Rodion Raskolnikov comete un doble asesinato motivado por teorías sobre la superioridad moral de algunos individuos. Tras el crimen, es atormentado por la culpa y las sospechas de la policía. Finalmente, confiesa sus crímenes a Sonia, una joven piadosa que lo ayuda a encontrar redención. Se entrega a la policía y es sentenciado a 8 años de exilio en Siberia.
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Crimen y castigo resumen
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INSTITUTO NACIONAL “JOSÉ MIGUEL CARRERA”
LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
TERCERO MEDIO
Profesor Ramón Moraga
Crimen y castigo (Síntesis) – Fëdor Dostoievski
Rodion Raskolnikov: estudiante de derecho
Porfirio Petrovic: inspector de policía.
Sonia Marmeladova: hija de un amigo de Raskolnikov.
Dunja Raskolnikova: hermana de Raskolnikov.
Ludzin: prometido de Dunja.
Svidrigailov: propietario.
Razumikin: amigo de Raskolnikov.
Rodion Raskolnikov, un estudiante de Derecho en San Petersburgo, soñaba con cometer el crimen perfecto. Su
miserable situación económica lo había forzado a abandonar los estudios, mientras veía como una usurera se enriquecía
con el dinero de sus desesperados clientes.
Raskolnikov pensaba que de tener ese caudal económico en sus manos, podría ayudara un gran número de
necesitados, incluso a su propia hermana, Dunja, que estaba dispuesta a casarse con un hombre al que no amaba, con
tal de garantizarle a él la continuidad de sus estudios, y a la madre una vejez feliz.
El joven, además, se hallaba embriagado de teorías que proclamaban la superioridad mental de algunos
hombres sobre otros, por lo que se sentía con el derecho absoluto de llegar al acto de matar, siempre que éste
estuviera dirigido a exterminar a un ser dañino.
Se presentó en el apartamento de la prestamista y la asesinó a hachazos. La llegada de la hermana de ésta
complicó la situación, peor Raskolnikov lo resolvió matándola a ella también, de la misma manera que a su hermana.
Después reunió las pocas cosas de valor que encontró, y entonces comprendió que el crimen había sido en vano. Lo
adquirido no alcanzaba para resolver ni uno solo de sus problemas. Por otro lado su agitación nerviosa, que
manifestaba palmariamente su falta de independencia ética, le demostró que no pertenecía a la raza de hombres que el
consideraba superiores, y además su afán exterminador se había extendido a un alma buena, la hermana de la usurera.
Volvió a su cuarto, sintiéndose débil y enfermo, y en eso, recibió la visita de la policía. Se preparaba para hacer
una confesión completa, peor cuando comprendió que la policía solo se encontraba allí para pedirle que pagara la renta,
se desmayó. Sin embargo, una vez que recuperó el sentido, las respuestas que dio a ciertas preguntas, lo envolvieron en
la sospecha.
Raskolnikov salió a esconder las joyas bajo una piedra en un patio. Cuando volvió a su cuarto, una alta fiebre lo
abatió durante cuatro días. Ya recuperado, supo que en su delirio había dicho cosas comprometedoras delante de la
policía, que lo había vuelto a visitar.
Mientras estaba convaleciente, recibió la visita de Ludzin, el novio de su hermana, quién venía a San
Petersburgo a preparar la boda. Como Raskolnikov resentía que su hermana Duja se casara con él para ayudarlo, no se
molestó en disimular su falta de simpatía y Ludzin se fue indignado.
La noticia de los asesinatos aparecieron en los periódicos, y conforme las leía, una sensación de calma se fue
apoderando de él. En esto se le acercó un hombre. Excitado,a causa del crimen y de la enfermedad, comentó a contar
demasiado, implicando que tal vez fuera un detective, la falta de evidencias que apoyaran las sospechas, impedía que
éstas se convirtieran en algo más.
Raskolnikov decidió entregarse a la policía después de ver un suicidio frustrado en uno de los barrios bajos de
San Petersburgo, pero desistió de su propósito cuando un amigo, el alcoholizado y embrutecido Marmeladov, murió al
ser atropellado por un carruaje. Lo único que pudo hacer fue darle a la viuda una pequeña cantidad de dinero que había
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recibido de su madre. Las sospechas de que él era el asesino de las dos mujeres, se encontraban hasta en las mentes de
sus amigos, como pudo comprobar en una fiesta a la que asistió poco después.
Ya de vuelta en su cuarto, se encontró con su madre y su hermana, quienes lo estaban esperando. Pero no
queriendo tenerlas cerca, las puso al cuidado de un amigo, Razumikin, quien nada más conocer a Dunja, se enamoró de
la joven. No tardaría mucho la muchacha en corresponderle con su propio afecto; y cuando Raskolnikov la convenció, y
a su madre también, de que Ludzin, a pesar de toda su fortuna, no era más que un tonto y un pedante, anuló su
compromiso.
Raskolnikov se encontraba a cada momento más agobiado por la necesidad de confesarle a alguien su crimen,
para así poder justificarse, lo que lo lleva a presentarse a la policía. EL juez encargado de la instrucción, Porfirio Petrovic,
lo tortura mentalmente sobre la base de preguntas y comentarios irónicos, entonces Raskolnikov llega a creer que ya se
encuentra arrestado, y para justificarse le expone sus teorías, declarándole que el genio puede y debe hacer lo que
estime conveniente para lograr sus fines.
Porfirio Petrovic, que ha calado en su alma, y que a cada momento está convencido de que Raskolnikov es el asesino,
desea que sea él mismo quién se denuncie.
A San Petersburgo llegó también Svidrigailov, un propietario en cuya casa Dunja había servido como institutriz, y
quien se había portado muy mal con ella. Explicaba su presencia en la ciudad como un intento de expiación de sus
pecados mediante la entrega a la muchacha de un cuantioso caudal. Sin embargo sus intenciones eran casarse con la
joven, por lo que antes de marchar de sus tierras, había envenenado a su esposa.
Dunja y Razumikin abrieron una editorial con un dinero que había heredado el joven de un tío rico. Amigo y
hermana intentaron convencer al estudiante de que se les uniera a la empresa, pero Raskolnikov rechazó la oferta. Se
encontraba demasiado confundido, e incluso, les pidió que no intentaran verlo.
La única compañía que le agradaba era la de Sonia, la hija de Marmeladov, a quien su madrastra, buscando
aliviar la situación económica familiar, la ha forzado a prostituirse. En la habitación de la muchacha, juntos leían la Biblia
de la joven. A tal punto creció su simpatía y confianza hacia Sonia que le prometió contarle quién había cometido los
crímenes. La habitación contigua la ocupaba Svidrigailov, quién, a raíz de escuchar la promesa, aguardaba ansiosamente
la declaración.
Víctima de su propia mente, el torturado se presentó a la estación de policía. En una nueva escaramuza del gato y el
ratón que, se había establecido, vuelve a ser presa de Porfirio Petrovic.
Aparte de que la atormentada conciencia y la inseguridad imaginaria de Raskolnikov le van labrando un circulo
de inmenso sufrimiento, Ludzin, que sabe que él es la causa de su ruptura con Dunja, desea vengarse. Como que sabe
que él es la cusa de su ruptura con Dunja, desea vengarse. Cómo sabía de su interés hacia Sonia, la hace a ella su víctima
y durante un banquete ofrecido por la madrastra de la joven a los amigos de su difunto padre, Ludzin la acusa de
haberle robado. Pero gracias a que un vecino lo había visto meterle dinero en el bolsilo de la joven, y declaró a favor de
ella, Sonia queda libre de toda sospecha. Ese mismo día, un poco más tarde, en la habitación de Sonia, Raskolnikov le
confiesa su crimen, sin saber que en la otra habitación, Svidrigailov se encuentra con el oído atento.
Convencido de que Porfirio Petrovic lo consideraba el asesino, la agonía espiritual del estudiante llegó al
paroxismo, al declararle Svidigailov que lo sabía todo. Fue entonces cuando el encargado de la investigación lo acuso
abiertamente de ser el asesino, peor al mismo tiempo le prometió que si confesaba, se podría aducir que había sufrido
un ataque de locura momentáneo, lo que reducirá la sentencia. Raskolnikov, a pesar de su estado mental y moral, no
confesó.
Svidrigailov, para sacar provecho del secreto que conocía y haciendo uso de subterfugios, llevóa Dunja a su
habitación, y se encerró con ella. Le contó todo lo que había oído y se ofre ció a salvar al hermano, si ella consentía
enconvertirse en su esposa. La reacción de la muchacha fue la de dispararle con un revolver que precavidamente había
traído, y así logró que el propietario, que había quedado ileso, la dejara salir. Svidrigailov, que comprendió que Dunja
jamás sería su mujer, se suicidó, dejándole a la joven un respetable capital.
Sin poder más, pero seguro del amor de su madre y hermana y confirmada la devoción de Sonia, Raskolnikov se
entregó a la policía. Se le sentenció a ocho años de exilio en Siberia. Sonia lo siguió y se estableció en una villa cercana al
campo de prisioneros. Allí fue donde Raskolnikov, cuyo delito para él era haber cometido un crimen inútil, en manos de
la exprostituta y por su bondad, alcanzó la purificación, al nacer en él un sentimiento de solidaridad hacia todos los
hombres.
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Sobre la obra
Época: siglo XIX
Literatura: rusa
Relevancia: Crimen y Castigo, publicada en 1866, ha sido admirada por los cultivadores de la literatura naturalista por el
exhaustivo análisis psicológico que en ella se hace, y no han faltado psiquiatras y criminalistas que estudiaran las
reacciones del personaje principal, Raskolnikov, como verdadera muestra de caso clínico e investigación policíaca.
Es una novela que también por el atractivo que ofrece su fondo policiaco, todavía hoy se cuenta como la más conocida
del autor.