1. COMO EDUCAR AL ADOLESCENTE Y AL JOVEN
…PAIDOGOGÍA, PEDAGOGÍA, HEBEGOGÍA, ANDRAGOGÍA, GERONTOGOGÍA…???
Resumen
La educación en nuestro Estado Plurinacional ha experimentado diferentes paradigmas y
modelos educativos donde se han vivido escenas totalmente despóticas por grupos de poder que
manejaron la política y como consecuencia la educación. Las ciencias agógicas se ocupan de
conducir, llevar, guiar y educar a la persona según la edad como la paidología, pedagogía,
hebegogía, andragogía y gerontología lo cual no se ha tomado en cuenta como en la actualidad
se considera en el ámbito educativo desde la neurociencia, considerando además la hebegogía
como la educación del adolescente y el joven estudiante.
Palabras claves: Adolescente, educar, hebegogía, hijo, padre.
Introducción
Educar no es un acto sencillo, por lo tanto, las maestras y maestros tenemos una tarea tan
principal como ninguna otra de las profesiones, entendiendo que EDUCAR es extraer algo de ti,
aquello que se encuentra en tu interior tal como se saca el agua de un pozo, no es como llenar
agua a una maseta, sino dejar crecer la planta; educar es conducir desde la oscuridad hacia la
luz. Es luz cuando es solo consciencia. La verdadera educación entonces está destinada a sacar
a luz aquello que se halla oculto. Lo que Dios ha colocado en ti como un tesoro a descubrirlo, a
revelarlo, a volverte luminoso.
Educar es entregar riqueza interna para ponerlo en práctica. No se trata de estar informado; esa
es una idea muy primitiva de educación. La educación verdadera hace que la vida no debiera ser
tomada como una lucha por sobrevivir; sino como una celebración.
Por lo expresado podemos recordar que en su momento el centro de la educación fue el docente,
en otros tiempos el estudiante y en la actualidad es el aprendizaje comunitario. Podemos notar
que no se tomó en cuenta las ciencias agógicas que delinea la educación por etapas o edades
Autor: Raúl Ramírez Choque
Docente ESFM/UA “San Julián”
Cel. 73171345
E-mail: raulramirezchoque@hotmail.com
2. donde prenatogogía se encarga de la educación prenatal, neonatogogía la responsable de la
educación del neonato, paidogogía es la ciencia que se ocupa del estudio de la infancia y los
niños, es más para los preescolares, pedagogía es el arte de enseñar, conducir a los niños
porque paidos significa niño y agogía=conducir, entonces etimológicamente significa conducción
del niño, hebegogía es la ciencia o el arte de enseñar o conducir al adolescente y al joven,
andragogía es la ciencia o el arte de enseñar o conducir a hombres maduros, del griego
andros=hombre ago=conducir, entonces es la ciencia de la formación de adultos, equivalente a
la pedagogía en los niños y gerontogogía estudio de la vejez y de los fenómenos del
envejecimiento en sus diversos aspectos, morfológicos, fisiopatológicos (geriatría), psicológicos,
sociales, etc. Es la ciencia o el arte de enseñar o conducir a personas mayores de 60 años.
Pues es vital conocer las características de las ciencias agógicas he aquí nos centramos en la
hebegogía por ser una etapa tan compleja en la educación.
Desarrollo
El adolescente y el joven en la educación actual merece y necesita un trato especial de parte de
sus maestras /maestros y sobre todo de sus padres, por consiguiente, es importante considerar
muchos aspectos que contribuyan a la formación integral y holística de este sector de la
población, consecuentemente analizamos y subrayamos las siguientes teorías:
Hebegogía es la ciencia o el arte de enseñar o conducir al adolescente y al joven.
Etimológicamente, hebegogía, tiene el prefijo "Hebe", que es un término griego que personifica
a la diosa de la juventud, hija de Zeus y Hera, y el sufijo: "ogos" es instrucción. Entonces
hebegogía significaría la instrucción de la juventud o de las y los jóvenes. La expresión fue
sugerida por Faustino Rodríguez Bauza, para categorizar el área de la educación de los
adolescentes.
Esta se convierte en una teoría particular que engloba los elementos que afectan la educación
de los adolescentes, como un constructo específico, por lo que se contempla psicológico,
sociológico, las variantes conductuales, el estudio del medio social y los problemas de la
adaptación de los jóvenes, tanto a las capacidades de aprender como de manejar los
medios a su disposición para lograrlo. Este ámbito particular de la teoría de la instrucción
permite entonces formular los odos, métodos y las estrategias didácticas específicas para
aplicarse en este nivel etario de la educación.
3. Recetas para educar a un adolescente
Los tres ingredientes principales y básicos son: empatía, sentido común y sobre todo mucho,
mucho amor: ponerse siempre en el lugar de su hijo, llegar a sentir como siente él (empatía)
tratar de ser lógico, no dejarse llevar por el dramatismo, ni por los demás, ser consecuente
(sentido común), y sobre todo quererle, pero quererle…sin condiciones, (amor, puro y duro, el
más difícil, pero es mejor, el amor a los hijos).
Otros ingredientes:
Información:
Informe a su adolescente y manténgase informado: la adolescencia es a menudo una época para
experimentar y a veces esto incluye comportamientos arriesgados. No eluda los temas
relacionados con el sexo, las drogas, el alcohol y el tabaco; conversar con su hijo abiertamente
sobre estos temas antes de que se vea expuesto a ellos aumenta las probabilidades de que su
hijo actúe de forma responsable cuando llegue el momento.
Respeto a su privacidad:
Es difícil a veces como padres pensamos que todo lo que hace el hijo es asunto nuestro. Si
existen señales de alerta de problemas, invada su privacidad hasta llegar al fondo del problema,
de lo contrario manténgase al margen.
Respete su espacio:
El dormitorio de un adolescente y sus llamadas telefónicas, mensajes, emails, deben ser algo
privado y no hay necesidad de compartir con uno de sus padres todas sus ideas o actividades.
Supervisión, pero sin tercer grado:
Todos los adolescentes, requieren supervisión de los padres, el cual tiene derecho de saber
dónde estará su hijo y que hace. Pero no espere que le dé todos los detalles ni que lo invite a ir
con él/ella.
Establezca la costumbre de que explique con quien sale y donde podríamos buscarle en caso de
necesidad.
4. Respetar su intimidad y sus silencios, sin intentar hacerle hablar de algo que no quiera. No
presionarlo y mantenerse receptivos para que el joven sepa que puede contar con el apoyo de
los padres.
Escucha activa:
Escuchar con atención lo que quieren explicarnos o preguntar. Cuando con él/ella, concentrarse
en lo que dice. Hágale alguna pregunta sobre lo que explica para demostrar que realmente se
quiere enterar bien. Y sabiendo diga “ahora no tengo tiempo”.
Hablar también de lo que les interesa a ellos. Dar tiempo para abordar los temas que nos
interesan a nosotros.
Tener reglas apropiadas. Sepa ceder y ser flexible. Fijar normas dialogando con nuestro hijo para
que asuman compromisos, donde tengan previstas las sanciones.
Crítica + elogios.
La crítica y la corrección deben combinarse con el uso frecuente de elogios. Es decir, ser capaz
de ver también lo que tu hijo hace bien y decírselo. Por muy desastre que te parezca tu hijo,
seguro que tiene valores positivos que debes esforzarte en reconocer. Además, es necesario
corregir con cariño. Entonces la crítica debe ser serena y ordenada, sin precipitaciones y sin
apasionamiento. Cuidados, sin ironía, sin sarcasmo, como se corrige a un amigo.
Tomarlos en serio
No tratarlos como seres inferiores que explican cosas de las que estamos de vuelta.
No sermonear.
No aprovechar cualquier ocasión para soltarles “el mismo rollo”.
No hacer comparaciones.
No te pongas como modelo (“a tu edad yo…”) o poner de ejemplo a otras personas (“mira tu
hermano como…”). Es injusto, ofensivo y un camino seguro para conseguir su resentimiento. Al
contrario, compáralo con el mismo (“seguro que lo conseguirás, como cuando hiciste…”).
5. Libertad según responsabilidad.
A mayor responsabilidad mayor autonomía, y ante faltas de responsabilidad, restricciones de
autonomía. Si le engaña o falta a sus compromisos, no le grite ni le riña. Explíquele con calma.
Explique siempre porqué.
Explique por qué se lo dice. No use expresiones como “porque lo digo yo” o “porque sí”.
No dude siempre.
Deje que se explique, dar crédito a lo que dice salvo cuando tenga evidencia de lo contrario.
El perdón.
Usted puede perdonar y pedir perdón, eso no le hace más pequeño ante sus ojos sino más
grande.
Tiempo.
Debe ser lo más importante. Compartan alguna actividad (acompañarles a partidos, escuchar
música…mantenerse un poco en su mundo).
Compartir.
Alguna preocupación personal con su hijo y pidiéndole su opinión (problemas de salud, trabajo…)
puede facilitar la comunicación entre ambos.
Asegurarle nuestra cercanía y afecto incondicional, independientemente de sus logros y
comportamiento. El adolescente también necesita sentirse seguro y querido por sí mismo. No dé
por supuesto que su hijo lo sabe, se puede expresar también físicamente cuanto le quiere, con
abrazos, besos, independientemente de la edad que tenga. Especialmente: quiérale…dígaselo y
demuéstralo…
Recuerde que eso es lo único importante para que su hijo sea una persona feliz…y recuerde que
ese tiene que ser nuestro objetivo como padres…¡¡¡No lo olvide nunca!!!
6. Conclusiones
La educación es vital para la humanidad por consiguiente se debe considerar muchos elementos
por lo que planteamos las siguientes conclusiones:
La política es causa y la educación la consecuencia, por consiguiente la educación debe ser
prioridad para todo Estado, centrados en el aprendizaje comunitario considerando los
espacios educativos como comunidades de aprendizaje; además es importantísimo el papel
o rol del padre de familia en la educación de sus hijos, todo dependerá como educas para
tener hijos como quieres, “los hijos se convierten para los padres según la educación que
reciben, en una recompensa o un castigo” (Petit Senn), siendo así cuán importante es el
acompañamiento de los padres de familia en el crecimiento de nuestros hijos.
Como educadores y padres de familia debemos conocer las ciencias agógicas para actuar
o implementar estrategias según la edad del hijo o estudiantes con quienes trabajamos y/o
acompañamos en su desarrollo integral y holístico, por lo tanto, es menester abrir espacios
para refrescar las teorías sabiendo que nadie se prepara para ser padre de familia
simplemente llega ese rol.
En educación superior se aplica la Hebegogía y Andragogía, porque tenemos adolescentes,
jóvenes y adultos y al respecto es importante comprender esa diversidad siempre
respondiendo a las particularidades de cada uno de estos grupos de personas por edad,
sobre todo aprovechar esa riqueza desde sus potencialidades tejiendo armoniosamente la
juventud con la experiencia de los estudiantes.
Finalmente es digno subrayar que los adolescentes merecen y necesitan un trato y atención
especial de parte de las/los maestros y sus padres, como respuesta a lo complicado que es
esa etapa de la vida que todos lo pasamos, por lo tanto, debemos considerar y tomar en
cuenta la receta e ingredientes que planteamos en el presente artículo para no quejarnos de
nuestros adolescentes que son el presente y futuro de nuestro Estado Plurinacional.