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La administración en la sociedad moderna perspectivas futuras de la administración
1. CENTRO DE INVESTIGACIÓN PARA LA ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA
MAESTRÍA EN ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA
PRI ER SEM
M ESTRE
MATERIA: ADMINISTRACIÓN GENERAL
FACILITADOR: DR. JAIME RAMOS LEYVA
ALUMNO: OSCAR MARFIL CARRIZALES
TAREA V
ARTÍCULO
LA ADMINISTRACIÓN EN LA SOCIEDAD MODERNA:
PERSPECTIVAS FUTURAS DE LA ADMINISTRACIÓN
14 DE OCTUBRE 2012
2. LA ADMINISTRACIÓN EN LA SOCIEDAD MODERNA:
PERSPECTIVAS FUTURAS DE LA ADMINISTRACIÓN
En la actualidad, la vida gira alrededor de las organizaciones. En muchos ámbitos
vemos que es necesario crear equipos de trabajo para lograr un objetivo, de otro modo
sería muy difícil o simplemente imposible alcanzarlo. Dependiendo de cada persona y de
sus necesidades, busca asociarse con otra persona o con grupos que tengan un objetivo
igual o similar al de ella para alcanzarlo.
Simplemente, proveernos con servicios y productos de nuestra vida diaria implica que
existan empresas trabajando organizadamente para generar esos bienes que satisfacen
nuestras necesidades. Celulares, ropa, comida, electricidad, gas, televisión por cable,
educación, seguridad son bienes y servicios que compramos a una compañía para vivir
día a día.
Cada persona determina qué bienes y servicios necesita para vivir, un citadino tiene
necesidades diferentes que un habitante de zona rural, sin embargo, cada uno lleva su
vida como mejor le acomoda, obteniendo los recursos necesarios para satisfacer sus
necesidades y administrándolos para mantenerse su propio concepto de vivir.
Cada empresa involucra el trabajo de varias personas, recursos materiales y procesos.
Cuando una organización cuenta con todos estos factores necesita una administración
para que funcionen todos en conjunto, de otro modo, aunque sobren en cantidad y
calidad estos factores, el objetivo al que se pretende llegar será inalcanzable. Se debe
dirigir a las personas en el mismo sentido que la organización y el resto de las personas
con las que colabora, así como utilizar eficientemente los recursos materiales y llevar a
cabo los diferentes procesos de una organización para que esta se dirija hacia el éxito.
Al ver este contexto, las organizaciones han encontrado en la Administración un
conjunto de modelos y estrategias para la solución de sus problemas.
El rol de la Administración “es la conducción racional de las actividades de una
organización, con o sin ánimo de lucro. Ella implica la planeación, la organización
(estructura), la dirección y el control de todas las actividades diferenciadas que la división
del trabajo presente en una organización”.
La Administración no es un fin en sí misma, pero sí un medio para lograr que las cosas
se realicen de la mejor manera posible, al menor costo y con la mayor eficiencia y
eficacia,
3. En un cambio de época, de complejidades, cambios e incertidumbres como la que
atravesamos, la Administración se ha convertido en una de las más importantes
actividades del quehacer humano.
El éxito en el cumplimiento de los objetivos que se plantean las empresas u
organizaciones depende, en gran medida, de la capacidad de quienes las administran.
Es fundamental para cualquier tipo de organización contar con una administración que
tenga clara la misión y visión, que sepa planificar a futuro, tomando en consideración la
situación actual de la organización.
Dichos administradores deberán ser capaces de anticipar el cambio, de actuar a fin de
mantener la organización sin daño, ver los defectos como oportunidades de cambio y de
mejora, buscar siempre el bien común; en cierto sentido, ser los capitanes y pensar y
actuar a favor de toda la embarcación. Si los administradores no llevan a cabo una buena
gestión, el empleo de los recursos con que cuentan las organizaciones, considerados
estos como capital, mano de obra e información, no dará los frutos esperados. A esto
deben sumarse los retos que plantean la competencia global y el uso responsable de las
tecnologías de información y comunicación.
Es por ello que los administradores deben hacer uso de todos los instrumentos que
estén a su alcance para conducir a las organizaciones hacia el logro de sus objetivos.
Dentro de dichos instrumentos están los principios administrativos que han sido
desarrollados por distintos autores y esencialmente se resumen en planear, organizar,
dirigir y controlar.
Planear, organizar, dirigir y controlar son las cuatro funciones primordiales del
administrador que, juntas y vistas de manera cíclica, constituyen el proceso o ciclo
administrativo.
Consiste en especificar los objetivos que se deben seguir y decidir de manera
Planear
anticipada qué acciones se deben ejecutar para ello.
