1. Año 1 | Nº 1
“Mens agitat molem”**
Septiembre de 2002
2. Maneras de Bien soñar
Presentación en sociedad
A través de este nuevo emprendimiento de TuRemanso,
pretendemos acercarles un fragmento de experiencias literarias,
para que se regocijen en el sortilegio del sonido.
La poesía, el cuento, la novela, el ensayo... son expresiones de un
lenguaje. A veces a través, otras por sobre él, la palabra perpetua
sentimientos, pensamientos y acciones, desarmando y
construyendo universos reales o ilusorios.
“Maneras de bien soñar”, toma este nombre como homenaje al
gran poeta portugués, Fernando Pessoa, quien supo construir
mundos y soñar opciones.
“Maneras de bien soñar” pretende ser quien nos ampare de los
golpes inesperados de las olas de la mediocridad. Luminoso y
colorido, nuestro barco despliega las velas de la imaginación y la
realidad, iniciando con esta edición su primer viaje… en aguas del
oriente.
Cintia Vanesa Días
Directora
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3. Maneras de Bien soñar
En esta edición
Año 1 | Nº 1
Septiembre de 2002
Poetas
El brocal del pozo
[Jabrâ Ibrâhîm Jabrâ]
La luna, doce años después
[Mu'in Bsisu]
A una nube
[Rashîd Husayn]
¡No!
[Mu'in Bsisu]
El caballo salvaje
[Samîh al-Qâsim]
Autores
(anónimo)
Las mil y una noches [Fragmento]
*Como homenaje a Fernando Pessoa (en su heterónimo Bernardo Soares)
Cancionero
** “El espiritu es quien mueve la materia” Ojos así
[Shakira]
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4. Maneras de Bien soñar
Poetas
El brocal del pozo La luna, doce años después
Por: Jabrâ Ibrâhîm Jabrâ Por: Mu'in Bsisu
Brocal del pozo, Aquí las huellas se detienen
lugar donde se juntaban manos de Donde la luna
jóvenes alegres tras de las rocas, los árboles y las tiendas
en compañía, llenando se echa con los lobos, los canes y las
de agua clara los cántaros piedras
entre risas y cantos Donde la luna
Es de pronto voraz hueco; se ha tornado vende cada noche su rostro
boca del exterminio obstruida de por un alfanje, una vela, una guedeja de
muchachas lluvia
y mujeres embarazadas, del que mana no opone una piedra de sus fuegos
un reguero de sangre emplomada ni roba los anillos de abalorio
¿Se han secado a su alrededor los de los dedos de las gitanas.
racimos? Dormían. Duermen los peces, las
¿se ha agostado el trigo y fugado estrellas, los árboles
el aceite de sus odres? Aquí, los dolores han alcanzado a la
¿y sobre ellos crucificado de nuevo el luna.
Mesías? Entregad los anillos de abalorio
y las pulseras azules ¡tribu de gitanos!
Del brocal del pozo, nuevo Gólgota
de su cavidad sangrienta brotará A una nube
lava negruzca, ardiente, furiosa Por: Rashîd Husayn
con carnes de muchachas y mujeres
embarazadas Yo soy la tierra
para abrasar Soy la tierra, no me prives de lluvia
a los sembradores de muerte Soy todo lo que queda de ella, si
y alimentadores de los buitres de nuestra plantas árboles en mi frente
tierra, o conviertes en un huerto mis versos
y entonces de su sacra y fructífera de cereales
abundancia y rosas
renacerán, renacerán Para conocerme
nuevamente nuestras aldeas dame la lluvia
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5. Maneras de Bien soñar
Yo soy, nube de mi vida, los montes de para recitarlo a toda barba luenga o
Galilea postiza,
Mi pecho es Haifa Cesad de chillar un instante
Y Yaffa mi frente para escuchar, por una vez
No digas: imposible decir "No"
¿Qué no escuchas los pasos de mi niño, Al muro de un hogar que queda en pie,
que se acerca en Gaza
a los umbrales de tu alma? caído mil veces cada día.
