Este documento explica el proceso de selección de candidatos presidenciales en Estados Unidos. Los dos principales partidos, Demócrata y Republicano, eligen a sus candidatos en convenciones nacionales a través de un sistema de delegados asignados proporcionalmente en cada estado. Los aspirantes compiten en primarias y caucus estatales para ganar el apoyo de delegados. Normalmente el ganador de la nominación se determina matemáticamente antes de la convención, pero si es reñida los "superdelegados" podrían decantarla.
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¿Cómo eligen en Estados Unidos a sus candidatos presidenciales?
1.
Semana
del
8
al
14
de
febrero
de
2016
¿CÓMO
ELIGEN
EN
ESTADOS
UNIDOS
A
SUS
CANDIDATOS
PRESIDENCIALES?
Marcos
Pérez
Esquer
Cada
vez
que
hay
campañas
presidenciales
en
Estados
Unidos,
se
dice
que
el
procedimiento
para
nominar
candidatos
es
sumamente
complejo,
casi
como
si
solo
fuese
accesible
para
iniciados;
en
realidad
no
lo
es
tanto.
Veamos.
Lo
primero
que
hay
que
tener
claro
es
que
allá
hay
solo
dos
partidos
políticos
que
realmente
cuentan,
los
otros,
son
meros
grupos
de
expresión.
Los
dos
partidos
eligen
a
sus
candidatos
en
sus
respectivas
convenciones
nacionales;
para
ello,
deciden
primero
cuántos
delegados
conformarán
sus
convenciones
y
reparten
ese
número
de
delegados
entre
los
Estados
en
función
de
la
población
de
cada
uno.
Así,
para
esta
elección
de
2016,
el
partido
demócrata
contará
con
4,491
delegados,
por
lo
que
los
aspirantes
deben
contar
con
el
voto
de
al
menos
2,246
para
obtener
la
nominación;
en
tanto
que
en
el
republicano
habrá
2,470
delegados
requiriéndose
al
menos
1,236
votos
para
ganar.
Antes
de
la
convención,
en
diversas
fechas
que
van
desde
el
1
de
febrero
y
hasta
el
14
de
junio,
los
partidos
van
realizando
en
cada
Estado
su
elección
interna;
dicha
elección
puede
ser,
a
opción
de
cada
Estado,
vía
“caucus”
(asambleas
deliberativas)
o
vía
“primarias”
(jornadas
electorales).
Con
base
en
los
resultados
de
estas
votaciones,
se
asigna
proporcionalmente
el
número
de
delegados
de
los
Estados
a
los
aspirantes
de
cada
partido,
por
ejemplo,
si
en
un
Estado
que
tenga
–digamos-‐
100
delegados
el
aspirante
“A”
obtuvo
60%
de
los
votos
y
el
aspirante
“B”
el
40%,
entonces
el
primero
llevará
60
delegados
de
ese
Estado
a
la
convención
para
su
apoyo
en
tanto
que
el
segundo
llevará
40.
Esta
regla
de
reparto
de
delegados
tiene
una
excepción
en
el
caso
del
partido
republicano,
en
este
partido,
existe
la
posibilidad
de
que
los
Estados
decidan
aplicar
la
regla
conocida
como
winner-‐take-‐all,
algo
así
como
“toma-‐todo”,
que
significa
que
si
un
aspirante
gana
en
ese
Estado,
se
lleva
la
totalidad
de
los
delegados
y
no
solo
los
que
proporcionalmente
le
hubieran
correspondido,
es
decir,
en
el
ejemplo
anterior,
el
aspirante
“A”,
se
llevaría
los
100
delegados.
Esto
es
lo
que
suelen
hacer
los
republicanos
en
Florida,
Ohio
e
Illinois.
Todo
este
procedimiento
provoca
que,
normalmente,
cuando
llega
el
momento
de
la
convención,
matemáticamente
ya
se
sabe
quién
es
el
aspirante
ganador
de
la
nominación,
salvo
que,
estando
muy
cerrada
la
contienda,
la
decisión
efectivamente
deba
tomarse
en
la
convención
con
la
participación
de
los
llamados
“superdelegados”,
que
son
políticos
de
renombre
(gobernadores,
legisladores,
dirigentes,
etc.)
que
llegan
a
la
convención
sin
tener
su
voto
amarrado
para
algún
aspirante.
En
el
caso
del
demócrata,
habrá
718
superdelegados
en
tanto
que
en
el
republicano
habrá
150,
de
tal
suerte
que
si
la
contienda
está
muy
cerrada,
la
decisión
final
se
conocería
hasta
el
momento
de
la
convención.
Parece
que
a
fin
de
cuentas
sí
resultó
un
poco
complejo,
pero
tampoco
es
para
tanto
paisano
¿no
cree?