Aproximadamente 4.500 millones de personas en el mundo se consideran
religiosas. Sus creencias sobre la divinidad las llevan a establecer una serie de
normas morales que rigen su conducta individual y social. Sin embargo, hay
una línea radical que se aleja del credo del amor: el fundamentalismo religioso.
Este sistema busca imponer a toda costa los parámetros morales que se deben
seguir, cuestionando y tachando de inferiores a quienes se alejan de ese
dogma.
Cuando algunos grupos de fundamentalistas religiosos se manifiestan con
acciones nocivas contra terceros como la discriminación, la manipulación e
incluso el homicidio, se desencadenan métodos de auto-justificación
culpabilizando y deshumanizando a sus víctimas. Estas actitudes son muy
peligrosas ya que pueden llevar a la violación de derechos humanos que a
modo comparativo se han observado anteriormente en múltiples genocidios.
Este libro expone las similitudes entre la actitud observable en algunos
fundamentalistas religiosos en la actualidad y las sufridas durante El
Holocausto, convirtiéndose en un camino de amor y odio. Cuestionando si esa
historia de horror ha permitido permear el aprendizaje o si en un futuro no muy
lejano se cometerán los mismos errores: la discriminación de minorías, la
alteración de valores del individuo, la manipulación de las masas, uso de
violencia inimaginable, justificantes de odio y el uso de la tecnología para fines
destructivos.
Además, los autores buscan al final de este ejercicio de comparación, dar a
conocer las habilidades sociales que se deben desarrollar para prevenir que se
repita un nuevo genocidio: educación accesible a todo nivel de la sociedad, el
cultivo de un autoestima sólido en los ciudadanos para que logren mantener
sus convicciones y el uso de la razón antes que los sentimientos.
5. Dedicado a todas las familias de las víctimas y sobrevivientes
del Holocausto producto del fundamentalismo religioso,
debido a que el superviviente es el que puede dar testimonio
de lo que ocurrió y así advertir a la gente de que estos
eventos pueden volver a suceder. A través del odio racial, la
violencia y las idolatrías religiosas.
Así mismo a los autores y coadyuvantes de la formulación
de este libro, que tomaron el tiempo para dar a conocer este
tema tan importante que no debe de ser olvidado
6.
7. Índice
Presentación del libro......................................................................................8
Capítulo I: Aprender del pasado o repetir la historia............................................9
Capítulo II: Religión: Amor y odio...................................................................16
Capítulo III: Valores y creencias culturales.......................................................24
Capítulo IV: Discriminación de minorías por imaginario social colectivo.................30
Capítulo V: La construcción social del Holocausto, genocidios y crímenes de odio con
respecto a sus justificantes de acción...............................................................38
Capítulo VI: El impacto de la agresividad humana en el Holocausto......................46
Capítulo VII: Manipulación, adoctrinamiento y horror.........................................52
Capítulo VIII: Similitudes en los sesgos de cognición social durante el holocausto y la
actualidad ...................................................................................................60
Capítulo IX: La influencia de la tecnología y noticias falsas..................................68
Capítulo X: Educación como concepto clave ante la prevención de un futuro
genocidio.................................................................................................... 74
Referencias Bibliográficas...............................................................................79
8. 7
La sociedad actual aunque parece “permisiva y liberal”, aún existe una mayo-
ría que sigue juzgando lo que hacemos, la manera en que pensamos y las deci-
siones que tomamos; condicionando así nuestra forma de ser y de comportarnos.
Existe un doble discurso moral desde los grupos religiosos, las empresas, la publicidad,
la tecnología; las empresas que deslumbran con sus campañas de Responsabilidad
Social pero en los procesos de reclutamiento descartan candidatos por ser LGTBIQ+.
Existen muchas situaciones que nos afectan como seres humanos: frustración, es-
trés, molestia ante las diferencias individuales, problemas financieros, emociona-
les, académicos, laborales; traumas psicológicos, trastornos psicológicos, crisis
existenciales, demandas/exigencias sociales o familiares, entre otros. La sociedad
está falta de habilidades sociales (habilidades como respeto, empatía, igualdad, co-
municación asertiva); desde hace unos años y actualmente las reacciones conduc-
tuales ante las situaciones antes mencionadas son: la violencia física, emocional y
verbal, bullying, abuso de drogas, femicidios, asesinatos, abuso sexual, suicidios.
El abordaje de estas situaciones debe ser integral, nada hacemos con solo promo-
ver el respeto e igualdad en la escuela si en la casa existe violencia doméstica, por
ejemplo. UNICEF, (2017) indica que la exposición temprana a situaciones de vio-
lencia ha demostrado dejar cicatrices emocionales y físicas de por vida, especial-
mente cuando estas experiencias son vividas desde la infancia, afectando la capaci-
dad de aprendizaje y de funcionar como seres humanos saludables y balanceados.
Desde el enfoque de los derechos humanos, UNICEF, (2017) men-
ciona que es importante no generar factores de riesgo, fortale-
cer factores protectores e identificación temprana de los riesgos.
Tenemos la responsabilidad de prevenir, identificar, hablar, denunciarla y tratar la vio-
lencia en todas sus formas, así como generar elementos estratégicos para personas
con conductas suicida; y en ambos casos realizar intervenciones oportunas, pertinen-
tes, preventivas y viables.
Licda. Adriana Rojas Méndez,
Psicóloga y Profesora Universitaria
Código #8387
9. 8
A
lo largo de la historia de la humanidad se ha podido presenciar múltiples eventos
de impacto mundial que han dejado como evidencia que ningún extremo es bue-
no, en más de una ocasión se ha visto un fenómeno en el cual, un grupo persigue el
bienestar e ideales de unos pocos en nombre de muchos, casi han llevado a la huma-
nidad a la destrucción total. El Holocausto es un ejemplo histórico de los efectos y el
riesgo del extremismo, que bien puede conducirnos a las siguientes preguntas: ¿Qué
nos impide aprender del pasado? ¿Acaso son ciertas las palabras del hombre cuyo
discurso logró convencer a toda una nación que era necesario exterminar a aquellos
que consideraron inferiores? “La más importante lección de historia es que nunca
se aprenden las lecciones de la historia”. Adolf Hitler. En efecto el Holocausto no ha
sido, ni será el primer y último acto de odio, como bien lo expresa el profesor Yehuda
Bauer, director del Centro Internacional de Estudios sobre el Holocausto: “Porque su-
cedió una vez, puede suceder de nuevo, no en la misma forma, no necesariamente a
la misma gente, no por la misma gente, sino a cualquiera por cualquiera”. Dicho esto,
surgen nuevas interrogantes, ¿Cuándo ocurrirá un nuevo evento con la magnitud del
Holocausto? ¿Cuáles podrían ser las causas que harían que algo así ocurriera nueva-
mente? ¿Realmente aprendimos la lección del anterior suceso? Aprender de la historia
implica no repetirla, saber asumir el compromiso de ser humanos a fin de lograr que
las palabras de Hitler constituyan un testimonio falso.
Las guerras y los desastres causados por el hombre en la historia de la humanidad
no se limitan al Holocausto de 1933, por el contrario, son tan antiguas como la hu-
manidad misma y se han llevado a cabo por territorios, recursos, riquezas, religión
e intereses. No es un secreto que las peores coyunturas vistas y registradas en los
anaqueles de la historia han sido, son y serán sin duda alguna ideológicas, es en el
pensamiento donde cobra sentido el hecho de ser humanos, donde el pensamiento
se vuelve palabra y por ende acción, entonces, se podría interpretar el pensamiento
Capítulo I
10. 9
como el creador de la realidad, donde se dan los primeros pasos para hacer la guerra
o la paz, “Lo eternamente real es innombrable, el nombre el origen de todas las cosas
particulares”. Lao Tzu. Tao te Ching (siglo II a. C.).
En más de una oportunidad ha sido un discurso lo que ha movido a millones de per-
sonas tanto para bien, como para mal; Adolf Hitler es un claro ejemplo de ello, con el
uso magistral de sus palabras y el uso de la psicología social, logró con éxito la des-
humanización de todo un pueblo, usando el resentimiento, el dolor y la inconformidad
de su nación y el de otras tantas, producto de los resultados de la primera guerra
mundial, para dar pie a uno de los capítulos más oscuros de nuestra historia, prueba
circunstancial de que el pensamiento no solo es acción, es emoción y en donde se
arraiga la fe. Dicho esto, es posible decir que el poder de una sola palabra es pólvora
capaz de llevarnos a actos terribles o bálsamo que nos lleva a desvelar lo misericordia
de la condición humana.
Es la idea del valor, el sacrificio, el patriotismo y la camaradería donde constante-
mente se ven reflejadas las naciones que tienen una cultura bélica, que incluso han
llegado a creer que una guerra puede ser deseable, llenando de gloria al vencedor,
permitiéndole contar y escribir su historia, un ejemplo de esta cultura y lo íntima-
mente que se encuentra ligada a la política es una carta personal escrita por Theo-
dore Roosevelt en 1897, donde expresaba que recibiría de buena gana casi cualquier
guerra, ya que el país la necesitaba ¿Es esto evidencia de que la humanidad anhela la
guerra, solo por dominación? Tanto en la antigüedad como en el presente la huma-
nidad ha librado guerras, ejemplo de esto, son las guerras que se llevan actualmente
en el Medio Oriente, se ha llevado a cabo por años y seguirá indefinidamente hasta
lograr un cambio de pensamiento o hasta la autodestrucción de uno o ambos bandos.
Howard Zinn. “Sobre la Guerra” (2001). (Pg.272). expresa, “La mayoría de las per-
sonas no están enamoradas de la guerra. La ven como algo malo, pero también como
un posible medio para alcanzar algo bueno. Y por lo tanto distinguen entre guerras
que consideran justas y guerras que consideran injustas”.
Se podría decir que en efecto las palabras emitidas por Adolf Hitler son acertadas, se
han documentado incontables eventos a lo largo de la historia, conflictos bélicos, pro-
blemas socioeconómicos, violación de derechos, crímenes de lesa humanidad, entre
otros. Y no es menos cierto que no se vuelvan a repetir, el hombre simplemente no
11. 10
puede aprender de la historia porque su memoria es limitada y está sujeta a la sub-
jetividad, misma subjetividad que es usada por los sistemas políticos, manejados por
unos pocos para servir a sus intereses a nombre de un colectivo. “Una vez declarada
la guerra, los asuntos de Estado quedan a merced de los apetitos de unos pocos”.
Erasmo.
Una teoría mundialmente conocida es la concepción propuesta por el filósofo Giamba-
ttista Vico. (1744). para el cual el tiempo no era lineal, sino cíclico, donde dicho flujo
permite regresar al punto de origen. Citando el ejemplo de Atenas ciudad democráti-
ca y amante de la guerra, prueba de ello el ataque a los habitantes de la isla de Me-
los, la cual fue arrasada después de negarse a las exigencias de Atenas de someterse
a su dominio y superioridad; así pues, Atenas demostró ser en apariencia liberal en
el aspecto interno y absolutamente brutal y despiadada en su política exterior, Zinn
(2001). (Pag, 279). Agrega que: “una nación entera puede convertirse en una nación
de mercenarios, pagados con un poco de democracia en casa a cambio de participar
en la destrucción de vidas fuera de ella”.
Esto es prueba del hecho de que lo que se vive en este momento histórico, es una re-
petición ¿La democracia y la libertad que se le garantizaba internamente en la política
ateniense, la cultura bélica y la feroz política exterior, no guarda similitud con Estados
Unidos en la actualidad? ¿El ataque al pueblo Meleano para demostrar la superioridad
de los Atenienses, no se podría comparar de alguna forma con el ejército Nazi?
