían para salvar sus vidas. Algunos saltaron desde las ventanas del segundo piso para
escapar, otros intentaron formar barricadas en las puertas de los salones. Hubo múltiples
informes de acciones heroicas de profesores y alumnos que intentaban salvar a otros pero
en general resultaron en sus propias muertes (resumido de Panel de revisión de Virginia
Tech, agosto de 2007).
En un intento por encontrar sentido a un acto en apariencia “sin sentido”, se
plantearon muchas preguntas. ¿Qué pudo motivar a Cho a cometer un acto tan
atroz y tomar tantas vidas inocentes? ¿Por qué se suicidó? ¿Era un loco, un asesino
un psicópata o estaba drogado? ¿Hubo señales de alerta de que era un homicida
o suicida? ¿Sufría de algún trastorno mental? ¿Pudieron la terapia o la medicación
ayudarlo? ¿Su raza, cultura y estatus de inmigrante desempeñaron algún rol en sus
acciones?
Inquietudes de la psicología
anormal 3
Determinación de la
anormalidad 7
Limitaciones contextuales y
culturales en la definición de
la conducta anormal 9
La frecuencia y la carga de
los trastornos mentales 12
Estereotipos acerca de las
personas con enfermedad
mental 14
Perspectivas históricas de
la conducta anormal 16
Causas: primeros puntos
de vista 21
Tendencias contemporáneas
en la psicología anormal 23
IMPLICACIONES 28
CONTROVERSIA ¿La
enfermedad mental es un mito
y una construcción política? 12
PENSAMIENTO CRÍTICO Yo
también lo tengo: el síndrome
del estudiante de medicina 28
h^cdeh^hYZaXVe†ijad
X V e † i j a d  1
Conducta
anormal
3
Estas preguntas son muy difíciles de contestar de-
bido a numerosas razones. Primero, no sabemos su-
ficiente acerca de las causas de la conducta anormal
y en especial de trastornos mentales para llegar a una
respuesta definitiva.Al parecer, la psicopatología o con-
ducta anormal, no es el resultado de una sola causa,
sino una interacción de muchos factores. Casi todos
los trastornos mentales surgen de contribuciones múlti-
ples, hecho que se discutirá en el siguiente capítulo.
Segundo, Cho ya no vive para que pudiéramos de-
terminar su estado mental. Por lo tanto, debemos con-
fiar en fuentes secundarias como los registros de salud
o escolares, las observaciones de los pares, familia y
conocidos, y en cualquier otra información disponible
(notas suicidas, ensayos, dibujos y medios de comuni-
cación) para construir un retrato de su estado men-
tal. Es triste decirlo, pero la masacre en Virginia Tech
ilustra lo complejo que es el estudio de la psicología
anormal en la vida real.
En cierto sentido, el propósito de este libro, Psicopa-
tología. Comprendiendo la conducta anormal (Unders-
tanding abnormal behavior), es ayudarle a contestar
dichas preguntas. Sin embargo, para hacerlo se requiere
que examinemos primero algunos aspectos básicos del
estudio de la conducta anormal, incluyendo algo de su
historia y los cambios emergentes en el campo. De ma-
nera periódica usamos el caso Cho para ilustrar muchos
temas complejos de salud mental que interactúan en el
área.
La psicología anormal es el estudio científico cuyos objetivos son describir, explicar,
predecir y controlar conductas que se consideran extrañas o inusuales. Su materia de
estudio va desde lo extraño y espectacular hasta lo más común, de los homicidios vio-
lentos, suicidios y actos sexuales “perversos” que son ampliamente difundidos por los
medios de comunicación hasta las conductas que no son tan sensacionales (pero sí más
comunes) como depresión, úlceras y ansiedad debida a exámenes.
Descripción de la conducta anormal
La descripción de un caso particular de conducta anormal debe basarse en observaciones
sistemáticas hechas por un profesional atento. Estas observaciones, combinadas con los
resultados de la historia psicológica de una persona, se convierten en el material directo
para un psicodiagnóstico, un intento por describir, evaluar y trazar de manera sistemática
inferencias acerca del trastorno psicológico de un individuo.
Inquietudes de la psicología anormal
¿Qué es la psicología anormal?
¿Qué criterios se usan para determinar conduc-
tas normales o anormales?
¿Cómo las diferencias contextuales y culturales
afectan la definición de anormal?
¿Qué tan comunes son los trastornos mentales?
¿Cuáles son algunos conceptos erróneos acerca
de las personas con enfermedad mental?
¿Cómo han cambiado las explicaciones de la
conducta anormal a través del tiempo?
¿Cuáles fueron los primeros puntos de vista acer-
ca de las causas de los trastornos mentales?
¿Cuáles son algunas tendencias contemporáneas
en la psicología anormal?
1
2
3
4
5
1
6
7
8
E G :  J C I6 H  9 :  : C ; D F J :
eh^XdeVidad†V término que
los psicólogos clínicos utilizan
como sinónimo de conducta
anormal.
eh^Xdad†VVcdgbVa estudio
científico cuyos objetivos son
describir, explicar, predecir
y controlar conductas que
son consideradas extrañas o
inusuales.
eh^XdY^Vc‹hi^Xd intento
por describir, evaluar y esbozar
de manera sistemática
inferencias acerca del trastorno
psicológico de un individuo.
;DIDG6;Þ69:H:JC=J8=D:CK6966A6C78:A9Þ69:A6B6H68G:
¿Cho estaba mentalmente afectado? En la universidad se le conocía como
“el chico del signo de interrogación” porque sólo escribía un signo de
interrogación como su nombre. No contestaba cuando lo saludaban, se
sentaba durante horas en su dormitorio mirando por la ventana y se refería a
una novia imaginaria con el nombre de “Jelly”, una súper modelo que vivía en
el espacio. En una ocasión, informó a un compañero de cuarto que estaba de
vacaciones con Vladimir Putin, el presidente de Rusia.
4 86EÞIJAD™8DC9J8I66CDGB6A
Por ejemplo, a Cho se le llevó a una agencia de salud mental en Virginia, donde se le
practicó una evaluación psiquiátrica. Debido a que tenemos acceso limitado a los registros,
la naturaleza precisa de las observaciones del terapeuta es tentativa. Usualmente, sin
embargo, los exámenes del estado mental son efectuados por profesionales de la salud
mental para establecer el grado en el que los pacientes están en contacto con la realidad,
si sufren de alucinaciones o delirios y si son potencialmente peligrosos. Basado en las
observaciones clínicas, el análisis de su historia y la posible evaluación psicológica, el
terapeuta concluyó que Cho era un “inminente peligro para él mismo y para otros”,
“enfermo mental” y que requería hospitalización. El diagnóstico psiquiátrico preciso se
desconoce debido a las leyes de confidencialidad. Por desgracia, en vez de designar la
reclusión en una institución mental, un juez de un tribunal ordenó sólo el tratamiento
externo. Como sabemos ahora, Cho nunca cumplió con la orden de buscar terapia.
Explicación de la conducta anormal
Para explicar la conducta anormal, el psicólogo debe identificar sus causas y determinar
cómo éstas conducen a la conducta descrita. Esta información, a cambio, determina de
manera importante cómo se elige un programa de tratamiento. Una explicación popular
de la conducta de Cho fue que estaba drogado. Una autopsia, sin embargo, no reveló
evidencia de alcohol o drogas en su sistema. Sin embargo los antecedentes de Cho sugie-
ren otras posibles causas de su comportamiento violento:
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GSÎP
y tímido. Su madre especuló que era “autista”, una condición asociada con el ais-
lamiento social, retraso en el lenguaje y conducta repetitiva que, según se cree, tiene
un fuerte componente genético. Algunos parientes dicen que era diferente desde el
nacimiento y sugieren que su problema era biológico.
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tal vez debido a sus conductas extrañas. Por lo común lo molestaban, le ponían apo-
dos y le decían que “regresara a China”. Aunque rara vez mostró enojo, abundaban
rumores de que tenía una “lista” de los estudiantes que quería matar. ¿Pudieron tales
actos malintencionados de sus pares contribuir a sus acciones homicidas y suicidas?
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permanente en Virginia. Migró a ese país a los ocho años de edad con sus padres y
hermana. Algunas personas creen que nunca se adaptó por completo a su nueva vida
en Estados Unidos y tuvo conflictos culturales. Se sintió aislado, solo y distanciado
de otros. Sin la capacidad o la voluntad de crear vínculos con las personas, Cho tuvo
dificultad para distinguir entre la fantasía y la realidad.
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ciones con su familia en Corea. Su padre era dueño y trabajador de una tienda de libros
de segunda mano que producía poco dinero y llevó a su familia a Estados Unidos para
mejorar su estado financiero. Cho parecía muy cohibido por ser pobre y resentía a los
“niños ricos”, el materialismo y el hedonismo. Sus escritos y videos enviados a NBC
News contenían declaraciones en extremo hostiles hacia quienes “tenían dinero”.
En estos fragmentos de la vida de Cho es claro que podrían ofrecerse muchas expli-
caciones acerca de su comportamiento violento. Había en él algo inadecuado en el
aspecto biológico desde su nacimiento; no podía tolerar el acoso y las bromas despia-
dadas; su distanciamiento de una nueva cultura creó aislamiento social y resentimiento;
y su pobreza le provocó envidia y enojo hacia estudiantes más adinerados. De acuerdo
con su punto de vista, algunas explicaciones pueden parecer más válidas que otras.
Como veremos en el próximo capítulo, ninguna explicación por sí sola es suficiente para
entender la complejidad de la condición humana; las conductas normales y anormales
resultan de la combinación de factores.
Predicción de la conducta anormal
Si un terapeuta puede identificar correctamente la fuente de la dificultad de un paciente,
debería ser capaz de predecir los tipos de problemas que el paciente enfrentará durante
la terapia y los síntomas que mostrará. Muchos creen que había suficiente evidencia
para predecir que Cho era capaz de quitar la vida a otros y la propia con base en nume-
rosos eventos reportados:
L
a conducta de Cho
motivó a su madre a
buscar la ayuda de las
iglesias del norte de Virginia.
Una congregación presbiteriana
sintió que Cho estaba poseído
por un poder demoniaco y
necesitaba una liberación
espiritual. Otros especularon
que Cho era el epítome del
mal. Aunque las aseveraciones
de que estaba poseído
por fuerzas sobrenaturales
parezcan inverosímiles, dichas
explicaciones de una conducta
extraña alguna vez fueron
comunes.
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r $IPFTUVWPJOWPMVDSBEPFOUSFTJODJEFOUFTEFBDPTPFOFMDBNQVTEF7JSHJOJB5FDI
Los tres se relacionaban con alumnas en las que había desarrollado un interés breve
pero intenso. Sus contactos los realizó a través de mensajería instantánea en su
computadora. Les envió mensajes molestos, apareció sin invitación en el dormitorio
de una de ellas y dejó graffitis en su pizarra de anuncios. La policía del campus
amonestó a Cho para que detuviera sus contactos indeseados con ellas. Aparente-
mente, él accedió a tales amonestaciones.
r 7BSJPTQSPGFTPSFTJOGPSNBSPORVF$IPFSBBNFOB[BEPS
RVFUFOÎBVOBWFUBNBMWBEB
y que sus escritos a veces eran atemorizantes, obscenos y violentos. Sostienen que
tales escritos “desbordaban enojo”, eran gráficos y molestos, y tenían una violencia
macabra. Una profesora tuvo tanto miedo por su seguridad y la de los otros que
reportó a Cho en la oficina de asuntos estudiantiles, la oficina del director y con la
policía del campus. Cada unidad respondió que nada podía hacerse si Cho no había
amenazado de manera abierta a otras personas.
A la luz de estos reportes, ¿por qué se le permitió a Cho permanecer en el campus?
¿Por qué se le permitió comprar armas a pesar de habérsele diagnosticado una condi-
ción mental? ¿Por qué los profesionales de la salud mental no intervinieron más rápido?
Parece que hay varias razones. Primero, la reclusión civil, u hospitalización/reclusión
involuntaria, representa una decisión extrema que tiene implicaciones mayores para
las libertades civiles de un individuo. Nuestro sistema legal opera bajo la suposición de
que las personas son inocentes hasta que se demuestre que son culpables. Encerrar a
alguien antes de que cometa un acto peligroso viola potencialmente sus derechos civiles.
Segundo, a pesar de que este terapeuta probó estar en lo correcto al declarar peligroso
a Cho, los clínicos son notablemente imprecisos al predecir la peligrosidad. La investi-
gación muestra que los profesionales de la salud mental hacen un trabajo deficiente al
predecir la violencia futura; tienden a sobrepredecirla (Buchanan, 1997).
Control de la conducta anormal
La conducta anormal puede controlarse con terapia, que es un programa de interven-
ción sistemática cuyo propósito es modificar el estado conductual, afectivo (emocional)
y cognitivo del paciente. Por ejemplo, muchos terapeutas se preguntan si a Cho se le
pudo haber ayudado y si pudieron evitar los asesinatos masivos al obligarlo a tomar
tratamiento. Darle una oportunidad de ponerse en contacto con su enojo y desahogarlo
pudo reducir sus posibilidades de herir a otros. Algunos profesionales de la salud men-
tal pueden recomendar también terapia familiar o entrenamiento en habilidades socia-
les. Algunos incluso recomendarían la hospitalización que, lamentablemente, se sugirió
pero no se efectuó.
CI:GK:C8âC:CA6I:G6E6 
La terapia de grupo es un tipo de
tratamiento que se usa ampliamente
para tratar muchos problemas, en
especial aquellos que involucran
relaciones interpersonales. En esta
sesión de grupo, los participantes
están aprendiendo a desarrollar nuevas
herramientas de adaptación para hacer
frente a problemas sociales en vez de
apoyarse en el alcohol o las drogas
para escapar del estrés de la vida.
iZgVe^V programa de
intervención sistemática cuyo
propósito es modificar el estado
conductual, afectivo (emocional)
y cognitivo del paciente.
 cfj^ZijYZhYZaVeh^Xdad†VVcdgbVa 5
6 86EÞIJAD™8DC9J8I66CDGB6A
TABLA 1.1
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aZhZbeaZVZcY^hig^idhZhXdaVgZheVgVVnjYVgXdcZkVajVX^dcZhnegjZWVh!nXdcZaigViVb^Zcid
YZY^ÒXjaiVYZhZcZaVegZcY^oV_Z
Aquellas personas que ven la condición de Cho como causada por un desequilibrio
químico pueden contar con medios biológicos primarios de intervención y prescripción
de medicamentos, como fármacos antipsicóticos.
Como veremos en breve, el tratamiento de la conducta anormal en general se deriva
de su explicación. Así como hay varias formas de explicar las conductas anormales, hay
diversas propuestas para dirigir la terapia y un número igual de ayudantes profesiona-
les que ofrecen sus servicios. Junto con la demanda de tratamiento de salud mental, el
número y los tipos de ayudantes profesionales calificados han crecido. En el pasado, los
servicios de salud mental eran controlados principalmente por psiquiatras, psicólogos y
trabajadores sociales psiquiátricos. La lista de proveedores aceptables (licenciados) en
diferentes campos se ha expandido con rapidez. La tabla 1.1 enlista los requerimientos,
la capacitación y los ambientes laborales de varios profesionales de la salud mental.
Como se dará cuenta, los estudiantes que deseen practicar pueden elegir entre una varie-
dad de carreras profesionales.
Hasta ahora, implícita en nuestra discusión se encuentra la principal preocupación de la
psicología anormal: la conducta misma. Pero, ¿qué es exactamente la conducta anormal y
cómo definen los psicólogos un trastorno mental? El Manual diagnóstico y estadístico de
los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) (DSM-
*753NFSJDBO1TZDIJBUSJDTTPDJBUJPO
B

FMTJTUFNBEFDMBTJàDBDJÓOEFUSBTUPSOPT
mentales que se usa de manera más amplia, define la conducta anormal como
un síndrome o patrón conductual o psicológico clínicamente significativo que ocurre
en un individuo y está asociado con una angustia presente (p. e., un síntoma doloroso) o
incapacidad (p. e., deterioro en una o más áreas importantes del funcionamiento) o con
un riesgo significativamente elevado de sufrir muerte, dolor, incapacidad o una pérdida
JNQPSUBOUFEFMBMJCFSUBE	NFSJDBO1TZDIJBUSJDTTPDJBUJPO
B
QYYYJ

La definición es bastante amplia y suscita muchas preguntas. Primero, ¿cuándo un sín-
drome o grupo de conductas es suficientemente significativo para tener un trasfondo? A
partir de las descripciones tempranas de Cho en la escuela primaria, sus patrones con-
ductuales se notaron pero no se consideraron significativos (es decir, no se asociaron con
una patología). Era un buen estudiante en matemáticas e inglés, callado en clases, pero
sus compañeros no le temían ni les causaba disgusto. Algunos maestros incluso podían
verlo como un ejemplo de complacencia y conducta escolar apropiada. Fue mucho des-
pués que las conductas retraídas de Cho se acentuaron.
Segundo, ¿qué significa “angustia presente” y “síntomas dolorosos”? Tenemos
acceso limitado a los registros psiquiátricos, pero hay una ligera evidencia de que Cho
estaba ansioso o deprimido. Algunas personas dicen que el hecho de que se quitara la
vida indica que estaba deprimido. Sin embargo, como veremos en un capítulo próximo,
la relación entre suicidio y depresión es muy contradictoria. Ciertamente, podemos
especular que su enojo intenso pudo ser angustiante para él. Sin embargo, ¿es posible
tener un trastorno mental sin presentar una incomodidad subjetiva (tristeza, angustia,
ansiedad, entre otros)? Por ejemplo, las personas que cometen actos antisociales como
la violación, el asesinato o el robo quizá no sientan arrepentimiento; más bien, tal vez
estén satisfechos con tales actos.
