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La Mara
Salvatrucha
Diseñador William Ramirez.
La Mara Salvatrucha
El Diseño Gráfico sin duda es una herramienta la cual nos da
la base de crear cualquier tipo de diseño visual, desde una idea,
hasta lo más inimaginable y poder desde allí expresar propuestas
de mensajes a diferentes tipos de públicos a la cual pueda ir dirigida.
Producto de los apredizajes obtenidos sobre el diseño y técnicas
para la edición de materiales de información e imágenes, surge
el presente libro titulado “La Mara Salvatrucha” su contenido por
tratarse sobre una organización de narcotraficantes y pandilleros
altamente agresivos.
El libro esta dirigido a mayores de edad (18+) que se encuentre
interezado en saber la verdadera cara y vida en los ghettos ( Barrio )
de centroamérica. La idea central es que quien se une a éstas, actúa
diferente a como lo hace el resto de los miembros de la sociedad
para sastifacer necesidades que no han sido cubiertas, cuestiónate
sobre tu contexto social al leer el libro, ya que éste también puede
ser tierra fértil para el floreciemiento de grupos similares.
INTRODUCCIÓN
Primeramente le quiero agradecer a mis Padres,
William C. Ramirez. Yolaixa Peréz y a mi hermano
William J. Ramirez, ya que ellos son mis Pilares
más grandes, son mis figuras a seguir, me han
apoyado toda la vida, a mi Esposa Alexandra
Rodríguez, ya que ella me ha dado apoyo
incondicional y ha estado a mi lado en los
momentos de mis triunfos y derrotas te amo.
Mi familia, la que ha estado siempre al tanto
y nunca se han olvidado de mi y mi carrera, se lo
dedicó a mi sobrina Andrea Ramirez, a mis primos
los cuales son como hermanos y Moraima Villegaz
la que siempre me recuerda que nunca debo bajar
de nivel y seguir adelante.
Xavier Rodríguez, Kaiser Delfs, Tairon Vera,
Jhon Terry, Ronny Gonzáles, Ricardo Abarca, Paul Ortiz
y todos mis compañeros que han estado hay
apoyando y hemos estado aprendiendo a lo largo
de nuestra carrera, Gracias.
DEDICATORIA
Considerdas la banda más violenta, Las Maras dominan
Centroamérica y se expanden por todo el mundo, en una temible
asociación con los carteles de las drogas. Y eso no es lo peor:
todo parece indicar que ya existen grupos embrionarios de
este tipo entre la sociedad.
VIVI PARA LA MARA Ó,
MORÍ PARA LA MARA.
SUMARIO
Capítulo 1 Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 2
Capítulo 3
Historia.
Origen de la Mara.
El Comienzó.
Actos de de Honor.
Ritos de Iniciación.
Identidad.
Código de Honor.
Hermandad.
Sociedad.
En la Casa.
Siempre a Ganar.
Los Protagonistas.
Símbolos.
Grafiti Pandillero.
Tatuajes Característicos.
Cultura.
Las Clicas.
Señas de Identidad.
Tráfico de Drogas.
Tráfico de Personas.
Tráfico de Niños.
Delincuencia.
Fuentes de Ingreso.
Movilizaciones
Transnacionales.
Protagonistas de
Centroamérica.
Fenómeno Urbano.
La Vacuna.
Edades Variables Dentro
de la Mara.
Inmigración.
Raíces Sociales.
La MS13 en Centroamérica.
Tendencia a Crecer.
Delatores de la Mara.
Enemigos.
Su Herencia.
Rivalidades.
Dos Realidades Distintas.
Los Locos de la Calle 18.
Cholo Locos.
Mujeres Dentro de las Maras.
Equidad con las Mujeres.
La Vida Loca y los Vaciles.
Subversión de Los Gobiernos.
Armas.
Violencia.
Pandilla.
Influencia Americana.
Respuesta del Gobierno.
Golpe Policial.
Mano dura.
Cero Tolerancia.
Organismos Internacionales.
Alianzas y Coordinaciones.
Oportunidades.
Glosario.
Conclusión.
La Mara Salvatrucha
es una mirada al mundo
de lo que se viven en
las pandillas, donde se
observa su inicios y vi-
vencias de algunos inte-
grantes de esta peligrosa
pandilla como lo es la
Ms 13. Es un verdadero
placer como (Diseñador
Gráfico) presentar esta
pieza editorial la cual es
un tema muy delicado ya
que toca uno de los pri-
meros problemas que se
vive en el país; que es la
delincuencia, es un vis-
tazo desde el interior de
esta gran organización
transnacional.
A menudo los integran-
tes han tenido familiares
que han estado involu-
crados en las pandillas.
Usualmente los jóvenes
más involucrados en la
pandilla tienen historial
de estar sin supervisión
adulta diariamente, por
largos períodos de tiempo
desde una temprana edad, estos jóve-
nes se unen a las pandillas en busca de
aceptación, compañía, reconocimiento,
estatus y sentimiento de pertenencia,
para sentirse identificado socialmente.
La carencia afectiva y las necesida-
des de recursos básicos terminan agru-
pando a los miembros. Por lo general,
las pandillas han ganado el máximo
control en las comunidades urbanas y
pobres, en respuesta al desempleo y
otros servicios. Las Maras están involu-
cradas en todas las actividades de la
delincuencia callejera, como la extor-
sión o el tráfico de drogas, tanto dentro
como fuera del sistema carcelario. Tam-
bién victimizan a las personas con robo,
maltrato y secuestro.
Creen en la lealtad y la unidad de la
pandilla, pero las dejan a un lado cuan-
do su propia seguridad está en peligro.
Portan insignias o tatuajes alusivos a la
pandilla, tener un lenguaje oral y forma
de caminar y comunes. Portan armas
blancas o de fuego para su propia pro-
tección. Hacen alarde de pertenecer a
esa pandilla, y utilizan el graffiti para de-
terminar su territorio o amenazar.
PRÓLOGO
Historia.
Origen de la Mara.
El Comienzó.
Actos de Honor.
Ritos de Iniciaciòn.
Identidad.
Código de Honor.
Hermandad.
Capítulo 1
La palabra mara
significa (grupos o gente
violenta) y salva trucha
(salvadoreños buzos)estas
palabras vienen de la jerga
callejera salvadoreña en
la que la importancia de
los mareros han ido en
aumento en la población,
hoy en día se calcula que
hay más de 80.000 mil
mareros activos.
Se creó en los años 80
y 90 en las calles de los
Ángeles California (Estados
Unidos) con el propósito
de cuidar a los salvadore-
ños emigrantes. El proceso
de migración salvadoreño,
fue facilitado por la guerra
civil en que el país se vio
envuelto dentro del contex-
to del guerra fría.
Eldestinopreferidopor la
mayoría de los emigrantes
salvadoreños fue Estados
Unidos en busca del sueño
americano comenzó por la
emigración de los sal-
vadoreñosenEstadosUnidos,sepresumequecomenzópor
el maltrato y desprecio que le tenían a los salvadoreños,
enesostiemposhabíanpandillasomarasconocidascomo:
Barrio18,Mafia Mexicana, Latín King, Block, Crips entre
otros, estos tipos de pandilla tenían rivalidades.
Porque ya los salvadoreños ya no se querían
dejar abusar por los mexicanos, afroamericanos,
estadounidenses, entonces un grupo de salvadoreños,
hondureños y guatemaltecos crearon la conocida
mara salva trucha o ms 13, la estructura más grande
y violenta del mundo, hay varias organizaciones
como el FBI que quieren destruir la mara salva trucha
pero es una estructura muy grande, el FBI y la DEA
comenzaron a deportar a los emigrantes mareros a
sus países de origen.
La mara ha exhibido un incremento aparentemente
incontenible, se presume que el crecimiento de las
maras en los jóvenes, tiene su origen en los más
diversos problemas familiares, abandonó, maltrato,
abuso, entre otros. Los mareros suelen estar entre
12 a 21 años los jóvenes entran a la mara en busca
de apoyo o una familia, es así como un importante
porcentaje de adolescentes en Centroamérica se han
visto vinculados de una u otra forma a la mara.
Comenzó a hacer actos de violencia como contra-
bandear drogas, ventas de armas, muertes por encar-
go, entre otros. Los mareros han ido avanzando y se
reconocen por su tipo de caminar, vestirse y por su
hablado oral y de señales dicen que los tatuajes sig-
nifican la lealtad y amor que le tienen a la mara y cada
Historia:
21
se usa en El Salvador,
Honduras, Guatema-
la y México para definir
“Gente, Pueblo, Chusma”
(DRAE). Al mismo tiempo
se piensa que este tér-
mino fue elegido por sus
primero integrantes como
referencia a las hormigas
marabuntas de la familia
Formícida, caracterizadas
por su depredación y ca-
rácter migratorio.
Por otro lado la palabra
Salvatrucha es una aglu-
tinación de dos palabras
cuyas dos raíces provie-
nen una del sustantivo
“Salva”, alusivo al genti-
licio de sus fundadores,
salvadoreños y “Trucha”
al verbo coloquial usa-
do por la comunidad chi-
cana en Estados Unidos,
la cual quiere decir, “Es-
tar Alerta” o “activo”.
En cuanto la asignación
del número como parte de
su identificación, una de
las hipótesis que sostie-
nen especialistas como
Valdez o Tony Rafael, in-
dican que surgió hacia
1994 como la afiliación
de esta organización a la
Mafia Mexicana.
La pandilla carcelaria
de origen hispanoame-
ricano más grande de
Estados Unidos, quienes
imponen llevar el número
“13” a todos aquellos que
estén aliados su causa.
Esto obedece a que la
Mafia Mexicana es abre-
viada con la letra “M” la
cual en el abecedario in-
glés ocupa el lugar 13.
Es el nombre de la más
peligrosa banda de cri-
minales que se origina en
los Ángeles, esta banda
también se encuentra en
Centro América. La abre-
viatura de Mara Salvatru-
chas MS 13. General-
mente los miembros de
ésta son inmigrantes del
tatuaje tiene su significa-
do. La MS 13 tiene su rival
mejor conocido como el
Barrio 18, la rivalidad que
tienen es por ver cual es
la mejor o cual domina
más partes, los ms 13
manchan sus paredes
advirtiendo que es te-
rritorio de ellos, la rivali-
dad que tienen la pueden
llevar hasta la muerte. La
ms 13 es originaria de los
salvadoreños, se presu-
me que para sostenerte
en la mara tienes que co-
meter actos de violencia,
los mareros ya no pue-
den salir de esta vida que
llevan, la única manera
de salir de la mara es la
muerte del integrante.
El nombre propio, Mara
Salvatrucha 13 (MS-13)
tiene diversas tiene en
cuanto al étimo de su
palabra. Mucho de los
autores que han escrito
al respecto sugieren que
este vocablo compues-
to proviene del término
Mara una palabra que
(Estados Unidos) en las
calles 13 y 18 como res-
puesta defensiva ante la
sociedad anglosajona,
blanca y protestante. Son
parte del fenómeno de
pandillas de diferentes
etnias en esas mismas
calles que nacieron en
los 60. Efectivamente,
las maras se crean en El
Salvador, Guatemala en
Honduras y en menor
medida en México con
la repatriación de salva-
doreños de pasaporte,
pero que habían nacido
y se habían criado en
los Estado Unidos pero
Salvador la Mara Salva-
trucha nació en el año
1980 cuando una guerra
civil se desata en El Sal-
vador, por esto mismo la
gente del Salvador emigra-
ba a los Estados Unidos
y muchos descubrieron
que no había trabajo y lu-
gares para sostener una
vida buena.
Por eso mismo los pri-
meros inmigrantes encon-
traban muchos problemas
y ellos mismos crearon
la pandilla Mara Salvatru-
cha para proteger sus
familias. La historia de
esta Mara siempre tiene
violencia, porque cometen
acciones que son cri-
minales como pasar de
contrabando y asesinar
a sus enemigos. La pa-
labra “mara” es el equi-
valente centroamericano a
lo que en España sería
“pandilla” “colla” esto
es, grupo de amigos de la
misma colonia, pueblo o
delmismoinstituto o escue-
la “maras de estudiantes”
y no tiene nada que ver
con la palabra “marabunta”.
La Mara 18, efectiva-
mente, al igual que la
Mara 13 o Salvatrucha,
nacen en Los Ángeles
Origen de la
Mara:
SoldadoCivil.
PandillerosdelaMaraenL.A
22 23
zaron a mudarse a inicios
de los 90 hacia las cinco
repúblicas centroame-
ricanas, la base de ésta
pandilla es el comercio
ilegal de droga.
Las maras tienen como
objetivo derrocar a los
gobiernos de la región,
esta posee reglas fijas,
que pueden incluir ri-
tuales de iniciación, una
jerarquía y códigos que
pueden hacer de la pan-
dilla una fuente primaria
de identidad para sus
miembros. Surgen en
los barrios más pobres,
(La mayoría de las veces), una inmensa mayoría son
varones, las maras en sí son un fenómeno con raíces
transnacionales, es decir, son organizaciones más
uniformes, que tienen un origen muy bien definido que
se puede ligar a patrones migratorios particulares. Las
raíces de las maras se encuentran en las calles 18 de
los Ángeles, en una banda fundada por inmigrantes
mexicanos en los años 60.
A raíz de esta la política de estos países, se
encuentra aplicando serias medidas, “Mano Dura” así
se denomina a la ley que sancionaron, ya que las
maras están superando en cantidad a los militares.
El término centroamericano Mara proviene de
marabunta colonia de hormigas que se alimentan de
todo lo que encuentran a su paso habiendo tomado
en Centroamérica el significado de conjunto de gente
alborotada y tumultuosa. La mara Salvatrucha nace en
quienes opinan que es
la unión de grupos sal-
vadoreños y hondureños
(catrachos) con raíces
en la palabra “xatruch”
nombre de un general
hondureño de la antigue-
dad, la raíz más proba-
ble de esta palabra es
“xatrachos” que unida a
salvadoreños conforman
la nueva palabra “salva-
trucha”. Posteriormente
tienen entrada ciudada-
nos de otros países, es-
pecialmente guatemalte-
cos y mexicanos.
En realidad el número
13 viene del paralelo 13
y no de una calle de Los
Ángeles, dando a entender
el significado de las raíces
no mexicanas.
En Centroamérica los
gobiernos quieren detener
a esta pandilla a toda
costa con medidas re-
presivas, ellos extienden
su territorio a lo largo del
continente. Las pandillas
centroamericanas empe-
principalmente de sal-
vadoreños que emigra-
ron durante la guerra Civil
de ese país, muchos de
los cuáles contaban con
entrenamiento militar. De
esa transculturización
arranca el fenómeno
que hoy en día supone
el mayor peligro para las
democracias de dichos
países que es la MS 13.
La palabra “salvatrucho”
es el equivalente a “sal-
vadoreño espabilado”,
“salvadoreño listo”, dentro
de los localismos salva-
doreños, ponerse trucho,
es equivalente a decir
“Estar Listo”, también hay
PandillerodelaDécadadelos70.
Jóvenes Pandilleros Establecidos en L.A. en los 90.
24 25
Los Ángeles (California),
los integrantes de la mara
Salvatrucha, al menos en
sus inicios, solían hacerse
tatuajes con los que de-
mostraban su membrecía,
costumbre que se ha ido
reduciendo para evitar
identificarse debido a sus
actividades criminales.
La palabra “Mara” es el
equivalente centroameri-
cano a lo que en España
sería “Pandilla” “Colla”
“Grupo”, esto es, grupo
de amigos que viven en
la misma colonia (“Maras
de Estudiantes” y que
proviene de la palabra
“Marabunta”, a saber,
conjunto de gente albo-
rotada y tumultuosa).
La Mara 18, efectiva-
mente, al igual que la
Mara 13 o Salvatrucha,
nacen en Los Ángeles
(Estados Unidos) en las
calles 13 y 18. Son parte
del fenómeno de pandi-
llas de diferentes etnias
en esas mismas calles
que nacieron en los 60.
Efectivamente, las maras
se crean en El Salvador,
Guatemala , Honduras y
en menor medida en Mé-
xico con la repatriación
de salvadoreños de pa-
saporte, pero que habían
nacido y se habían criado
en los Estados Unidos,
pero principalmente de
salvadoreños que emi-
graron durante la guerra
civil de ese país, muchos
de los cuales contaban
con entrenamiento militar.
De esa transculturiza-
ción arranca el fenó-
meno que hoy en día
supone el mayor peligro
para las democracias
de dichos países.
La palabra “Salvatru-
cha” es el equivalente a
“Salvadoreño Espabila-
do”, “Salvadoreño Listo”,
dentro de los localismos
salvadoreños, ponerse
trucho, es equivalente a
decir “Estar Listo”. Tam-
bién hay quienes opi-
nan que es la unión de
grupos salvadoreños y
hondureños (catrachos)
con raíces en la palabra
“xatruch” nombre de un
general hondureño de la
antiguedad, la raíz más
probable de esta palabra
es “xatrachos” que uni-
da a salvadoreños con-
forman la nueva palabra
“Salvatrucha”.
Posteriormente tienen
entrada ciudadanos de
otros países, especial-
mente guatemaltecos,
argentinos y mexicanos.
MaraSalvatrucha.
27
que acababan en los cen-
tros de detención juvenil
y en prisión empezaron
a aceptar el “Estilo Cho-
lo”, pero para sobrevivir
en la cárcel donde los
salvadoreños eran la
minoría, adoptaron una
nueva imagen, agresiva y
el nombre Mara Salvatru-
cha. Adentro del sistema
penal del sur de Califor-
nia, los miembros de la
MS se dieron cuenta que
aquellos latinos que no
se integraban a la Mafia
Mexicana, se quedaban
En 1983-1984 orige de
la mara bajo las amenazas
de las Pandillas de Chi-
canos y Afroamericanos,
los jóvenes inmigrantes
salvadoreños rebeldes
formaron su propia pan-
dilla La Mara Salva tru-
cha. El primer grupo de
la MS 13 se reunía en la
esquina de una tienda
en Koreatown.