Es en nuestra historia donde se encuentran las claves del cambio. Durante la segun-
da guerra mundial, incluso antes de que esta comenzara, hubo declaraciones que
lograron hacerse escuchar sobre las voces ignorantes que clamaban por guerra, poco
antes de dar inicio la segunda guerra mundial se celebraron en Ginebra conferencias
internacionales donde se planeaba discutir y establecer los acuerdos sobre la mane-
ra correcta de hacer la guerra, con la premisa de una guerra más humana. Dichos
acuerdos se violaron múltiples veces al iniciar la guerra, desencadenando los actos
más sangrientos, mortíferos e inhumanos de la historia de la humanidad, causando la
mayor pérdida de civiles en cualquier momento de la historia.
Zinn. (2001). expresa que para el año de 1932 el señor Albert Einstein asistió a una
de dichas reuniones en Ginebra, en donde sesenta países discutían que formas eran
legales para matar y cuales armas, y cuales no lo eran. Luego de la reunión Einstein
12. 11
se pronunció ante los medios, haciendo un llamado a la toma de consciencia, donde
expresaba. “Formular unas cuantas reglas para la guerra no sirve para que haya me-
nos guerras. [...] es imposible humanizar la guerra, solo puede ser abolida”. Lamen-
tablemente las declaraciones de Einstein fueron ignoradas, pero a pesar de ello, ese
gesto fue una muestra clara de querer aprender de la historia y no repetir los errores
pasados.
Si bien la historia se encuentra llena de hechos que han marcado hitos para el desa-
rrollo social que poseemos actualmente, también es identificable la barbarie de la que
ha sido capaz el hombre; a pesar de esto, ambas caras de la moneda se entrelazan
íntimamente entre si a lo largo de nuestra historia, ¿Es posible condenar los actos
violentos que permitieron la liberación de los pueblos? ¿No fueron fuertes periodos de
agitación social los que ayudaron a minorías a salir del yugo de los que ostentan el
poder? Vemos la paz y la guerra como opuestos, sin comprender realmente el signifi-
cado de ambas palabras, no estar en guerra no es sinónimo de vivir en paz.
Hay una expresión que dice, no hay peor ciego que el que no quiere ver, posiblemente
Hitler tenía una fuerte ceguera selectiva. Aprendemos lo que queremos, lo que no es
de nuestro interés lo ignoramos y tememos lo que desconocemos; a fin de cuentas,
cada quien aprende lo que quiere. La última guerra mundial fue, si se quiere, la ca-
tástrofe más grande provocada por el hombre. Concluida la guerra, se puede decir
que el mundo aprendió una lección, el pueblo alemán aprendió de sus errores. Hoy
en día es una creciente potencia política y económica que logró hacerse con aliados,
repudiando la guerra.
Otra de las lecciones aprendidas fue el respeto y la importancia de los derechos hu-
manos. Amparada por la ONU nace la Carta de los Derechos Humanos, la cual busca
salvaguardar los derechos fundamentales del hombre, la dignidad y el valor del ser
humano, en la igualdad de hombres y mujeres, repudiando cualquier acto que atente
contra estos principios y condenado por la comunidad internacional. En lo complejo
de las relaciones humanas es claro que no se puede ver, ni estudiar nada desde la
polarización, porque nada es solo blanco o negro.
Crímenes de odio como el Holocausto nazi no deben bajo ningún pretexto volver a
repetirse, para ello es necesario que el hombre sea plenamente consciente del hecho
de que es nuestro pensamiento el que forja nuestra realidad, creando una conciencia
13. 12
social capaz de oponerse a que sucesos de esta naturaleza vuelvan a ocurrir. Zinn.
(2001). expresa que la historia no solo ofrece ejemplo de la crueldad de la que somos
capaces como especie; sino también de empatía, bondad, misericordia, valor. En sí,
la historia guarda similitudes entre el pasado y el presente, pero no se repite, afirma
Victor Muiña. El hecho por el cual la misma no se repite es por la siempre floreciente
consciencia social. “Siempre hubo personas que hicieron cosas por sí mismas, en con-
tra de la ideología dominante, y cuando hubo bastantes de ellas la historia tuvo sus
grandes movimientos”. Howard Zinn. (2001). (Pag, 249).
Aprender de la historia no necesariamente significa no repetirla, tener poder de ese
tipo conocimiento, puede llegar a ser un arma de doble filo, siendo de ayuda para
evitar antiguas catástrofes o para lograr que un individuo logre hacerse con el poder
y arrastrar tras él a todo un pueblo. Es una idea utópica pensar que solo por el hecho
de poseer una información, ésta deba ser compartida con los demás que no la cono-
cen, y que podría hacer que se replantearan ese conjunto de ideas que se ancla a su
base cultural. ¿Qué pasaría si esa persona que ostenta el conocimiento manipula la
información según sus propios intereses? La historia es escrita por los ganadores,
por aquellos que tienen el poder, los recursos y quieren que se difundan sus proezas.
¿Qué sucede cuando la historia tiene un uso político y cultural? ¿Acaso no fue Hitler el
que logró manipular a toda una nación, manejando la historia y la memoria colectiva
a su conveniencia para lograr hacerse con el poder? Recordándole al pueblo alemán
los ultrajes sufridos durante años y la discriminación después de la primera guerra
mundial, alimentando a todo un pueblo con resentimiento, dolor y la humillación su-
frida. Nada de esto hubiese sido posible sin ayuda de la memoria histórica del pueblo
germano.
Adolf Hitler decía que la más importante lección de historia es que nunca se aprenden
las lecciones de la historia. Sin embargo, no se dió cuenta que el hombre aprende de
la historia lo que quiere, ignora lo que le parece irrelevante y teme a lo diferente y lo
que desconoce. Decir que no se aprenden las lecciones de la historia es irresponsable,
en tal caso se debería especificar qué es lo que se supone se debe aprender; algunos
pueblos aprendieron a repudiar la guerra, otros aprendieron a hacerse más letales,
otros tantos aprendieron la importancia de los derechos humanos y la dignidad del
hombre, muchos han aprendido la importancia de defender pacíficamente las causas
14. 13
justas, el apoyo e inclusión de las minorías.
¿Cómo la visión de Hitler fue tan corta como para decir que no se aprendían leccio-
nes de la historia? El gobierno de Hitler se caracterizó por ser un régimen totalitario,
donde todos los poderes se veían supeditados a la voluntad de una sola persona En
el libro “Mi Lucha”, escrito por el mismo Hitler, describe esta figura como el Führer,
líder supremo con autoridad plena frente a todas las instituciones y ciudadanos; era el
Führer quien dirigía los aspectos de la vida cotidiana, la educación que se impartía, el
adoctrinamiento del pueblo para el apoyo incondicional a la ideología nazi, e incluso la
eliminación de la democracia porque el líder y su partido eran los poseedores de la au-
toridad plena. ¿No son estas las características de gobiernos totalitarios y dictaduras
a lo largo de la historia, que incluso hemos podido presenciar incluso en la actualidad?
¿Dónde aprendió Hitler todo esto? ¿No fue en la historia?
Por tanto, el argumento de Hitler es falso, el hombre siempre aprende las lecciones de
la historia, lo que es necesario identificar es qué lección le interesa aprender, replicar
o evitar. En conclusión, es en nuestra historia donde se encuentran las claves de los
cambios para evitar repetirla o replicarla, siempre sujeta al interés humano.
Retomando múltiples eventos de la historia de la humanidad se ha buscado dibujar
un panorama mediante el cual fuese posible observar de forma clara la importancia
de conocer la historia, el hombre es quien marca el curso de la misma, dicho curso irá
dado por un pequeño grupo de hombres (lideres) que dicen buscar el bienestar y la
defensa de los ideales de pocos en nombre de muchos, o por múltiples movimientos
individuales que se articulan en uno mayor al cual le podríamos decir: movimiento
social. Es en el despertar de la consciencia social donde se encuentra la clave para
evitar la repetición de las peores catástrofes de la historia. Han sido los gobernantes
los que han hecho uso político de la historia, usándola para sus fines, siendo este el
caso, se podría considerar que el problema del hombre no es que no ha aprendido del
pasado, sino lo que se le ha enseñado del mismo.
15.
16. 15
Apesar de todos los avances sociales y culturales que ha tenido la sociedad a lo
largo de la historia es indispensable mencionar que aún en pleno siglo XXI siga
existiendo discriminación, odio y prejuicio de grupos principalmente fundamentalistas
religiosos hacia grupos que no comparten su ideología; llevando así a estos grupos a
cometer actos que atentan contra los derechos humanos como: ofensas, agresiones
e imposición de sus ideas. Se pueden evidenciar algunos de estos actos en las cam-
pañas de odio que realizan algunos fanáticos religiosos, también en agresiones contra
personas fuera de su doctrina, rechazo absoluto de temas controversiales que vayan
en contra de lo que piensan o no les parezca conveniente para su propia institución
religiosa.
La historia del ser humano siempre se ha caracterizado por una serie de eventos o he-
chos históricos que repercuten en la actualidad, la disciplina de la historia nos ayuda
a tener una visión desde el presente al pasado para comprender el mismo presente.
Uno de los factores más significativos e influyentes en la sociedad que ha modificado
aspectos como lo económico, cultural y social durante el pasar de los años ha sido
la religión, la cual (como se verá más adelante) ha repercutido de manera positiva/
negativa en la vida de las personas desde el inicio de los tiempos.
Para poder analizar el papel de la religión en la actualidad se puede recurrir al libro
Los instrumentos del nuevo orden mundial: el derecho, la economía, la ciencia, el len-
guaje y la religión en la sociedad del siglo XXI, creado por la Universidad Complutense
de Madrid, como su título menciona, actualmente las doctrinas religiosas forman par-
te del nuevo orden mundial, de hecho plantea todo un argumento alrededor de este
tema en específico aseverando que en el siglo XXI se ha neutralizado lo ideológico y
que se ha creado un hombre desprovisto de toda concepción firme de la vida, de la
familia y de la religión (Victoria, 2009, pág. 88).
Además explica que en este siglo (siguiendo el ejemplo de lo que se vivía en la Edad
Capítulo II
17. 16
Media) sigue existiendo esa actitud y esa falacia de que Dios es garante de la justicia
social y como lo menciona el autor “obstáculo eficaz de desarrollo de los otros factores
que también contribuyen a ella” (Victoria, 2009, pág. 117), lo que quiere decir es que
muchas personas utilizan el nombre de Dios en las acciones que los beneficien a ellos
mismos justificando qué es “lo justo” o “lo que está en los planes de Dios”; por otro
lado, muchos religiosos llegan a un extremo mayor, en donde buscan sus raíces para
“adoctrinar” a las personas que sigan su credo, este es el fundamentalismo religioso.
El fundamentalismo religioso nace debido a las problemáticas actuales o, como otros
prefieren decirlo, aparecen frente a los efectos de la globalización en la sociedad. La
población que decide seguir este modelo toma como referencia sus propias interpre-
taciones de lo que dicen los textos sagrados de la religión que practiquen (El Corán
en el caso del islam y la Santa Biblia en el caso del cristianismo) y desean imponerlos
al resto de la sociedad, en muchos casos buscando un nivel político o económico alto
para así llegar a persuadir a más personas con su propia ideología, así como lo hizo
Hitler en el siglo XX en Alemania.
Entonces, luego de haber explicado el significado del fundamentalismo, surgen varias
preguntas: ¿Es la religión el camino de amor que tanto se ha prometido en los libros
sagrados de cada cultura?, ¿O esta misma está separando sociedades y devolviendo
al mundo a una nueva era de oscurantismo?
En síntesis, las religiones han surgido con el fin de explicar la existencia humana y
algunos sucesos sin explicaciones lógicas, por lo que son mitos que se construyen
a través del tiempo y que hasta el día de hoy muchas personas creen. Pero toda la
doctrina pierde fuerza por el área de la ciencia que llegó a explicar gracias a experi-
mentos, teorías y fórmulas todos esos sucesos que antes no se tenía conocimiento, a
esto se le llamó el desencantamiento del mundo (1986) que según el sociólogo Max
Weber comenzó “con las antiguas profecías judías y que, apoyado en el pensamiento
científico heleno, rechazó como superstición y sacrilegio la busca de todo medio má-
gico para la salvación” (1992). Es decir, que desde la antigüedad existía esa curiosi-
dad humana por explicar los hechos de una forma que no fuera religiosa y por ello se
cuentan muchas historias de cómo perseguían científicos o “brujos” como ellos decían
para no profanar el nombre de Dios.