Tercero, ¿qué criterio usamos al determinar el“riesgo incrementado de sufrir muerte,
dolor, incapacidad” y la pérdida de la libertad? De nuevo, es obvio para nosotros que
Cho reunía estos criterios firmemente porque se mató a sí mismo. Pero su acción fue
extrema, muy lejos de los estándares normativos. ¿Cómo podría este último criterio
aplicarse a alguien con, por ejemplo, una fobia? En verdad uno podría elaborar un caso
fuerte de la “pérdida de libertad” aplicada; una persona con una fobia a cruzar puentes
podría estar seriamente restringida para viajar. Sin embargo, si la persona tiene sólo una
fobia poco severa a las serpientes y rara vez se expone a los ambientes en los que éstas
se encuentren, podría haber restricciones mínimas en sus vidas.
A pesar de los problemas para definir conducta anormal, los practicantes tienden a
estar de acuerdo con que representa una conducta que surge de alguna norma y que daña al
individuo afectado o a otros. Casi todas las definiciones de conducta anormal usan alguna
forma de promedio estadístico para medir desviaciones de estándares normativos. Cuatro
Determinación de la anormalidad
XdcYjXiVVcdgbVa una
conducta clínicamente
significativa o el síndrome
o patrón psicológico de un
individuo que se asocia con
angustia presente (p. e., un
síntoma doloroso), incapacidad
(p. e., deterioro en una o
más áreas importantes del
funcionamiento) o con un
riesgo muy elevado de sufrir
muerte, dolor, discapacidad o
una pérdida importante de la
libertad.
 9ZiZgb^cVX^‹cYZaVVcdgbVa^YVY 7
8 86EÞIJAD™8DC9J8I66CDGB6A
formas principales de juzgar la psicopatología incluyen: angustia, desviación (rareza), disfun-
ción (ineficiencia en los dominios conductual, afectivo y cognitivo) y peligrosidad.
Angustia
Muchas personas que buscan la ayuda de terapeutas sufren angustia física o psicológica.
Diversas reacciones físicas se derivan de fuertes componentes psicológicos; entre ellos
están los trastornos como el asma, la hipertensión y las úlceras, así como síntomas físi-
cos entre los que se encuentran la fatiga, la náusea, el dolor y las palpitaciones cardiacas. La
angustia también puede manifestarse en reacciones emocionales extremas o prolongadas, de
las que la ansiedad y la depresión son las más prevalentes y comunes. Por supuesto, es nor-
mal que una persona se sienta deprimida después de haber sufrido una pérdida o decepción.
Pero si la reacción es tan intensa, exagerada y prolongada que interfiere con la capacidad del
individuo para funcionar en forma adecuada, debería considerarse anormal.
Desviación
La desviación está relacionada de manera más estrecha con el uso de un promedio esta-
dístico. El criterio estadístico iguala la normalidad con aquellas conductas que ocurren
con mayor frecuencia en la población. La anormalidad, por lo tanto, se define en términos
de aquellas conductas que ocurren con menor frecuencia. La conducta extraña o inusual
es una desviación anormal de un estándar aceptado de conducta (como un acto antisocial)
o una falsa percepción de la realidad (una alucinación o delirio). Este criterio puede ser
subjetivo en extremo; depende del individuo que se somete al diagnóstico, de la persona
que lo realiza y del contexto cultural particular.
Ciertas conductas sexuales, la delincuencia y el homicidio, son ejemplos de actos
que nuestra sociedad considera anormales. Pero las normas sociales están lejos de la
estabilidad y los estándares conductuales no pueden considerarse absolutos. Los cam-
bios en nuestras actitudes hacia la sexualidad humana brindan un ejemplo de primera
calidad. Hoy en día muchas revistas y películas estadounidenses exhiben abiertamente
el cuerpo humano desnudo; los programas de entretenimiento nocturno que muestran
gente exhibiendo la parte superior o inferior del cuerpo sin ropa son de amplio interés
periodístico. Varias escenas sexuales se difunden de manera explícita en películas con
clasificación adecuada para mayores de 17 años, y las mujeres tienen mayor libertad de
cuestionar los roles sexuales tradicionales y de actuar con mayor asertividad al iniciar
el acto sexual. Dichos cambios en la conducta hacen difícil apegarse a estándares abso-
lutos de normalidad.
Sin embargo, algunas conductas en general pueden juzgarse anormales en la mayoría
de las situaciones. Entre éstas están la desorientación severa, las alucinaciones y los deli-
rios. La desorientación es una confusión relacionada con la identidad,
el lugar o el tiempo. Las personas que están desorientadas no saben
quiénes son, dónde están o en que época histórica viven. Las alucina-
ciones son falsas impresiones, agradables o desagradables, que afectan
a los sentidos. Las personas que tienen alucinaciones pueden escuchar,
sentir o ver cosas que no están ahí realmente, como voces que los
acusan de acciones viles, insectos caminando por sus cuerpos o apari-
ciones monstruosas. Los delirios son creencias falsas que el individuo
sostiene con empeño a pesar de la evidencia objetiva contradictoria.
Un delirio de grandeza es la creencia de que uno es un personaje glo-
rioso como Jesucristo o Juana de Arco; un delirio de persecución es
una creencia de que uno es controlado por otros o es víctima de una
conspiración.
Disfunción
En la vida diaria, se espera que las personas cumplan varios roles,
como estudiantes o maestros; como trabajadores y cuidadores; como
padres, amantes y cónyuges. Los problemas emocionales a veces inter-
fieren con el desempeño de esos roles, y la disfunción de rol resultante
puede usarse como un indicador de anormalidad. Por lo tanto, una
forma de evaluar la disfunción es comparar el desempeño del indivi-
duo con los requerimientos del rol.
D
urante la época
victoriana, las mujeres
usaban de seis a ocho
capas para cubrir sus cuerpos
del cuello hacia abajo. Mostrar
un tobillo era equivalente a
andar sin la parte superior del
traje de baño en la playa hoy
en día. Los tabús en contra del
reconocimiento público de la
sexualidad dictaban que las
palabras evitaran cualquier
connotación sexual. Los
victorianos decían “extremidad”
en vez de “pierna” porque la
palabra “pierna” se consideraba
erótica. Incluso se decía que
los pianos y las mesas tenían
extremidades. Las personas que
no se adherían a estos códigos
de conducta se percibían como
inmorales.
´HVW†VhfjZ½4
CDGB6HHD86A:HN9:HK68âC Las normas
sociales usualmente afectan nuestras definiciones de
normalidad y anormalidad. Cuando las normas sociales
empiezan a cambiar, los estándares que se utilizan para
juzgar conductas o roles también cambian. Aquí vemos
cuatro enfermeros en una ocupación predominantemente
femenina. En el pasado, ser enfermero pudo haber
generado estereotipos acerca de su masculinidad. Los
cambios de roles en el trabajo, los pasatiempos, los
deportes y otras actividades se están volviendo más
aceptables con el tiempo.
Otra forma relacionada de evaluar una disfunción es comparar el desempeño de un
JOEJWJEVPDPOTVQPUFODJBM1PSFKFNQMP
VOBQFSTPOBDPOVO$*EFRVFSFQSVFCBFOMB
escuela puede clasificarse como ineficiente (la etiqueta de bajo rendimiento generalmente se
coloca en estudiantes que poseen una gran inteligencia pero obtienen bajas calificacio-
nes en la escuela). De forma similar, un trabajador productivo que de repente se vuelve
improductivo puede estar experimentando estrés emocional. La mayor debilidad de este
enfoque es que es difícil evaluar de forma precisa el potencial. ¿Cómo sabemos si una
persona se desempeña a su nivel máximo? Para responder estas preguntas, psicólogos,
educadores y el sector de negocios se han apoyado firmemente en la aplicación de prue-
bas. Las pruebas de capacidades específicas e inteligencia son intentos para evaluar el
potencial y predecir el desempeño en escuelas o trabajos.
Peligrosidad
Predecir la peligrosidad de los pacientes hacia sí mismos y hacia otros se ha convertido en
VOBQBSUFJOFWJUBCMFEFMBQSÃDUJDBDMÎOJDB	)BHHBSE(SBOO

%FTEFRVFMB4VQSFNB
Corte de California decretó en 1976 (Tarasoff vs. Regents of the University of Califor-
nia, 1976) que los terapeutas tienen la responsabilidad de evaluar la peligrosidad de los
pacientes (para sí mismos y para otros) y de proteger a la víctima en cuestión, los psicó-
logos han tratado de diseñar procedimientos para evaluar el riesgo y establecer cuáles
acciones debe efectuar un terapeuta para cumplir con el “deber de proteger”. Cierta-
mente, el caso de Cho representa un ejemplo gráfico de la necesidad de los profesionales
de la salud mental por evaluar con precisión el riesgo de violencia. Sin embargo, como
veremos en un capítulo posterior, ésta es una tarea difícil. A pesar del miedo a la violen-
cia en una persona que sufre un trastorno mental, es una rareza estadística (Corrigan y
8BUTPO

EFNÃT
QSFEFDJSMBQFMJHSPTJEBEOPFTGÃDJMZOPIBZVODSJUFSJPCJFO
definido correlacionado con la misma. Uno de los factores de riesgo más grande, por
ejemplo, es la conducta violenta previa (como los intentos de suicidio y las agresiones
físicas). Sin embargo, como sabemos, Cho no evidenció alguna de éstas en su historia.
Casi todos los criterios que se usan para definir la anormalidad utilizan una desviación
estadística de algún estándar normativo. Sin embargo, hacer esto presenta muchos pro-
blemas. Un problema que se ha mencionado antes, es que el criterio estadístico es estático
y falla al tomar en cuenta las diferencias entre lugares, tiempo y estándares comunitarios.
Otro es que el criterio estadístico no provee ninguna base para distinguir entre las des-
WJBDJPOFTEFTFBCMFTZMBTJOEFTFBCMFTEFVOBOPSNB6O$*EFTFDPOTJEFSBOPSNBMP
promedio. Pero, ¿qué constituye una desviación anormal de este promedio? Más impor-
tante aún, ¿la anormalidad se define sólo en una dirección o en ambas? La mayoría de
las personas considera anormal un CI de 55 pero, ¿deberían considerarse anormales las
personas con CI de 145 o mayor? ¿Cómo evaluamos los rasgos de personalidad como
asertividad y dependencia en términos de criterios estadísticos?
Asimismo, surgen otros dos problemas centrales. Primero, las personas que se mueven
en nuevas direcciones, en los aspectos artístico, político o intelectual, pueden ser consi-
deradas candidatas para psicoterapia sólo porque no se ajustan a la conducta normativa.
Segundo, los criterios estadísticos pueden “definir” como normales las características
muy distribuidas pero indeseables, como la ansiedad. Muchas pruebas psicológicas y
diversos diagnósticos y clasificaciones de trastornos de la conducta se basan en parte en
criterios estadísticos.
Quizá una de las críticas más intensas de las definiciones de anormalidad viene de
la perspectiva multicultural. Si las desviaciones de la mayoría se consideran anormales,
entonces muchas minorías étnicas y raciales que muestran fuertes diferencias subcul-
turales respecto de la mayoría deberían considerarse anormales. Cuando utilizamos
una definición estadística, el grupo dominante o más influyente en general determina
lo que constituye la normalidad y la anormalidad. Los multiculturalistas sostienen que
todas las conductas, normales o anormales, se originan desde un contexto cultural. Los
psicólogos cada vez reconocen más que ésta es una conclusión inevitable y que la cul-
tura desempeña una función principal en nuestro entendimiento de la conducta humana.
Limitaciones contextuales y culturales en la definición
de la conducta anormal
 A^b^iVX^dcZhXdciZmijVaZhnXjaijgVaZhZcaVYZÒc^X^‹cYZaVXdcYjXiVVcdgbVa 9
10 86EÞIJAD™8DC9J8I66CDGB6A
Pero, ¿qué es cultura? Hay muchas definiciones de “cultura”. Para nuestros propósitos,
cultura es “la conducta aprendida y compartida que se transmite de una generación a
otra para propósitos de crecimiento, ajuste y adaptación individual y social: la cultura
se representa en el aspecto externo como artefactos, roles e instituciones, y en el interno
como valores, creencias, actitudes, epistemología, consciencia y funcionamiento bioló-
gico” (Marsella, 1988, pp. 8-9). Deben enfatizarse tres puntos importantes:
Cultura no es sinónimo de
1. raza o grupo étnico. Judíos, polacos, irlandeses e italia-
nos-americanos representan diversos grupos étnicos cuyos miembros individuales
pueden compartir una clasificación racial común. Sin embargo, sus contextos cultu-
rales pueden diferir sustancialmente unos de otros. De igual forma, un irlandés-ame-
ricano y un italiano-americano, a pesar de sus diferentes herencias étnicas, pueden
compartir el mismo contexto cultural.
Cada sociedad o grupo que comparte y transmite conductas a sus miembros, posee

una cultura. Los europeos-americanos, afroamericanos, latinos/hispanoamericanos,
asiáticos-americanos/gente de las islas del Pacífico, indígenas americanos y otros
grupos sociales en Estados Unidos, tienen una cultura. Se puede presentar un ar-
gumento sólido acerca de que las personas con discapacidades auditivas o sordas
también poseen una cultura (Olkin, 1999) y que “cantar” representa un lenguaje.
-BDVMUVSBFTVOEFUFSNJOBOUFQPEFSPTPEFMBDPTNPWJTJÓO	4VFZ4VF
B
GFDUBMB

manera en que definimos las conductas normales y anormales, y cómo tratamos
los trastornos que se encuentran en los miembros de una cultura. Incluso los grupos
raciales o étnicos que poseen muchas similitudes pueden tener constelaciones cultu-
rales muy diferentes.
Estos tres puntos generan un problema mayor: la definición de enfermedad mental
de un grupo quizá no sea compartida por otro. Esto contradice el punto de vista tradi-
cional de la psicología anormal, que se basa en la universalidad cultural, la suposición
de que existe un conjunto determinado de trastornos mentales, cuyas manifestaciones
PCWJBTUSBTDJFOEFOMBTDVMUVSBT	,JNZ#FSSZ
.D(PMESJDL
(JPSEBOPZ(BSDJB
1SFUP

TUBUSBEJDJÓOQTJRVJÃUSJDBTFSFNPOUBBNJM,SBFQFMJO	RVFTFNFODJPOB

más adelante en este capítulo), quien creía que la depresión, la conducta sociopática y,
especialmente, la esquizofrenia, eran trastornos universales que aparecían en todas las cultu-
ras y sociedades. Investigaciones previas apoyaron la idea de que estos trastornos ocurrían
a nivel mundial, tenían procesos similares y eran más parecidos que diferentes (Howard,

%FBRVÎTJHVJÓMBDSFFODJBEFRVFVOUSBTUPSOPDPNPMBEFQSFTJÓOFTTJNJMBS FO
origen, proceso y manifestación, en todas las sociedades como Asia, África y América
Latina. Como resultado, no se necesitan hacer modificaciones al diagnóstico y el trata-
miento; los conceptos occidentales de normalidad y anormalidad pueden considerarse
universales y aplicables de igual forma a través de las culturas.
En contraste con el tradicional punto de vista de universalidad cultural ha estado
el relativismo cultural, creencia de que los estilos de vida, los valores culturales y las
perspectivas del mundo afectan la expresión y la determinación de la conducta desviada.
Este concepto surgió de la tradición antropológica y enfatizaba la importancia de la cultura
9:I:GBC6GFJw:H
6CDGB6A969 Para los estándares
de la mayoría de las personas, los
tatuajes de cuerpo completo de estos
tres hombres probablemente se
considerarían inusuales en el mejor
de los casos y, en el peor, extraños.
Sin embargo, a pesar de la apariencia
de sus cuerpos, ellos los muestran de
manera abierta y con orgullo en la
Convención Nacional de Tatuajes.
Tales individuos pueden ser muy
“normales” y funcionales en su trabajo
y vidas personales. Esto conduce a una
pregunta importante: ¿Qué constituye
la conducta anormal y cómo la
reconocemos?
jc^kZghVa^YVYXjaijgVa
suposición de que existe un
conjunto determinado de
trastornos mentales, cuyas
manifestaciones obvias
trascienden las culturas.
gZaVi^k^hbdXjaijgVa
creencia de que los estilos de
vida, los valores culturales y las
perspectivas del mundo afectan
la expresión y la determinación
de la conducta desviada.
y la diversidad en la manifestación de síntomas anormales. Por ejemplo, un cuerpo de
investigación apoya la conclusión de que las conductas de acting-out (actos agresivos,
conductas antisociales, entre otras) asociadas con trastornos mentales son mucho más
elevadas en Estados Unidos que en Asia y que incluso es menos probable que los asiáti-
cos-americanos en ese país expresen síntomas a través del acting-out (Federación Asiática
NFSJDBOBEF/VFWB:PSL
4VFZ4VF
B:BOHZ8PO1BU#PSKB

-PT
investigadores han propuesto que los valores de la cultura asiática (contención de
los sentimientos, énfasis en el autocontrol y la necesidad de sutileza al abordar los pro-
blemas) todos contribuyen a esta restricción. Los partidarios del relativismo cultural
también destacan que las culturas varían en lo que consideran conducta normal y anor-
mal. En algunas sociedades y grupos culturales, alucinar (tener impresiones sensoriales
falsas) se considera normal en situaciones específicas. Sin embargo, en Estados Unidos,
alucinar generalmente se percibe como la manifestación de un trastorno.
¿Qué perspectiva es la correcta? ¿Debería el criterio que se usa para determinar la nor-
malidad y la anormalidad basarse en la universalidad cultural o el relativismo cultural?
Pocos profesionales de la salud mental optan por uno de los extremos de cualesquiera de
las dos posiciones, aunque la mayoría se inclina hacia una u otra. Los partidarios de la
universalidad cultural se concentran en el trastorno y minimizan los factores culturales, y
los defensores del relativismo cultural se concentran en la cultura y en cómo el trastorno
se manifiesta en ella. Ambos puntos de vista tienen validez. Es ingenuo creer que ningún
trastorno trasciende diferentes culturas y comparte características universales. Por ejemplo,
a pesar de que alucinar sea normal en algunas culturas, los partidarios de la universalidad
cultural argumentan que aún representa una falla en los procesos biológicos-cognitivos.
Asimismo, es igualmente ingenuo creer que los trastornos mentales y sus manifestacio-
nes no resultan afectados por los valores culturales y el estilo de vida característicos de
VOBTPDJFEBE	1
B
6OUFSDFSQVOUPQBSBDPOTJEFSBSFTRVFBMHVOPTUSBTUPSOPT
comunes, como la depresión, se manifiestan de manera similar en culturas diferentes.