Ellos se llamaban así
mismos la Mara Stoners:
Mara porque en El Salvador
describe a un grupo cer-
cano de amigos y “Stoner”
por fumar marihuana.
completamente aislados,
durante la década antes
de que la Mara Salva-
trucha se integrara a La
EME (Como se llama la
pandilla de la prisión).
Pudieron soportar los
abusos, humillaciones
y ataques violentos en
contra de ellos, y por ne-
cesidad, se crearon una
imagen y reputación de
ser una de las pandillas
más violentas y locas de
Los Ángeles. El mito cre-
ció debido a ciertas rea-
Provenientes de El Sal-
vador, en Estados Unidos
escuchaban más que
nada la música Heavy
Metal. Estaban orgullo-
sos de su estilo salvado-
reño, pelo greñudo, jeans
rotos y apretados pero al
poco tiempo se dieron
cuenta que estaban fuera
de sintonía con la moda
de los Barrios Chicanos
de Los Ángeles.
Los “Cholos” que do-
minaban la cultura pan-
dillera de los Ángeles
escuchaban “Oldies” o
“Hip-Hop”. Usaban pelo
corto o la cabeza rapada,
camisas y pantalones
grandes bién planchados.
Todo esto era un fuerte
contraste entre los “cholos”
y la apariencia fachosa y
rebelde de los MS.
Los choques por or-
gullo y etnia entre la Mara
Salvatrucha y estas pan-
dillas fueron cada vez
más violentos. Gradual-
mente, miembros de la MS
lidades complicadas la
mayoría de los miembros
originales de la Mara Sal-
vatrucha eran jóvenes in-
migrantes de El Salvador.
Algunos tenían experien-
cia como niños soldados
reclutados forzosamente
por el ejército salvadore-
ño o por haberse unido a
parientes que formaban
parte de la guerrilla.
Los que no habían
sido “Soldados Profesio-
nales” tenían memorias
horribles y traumáticas
de las violaciones a los
derechos humanos. Mu-
chos habían presenciado
este tipo de abusos y la
pandilla era una herman-
dad con la que compar-
tían los problemas como
emocionales, abusos y el
sufrimiento.
Los jóvenes de la pan-
dilla eran los más asesi-
nos Los Ángeles era un
mito que ni las fuerzas
de seguridad ni los Salva-
truchas tenían interés en
El Comienzó:
CentrodeDentenciónJuvenil.
SusMomentos.
30 31
MS 13, también llega a
El Salvador la Calle 18,
la pandilla más poderosa
de Los Ángeles. La gue-
rra que mantenían estas
pandillas en las calles de
Los Ángeles, se traslada
a El Salvador.
La Mara Salva trucha
se considera a si misma
como la pandilla auténtica
salvadoreña, y piensa
que tanto la 18 como las
pandillas aliadas son de
origen extranjero, con-
cretamente mexicano.
La MS 13 no tiene un alto
grado de organización,
no hay un líder definido
para todo el país, sino
que hay varios líderes
que en general son reco-
nocidos por su prestigio.
Los enfrentamien-
tos entre miembros de
la misma pandilla son
muy comunes. La mara
Salvatrucha (Generalmen-
te abreviado como MS,
Mara, y MS-13) es una or-
ganización transnacional
negar o discutir, a través
del tiempo, el resultado
de esa percepción ha
sido trágico e injusto. La
combinación de la mala
propaganda, el estigma
y el miedo los vuelve chi-
vos expiatorios o víctimas
fáciles de los rumores.
Es la mayor pandilla de El
Salvador, aglutina aproxi-
madamente al 70% de
todos los pandilleros del
país. Tiene unas carac-
terísticas propias muy
determinadas.
Fue creada en los años
80 en California por emi-
grantes salvadoreños,
como respuesta a las
pandillas ya existentes.
El nombre de Mara Sal-
va trucha: La palabra
“Mara”, se emplea en El
Salvador con el signifi-
cado de gente alborota-
dora. “Salva”, de salva-
doreño. Y finalmente,
“Trucha”, viene a signifi-
car listo o espabilado.
En la zona de Los Ánge-
les, la Mara Salva trucha
adoptó el número 13, ya
que esta zona esta con-
trolada por la Mafia Mexi-
cana, o 13. San Francisco
es territorio de Nuestra
Familia, o la 14, por eso
en el norte de California
la MS tomó el número 14.
Tanto la Mafia Mexicana
como Nuestra Familia,
son organizaciones que
controlan a todas las
pandillas latinas desde
las cárceles de sus res-
pectivos territorios. Así
que la Mara Salva trucha
esta dividida en dos: La
Mara Salvatrucha 13
en el sur de California,
y la MS 14 en el norte.
Al finalizar la guerra
civil salvadoreña, los jue-
ces de la zona de Los
Ángeles comienzan a
deportar a pandilleros
de vuelta a El Salvador.
De esta forma, la MS 13
se instala con fuerza en
el país, mientras que la
presencia de la MS 14
es mínima junto con la
EnBuscadelSueñoAmericano.
32
de pandillas criminales
asociadas que se origina-
ron en Los Ángeles y se
han expandido a otras re-
giones de Estados Unidos,
Canadá, México, Améri-
ca Central (Guatemala,
El Salvador, Honduras)
y España. La mayoría
de las pandillas están
étnicamente integradas
por centroamericanos
(Guatemaltecos, Salva-
doreños y Hondureños)
y se encuentra activas
en las zonas urbanas
y sub urbanas.
Sostienen células
(Clicas) localizadas en
Latinoamérica con más
de 70.000 miembros.
Cabe destacar que los
únicos países Cen-
troamericanos que han
logrado mantener aleja-
do esté movimiento son
Nicaragua (Dado que
durante los años 80, el
período de proliferación
de estas bandas en el ist-
mo, se libraba una guerra
en la Zona Norte del país
armas y contrarrestar la
fuerza de la Organización
del Golfo (Los Zetas), una
guerra que azota el sur
de la frontera de Estados
Unidos y México.
Las actividades crimina-
lesde la mara Salvatrucha
incluyen venta de dro-
gas, extorsión, venta de
armas, secuestro, robo y
asesinatos por encargo,
entre otras. En Centroa-
mérica su presencia se
debe a la deportación de
delincuentes desde Esta-
dos Unidos a sus países
de origenes.
Sus actividades en los
Estados Unidos atrajeron
la atención del FBI quién
junto a la DEA hizo redadas
contra los mareros en
las que fueron detenidos
cientos de miembros de
la Mara Salvatrucha.
Existe cierta contro-
versia sobre la etimolo-
gía del nombre. Algunas
fuentes afirman que la
fronteriza con Honduras, y era de los conflictos Béli-
cos que habían huido originalmente los Salvadoreños
de su nación) y Costa Rica.
Los miembros de la MS se distinguen por tatuajes
qué cubren el cuerpo y también a menudo cubren la
cara, así como el uso de su propio lenguaje de señas.
Son conocidos por su uso de la violencia y un código
moral propio que consiste en su mayor parte en una ven-
ganza implacable y crueles retribuciones.
Esta crueldad excesiva de los miembros de las
maras o “mareros”, les permitió ser contratados por la
organización delictiva de Sinaloa, dirigida por Joaquín
Guzmán Loera, para ser entrenados en el manejo de
banda lleva el nombre de
La Mara, una calle de San
Salvador, ( El Salvador) y la
guerrilla Salva trucha que
luchó en la Guerra Civil
de El Salvador.
No obstante podemos
desmentir dicha fuente
pues no existe una calle
con ese nombre en San
Salvador ni la guerrilla
fue jamás referida como
“Salvatrucha” sino como
Frente Farabundo Martí
para la Liberación Nacional.
También puede provenir
de Marabunta, una espe-
cie de hormigas voraces
qué se alimentan de todo
lo que encuentran a su
paso, pero todo parece
indicar que esta es una
acepción tardía dentro
de esté significado, pues
esta especie de hormigas
es originaria de Brasil y
no es común en El Sal-
vador. “Salvatrucha” puede
ser una combinación de
las palabras “Salvadoreño”
y “Trucha”, una palabra de
caló popular que significa
“Estar Alertas”, aunque
es de poco uso en el ha-
bla popular salvadoreña.
Lo más probable, sin
embargo, es que el nombre
se origine en el neolo-
gismo “Mara”, utilizado
popularmente como si-
nónimo de “grupo de
amigos” teniendo un uso
extendido y sin ninguna
vinculación criminal en
los años 70 y 80, el cual
se fue deformando en su
significado hacia el de
“Pandilla Salva trucha”
podría deberse a que
se utilizó durante algún
tiempo el término “Salva
trucho” como un gentili-
cio despectivo defor-
mado de “Salvadoreño”
y siendo que la pandilla
se autocalificaría como
parias de su mismo país
podrían haberlo asumi-
do como tal. Tomando
en cuenta exclusivamen-
te el caló popular de El
Salvador, explicado an-
teriormente, el nombre
IntegrantedelaPandillaMS13.
34 35
de la pandilla vendría
a significar de manera
simple: Mara Salvatrucha
(pandilla salvadoreña). Lo
cual sería coherente con
el origen de pandilla étni-
ca en el sur de Los Án-
geles, no obstante que
con el paso del tiempo la
misma se ha compues-
to por centroamericanos
en general y no solo por
salvadoreños. Las maras
son organizaciones más
uniformes, que tienen
un origen muy bien defi-
nido que se pueda ligar
directamente a patrones
migratorios particulares.
Existen dos maras, la
Mara Dieciocho (18) y la
Salvatrucha (MS), que
funcionan actualmente
en Centroamérica sólo
en El Salvador, Guatemala,
y Honduras, aunque han
comenzado ya a exten-
derse a México. Los orí-
genes de las maras se
encuentran en la Calle 18
de Los Ángeles, en una
banda fundada por inmi-
grantes mexicanos en los
años 60, que muy pronto
empezó a aceptar como
miembros a cualquier la-
tino. La mara de la calle
18 creció mucho durante
los años 70 y 80 por la
afluencia de refugiados
salvadoreños y guate-
maltecos, muchos de los
cuales se incorporaron
a la mara para sentirse
incluidos en un contexto
donde los estadouniden-
se excluían a los latinos.
A mediados de los
años 80, jóvenes de una
segunda ola de refugiados
salvadoreños fundaron
un grupo rival, posible-
mente un fragmento de
la mara original: La Mara
Salvatrucha, un nombre
que combina la palabra:
“Marabunta”, un insec-
to “Salvadoreño”, con
“Trucha”, que significa
“Agudo” en el Argot Sal-
vadoreño. Muy pronto, la
Mara 18 y la Salvatrucha
empezaron a pelearse en
las calles de Los Ángeles
y se vieron involucrados
en la violencia desatada
cuando el caso Rodney
King en 1992.
Después de este epi-
sodio, el estado de Ca-
lifornia elaboró nuevas
leyes contra las maras
y empezó tratar a sus
miembros juveniles como
delincuentes adultos, en-
viando a muchos a las
cárceles más costudiadas.
Después, en 1996, una
ley del Congreso de Es-
tados Unidos ordenó la
deportación de todo de-
lincuente no estadouni-
dense o recién naturali-
zado Estadounidense
condenado a más de un
año de cárcel, una vez
que hubiera cumplido su
condena. Consecuen-
temente, entre 1998 y
2005, Estados Unidos
deportó a casi 46 mil
centroamericanos que
cumplieron condenas y
además, a 160 mil inmi-
grantes ilegales.
36
Las maras sugieren
que los tatuajes deben
ser ganados a través de
actos que se realizan en
beneficio de las pandillas.
En este sentido, los
tatuajes pueden conside-
rarse biografía de los ma-
reros y pandilleros, como
cicatrices o marcas de
los eventos realizados
en los cuales se expuso
la vida del individuó en
nombre del colectivo.
La mara Salvatrucha por
Cada pandilla tiene sus
reglas de funcionamiento,
aunque siempre se refieren
a la igualdad en el grupo,
pueden ser más o menos
jerárquicas. Así, los jefes
son reconocidos mien-
tras demuestran las cua-
lidades que favorecen al
grupo y negocian a favor
de toda la pandilla. Para
pertenecer a esta san-
guinaria organización
los aspirantes tienen que
pasar por unos terribles
proceso de iniciación.
El ritual de admisión
posibilita reconocer si
el miembro es capaz de
cumplir lo que el grupo
requiere. Para una mara
es importante: Fuerza
Corporal, Habilidad, Ra-
pidez de reacción y estar
preparado a los Peligros.
A Los hombres se les
encarga asesinar a un
miembro de su familia
ejemplo, utiliza como uno
de sus símbolos en número
13 o las letras MS, dibuja-
das de sí tintas maneras.
En la mara 18 se utiliza el
mismo número (Dieciocho)
que la del nombre.
En ambos casos se
presentan combinaciones
extrañas de números ará-
bigos e incluso con no-
menclaturas de lenguas
indígenas y romanas.
Otros tatuajes se refieren
a las experiencias perso-
nales de cada individuo
generalmente al padre
también son sometidos
a golpes de todo el clan
por 13 segundos. Final-
mente, se les encomienda
matar a un delincuente
de un Barrio Enemigo. La
mara Salva trucha, por
ejemplo, elige un núme-
ro de compañeros que
agreden al nuevo durante
trece segundos esperando
que éste se sepa defender.
En la Mara Dieciocho
son 18 segundos. En el
caso de las mujeres, el
ritual de admisión tienen
diferentes variaciones.
En el caso de las mu-
jeres, estas son violadas
por todos los integrantes
de la banda y también
reciben una paliza por
13 segundos. Luego,
se les exige ejecutar un
determinado crimen. Las
jóvenes Mareras son co-
nocidas en el mundo por
su frialdad y actuar san-
guinario a la hora de co-
meter algún delito.
la vida en prisión, Las
penas y Alegrías Vividas,
La muerte de seres que-
ridos, La dificultad para
Abandonar la Vida de
Mareros lo que conlleva
a ser marero.
El graffiti sirve para
demarcar el territorio
de pandillas enemigas
y ser así reconocido
por las pandillas, pero
se utilizan números, le-
tras y símbolos que han
identificado como su-
yos, al igual que lo ha-
cen para los tatuajes.
Actos de Honor:
Ritos de
Iniciación:
Uno de los Ritos de Iniciación es Asesinar a un Contrario.
Se les exige que lleven
a cabo peleas, pero tam-
bién existe la práctica de
“el trencito”, es decir tie-
nen que brindar servicios
sexuales a los miembros
masculinos de la banda.
Después de un ritual así
la chica es admitida y
tiene que contar con más
ataques parecidos.
Muchos miembros de
la Mara Salvatrucha se
cubren de tatuajes para
demostrar su membrecía.
Entre los diseños se in-
cluyen “MS”, “Salvatru-
cha”, el “Devil Horns”, el
nombre de su camarilla,
y otros símbolos. Está
costumbre que en los
inicios de la pandilla era
muy usual, se ha ido re-
duciendo para evitar ser
identificados debido a
sus actividades criminales.
Los miembros de la
Mara (MS 13), así como
miembros de otras bandas
americanas más moder-
nas, utilizan un lenguaje
39
tomar parte activa en los
ritos de iniciación e incluso
cobrar vidas. Las mujeres
son incluso más violentas
que los hombres.
La organización de la
Mara Salvatrucha tiene
códigos muy violentos
inclusive tienen como có-
digo el asesinar a otras
personas, eincluso existen
reglas de muerte. Quienes
hablan con la policía
cuando son detenidos
son asesinados al ser li-
berados por delator.
También matan a los
líderes que no obtienen
los resultados deseados,
o a los miembros que
se borren los tatuajes
(es decir que renuncien
a la misma Mara Salva-
trucha), por citar algu-
nos ejemplos. Ya que
ellos tienen un lema que
es “vivis para la mara o
moris para la mara” esto
pretende decir que una
vez dentro de la pandilla
ya no hay salida alguna.
de señas para identificar-
se y comunicarse. Uno
de los más comunes es
la “cabeza del diablo” o
cuernos, que forman una
“M” cuando se muestra al
revés. Este signo es si-
milar al que utilizan los
músicos de Heavy Metal
y sus fans.
La pandilla cuenta con
ritos de iniciación tanto
para hombres como para
mujeres: Los hombres
deben soportar palizas
dadas por los demás
miembros que llegan a
durar solo 13 segundos,
o ingresar a un barrio
“enemigo” y matar a un
miembro rival.
Las mujeres también
suelen ser brincadas y
una vez aceptadas tie-
nen tanto a la protección
de la mara como que
acatar las decisiones de
los hombres. El papel de
la mujer en la mara ha va-
riado de ser simplemente
la novia o la mensajera a
GolpizaqueRecibenDurante13Segundos.
SímboloqueRepresentaaLaPandilla.
EnelPasadoEra,ObligatorioLlevarelTatuaje.
41
Hagedorn, un experto en
la historia de las pandi-
llas de Chicago.
“Las fuerzas económi-
cas globales y el retiro o
ausencia del Estado en
muchas comunidades
y barriadas son factores
que promueven la institu-
cionalización de grupos
tales como las pandillas”.
Hagedorn argumenta
que el fracaso del neo-
liberalismo ha llevado a
la intensificación de las
identidades de resistencia
entre jóvenes excluidos
socialmente. Pero para
muchos jóvenes de países
en vías de desarrollo,
estas resistencias im-
pugnadas son “supervi-
sadas” por una variedad
de grupos criminales o
milicias nacionalistas y/o
religiosos. Estas ideas
son relevantes para en-
tender el contexto y las
fuerzas que moldean el
desarrollo de las llama-
das pandillas transnacio-
nales como la Calle 18 y
la Mara Salvatrucha. Los
retratos de los medios de
comunicación crean la
impresión de sindicatos
criminales organizados
que propagan franquicias
mafiosas a través de
Estados Unidos y Cen-
troamérica. La realidad
es mucho menos for-
malmente “organizada” o
“corporativa” al igual que
trágica e intolerable.
Mientrasquelashistorias
de los jóvenes perfilados
en Hijos del Destino, de-
jan en claro los factores
emocionales, sociales y
económicos que atraen a
los jóvenes a involucrarse
en estas pandillas, están
ubicados en condiciones
en las comunidades de
las que provienen.