Por otro lado, actualmente se vive en un mundo interconectado gracias a todos los
18. 17
avances que ha permitido la ciencia y la tecnología, un ejemplo claro de esto son las
redes sociales que permiten darse cuenta casi de manera inmediata de lo que está pa-
sando no solo en el país, sino en otros lugares del mundo, pero esto puede ser usado
para bien o para mal. Se han presentado casos donde algunos personajes religiosos
utilizan medios de comunicación masiva o redes sociales para difundir su mensaje en
la sociedad, criticando a las comunidades LGBT+ por su orientación sexual, aludiendo
a que se irán al infierno por no cumplir con la regla de matrimonio que está escrita
en la Biblia: “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer
y los dos se funden en un solo ser” (Génesis 2:24). De esta manera se justifican dos
cosas: la primera que dos personas del mismo sexo no pueden contraer matrimonio
y la segunda que una relación entre homosexuales es antinatural y pecado.
Este argumento usado por los religiosos de utilizar un libro sagrado para justificar un
punto de vista es prácticamente inútil ante una persona no creyente, por lo que se
puede refutar fácilmente utilizando el mismo libro sagrado de ellos, en la Biblia mu-
chos versículos hablan del matrimonio, se puede mencionar el texto siguiente:
Cuando algún hombre hallare a una joven virgen que no fuere desposada, y la toma-
re y se acostare con ella, y fueren descubiertos; entonces el hombre que se acostó
con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por
cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días.” (Deuteronomio 22:28-29)
Donde se da a entender que el matrimonio estaría bien si un hombre viola a una
mujer y le paga a el padre de esta por casarse con ella. Siguiendo el tema de la co-
munidad LGBT+, estos siempre se han visto amenazados por la sociedad en todas
partes del mundo, aunque actualmente se tenga “más tolerancia” con respecto a este
tipo de personas, en muchos países aún no aceptan ni quieren igualdad de derechos
para esta población en específico; una gran parte que no comprende estas ideas de
igualdad para la comunidad gay es la religiosa, donde se les insulta, se les critica, se
les persigue e incluso han sido agredidos por hombres y mujeres solo por el hecho de
ser diferentes. Este es el odio evidenciado que tienen los fundamentalistas religiosos
a algo que no pertenece al grupo de ellos, con la única excusa de culpar a la víctima
utilizando frases como: “Él fue quien se lo buscó por ser gay” o “fue culpa de ella por
ser marimacha”.
Muchas de estas personas agresoras se justifican culpando a la víctima de agresión
19. 18
aludiendo que fue culpa de esta por su vestimenta, comportamiento, apariencia, entre
otros. El argumento más repetitivo es que para un niño es de mal gusto o inmoral ver
a dos personas del mismo sexo compartiendo como pareja y que esto les pervierte la
mente, lo cual es una generalización ya que no está científicamente comprobado que
una persona se haga homosexual por ver actos homosexuales. Lo que sí se comprue-
ba es la discriminación que estas comunidades sufren por estos grupos de personas,
el desprecio que reciben por una comunidad que “practica y promueve el amor”, así
como lo dejó Jesús en su último mandamiento.
Como se mencionó anteriormente en el concepto del fundamentalismo religioso, es-
tos grupos lo que pretenden es imponer sus creencias sobre todas las leyes y dere-
chos de las personas; sean creyentes o no, deben seguir lo que dice su libro sagrado
sin importar el costo que se deba tomar. Es ahí donde aparece el prejuicio, que según
Aronson en su libro The Social Animal (1984) se define como:
…Una actitud hostil y negativa hacia un grupo en específico, gracias a una generali-
zación o información incompleta, cuenta con un componente cognitivo como un este-
reotipo, un componente emocional el cual es un rechazo a X grupo y un componente
de comportamiento el cual es la acción de discriminar X grupo en cada momento.
Con respecto a lo planteado anteriormente se han hecho múltiples estudios con el ob-
jetivo de analizar la asociación entre la religión y el prejuicio, uno de ellos es el artícu-
lo titulado Modelo causal de prejuicio religioso creado por la Universidad de Murcia en
España, el cual plantea que este tipo de prejuicio se debe analizar con cuatro factores
fundamentales, los cuales son: homofobia, sexismo, intolerancia religiosa y distancia
social. Otro argumento muy interesante que se debe recalcar es que plantean que
los autoritarismos de derechas y el fundamentalismo son los mejores predictores del
prejuicio, además de que en las parroquias y en distintos grupos religiosos estudiados
se presenta un mayor prejuicio religioso (Núñez-Alarcón, 2011, pág. 852).
La relación entre la religión y el prejuicio está llena de sorpresas y paradojas, en el
artículo anterior también se evidencia que se han hecho estudios donde los resultados
muestran que entre más religiosa sea una persona, más prejuiciosa es; además men-
ciona ciertos puntos que para efectos de este escrito son importantes, se concluye
que: 1) en promedio, las personas que asisten regularmente a misa son más pre-
juiciosas que las que no asisten; (2) a pesar de este hecho, una minoría significativa,
20. 19
los intrínsecos (personas con una fe más sincera, interiorizada y madura) son menos
prejuiciosos; y (3) son los miembros ocasionales e irregulares, los extrínsecos
(personas que ven la religión útil como seguridad, consuelo, estatus y auto justifi-
cación; es una “fe inmadura”), los que marcan alto en prejuicio (Núñez-Alarcón,
2011, pág. 853).
Por otro lado, y en este mismo estudio, se llegó a la conclusión de que el fundamen-
talismo religioso está compuesto por personas inflexibles, que creen con absoluta cer-
teza que sus convicciones son verdaderas y que tienen el conocimiento de una verdad
absoluta. Es por ello que al encontrar ideas que no concuerden con la de ellos suelen
tomar cualquier medida necesaria para hacer cambiar prácticamente a la fuerza el
pensamiento de los demás, suele prejuzgar a las personas por su aspecto y crean
estereotipos como que las personas que visten de negro y escuchan rock alaban a
satán o que si una mujer llega tarde a su casa lo primero que piensan es que es una
prostituta.
Esto del prejuicio puede ser que muchas personas lo vean como algo inofensivo y
“loco” que llegan a hacer los fanáticos religiosos, pero realmente es un problema que
se está agravando en la sociedad. Un ejemplo muy claro es el que sucedió el año pa-
sado en Costa Rica, en las elecciones presidenciales la comunidad religiosa del país
se unió en apoyo hacia un candidato cristiano con un discurso homofóbico, alegando
que la comunidad gay no podía casarse porque era pecado y Dios no lo permitiría,
impulsando ideas ingenuas como sacar a Costa Rica de la Convención de Derechos
humanos por la emisión de una directriz que decía que todos los países unidos a esta
debían legalizar el matrimonio homosexual gracias a esta y otras propuestas de simi-
lar índole fue tanto el apoyo que recibió el partido por parte de la población conser-
vadora costarricense que se llegó a una segunda ronda.
A pesar de la derrota de Fabricio Alvarado, su partido logró una representación de 14
diputados en la Asamblea Legislativa, contando con un gran poder de decisión, esta
es una de las causas por lo que muchos proyectos no han podido desarrollarse, ya que
no todos son de su interés o beneficio.
Uno de estos proyectos es el aborto, el cual ha estado envuelto en uno de los temas
más polémicos desde hace varios años. Este proceso consiste en la interrupción del
embarazo de forma prematura y se ha popularizado gracias a las marchas feministas.
21. 20
En Costa Rica según el artículo 121 del Código Penal, se permite el aborto terapéutico
cuando la madre se encuentra en riesgo la salud o de muerte. Los fundamentalistas
religiosos se oponen al aborto identificándose como personas pro-vida, ellos alegan
que el hecho de abortar es sinónimo de asesinar a un niño y como tal un pecado ante
Dios; sin embargo, no toman en cuenta las condiciones de vida que podría tener ese
niño ya una vez nacido y el nulo apoyo de estas comunidades a madres adolescentes
o familias de escasos recursos.
Como se puede ver, los fundamentalistas religiosos son un grupo de personas unidas
bajo una misma “religión de amor” que sin embargo son intolerantes, prejuiciosas
y violentas, que atentan contra lo que no va con sus ideales con la intención de im-
plantar sus doctrinas religiosas a los demás, muchas de estas creencias son aún en
la actualidad retrógradas, machistas y excluyentes; atacando, en este caso, grupos
vulnerables como lo es la comunidad LGBTQ+. Según González y Reyes en su artículo
Orientación Religiosa, Identidad Grupal y Religiosidad como Predictores del Funda-
mentalismo Religioso (2015):
El fundamentalismo religioso es clave para entender situaciones de discriminación
y violencia que se viven alrededor del mundo, conocer qué es lo que se encuentra
detrás de esta característica psicosocial de las personas, puede ayudar a entender y
prevenir este tipo de comportamientos nocivos.
Entonces, así como en su momento los nazis atacaron inválidos, enfermos mentales y
judíos en la Segunda Guerra Mundial, también se podría ver evidenciada esta misma
situación por la unión de comunidades religiosas guiadas por un mismo líder como la
que se vivió en Costa Rica, entonces nos queda la pregunta ¿El nivel de violencia y
discriminación de un fundamentalista religioso podría llegar a igualar el de los nazis
abriendo las puertas de un Holocausto?
Lastimosamente podría ocurrir, estos grupos han tomado bastante fuerza al plantear
soluciones a los problemas que rodean al mundo, si estos lograran tomar un poder
mayor como el político o económico podrían llegar a lograr su objetivo: implantar casi
que a la fuerza sus ideas a la población de una nación. Si esto llegara a suceder en
países de potencia mundial traería efectos negativos de manera global. En un mundo
tan globalizado y conectado la influencia y las noticias falsas mueven a la población
en masa, al fin y al cabo, son muchas las personas que no se informan y que se creen
22. 21
todo lo que dice internet, estas podrían elegir al próximo presidente fundamentalista.
Es por ello que se debe dar una advertencia a nivel mundial, la era de la información
puede ser positiva y al mismo tiempo negativa, no se puede vivir en un mundo lleno
de prejuicios, racismo y discriminación, se deben respetar los derechos humanos y
mejorar la sociedad en la que se vive con soluciones inteligentes, no volviendo a los
fundamentos (como lo hacen muchos de estos grupos religiosos). Se debe trabajar
por un mejor lugar para que nadie sea superior que nadie y se viva en igualdad de
derechos y condiciones.
23.
24. 23
Alo largo de los años se ha vivido en carne propia cómo la cultura, valores y reli-
gión tienen un papel importante en el día a día de las personas. Estos tres facto-
res tienen una influencia monumental cuando llega un momento en el que se debe
de tomar una decisión, especialmente si la misma repercute en hacer un bien o algo
que pueda ser percibido por otros como un mal. ¿Podría la religión llegar al punto de
alterar los valores fundamentales de un individuo? ¿Un bombardeo de ideologías reli-
giosas sería capaz de transfigurar algo que es culturalmente aceptado? En los últimos
años, la humanidad ha sido testigo de actos discriminatorios y radicales inducidos por
la interpretación de escrituras religiosas que fueron elaboradas miles de años atrás.
A manera de ejemplo, los yihadistas del Estado Islámico persiguen con crueldad a la
minoría yazidí, Birmania (un país donde predomina el budismo) niega la ciudadanía a
la minoría étnica musulmana rohingya y el grupo islámico Boko Haram ataca, secues-
tra y asesina a cristianos y otras minorías que habitan Nigeria.