Una forma más fructífera de abordar el estudio del criterio multicultural de anorma-
lidad es explorar dos preguntas:
r y2VÊFTVOJWFSTBMFOMBDPOEVDUBIVNBOBRVFUBNCJÊOFTSFMFWBOUFQBSBFMFOUFOEJ-
miento de la psicopatología?
r y$VÃMFTMBSFMBDJÓOFOUSFOPSNBTDVMUVSBMFT
MPTWBMPSFTZBDUJUVEFT
ZMBJODJEFODJBZ
manifestación de los trastornos conductuales?
Estas son preguntas importantes que esperamos que usted se plantee mientras segui-
NPTDPOOVFTUSPWJBKFBUSBWÊTEFMDBNQPEFMBQTJDPMPHÎBBOPSNBMOFMDBQÎUVMP

tratamos de ocuparnos de estas preguntas al presentar un modelo de vías múltiples que
toma en consideración las dimensiones biológicas, psicológicas, sociales y socioculturales
en el entendimiento de la complejidad de la condición humana.
G:A6IKHBD8JAIJG6A Las diferencias culturales muchas veces conducen a malentendidos e interpretaciones equivocadas. En
una sociedad que valora las conveniencias tecnológicas y la ropa que viene de las pasarelas de moda, los estilos de vida y los valores
culturales de otros pueden considerarse extrañas. Los amish, por ejemplo, siguen utilizando en medios de transporte tradicionales
(caballo y carreta). Y las mujeres en las culturas amish e islámica usan ropa sencilla y que las cubre; en sus circunstancias, vestirse de
otra forma sería considerado una desviación. Los trajes de baño y la ropa muy reveladora no están permitidos para tomar el Sol o nadar.
 A^b^iVX^dcZhXdciZmijVaZhnXjaijgVaZhZcaVYZÒc^X^‹cYZaVXdcYjXiVVcdgbVa 11
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  • 2.
  • 3. Psicopatología Comprendiendo la conducta anormal David Sue Western Washington University Derald Wing Sue Teachers College, Columbia University Stanley Sue University of California—Davis Traducción Sandra Delfín Azuara Samantha Delfín Azuara Gabriela Tessmann Sánchez Jorge Manzano Olmos Revisión técnica Mtra. Yolanda Santiago Huerta Facultad de Psicología-UNAM "VTUSBMJBt#SBTJMt$PSFBtTQB×BtTUBEPT6OJEPTt+BQØOt.ÏYJDPt3FJOP6OJEPt4JOHBQVS
  • 4. Psicopatología Comprendiendo la conducta anormal Novena edición David Sue, Derald Wing Sue y Stanley Sue Presidente de Cengage Learning Latinoamérica: Javier Arellano Gutiérrez Director general México y Centroamérica: Pedro Turbay Garrido Director editorial y de producción: Raúl D. Zendejas Espejel Coordinadora editorial: María Rosas López Editora de desarrollo: Claudia Islas Licona Editor de producción: Omar A. Ramírez Rosas Imagen de portada: Dreamstime.com Rolffimages Composición tipográfica: Foto Grafic Diseño © D.R. 2010 por Cengage Learning Editores, S.A. de C.V., una Compañía de Cengage Learning, Inc. Corporativo Santa Fe Av. Santa Fe, núm. 505, piso 12 Col. Cruz Manca, Santa Fe C.P. 05349, México, D.F. Cengage Learning™ es una marca registrada usada bajo permiso. DERECHOS RESERVADOS. Ninguna parte de este trabajo amparado por la Ley Federal del Derecho de Autor, podrá ser reproducida, transmitida, almacenada o utilizada en cualquier forma o por cualquier medio, ya sea gráfico, electrónico o mecánico, incluyendo, pero sin limitarse a lo siguiente: fotocopiado, reproducción, escaneo, digitalización, grabación en audio, distribución en internet, distribución en redes de información o almacenamiento y recopilación en sistemas de información, a excepción de lo permitido en el Capítulo III, Artículo 27 de la Ley Federal del Derecho de Autor, sin el consentimiento por escrito de la Editorial. Traducido del libro Understanding Abnormal Behavior, ninth edition. David Sue, Derald Wing Sue and Stanley Sue. Publicado en inglés por Wardsworth, una compañía de Cenage Learning ISBN-13: 978-0-547-15441-1 ISBN-10: 0-547-15441-0 Datos para catalogación bibliográfica: Psicopatología Comprendiendo la conducta anormal. Sue, David; Derald Wing Sue y Stanley Sue. ISBN-13: 978-607-481-405-7 ISBN-10: 607-481-405-8 Visite nuestro sitio web en: http://latinoamerica.cengage.com
  • 5. [hhWc_[djWi nl Fh[WY_e nl_ 7Y[hYWZ[beiWkjeh[i nn___ 1 Conducta anormal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 2 Modelos de conducta anormal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 3 Evaluación y clasificación de la conducta anormal . . . . . . . . . 66 4 El método científico en la psicología anormal. . . . . . . . . . . . . . 93 5 Trastornos de ansiedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .117 6 Trastornos disociativos y trastornos somatomorfos. . . . . . .149 7 Trastornos por estrés. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .175 8 Trastornos de la personalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .201 9 Trastornos relacionados con sustancias. . . . . . . . . . . . . . . . . . .232 10 Trastornos sexuales y de la identidad sexual. . . . . . . . . . . . . .264 11 Trastornos del estado de ánimo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .303 12 Suicidio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .333 13 Esquizofrenia: diagnóstico, etiología y tratamiento. . . . . . .359 14 Trastornos cognitivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .390 15 Trastornos de la infancia y la adolescencia. . . . . . . . . . . . . . . .412 16 Trastornos de la conducta alimentaria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .443 17 Cuestiones legales y éticas en psicología anormal. . . . . . . .474 =beiWh_e =#' H[[h[dY_Wi H#' 9hƒZ_jei 9#' ßdZ_Y[Z[decXh[i ?#' ßdZ_Y[j[c|j_Ye ?#') DejWi contenido breve iii
  • 6.
  • 7. v cfj^ZijYZhYZaVeh^Xdad†VVcdgbVa ( Descripción de la conducta anormal 3 Explicación de la conducta anormal 4 Predicción de la conducta anormal 4 Control de la conducta anormal 5 9ZiZgb^cVX^‹cYZaVVcdgbVa^YVY , Angustia 8 Desviación 8 Disfunción 8 Peligrosidad 9 A^b^iVX^dcZhXdciZmijVaZhnXjaijgVaZh ZcaVYZ[^c^X^‹cYZaVXdcYjXiVVcdgbVa . 8DCIGDK:GH6/ ¿La enfermedad mental es un mito y una construcción política? 12 AV[gZXjZcX^VnaVXVgV YZadhigVhidgcdhbZciVaZh ' :hiZgZdi^edhVXZgXVYZaVheZghdcVh XdcZc[ZgbZYVYbZciVa ) EZgheZXi^kVh]^hi‹g^XVhYZaVXdcYjXiVVcdgbVa + Creencias prehistóricas y antiguas 16 Explicaciones naturalistas (pensamiento greco-romano) 16 Reversión a las explicaciones sobrenaturales (la Edad Media) 17 El surgimiento del humanismo (el Renacimiento) 19 El movimiento de reforma (siglos XVIII y XIX) 20 8VjhVh/eg^bZgdhejcidhYZk^hiV ' El punto de vista biológico 21 El punto de vista psicológico 22 IZcYZcX^VhXdciZbedg{cZVh ZcaVeh^Xdad†VVcdgbVa '( La revolución farmacológica en la psiquiatría 23 La presión de los psicólogos para obtener privilegios de prescripción 24 El desarrollo de una atención administrada de la salud 24 Una mayor apreciación por la investigación 25 La influencia de la psicología multicultural 26 E:CH6B:CID8GÞI8D/Yo también lo tengo: el síndrome del estudiante de medicina 28 bea^XVX^dcZh 28 GZhjbZc 29 contenido [hhWc_[djWi nl Fh[WY_e nl_ 7Y[hYWZ[beiWkjeh[i nn___ 1 Conducta anormal 2 2 Modelos de conducta anormal 30 BdYZadhjc^Y^bZch^dcVaZh YZadhigVhidgcdhbZciVaZh (' Uso de modelos para describir la psicopatología 33 JcbdYZadYZk†Vhbai^eaZh eVgVadhigVhidgcdhbZciVaZh () Eg^bZgVY^bZch^‹c/[VXidgZhW^da‹^Xdh (+ El cerebro humano 37 Teorías bioquímicas 38 Explicaciones genéticas 40 Técnicas de tratamiento basadas en la biología 41 Implicaciones de vías múltiples de las explicaciones biológicas 43 HZjcYVY^bZch^‹c/[VXidgZheh^Xda‹^Xdh )) Modelos psicodinámicos 44 Modelos conductuales 47 Modelos cognitivos 51 Modelos humanistas y existenciales 53 Implicaciones de vías múltiples de las explicaciones psicológicas 55 IZgXZgVY^bZch^‹c/[VXidgZhhdX^VaZh *+
  • 8. vi CONTENIDO Modelos socio-relacionales 56 Perspectivas familiar, de parejas y grupal 56 Enfoques de tratamiento socio-relacional 57 Críticas a los modelos socio-relacionales 57 8jVgiVY^bZch^‹c/[VXidgZhhdX^dXjaijgVaZh *- Factores de género 58 Nivel socioeconómico 59 Raza/Etnicidad: modelos multiculturales de la psicopatología 59 8DCIGDK:GH6/ Problemas en el uso de referencias raciales y de grupo étnico 60 Críticas al modelo multicultural 61 E:CH6B:CID8GÞI8D/Aplicación de los modelos de psicopatología 62 bea^XVX^dcZh 64 GZhjbZc 65 8dc[^VW^a^YVYnkVa^YZo +, AVZkVajVX^‹cYZaVXdcYjXiVVcdgbVa +- Observaciones 68 Entrevistas 69 Pruebas e inventarios psicológicos 71 8DCIGDK:GH6/ ¿Debería usarse el Rorschach para hacer evaluaciones? 74 Pruebas neurológicas 80 La ética en la evaluación 81 E:CH6B:CID8GÞI8D/¿Podemos evaluar con exacti- tud el estado de los miembros de diferentes gru- pos culturales? 82 AVXaVh^[^XVX^‹cYZaVXdcYjXiVVcdgbVa -( Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM) 83 Trastornos mentales del DSM-IV-TR 85 Evaluación del sistema de clasificación DSM 86 Objeciones a la clasificación y el etiquetamiento 90 bea^XVX^dcZh 91 GZhjbZc 92 3 Evaluación y clasificación de la conducta anormal 66 :ab‚idYdX^Zci†[^XdZcaV^ckZhi^VX^‹cXa†c^XV .+ E:CH6B:CID8GÞI8D/Ataques a la integridad científica 97 Características de la investigación clínica 97 8DCIGDK:GH6/ Recuerdos reprimidos: problemas y preguntas 99 :meZg^bZcidh %% El grupo experimental 101 El grupo control 101 El grupo placebo 102 Preocupaciones adicionales en la investigación clínica 102 8dggZaVX^dcZh %( E:CH6B:CID8GÞI8D/Lealtad del investigador: ¿un “comodín” en la investigación comparativa? 105 :hijY^dhVc{addh %+ :hijY^dhYZXVbed %, :hijY^dhYZXVhdc^Xd %- El estudio de caso 108 Experimento de caso único 109 :higViZ^VhYZ^ckZhi^VX^‹cW^da‹^XV % El Proyecto Genoma Humano 110 Estudios de enlace genético 110 El concepto endofenotipo 110 Otros conceptos en la investigación biológica 111 4 El método científico en la psicología anormal 93
  • 9. CONTENIDO vii 5 Trastornos de ansiedad 117 :ciZcYZgadhigVhidgcdhYZVch^ZYVY YZhYZjcVeZgheZXi^kVYZk†Vhbai^eaZh . Dimensión biológica 119 Dimensión psicológica 122 Dimensiones sociales y socioculturales 123 ;dW^Vh ') Fobias sociales 125 Fobias específicas 127 Etiología de las fobias 128 8DCIGDK:GH6/¿Miedo o repugnancia? 129 Tratamiento de las fobias 131 IgVhidgcdYZVcjhi^VnVdgV[dW^V (( Trastorno de angustia 133 Agorafobia 134 Etiología del trastorno de angustia y agorafobia 134 Tratamiento del trastorno de angustia 136 E:CH6B:CID8GÞI8D/Tratamiento del trastorno de angustia: ¿debemos enfocarnos en el control interno? 138 IgVhidgcdYZVch^ZYVYZcZgVa^oVYV (- Etiología del trastorno de ansiedad generalizada 139 Tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada 140 IgVhidgcddWhZh^kdXdbejah^kd ) Obsesiones 142 Compulsiones 142 Etiología del trastorno obsesivo-compulsivo 143 Tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo 146 bea^XVX^dcZh 147 GZhjbZc 147 6 Trastornos disociativos y trastornos somatomorfos 149 IgVhidgcdhY^hdX^Vi^kdh *% Amnesia disociativa 150 Fuga disociativa 153 Trastorno de despersonalización 153 Trastorno de identidad disociativa (Trastorno de personalidades múltiples) 154 E:CH6B:CID8GÞI8D/Cultura y trastornos somatomorfo y disociativo 156 Etiología de los trastornos disociativos 157 8DCIGDK:GH6/ Técnicas “sospechosas” que se usan para tratar el trastorno de identidad disociativo 160 Tratamiento de los trastornos disociativos 161 IgVhidgcdhhdbVidbdg[dh +' Trastorno de somatización 164 Trastorno de conversión 164 E:CH6B:CID8GÞI8D/Trastorno facticio y trastorno facticio por poder 165 Trastorno por dolor 167 Hipocondría 167 Trastorno dismórfico corporal 168 Etiología de los trastornos somatomorfos 169 Tratamiento de los trastornos somatomorfos 172 bea^XVX^dcZh 173 GZhjbZc 174 ckZhi^VX^‹cZe^YZb^da‹^XV ndigVh[dgbVhYZ^ckZhi^VX^‹c ' 6heZXidh‚i^XdhZcaV^ckZhi^VX^‹c ( bea^XVX^dcZh 114 GZhjbZc 115
  • 10. viii CONTENIDO IgVhidgcdhedgZhig‚hVjYd nedgZhig‚hedhigVjb{i^Xd ,+ Diagnóstico de los trastornos por estrés agudo y por estrés postraumático 176 :i^dad†VYZadhigVhidgcdhedgZhig‚h VjYdnedgZhig‚hedhigVjb{i^Xd ,, Dimensión biológica 178 Dimensión psicológica 179 Dimensión social 180 Dimensión sociocultural 180 IgViVb^ZcidYZadhigVhidgcdhedgZhig‚h VjYdnedgZhig‚hedhigVjb{i^Xd - IgVhidgcdh[†h^XdhedgZhig‚h/ igVhidgcdheh^Xd[^h^da‹^Xdh -' E:CH6B:CID8GÞI8D/El síndrome de muerte súbita de los Hmong 183 Características de los trastornos psicofisiológicos 183 Enfermedad coronaria 183 Hipertensión 184 Migraña, cefaleas tensionales y cefaleas en racimo 186 Asma 188 El estrés y el sistema inmunitario 190 8DCIGDK:GH6/¿Pueden la risa o el humor influir en el curso de la enfermedad? 191 :i^dad†VYZadhigVhidgcdheh^Xd[^h^da‹^Xdh .' Dimensión biológica 192 Dimensión psicológica 194 Dimensión social 196 Dimensión sociocultural 196 IgViVb^ZcidYZadhigVhidgcdheh^Xd[^h^da‹^Xdh ., Entrenamiento en relajación 197 Biorretroalimentación 198 Intervenciones cognitivo-conductuales 198 bea^XVX^dcZh 199 GZhjbZc 200 9^Vc‹hi^XdYZadhigVhidgcdh YZaVeZghdcVa^YVY '%( IgVhidgcdhfjZhZXVgVXiZg^oVc edgXdcYjXiVhgVgVhdZmX‚cig^XVh '%* Trastorno paranoide de la personalidad 205 E:CH6B:CID8GÞI8D/¿Hay un prejuicio de género al diagnosticar los trastornos mentales? 207 Trastorno esquizoide de la personalidad 208 Trastorno esquizotípico de la personalidad 208 IgVhidgcdhfjZhZXVgVXiZg^oVcedgXdcYjXiVh YgVb{i^XVh!Zbdi^kVhd^cZhiVWaZh '% Trastorno antisocial de la personalidad 210 Trastorno límite de la personalidad 212 Trastorno histriónico de la personalidad 215 Trastorno narcisista de la personalidad 216 IgVhidgcdhfjZhZXVgVXiZg^oVc edgXdcYjXiVhVch^dhVhdiZbZgdhVh ', Trastorno de personalidad por evitación 217 Trastorno de personalidad por dependencia 218 Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad 219 6c{a^h^hYZk†Vhbai^eaZhYZjcigVhidgcd YZaVeZghdcVa^YVY/igVhidgcd Vci^hdX^VaYZaVeZghdcVa^YVY '' Dimensión biológica 221 Dimensión psicológica 224 Dimensión social 225 Dimensión sociocultural 226 IgViVb^ZcidYZaigVhidgcdVci^hdX^Va YZaVeZghdcVa^YVY '', 8DCIGDK:GH6/ Trastornos del control de los impulsos 228 bea^XVX^dcZh 230 GZhjbZc 231 7 Trastornos por estrés 175 8 Trastornos de la personalidad 201
  • 11. CONTENIDO ix IgVhidgcdhgZaVX^dcVYdhXdchjhiVcX^Vh '(* Depresivos o sedantes 236 Estimulantes 241 Alucinógenos 244 :i^dad†VYZadhigVhidgcdhgZaVX^dcVYdh XdchjhiVcX^Vh ')+ Dimensión biológica 247 Dimensión psicológica 249 8DCIGDK:GH6/¿Es la adicción a las drogas una enfermedad? 250 Dimensión social 252 E:CH6B:CID8GÞI8D/¿Es el uso de drogas un indicador de perturbación? 253 Dimensión sociocultural 254 ciZgkZcX^‹cnigViVb^ZcidYZigVhidgcdh gZaVX^dcVYdhXdchjhiVcX^Vh '** Enfoque farmacológico 255 Enfoques cognitivo y conductual 257 Grupos de Autoayuda 258 8DCIGDK:GH6/ Beber controladamente 259 Tratamiento multimodal 259 Programas de prevención 260 Efectividad del tratamiento 261 bea^XVX^dcZh 262 GZhjbZc 262 9 Trastornos relacionados con sustancias 232 ´Fj‚ZhaVXdcYjXiVhZmjVaÆcdgbVaÇ4 '+* 8DCIGDK:GH6/ ¿La conducta sexual compulsiva es una adicción? 267 El estudio de la sexualidad humana 268 El ciclo de la respuesta sexual 268 9^h[jcX^dcZhhZmjVaZh ',% Trastornos del deseo sexual 271 Trastornos de la excitación sexual 273 Trastornos orgásmicos 275 Trastornos sexuales por dolor 275 :i^dad†VYZaVhY^h[jcX^dcZhhZmjVaZh ',+ Dimensión biológica 278 Dimensión psicológica 278 Dimensión social 279 Dimensiones socioculturales 279 IgViVb^ZcidYZaVhY^h[jcX^dcZhhZmjVaZh '-% Intervenciones biológicas 280 Enfoques del tratamiento psicológico 282 =dbdhZmjVa^YVY '-( :ckZ_ZX^b^Zcid!VXi^k^YVYhZmjVa nY^h[jcX^dcZhhZmjVaZh '-) IgVhidgcdYZaV^YZci^YVYhZmjVa '-+ Etiología de los trastornos de la identidad sexual 287 Tratamiento de los trastornos de identidad sexual 288 ¿Son los trastornos de la identidad sexual un diagnóstico psiquiátrico válido? 288 EVgV[^a^Vh '-- Parafilias que incluyen objetos no humanos 290 Parafilias que incluyen personas que no dan su consentimiento 291 Parafilias que incluyen dolor o humillación 293 Etiología y tratamiento de las parafilias 294 K^daVX^‹c '.+ Efectos de la violación 298 Etiología de la violación 299 Tratamiento para los violadores 299 E:CH6B:CID8GÞI8D/¿Por qué los hombres violan a las mujeres? 300 bea^XVX^dcZh 301 GZhjbZc 301 10 Trastornos sexuales y de la identidad sexual 264
