Este documento describe el mundo como un teatro, un espectáculo de imágenes que no debe tomarse demasiado en serio para ser feliz. Recomienda considerar la vida como una obra teatral durante siete días para ganar perspectiva sobre los problemas y lograr vislumbres de felicidad. Al adoptar esta actitud lúdica en lugar de una actitud seria, se puede elegir la felicidad sobre la desgracia.
1. TECNICA N°58 VE EL MUNDO COMO UN TEATRO.
Segunda técnica para observar: Esto que llamamos universo aparece como un malabarismo, un
espectáculo de imágenes. Para ser feliz, considéralo así.
Todo este mundo es como una obra de teatro, así que no te lo tomes demasiado en serio. La seriedad te
meterá en problemas; te meterás en problemas. No te lo tomes en serio. Nada es serio; todo este mundo
es un teatro.
Si puedes considerar el mundo entero un teatro, recuperarás tu consciencia original. El polvo se acumula
porque eres tan serio. Esa seriedad crea problemas, y somos tan serios que incluso viendo una representación
teatral acumulamos polvo. Vete a un cine y observa a los espectadores. No mires la pantalla, olvídate de la
película; no mires la pantalla, mira sólo a los espectadores de la sala. Alguien estará llorando y le caerán las lá-
grimas, alguien se estará riendo, alguien estará excitado sexualmente. Mira a la gente. ¿Qué están haciendo?
¿Qué les está pasando? Y no hay nada en la pantalla, sólo imágenes: imágenes de luz y sombra. La
pantalla está vacía.
Pero ¿cómo se están emocionando? Están llorando, sollozando, riéndose. La imagen no es sólo una imagen, la
película no es sólo una película. Han olvidado que es sólo una historia; se la han tomado en serio. iSe ha vuelto
«viva»! ¡Es «real»! Y esto está sucediendo en todas partes, no sólo en el cine. Mira la vida que hay a tu
alrededor. ¿Qué es? Ha vivido mucha gente en esta Tierra. Donde estás sentado, hay al menos diez cadáveres
enterrados, en ese mismo lugar, y ellos también eran serios como tú. Ahora ya no existen. ¿Dónde han ido
sus vidas? ¿Dónde han ido sus problemas? Estaban luchando, luchando por un sólo centímetro de
tierra, y la tierra sigue aquí y ellos no.
Y no estoy diciendo que sus problemas no fueran problemas. Lo eran; igual que tus problemas son problemas.
Eran serios: problemas de vida y muerte. Pero ¿dónde están sus problemas? Y si toda la humanidad
desaparece un día, la tierra seguirá ahí, los árboles crecerán, los ríos fluirán y saldrá el Sol, y la Tierra no
notará ninguna ausencia o se preguntará dónde está la humanidad.
Míralo todo: mira hacia atrás, mira hacia delante, mira todas las dimensiones en las que eres, que es tu vida.
Parece un largo sueño, y todo lo que le tomas tan en serio en este momento se vuelve inútil al momento
siguiente. Puede que ni siquiera te acuerdes de ello.
Recuerda tu primer amor: qué serio fue. La vida dependía de él. Ya no te acuerdas en absoluto, está olvidado.
Y cualquier cosa de la que hoy piensas que tu vida depende de ella, será olvidada. La vida es un flujo,
nada permanece. Es como una película; todo se transforma en todo lo demás. Pero en el momento te
parece que es muy serio, te alteras. Esta técnica dice: Esto que llamamos universo aparece como un
malabarismo, un espectáculo de imágenes. Para ser feliz, considéralo así.
En India no hemos llamado a este mundo una creación de Dios, sino una obra teatral, un juego, un leela. Este
concepto de leela es hermoso, porque la creación parece seria. El Dios cristiano, el Dios judío, es muy serio.
Incluso por una sola desobediencia, Adán fue expulsado del Jardín del Edén..., y no sólo fue expulsado él, sino
que, debido a él, toda la humanidad. Él era nuestro padre, y estamos sufriendo por su culpa. Dios parece ser
muy serio. No hay que desobedecerle. Y si se le desobedece, se venga, y la venganza ha sido tan larga...
El pecado no parece tan serio. En realidad, Adán lo cometió debido a la propia estupidez de Dios. Dios Padre le
dijo a Adán: «No te acerques al árbol, el árbol de la ciencia del bien y del mal, y no comas su fruto». Esta
prohibición se convierte en una invitación, y esto es psicológico. En ese jardín tan grande sólo ese árbol
de la ciencia se volvió atractivo. Estaba prohibido.
Cualquier psicólogo puede decir que Dios cometió un error. Si el fruto de ese árbol no debía ser comido,
lo mejor era no hablar de él en absoluto. No había ninguna posibilidad de que Adán llegase a ese árbol, y
toda la humanidad habría estado en el jardín. Pero este mandato, esta orden: «No comáis», creó el problema;
este «no» creó todo el problema.