Cultura, valores y religión forman parte de los pilares fundamentales de cada indivi-
duo. El significado de cultura y sus componentes varían dependiendo de diferentes
puntos de vista; sin embargo, uniendo varios de sus conceptos se puede definir como
las características de un grupo en particular donde se abarca comida, manera de
vestir, música, lo que se percibe como bueno o malo, entre otros comportamientos
y rasgos compartidos. Por otro lado, los valores forman la base que se utiliza para
tomar decisiones como lo son hacer el bien o el mal, lo correcto o lo indebido, por lo
que pueden percibirse en cada acción realizada por las personas. Finalmente, al igual
que la cultura, la religión tiene diferentes significados, pero a manera de consenso
se puede conceptualizar como un conjunto de enseñanzas y prácticas comunales que
exigen reverencia o admiración las cuales ofrecen una relación de salvación o eman-
cipación a través de oraciones o ritos (Taliaferro, 2019). Los conceptos mencionados
anteriormente permiten tener un panorama claro sobre su significado y ayudan a
Capítulo III
25. 24
enlazar la interacción de estos, de esta manera, se puede inferir que los mismos son
tomados en cuenta al momento de tomar una decisión en un escenario como el plan-
teado al inicio de este capítulo; lo anterior es justificado con el supuesto de que todos
los humanos son seres racionales.
La religión ha acompañado a la humanidad durante miles de años y ha sido partícipe
en su proceso de evolución. A manera de ejemplo, obras de arte centenarias como lo
son esculturas, pinturas y templos han sido elaboradas a partir de la interpretación de
escrituras elaboradas en el pasado y que han sido traducidas en varios idiomas antes
de llegar a las manos del lector final. Estos aportes a la cultura por parte de la religión
demuestran en gran manera el impacto y la visibilidad que tienen en las personas, ya
que son utilizados como aspectos positivos de su influencia en la manera de pensar y
percibir de los que son fieles a una religión en específico.
Actualmente existen cinco religiones predominantes: budismo, cristianismo, hinduis-
mo, islamismo y judaísmo; alrededor del 77% de la población mundial practica algu-
na de ellas (Weller, 2017). Dentro de las bases originales de la religión se encuentra la
ayuda al prójimo, pero ¿qué pasaría si dentro de una ellas se proclaman ideas que van
en contra de lo que un fiel considera aceptable? Si la cultura y valores de esa persona
le indican hacer el bien, ¿debe seguir lo que dicta su religión o lo que es aceptado en
su grupo cultural? Es ahí donde se cae dentro de la paradoja de la elección.
El mundo moderno ofrece un sinnúmero de opciones al momento de tomar una deci-
sión; por ejemplo, en algo tan simple como un par de zapatos los cuales pueden ser
elegidos dependiendo de la marca, color, estilo, precio, entre otras características.
De acuerdo con Barry Schwartz, psicólogo norteamericano autor de “The paradox of
choice”, las personas piensan que es mejor tener una gran variedad de opciones en
lugar de unas cuantas, pero tener tantas opciones pueden crear una paradoja: es
genial tener una gran gama de alternativas a escoger, pero no lo es cuando todas es-
tas nos dificultan tomar una decisión del todo. Las expectativas de perfeccionar cada
decisión que es tomada llevan a las personas a sentirse menos felices con su elección
final, ya que existe un sentimiento de que, si se hubiese tomado más tiempo y eva-
luado más alternativas, se pudo haber tomado un mejor camino (Aronson, 2018, p.
318). Y de esta manera, la paradoja también es vivida al momento de decidir si se
sigue el camino establecido por las normas culturales o religiosas.
26. 25
Por otro lado, diferentes autores han expresado sus puntos de vista sobre el papel
que juega la intuición en la toma de decisiones. Para llegar a estos puntos de vista,
ha sido necesario investigar a fondo los beneficios de la intuición; se ha manejado un
supuesto donde la intuición da mejores resultados que pensar de manera analítica el
cómo accionar ante una encrucijada y consecuentemente tomar decisiones efectivas
(Julmi, 2019). Para ejemplificar lo anterior se puede elaborar un escenario donde una
persona se encuentre escuchando un sermón o asistiendo a una actividad de su res-
pectiva religión, tan pronto el líder religioso comience a insinuar sentimientos de pre-
juicio y rechazo, malinterpretando escrituras sagradas, dicha persona debería seguir
su intuición y no dejar que sus valores sean transformados para satisfacer al líder y
sentirse incluido en su grupo religioso.
En la última década diversos grupos religiosos extremistas han sembrado temor al
realizar ataques terroristas de gran calibre. El Estado Islámico en Irak y Levante (ISIS
por sus siglas en inglés) ha sido el que ha tenido más auge a nivel internacional, su
característica fundamental es la manera en que lograron transformar lo escrito en
el Corán, al distribuir un mensaje en donde piden a la comunidad musulmana jurar
fidelidad al califato (estado gobernado bajo leyes Islámicas) que se formó en Medio
Oriente. Parte de su ideología es que cada miembro debe acatar las órdenes enviadas
por su líder, sin importar las consecuencias; adicionalmente, predican que su fin fun-
damental es proteger a la comunidad musulmana y reparar la tierra de todo obstáculo
puesto a su deidad (BBC, 2019). Es de esta manera que han logrado adentrarse en
los pensamientos de muchos musulmanes, quienes son blanco común de exclusión al
ser una de las tantas minorías en la parte occidental del planeta.
Una de las tácticas del Estado Islámico ha sido atacar a la minoría yazidi, la cual se
encuentra localizada en Irak, inician esclavizando a mujeres y niños para luego obli-
gar a toda la comunidad a migrar hacia la cordillera Sinjar, donde murieron decenas
de personas debido al hambre y alrededor de quinientos hombres fueron asesinados
(CNN Library, 2019). Una pregunta fundamental ante esta atrocidad sería: ¿Por qué
el Estado Islámico la ha emprendido contra los yazidi? Los yazidi no han logrado vivir
en paz durante muchos años, esto debido a que han sido catalogados como “seguido-
res del mal” porque su religión ha tomado elementos de diferentes religiones como lo
es el bautismo (cristianismo), circuncisión (islamismo) y venerar el fuego como una
27. 26
manifestación de Dios (zoroastrismo) (Jalabi, 2019). Es por esta razón que el Estado
Islámico ha aprovechado esto como una oportunidad para atacar a una comunidad
indefensa, por la alta probabilidad de diezmarlos y demostrar su fuerza ante sus se-
guidores.
¿Cuál sería el resultado si el Estado Islámico hubiese iniciado su campaña de terror
contra un grupo más poderoso? Las decisiones de las personas se ven afectadas si
las opciones que han de tomar son riesgosas o seguras. En los experimentos realiza-
dos por Mary Parkinson y Ruth M.J. Byrne en 2017, concluyeron que los juicios sobre
valores y moralidad de las decisiones de otras personas también se ven afectados
por el hecho de cuáles alternativas son escogidas por dichas personas. En un esce-
nario donde se optó por la opción segura y las probabilidades de éxito eran altas, se
acreditará a la persona con un resultado muy bueno (Parkinson & Byrne, 2017). Las
probabilidades de fracaso del Estado Islámico hubiesen sido menores si sus ataques
iniciasen en blancos ubicados en potencias mundiales. Es por esta razón que sus
seguidores han ido aumentando, al tener un porcentaje de éxito alto en situaciones
donde la probabilidad de fracaso eran casi que nulas. También, se deja en evidencia
la falta de moralidad al incurrir en injusticias donde la contraparte estaba completa-
mente indefensa.
Utilizando situaciones similares en otras épocas de la historia de la humanidad, se
puede llegar a la comparación con el Holocausto ocurrido durante la Segunda Guerra
Mundial en donde los nazis iniciaron su campaña de odio contra minorías ubicadas en
Alemania como lo eran judíos, gitanos, homosexuales, entre otros. Es posible hallar
similitudes con la conclusión del experimento elaborado por Mary Parkinson y Ruth
M.J. Byrne, en ese entonces la Alemania nazi era potencia en Europa con sus grandes
despliegues militares y armas, ¿quién podría enfrentárseles? Por esta razón, iniciaron
sus ataques contra comunidades que no podían contrarrestar ese tipo de amenazas, y
donde las probabilidades de éxito aumentaban, para así ser utilizadas como “triunfos”
ante sus seguidores.
Por otro lado, el prejuicio es una de las similitudes negativas entre el ataque del Es-
tado Islámico contra los yazidi y los nazis contra los judíos. En el caso de los yazidi,
al tener una creencia religiosa muy diferente, han sido categorizados como “seguido-
res del mal” y a su vez discriminados por su religión. De acuerdo con Aronson, con
28. 27
el fin de mantener un estatus de superioridad, el prejuicio puede llegar a justificar
acciones contrarias a los valores fundamentales del ser humano. En un sinnúmero de
situaciones puede llegarse a culpar a una persona, justificando una crueldad realizada
en contra de ella o un grupo, inclusive llegar al punto de esclavizar, privar derechos
como lo es el estudio digno o llegar a algún tipo de agresión, todo esto sin cuestionar
el propio sentido de moralidad.
Las atrocidades mencionadas son solo una pincelada de lo que está sucediendo en el
mundo, es de suma importancia ver señales de advertencia ante situaciones que van
en contra de la humanidad como lo son prejuicios y discriminaciones. El ser humano
está en constante aprendizaje y en su mayoría prefiere formar parte de algún grupo
que comparta una misma cultura, religión y otras similitudes; una de las cualidades
de cada individuo es ser fiel a sus convicciones y luchar por lo que es correcto, no
permitir que sus creencias sean sustituidas por el bien de una persona líder en su cír-
culo de interacción. Como individuos, y movidos por un fin en común, se debe hacer
un alto en este momento a toda acción que incite odio hacia una persona o grupo que
sea diferente, cualquiera de estas acciones, por más pequeña que sea, puede ser la
que evite una maldad mayor en el futuro.
29.
30. 29
¿
Podrían los fundamentalistas religiosos provocar otro Holocausto? ¿Debería la re-
ligión restringir los derechos humanos de un grupo de personas? ¿Debería ser la
homosexualidad un crimen? En el mundo, según la ideología de muchas religiones,
la comunidad lésbica-gay-bi-trans es antinatural y anti-Dios, lo cual ha causado una
controversia y construido así un conjunto de imaginarios sociales colectivos. Esto ha
provocado que los derechos humanos no se unifiquen y que discriminaciones y accio-
nes violentas existan por los clérigos religiosos de católicos, evangélicos y musulma-
nes. La manera en que los nazis discriminaron a judíos provocando el Holocausto se
asemeja a la discriminación que se realiza por los fundamentalistas religiosos hacia la
comunidad LGTBI Q+. Estas discriminaciones se ven reflejadas a través de acciones,
tales como la obediencia a la autoridad, la cual influye negativamente en la toma de
decisiones; el dominio de un ambiente externo, basado en la tiranía de la autoridad
y en el conformismo, lo cual influye en el juicio y la individualidad de un sujeto para
tomar decisiones propias. Los estatutos religiosos deben implementar la tolerancia
hacia cualquier persona, dado que los derechos humanos de sectores específicos de
la población se han visto violentados.
La obediencia a una autoridad puede estar relacionada con el sufrimiento hacia per-
sonas por la influencia negativa en la toma de decisiones. El famoso experimento
realizado por Milgram demuestra que, al seguir mandatos de una autoridad, per-
sonas estadounidenses llegaron a electrocutar a desconocidos con altos voltajes de
electricidad (Kaposi, 2017). Las personas llegan a un estado agencial, el cual es un
estado en donde se siguen las normas de la autoridad sin sentir remordimiento ante
el sufrimiento ajeno (González-Franco, Slater, Birney, Swapp, y otros, 2018). Hace
más de 74 años esta voz de autoridad era Adolf Hitler, quien lograba que los subal-
ternos bajo su mandato fueran eliminando cantidades abundantes de personas que
para este no eran dignas de vivir. Sin embargo, no se necesita retroceder tanto en el
Capítulo IV
31. 30
tiempo para ejemplificar el efecto del estado agencial, ya que los fundamentalistas
religiosos cometen el mismo error. Obedecer, con el fin de responder órdenes, es lo
que la religión sugiere según sus bases y clérigos. El cura ruso Sergei Rybko, en el
2012, durante una entrevista dijo: “Las Sagradas Escrituras nos instruyen para que
lancemos piedras contra aquellos que tienen una orientación no tradicional” (Uchoa,
parr. 24, 2018), justificando así una masacre a mano armada en una discoteca gay
en Moscú. En consecuencia, la discriminación a personas LGTBIQ+ se presenta por
medio de la obediencia a este tipo de autoridad.