  • 12. x CONTENIDO 11 Trastornos del estado de ánimo 303 9ZegZh^‹cjc^edaVg (%) Síntomas de la depresión unipolar 304 Diagnóstico y clasificación de los trastornos depresivos 307 8DCIGDK:GH6/ ¿Cuándo alguien está deprimido? 308 Prevalencia de la depresión unipolar 309 :i^dad†VYZaVYZegZh^‹cjc^edaVg (% Dimensión biológica 310 Dimensión psicológica 313 Dimensión social 317 Dimensión sociocultural 319 IgViVb^ZcidYZaVYZegZh^‹cjc^edaVg ('' Tratamientos biomédicos para los trastornos de depresión 323 E:CH6B:CID8GÞI8D/¿Deberíamos incrementar el uso de fármacos en el tratamiento de la depresión? 324 Psicoterapia y tratamientos conductuales para los trastornos depresivos 324 IgVhidgcdhW^edaVgZh (', Síntomas y características de los trastornos bipolares 327 Clasificación de los trastornos bipolares 328 Prevalencia de los trastornos bipolares 329 Comparación entre los trastornos depresivos y bipolares 329 :i^dad†VYZadhigVhidgcdhW^edaVgZh ('. IgViVb^ZcidYZadhigVhidgcdhW^edaVgZh ((% bea^XVX^dcZh 331 GZhjbZc 332 8dggZaVX^dcZhYZahj^X^Y^d ((* E:CH6B:CID8GÞI8D/¿Por qué la gente se suicida? 336 Hechos sobre el suicidio 337 JcVeZgheZXi^kVYZk†Vhbai^eaZh VXZgXVYZahj^X^Y^d ()( Dimensión biológica 343 Dimensión psicológica 344 Dimensión social 345 Dimensión sociocultural 346 K†Xi^bVhYZahj^X^Y^d (), Niños y adolescentes 347 Personas de edad avanzada 349 EgZkZcX^‹cYZahj^X^Y^d (*% Indicios de intentos suicidas 351 Intervención en crisis 351 Centros para la prevención del suicidio 353 :aYZgZX]dVhj^X^YVghZ/VheZXidhbdgVaZh! ‚i^XdhnaZVaZh (*) 8DCIGDK:GH6/¿La gente tiene derecho a morir? 356 bea^XVX^dcZh 357 GZhjbZc 358 12 Suicidio 333
  • 13. CONTENIDO xi Adhh†cidbVhYZaVZhfj^od[gZc^V (+ Síntomas positivos 361 8DCIGDK:GH6/¿Deberían desafiarse los delirios y las alucinaciones? 364 Síntomas negativos 366 Síntomas cognitivos 367 Aspectos culturales 367 I^edhYZZhfj^od[gZc^V (+- Esquizofrenia tipo paranoide 369 Esquizofrenia tipo desorganizado 369 Esquizofrenia tipo catatónico 369 Esquizofrenia indiferenciada y esquizofrenia tipo residual 370 Trastornos psicóticos que alguna vez fueron considerados esquizofrenia 371 Otros trastornos psicóticos 371 8DCIGDK:GH6/¿Parasitosis delirante o enfermedad física? 373 8jghdYZaVZhfj^od[gZc^V (,( Resultados de estudios a largo plazo 374 :i^dad†VYZaVZhfj^od[gZc^V (,) Dimensión biológica 375 Dimensión psicológica 378 Dimensión social 379 Dimensión sociocultural 381 :aigViVb^ZcidYZaVZhfj^od[gZc^V (-( Medicación antipsicótica 383 8DCIGDK:GH6/Equilibrio entre prevención y daño 385 Terapia psicosocial 385 Intervenciones enfocadas en la comunicación y la educación familiares 388 bea^XVX^dcZh 389 GZhjbZc 389 13 Esquizofrenia: diagnóstico, etiología y tratamiento 359 :kVajVX^‹cYZaYVŠdXZgZWgVa (.' I^edhYZigVhidgcdhXdc^i^kdh (.( Demencia 393 Delirium 394 Trastornos amnésicos 395 :i^dad†VYZadhigVhidgcdhXdc^i^kdh (.* Lesión cerebral 396 Envejecimiento y trastornos relacionados con la edad 398 Enfermedad de Alzheimer 400 E:CH6B:CID8GÞI8D/Moderadores y mediadores: ¿qué causa qué? 402 Otras afecciones e infecciones del cerebro 404 Tumores cerebrales 406 Epilepsia 406 Uso de sustancias psicoactivas 408 8dch^YZgVX^dcZhhdWgZ igViVb^Zcid$egZkZcX^‹c )%- Medicación 408 Enfoque cognitivo y enfoque conductual 409 Cambios en el estilo de vida 409 Intervenciones ambientales y soporte de ayuda 410 bea^XVX^dcZh 410 GZhjbZc 411 14 Trastornos cognitivos 390
  • 14. xii CONTENIDO IgVhidgcdhYZaVXdcYjXiVVa^bZciVg^V ))) Anorexia nerviosa 446 E:CH6B:CID8GÞI8D/Web de la anorexia 448 Bulimia nerviosa 449 Trastorno por atracón 451 Trastorno alimentario no especificado 453 :i^dad†VYZadhigVhidgcdhYZaVXdcYjXiV Va^bZciVg^V )*) Dimensión biológica 454 Dimensión psicológica 455 Dimensión social 456 Dimensión sociocultural 457 E:CH6B:CID8GÞI8D/¿Nuestra sociedad está creando trastornos de la conducta alimentaria? 462 IgViVb^ZcidYZadhigVhidgcdhYZaVXdcYjXiV Va^bZciVg^V )+) Tratamiento de la anorexia nerviosa 464 Tratamiento de la bulimia nerviosa 466 Tratamiento de los trastornos por atracón 466 DWZh^YVY )+, :i^dad†VYZaVdWZh^YVY )+. Dimensión biológica 469 8DCIGDK:GH6/ ¿Son adecuadas las normas del IMC? 470 Dimensión psicológica 470 Dimensión social 471 Dimensión sociocultural 471 IgViVb^ZcidheVgVaVdWZh^YVY ), bea^XVX^dcZh 472 GZhjbZc 472 16 Trastornos de la conducta alimentaria 443 8DCIGDK:GH6/ ¿Estamos medicando en exceso a nuestros niños? 414 IgVhidgcdhZcZgVa^oVYdhYZaYZhVggdaad )) Autismo 415 Otros trastornos generalizados del desarrollo 417 Etiología 419 Pronóstico 421 Tratamiento 421 IgVhidgcdedgY‚[^X^iYZViZcX^‹cXdc]^eZgVXi^k^YVY nigVhidgcdhYZaXdbedgiVb^ZcideZgijgWVYdg )'' Trastorno por déficit de atención con hiperactividad 422 Trastorno negativista desafiante 426 Trastornos disociales 427 E:CH6B:CID8GÞI8D/Violencia escolar: ¿una señal de los tiempos? 429 IgVhidgcdhYZaVZa^b^cVX^‹c )( Enuresis 431 E:CH6B:CID8GÞI8D/Abuso infantil 432 Encopresis 433 IgVhidgcdhYZaVegZcY^oV_Z )() Etiología 434 Tratamiento 435 GZigVhdbZciVa )(* Diagnóstico del retraso mental 436 Etiología del retraso mental 437 Programas para personas con retraso mental 440 bea^XVX^dcZh 442 GZhjbZc 442 15 Trastornos de la infancia y la adolescencia 412
  • 15. CONTENIDO xiii GZXajh^‹cXg^b^cVa ),- Defensa por locura 478 Competencia para someterse a juicio 481 GZXajh^‹cX^k^a )-' Criterios para el confinamiento 483 Procedimientos de la reclusión civil 484 9ZgZX]dhYZadheVX^ZciZhbZciVaZh )-* E:CH6B:CID8GÞI8D/Cómo predecir la peligrosidad: asesinos en serie y asesinos en masa 486 Derecho a tratamiento 486 Derecho a rechazar tratamiento 488 8DCIGDK:GH6/Tratamiento asistido por orden del tribunal: ¿coacción o atención? 489 9Zh^chi^ijX^dcVa^oVX^‹c ).% GZaVX^‹ceVX^ZciZiZgVeZjiV ).' Confidencialidad y comunicación privilegiada 492 Principio del “deber de advertir” 493 Relaciones sexuales con pacientes 494 8dbeZiZcX^VXjaijgVanZheZX^Va^YVYZchVajY bZciVa ).) bea^XVX^dcZh 496 GZhjbZc 496 17 Cuestiones legales y éticas en psicología anormal 474 =beiWh_e =#' H[[h[dY_Wi H#' 9hƒZ_jei 9#' ßdZ_Y[Z[decXh[i ?#' ßdZ_Y[j[c|j_Ye ?#') DejWi
  • 16.
  • 17. xv EZchVb^ZcidXg†i^Xd OejWcX_ƒdbej[d]e0[bi‡dZhec[Z[b[ijkZ_Wdj[Z[ c[Z_Y_dW(. 7fb_YWY_ŒdZ[beiceZ[bei Z[fi_YefWjebe]‡W,( µFeZ[cei[lWbkWhYed[nWYj_jkZ[b[ijWZeZ[bei c_[cXheiZ[Z_[h[dj[i]hkfeiYkbjkhWb[i5.( 7jWgk[iWbW_dj[]h_ZWZY_[dj‡ÓYW/- B[WbjWZZ[b_dl[ij_]WZeh0µkdÇYeceZ‡dÈ[dbW _dl[ij_]WY_ŒdYecfWhWj_lW5'+ JhWjWc_[djeZ[bjhWijehdeZ[Wd]kij_W0µZ[X[cei [deYWhdei[d[bYedjheb_dj[hde5'). 9kbjkhWojhWijehdeiiecWjeceheoZ_ieY_Wj_le'+, JhWijehdeWYj_Y_eojhWijehdeWYj_Y_efehfeZ[h',+ ;bi‡dZhec[Z[ck[hj[i‘X_jWZ[beiced]'.) µWokdfh[`k_Y_eZ[]ƒd[heWbZ_W]deij_YWhbei jhWijehdeic[djWb[i5(- µ;i[bkieZ[Zhe]Wikd_dZ_YWZehZ[f[hjkhXWY_Œd5(+) µFehgkƒbei^ecXh[il_ebWdWbWick`[h[i5) µ:[X[h‡Wcei_dYh[c[djWh[bkieZ[|hcWYei[d[b jhWjWc_[djeZ[bWZ[fh[i_Œd5)(* µFehgkƒbW][dj[i[ik_Y_ZW5)), CeZ[hWZeh[ioc[Z_WZeh[i0µgkƒYWkiWgkƒ5*( L_eb[dY_W[iYebWh0µkdWi[‹WbZ[beij_[cfei5*(/ 7Xkie_dWdj_b*)( M[XZ[bWWdeh[n_W**. µDk[ijhWieY_[ZWZ[ij|Yh[WdZejhWijehdei Z[bWYedZkYjWWb_c[djWh_W5*,( 9Œcefh[Z[Y_hbWf[b_]hei_ZWZ0Wi[i_dei[di[h_[ oWi[i_dei[dcWiW*., 8jVYgdYZigVhidgcdh JhWijehdeiZ[Wdi_[ZWZ''/ JhWijehdeiZ_ieY_Wj_lei'+' JhWijehdeiiecWjecehei',) JhWijehdeiZ[f[hiedWb_ZWZ(, JhWijehdeih[bWY_edWZeiYedikijWdY_Wi()+ :_ikdY_ed[ii[nkWb[i(-( FWhWÓb_Wi(./ JhWijehdeiZ[b[ijWZeZ[|d_ce)+ ;igk_peh[d_W),. JhWijehdeiYe]d_j_lei)/' JhWijehdei][d[hWb_pWZeiZ[bZ[iWhhebbe*'. JhWijehdeifehZƒÓY_jZ[Wj[dY_Œd oZ[YecfehjWc_[djef[hjkhXWZeh*() JhWijehdeiZ[bWfh[dZ_pW`[*)+ H[jhWiec[djWb*), JhWijehdeiZ[bWYedZkYjWWb_c[djWh_W**+ 8dcigdkZgh^V µBW[d[hc[ZWZc[djWb[ikdc_jeokdWYedijhkYY_Œd feb‡j_YW5'( FheXb[cWi[d[bkieZ[h[[h[dY_WihWY_Wb[ioZ[]hkfe ƒjd_Ye, µ:[X[h‡WkiWhi[[bHehiY^WY^fWhW^WY[h [lWbkWY_ed[i5-* H[Yk[hZeih[fh_c_Zei0fheXb[cWiofh[]kdjWi// µC_[Zeeh[fk]dWdY_W5'(/ JƒYd_YWiÇieif[Y^eiWiÈgk[i[kiWdfWhWjhWjWh[b jhWijehdeZ[_Z[dj_ZWZZ_ieY_Wj_le', µFk[Z[dbWh_iWe[b^kceh_dÔk_h[d[bYkhieZ[bW [d[hc[ZWZ5'/' JhWijehdeiZ[bYedjhebZ[bei_cfkbiei((. µ;ibWWZ_YY_ŒdWbWiZhe]WikdW[d[hc[ZWZ5(+ 8[X[hYedjhebWZWc[dj[(+/ µBWYedZkYjWi[nkWbYecfkbi_lW[ikdWWZ_YY_Œd5(,- µ9k|dZeWb]k_[d[ij|Z[fh_c_Ze5 ). µBW][dj[j_[d[Z[h[Y^eWceh_h5)+, µ:[X[h‡WdZ[iWÓWhi[beiZ[b_h_ei obWiWbkY_dWY_ed[i5),* µFWhWi_jei_iZ[b_hWdj[e[d[hc[ZWZ‡i_YW5)-) ;gk_b_Xh_e[djh[fh[l[dY_ŒdoZW‹e).+ µ;ijWceic[Z_YWdZe[d[nY[ieWdk[ijheid_‹ei5*'* µIedWZ[YkWZWibWidehcWiZ[b?C95*- JhWjWc_[djeWi_ij_ZefehehZ[dZ[bjh_XkdWb0 µYeWYY_ŒdeWj[dY_Œd5*./ Herramientas
  • 18. xvi prefacio Las conductas anormales resultan, al mismo tiempo, fascinantes y preocupantes para los científicos y el público en general. Por qué las personas muestran conductas anormales, cómo expresan sus perturbaciones y cómo esas conductas pueden preve- nirse y tratarse, son preguntas que continúan intrigándonos. Hoy en día sabemos que todos los seres humanos tienen contacto, de una forma u otra, con las perturbaciones mentales durante su vida, de manera directa en su lucha por lidiar con sus propios trastornos mentales, o indirectamente a través de amigos o familiares afectados. Con el paso de los años, los grandes descubrimientos en genética, neurobiología y psi- cología, han hecho contribuciones sin precedentes para nuestro entendimiento de las con- ductas anormales. Esto es evidente en el Proyecto Genoma Humano en el cual los científicos han mapeado todos los genes en el núcleo humano.La esperanza entre los profesionales de la salud mental es que el “mapa de la vida” permita una mayor comprensión de los trastor- nos mentales y sus tratamientos subsecuentes. Además de este gran adelanto biológico, también sabemos que las formas de intervención psicológica son eficaces en el trata- miento de las conductas anormales. El movimiento para identificar los tratamientos que se apoyan en métodos empíricos ha tomado por sorpresa a los profesionales. Final- mente, la investigación ha revelado las extensas variaciones culturales en las conductas anormales y en lo que otras culturas consideran tratamientos eficaces. En la novena edición de nuestro libro examinaremos todas estas áreas. Al escribir y revisar este libro, hemos buscado involucrar a los estudiantes en el fas- cinante proceso de entender la conducta anormal y las formas en que los profesionales de la salud mental la estudian e intentan tratarla. A fin de alcanzar esta meta, nos hemos guiado por tres objetivos principales: Brindar a los estudiantes conocimiento de primera calidad r Ofrecer un tratamiento ecuánime de la psicología anormal así como un compromi- r so científico y clínico, dando a los estudiantes la oportunidad de explorar los temas de forma responsable y amplia Hacer que nuestro libro invite y estimule a una extensa gama de estudiantes r En cada edición, nos hemos esforzado por alcanzar estos objetivos, trabajando con los comentarios de un gran número de estudiantes e instructores, y nuestro propio trabajo en la enseñanza, la investigación y la práctica. La novena edición, creemos, se construye a partir de los logros de las ediciones pasadas y las supera. Llevamos un enfoque ecléctico y multicultural al campo, tomando importantes con- tribuciones de varias disciplinas y posiciones teóricas. El texto cubre las categorías principales de los trastornos que se han listado en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV-TR), pero no es una reiteración mecánica del mismo. Creemos que las combinaciones diferentes de experiencias de vida y factores constitucionales influyen en los trastornos mentales, y proyectamos este enfoque en el transcurso del texto. Estas combinaciones de factores se demuestran en nuestro modelo de vías múltiples, que es una nueva forma de ver las causas de los trastornos presentados en nuestra novena edición. Estos son varios elementos de nuestro modelo de vías múltiples. Primero, los contribuyentes a los trastornos mentales se dividen en cuatro dimensiones: biológica, psicológica, social y sociocultural. Segundo, los factores en las cuatro dimen- Nuestro enfoque
  • 19. siones pueden interactuar e influir entre sí en cualquier dirección. Tercero, combinacio- nes distintas entre las cuatro dimensiones pueden ocasionar conductas anormales. Por ejemplo, suponga que alguien tiene una depresión severa. Esa depresión puede estar causada primariamente por un factor único (por ejemplo, la muerte de un ser querido) o por una interacción de factores de diferentes dimensiones (por ejemplo, maltrato infantil ocurrido en las etapas tempranas de la vida y estresores en la adultez). De manera que un trastorno como la depresión puede originarse de diferentes factores y combinaciones de los mismos. Cuarto, muchos trastornos aparentan ser de naturale- za heterogénea. Por lo tanto, pueden existir varios tipos o versiones de un trastorno (espectro del trastorno). Finalmente, diferentes trastornos pueden estar causados por factores similares. Por ejemplo, la ansiedad, así como la depresión, puede resultar del maltrato infantil y el estrés interpersonal. De hecho, la ansiedad y la depresión a menu- do ocurren de manera simultánea en las personas. Se presta especial atención a los factores socioculturales, en los que se incluyen las normas culturales, los valores y las expectativas. Se enfatizan los fenómenos culturales y genéricos porque estamos convencidos de que las comparaciones transculturales de la conducta anormal y los métodos de tratamiento pueden enriquecer nuestra comprensión de los trastornos. De hecho, Entendiendo la conducta anormal fue el primer libro de texto de la psicología anormal en integrar y enfatizar el papel de los factores multiculturales y, a pesar de que muchos textos desde entonces han seguido nuestro camino, la novena edición sigue brindando la cobertura más extensa e integradora de los modelos multicultu- rales, las explicaciones y los conceptos disponibles. No sólo discutimos cómo las cambiantes demografías han incrementado la importancia de la psicología multicultural, también intro- ducimos modelos multiculturales de psicopatología en los primeros capítulos. Igual que con otros modelos de psicopatología (digamos, psicoanalítico, cognitivo, conductual, bioló- gico) nos referimos a aspectos multiculturales a través del texto cuando lo permiten los descubrimientos de investigación y las formulaciones teóricas. Por ejemplo, se muestra a los estudiantes de qué modo los factores culturales afectan la evaluación, la clasifica- ción y el tratamiento de varios trastornos mentales. Dicho enfoque enriquece nuestro entendimiento de los trastornos mentales. Como psicólogos (y profesores) sabemos que el aprendizaje se fortalece cuando el material se presenta de una forma vívida y atractiva. Nosotros tenemos dichas cualidades en parte por ofrecer casos en viñetas y descripciones de pacientes sobre sus experiencias para complementar e ilustrar las explicaciones basa- das en la investigación. Nuestra meta es alentar a los estudiantes a pensar de forma crítica más que meramente hacerlos asimilar una colección de hechos y teorías. Como resultado, esperamos que desarrollen un aprecio por el estudio de la conducta anormal. La novena edición incluye un número de herramientas nuevas así como otras que se popularizaron en ediciones anteriores y, en algunos casos, se han revisado y enriqueci- do. Con ellas se pretende ayudar a los estudiantes a organizar e integrar el material de cada capítulo. Como se indicó antes, nuestro nuevo r modelo de vías múltiples brinda un marco con el que los alumnos pueden entender los trastornos mentales. El modelo se presenta en el capítulo 2 y se aplica a lo largo del libro Las r cajas de Pensamiento crítico, nuevas y actualizadas, brindan evidencia verda- dera y preguntas que provocan cuestionamientos que dan pie a los aspectos clave en la investigación. Examinan ampliamente las suposiciones acerca de la conducta normal o desafían el entendimiento de los estudiantes sobre el material del texto Las nuevas r cajas de Controversia tratan aspectos controvertidos que tienen extensas implicaciones para nuestra sociedad. Estas cajas estimulan el pensamiento crítico, evocan puntos de vista alternativos, generan discusiones y atraen a los estudiantes hacia temas que pueden ayudarlos a explorar mejor el amplio significado de la con- ducta anormal en nuestra sociedad Las nuevas y actualizadas r discusiones de Mito contra Realidad desafían los diversos mitos y las creencias falsas que han rodeado el campo de la conducta anormal y también ayudan a los estudiantes a darse cuenta de que las mismas, muchas de las Herramientas especiales PREFACIO xvii
