El documento narra la historia de una persona que queda atrapada en medio del conflicto entre militares y guerrilleros durante la toma del Palacio de Justicia en Colombia. A través de voces que escucha por radio, la persona se entera que el gobierno ordenó un operativo violento en lugar de negociar. Finalmente, militares encuentran a la persona y piensan que es guerrillero. Lo suben a un carro y lo entierran vivo en un cementerio.
1. Todo quedo Enterrado
Estaba en el suelo o tal vez no, solo sabía que estaba acostado, no veía nada, más bien no
podía abrir mis ojos; solo escuchaba todas las órdenes y diálogos que hacían los militares
por medio de un walkie talkie, eran conversaciones interrumpidas. Trataba con mis manos
de cogerlo pero no lo encontraba.
Escuchaba: - Díganle o háganle llegar la información al presidente, que mande alguien o
un comunicado para dialogar con esta gente.
- No podemos, el presidente ya dio la orden de que sigamos con el operativo. Además no
podemos perder esta oportunidad…
- Pero estamos perdiendo gente, manden refuerzos. No hemos podido controlar los pisos
y despachos.
Pensaba, ¿de qué oportunidades hablaran? ¿Por qué el presidente sigue con esta
operación? Solo quería saber porque en mi patria nuestros dirigentes no se acordaban de
el principal derecho, “la vida”; la v de vida se cambio por la v de venganza.
Ahora el sonido interfería con las balas que no sabía de dónde venían, de pronto sentí una
quemazón que invadía mi pierna, y se me transmitió a todo el cuerpo; mi cuerpo se
adormeció. Llevaba mucho tiempo allí tirado, ¿pero como librarme de esta guerra
interior?, en la cual debía tener claro que la lucha no era precisamente salvar mi vida.
Estaba solo, no podía moverme, ni hablar. De repente mis pensamientos se
interrumpieron de nuevo con las voces de aquel walkie talkie; esta vez escuche:
- Ya mandamos tanques, están entrando por las diferentes puertas. No se puede bajar la
guardia, sigan disparando.
- Estamos en la cafetería, nos están disparando desde arriba. Pero no nos vayan ustedes a
disparar… Nos encontramos aquí con una gente, al parecer son cómplices de esta gentuza.
-Ya vamos para allá y los sacamos del palacio o si quieren acaben con eso…
Podía escuchar a lo lejos los estruendos que generaban esos tanques, sentía como si las
balas que disparaban se incrustaran en el interior de mi cuerpo, cada movimiento del
tanque lo sentía sobre mis músculos. Pero en realidad no sentía dolor, me imaginaba la
sangre derramada no por mi; sino por el Palacio de Justicia…
Quería ver si encontraba el walkie talkie, necesitaba que alguien me sacara de aquí. Al
tratar de mover mi mano no podía, pero era en realidad mi cuerpo el que estaba atrofiado
2. y no se podía mover?; me empecé a sentir tan rígido y duro como una roca, como si le
faltara el calor de la sangre a mi cuerpo para moverse.
Las voces las empecé a sentir más cerca, como si alguien me estuviera hablando al oído.
Pero no sentía la respiración de esa persona, solo escuche estas palabras, por lo que pude
distinguir que era alguna victima de las tantas que se encontraban en medio de esta
guerra:
- Necesitamos que se dé un cese al fuego inmediatamente, lo que tiene que hacer el
presidente es dar la orden del cese al fuego, inmediatamente. El M-19 tiene una carta en
la cual explican los puntos por la cual hicieron esta toma. Cese al fuego, y que el
presidente o alguien en su nombre se haga presente para recibir la carta y negociar. Los
mismos guerrilleros no están atentando contra nuestras…
La voz se corto; hace rato no escucho nada más, solo disparos. El gobierno al parecer no
quiere negociar, pero el M-19 para que hacia una toma tan violenta?; todos luchan
supuestamente por la democracia y justicia, pero de alguna manera la violan.
- Ya es hora de que comiencen a consolidar, luchando contra el tiempo. Aprovechen que
es el momento de comenzar el incendio y quemar todo…
- Toca localizar en que lugares se encuentran los dirigentes del M-19, es la oportunidad de
acabarlos; de salir victoriosos y terminar con este grupo que tanto nos ha costado bajar.
Hay que aprovechar que todos están reunidos en este mismo lugar, por algo se dejo que
ingresaran…
- Ya le paso la información de en que piso están; alisten la dinamita que se va a lanzar…
- Pero, y los rehenes? Ya salieron todos?
-Sí, Si. Prosigan…
Pero porque dicen que los rehenes ya salieron? Aunque yo no soy uno de ellos, sigo aquí.
Escucho varias voces juntas, que llegan con un sonido retumbante:
- Somos empleados del Palacio, por favor no disparen. Vamos a salir.
A quien se dirigirán al decir que no disparen. Hay tantas ráfagas que no estoy seguro de
quien las lanza.
- Ríndanse, ustedes ya perdieron esta batalla. Van a ver… (Disparos).
Dejo de oír las voces para dar paso a ese olor a tizne, a dolor, que se va trasformando en
olor a muerte. Siento como el calor y los gritos se van consumiendo todo a su paso, no
3. dejan rastro de la verdad. Esa luz roja se va consumiendo la cajuela en la que estoy
metido, pero igual se que nunca podre quedar al descubierto.
Cuál es la realidad? Que ocurre afuera de donde estoy metido? Nada es claro, lo que
escuche fue algo superficial con lo cual no puedo entender completamente las cosas.
Veo la imagen clara de una cruz, una cruz roja. Pero que significa? porque de repente
aparece en mi mente? Esta cruz se acerca a mí, veo en su alrededor un resplandor dorado
que se hace más fuerte y candente; trato de cogerla es como si fuera la única señal con la
que me he topado en la cual tengo fe (cruz, símbolo religioso) de que al cogerla podría
salir de este lugar. Pero repentinamente se desvía y va perdiendo su destello, ahora no la
veo; como es que pude perder esta oportunidad, la única oportunidad que he tenido…
Ahora siento que si puedo mover mi brazo, pero como es posible que me suceda esto; ya
es muy tarde no hay nada que hacer. No volví a escuchar el walkie talkie, será que se
daño?
No, yo no soy el que estoy moviendo mi brazo; es alguien más, siento que está
extremadamente sudoroso, siento correr su sudor por mi brazo. Eso significa que alguien
me encontró, espero que no sea mi imaginación.
Escucho unas voces junto a mí, pero quienes son? Ahora escucho una conversación clara:
- Una camilla para aquí por favor, al parecer no tiene signos vitales. Traten de identificar
quien es…
- No tiene papeles, nada. Y no tiene signos vitales; pero por la ropa que lleva de seguro era
un guerrillero que se cambio a civil para aparentar. Eso todos pertenecen a esa chusma.
Me acabaron de encontrar los militares, pero porque dicen que pertenezco al M-19. Que
me van a hacer, necesito poder hablar; es como si tuviera mi boca totalmente sellada con
el pegamento de la censura que no solo me invade a mí, invade a todo el pueblo
colombiano.
Me estoy preocupando, porque piensan que soy la persona que no soy. Que me irán a
hacer, porque mi cuerpo no responde? Lo único que funciona es mi cerebro. Pero en estos
momentos de nada me sirve pensar si necesito es gritar o moverme, pero nada.
Escucho la sirena de una ambulancia o un carro de policía, lentamente voy escuchando la
voz de una mujer que dice:
- Yo no lo conozco… para donde me llevan, exijo que se respeten mis derechos.
4. - Cállese, y diga que integrante es este. No exija derechos, cuando usted y sus compañeros
decidieron hacer esta toma, pensaron en derechos?
- Por algo, teníamos una carta la cual queríamos hacer llegar al presidente, ustedes lo
saben pero tomaron la decisión de no acabar solo con nosotros sino con todos los
magistrados. Ustedes acaban de asesinar a las personas que proclaman la justicia en
Colombia.
- Nosotros solo seguimos órdenes del presidente y cállese.
Por lo visto era una integrante del M-19.
Porque el gobierno y militares decidieron tomar un rumbo tan despiadado, y no pensaron
en la vida de las personas inocentes que se encontraban dentro del palacio. Solo sabía que
esta conversación que estaba escuchando era importante, pero de que me servía? Tenía
que pensar como levantarme o demostrar que estaba vivo…
Oí que abrieron la puerta del carro y dijeron bájese, pensé que a mí también me iban a
bajar pero solo oí un disparo y de nuevo el arranque del carro. Lo más seguro era que a mí
también me iban a matar, como era esto posible, porque los militares se tomaban esa
atribución sobre la vida de esta mujer y muy seguramente la mia? No hay un medico que
diga que estoy vivo?! Luego escuche:
- Vamos para el cementerio del centro, allí se está metiendo a esta gente.
Me van a enterrar! Pensé de inmediato en mi familia, solo quería poder abrasarlos y
decirles lo mucho que los quería. De nuevo:
- Hágale, bájelo rápido. Nadie se puede dar cuenta…
Sentía como la tierra caía sobre mi cara, mi respiración interna se agitaba por gritar o
moverse; pero al parecer si lo hiciera tampoco les iba a importar. Todo lo que había
escuchado me había dejado claro que los militares eran igual de malos que el M-19 al
hacer esto conmigo y quien sabe cuántas personas más. Un escalofrió invadió mi cuerpo,
mi cerebro se fue congelando y mis ideales, conocimientos, lo escuchado se fue olvidando
y desterrando junto a mi cuerpo.
Tetram.