2. La violencia intrafamiliar, también
nombrada como violencia
familiar o violencia doméstica, puede
incluir distintas formas de maltrato,
desde intimidación hasta golpes
pasando por el acoso o los insultos.
El violento puede ejercer su accionar
contra un solo integrante de la familia
(como su pareja o su hijo) o
comportarse de forma violenta con
todos.
3. La violencia intrafamiliar que tiene lugar
en cualquier hogar suele estar
conformada por tres fases claramente
diferenciadas:
• Una primera etapa donde se va
produciendo lo que es una
acumulación de tensión, donde toman
protagonismo desde episodios de celos
pasando por faltas de respeto verbales
o discusiones fuera de toda normalidad.
• En la segunda fase es en la que se
produce el episodio agudo de
violencia, donde esta se manifiesta a
través de golpes de manera habitual.
• La última etapa de la violencia
intrafamiliar es la que se conoce por el
nombre de Luna de Miel, ya que el
maltratador se calma, muestra cierto
arrepentimiento e incluso procede a
llevar a cabo continuas muestras de
cariño y de amor hacia su víctima.
4. La violencia intrafamiliar se producen todas
las clases sociales, sin distinción de factores
sociales, raciales, económicos, educativos o
religiosos.
"Casi siempre provienen de familias donde hubo
un castigador.
Debiera haber un diálogo intenso en
cada grupo familiar. Los factores que
mencionados lo único que hacen es que se
desaten." (Álvarez Arellano, Lilian, 2006).
Se da en todo tipo de familia, principalmente en
familias de clase baja o de menor estabilidad
económica.
Cuando los niños están presentes en el momento
en que los padres están iniciando una discusión
verbal o agresiones físicas y al
mismo tiempo siendo víctimas de ello. Por lo
general van creciendo con odio y rencor hacia
sus padres. Al momento de iniciar una relación
ellos tratan de actuar con su pareja e hijos al igual
que sus padres, descargando todo su coraje sobre
ellos.
5. Hoy en día existen asociaciones contra la
violencia en el hogar las cuales proponen lo
siguiente:
•Si en la relación antes del matrimonio se ven
actos violentos es mejor hablarlo y tratar de
cambiarlo.
•Establecer límites en el matrimonio cuando
empiezan a haber gritos, ya que los actos
violentos empiezan por la falta de
comunicación en la pareja.
•Cuando se dé un problema tratar la forma de
calmarse ya que hay niños de por medio.
•Saber que cada decisión que tomemos va a
afectar de buena o mala forma a los niños.
•Si ya se llegó a un extremo en el que la
violencia ya no solo es verbal sino física acudir
a un centro de consejería para la madre y para
los niños.
Denunciar cualquier abuso hacia la madre o a
los niños.
6. Al abordar el maltrato infantil nos
vemos enfrentados a una serie
de problemas.
Por un lado, existe un
desconocimiento de la
verdadera magnitud del
fenómeno debido a que no se
cuenta con datos y que el tema,
en muchos casos se remite a los
espacios más íntimos de la
convivencia familiar
7. Por otro, las tradiciones culturales
e históricas repercuten en la
forma con que cada sociedad
afronta el problema.
Por último, existen diversas
opiniones en cuanto a su
definición y clasificación, así
como también a las
consecuencias que el maltrato
infantil pueda tener y su
consecuente manejo
terapéutico.
8. A pesar de esto, el maltrato infantil es
un problema escondido en muchos
países, tanto desarrollados como en
desarrollo.
“En la región de América Latina y el
Caribe, no menos de 6 millones de
niñas, niños y adolescentes son objeto
de agresiones severas y 80 mil mueren
cada año por la violencia que se
desata al interior del núcleo familiar”.
Cualquier niño sin discriminación de
edad, sexo o condición
socioeconómica puede ser víctima de
maltrato infantil en cualquiera de sus
formas.