Las pandillas proveen
un sentimiento de perte-
nencia a algo mayor, un
sentimiento de sufrimiento
compartido, identidad y
resistencia a la exclusión.
Una pandilla es cual-
quier grupo de tres o más
personas que conforman
un conjunto organizado y
que comparten una iden-
tidad en común. Desde la
publicación del estudio
pionero de las pandillas
de Chicago de Frederick
Thrasher en 1927.
Sociólogos handefinido
el proceso a través por el
cual jóvenes sin supervisión
en especial jóvenes mar-
ginalizados en centros
urbanos forman organiza-
ciones e identidades calle-
jeras a través del conflicto
con las autoridades y con
otros grupos.
Está definición clásica
de las pandillas callejeras
incluye dichos grupos,
los cuales se envuelven
en comportamientos de-
nominados delictivos o
en conflictos con la ley.
Para sociólogos con-
temporáneos como John
Identidad:
LosIntegrantesVienendeVivirenPobrezaExtrema.
43
“Vives para los Mara o mueres para los
Mara” es la frase principal que repre-
senta la organización delictiva interna-
cional. Una vez que un miembro es parte
de ella, ya no hay salida ni marcha atrás.
Está prohibido hablar con la policía
o delatar a alguien, no pueden tampoco
borrarse los tatuajes. Estas reglas son
un código de muerte que si algún in-
tegrante llega a desobedecerlas serán
brutalmente asesinados.
Código de
Honor:
MuertealosEnemigos.EstableciendoTerritorios.GolpizaparaSerDigno.
44
En la mara se apren-
de un resto de cosas, en-
tre ellas a ser bien pero
bien honesto. Porejemplo,
usted tuvo cacha con
otros dos carnales (ami-
gos) y cayeron 200 varas
(quetzales). Se reparten
iguales. Y lo que no se
puede repartir, es para
la trama (comida) en par-
tes iguales hasta que se
acaba lo que fue ganado
(Testimonio de un pandi-
llero guatemalteco).
Hay una hermandad
dentro de la mara que
en ninguna institución,
en ningún partido político
ni en ninguna otra par-
te tienen. Los demás no
comen del mismo plato
y nosotros sí comemos
del mismo plato, nos ta-
pamos con la misma co-
bija. (Testimonio de un
pandillero guatemalteco).
La convivencia en la pan-
dilla crea una historia co-
mún, un intercambio per-
la corrupción que perci-
ben en la sociedad. Casi
ningún pandillero se deja
comprar, a cambio de
promesas o regalos de
dinero, para convertirse
en espías de la policía.
Los miembros de la
pandilla crean sus propias
costumbres y se califican
como distintos del resto de
personas. Utilizan graffiti
para marcar su territorio
y todos los que llegan a
unirse al grupo es porque
consideran que viven en
un mundo injusto. Los
maras se consideran
“Una Raza Unida” y se
sienten “Una Familia”.
Usan un lenguaje en
el que mezclan palabras
de varios idiomas. Tienen
tatuajes en todo el cuer-
po que representan los
crímenes que cometen.
Mientras el crimen sea
más sanguinario, el tatua-
je será más grande. Las
principales actividades
delictivas que realizan
manente de conocimientos, y posibilita a los jóvenes
encontrar reconocimiento, confirmar y fortalecer ne-
xos de amistad. Responden sin condiciones los unos
de los otros y se defienden.
La pandilla no surge para romper las leyes, sino como
grupo de amigos que quieren hacer algo juntos. La
fidelidad más grande es la de “Los brother” de la
pandilla,noladelafamilia. Seconvierteenunaespecie
de familia de forma real, en el amor y las relaciones,
y no sólo retóricamente. En el grupo se estima mucho
la justicia y la honestidad, consideradas cualidades
de mando. En todas las pandillas existe una especie
de código de honor que es absolutamente obligatorio
para todos. Se entiende como una respuesta a la
hipocresía que han experimentado en los adultos y a
Hermandad:
HermandadDondeTodossonIguales.
NuncaseDejaalCompañero.
46
son la trata de blancas, el
narcotráfico y el sicariato.
Como nace mara 18 A
mediados de la década
de 1980, grupos de la-
tinoamericanos, prin-
cipalmente mexicanos,
formaron la Mara 18,
cuyo nombre proviene de
la Calle 18 de la ciudad
californiana. Algunos de
sus miembros se tatúan
el número “666”, 6 + 6 +
6 = 18 que bíblicamente
es conocido como el nú-
mero de la bestia.
También utilizan los
números en romano XVIII
en alusión al número 18.
Una de las versiones de
su formación dice que
nacieron en Los Ángeles
en torno a disputas terri-
toriales por drogas.
Tras el término de la
guerra civil en 1992, mu-
chos salvadoreños fueron
deportados de Estados
Unidos. Especialmen-
te los pandilleros. En El
Salvador los pandilleros
casas durante las noches
y nadie puede salir a las
calles después de cier-
tas horas. Pero además
la Mara 18 ha creado su
propia “cultura”, que se
expresa en su lenguaje
propio de palabras y se-
ñas. Generan valores
(que podríamos tipificar
de anti valores) y los
inculcan dentro de sus
miembros más jóvenes.
Con esto crean códigos
propios de conducta.
Cuentan también con
armas e infraestructura.
Nadie sabe con precisión
cuantas armas y de qué
tipo están en posesión
de ellos, pero son su-
ficientes para mantener
el control del territorio y
desarrollar las múltiples
acciones delictivas.
Así mismo comparten
una red de comunicación
internacional con otras
pandillas y grupos delig-
tivos similares de la región,
de Estados Unidos.
deportados comenzaron
a formar “clicas” o cé-
lulas de la Mara 18 con
jóvenes en barriadas po-
bres, desplazando a las
antiguas pandillas locales.
El control del territorio
que ejerce la Mara 18 es
eficiente, prácticamen-
te toda la población que
habita en sus “Zonas de
control” siente de manera
permanente su presencia
y está bajo su mando e in-
fluencia. Además cobran
impuestos, irónicamente,
con más eficiencia que
el mismo gobierno, los
medios de comunicación
han llamado la atención
mucho el impuesto que
las Maras Salvatrucha
cobran a todos los nego-
cios, pequeños, media-
nos y algunos grandes,
que están ubicados en
sus “zonas de control”.
Todos han de pagarles
los impuestos de guerra
con regularidad. Hay lu-
gares donde la Mara 18
decreta el “Estado de
Sitio”. Obligan a los ha-
bitantes a estar en sus
PandillerodelaMara18.
LaMaraSalvatruchaGuardasusSecretos.
48
Sociedad.
En la Casa.
Siempre a Ganar.
Los Protagonistas.
Capítulo 2Capítulo 2
El punto de referencia
en la actuación de los
pandilleros es sobre todo
el barrio en el que han
crecido, donde se sien-
ten en casa y, de alguna
manera, seguros.
Allí serán también, en
determinadas circuns-
tancias, tomados como
enemigos por adultos
que se ocupan de la
buena reputación de su
barrio, pero en general es
en el barrio, en su ba-
rrio, donde encuentran
simpatía y ayuda de su
madre especialmente
y se mueven en terreno
conocido. La pertenen-
cia al barrio les da un
sentimiento de identidad.
No es casualidad que las
luchas de las pandillas
se den para defender un
territorio, el barrio o algu-
nas de sus cuadras. Esto
puede significar también
que en el mismo barrio
normalmente frente a
Cuando los jóvenes se
unen a una pandilla, es-
tán ya convencidos de
que viven en un mundo in-
justo, y que son víctimas
de esa injusticia.
Entienden su mara
como una venganza con-
tra un mundo que les
hace daño. Ante sus ojos
ven a gente rica que se
aprovecha de los otros,
y a gente pobre que es
adultos que rechazan a los jóvenes o que los tratan
con hostilidad se luche por la supremacía.
Dice un pandillero de un barrio de Managua:
“Nosotros gobernamos el barrio sin que nadie nos
diga nada. Si alguien nos dice algo, lo palpamos. Se
acalambran porque somos muchos y nos temen. Los
jóvenes mandamos”.
José LuisRocha,delaUniversidadCentroamericana
de Managua, da la siguiente interpretación: “La
reacción del pandillero en un mundo en el que él no
es nadie es atacar, dominar el Barrio, someter porque
está sometido, demarcar un territorio porque vive en
el desarraigo, asociarse a una institución que dota
de identidad porque se carece de ella. El pandillero
aspira a dominar en un entorno que lo excluye”.exprimida y debe aguan-
tar demasiado maltrato.
Piensan que la so-
ciedad no sirve ni a los
pobres ni a los jóvenes,
y no quieren tener nada
que ver con la sociedad.
“Sociedad en eso yo no
tomo parte”, dice un
marero en Guatemala.
De la experiencia de
la pobreza y de las ame-
nazas, los mareros han
aprendido que deben ac-
tuar juntos para no hudirse.
Esto no los hace po-
líticamente radicales en
el sentido de querer
cambiar una sociedad
que consideran hostil e
injusta. Se defienden en
primer lugar a sí mismos
y quieren asegurarse la
parte del pastel que les
corresponde, aunque sea
a través de la violencia.
Más allá de, por la mi-
seria en que viven, la apro-
piación de bienes que
hacen para atender sus
necesidades inmediatas.
Sociedad:
En la Casa:
EnelBarrioMandanlosJóvenes.
Su Forma de Pensar es Distinta al Resto.
52 53
atractivos para ellas, el
“Pasar buenos momen-
tos juntos” y “La ropa”.
Como ya mostró el estu-
dio guatemalteco de los
años 80, las investigacio-
nes salvadoreñas contra-
dicen la concepción difun-
dida de que los jóvenes
pandilleros huyen de los
problemas y deficiencias
de sus familias.
Los jóvenes se incor-
poran a las maras porque
la vida pandillera les re-
sulta más atractiva y tie-
ne, desde su punto de
vista, más ventajas que
desventajas. A pesar de
las dificultades y los peli-
gros, ven más satisfechas
sus necesidades en la
mara que en otros luga-
res accesibles para ellos.
Sobre todo, porque en
las maras son considera-
dos importantes. Otro es-
tudio salvadoreño llega
a la conclusión de que
para muchos jóvenes,
“La Mara son una Red
Social que les Proporcio-
na Ingresos, Autoestima
y Solidaridad”.
En El Salvador se pre-
guntó a los jóvenes sobre
lo que les gustaba de
La Mara y las ventajas
que tenía estar en ella.
Nombraron “Los Vaciles”
como lo más atractivo.
Les atrae la acción
conjunta al borde y al
otro lado de la legalidad, el
compañerismo entre “Los
Brother”, el respeto que ha
ganado, además del poder,
protección, unión entre
“Los Brother”, la confianza
interpersonal, el dinero y la
libertad de los padres,en
menor medida, les atraen
los pleitos, “Las Hainas”
(Mujeres) y las drogas.
En las cosas que menos
les gustan de la mara
nombran en primer lugar
las peleas y las drogas.
Como desventajas de la
vida en las maras, des-
tacan la discriminación y
la persecución de la policía,
y el peligro de ser ence-
rrados en la cárcel o ser
asesinados. Las consi-
deraciones sobre la vida
en la mara se diferencian
de forma llamativa entre
varones y mujeres. Éstas
señalan frecuentemente
como aspecto negativo
“el trencito” la práctica de
ofrecer servicios sexua-
les, en parte exigida por
el jefe de la pandilla MS
13, a los miembros mas-
culinos de la banda.
Los distintivos de la
vida en la mara son en
general considerados
más negativos por las
jóvenes mujeres que por
sus compañeros mas-
culinos. Las chicas des-
tacan como momentos
Los Vaciles y la Adrenalina.
EnBuscadeEstatus.
54
La posesión de dinero
y el “Hacer Fortuna”, el
adquirir bienes de consumo
costosos y cueste lo que
cuestesehanconvertido en
prioridades a diarios para
lograr una vida plena.
Valores que hasta ahora
habían hecho más fácil la
vida en común, como la
solidaridad, la integridad
y la lealtad, entran nece-
sariamente en contradic-
ción con el nuevo sistema
axiológico, ya que éste
los muestra como poco
eficientes y poco apro-
piados para competir.
Como consecuencia, se
entierra la pertenencia
social y las relaciones
de confianza entre fami-
liares, amigos y vecinos
se someten a una dura
prueba y no raramente
son destruidas. Los jóvenes
viven de muchas maneras
el desmoronamiento de
la cohesión social y la
violencia mucho antes de
unirse a una pandilla. Ya
de niños tienen la expe-
riencia de ver a su padre
o padrastro de mal hu-
mor, drogado, actuando
de forma irresponsable,
violenta y mala.
En muchas familias
impera el alcohol como
vía para olvidarse del
esfuerzo excesivo y de
la desesperación. En El
Salvador, el 80.5% de los
pandilleros fue maltratado
cuando eran niños.
Y casi la mitad ha visto
a mujeres y niños insul-
tados y amenazados
permanentemente en el
hogar. Los jóvenes inten-
tan con la pandilla “Crear
una sociedad para ellos
mismos en medio de una
donde no existe nada
adecuado a sus necesi-
dades. Lo que los jóvenes
obtienen por medio de las
actividades de la pandilla
es lo que les es negado en
el mundo de los adultos.
Siempre a Ganar:
58
En la medida en que
los jóvenes se integran
en una pandilla mani-
fiestan que a ellos la so-
ciedad les impide opor-
tunidades educativas,
culturales y económicas
para desarrollarse como
personas y vivir una vida
satisfactoria.
De ninguna manera
idealizan su “Vida Loca”,
tienen una interpretación
ambivalente en relación
a su manera de actuar.
Pero no ven otra posibilidad
de vivir su vida y tener
una identidad propia.
Ven en sus actos crimi-
nales y en la violencia
que ejercen un medio
legítimo para satisfacer
sus necesidades básicas,
emocionales y materiales,
para conservar un cierto
nivel síquico y económi-
co. Para ellos es mejor
sentirse importantes y
valorados bajo circuns-
tancias peligrosas, que
ser “Nada” o “Nadie”.
Muchos adolescen-
tes se encuentran en una
mejor situación como
miembros de una mara
que como adolescentes
en el hogar. La decisión
de hacerse miembro de
una mara puede ser de-
cisiva para el adolescente
debido a que los beneficios
sonmayoresqueloscostos.
La necesidad de acción,
prestigio y estatus, dinero
(obtenido o no de forma
delincuencial), drogas, la
atención de las chicas,
son todas necesidades
que pueden ser satisfe-
chas dentro de la mara.
La pertenencia a una
pandilla se entiende fi-
nalmente como el intento
de obtener de nuevo un
espacio social que se ha
perdido o que en la vida
“Normal” es inalcanzable.
Los
Protagonistas:
EstatusEntrelosDemás.
PanSalado.Carlosalias7Cuero.
GananciasObtenidas.
60 61
Símbolos
Graffiti Pandillero.
Tatuajes Característicos
Cultura.
Las Clicas.
Señas de Identidad
Capítulo 2Capítulo 3
Son organizaciones colectivas mucho más defi-
nidas, que exhiben una continuidad institucional que
es independiente de su membrecía. Tienen conven-
ciones y reglas fijas, que pueden incluir rituales de ini-
ciación, una jerarquía y códigos que pueden hacer de
la pandilla una fuente primaria de identidad para sus
miembros dentro de la Mara.
Estos códigos también pueden exigir patrones de
comportamiento particulares: ropas características,
tatuajes, pintas o grafitis en la zona que dominan, se-
ñales con las manos y un argot. Y por supuesto, una
participación regular para las actividades ilícitas y
violentas, estas pandillas están muy frecuentemente.
Símbolos:
SímbololosCualesMuchosSondeGuerra.
64
El graffiti, al igual
que el tatuaje, tiene además
un aspecto creativo, tanto
individual como colectivo.
Ambas creaciones son
consideradas por varios
autores como producciones
culturales en los barrios
que invierten la valora-
ción negativa que se le
asigna socialmente a de-
terminados estilos, trans-
formando el estigma en
emblema (Feixa, 1998).
El graffiti sirve para
demarcar el territorio y
ser así reconocido por
las pandillas. Se utilizan
números, letras y símbo-
los que han identificado
como suyos, al igual que
lo hacen para los tatuajes.
El grupo construye es-
tereotipos que le sirven
como marcadores de
identidad, pero que pueden
resultar contraproducentes pues cau-
san segregación tanto de aquellos que
ya no desean pertenecer al grupo como
de los que ya no forman parte de él.
Las virtudes o cargos asociados al
estilo, una vez fuera de la pandilla, ya
no tienen sentido y, al contrario, funcio-
nan como aspectos potenciales para su
marginación en espacios sociales dife-
rentes a los de la mara.
También conviene destacar que estu-
dios realizados en la región documen-
tan como a veces la adopción de estos
símbolos del estilo pandillero.
Jóvenes que viven en estos vecinda-
rios no significan que los mismos par-
ticipen plenamente en las actividades
de la pandilla (Rogers 2006) y que, por
tanto, apoyarse en estos símbolos para
identificar al pandillero resulta cuanto
menos peligroso.
Graffiti
Pandillero:
UtilizadoParaRegirunaZona.TributoaIntegrantesCaídos.
UtilizadoParaRegirunaZona.MuralesDondeExpresanLoQueViven.
66 67
Los tatuajes de los
miembros de las pandillas
están plagados de sim-
bolismos. Pueden ser un
homenaje a integrantes
de la banda que han
fallecido, a integrantes
de la familia, a asesinatos
que han cometido, a sus
novias o esposas, o una
referencia a la pandilla a
la que pertenecen.
Tatuajes de pandillas
en la cara y en el cuerpo
son simultáneamente
una afirmación de iden-
tidad desafiante ante la
exclusión y una fuente de
futura exclusión.
A principios de los 90,
la mayoría de los tatua-
jes de pandillas que vi
los tres puntos para La
Vida Loca, o el nombre
de la pandilla deletreado,
números o símbolos eran
iconos de pertenencia.
lizados los tatuajes de
pandillas no sólo son pro-
vocación de conflictos
entre grupos rivales; son
también pretextos para
arrestos arbitrarios o ma-
tanzas extrajudiciales por
parte de escuadrones de
limpieza social.
