4. Es un conjunto de trastornos crónicos de diferentes
tipos consecuencia de una lesión o un mal desarrollo de
las áreas motoras cerebrales, no es debida a problemas en
los músculos o nervios.
La lesión sucede una única vez y no progresa, aparece antes
de los 3 años de vida y sus consecuencias son crónicas, para
toda la vida.
Las causas son múltiples, siendo más frecuente que se
sucedan durante el embarazo –causas prenatales– y en el
período neonatal. Las más infrecuentes son las que suceden
por complicaciones del parto.
5. Altera el tono muscular, en la mayoría de casos
aumentándolo (PCI espástica), la postura y el
movimiento.
Puede además acompañarse de otros
síntomas: discapacidad intelectual, déficit
sensoriales, epilepsia, etc.
6. El diagnóstico se hace mediante la historia clínica y
la exploración neurológica y del neurodesarrollo.
se confirma mediante la realización de
una resonancia magnética craneal. Es conveniente
realizar además una valoración neuropsicológica,
de la visión y la audición y
un electroencefalograma, sobre todo si hay
síntomas asociados.
7.
8. No existe ningún tratamiento que regenere las áreas
cerebrales lesionadas, así que el tratamiento se
dirige a mejorar la movilidad y la postura.
9. Si se deja a su evolución natural el pronóstico es
malo. La espasticidad acorta los músculos y los
tendones impidiendo el crecimiento adecuado de
los huesos (ya que son fuerzas que actúan en
sentido opuesto). Aparecen deformidades óseas,
luxaciones y contracturas articulares, que obligan
al paciente a compensar estas alteraciones con
posturas y movimientos anómalos.
10. La atención temprana es fundamental para ayudar al
neurodesarrollo de los niños con PCI y cualquier
tratamiento específico de la PCI debe tener muy
presentes estos objetivos:
11. 1) Reducir los efectos de la PCI sobre el neurodesarrollo
global
2) Dirigir los esfuerzos a mejorar el curso del neurodesarrollo
3) Usar las terapias y herramientas adecuadas para
compensar los déficits y eliminar barreras
4) Evitar o reducir la aparición de complicaciones
secundarias o asociadas a la PCI
5 ) Atender y cubrir las necesidades de la familia y el entorno
del niño
6) Implicar al niño en la intervención
12. El paso fundamental es conocer las bases del
tratamiento que debe ser siempre individualizado y dirigido
a mejorar los síntomas.
En el caso de la PCI espástica, la más frecuente, el principal
objetivo es reducir el exceso de tono muscular y para ello se
emplean tratamientos complementarios entre sí y que en
caso necesario se instaurarán progresivamente.
13. Fisioterapia
Es el tratamiento principal de la espasticidad. Al tratamiento
de fisioterapia se añaden los demás cuando es necesario.
Objetivo: alcanzar la máxima independencia física y de
movilidad.
14. Medios: Ejercicios de estiramiento, potenciación de
músculos debilitados, adquisición y corrección de
posturas. Existen diferentes métodos con distinta evidencia
sobre su eficacia, hablaremos de ello en la próxima entrada.
Aprender el uso de apoyos para la marcha (caminadores,
muletas y sillas de ruedas) en aquellos niños que los
necesiten.
15. Ortesis
Complementan la fisioterapia.
Objetivo: facilitar el estiramiento muscular y la
estabilidad; conseguir una correcta alineación
articular.
Medios: Ortesis a medida específicas para cada
miembro y postura, realizadas en diferentes
materiales.
16. Fármacos
Complementan la fisioterapia y facilitan el uso de ortesis.
Objetivo: facilitar la relajación de los músculos espásticos, con exceso de
tono a pesar de una correcta fisioterapia y del uso adecuado de ortesis.
Medios. Vía oral, actúan en el SNC con el inconveniente de no ser
selectivos, también relajan la musculatura que no está afectada –
baclofeno, diazepam, tizanidina–. Vía intramuscular –toxina botulínica
tipo A–, actúa localmente, administrada por infiltración intramuscular
sólo en los músculos escogidos. Vía intratecal –baclofeno– en casos
escogidos y más adecuado en la PCI distónica.
17. Cirugía
Es el último recurso. Se indica cuando tras recibir todos los
tratamientos anteriores, la evolución del paciente continúa y hay
riesgo de complicaciones ortopédicas.
Objetivo: corregir las retracciones y contracturas articulares
antes de que aparezcan deformidades.
Según las características y gravedad del paciente se aconsejará
el tipo de cirugía.
18. Cirugía
Ortopédica, sobre fascias musculares, tendones y huesos para
contrarrestar los efectos de la espasticidad sobre la columna, las
caderas y las extremidades.
Neurocirugía, en casos muy graves y resistentes a cualquier otro
tratamiento, sección nerviosa para disminuir el tono muscular.