¿Se debe entonces ser rebelde y desobedecer a la religión con el fin de no ir en contra
de lo que esta demanda? Desde la niñez se aprende a obedecer a personas con au-
toridad como los encargados familiares, el profesorado, en la religión a las escrituras
y a los sacerdotes, así como en la adultez al jefe o a la jefa. Si no se siguen las órde-
nes de la autoridad, en este caso de la religión, la persona que esté en contra de las
reglas se verá perjudicada y será vista como rebelde y desobediente; no obstante, el
narcisismo no dejará que se minimice la persona de esa manera solo por querer ir en
contra de lo que rige su religión. En el caso de los encargados familiares que manifies-
tan que no se debe respetar a personas homosexuales o si no se cometerá pecado,
la niñez seguirá las órdenes tal cual se las dan para no recibir un castigo, incluso ya
en la edad adulta. Cuando ya crecen, utilizarán la autojustificación para declarar el
por qué hacen lo que hacen y está bien. La autojustificación es un término que ejem-
plifica cómo el ser humano justifica sus acciones, sentimientos y creencias con base
en acciones lógicas, tanto para la misma persona como para los demás (Aronson &
Aronson, 2018).
La rebeldía va en contra de valores morales. Si se contradice a la religión, se estaría
cometiendo pecado. Por ende, seguir las bases religiosas es una buena excusa para
deshumanizar a otras personas. Esto se ejemplifica en un estudio realizado para de-
terminar la relación entre los valores agregados por los encargados familiares y la
religión en la obediencia, el cual demuestra que la obediencia de valores en familias
religiosas va sobre la autonomía individualista (Ellison & Sherkat, 1993). El miedo
propuesto por la religión hacia los homosexuales ha llegado a ser irracional para estas
personas que no están acostumbradas a la homosexualidad. Incluso, en 1970, el psi-
cólogo George Weinberg afirmó que la homofobia es el “miedo a estar incómodamen-
32. 31
te cerca de homosexuales” (Uchoa, parr. 4, 2018). El ser humano tiene el derecho a
no estar en donde se sienta incómodo o en donde sienta miedo, así que los religiosos
cuidan este derecho, al rechazar a la comunidad LGBT+. Sin embargo, tomar esta
medida no son valores, ya que se va en contra de personas hasta llegar al punto de
discriminar, pues se llegan a cometer actos ilícitos con individuos que tienen los mis-
mos derechos.
La filósofa Hanna Arendt, en 1963, publica su libro en el cual menciona el término
la banalidad del mal. Este propone que las personas tienen un instinto de realizar lo
que se les demanda por medio de una autoridad tan efectiva y eficaz que pierden la
consciencia de las consecuencias que sus actos pueden ocasionar (González-Franco,
et all., 2018). Los encargados familiares les enseñan a sus niños/as desde bebés a
no cometer ningún acto de homosexualidad, a no aceptar personas homosexuales y
a que si un hombre está con un hombre o una mujer con una mujer están en pecado
sumamente grave ante su religión (Hooker, 2016). Estas autoridades impregnan mie-
do, temor, pesadillas e incluso culpa desde la niñez, prohibiéndoles que sean libres y
que no discriminen a nadie. Dados estos dogmas religiosos, muchos individuos deben
reprimir sus gustos e identidad de género para poder ser aceptados en sus familias,
redes de apoyo e incluso en ámbitos laborales. Así como también llegan a realizar
masacres como la que ocurrió en Orlando en el 2016 donde murieron 50 personas
aproximadamente y 53 resultaron heridas en un bar gay famoso de la zona. El ase-
sino decía estar siguiendo las órdenes de ISIS, la cual no acepta a personas homo-
sexuales, y los Estados Unidos calificó el acto como de terrorismo y odio (Faus, 2016).
De igual manera, se puede observar que no solo la obediencia podría llegar a provocar
otro Holocausto, sino que también la influencia de un ambiente externo basado en la
tiranía de la autoridad.
¿En un ambiente hostil las personas buenas corrigen el ambiente o el ambiente pro-
voca que estas personas realicen actos indebidos? (Think you’re above doing evil?
Think again, 2007). En el experimento realizado por Zimbardo en la Universidad de
Standford se denota que la línea entre el bien y el mal es sumamente delgada y, se-
gún el ambiente se puede cambiar con mucha facilidad y demostrar el lado malo del
ser humano. En este experimento, estudiantes universitarios saludables y con buenas
notas fueron divididos en dos grupos: los prisioneros y los guardas. Los participantes
33. 32
estuvieron encerrados en un escenario que suponía ser una prisión pero, en realidad,
estaban en su universidad. Debían actuar tal y como si estuvieran en una cárcel, pero
dado que los guardias se volvieron muy agresivos con los prisioneros el experimento
tuvo que ser suspendido antes de tiempo. Lo mismo sucede en el ambiente religioso
al comportarse desde sus creencias y llegar a cometer masacres como la de Orlando,
ya antes mencionada. Los fundamentalistas religiosos creen que su divinidad superior
(ya sea Dios, Jehová, entre otros) legisla el mundo y, por ende, se deben seguir sus
mandatos (Theron, 2018). En el debate de si es la naturaleza o el ambiente quien se
hace cargo de las conductas de los seres humanos, el ambiente es el que dicta las
normas aprendidas, lo cual provoca que la religión sea el medio que discrimina a la
comunidad LGTBIQ +.
El que niños y niñas de 13 años manifiesten que son homosexuales trae a debate la
pregunta de que si en serio es su orientación sexual o solo lo están diciendo por la
moda y para poder pertenecer al grupo. La pertenencia, como lo indica el libro de
Aronson, es el deseo de ser aceptado y estar al margen de la sociedad (Aronson &
Aronson, 2018). Los religiosos esconden el tema de la homosexualidad ante sus hi-
jos/as para prevenir la atribución situacional, la cual es buscar excusas de los actos
cometidos, y no quieren que sus niños/as se vean influenciados/as por una masa
(Aronson & Aronson, 2018). Teniendo toda la razón, lo realizan para que crezcan a su
ritmo y tengan sus propias decisiones ante su orientación sexual sin verse aludidas
por las tendencias.
Según estudios realizados, para la psicología el problema no es la naturaleza contra
el ambiente, sino la lógica contra lo teórico (Helminiak, 2017). Si la niñez empieza a
interrogar a sus familiares del porqué para ellos el ser homosexual es pecado, pero
para otras personas no está mal realizar marchas enormes en favor de sus derechos,
la figura de autoridad queda en total desventaja y la lógica sería destruida por lo
teórico. El ser humano termina de desarrollar su cerebro a los 24 años de edad, por
lo cual hasta esta edad se les debe de permitir elegir su orientación sexual. Debido a
esto, se les debe recalcar que no se deben dejar llevar por la presión social al tratar de
evadir sus mandatos religiosos para poder así vivir en una cultura de tolerancia y fe.
La influencia en las conductas por medio del ambiente provoca que las masas sean
más grandes y causen mayores afectaciones a la comunidad LGTBIQ+. En América
34. 33
Latina se cometen crímenes contra esta población, a pesar de que la religión no es
un ente de mucho poder. Mientras que en lugares como Asia o África la homosexuali-
dad aún es visto como crimen, incluso es penalizado con años de cárcel y en algunos
hasta con la pena de muerte (CNN Español, 2019). Se demuestra así que el ambiente
vuelve hostil a las personas y provoca actos similares a los cometidos en el Holo-
causto por culpa de los fundamentalistas religiosos. Ser homosexual no es asunto
de moda, es asunto de tener y poseer cuerpo, pensamiento y crítica propia y poder
elegir con quién estar y con quién ser. Por ende, en más de 30 países del mundo ya
se ha legalizado el matrimonio entre parejas del mismo sexo y se ha demostrado que
no es por tendencia, sino por el deseo de compartir con otra persona (CNN Español,
2019). Al compartir con una persona del mismo sexo, a cualquier edad, los encarga-
dos familiares deben brindar apoyo emocional y psicológico, con el fin de no afectar
su autoestima. Estudios demuestran que las personas con homofobia tienen mayores
rasgos de ser personas psicóticas y las personas con una homofobia nula es dada por
vínculos seguros por medio de sus redes de apoyo y familiares (Uchoa, 2018). Así
como tampoco se debe percibir que la sexualidad se da por conformismo ni por pre-
sión psicológica como la religión piensa que es.
El conformismo influye en el juicio y la individualidad de un sujeto para tomar deci-
siones propias. Ejemplo de lo anterior es el experimento realizado por Asch, en donde
se demuestra que el individuo se guiará y tomará decisiones por lo que la mayoría
manifieste, minimizando así el criterio, la decisión y el valor propio. El ser humano se
siente más obligado a conformarse cuando está en grupo que cuando se encuentra
solo. Este efecto se relaciona con la llamada pereza social. Estudios han indicado que
si una persona está jalando de una cuerda llega a tirar más que si están en un grupo
de 8 personas. Así funciona el conformismo, al sentir la disonancia cognitiva de no
estar pensando lo mismo que los demás, se produce una tensión, la cual hace que se
piense colectivamente (Aronson & Aronson, 2018). Este pensamiento colectivo pro-
duce la mayoría de discriminaciones, dado que no es lo que el individuo está pensan-
do por sí mismo, sino llevado por la conformidad de la religión. El círculo cercano a
Hitler sabía que lo que cometían era un acto de odio; sin embargo, por la conformidad
nadie se atrevió a hablar y llevarle la contraria a este. Situaciones similares ocurren
con las personas que aún siguen sin aceptar a los homosexuales por la religión que
35. 34
practican y por miedo a ser rechazados y juzgados.
Según el libro de F. Kennedy, Perfiles de Coraje, a las personas individualistas se les
desprecia (Aronson & Aronson, 2018). Como pertenecientes de una religión se debe
permanecer unidos con las mismas ideas y principios, si no se cumplen las normas, la
religión iniciará un rechazo. Los fundamentalistas religiosos no van a ir en contra de
sus creencias cuando serían los únicos que lo hacen. A esto se le llama razón infor-
mativa, la cual es el convencimiento de que se está en un error porque se tiene una
opinión diferente de la del grupo (Aronson & Aronson, 2018), por ende, se amoldan
a lo que la mayoría realiza. Aunque, el libro de Zimbardo The Lucifer Effect menciona
que toda persona puede llegar a ser mala sin la necesidad del conformismo, pero sí
por la situación en la que esté viviendo (Smith, 2008).
La idealización de que las parejas son hombre y mujer y que no se tiene razón propia
de por qué cambiar esta opinión, ayuda a que el conformismo de aquellas que quie-
ren cambiar de decisión se les dificulte por la razón normativa, la cual explica que el
individuo se deja llevar por las creencias del grupo (Aronson & Aronson, 2018). Está
bien no estar a favor de las acciones homosexuales, e incluso la religión no está en
contra de estas, son las creencias fundamentalistas religiosas quienes están odian-
do el pecado, pero no a la comunidad LGTIQ + (Uchoa, 2018). Al igual que no se
nace con homofobia, como lo menciona Tiernan Brady, sino que se va desarrollando
en la vida y esta se aprende en ámbitos como el deporte, las lecturas, la política y,
claramente, la sociedad, no todo es culpa de los fundamentalistas religiosos (Uchoa,
2018). Un estudio realizado en Alabama contradice lo anterior. Este estado sufría de
mucha discriminación por parte de la iglesia hacia la comunidad homosexual; sin em-
bargo, el estado era legislado por la iglesia: “la religión es el vocabulario de Alabama”
(Redman, 2006).