En la primera fase de
la respuesta represiva
de Mano Dura, (Ley que
fue plantada por el presi-
dente de el Salvador) la
identidad pandillera se
intensificó profundizando
los conflictos con pandillas
Como marineros y sol-
dados los pandilleros se
tatuaban con frecuencia
los nombres de sus ma-
dres o novias y novios
como signo de amor y de
compromiso. Los tatua-
jes eran también un tri-
buto a la vista del público
de sus amigos y familiares
asesinados en las guerras
civiles de Centroaméri-
ca o en las guerras entre
pandillas, que le siguieron.
Los tatuajes de Víctor
Díaz tienen el aura de
una traumática narrativa
desangrando las angus-
enemigas y provocando
un incremento en la vi-
sibilidad y en violencia
de las imágenes de los
tatuajes. Esta es la fase
que produjo tatuajes de
cuerpo completo, bra-
zos, en la cabeza y rostro
vistos en los medios más
sensacionalistas.
En los tiempos de
máxima represión, bajo
las políticas de Súper
Mano Dura la respuesta de
las pandillas centroame-
ricanas a la eliminación
de tatuajes se convirtió
tiosas memorias en la
superficie de su piel. En
los Estados Unidos, don-
de los tatuajes son una
forma de arte corporal
socialmente aceptada, los
tatuajes de pandillas aún
pueden ser una barrera
de empleo.
Laeliminacióndetatuajes
es una de las maneras de
transición hacia otras for-
mas de identidad de los
pandilleros americanos.
En la culturalmente con-
servadora Centroamérica
todos los tatuajes son es-
tigmatizados y crimina-
en un reflejo de la visión
intolerable que tiene la
sociedad sobre los tatuajes.
La eliminación de
tatuajes sin permiso es
considerada como un
acto de falta de respeto y
de traición, un signo de
que el ex-pandillero pudo
haberse convertido en
informante. Puede traer
consigo una sentencia de
muerte por parte de uno
de sus antiguos amigos.
Las pandillas depen-
den de rituales y de juntas
para imponer códigos.
Recientemente las pandillas
en Centroamérica han
desalentado los tatuajes
y castigado a los amigos
que desprecian estas
nuevas normas. Los ta-
tuajes son ahora vistos
como un impedimento a
la flexibilidad que necesi-
tan para moverse sin ser
detectados en el narco-
menudeo las pandillas
siempre han tenido otros
rituales de identidad.
Tatuajes
Característicos:
RetratoenHonoraCaídos.
Tributoaun(Brother).
70 71
Mientras que las identi-
dadespandillerascontinúan
evolucionando, las pan-
dillas establecen nuevas
formas de consolidar y
expresar su identidad.
Pero los tatuajes no
son el único medio de
comunicación utilizado
por las bandas, que de-
penden de ellos para
coordinar sus crímenes,
palabrasy señales, trans-
mitidos por lenguaje de
señas o mediante graffitis,
son cuidadosamente se-
leccionadas, ya que un
mensaje malinterpretado
puede costar la vida de
alguien en la pandilla.
En el caso de las maras
y pandillas, ciertamente
los signos externos han
jugado un papel relevante.
Los mareros los men-
cionan frecuentemente
como aspectos diferen-
ciadores entre maras
(39% en Guatemala, 37%
en El Salvador, 48% en
Honduras); como signos
de reconocimiento de
los miembros de su gru-
po (60% en Guatemala,
61% en El Salvador, 79%
en Honduras); y como
reconocimiento de los
miembros de otros gru-
pos (63%, en Guatema-
la, 73% en El Salvador,
81,5% en Honduras).
Posiblemente, estos
signos externos también
constituyen elementos
de resistencia a la des-
calificación. El sentido de
resistenciaseexpresa a tra-
vés de la diferenciación,
que en lugar de estar
oculta se hace presente
y plantea una pertenen-
cia asumida ante otros
grupos y ante la comu-
nidad que los rodea. De
esta manera, el estilo o
uniforme funciona como
identificador del grupo y
por lo tanto, se lleva en
todo momento y en cual-
quier lugar, mostrando su
pertenencia en su vida
cotidiana a los demás.
RecuerdodequeSonMortales.
CadaHilosonProblemasyDificultades.
AlegresyMacabros.
EstuvoalBordedeLaMuerte.
72 73
El tatuaje tiene funcio-
nes de identificación y de
estatus dentro del grupo.
Aunque existen relatos
contradictorios, parece
que, al menos en las
pandillas estudiadas, no
existe total libertad para
dibujarse tatuajes. Por el
contrario, el tatuaje des-
empeña diferentes funcio-
nes, entre ellas, distingue el
cargo o mando del pan-
dillero, y depende de la
tarea que haya realizado.
Los líderes superiores,
mira no son iguales porque
recuerda que cada tatua-
je significa algo sí, el 18
significa lo mismo, pero
acuérdate que tenemos
que hacerlo diferente
porque no todas las pandi-
llas tenemos el mismo
respeto de las clicas.
Sugieren que los tatua-
jes deben ser ganados
a través de actos que
se realizan en beneficio
de las pandillas, en este
sentido, los tatuajes pueden
reinserción, un magistra-
do del poder judicial y un
sacerdote responden:
Yo no le puedo decir
porcentajes, pero sí hay
estigmatización por parte
de la sociedad hacia los
jóvenes mareros o a los
jóvenes tatuados. Sí hay
y hay como miedo, y la
gente tiene razón de te-
ner miedo porque miran
a un joven tatuado y ya
piensan que es un delin-
cuente, y a lo mejor no es.
En la actualidad existe
una tendencia en aban-
donar los símbolos de
identidad (En particular
los tatuajes); para no ser
identificados tan fácil-
mente por las autorida-
des en los vecindarios.
El tatuajes es induda-
blemente es uno de los
estilos de las pandillas
más visible, que provoca
polémica por los este-
reotipos y la persecución
que han generado.
considerarse biografías
de la vida de los mareros
y pandilleros, como ci-
catrices o marcas de los
eventos realizados en los
cuales se expuso la vida
del individuo en nombre
del colectivo. Como letras
en un papel para ser visto,
no pueden pasar inad-
vertidos por el grupo.
Es un mérito individual,
otorgado colectivamente
por el esfuerzo y el riesgo
individual realizado.Por
eso, el rango se asigna
según la cantidad y el
significado de los tatuajes,
reconoce el mérito ante
el riesgo y la valentía
asumidos, siendo sinó-
nimo de triunfo. No es
casual entonces que se
nos diga que requiera de
aprobación para copiar
un tatuaje por parte de
la persona que porta el
original en la pandilla.
Algunos tatuajes seña-
lan la pertenencia al gru-
po con letras y números
que identifican a la mara
o pandilla. La Mara Sal-
vatrucha por ejemplo,
utiliza como uno de sus
símbolos el número 13 o
las letras MS, dibujadas
de distintas maneras.
En ambos casos se
presentan combinaciones
extrañas de números
arábicos, romanos, e in-
cluso nomenclatura de
lenguas losmarerosypan-
dilleros entrevistados seña-
lan que en la actualidad
existe una tendencia a
abandonar los símbolos
de identidad.
El tatuaje es induda-
blemente uno de los ele-
mentos del estilo de las
pandillas más visibles y
que provoca más polémi-
ca por los estereotipos y
la persecución que han
generado, ante la pre-
gunta. En qué grado se
presenta la estigmatiza-
ción del marero y pan-
dillero en nuestro país y
cómo ello incide en su
78
Desde el punto de vista
cultural las pandillas y
maras se crean su propio
mundo, que se diferencia
y separa explícitamente
de la sociedad “normal”.
Crean un lenguaje propio
que sólo entienden entre
ellos. En él se mezclan
frecuentemente palabras
del español y del inglés,
aunque también se recurre
a versiones arcaicas del
español el (malespín) o a
modismos utilizados en
otros países de América
Latina, sobre todo en Méxi-
co, Colombia y Venezuela.
Secreantambiénnuevas
palabras llenas de gracia
e ironía. Además, usan
graffitis y placazos, a me-
nudo sólo comprendidos
por los pandilleros, y con
frecuencia usados para
marcar el propio territorio
El Salvador, Guatema-
la, Honduras y México
recibieron a más del 90%
de estos deportados,
muchos de ellos miem-
bros de la Mara 18 y la
Salvatrucha, jóvenes que
habían llegado a Estados
Unidos cuando niños.
Después de ser de-
portados y de llegar a
sus países de origen
que apenas conocían no
resulta asombroso que
trataran de reproducir las
estructuras y los patro-
nes de comportamiento
o transmitir determinados
mensajes en clave, el
lenguaje simbólico de los
tatuajes y esas pinturas
en las paredes, así como
un determinado estilo en
los gestos del lenguaje
corporal, determinan una
especial comunicación
entre los mismos inte-
grantes de la Mara.
Las preferencias mu-
sicales abarcan un espectro
amplio, desde la Romántica
y Melancólica, hasta el
Rock Inglés. Sobre todo,
abunda el Rap Hip Hop
(Break Dance), el Heavy
Metal y el Punk.
Cantantes, desde El
Puma hasta Santana y
Rod Stewart, desde Tina
Turner hasta Tatiana, y
grupos como Timbiriche,
están entre sus favoritos.
A algunos mareros les
gusta la marimba, de
tradición indígena al con-
que les habían proporcio-
nado seguridad e identi-
dad en Estados Unidos
en sus nuevas comuni-
dades, los deportados
comenzaron rápidamen-
te a establecer “clicas” o
capítulos locales de sus
maras. Éstas empezaron
a atraer a la juventud local
y las nuevas maras su-
plantaron rápidamente a
las pandillas locales.
Al contrario de lo que
se proyecta en los medios
de comunicación, aunque
cada clica se afilia explí-
citamente con una de las
dos maras, y aunque las
clicas de diferentes barrios
trario que en México, en
Centroamérica es raro
que las pandillas formen
grupos musicales, creen
letras de canciones o ha-
yan elaborado un estilo
musical propio.
Sin embargo, están
muy receptivos a esas
posibilidades como lo
muestra la iniciativa de la
cantante de rock Lorena
Cuerno en El Salvador.
Culturalmente las maras
crean sus propias cos-
tumbres, que se diferencia
y separa de la sociedad
“normal”. Crean un len-
guaje propio que sólo
entienden entre ellos.
En él se mezclan pa-
labras de diferentes idio-
mas, en México, algunas
de las pandillas forman
grupos musicales, cosa
que en Centroamérica
es raro que estos patro-
nes suelan suceder.
afiliadas con la misma
mara pueden juntarse
para pelearse con cli-
cas afiliadas con la otra
mara, ninguna de las dos
maras son verdaderas
estructuras federales y
mucho menos transna-
cionales. Tampoco la 18
o la Mara Salvatrucha se
componen de una sola
cadena jerárquica.
Sus naturalezas fede-
rativas deben interpretar-
se más como elementos
simbólicos de un origen
histórico particular que
como expresión de una
verdadera unidad, sea
de dirección o de acción.
Cultura:
Las Clicas:
Llevado a Dpt. De Imigración.
80 81
Desde mediados de
los años 90 las pandillas
juveniles son un tema de
investigación social en
Centroamérica. Conocer
las señas de identidad de
estos grupos y de quienes
los integran que no calzan
nunca en una visión blanco
negro, cuestiona prejuicios
sociales y podría promo-
ver alternativas.
Desde los años 60 un
tipo muy específico de
grupos juveniles se extien-
de como sombra en los
barrios marginales de
las grandes ciudades de
América Latina. Sus nom-
bres “Los Saca ojos”,
“Los Come muertos”,
“Vatos Locos” hacen un
hincapié irónico en sus
características. Según el
país o la región, los gru-
pos se denominan pan-
dillas, bandas, galladas,
clikas, parches, maras,
conduce a nada, por ser
son muy generales y no te-
ner en cuenta las carac-
terísticas reales de estas
agrupaciones los jóvenes
no deben ser entendidos
como “recipientes vacíos
que son rellenados por
adultos a los cuales sola-
mente imitan”, sino como
sujetos con ideas propias,
una estrategia vital pro-
pia y capaz de crear sus
propias culturas.
En el caso de las pan-
dillas, se trata de un fenó-
meno social múltiple, que
abarca desde pequeños
grupos de “esquineros”
hasta sutilmente estruc-
turadas y grandes orga-
nizaciones que llegan a
tener carácter internacio-
nal, con peculiaridades en
cada grupo.
Hay diferencias entre
las pandillas de cada
país y también las pan-
dillas nacionales se van
transformando con el
paso del tiempo.
barras y a sí mismos se
llaman pandilleros, chavos,
bandas, cholos, mareros,
chapulines y maliantes.
Los jóvenes toman
estos nombres de la
prensa o de la policía,
dándoles su propia inter-
pretación y valor. En Cen-
troamérica se habla de
pandillas en Nicaragua, y
de maras en El Salvador,
Guatemala y Honduras.
Muchas otras denomi-
naciones que se les apli-
can sugieren que se trata
de agrupamientos de jó-
venes cuyo sentido de la
vida está centrado en la
violencia, el robo, vacuna
y las drogas.
La imagen que la ma-
yoría de la opinión públi-
ca tiene de estos jóvenes
está fuertemente marcada
por los medios de comu-
nicación masiva, que de
manera casi unánime los
presentan como la peor
expresión de la delin-
cuencia y de la decaden-
cia social, gente a la que
hay que tratar con mano
dura. Hablar de maras
o pandillas favorece es-
tereotipar a los jóvenes,
no sólo porque los tér-
minos tienen ya un con-
tenido negativo, también
porque así se segrega a
una parte de los jóvenes
de otra parte, la que su-
puestamente es comple-
tamente diferente.
Sana y no violenta esta
visión blanco negro tiene
muy poco que ver con la
vida real de la totalidad de
la juventud actual. Y so-
bre todo, no comprende
los motivos que impulsan
a la percepción de sí mis-
mos y la manera en que
se organizan los jóvenes
de pandillas y maras.
El intento de denomi-
naciones “neutrales” gru-
pos espontáneos, grupos
informales, agrupaciones
juveniles para escapar a
los estereotipos, tampoco
Señas de
Identidad:
SeñadelaPandilla.
83
Tráfico de Drogas.
Tráfico de Personas.
Tráfico de Niños.
Delincuencia.
Fuentes de Ingreso.
Movilizaciones Transnacionales.
Protagonistas de Centroamérica.
Fenómeno Urbano.
La Vacuna.
Edades Variables Dentro
de la Mara.
Inmigración.
Raíces Sociales.
La MS13 en Centroamérica.
Tendencia a Crecer.
Delatores de la Mara.
Capítulo 4
en EE.UU. actualmente
sobre pasa 19.9 millo-
nes, continua creciendo
a pesar de los 2.5 trillones
dedólares que le han cos-
tado a los contribuyen-
tes estadounidenses a
lo largo de 40 años.
Los costos no son
sólo en el equipamiento
militar, la ejecución y los
programas de interdicción
en el extranjero, sino
también en el detrimento
de un sistema carcelario
que llena rápidamente
las cárceles de EE.UU.
Estados Unidos pro-
mulgó su primera ley anti
drogas la Ordenanza
Opio Den de San Fran-
cisco en 1875 y adoptó
una postura anti drogas
hacia México a principios
del siglo XX. Pero no fue
hasta la década de 1970
cuando el presidente de
EE.UU. Richard Nixon
estableció la Agencia de
Control de Drogas en la
que la “Guerra contra las
Drogas” se convirtió en la
metáfora dominante de la
política de prohibición de
drogas de EE.UU.
Continúa siendo una
política seguida por una
variedad de niveles in-
consistentes de transpa-
rencia y consistencia. Do-
cumentos en los Archivos
de Seguridad Nacional
incluyendo reportes del
FBI y de la DEA revelan
que existió colaboración
con casi medio millón de
delincuentes no violentos
de drogas condenados
bajo las leyes de sentencia
obligatoria de drogas.
Los que se oponen a
la política sostienen que
la guerra contra las dro-
gas se ha convertido en
una guerra en la salud
pública, en las familias y
los EE.UU. sobre los de-
rechos constitucionales.
De la década de 1980
cuando EE.UU sus pri-
mero intentó detener las
y protección guberna-
mental por parte de Estados
Unidos con traficantes
para avanzar la guerra
de las Contra en Nicaragua.
Un subcomité especial
del senado en Terrorismo,
Narcóticos y Operaciones
Internacionales encabe-
zado por el senador John
Kerry, emitió el reporte
Drogas, Observancia de
la Ley y Política Interna-
cional en 1989. Fue el
primero en documentar
el conocimiento y toleran-
cia de EE.UU. hacia el
contrabando de drogas,
bajo el pretexto de la
Seguridad Nacional.
Estados Unidos giró
la vista hacia otro lado
cuando las contras nica-
ragüenses se involucra-
ron en el tráfico ilegal de
armas y drogas a Estados
Unidos. Críticos de la
política anti droga esta-
dounidense argumentan
que el número de consu-
midores de drogas ilícitas
drogas provenientes de
Colombia y Brasil ha-
cia consumidores nor-
teamericanos, el comer-
cio solo se ha vuelto más
violento y mortífero.
EE.UU. caracteriza a
países como México y
Colombia como fuentes
de armas y de drogas.
Para México, mucha de
la violencia no proviene
de compartir una frontera
con un país, que no sólo
es el mayor consumidor
mundial de drogas ilega-
les, sino también el mayor
Tráfico de
Drogas:
Encautados Paquetes de Cocaína en Operativos.
86 87
el mundo desarrollado
hay niños cuyas familias
están siendo destruidas
por la guerra. Ya sea
que estén separados de
un padre que es un pri-
sionero de la guerra de
drogas, o hayan perdido a
un progenitor con VIH o
con sobredosis de drogas,
si ellos mismos hayan
sido encarcelados por
posesión de drogas, el
sufrimiento emocional y
social de los niños que
sufren aumentan el sufri-
miento material.