  • 20. cuales aparentan ser de “sentido común”, deben verificarse con hechos y conoci- mientos científicos A través del libro se encuentran nuevas r cajas al margen de ¿Sabías que...?, que brindan a los estudiantes, en un vistazo, fascinantes bocadillos basados en la investigación Las nuevas secciones de r Implicaciones finalizan cada capítulo, sintetizando las impli- caciones del modelo de vías múltiples del material del capítulo Las r Sinopsis del capítulo y Preguntas de enfoque aparecen en las primeras páginas de cada capítulo, brindan un marco y estimulan el aprendizaje activo, con estas pre- guntas en mente los estudiantes piensan acerca de los conceptos que están a punto de explorar en el material Los r Resúmenes integradores del capítulo que responden las Preguntas de enfoque brindan a los estudiantes una recapitulación concisa de los conceptos más impor- tantes del capítulo y las respuestas tentativas a las Preguntas de enfoque Los r Estudios de caso y Ejemplos nuevos y actualizados hacen que los aspectos de la salud mental y los trastornos mentales “cobren vida” para los estudiantes e instruc- tores. Muchos de los casos se toman de archivos clínicos auténticos y todos están claramente elegidos para el diseño del texto Los r cuadros de trastornos racionalizados proporcionan vistazos de los trastornos en un formato fácil de leer Los r términos clave se resaltan en el texto y aparecen en los márgenes Nuestro objetivo principal al preparar esta edición fue actualizar por completo y presen- tar las últimas tendencias en la investigación y el pensamiento clínico. Esto conlleva a una cobertura reciente de decenas de temas a lo largo del texto, incluyendo los siguientes: La creciente diversidad étnica y cultural en Estados Unidos y sus implicaciones en la r investigación, teoría y práctica de la salud mental Un tratamiento extendido y balanceado de la perspectiva biológica y las últimas r estrategias de investigación, y descubrimientos sobre los factores genéticos de los trastornos mentales Cobertura integrada de la creciente prevalencia del uso de drogas psicoactivas en la r sociedad de Estados Unidos Nuevos desarrollos en torno a las implicaciones de la atención administrada de la r salud en los servicios de salud mental y el uso de tratamientos basados en evidencia Descubrimientos de investigación en torno a las tasas de cada trastorno mental y su r prevalencia de acuerdo con género, etnicidad y edad Abarcar las actualizaciones sobre el suicidio r Cobertura de las violaciones en citas y las razones por las que los hombres violan r Explicaciones extensas sobre los trastornos de la conducta alimentaria y la obesidad r Amplias aproximaciones a los trastornos de aprendizaje r Identificación de psicoterapias y tratamientos cuyo uso puede incrementarse o dis- r minuir en el futuro Aspectos éticos y legales que han surgido de casos recientes que incluyen alegatos r por locura, testimonios de los psicólogos en la sala de juicio y suicidio asistido Cobertura integrada de estrategias terapéuticas específicas para cada cultura a fin de r tratar pacientes afroamericanos, asiáticos-americanos, latinoamericanos y nativos americanos El libro se ha rediseñado para presentar el contenido de la forma más clara y accesible. Como en la anterior, la novena edición contiene abundantes tablas, ilustraciones, figuras y fotografías que muestran de forma gráfica los datos de investigaciones,ilustran comparacio- nes y contrastes, y enriquecen el entendimiento de conceptos o controversias en el campo. Aunado a la actualización en la cobertura del libro y sus herramientas especiales, hemos mantenido una organización estilizada, como se describe a continuación. Cobertura nueva y actualizada de la novena edición xviii PREFACIO
  • 21. PREFACIO xix Para tratar los contenidos del libro de modo que sean más manejables en el transcurso del cuatrimestre o semestre, se han incluido 17 capítulos, de acuerdo con la retroalimen- tación de los lectores. Los usuarios que conocen nuestro texto desde hace mucho tiem- po notarán de inmediato que continuamos ofreciendo herramientas útiles, que seguimos teniendo un capítulo para los trastornos de la conducta alimentaria (capítulo 16) y que hablamos del retraso mental en el capítulo de trastornos de la niñez (capítulo 15).Además, todos los capítulos se han revisado y actualizado mucho procurando equilibrar los des- cubrimientos de la investigación con las implicaciones clínicas. Los capítulos 1 a 4 brindan un contexto para observar la conducta anormal y el tratamiento al presentar a los estudiantes definiciones de conducta anormal y perspec- tivas históricas (capítulo 1), las perspectivas teóricas clave que se usan para explicar la conducta desviada (capítulo 2), los métodos de evaluación y clasificación (capítulo 3) y el proceso de investigación que se utiliza en el estudio de la conducta anormal (capítulo 4). Es sobresaliente nuestra discusión sobre el nuevo modelo de las vías múltiples que se encuentra en el capítulo 2. El resto del texto, capítulos del 5 al 16, presenta los trastornos principales del DSM- IV-TR. En cada capítulo, los trastornos se ven desde una perspectiva de vías múltiples que se enfoca en los síntomas, la etiología y el tratamiento. Nuestros cuadros de tras- tornos no sólo incluyen las definiciones de los mismos sino también su prevalencia, su inicio y su curso, de manera que con un vistazo los estudiantes sean capaces de obtener una visión general importante de los trastornos. Los puntos de interés de la cobertura en esta parte del libro incluyen un capítulo entero dedicado al suicidio (capítulo 12), que se considera vital por su aumento evidente entre los profesionales de la salud y nuestra sociedad. Además, otros aspectos contemporáneos importantes que abarcan el derecho a morir, el suicidio asistido y nuestra población que envejece, lo ha empujado a la luz. Este capítulo presenta información sobre las razones del suicidio y también sus implicaciones morales, legales y éticas. El capítulo 16 aún brinda una cobertura amplia de los trastornos de la conducta alimentaria y ahora incluye una discusión extensa de la obesidad y su posible inclusión en el DSM-V. En la actualidad, la investigación relacio- na estos trastornos con factores situacionales, proclividad biológica y otros trastornos mentales que se entrelazan. El hecho de que la mayoría de quienes padecen trastornos de la conducta alimentaria sean mujeres es un indicador del modo en que las imágenes que la sociedad les presenta resultan en conductas poco saludables. El capítulo 17 concluye el libro con una revisión breve de los aspectos legales y éticos en la psicopatología, en la que se incluyen temas como la defensa por locura, los derechos de los pacientes, la confidencialidad y las prácticas de salud mental en general. En nuestra edición pasada, se dedicó un capítulo separado a la terapia, pero en esta oca- sión decidimos discutir los enfoques de tratamiento en cada capítulo de los trastornos mentales, para permitir al estudiante un cierre en la cobertura de los trastornos particu- lares. El capítulo de intervención terapéutica de ediciones previas está aún disponible en línea para aquellos profesores que quieran usarlo. El texto es, por lo tanto, manejable para una clase de un semestre. Mientras que los descubrimientos de la investigación y el conocimiento en el área de la psicopatología han crecido considerablemente, hemos intentado brindar los desarrollos más importantes y significativos en el campo sin sacrificar la escolaridad y la naturaleza exhaustiva del libro. El texto se apoya en un conjunto rico de material suplementario diseñado para enrique- cer la experiencia de enseñanza y aprendizaje. Varios componentes nuevos hacen uso de tecnologías para la instrucción actual. Para los profesores Instructor’s Resource Manual (Disponible sólo en inglés): r Incluye un perfil extenso del capítulo, objetivos de aprendizaje, temas de discusión, ejercicios para la clase, volantes y una lista de lecturas suplementarias y recursos multimedia. Está dispo- Organización del texto Auxiliares
  • 22. xx PREFACIO nible en la página web del instructor, www.cengage.com/psychology/sue, y también está disponible para imprimir. Por favor, consulte a su representante de ventas acer- ca de mayores detalles Test Bank (Disponible sólo en inglés): r Es un banco estadístico de pruebas en Word que contiene 100 preguntas de opción múltiple y tres preguntas tema (con respues- tas muestra) por capítulo. Cada pregunta está etiquetada con la página de referencia correspondiente, así como el tipo de pregunta que se formula para la elaboración más sencilla de exámenes. Está disponible en el CD-ROM Diploma Testing e impre- so. Por favor, consulte a su representante de ventas para mayores detalles Diploma Testing CD-ROM (Disponible sólo en inglés): r Es un programa flexible de evaluación que permite al profesor crear, editar, elaborar a la medida y entregar múltiples tipos de exámenes impresos, por medio de servidores de red o de la web en plataformas MAC o WIN. Contiene 100 preguntas de opción múltiple y tres preguntas tema (con respuestas muestra) por capítulo. Cada pregunta está etiqueta- da con la página de referencia correspondiente así como el tipo de pregunta que se formula para la elaboración más sencilla de exámenes ¡Nuevo! r PowerLecture with JoinIn (Disponible sólo en inglés): Esta es una librería digital y una herramienta de presentación que incluye diapositivas para la clase en Mi- crosoft® PowerPoint® prefabricadas que resaltan los temas principales de la psicolo- gía anormal. Ademá, del Instructor’s Resource Manual y el Test Bank, PowerLecture también incluye el sistema de respuesta estudiantil JoinIn™, los profesores pueden realizar pruebas sobre el tema de interés y medir la comprensión de un término o conocimiento en particular, mientras los estudiantes reciben retroalimentación inme- diata en qué tan bien entendieron los conceptos que se cubren en el texto y en cuales necesitan mejorar. PowerLecture también alberga todos sus recursos en un solo lugar, incluyendo la librería de imágenes con gráficas del mismo libro, videoclips y más Instructor Web Site (Disponible sólo en inglés): r Los profesores pueden tener acce- so a una variedad de recursos en cualquier momento al visitar www.cengage.com/ psychology/sue. El sitio web incluye el Instructor’s Resource Manual completo, ma- terial de presentación, video guías y más ¡Nuevo! r CengageNOW with Cengage Learning eBook (Disponible sólo en inglés): CengageNOW™ es un recurso de enseñanza y aprendizaje en línea que le otorga un mayor control en menos tiempo y arroja mejores resultados: NOW. CengageNOW le ofrece todos sus recursos de enseñanza y aprendizaje en un programa intuitivo, organizado en torno a las principales actividades que usted realice en clase, lectu- ras, tareas, evaluaciones, exámenes y seguimiento del progreso y desempeño del estudiante. CengageNOW brinda a los estudiantes acceso a un eBook integrado, así como curso interactivo, videos, animaciones, y más, que les ayudan a obtener mayores beneficios de su curso WebTutor on Blackboard and WebCT (Disponible sólo en inglés): r Comience su curso con un contenido modificable, rico y específico para el texto con su Sistema de manejo del curso. Así, si quiere facilitar su curso a través de la web o poner un curso completo en línea, WebTutor™ se lo permite. WebTutor ofrece un amplio conjunto de recursos, incluyendo material electrónico, exámenes, direcciones web ¡y más! Visite webtutor.cengage.com para conocerlo Abnormal Psych in Film DVD/VHS (Disponible sólo en inglés): r El Abnormal Psych in Film® DVD/VHS es un producto híbrido que contiene cortos de películas popu- lares como The Deer Hunter (El cazador) y Apollo 13 (Apolo 13) que ilustran con- ceptos clave en la psicología anormal, así como cortos de documentos que invitan a pensar y entrevistas de pacientes. Cada corto se acompaña de resúmenes y pregun- tas de discusión para que la psicología anormal cobre vida para los estudiantes Para los estudiantes Study Guide (Disponible sólo en inglés): r Es posible obtenerla en el sitio web del estudiante e impresa; brinda una revisión completa de cada capítulo con el perfil de los mismos, objetivos de aprendizaje, revisiones de los términos clave tipo “escribe en los espacios en blanco” y preguntas de opción múltiple. Las respuestas de los exámenes incluyen una explicación de la respuesta correcta y la incorrecta
  • 23. PREFACIO xxi Student Companion Site (Disponible sólo en inglés): r Este sitio web específico de texto contiene ayuda extra para estudiar, con exámenes, guía de estudios en línea, ejercicios interactivos de Pensamiento crítico y tutoriales multimedia, todos diseña- dos para ayudar a los alumnos a mejorar sus calificaciones, al mismo tiempo que aprenden más acerca de la psicología anormal. Puede tener acceso a todos los recur- sos en línea si entra a la página web www.cengage.com/psychology/sue Passkeys (Disponible sólo en inglés): r Las claves para material protegido están dispo- nibles con cada copia nueva del texto. Los estudiantes que hayan comprado un libro de texto usado pueden adquirir el acceso al sitio web del estudiante por separado ¡Nuevo! CengageNOW with Cengage Learning eBook (Disponible sólo en inglés): r CengageNOW™ es un recurso en línea fácil de usar que ayuda a los alumnos a estu- diar en menos tiempo para obtener la calificación que quieren, NOW. Una herramien- ta de estudio diagnóstico inicia el Cengage Learning eBook y Estudio personalizado, CengageNOW da a los estudiantes acceso a recursos valiosos que son específicamen- te textos de ayuda para enfocarse sólo en lo que no saben y aprender más en menos tiempo y obtener una mejor calificación. Si el libro de texto no incluye una tarjeta con código de acceso, los estudiantes pueden dirigirse a www.ichapters.com para obtener CengageNOW con el Cengage Learning eBook Case Estudies in Abnormal Psychology (Disponible sólo en inglés): r Por Clark Clip- son, de la California School of Professional Psychology, y Jocelyn Steer, del San Diego Family Institute, contiene 16 estudios y puede empaquetarse con el texto a un precio de descuento. Cada caso representa un trastorno psicológico principal. Tras una his- toria detallada de cada caso, las preguntas de pensamiento crítico incitan a los estu- diantes a formular hipótesis e interpretaciones con base en los síntomas, la familia y los antecedentes médicos del cliente, así como información relevante. El caso procede con secciones de evaluación, conceptualización del caso, diagnóstico y perspectiva de terapia, y se concluye con un conjunto final de preguntas de discusión Abnormal Psychology in Context: Voices and Perspectives (Disponible sólo en inglés): r Es un texto suplementario escrito por David Sattler, College of Charleston; Virginia Shabatay, Palomar College, y Geoffrey Kramer, Grand Valley State University, que participa en 40 casos y puede anexarse al texto a un precio de descuento. Esta co- lección única contiene relatos y narrativas escritos por los individuos que viven con un trastorno psicológico y los terapeutas, parientes y otros que tienen una experien- cia directa con alguien que sufre un trastorno. Estas vívidas y atractivas narrativas están acompañadas por preguntas de pensamiento crítico y una guía de concepto psicológico que indica que los términos clave y los conceptos se cubren en cada lectura Queremos continuar demostrando nuestro aprecio a la retroalimentación crítica que recibimos de los revisores y colegas. Las siguientes personas nos ayudaron a preparar la novena edición al compartir con nosotros sus valiosos razonamientos, opiniones y recomendaciones. Julia C. Babcock, University of Houston Betty Clark, University of Mary-Hardin Irvin Cohen, Hawaii Pacific University y Kapiolani Community College Lorry Cology, Owens Community College Bonnie J. Ekstrom, Bemidji State University Greg A. R. Febbraro, Drake University Kate Flory, University of South Carolina David M. Fresco, Kent State University Jerry L. Fryrear, University of Houston, Clear Lake Michele Galietta, John Jay College of Criminal Justice Christina Gordon, Fox Valley Technical College Agradecimientos
  • 24. xxii PREFACIO George-Harold Jennings, Drew University Robert Hoff, Mercyhurst College Kim L. Krinsky, Georgia Perimeter College Brian E. Lozano, Virginia Polytechnic Institute y State University Jan Mohlman, Rutgers University Sherry Davis Molock, George Washington University Rebecca L. Motley, University of Toledo Gilbert R. Parra, University of Memphis Kimberly Renk, University of Central Florida Mark Richardson, Boston University Alan Roberts, Indiana University Daniel L. Segal, University of Colorado, en Colorado Springs Tom Schoeneman, Lewis Clark College Michael D. Spiegler, Providence College Ma. Teresa G. Tuason, University of North Florida Theresa A. Wadkins, University of Nebraska, Kearney Susan Brooks Watson, Hawaii Pacific University Fred Whitford, Montana State University Deseamos agradecer también el apoyo continuo y el trabajo de alta calidad de Shannon LeMay-Finn y Laura Hildebrand, editoras de desarrollo; Henry Cheek, editor asocia- do; Jane Potter, editora titular senior; Aileen Mason y Bob Greiner, editores senior del proyecto y Laura Collins, asistente de editor. También agradecemos a la diseñadora de texto Susan Gilday, la editora artística Laura Brown, la investigadora de fotos Marcy Kagan, la editora de desarrollo Elaine Lauble Kehoe, la correctora de estilo Mary Kanable y el desarrollador de índice Leoni McVey. D.S. D.W.S. S.S.
