1. ARTICULO N° 3
La Federación Mundial de Terapeutas Ocupacionales (WFOT) define a la Terapia Ocupacional (TO)
como una profesión que se ocupa de la promoción de la salud y el bienestar a través de la ocupación.
El objetivo principal de la TO es capacitar a las personas para participar en sus actividades de la vida
diaria.
Por lo tanto, el objetivo de la TO en el campo de la pediatría es el de maximizar el potencial individual
de cada niño en su domicilio, en su escuela y en su juego mediante el uso de actividades
terapéuticas.
La Teoría de la Integración Sensorial (IS) fue desarrollada por la Dra. Jean Ayres (Terapeuta
Ocupacional, doctora en Neurociencias y psicóloga), que durante los años 60 publicó sus primeros
estudios sobre trastornos perceptivos y sensoriales presentados en niños con déficit de aprendizaje
(Ayres, 1965). Jean Ayres decía que la IS es la organización de las sensaciones en el Sistema
Nervioso Central y su utilización en la vida diaria (Ayres, 1972). Los sentidos nos dan información
acerca de nuestro cuerpo y del entorno que nos rodea y, por otra parte, es el cerebro, el encargado
de organizar todas estas sensaciones, localizarlas, clasificarlas y ordenarlas. Cuando todo esto
funciona de forma adecuada, el cerebro forma percepciones, comportamientos y aprendizajes.
La IS se da desde los comienzos de la vida: ya en la matriz, el feto siente los movimientos del cuerpo
de su madre. Los genes proporcionan la base de nuestra capacidad de IS pero es realmente al
interactuar con muchas cosas del mundo, cuando ésta se desarrolla, y tanto el cuerpo como el
cerebro se van adaptando a los retos que se nos presentan durante la infancia. Como dice la teoría
anteriormente citada, el mayor desarrollo de la IS ocurre durante una respuesta adaptativa, que es
la que se da a una experiencia sensorial provista de un propósito y de una meta; en una respuesta
adaptativa vencemos el reto propuesto y aprendemos algo nuevo; todas y cada una de estas
respuestas ayudan a nuestro cerebro en su desarrollo y organización. Los sistemas sensoriales son
vista, gusto, olfato, oído, tacto, propiocepción y vestibular; este marco de referencia trabaja
principalmente con los tres últimos, entendiendo como tacto, el tacto profundo que se encuentra en
todo nuestro cuerpo.
PROBLEMAS DE PROCESAMIENTO SENSORIAL
Como hemos dicho anteriormente, el cerebro es el encargado de organizar, localizar, clasificar y
ordenar todas las sensaciones que nos llegan para formar percepciones, comportamientos y
aprendizajes. Pero ¿qué pasa cuando este proceso no funciona correctamente?
Cuando nuestro cerebro no es capaz de procesar la información sensorial que le llega, existe una
dificultad para utilizar dicha información en nuestra vida diaria: se produce una incapacidad
neurológica para organizar dichos estímulos sensoriales, por lo que no podemos dar respuestas
adaptadas.
La Teoría de la IS identifica dos tipos de problemas de procesamiento sensorial: desorden de
modulación sensorial, que afecta al nivel de alerta y a la conducta, y desorden de discriminación
sensorial, que afecta al control motor. Este tipo de alteraciones produce problemas en el desempeño
ocupacional del niño, en el colegio, en casa y en su entorno.
Desorden de modulación sensorial
Los problemas de modulación sensorial hacen referencia a la capacidad del Sistema Nervioso
Central para regular su propio nivel de alerta y, de esta forma, poder producir respuestas adaptadas
más eficaces. Cuando existe un desorden de modulación se pueden observar variaciones en las
respuestas del niño, bien por una hiper- o una hiporrespuesta.
En los niños que muestran una hiperrespuesta, ésta se produce porque les llega demasiada
información sensorial y responden por encima de lo esperado para la actividad que realizan. En la
literatura de IS se ha utilizado el término de “defensa sensorial” (Knickerbocker, 1981; Wilbarger and
Wilbarger, 1991), defensa táctil, visual, auditiva, miedo al movimiento, conocido como “inseguridad
gravitacional” (Ayres, 1979). También aparecen problemas de comportamiento: son niños miedosos,
que evitan determinadas situaciones.
En los niños que muestran una hiporrespuesta, ésta se produce porque tienen un pobre registro de
sensaciones y aquí podemos observar dos tipos de respuestas: niños pasivos, por su pobre registro
sensorial, o niños muy movidos que realizan una búsqueda exagerada de sensaciones.
2. Desorden de discriminación sensorial
Dicho desorden afecta a la praxis y al control motor: los niños no calibran la fuerza necesaria para la
actividad que tienen que realizar, no notan si tienen la cara o las manos sucias, parece que no oyen
bien y preguntan con frecuencia “¿qué?”.
La Doctora Ayres definió “praxis” como la habilidad para conceptualizar (ideación), planificar
(planificación) y ejecutar actos motores (ejecución) no habituales (Ayres, 1979). La dispraxia es un
desorden motor de base sensorial por una baja discriminación táctil-propioceptiva. Por tanto, la forma
en la que procesamos la información sensorial afecta de forma directa a nuestras habilidades de
ideación, planificación motora y ejecución.
INTERVENCIÓN
La intervención desde el enfoque de la IS de J. Ayres es compleja, requiere de Terapeutas
Ocupacionales con formación específica en IS, la sala de tratamiento debe cumplir con unos
requisitos de seguridad estipulados, una evaluación y seguimiento de cada caso, un equipo
específico y una comunicación constante con los padres y los distintos profesionales que atiendan
al niño