Los críticos del enfoque
militarizado sostienen
que un cambio de pa-
radigma centrado en la
salud pública y en la re-
ducción de daño podría
detener el efecto dominó
que son la ruptura del te-
jido social en comunidades.
Argumentanquelainclusión
de la perspectiva de los
niños y jóvenes que viven
con las consecuencias
de estas políticas propor-
ciona otra forma de ver
los fracasos de la “guerra
contra las drogas” debe
recordarse además, que
la frontera sur es una de
las zonas donde se ha
expandido el accionar de
los cárteles de la droga
mexicanos y guatemalte-
cos, fuertemente asociados
a las Maras Salvatrucha.
Estos dominan las
principales ciudades; re-
gulan el paso de drogas
tanto por menudeo como
en grandes cantidades,
el tráfico de personas
y tienen el control de la
prostitución, incluida la
proveedor mundial de
armas ilegales y en to-
das partes son los niños
y los jóvenes quienes su-
fren desproporcionada-
mente las consecuencias
de esta “guerra.” En los
países exportadores, ni-
ños de comunidades ru-
rales paupérrimas llegan
a trabajar en la recolec-
ción y en el procesamien-
to de tales drogas.
Pueden ser desplaza-
dos debido a las políticas
de erradicación de los
cultivos o las guerras por
el control de las rutas co-
merciales que provocan
el desplazamiento humano.
Algunos son atraídos hacia
el comercio mediante la
promesa de otros benefi-
cios económicos, pueden
ser maltratados o forzados
en el comercio por parte
de criminales organizados.
Y a lo largo de las rutas
comerciales que se ex-
tienden en los vastos
mercados de drogas en
infantil se reportan en-
frentamientos entre sica-
rios y maras rivales en los
distintos municipios mexi-
canos en los que opera
la mafia de la droga. Por
su parte, los procesos mi-
gratorios contribuyen al
incremento de un circuito
complicado en el cual se
encuentran involucrados,
entre otros, niños y mujeres.
Éstas últimas suelen ser
utilizadas como señuelos
o como “mulas” para el
tráfico de drogas y re-
presentan un porcentaje
importante deloshomicidios
TresIntegrantesdelaMS13Detenidos.
GolpedondeSeDesmantelounGrupodelaMS13.
89
cometidos por las Maras
Salvatrucha las dimensio-
nes adquiridas por esta
violación de los derechos
de la mujer pueden ser
insospechadas dada la
dificultad para obtener
información precisa.
Las estrategias del nar-
cotráfico son complejas
e involucran la creación
de alianzas con las maras
para enfrentar a los ex-
Zetas ( fuerzas antidroga
de élite entrenada por
los Estados Unidos que
cambió de lado y ahora
actúa como las fuerzas
armadas de Oziel Cárde-
nas y el Cartel del Golfo).
Esta alianza desató una
guerra narcótica despia-
dada para proteger la
ruta que lleva la droga de
Sudamérica a los Estados
Unidos. Gracias a las ha-
bilidades paramilitares
de los ex-Zetas, el nar-
cotraficante Cárdenas ha
logrado confrontar direc-
tamente al Estado Mexi-
cano, como cuando sus
hombres mataron a seis
empleados de la prisión
en Matamoros a princi-
pios de 2005 en retaliación
por una operación del
gobierno federal contra
los capos presos del cartel.
En cuanto a las activi-
dades relacionadas con
el tráfico de personas,
Héctor Camilo Sánchez
Beltrán (Investigador del
Departamento de Clíni-
cas de Salud Mental del
Centro Universitario de
Ciencias de la Salud de
la Universidad de Gua-
dalajara, México)
Sostiene “que la Mara
Salvatrucha ha trabaja-
do en el desarrollo de
un plan de infiltración a
través del cual ha instala-
do centros de operación
en el Pacífico mexicano
con el objeto de facilitar
el tránsito de centroame-
ricanos a Estados Uni-
dos.” Ello significa que
además de una ruta para
Ex-Zetas ( Fuerza Antidroga de Élite Entrenada
por los Estados Unidos).
91
Siguiendo algunas
fuentes de información
es posible trazar un pa-
norama sintético de la si-
tuación de América Cen-
tral y México respecto del
problema de las maras y
el tráfico de personas.
En México las opera-
ciones tanto del narcotrá-
fico como de las maras
adquieren en la zona sur
(fronteriza con Guatemala)
como en la zona norte
(Fronteriza con los Estados
Unidos) donde operan
con mucha tranquilidad.
Todo parece indicar
que hace varios años que
el control del tráfico de
seres humanos por parte
de las maras se está mo-
viendo a la zona Altos de
Chiapas. Los varones se
encargan de los adultos
y las mujeres están a car-
go del tráfico de niños y
y lucrativas como lo es el
tráfico de personas en el
caso de las drogas, Mé-
xico representa el centro
de tránsito y distribución
de la mayoría de las drogas
que entran en los Estados
Unidos, incluido el 60%
de la cocaína.
Incluso se aprovechan
los medios de transporte
como camiones, lanchas
rápidas y aún aviones
para “cargar” niños, mu-
jeres y adultos emigrantes
ilegales. (BBC Mundo ci-
tado por Echaren, 2006)
Un ejemplo reciente del
agravamiento delproblema
se ilustra en las acciones
que miembros de la MS
13 y la Mara 18.
Desarrollaron para
traficar personas dentro de
México e instalar sus activi-
dades en distintas zonas
del país, aprovechando
la destrucción y el caos
causado por el Huracán
Stan en octubre de 2005 en
el sur de México y norte
niñas, en este caso ellas
informan a los niños sobre
qué deben decir si son
detenidos por las autori-
dades mexicanas, los
alimentan y se encargan
de darles “cariño”.
Parecería que el flujo
de inmigrantes indocu-
mentados que intenta llegar
a los Estados Unidos es
y seguirá siendo un fenó-
meno incontenible que
se repite a diario en este
torrente migratorio, las
maras han encontrado
una fuente de ingresos,
un nuevo territorio a con-
trolar (especialmente a
de Guatemala, en este
sentido, a comienzos del
2006, el Instituto Nacio-
nal de Migración había
detectado actividades de
estas maras en 8 Estados
pero un informe posterior
del Centro de Investiga-
ción y Seguridad Nacional
de México (CISEN) indi-
caba en julio que eran 24
los Estados afectados.
Se estimaba que unos
5000 mareros de proce-
dencia centroamericana
(Salvadoreña) operaban
en unos 200 grupos dis-
persos por el país.
Si bien no hay consenso
sobre el número de inte-
grantes de las maras en
la región, se estima que
existen entre 150000 y
300000 en América Cen-
tral y México, mientras
que en los Estados Uni-
dos el número se situaría
en los 15000, en tanto un
gran número de ellos ha
sido deportado a sus
países de origen.
través del Estado de
Chiapas, por la zona de
la costa en donde circula el
ferrocarril), una forma de
esconderse y huir de los
delitos por los que son
perseguidos y, además,
una manera de retornar
a los Estados Unidos de
donde fueron deportados.
Tráfico de niños Para-
lelamente, esta modali-
dad de actuación de las
maras ha generado “imi-
tadores”, esto es jóvenes
principalmente mexicanos
que cometen los mismos
delitos asociados al trá-
fico de personas.
Tráfico de
Personas:
ProtestaEnContraDelSecuestro,Salvador.
el narcotráfico, la Mara
Salvatrucha 13 que opera
en México traza una ruta
para el tráfico de perso-
nas e incluso, para el “li-
bre” paso de las mismas.
A la violencia que ema-
na de los enfrentamientos
entre ex-Zetas y maras,
se añaden formas de vio-
lencia características del
terrorismo.
Se sostiene que las
maras van copando más
territorios mediante el
empleo de actos terro-
ristas contra la población
civil, en muchos casos
con la impunidad que
emana del fracaso de las
medidas de control y de
la inadecuada aplicación
del sistema de adminis-
tración de justicia.
Parecería pues, que en
el caso de México el fe-
nómeno del narcotráfico
se constituyó primero y
fue el basamento de las
otras actividades delictivas
92 93
Los niños han sido
utilizados en campañas
militares a través de la
historia y a través de cul-
turas, aún cuando la po-
lítica oficial y costumbres
culturales condenan su
reclutamiento.
La Coalición para Aca-
bar con la Utilización de
Niños y Niñas Soldado
describe un “niño soldado”
como cualquier persona
menor de 18 años que
sea miembro de o que
tenga relaciones con las
fuerzas armadas del go-
bierno o cualquier otra
fuerza armada regular o
irregular o grupo político
armado, exista o no un
conflicto armado.
Además, la Coalición
considera los roles de
combatiente y no com-
batiente en su definición.
Niños descritos como ni-
disponible, sin embargo,
es bien sabido que exis-
ten decenas de miles de
niños soldados alrededor
del mundo a cualquier hora
y lugar en este momento.
Elreclutarniñossoldados
puede ser un preludio a
participar en otras formas
de violencia armada.
Entre la primera gene-
ración de pandilleros de
la Mara Salvatrucha y de
la pandilla Calle 18 (quie-
nes eran salvadoreños o
guatemaltecos) encon-
tré fuertes evidencias de
participación en las gue-
rras civiles de dichos paí-
ses en roles que encajan
con la definición de niños
puestos hacer soldados.
Al entrevistar ex niños
que fueron soldado, en
mi trabajo en Colombia,
me di cuenta de que
existían niños que habían
cruzado la línea de ser ni-
ños soldados a violentos
pandilleros o viceversa.
ños soldados participan
en una serie de tareas:
Colocar minas y ex-
plosivos; espiar, actuar
como señuelos, mensa-
jeros o guardias; entre-
nar en formación militar.
U otras preparaciones;
logística y funciones de
apoyo, porteros, cocine-
ros o labores domesticas.
Los niños soldados también
están sujetos a la esclavi-
tud sexual u otras formas
de abuso sexual.
Desde la década de los
70 se han realizado una
serie de convenciones in-
ternacionales para intentar
limitar la participación de
los niños en los conflictos
armados aunque ha ha-
bido progreso, el uso de
niños soldados continúa
siendo generalizado.
A partir de 2007 había
niños involucrados en
grupos armados guber-
namentales o no guber-
namentales en 19 países
o territorios alrededor
del mundo, y 9 ejércitos
gubernamentales aún re-
clutan niños soldados de
forma activa y al menos
14 gobiernos reclutaron
niños en fuerzas auxilia-
res el número exacto de
niños soldado no está
Tráfico de
Niños:
NoTienenConcienciaconLosNiños.
JóvenesPandillerosReclutando.
queda con una parte del
alijo para sacarle beneficios
vendiéndolo, creándose
así mercados locales que
antes no existían.
El papel que las maras
y pandillas han empeza-
do a desempeñar en este
proceso es principalmen-
te el de fuerzas locales
que brindan seguridad a
estos pequeños cárteles
o el de pequeños vende-
dores informales en las
calles controladas.
Abundan las informaciones sensacionalistas que ligan
las pandillas y las maras centroamericanas con el trá-
fico migratorio, el secuestro, el narcotráfico y el crimen
organizado internacional. Sin embargo, en base a los
varios estudios cualitativos que existen, queda claro
que la gran mayoría de pandillas y maras se vinculan
principalmente a pequeños hurtos y asaltos, delin-
cuencia que realizan la mayoría del tiempo de manera
individual en los barrios.
Sin embargo, se ha notado que en El Salvador,
Guatemala y Honduras las maras están ahora implica-
das colectivamente en chantajear autobuses y taxis que
pasan a través de los territorios que controlan para
que les paguen “impuestos”. También extorsionan a
negocios locales para que les entreguen dinero como
“impuesto de protección”.
Durante la última década, las pandillas y las ma-
ras se han ido implicando más y más en el tráfico de
drogas. Nada sorprendente considerando que el con-
sumo de drogas está íntimamente asociado al hecho
de ser miembro de una pandilla o de una mara y que
Centroamérica se ha convertido en puente clave del
tráfico de drogas, pasando por la región más del 80%
de la cocaína que circula entre los países productores
andinos y los países consumidores del Norte.
En Centroamérica el tráfico de drogas está descen-
tralizado, con la gran mayoría de los envíos circulando
entre pequeños cárteles locales, donde cada uno se
Ciertamente, ni pandi-
llas ni maras están im-
plicadas en el tráfico de
drogas a gran escala, ni
tampoco en su venta al
por mayor.
Aunque ciertos estudios
en El Salvador, Hondu-
ras, y Nicaragua han des-
tacado que los líderes de
estos pequeños cárteles
locales son a menudo
antiguos miembros de la
pandilla o mara local que
ya se han “graduado”, en
general, las maras pare-
cen estar más involucra-
das en el comercio de las
drogas que las pandillas,
quizás porque tienen un
más claro monopolio de
la violencia a nivel local.
Existen también evi-
dencias que sugieren
que la implicación de
pandillas y maras en el
tráfico de drogas conduce
al desarrollo de patrones
de conducta más violen-
tos y descontrolados.
Delincuencia:
Traficante (Graduado) Cuidando La Mercancía.
98 99
liberarse de la pertenen-
cia a pandillas. La prin-
cipal fuente de ingresos
para las bandas es la
extorsión y secuestro.
Las tiendas, salones
de belleza, conductores
de autobuses y todos los
otros negocios ubicados
en la zona dominada por
una banda que tenga
que pagar la extorsión de
pagos, por lo general 2-5
dólares por día, además,
En la actualidad, hay
alrededorde25.000miem-
bros activos de pandillas
en El Salvador con otros
9.000 en la cárcel.
Maras se sub divide en
pandillas (juegos) a nivel
regional y “cliquas ‘(pan-
dillas), las unidades que
operan en un barrio o una
calle. Una pandilla organi-
zación se basa en un es-
tricto conjunto de reglas
y rituales crueles los las Maras organizar la
distribución a nivel de ca-
lle de las drogas, que es-
tán vinculados a la trata
de personas, secues-
tros, asesinatos y tráfico
de drogas para los cárteles
mexicanos de la droga
en los últimos años.
Gobiernos salvadore-
ños han respondido siem-
pre a los crímenes de las
Maras y la violencia con
una resistente a la banda
pandilleros (llamados
“pandilleros” o “mareros”)
tienen que obedecer la
palabra de un líder de la
banda “palabrero”.
La desobediencia pue-
de dar lugar a castigos
corporales o incluso la
muerte, por un delito
grave. Los miembros de
pandillas han sido cono-
cidos por los símbolos
del tatuaje relacionados
con pandillas en gran
parte de su cuerpo, de
la cabeza a los pies. Los
tatuajes (logos de pan-
dillas, especialmente los
números) no sólo sirven
como identificación de
pandillas, pero pueden
revelar la información
oculta de la vida de un
hombre tatuado.
Lágrimas en los ojos
puede representar un
número de los enemigos
muertos, por ejemplo, se
dice que una vez que un
miembro de la pandilla
tiene tatuajes nunca podrá
antipolítica y miles de
pandilleros encarcelados
tengo. Sin embargo, no
ha impedido que las
pandillas procedan.
La corrupción en los
más altos niveles de go-
bierno ha permitido que
muchos líderes de pandi-
llas para dirigir sus activi-
dades criminales desde
el interior de las prisiones
super pobladas.
Fuentes de
Ingreso:
Distribuidor.
Consumidor.
TraficanteGringoTrabajandoparalaMaraCapturado.
102 103
en el proyecto del capi-
talismo de consumo, torna
cada vez más ácido y
corrosivo el actuar de
las pandillas transnacio-
nales, desactivando las
posibilidades de que los
lazos sociales ahí cons-
truidos sean constituyentes
de factor de cambio so-
cial, en términos, no de
emancipación, sino de
contención de los efectos
devastadores de las rela-
ciones de poder actuales.
Como sucede en el
triangulo norte de Cen-
troamérica, donde las
leyes represivas llenaron
cárceles con pandilleros,
lo que posibilitó una es-
tructuración de las pan-
dillas que los capacitó
para organizarse y tomar
decisiones como grupo.
Una restratificación
forzada por la mano
dura. A partir de esto, la
pandilla logró establecer
una relación económica
criminal con su entorno
La marginación y exclu-
sión en el capitalismo de
consumo se expanden y
los sujetos inmersos en la
dinámica del margen están
igualmente expuestos a
la tecnología del sinóptico,
es decir, se les seduce
con las mismas imágenes
y al hacerlo se le retira
con mayor vehemencia.
La aparición de pan-
dillas transnacionales,
si bien no se explica ex-
clusivamente por la im-
posibilidad de habilitar a
todos como consumidores
competentes (sobre todo
pensando en la pandillas
centroamericanas, donde
las guerras civiles y los
autoritarismos expulsa-
ron grandes contingen-
tes) sí halla en el equi-
pamiento del sistema de
sociedad inundado por el
mercado uno de los prin-
cipales detonantes.
inmediato, pero no ne-
cesariamente una red in-
ternacional de crimenes
organizados.
Lo “transnacional” de
las pandillas está en el
“plano de lo simbólico, es
decir, a la reproducción
de la cultura pandilleril
de las maras de origen
californiano, cultura que
se pone de manifiesto en
el uso de ciertos tatuajes,
vestimenta, grafitis, sim-
bología escrita, lenguaje
corporal, entre otros” y
no en una red de comu-
nicaciones y mandos
que tenga como central
Los Ángeles, California
o alguna otra ciudad en
Estados Unidos.
Incluso, debido a las
políticas de mano dura
estos elementos simbó-
licos que designan per-
tenencia a la pandilla (al
barrio extendido más allá
de lo geográfico) se han
ido atemperando, introdu-
ciendo a los pandilleros
Principalmente la crea-
ción de yermos de so-
lidaridad social (lo que
he llamado burbujas de
aislamiento social, para
pensar en el hipergueto
descrito por Wacquant,
pero sin el elemento ét-
nico especifico) ante la
derrota del trabajo frente al
capital. El contacto que
el Estado tiene con estos
lugares marginales es
mediante la policía, guar-
dias del estado y la cárcel.