¿Qué no ves las venas de mi frente Compañeros gansos
empeñadas en tocar sus labios?
A tu espera, mis poemas se tornaron
polvo El caballo salvaje
se volvieron un campo Por: Samîh al-Qâsim
se tornaron trigo
y crecieron árboles Monté tu caballo salvaje
Soy todo lo que queda de nuestra tierra y me hundí en las comarcas desérticas,
Así que dame... hacia las extensiones sin fin
dame la lluvia solo, ante la batahola del mundo
atravesando los yermos
desprovisto de coraje... desprovisto de
¡No! temor
Por: Mu'in Bsisu ¿Cómo regresar?... ¿cómo?, mi adorado
victimario
Sus heridas decían: ¡No! Si tú eres ardor de aguijón y látigo
Sus grilletes decían: ¡No! eres la capa enredada entre los hombros,
Sobre su pecho, una paloma, entregando eres mi provisión, toda mi provisión
todas sus plumas eres mi orden de retorno
para cubrir la herida, decía: ¡No! v "No"
a aquellos que realizaron la compraventa ¡Aquí, París!
del vendaje de Gaza ¡Aquí, Beirut!
Compradores de tibias y vendedores de ¡Aquí, Moscú!
gansos
Azuzo, aflicción indomable, tus flancos
¡Compañeros gansos! salvajes
Cesad de graznar un instante en el hambre o en la sed
para escucharlo, por una vez espoleo tu curso, adorado victimario
decir "No"
Ay de él: no muere bajo lámparas de Prometo, oh Señor
neón prometo a ti, que haces jazmines de
entre los candelabros y la luna nuestras espinas
Ay de él: sin prensa, sin exequias que no cambiaré la herida
solemnes, cualesquiera sean los regateos del
sin odas ni trova cuchillo
ni quedará para siempre nuestra hermana
¡Oh, las piedras! prisionera
Si me permitieseis componer un verso
¡Aquí, Ammán!
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6. Maneras de Bien soñar
¡Aquí, Roma! sin el alivio de tu vendaje
¡Aquí, Bagdad! Rima de nuestras letras
¿Cómo escapar?.... ¿cómo?, de nuestras visión angustiosa
raíces terrestres historia expoliada
¿Cómo sumergir en el olvido las combatiente amado
generaciones del odio? país victimario
¿Cómo... cómo? No habrá reposo ¡Hasta la muerte! ¡hasta la muerte!
cuando el puerto está al alcance de la seguirá siendo el jinete de la tristeza
vista esclavo de tu caballo salvaje
y el fuego en nuestra frente herida no se
apaga
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7. Maneras de Bien soñar
Autores
Los cuentos de las mil y una noches
El rey Schariar y su hermano su hermano, y le envió un embajador
para invitarlo a que se trasladase a su
Schazenán capital.
Para este objeto designó a su primer
Refieren las crónicas de los Sasánidas, Visir, el cual partió con el séquito
antiguos soberanos de Persia, que existió correspondiente a su elevada dignidad.
un rey muy amado de sus vasallos por su Llegado el Visir a Samarcanda, el rey de
sabiduría y temido de los vecinos por su Tartaria le acogió con grandes
valor. demostraciones de júbilo, y le pidió
Este rey tenía dos hijos, llamado enseguida noticias de su hermano el
Schariar el primogénito y Schazenán el Sultán. El Visir satisfizo su curiosidad, y
menor. Tras un largo y glorioso reinado acto seguido le expuso el objeto de su
murió el rey, y Schariar subió al trono. embajada.