Esta función tiene que ver con la definición del organigrama de la institución en
general y de los departamentos en particular. Consiste en ensamblar y
coordinar los recursos humanos, financieros, físicos, de información y otros, que
son necesarios para lograr las metas propuestas. Es determinar las actividades
Organizar
específicas necesarias para alcanzar los objetivos planeados, agrupar las
actividades en una estructura lógica como pueden ser los departamentos de
una organización y asignar las actividades a posiciones y personas (cargos y
tareas).
Una vez definida la planeación y establecida la organización, el paso siguiente es
Dirigir hacer que las cosas marchen y acontezcan. Está directamente relacionada con
la actuación sobre los recursos humanos de la organización y aplica a todo nivel.
Controlar Es la función administrativa responsable de monitorear los planes y de velar por
su cumplimiento. Es un proceso cíclico compuesto de cuatro fases:
establecimiento de estándares, observación del desempeño, comparación del
4. desempeño con los estándares establecidos y acciones correctivas. La
cobertura del control puede ser global, departamental y operacional dentro de
los planes estratégico, táctico y operacional.
Durante las últimas décadas han surgido nuevos enfoques gerenciales como un
instrumento de servicio de la administración, para dar soluciones a los cambios que se
presentan en los diferentes contextos modernos.
Como vimos en la materia anterior “Tecnología de la Administración Educativa”
algunos de estos procesos modernos son la Reingeniería de procesos, el Empowerment,
Benchmarking y la Calidad Total, entre otros más.
La reingeniería de procesos y la calidad total como elementos renovadores del
quehacer de las organizaciones, con una alta orientación hacia el cliente, brindan a las
organizaciones la oportunidad de transformarse en busca de la excelencia. Para ello, se
debe efectuar una revisión profunda de lo que se hace y de los procesos que se ejecutan,
con énfasis en los aspectos críticos.
El Benchmarking consiste en efectuar un análisis de las mejores prácticas existentes y
adaptar esas experiencias a la organización.
Este proceso provee una serie de beneficios para el mejoramiento de los procesos y
prácticas archivísticas que no pueden negarse. El hecho de que haya alguien que posea
experiencia en un proyecto similar al que se proponga nuestra actividad, podría facilitar
nuestro recorrido por ese mismo camino. Recoger la experiencia de los mejores o de los
líderes en nuestro campo permitirá dar mayor valor agregado a nuestros procesos y
desarrollar servicios de información de clase mundial.
El Empowerment es promotor de fuertes cambios a través de la renovación del
pensamiento directivo y la creación de un clima de alto compromiso de los empleados,
puede contribuir a desarrollar las capacidades y habilidades de los trabajadores, para que
puedan enfrentar y responder las demandas de una sociedad cada vez más cambiante.
Sin embargo, todas estas herramientas la administración moderna son inútiles frente
al rechazo, negación y resistencia al cambio. Una mente abierta siempre genera más
beneficios que la contraparte, ya que tiene la disposición de aprender y seguir
aprendiendo. La disposición de aprender de los empleados debería formar parte en el
perfil deseado al buscar solicitantes.
Es la actitud de cada persona la que contribuirá o perjudicará el proceso de cambio y
el éxito de una organización en este. Cada empleado deberá estar atento y abierto a
recibir recomendaciones y consejos de gente de otras áreas y con mayor experiencia
sobre nuevas técnicas, ya que mientras más recursos tenga una persona le será más fácil
realizar cambios en sí misma para accionar de manera distinta y nueva. Este tipo de
actitud y comportamiento permite aplicar y refuerza los nuevos procesos
administrativos.
5. El trabajo de los empleados depende de sí mismos, pero es función del administrador
hacer que el trabajo de esa persona se realice con la mayor calidad posible. Debe tener
conocimientos sobre una gran variedad de áreas para poder tomar decisiones oportunas.
Debe tener un horizonte muy amplio y visualizar aquello que las demás personas no ven.
Debe ser capaz de tratar con eventos internos y externos a la organización, para realizar
modificaciones pertinentes que minimicen los efectos del cambio negativo y maximicen
los de un cambio positivo. Un administrador es agente de cambio y de transformación de
las empresas, un agente educador de las personas que colaboran con él, y un agente
cultural en la organización y su contexto.
Durante las últimas décadas se ha identificado un principio evolutivo por el cual cada
época desarrolla una forma organizacional apropiada a sus características. Las
debilidades de las organizaciones actuales serán exactamente los agentes destructivos de
los futuros sistemas organizacionales.
Factores como poca adaptabilidad a los cambios que imponen nuevas necesidades y que
las organizaciones actuales no están preparadas para afrontar; el crecimiento en tamaño
de las organizaciones que se vuelven complejas e internacionales, actividades de hoy,
que exigen personas de competencias diversas y altamente especializadas, involucrando
problemas de coordinación, y principalmente de seguimiento de los rápidos cambios;
serán los determinantes para el éxito o fracaso de una organización.