La acción puramente
penal está fuertemente
ligada a la producción
de fenómenos violentos
como pandillas transna-
cionales. Las migraciones
coaccionadas por el sis-
tema económico fabrican
esferas de aislamiento
social (hipergueto) y con
la criminalización, con
la des ciudadanización
(disminución gradual o,
de plano, eliminación de
derechos políticos ciu-
dadanos) como principal
herramienta institucional
en una clandestinidad
que se suma a la mar-
ginación y la exclusión,
obligándolos a implementar
normas rígidas en el interior
de la pandilla como me-
canismo de supervivencia,
pues, “las señas de iden-
tidad y la estética típica
del marero, caracterizada
por tatuajes distintivos en
el rostro y en el cuerpo o
el uso de una vestimenta
específica, se vuelven
sumamente costosas y
arriesgadas frente a po-
líticas de combate que
justamente tienden a cri-
minalizar todo aquel rasgo
que vincule a los jóvenes
con las pandillas”.
Retomemos los argu-
mentos de Sullivan (2008)
sobre la formación de las
pandillas transnacionales:
La atracción de la vida
pandillera es un aspecto
de los barrios más po-
bres y la falta de oportu-
nidades en la economía
globalizada.
Movilizaciónes
transnacionales:
104 105
Es además exagerada por el poder global de los
medios de comunicaciones e informáticos. Pandillas
callejeras crean sistemas de redes sociales.
Tales redes dependen del crimen para financiar lo
que es esencialmente una forma de vida que permite
a los jóvenes sobrevivir en un mundo donde existen
oportunidades limitadas, una carencia de presencia
paternal y maternal y poca esperan za de una vida mejor.
Se puede encontrar esta necesidad a través de
las regiones y países donde las pandillas tales como
la maras y sus “colegas” florecen. Un resultado de
esta unificación social criminal en redes en la expan-
sión de normas criminales y en forma creciente, de la
impunidad y la barbarizarían del conflicto criminal.
La observación es clara
para recuperar la metáfo-
ra, los intersticios de los
lugares sociales, cada
vez menos lugares y más
espacios, se ensanchan
y se movilizan con los
desarrapados.
El problema no visto
o no abordado es que
producen esos no luga-
res, esas burbujas de
aislamiento siempre en
expansión y siempre en
explosión, pues por más
que se aíslen del resto de
la “sociedad” son engranes
de la máquina social.
Tienen usos políticos,
usos económicos y se
convierten en puntales
de estrategias de poder.
Las pandillas trans-
nacionales, de tercera
generación o maras son
chirridos ominosos de la
máquina social capitalista
funcionando, el Subpro-
ducto de dichos funcio-
namiento policíales.
PandillerodeLaMaraEstablecidosenlosEE.UU.
106
En ellas se observa
desnuda la vocación
desterritorializante del
capitalismo:
Jóvenes y familias des-
territorializado, en los
barrios es el caso de
El Salvador es la guerra
civil, pero no únicamente
es coacción bélica.
Está el viaje a Los Án-
geles impelido por el temor
a la conscripción forza-
da, pero la Pandilla 18 ya
estaba ahí, formada por
jóvenes expulsados o hi-
jos de expulsados por la
economía. Desterritoria-
lizado para buscar rete-
rritorializaciones propias.
Lo consiguen con las
pandillas que a su vez
son reterritorializadas por
los aparatos policiales y
deportados, desterritoria-
lizados nuevamente. En
ese exceso, la pandilla
MS 13 rasga la membra-
na en explosión demo-
gráfica y geográfica.
uso político para crear el
imaginario de ente milita-
rizado, como si se tratara
de una fuerza insurgente,
cuando en realidad están
al margen y son incluidos
sólo a partir de la crimi-
nalización (que no de la
ley y el derecho, sino de
leyes forjadas a partir de
una lectura del derecho).
Este aislamiento es
también observable en
la definición del “resto de
la sociedad” como civil:
todoaquelnopandillero se
define como civil, como
en su explosividad, los
Es claro que la violencia
desatada por las pandi-
llas transnacionales no
se vértebra por el delito,
lo cual no significa que
no lo cometan. La violencia
pandillera se articula fe-
rozmente por la guerra
entre ellas, la Mara Salva-
trucha 13 y la Pandilla 18
son enemigos mortales.
En una especie de ar-
cano se ha perdido el ori-
gen del odio, pero este si-
gue fresco como sangre
de herida recién abierta.
“Huelga decir que la de-
portación no fue su único
origen, en su conforma-
ción contribuyeron tanto
los recién deportados
como la experiencia pan-
dillera propia existente
de años atrás.
Más la importación de
los modos aprendidos en
el norte, incubados en
la tragedia que enfrenta
el inmigrante que llega
al mundo desarrollado
en condiciones más que
filamentos no consiguen
conectar con otras pan-
dillas y los otros temen y
reaccionan, organizando
violencia de control.
La Oficina de Wash-
ington para América
Latina (WOLA), en su in-
forme especial de 2006,
abunda sobre la reacción
frente al espanto a través
de operaciones civiles
(en el juego doble de la
palabra, pues no son
agentes del Estado) de
limpieza social, es decir,
ejecuciones extrajudicia-
les para la violencia se
precarias, sembró y pro-
yectó la proverbial guerra
entre la mara Salvatru-
cha y el barrio 18”. En
la desterritorialización
los jóvenes pandilleros
crean reterritorializaciones
y re codificaciones que
los aíslan, pero ya no en
burbujas, sino en explo-
siones corrosivas. La vio-
lencia pandillera tienen
un uso característico.
Es utilizada para refor-
zar las burbujas de aisla-
miento y si las tácticas de
los sometidos se hacen
más filosas, dichos filos
serán usados para disociar.
El aislamiento es tam-
bién reacción por parte de
los marginados, refuerzan
su situación marginada
con la agrupación, como
una estrategia de super-
vivencia en y desde el
margen. La pandilla no
se considera parte de la
sociedad. Varios pandi-
lleros afirman que el uso
de la palabra código tiene
levanta en espiral, los
contrapoderes que coa-
gulan ahí se enfrentan
buscando sobrevivir y el
encontronazo es revirado
por la máquina social y
éticas desterritorializa-
do con mayor violencia,
con mayor espanto.
La relación con “el resto
de la sociedad” por parte
de los pandilleros es de
abandono, rechazo en el
sentido que le da Agam-
ben (2003), es decir,
están alejados, dejados
pero señalados por el
bando legal.
Pandillero de La Mara Establecidos en los EE.UU.
108 109
tador ya no está codo a
codo con otro especta-
dor sino en el sofá frente
al televisor, confort bur-
gués, oasis mentiroso de
tranquilidad y pacientes.
Se enemista a los resis-
tentes frontales con los
resistentes corporales.
El asesino negro sólo
es negro, pero es más
asesino que negro, el tra-
ficante latino sólo es latino
pero es más traficante
que latino, y así hasta
descubrir que las llamadas
minorías étnicas tienden
al crimen, pero es el cri-
men lo que legalmente
se castiga, aunque cor-
poralmente se envíe un
mensaje de exclusión, de
monstruosidad.
En esta monstruosidad
está la pandilla como
colectivo, como forma
desviada de agregación
de individuos que en la
búsqueda de construir-
se un entorno capaz de
disminuir la hostilidad del
Convertidos en obje-
tivo fijo y receptáculo de
terrores sociales, tinta
para escribir los rasgos
que formulan un “pánico
moral”. Ellos lo saben
así, pero no por la pan-
dilla o no por estar en
la pandilla, sino por su
“condición” social exclui-
da (migrantes ilegales,
deportados criminales,
pobres guetificados y
desorganizados).
El Estado, la sociedad
son el gran Otro, dema-
siado lejano, para coa-
gularse crean ese otro in-
mediato, la otra pandilla, el
enemigo mortal que los
rostrifica, ya sea en el ta-
tuaje, con el barrio man-
chando el cuerpo cual
arista filosa que conecta
y hace comunidad o con
el lenguaje o la vestimenta.
Hay una exclusión de
doble cuño: por un lado,
la exclusión social pro-
ducto del modo de pro-
ducción del capitalismo
exterior, no sólo constituyen una fuerza de consumidores
fallidos que acceden a los productos ilegalmente, sino
que abandonan, mediante la libre elección, el camino
de la individualidad: una banda de vagabundos ham-
brientos de alta peligrosidad. Y el sistema no tiene
otra forma para “reinsertarlos” salvo la cárcel.
Las pandillas reinan cuando los instrumentos del
control social son débiles o no existen. Las empresas
criminales tradicionales, incluyendo las pandillas, no
buscaron desafiar al estado; de lo contrario explotaron
la corrupción y la influencia política para avanzar aún
más sus actividades.
Esto parece haber cambiado a medida que una
nueva serie de gánsteres transnacionales explotan las
economías alternativas, la ausencia de estados efectivos
y la corrupción endémica. Louis Shellyer observa que
“los grupos criminales más recientes no tienen interés
en un estado seguro”. Fomentan y explotan las quejas
que existen a nivel local y mediante la globalización
del conflicto maniobran para capturar lucro. Estas di-
námicas tienen resultados particularmente impresio-
nantes en las “ciudades globales” y centros subnacio-
nales o fronterizos o en las zonas sin leyes.
Tales zonas pueden ser halladas en los barrios,
las favelas, los ghettos y los barrios empobrecidos en
general de las ciudades globales; en los centros ru-
rales o fronterizos así como en los pueblos urbanos
(desacatas) en donde el desarrollo ha borrado la dis-
tinción entre lo urbano y lo rural, el centro y la periferia.
de consumo. Exclusión
normal según las ideolo-
gías liberales, reforzadas
por un saber poder pres-
tigiado por explicaciones
consecuentes al mercado:
Libertad de elegir.
En el democrático ejer-
cicio de la libertad de
elección, los pandilleros
eligen sobre excluirse,
colocarse fuera de la so-
ciedad, de manera des-
viada y asesina. Entonces
el aparato de sobre in-
clusión asume su elección
como anuencia para eje-
cutar estrategias de eli-
minación criminalización
como frente primordial
de relación deshumani-
zación al disminuir ciu-
dadanía no da vida, pura
vida, pura carne sin cua-
lidades obtenidas.
En apariencia, se in-
dividualiza el castigo, se
restringe el espectácu-
lo, se generan nuevos
espectáculos y el espec-
110 111
Estadísticamente, la
mayoría de los actos cri-
minales que se cometen
alrededor del mundo
tiene como protagonis-
tas a varones entre los 15
y los 24 años.
Más de la mitad de
la población de Centro-
américa tiene menos de
24 años. Lógicamente,
cuando una mayoría po-
blacional pertenece a este
constituyen una “nueva
insurrección urbana” que
tiene como objetivo “de-
rrocar a los gobiernos de
la región salvadoreña”.
Anne Aguilera, encar-
gada de asuntos antinar-
cóticos para Centroamé-
rica del Departamento
de Estado de Estados
Unidos afirmó en una
entrevista publicada en
“La Prensa Gráfica” de El
Salvador el 8 de abril de
2005 que las pandillas son
“el problema de seguri-
dad más grande que hay
en estos momentos para
la región centroamerica-
na es las pandillas”.
Las pandillas juveniles
son un fenómeno social
muy común que puede
encontrarse con frecuencia
en casi todas las socie-
dades del mundo, aunque
mayoritariamente son
grupos efímeros de jó-
venes que se juntan en
las esquinas de las ca-
lles de sus barrios para
grupo demográfico, mayor
será la vulnerabilidad a
la violencia de esa socie-
dad. Son específicamen-
te varones agrupados
en pandillas los que han
emergido como protago-
nistas de la violencia en
la Centroamérica de hoy.
Aunque las pandillas
han estado presentes
en todas las sociedades
centroamericanas desde
hace mucho tiempo, han
venido desarrollándose
de formas sin precedente
durante las últimas dos
expresarse con los com-
portamientos que son
etiquetables como “anti-
sociales” que forman
la parte de su proceso
de crecer y desarrollarse.
Las pandillas centro-
americanas las actua-
les son claramente otra
cosa. Son organizacio-
nes colectivas mucho
más definidas, que ex-
hiben una continuidad
institucional que es inde-
pendiente de su mem-
brecía.
Tienen convenciones
y reglas fijas, que pue-
den incluir rituales de
iniciación, una jerarquía,
y códigos que pueden
hacer de la pandilla una
fuente primaria de identi-
dad para sus miembros.
Estos códigos también
pueden exigir patrones
de comportamiento par-
ticulares: ropas caracte-
rísticas, tatuajes, pintas o
graffitis en la zona que
décadas, esto las ha co-
locado en la mira de los
análisis y hoy son acusadas
de toda una gama de
delitos, desde hurtos y
asaltos hasta violaciones
sexuales y narcotráfico.
Incluso, se ha intentado
ligarlas a actividades de
oposición armada y al
terrorismo global.
Un informe del Instituto
de Estudios de Guerra
del Ejército estadouni-
dense publicado en 2005
sostiene que las pandi-
llas MS de centroamerica
Protagonistas de
Centroamérica:
Edades Variadas Entre 15 a 24 Años.
114 115
La Mara
La Mara
La Mara
La Mara
La Mara
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La Mara

  • 1.
  • 2.
  • 5. El Diseño Gráfico sin duda es una herramienta la cual nos da la base de crear cualquier tipo de diseño visual, desde una idea, hasta lo más inimaginable y poder desde allí expresar propuestas de mensajes a diferentes tipos de públicos a la cual pueda ir dirigida. Producto de los apredizajes obtenidos sobre el diseño y técnicas para la edición de materiales de información e imágenes, surge el presente libro titulado “La Mara Salvatrucha” su contenido por tratarse sobre una organización de narcotraficantes y pandilleros altamente agresivos. El libro esta dirigido a mayores de edad (18+) que se encuentre interezado en saber la verdadera cara y vida en los ghettos ( Barrio ) de centroamérica. La idea central es que quien se une a éstas, actúa diferente a como lo hace el resto de los miembros de la sociedad para sastifacer necesidades que no han sido cubiertas, cuestiónate sobre tu contexto social al leer el libro, ya que éste también puede ser tierra fértil para el floreciemiento de grupos similares. INTRODUCCIÓN
  • 6. Primeramente le quiero agradecer a mis Padres, William C. Ramirez. Yolaixa Peréz y a mi hermano William J. Ramirez, ya que ellos son mis Pilares más grandes, son mis figuras a seguir, me han apoyado toda la vida, a mi Esposa Alexandra Rodríguez, ya que ella me ha dado apoyo incondicional y ha estado a mi lado en los momentos de mis triunfos y derrotas te amo. Mi familia, la que ha estado siempre al tanto y nunca se han olvidado de mi y mi carrera, se lo dedicó a mi sobrina Andrea Ramirez, a mis primos los cuales son como hermanos y Moraima Villegaz la que siempre me recuerda que nunca debo bajar de nivel y seguir adelante. Xavier Rodríguez, Kaiser Delfs, Tairon Vera, Jhon Terry, Ronny Gonzáles, Ricardo Abarca, Paul Ortiz y todos mis compañeros que han estado hay apoyando y hemos estado aprendiendo a lo largo de nuestra carrera, Gracias. DEDICATORIA
  • 7. Considerdas la banda más violenta, Las Maras dominan Centroamérica y se expanden por todo el mundo, en una temible asociación con los carteles de las drogas. Y eso no es lo peor: todo parece indicar que ya existen grupos embrionarios de este tipo entre la sociedad. VIVI PARA LA MARA Ó, MORÍ PARA LA MARA.
  • 8. SUMARIO Capítulo 1 Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 Capítulo 7 Capítulo 8 Capítulo 2 Capítulo 3 Historia. Origen de la Mara. El Comienzó. Actos de de Honor. Ritos de Iniciación. Identidad. Código de Honor. Hermandad. Sociedad. En la Casa. Siempre a Ganar. Los Protagonistas. Símbolos. Grafiti Pandillero. Tatuajes Característicos. Cultura. Las Clicas. Señas de Identidad. Tráfico de Drogas. Tráfico de Personas. Tráfico de Niños. Delincuencia. Fuentes de Ingreso. Movilizaciones Transnacionales. Protagonistas de Centroamérica. Fenómeno Urbano. La Vacuna. Edades Variables Dentro de la Mara. Inmigración. Raíces Sociales. La MS13 en Centroamérica. Tendencia a Crecer. Delatores de la Mara. Enemigos. Su Herencia. Rivalidades. Dos Realidades Distintas. Los Locos de la Calle 18. Cholo Locos. Mujeres Dentro de las Maras. Equidad con las Mujeres. La Vida Loca y los Vaciles. Subversión de Los Gobiernos. Armas. Violencia. Pandilla. Influencia Americana. Respuesta del Gobierno. Golpe Policial. Mano dura. Cero Tolerancia. Organismos Internacionales. Alianzas y Coordinaciones. Oportunidades. Glosario. Conclusión.
