Este documento describe diferentes factores extrínsecos que pueden causar daño a la piel, incluyendo la presión, la fricción, el cizallamiento y la humedad. La presión reduce el flujo sanguíneo cuando se ejerce sobre los tejidos, mientras que la fricción y el cizallamiento pueden dañar la barrera de la piel. La humedad debilita la integridad de la piel y facilita su deterioro.