La tarea administrativa en las próximas décadas será incierta y desafiante, pues habrá de
ser alcanzada por un sinnúmero de variables, cambios y transformaciones cargados de
ambigüedad y de incertidumbre. El administrador se enfrentará con problemas
multifacéticos cada vez más diferentes y complejos que los anteriores, y su atención será
disputada por eventos y por grupos situados dentro y fuera de la empresa que le
proporcionarán informaciones contradictorias que complicarán su diagnóstico perceptivo
y su visión de los problemas a resolver o de las situaciones a enfrentar.
Son las exigencias de la sociedad, de los clientes, de los proveedores, de las agencias
reglamentadoras, son los desafíos de los competidores, las expectativas de la alta
administración, de los subordinados, de los accionistas, etc., las que determinarán la
tarea del administrador en las organizaciones.
Sin embargo, todas esas exigencias, desafíos y expectativas sufren profundos cambios
que sobrepasan la capacidad que el administrador tiene para poder seguirlos de cerca y
comprenderlos adecuadamente. Esos cambios tienden a aumentar, frente a la inclusión
de otras nuevas variables, a medida que el proceso se desarrolla, creando una
turbulencia que perturba y complica la tarea administrativa de planear, organizar, dirigir
y controlar una empresa eficientemente.
Serán necesarias funciones administrativas volátiles y transitorias para que el
administrador pueda enfrentar esa incertidumbre. Mientras que todos los individuos
6. hace rutinario gran parte de su comportamiento para simplificar el proceso de la vida
diaria, existen numerosos cambios en el medio ambiente que quedan completamente
afuera de los límites normales del comportamiento condicionado.
El futuro parece complicar esa realidad; innumerables factores causarán profundos
impactos sobre las empresas. En las próximas décadas, un desafío importante es el
propio crecimiento de las organizaciones con éxito que tienden al crecimiento y a la
ampliación de sus actividades, en términos de tamaño y recursos y en la expansión de sus
mercados o en el volumen de sus operaciones. El crecimiento es una consecuencia
inevitable del éxito organizacional.
En el futuro cercano los administradores “generalistas” y dotados de habilidades
genéricas y variadas tendrán perspectivas más prometedoras que los administradores
“especialistas” y concentrados en pocas habilidades gerenciales, ya que debido a los
cambios rápidos e inesperados del mundo externo las organizaciones deberán contar con
una estructura y comportamiento capaces de cambiar rápida y frecuentemente para
seguir con éxito.
Otro aspecto a tomar en cuenta que aparece como un desafío a superar res la
competencia que se fortalece a medida que aumenta los mercados y los negocios crecen
también los riesgos en la actividad organizacional, principalmente en la actividad
empresarial. El producto o servicio que demuestra ser superior o mejor será el más
demandado. El desarrollo de tal producto o servicio exigirá mayores inversiones en
investigación y desarrollo, perfeccionamiento de la tecnología, disolución de viejos y
creación de nuevos departamentos y divisiones, búsqueda incesante de nuevos
mercados y la necesidad de luchar contra otras organizaciones compitiendo con ellas
para sobrevivir y crecer.
La sofisticación de la tecnología representa también un reto. Con el progreso de las
comunicaciones, del computador y del transporte, las organizaciones y empresas están
haciendo internacionales sus operaciones y actividades. La tecnología proporcionará una
eficiencia mayor, una precisión mayor y la liberación de actividad humana hacia tareas
más complicadas y que exijan planeación y creatividad. La tecnología introducirá nuevos
procesos y nuevos instrumentos que causarán impacto sobre la estructura y el
comportamiento de las organizaciones.
La internacionalización de los negocios, el esfuerzo de exportar, la creación de nuevas
subsidiarias para dejar raíces en territorios extranjeros es un fenómeno ocurrido
recientemente después de las dos guerras mundiales que influirá en las organizaciones
del futuro y su administración.
Las organizaciones mientras crecen, se vuelven más competitivas, más sofisticadas
tecnológicamente, se hacen más internacionales, y con esto, aumentan su influencia
7. ambiental. Gradualmente las organizaciones llaman más la atención del ambiente y del
público, y pasan a ser más visibles y percibidas por la opinión pública.
Todos estos desafíos traerán obligatoriamente una consecuencia para la administración
de las organizaciones y empresas: la administración de la incertidumbre. Los cambios
rápidos y bruscos, el crecimiento organizacional, la competencia de las demás
organizaciones y empresas, el desarrollo tecnológico, los fenómenos económicos d la
inflación, la internacionalización de las actividades, la visibilidad y la interferencia de la
opinión pública harán que las organizaciones del futuro, y de esa década del 80, pasen a
tratar, no sólo con la previsibilidad, continuidad y estabilidad sino también con la
imprevisibilidad, discontinuidad e inestabilidad en todos los sectores de la actividad.
Nuevas formas y modelos de organización serán necesarios, y una nueva mentalidad de
los administradores será imprescindible.