  • 25. xxiii David Sue es Profesor Emérito de la Universidad del Oeste de Washington, don- de es asociado del Centro de Investigación Transcultural. Ha fungido como direc- tor del Consejo de Psicología Clínica y del Programa de Orientación en Salud Mental. Recientemente, su esposa y él han concluido el libro Counseling and Psychoterapy in a Diverse Society (Orientación y psicoterapia en una sociedad diversa). Recibió su doctorado en psicología clínica en la Universidad Estatal de Washington. Sus intereses de investigación giran alrededor de los aspectos mul- ticulturales en la orientación psicológica individual y grupal. Su esposa y él son los orgullosos abuelos de dos nietos (gemelos). Derald Wing Sue es profesor de Psicología y Educación en el Departamento de Orientación y Psicología Clínica del Colegio de Profesores, de la Universidad de Columbia. Ha escrito extensamente en el campo de la orientación psicológica y el asesoramiento/terapia multicultural, y es autor de un libro de gran éxito, Counseling the Culturally Diverse: Theory and Practice (Asesoramiento en lo cul- turalmente diverso: teoría y práctica). El doctor Sue se ha desempeñado como presidente de la Sociedad para el Estudio Psicológico de los Asuntos de Minorías Étnicas. Recibió su grado de doctorado por la Universidad de Oregon, está casado y es padre de dos hijos. Sus amigos lo describen como aficionado al ejercicio y la internet. Stanley Sue es Profesor Universitario Distinguido de psicología y estudios asiático-americanos en la Universidad de California, Davis. Recibió su maestría (B. S.) por la Universidad de Oregon y su doctorado por la UCLA. Ha sido asisten- te y profesor asociado de psicología en la Universidad de Washington (1971-1981) y profesor de psicología en la UCLA (1981-1996). Sus intereses de investigación se encuentran en las áreas de psicología clínica comunitaria y etnicidad y salud mental. Sus pasatiempos incluyen trabajar con computadoras, lo que ha condu- cido a una afición a la internet, y trotar (jogging) con su esposa. acerca de los autores
  • 26. 2 El 16 de abril de 2007, el estudiante universitario Seung Hui Cho usó dos pisto- las semiautomáticas en el campus de Virginia Tech para matar a 27 estudiantes y cinco profesores, herir a otros 25 y suicidarse con un tiro en la cabeza. El incidente fue el tiroteo en masa más mortífero en la historia moderna de Estados Unidos y dejó a muchas per- sonas afectadas, horrorizadas y desconcertadas por las acciones de Cho. Para el público, los asesinatos en masa de inmediato trajeron a la mente la masacre de la preparatoria Columbine de 1999 donde Eric Harris y Dylan Klebold mataron a 12 estudiantes y un maes- tro antes de suicidarse. El alboroto en Virginia Tech comenzó en las primeras horas de la mañana, cuando Cho le disparó a una estudiante y a un asistente residente en un dormitorio. Aproximadamente dos horas después, se dirigió a Norris Hall, donde se impartían clases, y cerró las puer- tas del edificio con cadenas para evitar un escape fácil. Ahí disparó unas 174 balas, con las que mató e hirió a muchos estudiantes y profesores mientras iba de salón en salón. Aunque el segundo ataque duró solamente nueve minutos, para quienes estaban atrapa- dos en el edificio debió parecer una eternidad. El caos se suscitó cuando los estudiantes huían para salvar sus vidas. Algunos saltaron desde las ventanas del segundo piso para escapar, otros intentaron formar barricadas en las puertas de los salones. Hubo múltiples informes de acciones heroicas de profesores y alumnos que intentaban salvar a otros pero en general resultaron en sus propias muertes (resumido de Panel de revisión de Virginia Tech, agosto de 2007). En un intento por encontrar sentido a un acto en apariencia “sin sentido”, se plantearon muchas preguntas. ¿Qué pudo motivar a Cho a cometer un acto tan atroz y tomar tantas vidas inocentes? ¿Por qué se suicidó? ¿Era un loco, un asesino un psicópata o estaba drogado? ¿Hubo señales de alerta de que era un homicida o suicida? ¿Sufría de algún trastorno mental? ¿Pudieron la terapia o la medicación ayudarlo? ¿Su raza, cultura y estatus de inmigrante desempeñaron algún rol en sus acciones? Inquietudes de la psicología anormal 3 Determinación de la anormalidad 7 Limitaciones contextuales y culturales en la definición de la conducta anormal 9 La frecuencia y la carga de los trastornos mentales 12 Estereotipos acerca de las personas con enfermedad mental 14 Perspectivas históricas de la conducta anormal 16 Causas: primeros puntos de vista 21 Tendencias contemporáneas en la psicología anormal 23 IMPLICACIONES 28 CONTROVERSIA ¿La enfermedad mental es un mito y una construcción política? 12 PENSAMIENTO CRÍTICO Yo también lo tengo: el síndrome del estudiante de medicina 28 h^cdeh^hYZaXVe†ijad X V e † i j a d 1 Conducta anormal
  • 27. 3 Estas preguntas son muy difíciles de contestar de- bido a numerosas razones. Primero, no sabemos su- ficiente acerca de las causas de la conducta anormal y en especial de trastornos mentales para llegar a una respuesta definitiva.Al parecer, la psicopatología o con- ducta anormal, no es el resultado de una sola causa, sino una interacción de muchos factores. Casi todos los trastornos mentales surgen de contribuciones múlti- ples, hecho que se discutirá en el siguiente capítulo. Segundo, Cho ya no vive para que pudiéramos de- terminar su estado mental. Por lo tanto, debemos con- fiar en fuentes secundarias como los registros de salud o escolares, las observaciones de los pares, familia y conocidos, y en cualquier otra información disponible (notas suicidas, ensayos, dibujos y medios de comuni- cación) para construir un retrato de su estado men- tal. Es triste decirlo, pero la masacre en Virginia Tech ilustra lo complejo que es el estudio de la psicología anormal en la vida real. En cierto sentido, el propósito de este libro, Psicopa- tología. Comprendiendo la conducta anormal (Unders- tanding abnormal behavior), es ayudarle a contestar dichas preguntas. Sin embargo, para hacerlo se requiere que examinemos primero algunos aspectos básicos del estudio de la conducta anormal, incluyendo algo de su historia y los cambios emergentes en el campo. De ma- nera periódica usamos el caso Cho para ilustrar muchos temas complejos de salud mental que interactúan en el área. La psicología anormal es el estudio científico cuyos objetivos son describir, explicar, predecir y controlar conductas que se consideran extrañas o inusuales. Su materia de estudio va desde lo extraño y espectacular hasta lo más común, de los homicidios vio- lentos, suicidios y actos sexuales “perversos” que son ampliamente difundidos por los medios de comunicación hasta las conductas que no son tan sensacionales (pero sí más comunes) como depresión, úlceras y ansiedad debida a exámenes. Descripción de la conducta anormal La descripción de un caso particular de conducta anormal debe basarse en observaciones sistemáticas hechas por un profesional atento. Estas observaciones, combinadas con los resultados de la historia psicológica de una persona, se convierten en el material directo para un psicodiagnóstico, un intento por describir, evaluar y trazar de manera sistemática inferencias acerca del trastorno psicológico de un individuo. Inquietudes de la psicología anormal ¿Qué es la psicología anormal? ¿Qué criterios se usan para determinar conduc- tas normales o anormales? ¿Cómo las diferencias contextuales y culturales afectan la definición de anormal? ¿Qué tan comunes son los trastornos mentales? ¿Cuáles son algunos conceptos erróneos acerca de las personas con enfermedad mental? ¿Cómo han cambiado las explicaciones de la conducta anormal a través del tiempo? ¿Cuáles fueron los primeros puntos de vista acer- ca de las causas de los trastornos mentales? ¿Cuáles son algunas tendencias contemporáneas en la psicología anormal? 1 2 3 4 5 1 6 7 8 E G : J C I6 H 9 : : C ; D F J : eh^XdeVidad†V término que los psicólogos clínicos utilizan como sinónimo de conducta anormal. eh^Xdad†VVcdgbVa estudio científico cuyos objetivos son describir, explicar, predecir y controlar conductas que son consideradas extrañas o inusuales. eh^XdY^Vc‹hi^Xd intento por describir, evaluar y esbozar de manera sistemática inferencias acerca del trastorno psicológico de un individuo. ;DIDG6;Þ69:H:JC=J8=D:CK6966A6C78:A9Þ69:A6B6H68G: ¿Cho estaba mentalmente afectado? En la universidad se le conocía como “el chico del signo de interrogación” porque sólo escribía un signo de interrogación como su nombre. No contestaba cuando lo saludaban, se sentaba durante horas en su dormitorio mirando por la ventana y se refería a una novia imaginaria con el nombre de “Jelly”, una súper modelo que vivía en el espacio. En una ocasión, informó a un compañero de cuarto que estaba de vacaciones con Vladimir Putin, el presidente de Rusia.