En este mismo documento llamado Where all Belong, se describe cómo la religión
prohibió los libros que hablaban sobre homosexualidad, reprimió que parejas ho-
mosexuales adoptaran bebés e incluso el matrimonio entre parejas del mismo sexo,
con el fin de seguir sus valores cristianos (Redman, 2006). La realidad social es el
impedimento de la libertad social; por miedo a ser rechazados por su religión, las
personas no son felices si forman parte de la comunidad LGBTIQ+, y para su religión
es pecado. Los derechos humanos deben ser equitativos para todas las personas, así
36. 35
como lo menciona George Weinberg en su libro La sociedad y el homosexual sano
“nunca consideraría que un paciente es sano si no ha superado su prejuicio contra la
homosexualidad” (Uchoa, 2018). Haciendo referencia a que, por más conformismo,
el ser humano debe ser tolerante y evitar pertenecer a grupos basados en prejuicios
y estereotipos. Está bien no estar en total acuerdo con las acciones homosexuales,
pero esto no es excusa para menospreciarlos o no aceptarlos como seres humanos
que son, con los derechos que merecen.
La implementación de acciones no coherentes, inhumanas, sin sentidos, distorsio-
nadas, injustas y antiéticas, por medio de movimientos fundamentalistas religiosos,
ha causado masacres sin justificación válida. La población de lesbianas, gays, ho-
mosexuales, bisexuales, transexuales e intersexuales se ha sentido deshumanizada,
desvalorizada y minorizada por un colectivo imaginario creado por clérigos religiosos
erróneos. Este implementa argumentos basados en la igualdad y en el amor al pró-
jimo, sin embargo, no lo aplican en todo ser humano. No existe diferencia entre una
persona homosexual y una heterosexual, más que una diferencia de gustos. Así como
existen personas vegetarianas y no vegetarianas, a estas no las violentan por elegir
otra opción de alimentarse, los homofóbicos deberían respetar las decisiones ajenas.
No es contradictorio ser de la comunidad LGBTIQ + y practicar alguna religión, lo que
sí es contradictorio es pedir que se respeten los derechos humanos, pero no ser justos
ni tolerantes. La misma ideología y consecuencias del Holocausto están ocurriendo,
la única diferencia es que están pasando en tractos de corto tiempo y eventos no tan
masivos. Sin embargo, si no se toman precauciones con las nuevas generaciones ante
estas discriminaciones, otro Holocausto podría volver a ocurrir si no se cambian las
reformas religiosas y las ideas incoherentes de derechos humanos.
37.
38. 37
L
os traumas morales de la sociedad actual son simbolismo del daño causado en
el pasado a algún grupo específico. Por ejemplo, dichos traumas corresponden a
los cambios y a las modificaciones de actitud con respecto a algo tan sencillo como
un saludo: en Alemania está penalizado hacer el saludo nazi en público debido a los
daños que este partido causó a la humanidad. Sin embargo, la premisa del crimen
de odio reside en un pensamiento que se radicaliza en una idea pasada impuesta por
algún motivo específico como odio racial o diferencia en la creencia. La premisa del
odio de los grupos que justifican su acción moratoria es sujeto a una construcción
social que en ellos vive, los musulmanes odian a los judíos, y viceversa, debido a una
construcción de odio hacia la religión contraria y sus costumbres. Además, la premisa
del Holocausto consistía en un razonar arcaico de ofrendar muerte a aquellos que nos
destruyen desde adentro, se convenció al pueblo que el mal mundial eran los judíos
y la causa de miseria alemana residía en el pueblo judío; en consecuencia, la exter-
minación del mismo provocaría la limpieza de la humanidad. El mayor potencial de
una idea corrupta reside en aquellos que la defienden a capa y espada, usando un yo
discursivo conjunto al egocentrismo característico del ser humano, se puede influen-
ciar a otros a odiar a algún grupo sin necesidad de que este último conozca por qué
odiarle. Los soldados alemanes repetían que los judíos eran malos sin tener un crite-
rio propio sobre ello, lo mismo sucede con el efecto inverso en donde, actualmente,
los judíos minorizan a los musulmanes por diferentes razones segregadas en un gran
odio. Es ese odio lo que nos impulsa a estudiar y comprender las razones detrás de un
posible crimen que atenta contra un colectivo de personas que son odiadas por algún
grupo debido a muchos factores que no son necesarios para justificar la desaparición
del mismo.
En primera instancia, la premisa de un crimen de odio radica en las diferencias, for-
Capítulo V
39. 38
tuitas o no fortuitas, de una cultura a otra. En el caso de la Alemania nazi, estos
generaron la idea de que el motivo del empobrecimiento de Europa, principalmente
Alemania, consistía en las bancas judías que habitaban en los diferentes países del
continente. Con ello, se aferraron a esa idea combinándola con adjetivos que sugerían
asco y repulsión hacia nuestra misma especie, pero con motivos culturales distintos.
Es necesario comprender la validez del concepto de crimen de odio en la actualidad;
ya que, en efecto, el Holocausto judío fue un crimen de odio a larga escala. Se define
crimen de odio como cualquier agresión contra una persona, un grupo de personas
o su propiedad, motivado por un prejuicio contra su raza, nacionalidad, etnicidad,
orientación sexual, género, religión o discapacidad. En consecuencia, el Holocausto
judío no ha sido el único crimen de odio cometido en los últimos años, por ejemplos
históricos: las inquisiciones católicas, los ataques del Ku Klux Klan, la persecución
de inmigrantes en las fronteras de Gaza, el asesinato masivo de cristianos dentro de
iglesias en países de África, la ejecución de homosexuales en países de Arabia, el sa-
crificio de niños con discapacidad o malformaciones en la antigua Esparta, entre otros
miles de millares de acciones. Las premisas de un crimen de odio son injustificadas
desde el punto de vista humanista debido a las libertades de cada individuo; sin em-
bargo, esto no es más que un adorno para aquellos países que vuelcan y destruyen
la libertad humana. Los pensamientos arcaicos y las molestias generacionales han
creado un vacío en la humanidad como la conocemos. La empatía no es un sentimien-
to, es un fenómeno que los seres humanos pueden adquirir o no; si recordamos los
tiempos de Sudáfrica durante el “apartheid”, no entenderemos la empatía del blanco
habitante de Sudáfrica debido a que no siente tal cosa, moldeado bajo la normalidad
de un sistema cultural en donde el blanco es superior al negro. Es aquí donde se abre
la puerta a una premisa del crimen de odio, ¿por qué los últimos no atacaban a los
blancos si eran una gran mayoría? ¿Por qué se justificaba a la gente blanca al decir
que era superior a la gente negra? Efectivamente, las premisas con las que justifica-
ban esto no eran de peso suficiente para ser sostenidas; sin embargo, ellos las creían
porque así se les mencionó desde infantes que se creyera.
El trasfondo en la necesidad de las personas de justificar la inhumanidad en un hu-
mano ha resultado ser la mayor premisa en las acciones de odio contra los seres
humanos denominados víctimas de la razón. Durante milenios, la civilización cristia-
40. 39
na ha mancillado a los judíos tildándolos de ruines y subhumanos, excluyéndolos de
la sociedad civil, castigándolos en lo económico, persiguiéndolos cultural y política-
mente y, en ocasiones, con medidas mucho peores. Luego, durante las temporadas
consiguientes, el antisemitismo tuvo un severo auge en la Europa occidental cuando
los judíos perseguidos buscaban instaurarse en las sociedades europeas, debido a
esto, sufrieron feroces calamidades con respecto a su presencia en la nueva etapa de
barrios en donde estos habitaban. El odio hacia el judío se fue alimentando por pre-
misas de odio que se escondían detrás de un monstruo gigantesco que regaba bilis
cada vez que se mencionaba dicha palabra. El monstruo nazi emergió de esta bilis
primordial. Si bien la estrategia nazi antisemita era más ambiciosa y extrema de lo
que se hubiera considerado, su sentimiento antisemita no lo era. Su Estado totalitario
antidemocrático permitió a los nazis poner en práctica su “Solución final” a la proble-
mática judía, y fue la derrota militar de dicho estado lo que evitó su éxito definitivo.
No obstante, pese al derrumbe del estado nazi, permanecieron los amplios sentimien-
tos antisemitas, y no solamente en la Alemania de la posguerra, sino en diferentes
lugares del globo, de ahí la búsqueda estadounidense de buscarle un país para que
estos habitasen y fueran resguardados de peligros. Es con ello que, una premisa tan
simple como el odio infundado por un criterio religioso, se convirtió en una feroz bola
de nieve que estuvo a punto de estallar en miles de piezas de hielo.
Un trauma cultural se produce cuando los miembros de una colectividad sienten que
han sido sometidos a un acontecimiento horrendo que deja marcas imborrables so-
bre su conciencia colectiva, estampando sus memorias para siempre y cambiando su
identidad futura de manera fundamental e irrevocable. Mediante la elaboración de
traumas culturales, los grupos sociales, las sociedades nacionales, y a veces incluso
civilizaciones enteras, no solo identifican cognitivamente la existencia y las fuentes
del sufrimiento humano, sino que también pueden asumir cierta responsabilidad mo-
ral por ello. En la medida en que los grupos identifican las causas del trauma y asu-
men esa responsabilidad moral, los miembros de las colectividades definen sus rela-
ciones solidarias para que les permitan, e incluso obliguen, a compartir el sufrimiento
de los demás. ¿Acaso la Alemania actual le debe algo a la sociedad judía actual? Es
una pregunta engañosa, cuando se dispone a estudiar la Primera y la Segunda Guerra
Mundial leemos, a primera vista, como los implicados y enemigos directos fueron los
41. 40
alemanes; sin embargo, no observamos la construcción de odio detrás de esa men-
tira. Efectivamente, todo el mundo en los siglos anteriores tenía cierto repudio hacia
los judíos como a los gitanos, era normal leer en novelas de esos periodos como los
judíos eran nombrados como personas indeseables por el simple hecho de ser judíos,
además, el factor religioso jugaba un rol sumamente importante. Debido a que la
mayoría de países tenían la religión católica como su creencia principal, la minoría di-
recta afectada iban a ser los judíos. La construcción del odio deviene de una idea, es
aquí donde se abren las puertas al entendimiento de la naturaleza humana de odiar
o ser odiado. En la década de 1950, si una persona blanca apoyaba los derechos de
las personas negras (como si fueran seres humanos) esta persona blanca perdía todo
status quo y respeto que tenía por el simple hecho de defender la causa del odio.
Si un hombre en 1920 en la antigua Francia explicaba como la mujer tenía también
capacidad de tener voz y voto en las elecciones, este iba a perder toda razón de cre-
dibilidad… Hoy en día, si un ser humano profesa la idea de que la mujer no tiene de-
recho a tener voz ni voto debido a que el hombre es superior, este será tachado como
un completo imbécil fuera de sus cabales. El odio se funda, se crea y, justo como la
materia, debe destruirse o este evolucionará. Tomemos el caso del Holocausto judío,
cuando leemos las verdaderas razones por las que los países entraron a guerra, no
se debe directamente a la matanza de los judíos, se debe a la invasión y provocación
a Francia y Gran Bretaña por parte de Alemania. De hecho, todo cambió después del
fin de la Segunda Guerra Mundial. Los pueblos cristianos que no tuvieron directa-
mente nada que ver con el Holocausto (estadounidenses, británicos, franceses entre
ellos) llegaron a sentirse indirectamente responsables del mismo. De este modo, se
distanciaron de los sentimientos y las prácticas antisemitas en las que alguna vez
estuvieron profundamente implicados. Los ciudadanos de naciones cristianas habían
restringido y perseguido judíos en sus propios países; se habían mantenido al margen
cuando Alemania instituyó las Leyes de Núremberg, que trataba sobre impedir la rela-
ción directa entre judíos y alemanes, y organizó la Noche de los Cristales Rotos en la
que miles de sinagogas, comercios y viviendas de judíos fueron dañadas o destruidas,
además, se dio la retención de alrededor de treinta mil judíos. Después de enterarse
de la existencia de los campos de la muerte en 1943, los líderes aliados se rehusaron
a desviar la campaña de bombardeos para detener la vertiginosa masacre siquiera por
42. 41
un día. Ciertamente, fue el temor al generalizado antisemitismo interno lo que motivó
la decisión de los líderes. Evidentemente, en la primavera de 1945, millones de ciuda-
danos de países occidentales quedaron horrorizados ante las noticias e imágenes de
Buchenwald (campo de concentración). Los estadounidenses que tomaron los cam-
pos a menudo mostraban mayor simpatía por los oficiales alemanes bajo arresto que
por los judíos iracundos, raquíticos, y de apariencia extranjera a los que liberaban.