Schazenán viose, pues, reducido a la -Sabio Visir -contestó el Rey-, el Sultán,
condición de un ciudadano particular; mi hermano, no podía proponerme cosa
pero, lejos de envidiar la buena suerte de alguna que me fuese más grata. También
su hermano, puso todo su empeño en yo ardo en deseos de verle. Mi reino está
complacerle. tranquilo y sólo necesito diez días para
Contentísimo Schariar del proceder de estar en condiciones de ponerme en
su hermano Schazenán, quiso darle una camino; así, pues, te ruego que te
prueba de su satisfacción cediéndole el detengas ese tiempo aquí y mandes
reino de la Gran Tartaria, cuyo trono fue plantar tus tiendas.
a ocupar en seguida Schazenán, fijando Schazenán nombró un Consejo para que,
su residencia en Samarcanda, que era la durante su ausencia, gobernase el
capital del Estado. Estado, poniendo al frente un ministro
Habían transcurrido dos años desde que que le merecería absoluta confianza, y al
los dos príncipes se separaron, cuando atardecer del décimo día de la llegada
Schariar sintió vivos deseos de abrazar a
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8. Maneras de Bien soñar
del embajador, salió de Samarcanda, Schariar dejó en seguida a su hermano
seguido del personal que debía para que éste tomase el baño y se
acompañarle en su viaje y se dirigió al cambiase de vestidos, y en cuanto supo
pabellón real que el Visir había hecho que ya había realizado estas operaciones
levantar cerca de su tienda. Se entretuvo se apresuró a reunirse con él.
conversando con el embajador hasta Se sentaron ambos en un diván, y
medianoche, y queriendo dar un postrer cuando los cortesanos se hubieron
abrazo a la reina, su esposa, se encaminó retirado, los príncipes comenzaron a
solo al Palacio y se introdujo sin previo hablar de todo lo que dos hermanos,
aviso en las habitaciones de la soberana, unidos más por el amor que por los
la cual, no sospechando siquiera aquella vínculos de la sangre, tienen que decirse
inesperada visita, había admitido en la tras tan prolongada ausencia.
intimidad de su alcoba a uno de sus
criados. Terminada la cena, que hicieron juntos,
El Rey penetró silenciosamente en el reanudaron la conversación, la cual se
dormitorio de su esposa, y júzguese de prolongó hasta hora muy avanzada de la
su sorpresa al ver un hombre en el noche, en que se retiró Schariar para que
iluminado aposento. Quedó un momento pudiese descansar su hermano.
inmóvil, preguntándose si debía creer lo El desgraciado rey de Tartaria se acostó,
que sus propios ojos veían, y persuadido pero no pudo conciliar el sueño: la
de que no había lugar a dudas, exclamó, infidelidad de la Reina se le presentó tan
al fin: vivamente ante su imaginación que se
-¡Cómo! ¿Os atrevéis a ultrajarme de esa vio obligado a abandonar el lecho,
manera cuando apenas acabo de entregándose por completo a sus
abandonar mi palacio? ¡Ah, malvados! dolorosos pensamientos.
Pero, ¡no quedará impune vuestro El Sultán no pudo por menos de
crimen! observar la honda tristeza reflejada en el
Desenvainó su alfanje, se acercó a los semblante de su hermano.
dos culpables y, en menos de lo que se ¿Qué te sucede rey de Tartaria? ¿Sientes,
tarda en contarlo, les hizo pasar del acaso, haber dejado tus Estados y te
sueño a la muerte. apena verte tan lejos de la Reina, tu
Hecho esto, cogió a los dos cadáveres y esposa? Si es esto lo que te aflige, te
los arrojó por una ventana al foso que daré al punto los regalos con que deseo
existía al pie de la misma. obsequiarte y podrás regresar a
Vengado de esta suerte, el Rey volvió a Samarcanda.
su pabellón, ordenó que inmediatamente En efecto, a la mañana siguiente le
fuesen levantadas las tiendas, y antes de mandó cuanto las Indias producen de
que despuntase el día emprendieron la más raro y precioso, más rico y singular,
marcha. no olvidándose de nada que pudiera
El Sultán salió al encuentro de su distraerle y divertirlo; pero estos
hermano y del Visir a las puertas de la agasajos y fiestas, lejos de alegrarle,
capital de la India, y, después de haberle aumentaban su melancolía.
colmado de halagos y caricias, condujo a Cierto día, Schariar organizó una cacería
aquél a un palacio que, por medio de un a unos bosques donde abundaban los
jardín improvisado expresamente, se ciervos, e invitó a Schazenán a que le
comunicaba con el suyo. acompañase; pero éste se excusó,
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9. Maneras de Bien soñar
pretextando que se hallaba indispuesto, y una desgracia tan común no turbará
el Sultán, que no quería contrariarle, jamás mi sueño.
partió con toda su corte. Efectivamente, en vez de entregarse a
En cuanto se halló solo, el rey de la Gran sus sombríos pensamientos, se hizo
Tartaria se encerró en su cámara y se servir una opípara cena y se mostró
asomó a una ventana que daba al jardín. alegre.