  • 9. La Mara Salvatrucha es una mirada al mundo de lo que se viven en las pandillas, donde se observa su inicios y vi- vencias de algunos inte- grantes de esta peligrosa pandilla como lo es la Ms 13. Es un verdadero placer como (Diseñador Gráfico) presentar esta pieza editorial la cual es un tema muy delicado ya que toca uno de los pri- meros problemas que se vive en el país; que es la delincuencia, es un vis- tazo desde el interior de esta gran organización transnacional. A menudo los integran- tes han tenido familiares que han estado involu- crados en las pandillas. Usualmente los jóvenes más involucrados en la pandilla tienen historial de estar sin supervisión adulta diariamente, por largos períodos de tiempo desde una temprana edad, estos jóve- nes se unen a las pandillas en busca de aceptación, compañía, reconocimiento, estatus y sentimiento de pertenencia, para sentirse identificado socialmente. La carencia afectiva y las necesida- des de recursos básicos terminan agru- pando a los miembros. Por lo general, las pandillas han ganado el máximo control en las comunidades urbanas y pobres, en respuesta al desempleo y otros servicios. Las Maras están involu- cradas en todas las actividades de la delincuencia callejera, como la extor- sión o el tráfico de drogas, tanto dentro como fuera del sistema carcelario. Tam- bién victimizan a las personas con robo, maltrato y secuestro. Creen en la lealtad y la unidad de la pandilla, pero las dejan a un lado cuan- do su propia seguridad está en peligro. Portan insignias o tatuajes alusivos a la pandilla, tener un lenguaje oral y forma de caminar y comunes. Portan armas blancas o de fuego para su propia pro- tección. Hacen alarde de pertenecer a esa pandilla, y utilizan el graffiti para de- terminar su territorio o amenazar. PRÓLOGO
  • 10. Historia. Origen de la Mara. El Comienzó. Actos de Honor. Ritos de Iniciaciòn. Identidad. Código de Honor. Hermandad. Capítulo 1
  • 11. La palabra mara significa (grupos o gente violenta) y salva trucha (salvadoreños buzos)estas palabras vienen de la jerga callejera salvadoreña en la que la importancia de los mareros han ido en aumento en la población, hoy en día se calcula que hay más de 80.000 mil mareros activos. Se creó en los años 80 y 90 en las calles de los Ángeles California (Estados Unidos) con el propósito de cuidar a los salvadore- ños emigrantes. El proceso de migración salvadoreño, fue facilitado por la guerra civil en que el país se vio envuelto dentro del contex- to del guerra fría. Eldestinopreferidopor la mayoría de los emigrantes salvadoreños fue Estados Unidos en busca del sueño americano comenzó por la emigración de los sal- vadoreñosenEstadosUnidos,sepresumequecomenzópor el maltrato y desprecio que le tenían a los salvadoreños, enesostiemposhabíanpandillasomarasconocidascomo: Barrio18,Mafia Mexicana, Latín King, Block, Crips entre otros, estos tipos de pandilla tenían rivalidades. Porque ya los salvadoreños ya no se querían dejar abusar por los mexicanos, afroamericanos, estadounidenses, entonces un grupo de salvadoreños, hondureños y guatemaltecos crearon la conocida mara salva trucha o ms 13, la estructura más grande y violenta del mundo, hay varias organizaciones como el FBI que quieren destruir la mara salva trucha pero es una estructura muy grande, el FBI y la DEA comenzaron a deportar a los emigrantes mareros a sus países de origen. La mara ha exhibido un incremento aparentemente incontenible, se presume que el crecimiento de las maras en los jóvenes, tiene su origen en los más diversos problemas familiares, abandonó, maltrato, abuso, entre otros. Los mareros suelen estar entre 12 a 21 años los jóvenes entran a la mara en busca de apoyo o una familia, es así como un importante porcentaje de adolescentes en Centroamérica se han visto vinculados de una u otra forma a la mara. Comenzó a hacer actos de violencia como contra- bandear drogas, ventas de armas, muertes por encar- go, entre otros. Los mareros han ido avanzando y se reconocen por su tipo de caminar, vestirse y por su hablado oral y de señales dicen que los tatuajes sig- nifican la lealtad y amor que le tienen a la mara y cada Historia: 21
  • 12. se usa en El Salvador, Honduras, Guatema- la y México para definir “Gente, Pueblo, Chusma” (DRAE). Al mismo tiempo se piensa que este tér- mino fue elegido por sus primero integrantes como referencia a las hormigas marabuntas de la familia Formícida, caracterizadas por su depredación y ca- rácter migratorio. Por otro lado la palabra Salvatrucha es una aglu- tinación de dos palabras cuyas dos raíces provie- nen una del sustantivo “Salva”, alusivo al genti- licio de sus fundadores, salvadoreños y “Trucha” al verbo coloquial usa- do por la comunidad chi- cana en Estados Unidos, la cual quiere decir, “Es- tar Alerta” o “activo”. En cuanto la asignación del número como parte de su identificación, una de las hipótesis que sostie- nen especialistas como Valdez o Tony Rafael, in- dican que surgió hacia 1994 como la afiliación de esta organización a la Mafia Mexicana. La pandilla carcelaria de origen hispanoame- ricano más grande de Estados Unidos, quienes imponen llevar el número “13” a todos aquellos que estén aliados su causa. Esto obedece a que la Mafia Mexicana es abre- viada con la letra “M” la cual en el abecedario in- glés ocupa el lugar 13. Es el nombre de la más peligrosa banda de cri- minales que se origina en los Ángeles, esta banda también se encuentra en Centro América. La abre- viatura de Mara Salvatru- chas MS 13. General- mente los miembros de ésta son inmigrantes del tatuaje tiene su significa- do. La MS 13 tiene su rival mejor conocido como el Barrio 18, la rivalidad que tienen es por ver cual es la mejor o cual domina más partes, los ms 13 manchan sus paredes advirtiendo que es te- rritorio de ellos, la rivali- dad que tienen la pueden llevar hasta la muerte. La ms 13 es originaria de los salvadoreños, se presu- me que para sostenerte en la mara tienes que co- meter actos de violencia, los mareros ya no pue- den salir de esta vida que llevan, la única manera de salir de la mara es la muerte del integrante. El nombre propio, Mara Salvatrucha 13 (MS-13) tiene diversas tiene en cuanto al étimo de su palabra. Mucho de los autores que han escrito al respecto sugieren que este vocablo compues- to proviene del término Mara una palabra que (Estados Unidos) en las calles 13 y 18 como res- puesta defensiva ante la sociedad anglosajona, blanca y protestante. Son parte del fenómeno de pandillas de diferentes etnias en esas mismas calles que nacieron en los 60. Efectivamente, las maras se crean en El Salvador, Guatemala en Honduras y en menor medida en México con la repatriación de salva- doreños de pasaporte, pero que habían nacido y se habían criado en los Estado Unidos pero Salvador la Mara Salva- trucha nació en el año 1980 cuando una guerra civil se desata en El Sal- vador, por esto mismo la gente del Salvador emigra- ba a los Estados Unidos y muchos descubrieron que no había trabajo y lu- gares para sostener una vida buena. Por eso mismo los pri- meros inmigrantes encon- traban muchos problemas y ellos mismos crearon la pandilla Mara Salvatru- cha para proteger sus familias. La historia de esta Mara siempre tiene violencia, porque cometen acciones que son cri- minales como pasar de contrabando y asesinar a sus enemigos. La pa- labra “mara” es el equi- valente centroamericano a lo que en España sería “pandilla” “colla” esto es, grupo de amigos de la misma colonia, pueblo o delmismoinstituto o escue- la “maras de estudiantes” y no tiene nada que ver con la palabra “marabunta”. La Mara 18, efectiva- mente, al igual que la Mara 13 o Salvatrucha, nacen en Los Ángeles Origen de la Mara: SoldadoCivil. PandillerosdelaMaraenL.A 22 23
  • 13. zaron a mudarse a inicios de los 90 hacia las cinco repúblicas centroame- ricanas, la base de ésta pandilla es el comercio ilegal de droga. Las maras tienen como objetivo derrocar a los gobiernos de la región, esta posee reglas fijas, que pueden incluir ri- tuales de iniciación, una jerarquía y códigos que pueden hacer de la pan- dilla una fuente primaria de identidad para sus miembros. Surgen en los barrios más pobres, (La mayoría de las veces), una inmensa mayoría son varones, las maras en sí son un fenómeno con raíces transnacionales, es decir, son organizaciones más uniformes, que tienen un origen muy bien definido que se puede ligar a patrones migratorios particulares. Las raíces de las maras se encuentran en las calles 18 de los Ángeles, en una banda fundada por inmigrantes mexicanos en los años 60. A raíz de esta la política de estos países, se encuentra aplicando serias medidas, “Mano Dura” así se denomina a la ley que sancionaron, ya que las maras están superando en cantidad a los militares. El término centroamericano Mara proviene de marabunta colonia de hormigas que se alimentan de todo lo que encuentran a su paso habiendo tomado en Centroamérica el significado de conjunto de gente alborotada y tumultuosa. La mara Salvatrucha nace en quienes opinan que es la unión de grupos sal- vadoreños y hondureños (catrachos) con raíces en la palabra “xatruch” nombre de un general hondureño de la antigue- dad, la raíz más proba- ble de esta palabra es “xatrachos” que unida a salvadoreños conforman la nueva palabra “salva- trucha”. Posteriormente tienen entrada ciudada- nos de otros países, es- pecialmente guatemalte- cos y mexicanos. En realidad el número 13 viene del paralelo 13 y no de una calle de Los Ángeles, dando a entender el significado de las raíces no mexicanas. En Centroamérica los gobiernos quieren detener a esta pandilla a toda costa con medidas re- presivas, ellos extienden su territorio a lo largo del continente. Las pandillas centroamericanas empe- principalmente de sal- vadoreños que emigra- ron durante la guerra Civil de ese país, muchos de los cuáles contaban con entrenamiento militar. De esa transculturización arranca el fenómeno que hoy en día supone el mayor peligro para las democracias de dichos países que es la MS 13. La palabra “salvatrucho” es el equivalente a “sal- vadoreño espabilado”, “salvadoreño listo”, dentro de los localismos salva- doreños, ponerse trucho, es equivalente a decir “Estar Listo”, también hay PandillerodelaDécadadelos70. Jóvenes Pandilleros Establecidos en L.A. en los 90. 24 25
  • 14. Los Ángeles (California), los integrantes de la mara Salvatrucha, al menos en sus inicios, solían hacerse tatuajes con los que de- mostraban su membrecía, costumbre que se ha ido reduciendo para evitar identificarse debido a sus actividades criminales. La palabra “Mara” es el equivalente centroameri- cano a lo que en España sería “Pandilla” “Colla” “Grupo”, esto es, grupo de amigos que viven en la misma colonia (“Maras de Estudiantes” y que proviene de la palabra “Marabunta”, a saber, conjunto de gente albo- rotada y tumultuosa). La Mara 18, efectiva- mente, al igual que la Mara 13 o Salvatrucha, nacen en Los Ángeles (Estados Unidos) en las calles 13 y 18. Son parte del fenómeno de pandi- llas de diferentes etnias en esas mismas calles que nacieron en los 60. Efectivamente, las maras se crean en El Salvador, Guatemala , Honduras y en menor medida en Mé- xico con la repatriación de salvadoreños de pa- saporte, pero que habían nacido y se habían criado en los Estados Unidos, pero principalmente de salvadoreños que emi- graron durante la guerra civil de ese país, muchos de los cuales contaban con entrenamiento militar. De esa transculturiza- ción arranca el fenó- meno que hoy en día supone el mayor peligro para las democracias de dichos países. La palabra “Salvatru- cha” es el equivalente a “Salvadoreño Espabila- do”, “Salvadoreño Listo”, dentro de los localismos salvadoreños, ponerse trucho, es equivalente a decir “Estar Listo”. Tam- bién hay quienes opi- nan que es la unión de grupos salvadoreños y hondureños (catrachos) con raíces en la palabra “xatruch” nombre de un general hondureño de la antiguedad, la raíz más probable de esta palabra es “xatrachos” que uni- da a salvadoreños con- forman la nueva palabra “Salvatrucha”. Posteriormente tienen entrada ciudadanos de otros países, especial- mente guatemaltecos, argentinos y mexicanos. MaraSalvatrucha. 27
  • 15.
  • 16. que acababan en los cen- tros de detención juvenil y en prisión empezaron a aceptar el “Estilo Cho- lo”, pero para sobrevivir en la cárcel donde los salvadoreños eran la minoría, adoptaron una nueva imagen, agresiva y el nombre Mara Salvatru- cha. Adentro del sistema penal del sur de Califor- nia, los miembros de la MS se dieron cuenta que aquellos latinos que no se integraban a la Mafia Mexicana, se quedaban En 1983-1984 orige de la mara bajo las amenazas de las Pandillas de Chi- canos y Afroamericanos, los jóvenes inmigrantes salvadoreños rebeldes formaron su propia pan- dilla La Mara Salva tru- cha. El primer grupo de la MS 13 se reunía en la esquina de una tienda en Koreatown. Ellos se llamaban así mismos la Mara Stoners: Mara porque en El Salvador describe a un grupo cer- cano de amigos y “Stoner” por fumar marihuana. completamente aislados, durante la década antes de que la Mara Salva- trucha se integrara a La EME (Como se llama la pandilla de la prisión). Pudieron soportar los abusos, humillaciones y ataques violentos en contra de ellos, y por ne- cesidad, se crearon una imagen y reputación de ser una de las pandillas más violentas y locas de Los Ángeles. El mito cre- ció debido a ciertas rea- Provenientes de El Sal- vador, en Estados Unidos escuchaban más que nada la música Heavy Metal. Estaban orgullo- sos de su estilo salvado- reño, pelo greñudo, jeans rotos y apretados pero al poco tiempo se dieron cuenta que estaban fuera de sintonía con la moda de los Barrios Chicanos de Los Ángeles. Los “Cholos” que do- minaban la cultura pan- dillera de los Ángeles escuchaban “Oldies” o “Hip-Hop”. Usaban pelo corto o la cabeza rapada, camisas y pantalones grandes bién planchados. Todo esto era un fuerte contraste entre los “cholos” y la apariencia fachosa y rebelde de los MS. Los choques por or- gullo y etnia entre la Mara Salvatrucha y estas pan- dillas fueron cada vez más violentos. Gradual- mente, miembros de la MS lidades complicadas la mayoría de los miembros originales de la Mara Sal- vatrucha eran jóvenes in- migrantes de El Salvador. Algunos tenían experien- cia como niños soldados reclutados forzosamente por el ejército salvadore- ño o por haberse unido a parientes que formaban parte de la guerrilla. Los que no habían sido “Soldados Profesio- nales” tenían memorias horribles y traumáticas de las violaciones a los derechos humanos. Mu- chos habían presenciado este tipo de abusos y la pandilla era una herman- dad con la que compar- tían los problemas como emocionales, abusos y el sufrimiento. Los jóvenes de la pan- dilla eran los más asesi- nos Los Ángeles era un mito que ni las fuerzas de seguridad ni los Salva- truchas tenían interés en El Comienzó: CentrodeDentenciónJuvenil. SusMomentos. 30 31
  • 17. MS 13, también llega a El Salvador la Calle 18, la pandilla más poderosa de Los Ángeles. La gue- rra que mantenían estas pandillas en las calles de Los Ángeles, se traslada a El Salvador. La Mara Salva trucha se considera a si misma como la pandilla auténtica salvadoreña, y piensa que tanto la 18 como las pandillas aliadas son de origen extranjero, con- cretamente mexicano. La MS 13 no tiene un alto grado de organización, no hay un líder definido para todo el país, sino que hay varios líderes que en general son reco- nocidos por su prestigio. Los enfrentamien- tos entre miembros de la misma pandilla son muy comunes. La mara Salvatrucha (Generalmen- te abreviado como MS, Mara, y MS-13) es una or- ganización transnacional negar o discutir, a través del tiempo, el resultado de esa percepción ha sido trágico e injusto. La combinación de la mala propaganda, el estigma y el miedo los vuelve chi- vos expiatorios o víctimas fáciles de los rumores. Es la mayor pandilla de El Salvador, aglutina aproxi- madamente al 70% de todos los pandilleros del país. Tiene unas carac- terísticas propias muy determinadas. Fue creada en los años 80 en California por emi- grantes salvadoreños, como respuesta a las pandillas ya existentes. El nombre de Mara Sal- va trucha: La palabra “Mara”, se emplea en El Salvador con el signifi- cado de gente alborota- dora. “Salva”, de salva- doreño. Y finalmente, “Trucha”, viene a signifi- car listo o espabilado. En la zona de Los Ánge- les, la Mara Salva trucha adoptó el número 13, ya que esta zona esta con- trolada por la Mafia Mexi- cana, o 13. San Francisco es territorio de Nuestra Familia, o la 14, por eso en el norte de California la MS tomó el número 14. Tanto la Mafia Mexicana como Nuestra Familia, son organizaciones que controlan a todas las pandillas latinas desde las cárceles de sus res- pectivos territorios. Así que la Mara Salva trucha esta dividida en dos: La Mara Salvatrucha 13 en el sur de California, y la MS 14 en el norte. Al finalizar la guerra civil salvadoreña, los jue- ces de la zona de Los Ángeles comienzan a deportar a pandilleros de vuelta a El Salvador. De esta forma, la MS 13 se instala con fuerza en el país, mientras que la presencia de la MS 14 es mínima junto con la EnBuscadelSueñoAmericano. 32