  • 28. 4 86EÞIJAD™8DC9J8I66CDGB6A Por ejemplo, a Cho se le llevó a una agencia de salud mental en Virginia, donde se le practicó una evaluación psiquiátrica. Debido a que tenemos acceso limitado a los registros, la naturaleza precisa de las observaciones del terapeuta es tentativa. Usualmente, sin embargo, los exámenes del estado mental son efectuados por profesionales de la salud mental para establecer el grado en el que los pacientes están en contacto con la realidad, si sufren de alucinaciones o delirios y si son potencialmente peligrosos. Basado en las observaciones clínicas, el análisis de su historia y la posible evaluación psicológica, el terapeuta concluyó que Cho era un “inminente peligro para él mismo y para otros”, “enfermo mental” y que requería hospitalización. El diagnóstico psiquiátrico preciso se desconoce debido a las leyes de confidencialidad. Por desgracia, en vez de designar la reclusión en una institución mental, un juez de un tribunal ordenó sólo el tratamiento externo. Como sabemos ahora, Cho nunca cumplió con la orden de buscar terapia. Explicación de la conducta anormal Para explicar la conducta anormal, el psicólogo debe identificar sus causas y determinar cómo éstas conducen a la conducta descrita. Esta información, a cambio, determina de manera importante cómo se elige un programa de tratamiento. Una explicación popular de la conducta de Cho fue que estaba drogado. Una autopsia, sin embargo, no reveló evidencia de alcohol o drogas en su sistema. Sin embargo los antecedentes de Cho sugie- ren otras posibles causas de su comportamiento violento: r $VBOEPFSBOJÒP MPTNJFNCSPTEFTVGBNJMJBEFTDSJCÎBOB$IPDPNPNVEP GSÎP y tímido. Su madre especuló que era “autista”, una condición asociada con el ais- lamiento social, retraso en el lenguaje y conducta repetitiva que, según se cree, tiene un fuerte componente genético. Algunos parientes dicen que era diferente desde el nacimiento y sugieren que su problema era biológico. r OHFOFSBM $IPFSBPCKFUPEFMBDPTPZMBTCVSMBTDSVFMFTQPSQBSUFEFTVTDPNQBÒFSPT tal vez debido a sus conductas extrañas. Por lo común lo molestaban, le ponían apo- dos y le decían que “regresara a China”. Aunque rara vez mostró enojo, abundaban rumores de que tenía una “lista” de los estudiantes que quería matar. ¿Pudieron tales actos malintencionados de sus pares contribuir a sus acciones homicidas y suicidas? r $IPFSBVODJVEBEBOPEFBÒPTEF$PSFBEFM4VSDPOSFTJEFODJBFTUBEPVOJEFOTF permanente en Virginia. Migró a ese país a los ocho años de edad con sus padres y hermana. Algunas personas creen que nunca se adaptó por completo a su nueva vida en Estados Unidos y tuvo conflictos culturales. Se sintió aislado, solo y distanciado de otros. Sin la capacidad o la voluntad de crear vínculos con las personas, Cho tuvo dificultad para distinguir entre la fantasía y la realidad. r $IPQSPWFOÎBEFDPOEJDJPOFTEFNVDIBQPCSF[BZWJWÎBFOVOTÓUBOPEFUSFTIBCJUB- ciones con su familia en Corea. Su padre era dueño y trabajador de una tienda de libros de segunda mano que producía poco dinero y llevó a su familia a Estados Unidos para mejorar su estado financiero. Cho parecía muy cohibido por ser pobre y resentía a los “niños ricos”, el materialismo y el hedonismo. Sus escritos y videos enviados a NBC News contenían declaraciones en extremo hostiles hacia quienes “tenían dinero”. En estos fragmentos de la vida de Cho es claro que podrían ofrecerse muchas expli- caciones acerca de su comportamiento violento. Había en él algo inadecuado en el aspecto biológico desde su nacimiento; no podía tolerar el acoso y las bromas despia- dadas; su distanciamiento de una nueva cultura creó aislamiento social y resentimiento; y su pobreza le provocó envidia y enojo hacia estudiantes más adinerados. De acuerdo con su punto de vista, algunas explicaciones pueden parecer más válidas que otras. Como veremos en el próximo capítulo, ninguna explicación por sí sola es suficiente para entender la complejidad de la condición humana; las conductas normales y anormales resultan de la combinación de factores. Predicción de la conducta anormal Si un terapeuta puede identificar correctamente la fuente de la dificultad de un paciente, debería ser capaz de predecir los tipos de problemas que el paciente enfrentará durante la terapia y los síntomas que mostrará. Muchos creen que había suficiente evidencia para predecir que Cho era capaz de quitar la vida a otros y la propia con base en nume- rosos eventos reportados: L a conducta de Cho motivó a su madre a buscar la ayuda de las iglesias del norte de Virginia. Una congregación presbiteriana sintió que Cho estaba poseído por un poder demoniaco y necesitaba una liberación espiritual. Otros especularon que Cho era el epítome del mal. Aunque las aseveraciones de que estaba poseído por fuerzas sobrenaturales parezcan inverosímiles, dichas explicaciones de una conducta extraña alguna vez fueron comunes. ´HVW†VhfjZ½4
  • 29. r $IPFTUVWPJOWPMVDSBEPFOUSFTJODJEFOUFTEFBDPTPFOFMDBNQVTEF7JSHJOJB5FDI Los tres se relacionaban con alumnas en las que había desarrollado un interés breve pero intenso. Sus contactos los realizó a través de mensajería instantánea en su computadora. Les envió mensajes molestos, apareció sin invitación en el dormitorio de una de ellas y dejó graffitis en su pizarra de anuncios. La policía del campus amonestó a Cho para que detuviera sus contactos indeseados con ellas. Aparente- mente, él accedió a tales amonestaciones. r 7BSJPTQSPGFTPSFTJOGPSNBSPORVF$IPFSBBNFOB[BEPS RVFUFOÎBVOBWFUBNBMWBEB y que sus escritos a veces eran atemorizantes, obscenos y violentos. Sostienen que tales escritos “desbordaban enojo”, eran gráficos y molestos, y tenían una violencia macabra. Una profesora tuvo tanto miedo por su seguridad y la de los otros que reportó a Cho en la oficina de asuntos estudiantiles, la oficina del director y con la policía del campus. Cada unidad respondió que nada podía hacerse si Cho no había amenazado de manera abierta a otras personas. A la luz de estos reportes, ¿por qué se le permitió a Cho permanecer en el campus? ¿Por qué se le permitió comprar armas a pesar de habérsele diagnosticado una condi- ción mental? ¿Por qué los profesionales de la salud mental no intervinieron más rápido? Parece que hay varias razones. Primero, la reclusión civil, u hospitalización/reclusión involuntaria, representa una decisión extrema que tiene implicaciones mayores para las libertades civiles de un individuo. Nuestro sistema legal opera bajo la suposición de que las personas son inocentes hasta que se demuestre que son culpables. Encerrar a alguien antes de que cometa un acto peligroso viola potencialmente sus derechos civiles. Segundo, a pesar de que este terapeuta probó estar en lo correcto al declarar peligroso a Cho, los clínicos son notablemente imprecisos al predecir la peligrosidad. La investi- gación muestra que los profesionales de la salud mental hacen un trabajo deficiente al predecir la violencia futura; tienden a sobrepredecirla (Buchanan, 1997). Control de la conducta anormal La conducta anormal puede controlarse con terapia, que es un programa de interven- ción sistemática cuyo propósito es modificar el estado conductual, afectivo (emocional) y cognitivo del paciente. Por ejemplo, muchos terapeutas se preguntan si a Cho se le pudo haber ayudado y si pudieron evitar los asesinatos masivos al obligarlo a tomar tratamiento. Darle una oportunidad de ponerse en contacto con su enojo y desahogarlo pudo reducir sus posibilidades de herir a otros. Algunos profesionales de la salud men- tal pueden recomendar también terapia familiar o entrenamiento en habilidades socia- les. Algunos incluso recomendarían la hospitalización que, lamentablemente, se sugirió pero no se efectuó. CI:GK:C8âC:CA6I:G6E6 La terapia de grupo es un tipo de tratamiento que se usa ampliamente para tratar muchos problemas, en especial aquellos que involucran relaciones interpersonales. En esta sesión de grupo, los participantes están aprendiendo a desarrollar nuevas herramientas de adaptación para hacer frente a problemas sociales en vez de apoyarse en el alcohol o las drogas para escapar del estrés de la vida. iZgVe^V programa de intervención sistemática cuyo propósito es modificar el estado conductual, afectivo (emocional) y cognitivo del paciente. cfj^ZijYZhYZaVeh^Xdad†VVcdgbVa 5
  • 30. 6 86EÞIJAD™8DC9J8I66CDGB6A TABLA 1.1 A6HEGD;:HDC:H:CH6AJ9B:CI6A Eh^Xdad†V Xa†c^XV AViZgVe^Veh^Xda‹^XVdeh^Xdad†VXa†c^XVZhZaXVbedegd[Zh^dcVafjZhZ^ciZgZhVZcZaZhijY^d!aVZkV ajVX^‹c!ZaigViVb^ZcidnaVegZkZcX^‹cYZaVXdcYjXiVVcdgbVaZc^cY^k^YjdhV[ZXiVYdh#Jceh^X‹add iZgVeZjiVYZWZiZcZgjcgVYdYZYdXidgYZjcVjc^kZgh^YVYdjcdYZYdXidgZceh^Xdad†V!dg^ZciVYd b{hVaVeg{Xi^XV!didgVYdedgkVg^Vh^chi^ijX^dcZh#HjXVeVX^iVX^‹c^cXajnZXjghdhZceh^XdeVidad†V! eZghdcVa^YVY!Y^Vc‹hi^Xd!ZkVajVX^‹ceh^Xda‹^XV!eh^XdiZgVe^VnÒh^dad†V]jbVcV#6YZb{hYZZhidh ndigdhXjghdh!]VnYdhgZfj^h^idhVY^X^dcVaZheVgVdWiZcZgZagVYdYZYdXidg/adhZhijY^VciZhYZWZc XdcXaj^gjcViZh^hYdXidgVan!ZcZcZgVa!jcVŠdYZ^ciZgcVYd Adheh^X‹addhiZgVeZjiVhigVWV_VcZcY^kZghdhZhXZcVg^dh!eZgdYZbVcZgVXdbcYVciZgVe^VV hjheVX^ZciZhZc]dhe^iVaZhnXa†c^XVh!nZcaVeg{Xi^XVeg^kVYV#6ajcdhZhXdZcigVWV_VgZcVbW^ZciZh VXVY‚b^XdhZcYdcYZhZXdcXZcigVcZcZchZŠVgZ^ckZhi^Vg#Digdheh^X‹addhiZgVeZjiVhhdcXdcigViV YdhedgZadW^ZgcdjdgVc^oVX^dcZheg^kVYVheVgV]VXZg^ckZhi^VX^‹c 8dchZ_Zg†V eh^Xda‹^XV AdhgZfjZg^b^ZcidhVXVY‚b^XdhnYZXVeVX^iVX^‹chdch^b^aVgZh!eZgdZa‚c[Vh^hY^ÒZgZ#B^ZcigVh adheh^X‹addhiZgVeZjiVhZceh^Xdad†VXa†c^XVhdcXVeVX^iVYdheVgVigVWV_VgZheZX†ÒXVbZciZXdc jcVedWaVX^‹cYZeVX^ZciZhV[ZXiVYdh!adheh^X‹addhXa†c^XdhZcZcZgVahZ^ciZgZhVcYZbVcZgV ^cbZY^ViVZcZaZhijY^dYZadhegdWaZbVhZcaVk^YVYZeZghdcVhgZaVi^kVbZciZcdgbVaZh#6YZb{h! hZZcXjZcigVcXdcbVndg[VX^a^YVYZcVbW^ZciZhZYjXVi^kdhfjZZc]dhe^iVaZhnXa†c^XVh IZgVe^VYZ eVgZ_Vn [Vb^a^Vg JcVZheZX^Va^YVYZciZgVe^VYZeVgZ_Vn[Vb^a^Vg]VZbZg^YdgZX^ZciZbZciZ!Xdchjhegde^VhdgVc^oVX^dcZh egd[Zh^dcVaZh!VXZiVhngZfjZg^b^ZcidheVgVZadidgVb^ZcidYZa^XZcX^VhZhiViVaZh#AdhiZgVeZjiVhYZ eVgZ_Vn[Vb^a^VgZhi^ZcZckVg^dhVciZXZYZciZhegd[Zh^dcVaZh!eZgdhjZcigZcVb^ZcidjhjVabZciZ^cXajnZjc gVYdYZbVZhig†VZcXdchZ_Zg†VnbjX]Vh]dgVhYZZmeZg^ZcX^VXa†c^XVhjeZgk^hVYV IZgVe^VZc hVajYbZciVa 8dbdZcZhiZZhXg^id!adhiZgVeZjiVhZchVajYbZciVaZhi{cgZXdcdX^Ydhni^ZcZca^XZcX^VeVgVaV eh^Xdad†VXa†c^XV$iZgVe^VZc).ZhiVYdh:hiVYdhJc^Ydh#IgVWV_VcZcjcVkVg^ZYVYYZVbW^ZciZh! gZX^WZcXVeVX^iVX^‹c^ciZch^kVZcYZhVggdaadeZghdcVa!ZbdX^dcVa!kdXVX^dcVan]jbVcd!ni^ZcZchj egde^VVhdX^VX^‹cegd[Zh^dcVa#AdhiZgVeZjiVhZchVajYbZciVaYZWZcXjbea^gXdcbjX]Vh]dgVhYZ ZmeZg^ZcX^VXa†c^XVhjeZgk^hVYVnedhZZgjcgVYdYZbVZhig†VZcXdchZ_Zg†V Eh^fj^Vig†V Adheh^fj^VigVhi^ZcZci†ijadhYZb‚Y^Xdh#HjZYjXVX^‹c^cXajnZadhXjVigdVŠdhZcaVZhXjZaVYZ bZY^X^cVgZfjZg^YdheVgVdWiZcZgZhZi†ijad!VYZb{hYZigZhdXjVigdVŠdhVY^X^dcVaZhYZZcigZcVb^Zcid eh^fj^{ig^Xd#9ZidYdhadhZheZX^Va^hiVh^ckdajXgVYdhZcZaXj^YVYdYZaVhVajYbZciVa!h‹adadheh^fj^VigVh egZhXg^WZc[{gbVXdheVgVZaigViVb^ZcidYZadhigVhidgcdhbZciVaZh Eh^XdVc{a^h^h :aeh^XdVc{a^h^hhZ]VVhdX^VYdXdcaVbZY^X^cVnaVeh^fj^Vig†VedgfjZhj[jcYVYdg!H^bjcY;gZjY!n hjheg^cX^eVaZhY^hX†ejadhZgVceh^fj^VigVh#EZgd;gZjYZgVWVhiVciZiZhiVgjYdVaYZXaVgVgfjZjcdcd cZXZh^iVWVgZX^W^gZcigZcVb^Zcidb‚Y^XdeVgVhZgjcWjZceh^XdVcVa^hiV#H^cZbWVgd!aVbVndg†VYZ adheh^XdVcVa^hiVhi^ZcZjci†ijadYZb‚Y^XddjcgVYdYZYdXidg#6Y^X^dcVabZciZ!adheh^XdVcVa^hiVh gZX^WZcjcZcigZcVb^Zcid^ciZch^kdZcaViZdg†VnaVeg{Xi^XVeh^XdVcVa†i^XVZcVac^chi^ijid ZheZX^Va^oVYdZcZaXVbed!fjZ^cXajnZZaVc{a^h^hYZaegde^d^cY^k^YjdedgjcVcVa^hiVXdcZmeZg^ZcX^V IgVWV_dhdX^Va eh^fj^{ig^Xd Fj^ZcZhaaZkVcVXVWdigVWV_dhdX^Vaeh^fj^{ig^Xd!gZX^WZcXVeVX^iVX^‹cZcaVZhXjZaVYZigVWV_dhdX^Va! jhjVabZciZZcjcegdgVbVYZYdhVŠdhfjZaZhXdcXZYZjcgVYdYZbVZhigdh#:cZhiZegdgVbV hZ^cXajnZjcVŠdYZ^ciZgcVYdZcjcVVZcX^VYZhZgk^X^dhdX^Va!VkZXZhjcXZcigdYZhVajYbZciVa# 6ajcdhigVWV_VYdgZhhdX^VaZhXdci^cVceVgVdWiZcZgZai†ijadYZYdXidgZcigVWV_dhdX^Va9#H#L##Edg igVY^X^‹c!adhigVWV_VYdgZhhdX^VaZheh^fj^{ig^XdhaVWdgVcZchZgk^X^dhYZXdchZ_Zg†V[Vb^a^VgdVZcX^Vh Xdbjc^iVg^VhYdcYZhZZheZX^Va^oVcZcZaeg^bZgXdciVXidZkVajVX^‹cnZmeadgVX^‹cYZeVX^ZciZh! gZXde^aVc]^hidg^VaZheh^fj^{ig^XdhnigViVcXdcdigVhVZcX^Vh Eh^Xdad†V ZhXdaVg AVeh^Xdad†VZhXdaVgZhZaXVbedfjZhZ^ciZgZhVZcadhegdXZhdhYZYZhVggdaadXdc^i^kdn ZbdX^dcVaYZadhZhijY^VciZhZcadhVbW^ZciZhVXVY‚b^Xdh#6YZb{h!hZZc[dXVZcadhegdXZhdh YZVegZcY^oV_Z!gZXjZgYdneZchVb^ZcidnZcZaYZhVggdaad]jbVcdXdbdhZVea^XVZcadhegdXZhdh ZYjXVi^kdh#Jceh^X‹addZhXdaVgejZYZiZcZgjcgVYdYZbVZhigddYdXidg#ZcZgVabZciZhZ aZhZbeaZVZcY^hig^idhZhXdaVgZheVgVVnjYVgXdcZkVajVX^dcZhnegjZWVh!nXdcZaigViVb^Zcid YZY^ÒXjaiVYZhZcZaVegZcY^oV_Z
  • 31. Aquellas personas que ven la condición de Cho como causada por un desequilibrio químico pueden contar con medios biológicos primarios de intervención y prescripción de medicamentos, como fármacos antipsicóticos. Como veremos en breve, el tratamiento de la conducta anormal en general se deriva de su explicación. Así como hay varias formas de explicar las conductas anormales, hay diversas propuestas para dirigir la terapia y un número igual de ayudantes profesiona- les que ofrecen sus servicios. Junto con la demanda de tratamiento de salud mental, el número y los tipos de ayudantes profesionales calificados han crecido. En el pasado, los servicios de salud mental eran controlados principalmente por psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales psiquiátricos. La lista de proveedores aceptables (licenciados) en diferentes campos se ha expandido con rapidez. La tabla 1.1 enlista los requerimientos, la capacitación y los ambientes laborales de varios profesionales de la salud mental. Como se dará cuenta, los estudiantes que deseen practicar pueden elegir entre una varie- dad de carreras profesionales. Hasta ahora, implícita en nuestra discusión se encuentra la principal preocupación de la psicología anormal: la conducta misma. Pero, ¿qué es exactamente la conducta anormal y cómo definen los psicólogos un trastorno mental? El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) (DSM- *753NFSJDBO1TZDIJBUSJDTTPDJBUJPO B FMTJTUFNBEFDMBTJàDBDJÓOEFUSBTUPSOPT mentales que se usa de manera más amplia, define la conducta anormal como un síndrome o patrón conductual o psicológico clínicamente significativo que ocurre en un individuo y está asociado con una angustia presente (p. e., un síntoma doloroso) o incapacidad (p. e., deterioro en una o más áreas importantes del funcionamiento) o con un riesgo significativamente elevado de sufrir muerte, dolor, incapacidad o una pérdida JNQPSUBOUFEFMBMJCFSUBE NFSJDBO1TZDIJBUSJDTTPDJBUJPO B QYYYJ La definición es bastante amplia y suscita muchas preguntas. Primero, ¿cuándo un sín- drome o grupo de conductas es suficientemente significativo para tener un trasfondo? A partir de las descripciones tempranas de Cho en la escuela primaria, sus patrones con- ductuales se notaron pero no se consideraron significativos (es decir, no se asociaron con una patología). Era un buen estudiante en matemáticas e inglés, callado en clases, pero sus compañeros no le temían ni les causaba disgusto. Algunos maestros incluso podían verlo como un ejemplo de complacencia y conducta escolar apropiada. Fue mucho des- pués que las conductas retraídas de Cho se acentuaron. Segundo, ¿qué significa “angustia presente” y “síntomas dolorosos”? Tenemos acceso limitado a los registros psiquiátricos, pero hay una ligera evidencia de que Cho estaba ansioso o deprimido. Algunas personas dicen que el hecho de que se quitara la vida indica que estaba deprimido. Sin embargo, como veremos en un capítulo próximo, la relación entre suicidio y depresión es muy contradictoria. Ciertamente, podemos especular que su enojo intenso pudo ser angustiante para él. Sin embargo, ¿es posible tener un trastorno mental sin presentar una incomodidad subjetiva (tristeza, angustia, ansiedad, entre otros)? Por ejemplo, las personas que cometen actos antisociales como la violación, el asesinato o el robo quizá no sientan arrepentimiento; más bien, tal vez estén satisfechos con tales actos. Tercero, ¿qué criterio usamos al determinar el“riesgo incrementado de sufrir muerte, dolor, incapacidad” y la pérdida de la libertad? De nuevo, es obvio para nosotros que Cho reunía estos criterios firmemente porque se mató a sí mismo. Pero su acción fue extrema, muy lejos de los estándares normativos. ¿Cómo podría este último criterio aplicarse a alguien con, por ejemplo, una fobia? En verdad uno podría elaborar un caso fuerte de la “pérdida de libertad” aplicada; una persona con una fobia a cruzar puentes podría estar seriamente restringida para viajar. Sin embargo, si la persona tiene sólo una fobia poco severa a las serpientes y rara vez se expone a los ambientes en los que éstas se encuentren, podría haber restricciones mínimas en sus vidas. A pesar de los problemas para definir conducta anormal, los practicantes tienden a estar de acuerdo con que representa una conducta que surge de alguna norma y que daña al individuo afectado o a otros. Casi todas las definiciones de conducta anormal usan alguna forma de promedio estadístico para medir desviaciones de estándares normativos. Cuatro Determinación de la anormalidad XdcYjXiVVcdgbVa una conducta clínicamente significativa o el síndrome o patrón psicológico de un individuo que se asocia con angustia presente (p. e., un síntoma doloroso), incapacidad (p. e., deterioro en una o más áreas importantes del funcionamiento) o con un riesgo muy elevado de sufrir muerte, dolor, discapacidad o una pérdida importante de la libertad. 9ZiZgb^cVX^‹cYZaVVcdgbVa^YVY 7
  • 32. 8 86EÞIJAD™8DC9J8I66CDGB6A formas principales de juzgar la psicopatología incluyen: angustia, desviación (rareza), disfun- ción (ineficiencia en los dominios conductual, afectivo y cognitivo) y peligrosidad. Angustia Muchas personas que buscan la ayuda de terapeutas sufren angustia física o psicológica. Diversas reacciones físicas se derivan de fuertes componentes psicológicos; entre ellos están los trastornos como el asma, la hipertensión y las úlceras, así como síntomas físi- cos entre los que se encuentran la fatiga, la náusea, el dolor y las palpitaciones cardiacas. La angustia también puede manifestarse en reacciones emocionales extremas o prolongadas, de las que la ansiedad y la depresión son las más prevalentes y comunes. Por supuesto, es nor- mal que una persona se sienta deprimida después de haber sufrido una pérdida o decepción. Pero si la reacción es tan intensa, exagerada y prolongada que interfiere con la capacidad del individuo para funcionar en forma adecuada, debería considerarse anormal. Desviación La desviación está relacionada de manera más estrecha con el uso de un promedio esta- dístico. El criterio estadístico iguala la normalidad con aquellas conductas que ocurren con mayor frecuencia en la población. La anormalidad, por lo tanto, se define en términos de aquellas conductas que ocurren con menor frecuencia. La conducta extraña o inusual es una desviación anormal de un estándar aceptado de conducta (como un acto antisocial) o una falsa percepción de la realidad (una alucinación o delirio). Este criterio puede ser subjetivo en extremo; depende del individuo que se somete al diagnóstico, de la persona que lo realiza y del contexto cultural particular. Ciertas conductas sexuales, la delincuencia y el homicidio, son ejemplos de actos que nuestra sociedad considera anormales. Pero las normas sociales están lejos de la estabilidad y los estándares conductuales no pueden considerarse absolutos. Los cam- bios en nuestras actitudes hacia la sexualidad humana brindan un ejemplo de primera calidad. Hoy en día muchas revistas y películas estadounidenses exhiben abiertamente el cuerpo humano desnudo; los programas de entretenimiento nocturno que muestran gente exhibiendo la parte superior o inferior del cuerpo sin ropa son de amplio interés periodístico. Varias escenas sexuales se difunden de manera explícita en películas con clasificación adecuada para mayores de 17 años, y las mujeres tienen mayor libertad de cuestionar los roles sexuales tradicionales y de actuar con mayor asertividad al iniciar el acto sexual. Dichos cambios en la conducta hacen difícil apegarse a estándares abso- lutos de normalidad. Sin embargo, algunas conductas en general pueden juzgarse anormales en la mayoría de las situaciones. Entre éstas están la desorientación severa, las alucinaciones y los deli- rios. La desorientación es una confusión relacionada con la identidad, el lugar o el tiempo. Las personas que están desorientadas no saben quiénes son, dónde están o en que época histórica viven. Las alucina- ciones son falsas impresiones, agradables o desagradables, que afectan a los sentidos. Las personas que tienen alucinaciones pueden escuchar, sentir o ver cosas que no están ahí realmente, como voces que los acusan de acciones viles, insectos caminando por sus cuerpos o apari- ciones monstruosas. Los delirios son creencias falsas que el individuo sostiene con empeño a pesar de la evidencia objetiva contradictoria. Un delirio de grandeza es la creencia de que uno es un personaje glo- rioso como Jesucristo o Juana de Arco; un delirio de persecución es una creencia de que uno es controlado por otros o es víctima de una conspiración. Disfunción En la vida diaria, se espera que las personas cumplan varios roles, como estudiantes o maestros; como trabajadores y cuidadores; como padres, amantes y cónyuges. Los problemas emocionales a veces inter- fieren con el desempeño de esos roles, y la disfunción de rol resultante puede usarse como un indicador de anormalidad. Por lo tanto, una forma de evaluar la disfunción es comparar el desempeño del indivi- duo con los requerimientos del rol. D urante la época victoriana, las mujeres usaban de seis a ocho capas para cubrir sus cuerpos del cuello hacia abajo. Mostrar un tobillo era equivalente a andar sin la parte superior del traje de baño en la playa hoy en día. Los tabús en contra del reconocimiento público de la sexualidad dictaban que las palabras evitaran cualquier connotación sexual. Los victorianos decían “extremidad” en vez de “pierna” porque la palabra “pierna” se consideraba erótica. Incluso se decía que los pianos y las mesas tenían extremidades. Las personas que no se adherían a estos códigos de conducta se percibían como inmorales. ´HVW†VhfjZ½4 CDGB6HHD86A:HN9:HK68âC Las normas sociales usualmente afectan nuestras definiciones de normalidad y anormalidad. Cuando las normas sociales empiezan a cambiar, los estándares que se utilizan para juzgar conductas o roles también cambian. Aquí vemos cuatro enfermeros en una ocupación predominantemente femenina. En el pasado, ser enfermero pudo haber generado estereotipos acerca de su masculinidad. Los cambios de roles en el trabajo, los pasatiempos, los deportes y otras actividades se están volviendo más aceptables con el tiempo.