El espectáculo que se ofreció a su vista Cuando supo que el sultán estaba ya de
le llenó de estupor: de pronto se abrió regreso, fue a encontrarle con aire
una puerta secreta del palacio del Sultán, placentero. Schariar, que esperaba
para dejar paso a veinte mujeres, que encontrarle en el mismo estado de
rodeaban a la Sultana. Ésta, creyendo abatimiento y congoja en que le había
que también Schazenán había ido a la dejado, se sorprendió gratamente al verle
cacería, avanzó con sus acompañantes tan alegre.
hasta el pie de la ventana a la que aquél -Hermano mío -le dijo-, doy gracias al
estaba asomado. Cielo por el cambio feliz que se ha
La Sultana y las demás personas de su operado en ti, y te ruego que me digas a
corte, sin duda para que los vestidos no qué motivo obedece.
entorpeciesen sus movimientos, o bien -Bien, hermano querido; puesto que lo
para estar con más comodidad, se deseas, voy a complacerte.
despojaron enteramente de ellos, y Le contó cuanto le había sucedido con su
entonces pudo observar Schazenán que esposa y el castigo que le había
sólo diez de aquellas personas eran impuesto, y concluyó diciendo:
mujeres, y las restantes robustos moros -Ésta era la causa de mi tristeza;
que se apresuraron a retirarse, en considera si tenía motivos para
distintas direcciones, cada cual con su desesperarme.
pareja. - ¡Qué suceso tan horrible me has
-¡Massoud! Massoud! - llamó entonces contado, hermano mío! -exclamó el
la Sultana, y otro apuesto árabe, que Sultán-. Apruebo el castigo que infligiste
descendió de un árbol, unióse al punto a a los que de modo tal osaron ultrajarte.
la soberana. Semejante acción no puede por menos
Schazenán vio más de lo suficiente para de ser aplaudida; es muy justa y, por mi
convencerse de que su hermano no era parte, te aseguro que, en tu lugar, no
menos desgraciado que él, y cuando, hubiera usado de tanta moderación. No a
después de la medianoche, los libertinos una, sino a mil mujeres hubiera matado.
vistieron de nuevo sus largas túnicas y ¡Cielos! No creo que semejante
volvieron a Palacio, el rey de la Gran desventura haya podido ocurrir a otro,
Tartaria dio libre curso a sus que a ti. De todos modos, da gracias al
pensamientos. Cielo por el consuelo que te ha enviado,
- ¡Cuán poca razón tenía yo -se decía- y como supongo que éste será también
para creer que mi desgracia era única en asaz fundado, te ruego que me digas
el mundo! Ésta es, sin duda, la suerte ahora en qué consiste, teniendo en mí
fatal que les está reservada a todos los absoluta confianza.
maridos. Siendo, pues, así, ¿por qué he -Quisiera obedecerte, pero temo causarte
de dejarme vencer por la pena? No hay mayor pena de la que yo he
que pensar más en ello; el recuerdo de experimentado.
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10. Maneras de Bien soñar
-Lo que me dices aviva todavía más mi mundo! La buena fe no existe ya; si por
curiosidad - repuso Schariar. una parte nos lisonjea, por otra nos
El rey de la Gran Tartaria vaciló aún, traiciona. Abandonemos nuestros
pero tuvo que acabar por ceder, y le Estados y toda la magnificencia que nos
contó las escenas del jardín que él había rodea; vámonos a tierras extranjeras para
presenciado desde la ventana de su vivir como simples particulares y ocultar
aposento. nuestra desventura.