  • 18. de pandillas criminales asociadas que se origina- ron en Los Ángeles y se han expandido a otras re- giones de Estados Unidos, Canadá, México, Améri- ca Central (Guatemala, El Salvador, Honduras) y España. La mayoría de las pandillas están étnicamente integradas por centroamericanos (Guatemaltecos, Salva- doreños y Hondureños) y se encuentra activas en las zonas urbanas y sub urbanas. Sostienen células (Clicas) localizadas en Latinoamérica con más de 70.000 miembros. Cabe destacar que los únicos países Cen- troamericanos que han logrado mantener aleja- do esté movimiento son Nicaragua (Dado que durante los años 80, el período de proliferación de estas bandas en el ist- mo, se libraba una guerra en la Zona Norte del país armas y contrarrestar la fuerza de la Organización del Golfo (Los Zetas), una guerra que azota el sur de la frontera de Estados Unidos y México. Las actividades crimina- lesde la mara Salvatrucha incluyen venta de dro- gas, extorsión, venta de armas, secuestro, robo y asesinatos por encargo, entre otras. En Centroa- mérica su presencia se debe a la deportación de delincuentes desde Esta- dos Unidos a sus países de origenes. Sus actividades en los Estados Unidos atrajeron la atención del FBI quién junto a la DEA hizo redadas contra los mareros en las que fueron detenidos cientos de miembros de la Mara Salvatrucha. Existe cierta contro- versia sobre la etimolo- gía del nombre. Algunas fuentes afirman que la fronteriza con Honduras, y era de los conflictos Béli- cos que habían huido originalmente los Salvadoreños de su nación) y Costa Rica. Los miembros de la MS se distinguen por tatuajes qué cubren el cuerpo y también a menudo cubren la cara, así como el uso de su propio lenguaje de señas. Son conocidos por su uso de la violencia y un código moral propio que consiste en su mayor parte en una ven- ganza implacable y crueles retribuciones. Esta crueldad excesiva de los miembros de las maras o “mareros”, les permitió ser contratados por la organización delictiva de Sinaloa, dirigida por Joaquín Guzmán Loera, para ser entrenados en el manejo de banda lleva el nombre de La Mara, una calle de San Salvador, ( El Salvador) y la guerrilla Salva trucha que luchó en la Guerra Civil de El Salvador. No obstante podemos desmentir dicha fuente pues no existe una calle con ese nombre en San Salvador ni la guerrilla fue jamás referida como “Salvatrucha” sino como Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. También puede provenir de Marabunta, una espe- cie de hormigas voraces qué se alimentan de todo lo que encuentran a su paso, pero todo parece indicar que esta es una acepción tardía dentro de esté significado, pues esta especie de hormigas es originaria de Brasil y no es común en El Sal- vador. “Salvatrucha” puede ser una combinación de las palabras “Salvadoreño” y “Trucha”, una palabra de caló popular que significa “Estar Alertas”, aunque es de poco uso en el ha- bla popular salvadoreña. Lo más probable, sin embargo, es que el nombre se origine en el neolo- gismo “Mara”, utilizado popularmente como si- nónimo de “grupo de amigos” teniendo un uso extendido y sin ninguna vinculación criminal en los años 70 y 80, el cual se fue deformando en su significado hacia el de “Pandilla Salva trucha” podría deberse a que se utilizó durante algún tiempo el término “Salva trucho” como un gentili- cio despectivo defor- mado de “Salvadoreño” y siendo que la pandilla se autocalificaría como parias de su mismo país podrían haberlo asumi- do como tal. Tomando en cuenta exclusivamen- te el caló popular de El Salvador, explicado an- teriormente, el nombre IntegrantedelaPandillaMS13. 34 35
  • 19. de la pandilla vendría a significar de manera simple: Mara Salvatrucha (pandilla salvadoreña). Lo cual sería coherente con el origen de pandilla étni- ca en el sur de Los Án- geles, no obstante que con el paso del tiempo la misma se ha compues- to por centroamericanos en general y no solo por salvadoreños. Las maras son organizaciones más uniformes, que tienen un origen muy bien defi- nido que se pueda ligar directamente a patrones migratorios particulares. Existen dos maras, la Mara Dieciocho (18) y la Salvatrucha (MS), que funcionan actualmente en Centroamérica sólo en El Salvador, Guatemala, y Honduras, aunque han comenzado ya a exten- derse a México. Los orí- genes de las maras se encuentran en la Calle 18 de Los Ángeles, en una banda fundada por inmi- grantes mexicanos en los años 60, que muy pronto empezó a aceptar como miembros a cualquier la- tino. La mara de la calle 18 creció mucho durante los años 70 y 80 por la afluencia de refugiados salvadoreños y guate- maltecos, muchos de los cuales se incorporaron a la mara para sentirse incluidos en un contexto donde los estadouniden- se excluían a los latinos. A mediados de los años 80, jóvenes de una segunda ola de refugiados salvadoreños fundaron un grupo rival, posible- mente un fragmento de la mara original: La Mara Salvatrucha, un nombre que combina la palabra: “Marabunta”, un insec- to “Salvadoreño”, con “Trucha”, que significa “Agudo” en el Argot Sal- vadoreño. Muy pronto, la Mara 18 y la Salvatrucha empezaron a pelearse en las calles de Los Ángeles y se vieron involucrados en la violencia desatada cuando el caso Rodney King en 1992. Después de este epi- sodio, el estado de Ca- lifornia elaboró nuevas leyes contra las maras y empezó tratar a sus miembros juveniles como delincuentes adultos, en- viando a muchos a las cárceles más costudiadas. Después, en 1996, una ley del Congreso de Es- tados Unidos ordenó la deportación de todo de- lincuente no estadouni- dense o recién naturali- zado Estadounidense condenado a más de un año de cárcel, una vez que hubiera cumplido su condena. Consecuen- temente, entre 1998 y 2005, Estados Unidos deportó a casi 46 mil centroamericanos que cumplieron condenas y además, a 160 mil inmi- grantes ilegales. 36
  • 20. Las maras sugieren que los tatuajes deben ser ganados a través de actos que se realizan en beneficio de las pandillas. En este sentido, los tatuajes pueden conside- rarse biografía de los ma- reros y pandilleros, como cicatrices o marcas de los eventos realizados en los cuales se expuso la vida del individuó en nombre del colectivo. La mara Salvatrucha por Cada pandilla tiene sus reglas de funcionamiento, aunque siempre se refieren a la igualdad en el grupo, pueden ser más o menos jerárquicas. Así, los jefes son reconocidos mien- tras demuestran las cua- lidades que favorecen al grupo y negocian a favor de toda la pandilla. Para pertenecer a esta san- guinaria organización los aspirantes tienen que pasar por unos terribles proceso de iniciación. El ritual de admisión posibilita reconocer si el miembro es capaz de cumplir lo que el grupo requiere. Para una mara es importante: Fuerza Corporal, Habilidad, Ra- pidez de reacción y estar preparado a los Peligros. A Los hombres se les encarga asesinar a un miembro de su familia ejemplo, utiliza como uno de sus símbolos en número 13 o las letras MS, dibuja- das de sí tintas maneras. En la mara 18 se utiliza el mismo número (Dieciocho) que la del nombre. En ambos casos se presentan combinaciones extrañas de números ará- bigos e incluso con no- menclaturas de lenguas indígenas y romanas. Otros tatuajes se refieren a las experiencias perso- nales de cada individuo generalmente al padre también son sometidos a golpes de todo el clan por 13 segundos. Final- mente, se les encomienda matar a un delincuente de un Barrio Enemigo. La mara Salva trucha, por ejemplo, elige un núme- ro de compañeros que agreden al nuevo durante trece segundos esperando que éste se sepa defender. En la Mara Dieciocho son 18 segundos. En el caso de las mujeres, el ritual de admisión tienen diferentes variaciones. En el caso de las mu- jeres, estas son violadas por todos los integrantes de la banda y también reciben una paliza por 13 segundos. Luego, se les exige ejecutar un determinado crimen. Las jóvenes Mareras son co- nocidas en el mundo por su frialdad y actuar san- guinario a la hora de co- meter algún delito. la vida en prisión, Las penas y Alegrías Vividas, La muerte de seres que- ridos, La dificultad para Abandonar la Vida de Mareros lo que conlleva a ser marero. El graffiti sirve para demarcar el territorio de pandillas enemigas y ser así reconocido por las pandillas, pero se utilizan números, le- tras y símbolos que han identificado como su- yos, al igual que lo ha- cen para los tatuajes. Actos de Honor: Ritos de Iniciación: Uno de los Ritos de Iniciación es Asesinar a un Contrario. Se les exige que lleven a cabo peleas, pero tam- bién existe la práctica de “el trencito”, es decir tie- nen que brindar servicios sexuales a los miembros masculinos de la banda. Después de un ritual así la chica es admitida y tiene que contar con más ataques parecidos. Muchos miembros de la Mara Salvatrucha se cubren de tatuajes para demostrar su membrecía. Entre los diseños se in- cluyen “MS”, “Salvatru- cha”, el “Devil Horns”, el nombre de su camarilla, y otros símbolos. Está costumbre que en los inicios de la pandilla era muy usual, se ha ido re- duciendo para evitar ser identificados debido a sus actividades criminales. Los miembros de la Mara (MS 13), así como miembros de otras bandas americanas más moder- nas, utilizan un lenguaje 39
  • 21. tomar parte activa en los ritos de iniciación e incluso cobrar vidas. Las mujeres son incluso más violentas que los hombres. La organización de la Mara Salvatrucha tiene códigos muy violentos inclusive tienen como có- digo el asesinar a otras personas, eincluso existen reglas de muerte. Quienes hablan con la policía cuando son detenidos son asesinados al ser li- berados por delator. También matan a los líderes que no obtienen los resultados deseados, o a los miembros que se borren los tatuajes (es decir que renuncien a la misma Mara Salva- trucha), por citar algu- nos ejemplos. Ya que ellos tienen un lema que es “vivis para la mara o moris para la mara” esto pretende decir que una vez dentro de la pandilla ya no hay salida alguna. de señas para identificar- se y comunicarse. Uno de los más comunes es la “cabeza del diablo” o cuernos, que forman una “M” cuando se muestra al revés. Este signo es si- milar al que utilizan los músicos de Heavy Metal y sus fans. La pandilla cuenta con ritos de iniciación tanto para hombres como para mujeres: Los hombres deben soportar palizas dadas por los demás miembros que llegan a durar solo 13 segundos, o ingresar a un barrio “enemigo” y matar a un miembro rival. Las mujeres también suelen ser brincadas y una vez aceptadas tie- nen tanto a la protección de la mara como que acatar las decisiones de los hombres. El papel de la mujer en la mara ha va- riado de ser simplemente la novia o la mensajera a GolpizaqueRecibenDurante13Segundos. SímboloqueRepresentaaLaPandilla. EnelPasadoEra,ObligatorioLlevarelTatuaje. 41
  • 22. Hagedorn, un experto en la historia de las pandi- llas de Chicago. “Las fuerzas económi- cas globales y el retiro o ausencia del Estado en muchas comunidades y barriadas son factores que promueven la institu- cionalización de grupos tales como las pandillas”. Hagedorn argumenta que el fracaso del neo- liberalismo ha llevado a la intensificación de las identidades de resistencia entre jóvenes excluidos socialmente. Pero para muchos jóvenes de países en vías de desarrollo, estas resistencias im- pugnadas son “supervi- sadas” por una variedad de grupos criminales o milicias nacionalistas y/o religiosos. Estas ideas son relevantes para en- tender el contexto y las fuerzas que moldean el desarrollo de las llama- das pandillas transnacio- nales como la Calle 18 y la Mara Salvatrucha. Los retratos de los medios de comunicación crean la impresión de sindicatos criminales organizados que propagan franquicias mafiosas a través de Estados Unidos y Cen- troamérica. La realidad es mucho menos for- malmente “organizada” o “corporativa” al igual que trágica e intolerable. Mientrasquelashistorias de los jóvenes perfilados en Hijos del Destino, de- jan en claro los factores emocionales, sociales y económicos que atraen a los jóvenes a involucrarse en estas pandillas, están ubicados en condiciones en las comunidades de las que provienen. Las pandillas proveen un sentimiento de perte- nencia a algo mayor, un sentimiento de sufrimiento compartido, identidad y resistencia a la exclusión. Una pandilla es cual- quier grupo de tres o más personas que conforman un conjunto organizado y que comparten una iden- tidad en común. Desde la publicación del estudio pionero de las pandillas de Chicago de Frederick Thrasher en 1927. Sociólogos handefinido el proceso a través por el cual jóvenes sin supervisión en especial jóvenes mar- ginalizados en centros urbanos forman organiza- ciones e identidades calle- jeras a través del conflicto con las autoridades y con otros grupos. Está definición clásica de las pandillas callejeras incluye dichos grupos, los cuales se envuelven en comportamientos de- nominados delictivos o en conflictos con la ley. Para sociólogos con- temporáneos como John Identidad: LosIntegrantesVienendeVivirenPobrezaExtrema. 43
  • 23. “Vives para los Mara o mueres para los Mara” es la frase principal que repre- senta la organización delictiva interna- cional. Una vez que un miembro es parte de ella, ya no hay salida ni marcha atrás. Está prohibido hablar con la policía o delatar a alguien, no pueden tampoco borrarse los tatuajes. Estas reglas son un código de muerte que si algún in- tegrante llega a desobedecerlas serán brutalmente asesinados. Código de Honor: MuertealosEnemigos.EstableciendoTerritorios.GolpizaparaSerDigno. 44
  • 24. En la mara se apren- de un resto de cosas, en- tre ellas a ser bien pero bien honesto. Porejemplo, usted tuvo cacha con otros dos carnales (ami- gos) y cayeron 200 varas (quetzales). Se reparten iguales. Y lo que no se puede repartir, es para la trama (comida) en par- tes iguales hasta que se acaba lo que fue ganado (Testimonio de un pandi- llero guatemalteco). Hay una hermandad dentro de la mara que en ninguna institución, en ningún partido político ni en ninguna otra par- te tienen. Los demás no comen del mismo plato y nosotros sí comemos del mismo plato, nos ta- pamos con la misma co- bija. (Testimonio de un pandillero guatemalteco). La convivencia en la pan- dilla crea una historia co- mún, un intercambio per- la corrupción que perci- ben en la sociedad. Casi ningún pandillero se deja comprar, a cambio de promesas o regalos de dinero, para convertirse en espías de la policía. Los miembros de la pandilla crean sus propias costumbres y se califican como distintos del resto de personas. Utilizan graffiti para marcar su territorio y todos los que llegan a unirse al grupo es porque consideran que viven en un mundo injusto. Los maras se consideran “Una Raza Unida” y se sienten “Una Familia”. Usan un lenguaje en el que mezclan palabras de varios idiomas. Tienen tatuajes en todo el cuer- po que representan los crímenes que cometen. Mientras el crimen sea más sanguinario, el tatua- je será más grande. Las principales actividades delictivas que realizan manente de conocimientos, y posibilita a los jóvenes encontrar reconocimiento, confirmar y fortalecer ne- xos de amistad. Responden sin condiciones los unos de los otros y se defienden. La pandilla no surge para romper las leyes, sino como grupo de amigos que quieren hacer algo juntos. La fidelidad más grande es la de “Los brother” de la pandilla,noladelafamilia. Seconvierteenunaespecie de familia de forma real, en el amor y las relaciones, y no sólo retóricamente. En el grupo se estima mucho la justicia y la honestidad, consideradas cualidades de mando. En todas las pandillas existe una especie de código de honor que es absolutamente obligatorio para todos. Se entiende como una respuesta a la hipocresía que han experimentado en los adultos y a Hermandad: HermandadDondeTodossonIguales. NuncaseDejaalCompañero. 46
  • 25. son la trata de blancas, el narcotráfico y el sicariato. Como nace mara 18 A mediados de la década de 1980, grupos de la- tinoamericanos, prin- cipalmente mexicanos, formaron la Mara 18, cuyo nombre proviene de la Calle 18 de la ciudad californiana. Algunos de sus miembros se tatúan el número “666”, 6 + 6 + 6 = 18 que bíblicamente es conocido como el nú- mero de la bestia. También utilizan los números en romano XVIII en alusión al número 18. Una de las versiones de su formación dice que nacieron en Los Ángeles en torno a disputas terri- toriales por drogas. Tras el término de la guerra civil en 1992, mu- chos salvadoreños fueron deportados de Estados Unidos. Especialmen- te los pandilleros. En El Salvador los pandilleros casas durante las noches y nadie puede salir a las calles después de cier- tas horas. Pero además la Mara 18 ha creado su propia “cultura”, que se expresa en su lenguaje propio de palabras y se- ñas. Generan valores (que podríamos tipificar de anti valores) y los inculcan dentro de sus miembros más jóvenes. Con esto crean códigos propios de conducta. Cuentan también con armas e infraestructura. Nadie sabe con precisión cuantas armas y de qué tipo están en posesión de ellos, pero son su- ficientes para mantener el control del territorio y desarrollar las múltiples acciones delictivas. Así mismo comparten una red de comunicación internacional con otras pandillas y grupos delig- tivos similares de la región, de Estados Unidos. deportados comenzaron a formar “clicas” o cé- lulas de la Mara 18 con jóvenes en barriadas po- bres, desplazando a las antiguas pandillas locales. El control del territorio que ejerce la Mara 18 es eficiente, prácticamen- te toda la población que habita en sus “Zonas de control” siente de manera permanente su presencia y está bajo su mando e in- fluencia. Además cobran impuestos, irónicamente, con más eficiencia que el mismo gobierno, los medios de comunicación han llamado la atención mucho el impuesto que las Maras Salvatrucha cobran a todos los nego- cios, pequeños, media- nos y algunos grandes, que están ubicados en sus “zonas de control”. Todos han de pagarles los impuestos de guerra con regularidad. Hay lu- gares donde la Mara 18 decreta el “Estado de Sitio”. Obligan a los ha- bitantes a estar en sus PandillerodelaMara18. LaMaraSalvatruchaGuardasusSecretos. 48
  • 26. Sociedad. En la Casa. Siempre a Ganar. Los Protagonistas. Capítulo 2Capítulo 2
  • 27. El punto de referencia en la actuación de los pandilleros es sobre todo el barrio en el que han crecido, donde se sien- ten en casa y, de alguna manera, seguros. Allí serán también, en determinadas circuns- tancias, tomados como enemigos por adultos que se ocupan de la buena reputación de su barrio, pero en general es en el barrio, en su ba- rrio, donde encuentran simpatía y ayuda de su madre especialmente y se mueven en terreno conocido. La pertenen- cia al barrio les da un sentimiento de identidad. No es casualidad que las luchas de las pandillas se den para defender un territorio, el barrio o algu- nas de sus cuadras. Esto puede significar también que en el mismo barrio normalmente frente a Cuando los jóvenes se unen a una pandilla, es- tán ya convencidos de que viven en un mundo in- justo, y que son víctimas de esa injusticia. Entienden su mara como una venganza con- tra un mundo que les hace daño. Ante sus ojos ven a gente rica que se aprovecha de los otros, y a gente pobre que es adultos que rechazan a los jóvenes o que los tratan con hostilidad se luche por la supremacía. Dice un pandillero de un barrio de Managua: “Nosotros gobernamos el barrio sin que nadie nos diga nada. Si alguien nos dice algo, lo palpamos. Se acalambran porque somos muchos y nos temen. Los jóvenes mandamos”. José LuisRocha,delaUniversidadCentroamericana de Managua, da la siguiente interpretación: “La reacción del pandillero en un mundo en el que él no es nadie es atacar, dominar el Barrio, someter porque está sometido, demarcar un territorio porque vive en el desarraigo, asociarse a una institución que dota de identidad porque se carece de ella. El pandillero aspira a dominar en un entorno que lo excluye”.exprimida y debe aguan- tar demasiado maltrato. