Innovación en la Búsqueda Activa de Empleo (24 junio)
Los procesos de empoderamiento de las mujeres adultas en el País Vasco
1. LAS MUJERES VASCAS PERCIBEN LOS MAYORES OBSTÁCULOS
PARA DESARROLLAR SU AUTONOMÍA EN EL TERRENO LABORAL
• Un estudio de Emakunde constata que para las mujeres de entre 18 y
64 años su empoderamiento es una aspiración vital
• Reconocen avances en el ámbito privado, aunque casi un 80% sostiene
que las mujeres se encuentran discriminadas sobre todo en el ámbito
público
Emakunde-Instituto Vasco de la Mujer ha presentado esta mañana el informe
“Los procesos de empoderamiento de las mujeres adultas en el País Vasco”,
un análisis que viene a finalizar una serie de investigaciones que tratan de
observar los procesos de empoderamiento en las prácticas cotidianas de las
mujeres vascas, que fue iniciada por Emakunde con el colectivo de
adolescentes en el año 2009 y continuada en 2012 con el colectivo de
mujeres de más de 65 años.
La directora de Emakunde, Izaskun Landaida, y el autor del informe, Marce Masa,
han presentado esta mañana el informe “Los procesos de empoderamiento de las
mujeres adultas en el País Vasco”, en el que se estudian los procesos de
empoderamiento en las prácticas cotidianas de las mujeres vascas de entre 18 y
64 años. Este colectivo ronda las 704.000 personas en nuestra comunidad
autónoma, lo que supone casi dos de cada tres mujeres, y una de cada tres
personas del total de residentes. Este peso cuantitativo pone en evidencia la
importancia que adquiere conocer cuáles son las opiniones de estas mujeres
“adultas” en materia de empoderamiento. Pero del mismo modo, esta investigación
ha sido consciente de la diversidad interna existente en el seno de este colectivo
tan amplio de mujeres, con pertenencias generacionales y trayectorias vitales bien
distintas. De ahí la segmentación de los resultados en tres grandes grupos de edad
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2. (entre 18 y 30 años, entre 31 y 45 años, y, finalmente, entre 46 y 64 años) que
facilitan una aproximación a la realidad más acorde con su propia complejidad.
El objetivo principal de este estudio ha sido identificar la situación actual de los
procesos de empoderamiento y capacidad de negociación de las mujeres de entre
18 y 64 años residentes en Euskadi. Concretamente, se han identificado las
prácticas sociales que este colectivo de mujeres desarrolla en base al carácter
privado-doméstico y/o público-colectivo de las mismas, las diferencias existentes
entre los niveles de empoderamiento individual y social o político, así como los
elementos que condicionan su empoderamiento percibidos por las propias
mujeres.
Entre las conclusiones principales del estudio se ha constatado, en primer lugar,
que la autonomía individual es una prioridad clave, un elemento central en la
vida de las mujeres vascas. Todo aquello que no sea decidir por sí mismas, todo
aquello que no facilite o posibilite este marco de decisión, es objeto de crítica.
Podemos decir, por tanto, que el empoderamiento es una “aspiración vital” de
las mujeres vascas.
Este colectivo de mujeres considera que su situación en términos de autonomía en
la toma de sus decisiones es “comparativamente mejor” a la situación en la que se
encontraban las mujeres de generaciones precedentes. Por tanto, hay una imagen
de “avance” en materia de igualdad de oportunidades. Consideran que existen
mayores oportunidades (o menores limitaciones) para que las mujeres estén
presentes en todos los ámbitos de la vida social, y que, en términos generales, se
atenúan las situaciones de discriminación. Resulta muy significativo que las
mujeres que participan o han participado en movimientos de mujeres son las que
arrojan indicadores más elevados respecto a estos “avances”.
Pero las discriminaciones persisten. Concretamente, un 18,5% del total del
colectivo de estas mujeres considera que, en la actualidad, no existen más
oportunidades para que las mujeres estén más presentes en todos los ámbitos de
la vida; un 30,5% afirma que, en la actualidad, las mujeres tienen menor autonomía
que los hombres a la hora de tomar decisiones; casi un 80% sostiene que, hoy, en
nuestra sociedad, las mujeres se encuentran discriminadas,
fundamentalmente en el escenario laboral y por la persistencia de la cultura
machista. En este sentido, una de las conclusiones del estudio muestra la clara
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3. distinción existente entre los ámbitos privados y públicos en materia de
desarrollo del empoderamiento de las mujeres entre 18 y 64 años. Las
mujeres canalizan su autonomía individual fundamentalmente en el plano
personal o “privado y es aquí donde se concentran los “avances”, mientras
que, por el contrario, en el escenario laboral las mujeres perciben más
dificultades para desarrollar su autonomía y su empoderamiento, cuando,
paradójicamente, lo laboral constituye el espacio que permite completar el
empoderamiento en un sentido amplio. Queda manifiesto en el estudio que el
empleo empodera, que otorga a las mujeres una mayor capacidad en la toma de
decisiones. Y este hecho lo refuerzan aquellas mujeres que se dedican a tiempo
completo a las tareas del espacio doméstico-familiar.
Por otro lado, en el estudio se ha detectado también que entre las mujeres más
jóvenes, entre 18 y 30 años, se incrementa el desencanto o el desentendimiento del
discurso de la igualdad. Se trata de generaciones socializadas con mayor
intensidad en el discurso de la igualdad de género. Y si bien este segmento de
mujeres nacidas entre 1982 y 1994 considera que esta igualdad está más presente
hoy en su vida cotidiana, del mismo modo pueden llegar a experimentar, en
paralelo a su trayectoria biográfica como mujeres adultas, que el discurso
socializado deriva en falacia.
En suma, según se desprende del estudio, estamos asistiendo a una suerte de
culminación de las distintas estrategias, formales e informales, públicas y privadas,
de concienciación de las distintas generaciones de mujeres en términos de puesta
en valor de su autonomía individual, de su capacidad para tomar decisiones por sí
mismas, que se vienen canalizando, principalmente, en sus prácticas más privadas
o personales. Sin perder la tensión de las actividades a realizar en este plano
individual, desde Emakunde se considera clave seguir extendiendo este proceso de
empoderamiento en otros planos de la vida social, especialmente en el escenario
laboral. Sin una transformación estructural del escenario laboral, parece difícil
atisbar “avances” en las dimensiones sociales y políticas del empoderamiento, o al
menos con la misma intensidad o ritmo señalados en la dimensión individual o
“privada” del mismo.
Emakundeko prentsa bulegoa. 945-016721 emakunde.prensa@ej-gv.es
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