  • 33. Otra forma relacionada de evaluar una disfunción es comparar el desempeño de un JOEJWJEVPDPOTVQPUFODJBM1PSFKFNQMP VOBQFSTPOBDPOVO$*EFRVFSFQSVFCBFOMB escuela puede clasificarse como ineficiente (la etiqueta de bajo rendimiento generalmente se coloca en estudiantes que poseen una gran inteligencia pero obtienen bajas calificacio- nes en la escuela). De forma similar, un trabajador productivo que de repente se vuelve improductivo puede estar experimentando estrés emocional. La mayor debilidad de este enfoque es que es difícil evaluar de forma precisa el potencial. ¿Cómo sabemos si una persona se desempeña a su nivel máximo? Para responder estas preguntas, psicólogos, educadores y el sector de negocios se han apoyado firmemente en la aplicación de prue- bas. Las pruebas de capacidades específicas e inteligencia son intentos para evaluar el potencial y predecir el desempeño en escuelas o trabajos. Peligrosidad Predecir la peligrosidad de los pacientes hacia sí mismos y hacia otros se ha convertido en VOBQBSUFJOFWJUBCMFEFMBQSÃDUJDBDMÎOJDB )BHHBSE(SBOO %FTEFRVFMB4VQSFNB Corte de California decretó en 1976 (Tarasoff vs. Regents of the University of Califor- nia, 1976) que los terapeutas tienen la responsabilidad de evaluar la peligrosidad de los pacientes (para sí mismos y para otros) y de proteger a la víctima en cuestión, los psicó- logos han tratado de diseñar procedimientos para evaluar el riesgo y establecer cuáles acciones debe efectuar un terapeuta para cumplir con el “deber de proteger”. Cierta- mente, el caso de Cho representa un ejemplo gráfico de la necesidad de los profesionales de la salud mental por evaluar con precisión el riesgo de violencia. Sin embargo, como veremos en un capítulo posterior, ésta es una tarea difícil. A pesar del miedo a la violen- cia en una persona que sufre un trastorno mental, es una rareza estadística (Corrigan y 8BUTPO EFNÃT QSFEFDJSMBQFMJHSPTJEBEOPFTGÃDJMZOPIBZVODSJUFSJPCJFO definido correlacionado con la misma. Uno de los factores de riesgo más grande, por ejemplo, es la conducta violenta previa (como los intentos de suicidio y las agresiones físicas). Sin embargo, como sabemos, Cho no evidenció alguna de éstas en su historia. Casi todos los criterios que se usan para definir la anormalidad utilizan una desviación estadística de algún estándar normativo. Sin embargo, hacer esto presenta muchos pro- blemas. Un problema que se ha mencionado antes, es que el criterio estadístico es estático y falla al tomar en cuenta las diferencias entre lugares, tiempo y estándares comunitarios. Otro es que el criterio estadístico no provee ninguna base para distinguir entre las des- WJBDJPOFTEFTFBCMFTZMBTJOEFTFBCMFTEFVOBOPSNB6O$*EFTFDPOTJEFSBOPSNBMP promedio. Pero, ¿qué constituye una desviación anormal de este promedio? Más impor- tante aún, ¿la anormalidad se define sólo en una dirección o en ambas? La mayoría de las personas considera anormal un CI de 55 pero, ¿deberían considerarse anormales las personas con CI de 145 o mayor? ¿Cómo evaluamos los rasgos de personalidad como asertividad y dependencia en términos de criterios estadísticos? Asimismo, surgen otros dos problemas centrales. Primero, las personas que se mueven en nuevas direcciones, en los aspectos artístico, político o intelectual, pueden ser consi- deradas candidatas para psicoterapia sólo porque no se ajustan a la conducta normativa. Segundo, los criterios estadísticos pueden “definir” como normales las características muy distribuidas pero indeseables, como la ansiedad. Muchas pruebas psicológicas y diversos diagnósticos y clasificaciones de trastornos de la conducta se basan en parte en criterios estadísticos. Quizá una de las críticas más intensas de las definiciones de anormalidad viene de la perspectiva multicultural. Si las desviaciones de la mayoría se consideran anormales, entonces muchas minorías étnicas y raciales que muestran fuertes diferencias subcul- turales respecto de la mayoría deberían considerarse anormales. Cuando utilizamos una definición estadística, el grupo dominante o más influyente en general determina lo que constituye la normalidad y la anormalidad. Los multiculturalistas sostienen que todas las conductas, normales o anormales, se originan desde un contexto cultural. Los psicólogos cada vez reconocen más que ésta es una conclusión inevitable y que la cul- tura desempeña una función principal en nuestro entendimiento de la conducta humana. Limitaciones contextuales y culturales en la definición de la conducta anormal A^b^iVX^dcZhXdciZmijVaZhnXjaijgVaZhZcaVYZÒc^X^‹cYZaVXdcYjXiVVcdgbVa 9
  • 34. 10 86EÞIJAD™8DC9J8I66CDGB6A Pero, ¿qué es cultura? Hay muchas definiciones de “cultura”. Para nuestros propósitos, cultura es “la conducta aprendida y compartida que se transmite de una generación a otra para propósitos de crecimiento, ajuste y adaptación individual y social: la cultura se representa en el aspecto externo como artefactos, roles e instituciones, y en el interno como valores, creencias, actitudes, epistemología, consciencia y funcionamiento bioló- gico” (Marsella, 1988, pp. 8-9). Deben enfatizarse tres puntos importantes: Cultura no es sinónimo de 1. raza o grupo étnico. Judíos, polacos, irlandeses e italia- nos-americanos representan diversos grupos étnicos cuyos miembros individuales pueden compartir una clasificación racial común. Sin embargo, sus contextos cultu- rales pueden diferir sustancialmente unos de otros. De igual forma, un irlandés-ame- ricano y un italiano-americano, a pesar de sus diferentes herencias étnicas, pueden compartir el mismo contexto cultural. Cada sociedad o grupo que comparte y transmite conductas a sus miembros, posee una cultura. Los europeos-americanos, afroamericanos, latinos/hispanoamericanos, asiáticos-americanos/gente de las islas del Pacífico, indígenas americanos y otros grupos sociales en Estados Unidos, tienen una cultura. Se puede presentar un ar- gumento sólido acerca de que las personas con discapacidades auditivas o sordas también poseen una cultura (Olkin, 1999) y que “cantar” representa un lenguaje. -BDVMUVSBFTVOEFUFSNJOBOUFQPEFSPTPEFMBDPTNPWJTJÓO 4VFZ4VF B GFDUBMB manera en que definimos las conductas normales y anormales, y cómo tratamos los trastornos que se encuentran en los miembros de una cultura. Incluso los grupos raciales o étnicos que poseen muchas similitudes pueden tener constelaciones cultu- rales muy diferentes. Estos tres puntos generan un problema mayor: la definición de enfermedad mental de un grupo quizá no sea compartida por otro. Esto contradice el punto de vista tradi- cional de la psicología anormal, que se basa en la universalidad cultural, la suposición de que existe un conjunto determinado de trastornos mentales, cuyas manifestaciones PCWJBTUSBTDJFOEFOMBTDVMUVSBT ,JNZ#FSSZ .D(PMESJDL (JPSEBOPZ(BSDJB 1SFUP TUBUSBEJDJÓOQTJRVJÃUSJDBTFSFNPOUBBNJM,SBFQFMJO RVFTFNFODJPOB más adelante en este capítulo), quien creía que la depresión, la conducta sociopática y, especialmente, la esquizofrenia, eran trastornos universales que aparecían en todas las cultu- ras y sociedades. Investigaciones previas apoyaron la idea de que estos trastornos ocurrían a nivel mundial, tenían procesos similares y eran más parecidos que diferentes (Howard, %FBRVÎTJHVJÓMBDSFFODJBEFRVFVOUSBTUPSOPDPNPMBEFQSFTJÓOFTTJNJMBS FO origen, proceso y manifestación, en todas las sociedades como Asia, África y América Latina. Como resultado, no se necesitan hacer modificaciones al diagnóstico y el trata- miento; los conceptos occidentales de normalidad y anormalidad pueden considerarse universales y aplicables de igual forma a través de las culturas. En contraste con el tradicional punto de vista de universalidad cultural ha estado el relativismo cultural, creencia de que los estilos de vida, los valores culturales y las perspectivas del mundo afectan la expresión y la determinación de la conducta desviada. Este concepto surgió de la tradición antropológica y enfatizaba la importancia de la cultura 9:I:GBC6GFJw:H 6CDGB6A969 Para los estándares de la mayoría de las personas, los tatuajes de cuerpo completo de estos tres hombres probablemente se considerarían inusuales en el mejor de los casos y, en el peor, extraños. Sin embargo, a pesar de la apariencia de sus cuerpos, ellos los muestran de manera abierta y con orgullo en la Convención Nacional de Tatuajes. Tales individuos pueden ser muy “normales” y funcionales en su trabajo y vidas personales. Esto conduce a una pregunta importante: ¿Qué constituye la conducta anormal y cómo la reconocemos? jc^kZghVa^YVYXjaijgVa suposición de que existe un conjunto determinado de trastornos mentales, cuyas manifestaciones obvias trascienden las culturas. gZaVi^k^hbdXjaijgVa creencia de que los estilos de vida, los valores culturales y las perspectivas del mundo afectan la expresión y la determinación de la conducta desviada.
  • 35. y la diversidad en la manifestación de síntomas anormales. Por ejemplo, un cuerpo de investigación apoya la conclusión de que las conductas de acting-out (actos agresivos, conductas antisociales, entre otras) asociadas con trastornos mentales son mucho más elevadas en Estados Unidos que en Asia y que incluso es menos probable que los asiáti- cos-americanos en ese país expresen síntomas a través del acting-out (Federación Asiática NFSJDBOBEF/VFWB:PSL 4VFZ4VF B:BOHZ8PO1BU#PSKB -PT investigadores han propuesto que los valores de la cultura asiática (contención de los sentimientos, énfasis en el autocontrol y la necesidad de sutileza al abordar los pro- blemas) todos contribuyen a esta restricción. Los partidarios del relativismo cultural también destacan que las culturas varían en lo que consideran conducta normal y anor- mal. En algunas sociedades y grupos culturales, alucinar (tener impresiones sensoriales falsas) se considera normal en situaciones específicas. Sin embargo, en Estados Unidos, alucinar generalmente se percibe como la manifestación de un trastorno. ¿Qué perspectiva es la correcta? ¿Debería el criterio que se usa para determinar la nor- malidad y la anormalidad basarse en la universalidad cultural o el relativismo cultural? Pocos profesionales de la salud mental optan por uno de los extremos de cualesquiera de las dos posiciones, aunque la mayoría se inclina hacia una u otra. Los partidarios de la universalidad cultural se concentran en el trastorno y minimizan los factores culturales, y los defensores del relativismo cultural se concentran en la cultura y en cómo el trastorno se manifiesta en ella. Ambos puntos de vista tienen validez. Es ingenuo creer que ningún trastorno trasciende diferentes culturas y comparte características universales. Por ejemplo, a pesar de que alucinar sea normal en algunas culturas, los partidarios de la universalidad cultural argumentan que aún representa una falla en los procesos biológicos-cognitivos. Asimismo, es igualmente ingenuo creer que los trastornos mentales y sus manifestacio- nes no resultan afectados por los valores culturales y el estilo de vida característicos de VOBTPDJFEBE 1 B 6OUFSDFSQVOUPQBSBDPOTJEFSBSFTRVFBMHVOPTUSBTUPSOPT comunes, como la depresión, se manifiestan de manera similar en culturas diferentes. Una forma más fructífera de abordar el estudio del criterio multicultural de anorma- lidad es explorar dos preguntas: r y2VÊFTVOJWFSTBMFOMBDPOEVDUBIVNBOBRVFUBNCJÊOFTSFMFWBOUFQBSBFMFOUFOEJ- miento de la psicopatología? r y$VÃMFTMBSFMBDJÓOFOUSFOPSNBTDVMUVSBMFT MPTWBMPSFTZBDUJUVEFT ZMBJODJEFODJBZ manifestación de los trastornos conductuales? Estas son preguntas importantes que esperamos que usted se plantee mientras segui- NPTDPOOVFTUSPWJBKFBUSBWÊTEFMDBNQPEFMBQTJDPMPHÎBBOPSNBMOFMDBQÎUVMP tratamos de ocuparnos de estas preguntas al presentar un modelo de vías múltiples que toma en consideración las dimensiones biológicas, psicológicas, sociales y socioculturales en el entendimiento de la complejidad de la condición humana. G:A6IKHBD8JAIJG6A Las diferencias culturales muchas veces conducen a malentendidos e interpretaciones equivocadas. En una sociedad que valora las conveniencias tecnológicas y la ropa que viene de las pasarelas de moda, los estilos de vida y los valores culturales de otros pueden considerarse extrañas. Los amish, por ejemplo, siguen utilizando en medios de transporte tradicionales (caballo y carreta). Y las mujeres en las culturas amish e islámica usan ropa sencilla y que las cubre; en sus circunstancias, vestirse de otra forma sería considerado una desviación. Los trajes de baño y la ropa muy reveladora no están permitidos para tomar el Sol o nadar. A^b^iVX^dcZhXdciZmijVaZhnXjaijgVaZhZcaVYZÒc^X^‹cYZaVXdcYjXiVVcdgbVa 11