Debido a que Adán desobedeció, fue expulsado del cielo, y la venganza parece tan larga... Y los cristianos
dicen que Jesús fue crucificado para redimimos: para redimimos del pecado que cometió Adán. De modo que
todo el concepto cristiano de la Historia está condicionado a dos personas, Adán y Jesús. Adán cometió el
pecado, y Jesús sufrió para redimirnos de ese pecado, y permitió ser crucificado. Sufrió tanto que puede que el
pecado de Adán esté perdonado. Pero no parece que Dios lo haya perdonado todavía. Jesús fue crucifi-
2. cado, pero la humanidad continúa sufriendo de la misma forma.
El concepto mismo de Dios como padre es feo, serio. El concepto indio no es el de un creador. Dios es tan sólo
un jugador; no es serio. Esto es sólo un juego. Hay reglas, pero son las reglas de un juego. No necesitas
tomártelas tan en serio.
Nada es pecado..., sólo error, y sufres debido al error, no porque Dios te castigue. Sufres debido a las
reglas que no sigues. Dios no te está castigando. El concepto entero de leela da a la vida un color teatral; se
vuelve una prolongada obra de teatro. Y esta técnica se basa en este concepto: Esto que llamamos universo
aparece como un malabarismo, un espectáculo de imágenes. Para ser feliz, considéralo así. Si no eres
feliz, te lo has tomado demasiado en serio. Y no intentes descubrir cómo ser feliz. Simplemente cambia de
actitud. No puedes ser feliz, con una mente seria. Con una mente festiva, sí puedes ser feliz. Tómate
toda esta vida como un mito, como una historia. Lo es, pero en cuanto te la tomes de esta manera no serás
desdichado. La desdicha surge de la excesiva seriedad. Pruébalo durante siete días; durante siete días
recuerda sola una cosa, que el mundo entero es sólo un teatro..., y no volverás a ser el mismo. ¡Sólo siete
días! No vas a perder mucho, porque no tienes nada que perder.
Puedes, intentarlo. Durante siete días tómatelo todo como una obra teatral, como un espectáculo. Estos siete
días te darán muchos vislumbres de tu naturaleza búdica, de tu pureza interna. Y una vez que tienes el
vislumbre, no puedes volver a ser el mismo. Serás feliz, y no puedes concebir qué tipo de felicidad te puede
suceder, porque no has conocido ninguna felicidad. Sólo has conocido grados de infelicidad: a veces eras
más infeliz, a veces menos infeliz, y cuando eras menos infeliz lo llamabas felicidad. No sabes ni que es
la felicidad porque no puedes saberlo. Cuando tienes un concepto del mundo por el que te lo estás tomando
muy en serio, no puedes saber qué es la felicidad. La felicidad sólo sucede cuando estás asentado en la
idea de que el mundo es sólo una obra teatral.
Así que prueba esto, y hazlo todo de manera muy festiva, haciendo una actuación..., no algo real. Si eres un
marido, juega, juega a ser el marido; si eres una esposa, juega a ser la esposa. Que sea sólo un juego. Y hay
reglas, por supuesto; para jugar a cualquier juego hacen falta reglas. El matrimonio es una regla y el divorcio
es una regla, pero no te las tomes muy en serio. Son reglas, y una regla crea otra. El divorcio es malo
porque el matrimonio es malo: ¡una regla crea otra! Pero no te las tomes muy en serio, y entonces observa
cómo la cualidad de tu vida cambia inmediatamente.
Vete a casa esta noche; y compórtate con tu mujer o tu marido o tus hijos como si estuvieras haciendo un papel
en una obra teatral, y observa qué bello es. Si estás haciendo un papel, intentarás ser eficiente, pero no te
alterarás. No hay necesidad. Harás el papel y te irás a dormir. Pero, recuerda, es un papel, y durante siete
días sigue continuamente esta actitud. Entonces puede sucederte la felicidad, y una vez que sabes lo
que es la felicidad, no necesitas entrar en la desdicha, porque es tu elección.
Eres desdichado porque has elegido una actitud errónea hacia la vida. Puedes ser feliz si eliges, una actitud
correcta. Buda pone mucha atención a la actitud correcta. Hace de ella una base, un fundamento: la actitud
correcta. ¿Qué es una actitud correcta? ¿Cuál es el criterio? Para mí, éste es el criterio: la actitud que te hace
feliz es la actitud correcta, y no hay ningún criterio objetivo. La actitud que te hace infeliz y desgraciado es la
actitud errónea. El criterio es subjetivo; tu felicidad es el criterio.