Y en los años inmediatamente posteriores a la guerra, fue a los bárbaros nazis –(no
al pueblo alemán, y mucho menos a la civilización occidental antisemita considerada
de manera amplia) a quienes se responsabilizó por el Holocausto (Alexander, 2016).
¿Cómo es posible justificar el odio hacia un individuo o colectivo? ¿Acaso los seres
humanos, en su disposición natural, somos capaces de destruir aquello que nos dis-
gusta o desagrada? Cuando se discute la ausencia a una clase en primaria o secun-
daria, se nos exige entregar una justificación acerca de nuestra ausencia en clase.
¿No es suficiente mi palabra para poder justificarme? La creencia en una justificación
se invalida cuando usamos personas simples para defender nuestra justificante, por
ejemplo, en la escuela se nos pide justificación de parte de nuestros padres, ya que
una justificante nuestra no tiene peso alguno. Tomando esto en cuenta, podemos en-
tender el mayor justificante de odio en la humanidad: Dios. Cuando un ser humano
quiere justificarse en su realidad, acude a la necesidad de Dios. En cada momento
en el que este no sepa cómo explicarse claramente bajo argumentos precisos y no
ambiguos, recurre a la idea que conoce cualquier ser humano en la faz de la Tierra.
En el primer milenio de la era cristiana, los líderes de la jerarquía cristiana europea
(católica) desarrollaron o solidificaron como doctrina ideas de que todos los judíos
eran responsables de la crucifixión de Cristo; la destrucción del templo por parte de
los romanos y la dispersión del pueblo judío era un castigo tanto por transgresiones
pasadas como por su permanente rechazo a abandonar su fe y aceptar la cristiandad.
En busca de conservar sus creencias y cultura, los judíos se convirtieron en los defen-
sores de la única religión minoritaria en el entonces cristiano continente europeo. En
algunos países, los judíos eran bienvenidos de vez en cuando, pero en un momento
en el cual la fe se consideraba la principal forma de identidad propia e influenciaba
intensamente tanto la vida pública como privada, los judíos se vieron cada vez más
aislados como forasteros. Los judíos no comparten la creencia cristiana de que Jesús
43. 42
es el Hijo de Dios, y muchos cristianos consideraban esta negación a no aceptar la
divinidad de Jesús como arrogante. Durante siglos la Iglesia enseñó que los judíos
eran los responsables de la muerte de Jesús, sin reconocer, como lo hace la mayoría
de los historiadores en la actualidad, que Jesús fue ejecutado por el gobierno romano
porque los funcionarios lo consideraban una amenaza política a su gobierno. Tergiver-
sando los resultados de la muerte del primer profeta cristiano, se empezó a fundar el
repudio hacia el judío detrás de la convicción divina de la responsabilidad, atribuyén-
dole el clímax de Jesucristo a los judíos usando a Dios como un intermediario de odio
directo hacia la condición judía como una minoría religiosa.
La sociedad ha tenido heridas y traumas muy necesarios para comprender que nos
falta demasiado para convivir como sociedad. El Holocausto nos demostró como una
campaña sustentada en el odio como un eje de aprovechamiento puede resultar en
una victoria contundente. Las situaciones regionales de muchos países experimentan
el discurso de odio desde las campañas políticas. Las personas deben comprender
que el odio no es justificado bajo ningún concepto. La idea de la retribución por los
traumas culturales sufridos por algún colectivo no debe ser vista como una recrea-
ción del odio y el rencor, muy al contrario, es la oportunidad perfecta para demostrar
que se puede ser mejor que los otros. La historia nos ofrece asistencia para que los
peores acontecimientos humanos no vuelvan a ocurrir. Lastimosamente, el pensa-
miento arcaico y la justificación al odio se ha convertido en una carta de presentación
a una larga mayoría de personas que no comprenden la tolerancia como un factor
de mutualidad en la sociedad. Durante estos últimos años, las políticas influenciadas
por palabras de discriminación han creado una brecha en la sociedad: las pasadas
elecciones estadounidenses con respecto al tema de migración, la situación costarri-
cense entre los Alvarado y los derechos del LGBTIQ+, Bolsonaro y su repudio hacia
el LGBTIQ+, entre otras. Son los líderes los que han influenciado y despertado un
discurso que yacía muerto en las sombras de la sociedad. Los atentados terroristas
son una demostración de cómo la religión y un cerebro lavado pueden resultar en la
muerte de un colectivo. La sociedad actual debe luchar contra el despertar de este
enemigo temible que se esconde a la vuelta de la esquina, será necesario defenderse
y no dejarse dominar por un discurso que, en un futuro, puede significar la muerte
de personas que luchaban por sus derechos, justo como a los miles de millones de
46. 45
E
l peor enemigo de la humanidad es el hombre mismo. La agresividad es una de las
problemáticas humanas más grandes a lo largo de la historia, y las crónicas san-
grientas del Holocausto lo demuestran. Freud es uno de los teóricos que analizan la
agresividad humana y sus planteamientos permiten explicar los comportamientos de
la agresión que incurren los seres humanos. Homo homini lupus, es el término latín
para describir que el hombre es el lobo del hombre, este término es utilizado para ex-
plicar el comportamiento humano dentro de la sociedad. A lo largo de la historia, esta
frase ha cobrado más fuerza, y el Holocausto producto del fundamentalismo racial
y religioso, ha demostrado que la agresión humana puede ser provocada por devo-
ciones y motivos ideológicos probando así que los comportamientos agresivos de los
seres humanos, se les pueden considerar normales. El comportamiento humano, es
agresivo instintivamente, la ciencia ha evidenciado que los seres vivos son agresivos
cuando tratan de sobrevivir, sin embargo, el humano es agresivo por instinto natural
y es lo que lo hace ser tan peculiar en su propia especie. La agresividad humana se
puede identificar en la cultura, las relaciones entre los hombres, y con las institucio-
nes gubernamentales, en todas estas relaciones se encuentran elementos que expli-
can la manifestación de la agresividad humana. De acuerdo con los planteamientos
de algunos socios biólogos y antropólogos, el peso de los conceptos anteriores sobre
el comportamiento agresivo del ser humano, puede deberse a la naturaleza innata
del ser humano, y pueden modificar el comportamiento humano con más rapidez que
la evolución natural que implican miles de años. La agresividad, es una emoción,
al igual que el amor y el odio, este comportamiento agresivo de los seres humanos
ocurre por diversas razones, entre ellas: frustración y privación, dolor e incomodidad,
exclusión y burlas.
El génesis del comportamiento agresivo del ser humano es muy primitivo, y viene
asociado al comportamiento natural de los seres vivos. Los seres humanos constan-
Capítulo VI
47. 46
temente persiguen una meta en sus vidas, y la frustración ocurre cuando el alcance
de esas metas se ve bloqueado por alguna razón, esta razón puede ser física o psi-
cológica. Este sentimiento de fracaso lleva a la persona a identificar a un culpable,
aunque este muchas veces no es el responsable de ese fracaso, es el canal de libera-
ción de esa frustración que venía acumulándose, y es así como surge la intención de
causar un daño físico o psicológico. La frustración es una emoción universal que todos
hemos experimentado a lo largo de nuestras vidas, al igual que otras emociones es
necesaria ya que es un indicador de que algo no va bien y hay que cambiarlo, estos
altos y bajos, son lo que nos mantiene interesados en el diario vivir. La frustración,
es una emoción que hace que nos comportemos de forma agresiva. Sin embargo, en
este punto hay que identificar, dentro del estado emocional de frustración, el grado
de intensidad con el que se manifiesta. La agresividad producto de la frustración y
privación, se puede exteriorizar en diversas maneras; se puede presentar en el nivel
físico, como una lucha con las manifestaciones corporales, ya sea a través de los ges-
tos o el lenguaje y en el nivel psicológico que se puede revelar con sentimientos de
cólera o ira, manifestándose a través de la expresión facial y los gestos. El Holocausto
fue uno de los peores acontecimientos que cobró la vida de millones de personas, y
es recordado por ser un evento sin precedentes, es decir, nadie esperaba que ocu-
rriera un genocidio de esta magnitud y menos que fuera orientado a la aniquilación
de un grupo social como el de los judíos. Desde la Edad Media, los judíos fueron un
grupo social perseguido y discriminado, los alemanes sentían que ellos conspiraban
contra el mundo, y debían de ser eliminados lo antes posible, y aunque los niños no
eran catalogados como seres “peligrosos”, y no se les podía recriminar ningún acto
de alguna índole, ya que no tenían el suficiente tiempo de vida, llevaban la maldición
de la sangre judía y aun así debían de ser exterminados. Los fundamentalismos reli-
giosos y raciales han adquirido el poder suficiente para determinar normas sociales,
influir sobre la creación y definición de leyes, y por medio de esto fomentar el uso de
la violencia cuando exista un desacuerdo. Aunque existen diversas teorías sobre la
razón de fondo de las ideas antisemitas de Hitler, que fue el mayor líder durante el
genocidio, la principal razón de fondo fue el sentimiento de preservación de la conti-
nuidad sanguínea, motivado por las ideas raciales. La frustración y privación ocurre
cuando el alcance de la preservación de la continuidad sanguínea se ve bloqueada por
48. 47
los judíos, ellos eran los responsables de este fracaso, y eran el canal de liberación
de la frustración de la lucha de esa meta. Este sentimiento de fracaso lleva a Hitler
a identificar a un culpable, los judíos eran el responsable de ese fracaso, y fueron el
canal de liberación de esa frustración que venía acumulándose y es así como surge la
intención de causar un daño físico a toda la población judía.
Existe una opinión contraria que sostiene que el comportamiento humano, no es un
comportamiento universal, la agresividad humana no es natural al humano, que hay
maneras y mecanismos para superar o modificar ese estado de cosas, hay maneras de
alterar lo que la naturaleza ya dictó. Lo cierto es, que el odio y la agresión son armas
muy potentes, y utilizadas de una forma concreta pueden crear daños irreversibles.
Las especies animales en situaciones de dolor e incomodidad tienden a ser agresivas,
es un mecanismo de defensa empleado para sobrevivir en su ambiente, pueden ata-
car a miembros de su misma especie incluso a cualquier otra que cruce su camino,
con solo una única razón: sobrevivir. Entre humanos ocurre de la misma manera, es-
tos principios de supervivencia tienden a tener el mismo énfasis, cuando se enfrenta a
situaciones de dolor e incomodidad los niveles de agresividad aumentan, provocando
reacciones violentas contra otros seres vivos. Las emociones dolorosas y de incomo-
didad son reacciones del ser humano en consecuencia de una conexión a un conjunto
de sentimientos, reacciones, pensamientos y recuerdos. Estas reacciones al ser ac-
tivadas tienden a generar esas emociones, por ejemplo: la aparición de un recuerdo
o un pensamiento opresivo generará el sentimiento de dolor o incomodidad producto
de esa conexión pasada.