- ¡Cómo! -exclamó Schariar-. ¿La -Hermano mío -repuso el rey de
sultana de la India es capaz de Tartaria-, no tengo más voluntad que la
prostituirse de una manera tan abyecta? tuya. Estoy pronto a seguirte adonde
No, hermano mío, no puedo creer lo que quieras, pero me has de prometer que
me dices si no lo veo, con mis propios volveremos, si encontramos a alguno
ojos; los tuyos te han engañado. que sea más desgraciado que nosotros.
-Hermano mío -repuso Schazenán-, si -Te lo prometo - contestó el Sultán.
quieres convencerte, no tienes más que Salieron secretamente del palacio y
organizar una cacería. De noche tomaron por un camino distinto del que
volvemos ocultamente a mis habían seguido a su llegada. Anduvieron
habitaciones y estoy seguro de que verás todo el día hasta que, al atardecer,
las mismas escenas que yo presencié. llegaron a un espeso bosque, lleno de
El Sultán aprobó la estratagema y árboles seculares y muy frondosos,
dispuso al punto la partida de caza. cercano al mar.
Al día siguiente salieron los dos Se sentaron al pie de uno de aquellos
príncipes con sus séquitos respectivos, y, árboles para descansar, y de pronto,
llegados al punto previamente oyeron un estrépito espantoso por la
designado, se detuvieron allí hasta que parte del mar y al mismo tiempo un grito
cerró la noche. Sin pérdida de tiempo, el de terror.
rey de la Gran Tartaria y el Sultán Se abrió seguidamente el mar y salió una
montaron a caballo y, atravesando solos columna negra que parecía llegar al
los campos, volvieron a la ciudad; cielo.
lograron no ser vistos por alma viviente, Los dos príncipes, presa del mayor
entraron en el palacio que ocupaba espanto, se apresuraron a subirse a la
Schazenán, y se situaron en la ventana copa del árbol para averiguar de qué se
que daba al jardín, sin apartar la vista de trataba, y vieron que la negra columna se
la puerta secreta. acercaba lentamente a la playa.
Al fin, se abrió ésta y se repitieron las La columna era uno de los Genios
mismas escenas de la noche anterior. maléficos, que odian a los hombres.
El Sultán vio también más de lo Negro y horroroso, tenía el aspecto de un
necesario para convencerse de su gigante descomunal, y llevaba sobre la
vergüenza y de su desgracia. cabeza una gran caja de cristal con
- ¡Ay de mí! -exclamó-. ¡Qué horror! cuatro cerraduras de fino acero.
¡Que sea capaz la esposa de un soberano Penetró en el bosque con su carga y fue
como yo de semejante infamia! ¿Qué a depositarla al pie del árbol en que
príncipe podrá decir, en vista de esto, estaban encaramados los dos príncipes,
que es completamente feliz? ¡Ah, los cuales se creyeron irremisiblemente
hermano mío -prosiguió, abrazando al perdidos, pues no desconocían el peligro
rey de Tartaria-, renunciemos ambos al que les amenazaba.
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11. Maneras de Bien soñar
Entretanto el Genio se sentó sobre la -¿Sabéis -les dijo- lo que representan
dura tierra, abrió la caja, y de ella salió estos anillos? Pues que el dueño de cada
al punto una mujer de belleza uno gozó de mí afecto, como acabáis de
extraordinaria y ricamente vestida. hacerlo vosotros; aquí, había noventa y
El monstruo la hizo sentar a su lado y, ocho y, como me faltaban dos para el
mirándola con ternura, le dijo: centenar, os he pedido los vuestros. Son,
-Mujer de belleza incomparable, pues, cien los amantes que hasta ahora
graciosa criatura a quien robé el mismo he tenido, a despecho de las
día de sus bodas y he amado siempre con precauciones y de la vigilancia de este
intensa y desbordante pasión, ¿me Genio, que no quiere separarse un
permites que descanse un momento tu momento de mi lado. Es inútil que me
lado? encierre en una caja de cristal y me
La joven sonrió y el Genio se tendió en oculte en el fondo del mar, pues siempre
el suelo cuan largo era, apoyando su hallo ocasión de burlarle. Cuando una
monstruosa cabeza en el regazo de su mujer concibe un proyecto, no hay
amante, no tardando en dormirse. marido ni amante que pueda impedirle
La mujer levantó entonces los ojos, y que lo ponga en ejecución. Más valiera
viendo a los dos príncipes en lo alto del que los hombres procurasen no
árbol, les hizo señas de que bajasen. contrariarlas, pues éste sería el único
medio de hacerlas discretas y fieles.
El terror que se apoderó de ellos al verse Dicho esto, guardó los anillos y volvió a
descubiertos fue indecible, y rogaron, sentarse al pie del árbol, apoyando de
por señas, a la amante del Genio, que les nuevo en su regazo la cabeza del Genio.
dispensase de obedecerla; pero ésta, Los dos príncipes volvieron sobre sus
después de haber levantado de su regazo pasos.
la cabeza del gigante, haciéndola -Y bien -dijo Schariar a su hermano-,
descansar sobre un montón de hierbas, ¿qué me dices de lo que nos ha ocurrido?
se levantó y repuso en voz baja y acento El Genio no puede envanecerse de que
amenazador: su amante le sea fiel. ¿Convienes
conmigo en que nada iguala a la malicia
- ¡Bajad, os digo! ¡Es preciso que me de las mujeres?
obedezcáis! -Sí -repuso el rey de la Gran Tartaria-;
¿y tú convienes, a tu vez, conmigo en
Así lo hicieron los dos príncipes y, que el Genio es más digno de compasión
cuando estuvieron en tierra, la joven los y más desgraciado que nosotros?
tomó de las manos, se internó con ellos -Ciertamente.
en el bosque y les exigió algo que no -Volvamos, pues, a nuestros Estados.
pudieron negarle. -Sí, volvamos -contestó el Sultán-. Por
Satisfechos sus deseos y observando que mi parte, te aseguro que he dado con el
ambos llevaban anillos en las manos, les medio de hacer que mi esposa no pueda
pidió que cada cual le cediese uno. serme infiel. El día que te revele mi
Tampoco pudieron los príncipes secreto, no dudo de que seguirás mi
oponerse a este capricho, y la joven, ejemplo.
cuando los hubo conseguido, los unió a Caminando sin cesar, llegaron a su
una larga sarta de sortijas que ocultaba campamento a los tres días y tres noches
en el seno. de haberlo abandonado.
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12. Maneras de Bien soñar
Cuando se tuvo conocimiento de la su sexo y el ingenio y la perspicacia de
vuelta del Sultán y del Rey, todos los que aquélla estaba dotada.
cortesanos se presentaron en la tienda Scherezade había leído mucho y poseía
real, y Schariar ordenó que al punto se una memoria prodigiosa. Había
levantase el campamento para regresar a estudiado filosofía, medicina, historia y
la ciudad. bellas artes y componía versos mucho
Una vez en Palacio, el Sultán se dirigió a mejor que los más celebrados poetas de
las habitaciones de su esposa y mandó al su tiempo. Además, su belleza era
Visir que la estrangulase en su perfecta y su corazón sólo albergaba los
presencia. sentimientos más nobles y generosos.
Y no satisfecho con esto, el enfurecido El Visir amaba entrañablemente a esta
Schariar cortó con su propia mano la hija, que era, en verdad, digna de su
cabeza a todas las mujeres que formaban amor.
la corte de la Sultana. Un día en que ambos se hallaban
Después de un castigo tan tremendo, y reunidos, Scherezade dijo al Visir:
persuadido de que no existía mujer -Padre mío, quiero pediros una gracia.
alguna de cuya fidelidad pudiese estar -Que yo te concederé gustoso, si, como
seguro, resolvió desposarse cada noche espero, es razonable.
con una y hacerla estrangular apenas -He ideado un plan -repuso la joven-
alborease el día siguiente. para poner coto a las barbaridades que
Promulgada que fue esta bárbara ley, el comete el Sultán con las hijas de
Sultán juró que la observaría en cuanto familia.
se hubiera marchado su hermano, el cual -Digna de alabanza es tu intención -
volvió enseguida a la capital de su reino, contestó el Visir-, pero me parece que no
llevándose magníficos regalos. tiene cura lo que tú piensas reparar.
-Padre mío -replicó Scherezade -, puesto
El mismo día que partió Schazenán, el que sois vos el que cada noche habéis de
Sultán ordenó a su Visir que le trajese la procurar una nueva esposa al Sultán, os
hija de un general de su ejército, con la ruego que le propongáis que me conceda
que se casaría aquella noche. Obedeció ese honor.
el Visir, Schariar se desposó con la joven -¡Ah! exclamó el Visir, aterrado-, ¿has
y a la mañana siguiente mandó al propio perdido el juicio, hija mía? ¿Cómo te
Visir que la matase y le buscase otro atreves a hacerme semejante ruego?
para aquella misma noche. ¿Sabes a lo que te expone tu indiscreto
Estos actos de barbarie sembraron la celo?
consternación en todo el reino, y, en vez -Sí, padre mío, contestó Scherezade -; sé
de las alabanzas y bendiciones que hasta a qué peligro me expongo. Si perezco,
entonces habían tributado al Sultán, mi muerte será gloriosa; pero si logro
todos sus vasallos le maldecían y le llevar a cabo mi empresa, haré a mi
deseaban la muerte. patria un servicio inmenso.
El gran Visir que, contra su voluntad, era -No, no -replicó el Visir-; es inútil que
ministro de esta cruel injusticia, tenía insistas, pues no puedo acceder a lo que
dos hijas: la mayor se llamaba me pides.
Scherezade y Dinarza la más joven. Ésta, -Concedédmelo, padre mío; será la
no menos bella que su hermana, no última gracia que os pida.
poseía, sin embargo, el valor superior a
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13. Maneras de Bien soñar
-Tu obstinación -repuso el Visir- hará -Con razón tenéis fama de tontos, tú y
que me enoje. ¿Por qué te empeñas en ir todos los de tu especie. Dais la vida en
al encuentro de una muerte segura? El provecho y beneficio de los hombres y
que no prevé el fin de una empresa no sabéis sacar partido de vuestras
peligrosa, no puede realizarla como es facultades. Cuando os quieren uncir al
debido. Cuidado no te suceda lo que al arado, ¿por qué no das buenas cornadas
asno, que estaba bien y no supo y unos cuantos mugidos que asusten a
contentarse con su suerte. los hombres, te echas al suelo y te niegas
a moverte? Si así lo hicieras ya verías
-¿Qué le sucedió al asno? Le preguntó cómo te tratarían mejor. Si sigues los
Scherezade. consejos que te doy notarás un cambio
favorable y me agradecerás lo que te
-Escucha y lo sabrás. propongo.
El buey prometió obedecerle, y el amo
no perdió de la conversación ni una sola
En la Siguiente noche… palabra.
A la mañana siguiente, muy temprano,
fue en busca del buey el gañán.
El animal siguió exactamente los
consejos del asno: dio tremendos
El asno el buey y el labrador mugidos, no quiso comer, se echó al pie
del pesebre, y el labrador, creyendo que
Tenía en la misma cuadra un buey y un estaba enfermo, fue a dar parte a su amo
asno, y cierto día que contemplaba los de lo que sucedía.
juegos infantiles de sus hijos, oyó que el El labrador comprendió el efecto de las
buey le dijo al asno: indicaciones del asno, y, a fin de castigar
-No puedo menos de mirarte con envidia a este último como merecía, dijo al
al considerar lo mucho que descansas y mozo:
lo poco que trabajas. Un mozo te cuida, -Lleva al campo el asno en vez del buey,
te da buena cebada para comer, y para y hazlo que trabaje bien.