Con respecto al Holocausto, y las teorías del origen del fundamentalismo racial, los
idealistas comenzaron la limpieza de la sangre y la búsqueda de esa continuidad, lo
que llama la atención de esta búsqueda de la “limpieza racial” es su interpretación
como aplicación de justicia. Hitler parece ser un personaje histórico, que nunca tiene
miedo frente a cualquier situación de peligro inminente a la que se encuentre. Pero
eso no quiere decir que no tenga ningún tipo de miedo, igualmente es consciente de
que corre peligros de que se enfrenta a un peligro real. Sin embargo, la seguridad
que proyecta hasta casi el final de su vida es de un hombre emocionalmente estable,
que no sufre de ningún tipo de dolor ni incomodidad. Esta postura da a entender que
fue el castigo aplicado a aquellos que no podían ser categorizados dentro del margen
49. 48
racial, merecía ser aplicado contra cualquiera que no fuera del agrado del líder supre-
mo, y en especial era el pueblo judío quienes se venían marginados. Los judíos eran
seres diferentes, se les comparaba con monstruos que tienen ocultos poderes y que,
se diferencian de las comunidades en que se desarrollaban por su creencia religiosa y
su comportamiento, además la mayoría tenían muchas riquezas. El judío, era distin-
to, y por lo tanto era odiado. Los alemanes se sentían dolidos e incómodos rodeados
de humanos que no merecían vivir cerca de ellos, ya sea por esos pensamientos o
recuerdos, era que los judíos no eran una raza sorprendente, como la raza alemana,
y por ello su descendencia estaba maldita. Por tanto, las respuestas ideológicas son
la base de la experiencia emocional.
El dolor psicológico produce un efecto agresivo en los seres humanos. Actualmente,
en los Estados Unidos ocurren asesinatos masivos en colegios, donde los estudiantes
sufren por vivir en una atmósfera de exclusión y burlas. Los estudiantes buscan una
forma de liberar el sentimiento de ira que tienen por no ser aceptados dentro de la so-
ciedad a como ellos son. Este término actualmente adquirió el concepto de: bullying.
Este dolor psicológico ocurre por medio de un evento traumático, este acontecimiento
sucede de pronto, y excede la capacidad cognitiva y perceptiva del ser humano para
entender la situación a la que se enfrenta, perturba de todas las maneras posibles
los esquemas básicos que han sido construidos a lo largo del tiempo para entender el
mundo. Estos eventos traumáticos, causan una reacción agresiva en el ser humano,
dado que la agresividad es una capacidad innata en los individuos, es decir, es un
comportamiento natural. Existen diversas teorías de la razón por la cual Hitler se vio
motivado a impulsar el movimiento racial del Holocausto, él describe su pensamien-
to en su libro Mein Kampf en el cual establece sus ideas antisemitas. Por otra parte,
existen numerosas declaraciones fantasiosas sobre las razones por las cuales Hitler
se vio motivado a comenzar la matanza de millones de personas, una de ellas es que
él tenía una enfermedad venérea transmitida por una prostituta judía, se dice que tal
vez estaba avergonzado por su propia ascendencia judía, por otra parte, se dice que
este odio está causado por el dolor psicológico ocasionado por un ataque de gas ve-
nenoso en la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, nunca se supo la razón de fondo
verdadera por la cual se empezó un genocidio de esta magnitud. Todo este maltrato,
sea del aspecto que sea, tiene una gran repercusión en el desarrollo del líder más ex-
50. 49
ponencial de esta época, estos acontecimientos produjeron en él un efecto agresivo.
Los seres humanos han probado a lo largo de la historia ser una especie única en su
categoría, no existe un registro de una especie que sea más agresiva sin motivo algu-
no que los humanos. La agresividad humana es una realidad y se vive en carne propia
y se visualiza en los demás, en los acontecimientos de las crónicas sangrientas del
Holocausto. No es posible eliminar la agresividad innata necesaria para la superviven-
cia de la especie, pero, es necesario reducir los causantes de la agresividad para tener
una mejor convivencia social. Tanto en la cultura, como en las relaciones entre los
hombres con las instituciones y entre ellos, se encuentran elementos que explican la
manifestación de la agresividad humana y es por eso que todas las víctimas del odio
en todo el mundo nunca deben de ser olvidadas. La única forma en la que pase otro
acontecimiento de este tipo es que las personas olviden las consecuencias del racis-
mo y de la discriminación racial. Conocemos los hechos, los analizamos y damos opi-
niones al respecto, debemos procurar facilitar la trasmisión del mensaje correcto ya
que es de suma importancia ser el canal de comunicación para futuras generaciones,
tenemos una vaga idea de que el Holocausto fue producto de una injusticia llevada a
cabo por un segmento de la población, liderada por un ser humano que tenía ideas
antisemitas y buscaba la limpieza de la raza, tenemos razones que nos hacen reac-
cionar a como lo hacemos, pero ciertamente todavía, existen personas que creen que
es correcto segregar la población por un estereotipo físico y psicológico. Si el mensaje
no se transmite correctamente, no será la última vez que pase un acontecimiento de
esta magnitud.
Lo que Hitler logro, es de admirar, pero es de admirar por una única razón, el excelen-
te manejo de su discurso y la posesión de un poder de persuasión único para conquis-
tar las mentes de sus seguidores, para hacerles creer que la segregación racial es una
forma de vida. Motivó a sus seguidores a hacer lo que él creía correcto, la agresión
causada por su frustración, incomodidad, exclusión y burlas hacen sentir el dolor de
las crónicas sangrientas del Holocausto. Una frase suya: “El pueblo está dispuesto a
tragarse cualquier mentira, siempre y cuando esta sea lo suficientemente grande.”
51.
52. 51
E
l arte para persuadir y adoctrinar a las masas utilizadas por los fundamentalistas
religiosos cristianos en la actualidad tiene similitudes con las estrategias aplicadas
durante el Holocausto y otros genocidios. Esta forma de actuar podría convertirse en
un peligro inminente, llevando a escenarios de horror a las personas que pertenecen a
los grupos minoritarios que abiertamente no comulgan con sus discursos. Lo anterior
se respalda en que se limita la educación e información hacia el grupo de personas
objetivo o las que eventualmente se opondrían a su doctrina, se impone la disciplina,
el miedo y la obediencia ciega y la propaganda utilizada apela a los sentimientos y
no a la razón como medio para lograr su cometido. Si bien es cierto, el cristianismo
profesa el respeto y amor hacia el prójimo, algunos fundamentalistas religiosos han
utilizado propaganda para diseminar su concepto sobre la que debería ser la correcta
forma de vivir, adoctrinando al creyente, imponiendo su fervor a otros y señalando y
castigando a las personas que no comparten ese pensar. Desviándose así, del princi-
pal mandamiento que Jesús dejó: “Que os améis unos a otros; como yo os he amado”.
Durante el Holocausto, el Ministerio de Ilustración Popular de Propaganda de
Alemania aprobaba cuáles escritos podían salir a la luz y cuáles no. La censura de todo
aquello que se oponía a sus preceptos era ordenanza y se reemplazaba por literatura
con énfasis nacionalsocialista. Sumado a esto, la participación de los jóvenes en que-
ma de libros y la fuga de artistas e intelectuales permitieron un cambio drástico en la
cultura del país. Una vez cambiada la cultura, la propaganda nazi fue diseminada con
mayor facilidad a través de libros, la radio, la televisión, el cine, las artes plásticas y
las concentraciones masivas. La ideología echó raíces y la transmisión de los valores
del tercer Reich fue efectiva. Con este breve contexto histórico se evidencia la impor-
tancia de la educación abierta, del acceso a la información de diversas fuentes y de la
participación activa de diferentes culturas, pensamientos y personas en el acontecer
de un país para evitar así la manipulación de las masas y que en su ausencia, se abra
Capítulo VII
53. 52
la puerta a la implantación de una doctrina.
Un pueblo educado no puede ser manipulado, ya que la propaganda no tiene
el efecto de cambiar las actitudes de esas personas que permanecen informadas. Por
esta razón, es que los opresores que se han instaurado con violencia en el poder han
eliminado a cierta parte de la población educada, que eventualmente no brindaría
su apoyo a las ideas de supresión de los derechos humanos. Como Nelson Mandela
lo señaló: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar
el mundo”. No obstante, la ausencia de educación también es un arma que permite
implantar muerte y horror. Por ejemplo: el genocidio de Camboya y la ejecución de
la gente educada, solo sobrevivían los analfabetos, ya que el objetivo era devolver
al país a la economía agraria donde el conocimiento y la tecnología no tenían lugar;
segundo, el exterminio bibliográfico intencionado durante el régimen nazi, la quema
de libros con contenido considerado peligroso como un prólogo a la matanza que se
avecinaría; y tercero, en Costa Rica se ha observado cierta similitud en el accionar
de los fundamentalistas religiosos con los genocidios mencionados anteriormente en
sus fases iniciales al limitar el acceso a la educación, específicamente la educación
sexual, llegando a usar violencia, cerrando centros educativos y restringiendo el de-
recho a la educación de terceros por el hecho de abordar temas como la inclusión, la
heteronormatividad y el placer.
La definición del fundamentalismo según la Real Academia Española es: “un
movimiento religioso y político de masas que se basa en una interpretación literal de
[sus textos sagrados, específicamente para los cristianos] La Biblia. En donde se da
una exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina o práctica establecida”.
Para un fundamentalista religioso, si una persona tiene un estilo de vida que des-
obedece algunos de los preceptos detallados en la Biblia, deberá recibir un castigo
y posteriormente mantenerse con disciplina por el camino “correcto”. Por ejemplo,
en el libro de Levítico 20:13 se especifica un castigo drástico para quien practique el
homosexualismo: “Si alguien se acuesta con un hombre como si se acostara con una
mujer, se condenará a muerte a los dos, y serán responsables de su propia muerte,
pues cometieron un acto infame”. Si se sigue literalmente dicho versículo y se aplica
la sanción establecida, se está justificando el homicidio. Y he ahí la amenaza.
El aspecto radical del fundamentalismo canaliza las palabras y podría conver-
54. 53
tirlas en el detonante hacia el adoctrinamiento religioso y político disponiendo de la
obediencia ciega, solo porque Dios manda, la disciplina para seguir al pie de la letra
sus lineamientos y la intimidación utilizando condenas, ya sean estas escarmientos
divinos, penales o literales (dependiendo de los alcances) con similitudes a lo ocurri-
do durante el Holocausto. Pero, en este último, con un enfoque meramente político.
Decir que existen similitudes se basa en los hechos: la explotación de elementos de
terror para lograr la obediencia de las masas, en este caso de las víctimas con el uso
de las cámaras crematorias y de gas; mandatos de obediencia ciega para alcanzar
el enaltecimiento de su país en el discurso de Adolf Hitler en el Reichstag en abril de
1939: “si perezco, ya he designado a mis sucesores. A ellos tendréis que obedecerlos
con la misma fidelidad ciega con que me obedecéis ahora a mí (...). Alemanes: es
preciso disciplina y obediencia ciega, para llegar al triunfo”, y en el uso de los cuerpos
militares para atacar de forma violenta a minorías y socavar sus derechos.
En Australia se presentaron denuncias penales en contra de la organización re-
ligiosa de los Testigos de Jehová por esconder más de 1000 casos de abusos sexuales
contra menores durante 60 años. Esta estructura religiosa, que tiene más de 8 mi-
llones de fieles a nivel mundial, es liderada por un grupo de ancianos. Estos ancianos
no necesariamente son personas adultas mayores, sino individuos que según sus
lineamientos estén “capacitados para pastorear la congregación de Dios”, por lo tanto
son los líderes. Este grupo religioso tiene reglas muy estrictas, diseñadas para que los
informes sobre los abusos sexuales no lleguen a instancias judiciales, sino que sean
resueltas internamente por medio de los ancianos. Las mujeres o menores no pueden
ir a denunciar abusos físicos o sexuales porque si lo hacen, son discriminados y se-
ñalados como desobedientes dentro de su círculo religioso, incluso expulsados de por
vida. Por el miedo implantado a esa expulsión muchas víctimas guardaron silencio.
“Si la razón hace al hombre, el sentimiento lo conduce”. Esta frase de Jean
Jacques Rousseau queda como anillo al dedo para representar como los fundamen-
talistas religiosos siembran en los corazones de las personas sentimientos que sobre-
pasan la razón para controlar las posibles consecuencias de sus acciones ausentes
de ética. En lo sucedido en Australia, muchos padres de familia prefirieron callar los
abusos cometidos en contra de sus propios hijos por miedo a ser rechazados dentro
de la secta religiosa o expulsados de la misma, en lugar de tomar una decisión basada