beber agua pura y cristalina; y si no Dicho y hecho; el asno tiró todo el día
llevaras a nuestro amo en los cortos del arado y de la carreta, y recibió
viajes que hace, te pasarías la vida en además tantos golpes, que cuando volvió
completa ociosidad. A mí me tratan de por la noche a la cuadra no podía
distinta manera y mi condición es tan sostenerse.
desgraciada como agradable la tuya. A El buey, sin embargo, estaba muy
las doce de la noche me atan a una contento. Había comido bien y
carreta, trabajo hasta que las fuerzas me descansado todo el día, así es que se
faltan, y el labrador, sin embargo, no apresuró a bendecir y dar nuevas gracias
cesa de castigarme, y luego por la noche al asno cuando este último entró en la
me dan de comer unas malas habas cuadra.
secas. Ya ves que tengo razón al envidiar El asno no le respondió ni una palabra, y
tu suerte. decía para sí:
El asno no interrumpió al buey, pero Yo tengo la culpa de lo que me sucede;
cuando acabó de hablar le dijo: soy un imprudente. Vivía contento y
dichoso, y como mi astucia no encuentre
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14. Maneras de Bien soñar
un nuevo medio de salir de esta
situación, voy a perder el pellejo.
Y medio muerto de cansancio, se dejó
caer en el suelo.
***
Al llegar a este punto de su narración,
interrumpióse el gran Visir y dijo a su
hija:
-Merecerías ser tratada como el asno,
puesto que pretendes curar un mal
irremediable o sea llevar a cabo una
empresa imposible en la que perderás la
vida.
Inquebrantable en sus propósitos, la
generosa joven replicó que ningún
peligro le haría desistir de poner en
ejecución sus designios.
-En ese caso -repuso el padre-, fuerza
será hacer contigo lo que el labrador
hizo con su mujer.
- ¿Y qué fue ello?
- Escucha con atención, pues no he
terminado el cuento. “Scherezade” de: Shamila Khetarpal
Lápices de colores / 2002
Y así Scherezade relató sus historias por
1001 noches.
Fuente:
http://members.fortunecity.com/detalles2
002/prosa/milnoches/noches1.html
Año 1 | Nº 1 Septiembre de 2002 Página / 14
15. Maneras de Bien soñar
Cancionero
Ojos así como los que tienes tú
Letra: Shakira Mebarak R.
Ayer vi pasar una mujer
Ayer conocí un cielo sin sol debajo de su camello
y un hombre sin suelo un río de sal un barco
un santo en prisión abandonado en el desierto
y una canción triste sin dueño ya he ya he ya la he
ya he ya he ya la he y conocí tus ojos negros
y conocí tus ojos negros ya he ya he ya la he
ya he ya he ya la he y ahora sí que no
y ahora sí que no puedo vivir sin ellos yo
puedo vivir sin ellos yo
coro
coro Le pido al cielo sólo un deseo
Le pido al cielo sólo un deseo que en tus ojos yo pueda vivir
que en tus ojos yo pueda vivir he recorrido ya el mundo entero
he recorrido ya el mundo entero y una cosa te vengo a decir
y una cosa te vengo a decir viajé de Bahrein hasta Beirut
viajé de Bahrein hasta Beirut fui desde el norte hasta el polo sur
fui desde el norte hasta el polo sur y no encontré ojos así
y no encontré ojos así rabboussamai fikarrajaii
rabboussamai fikarrajaii fi ainaiha aralhayati
fi ainaiha aralhayati ati ilaika min haza ikaaouni
ati ilaika min haza ikaaouni arjouka labbi labbi nidai
arjouka labbi labbi nidai viaje de Bahrein hasta Beirut
viaje de Bahrein hasta Beirut fui desde el norte hasta el polo sur
fui desde el norte hasta el polo sur y no encontré ojos así
y no encontré ojos así como los que tienes tú
Año 1 | Nº 1 Septiembre de 2002 Página / 15
16. Maneras de Bien soñar
Maneras de Bien
Soñar
Fundada el 15 de septiembre de 2002
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Revista de literatura
y cultura de la palabra
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Año 1 | Nº 1 Septiembre de 2002 Página / 16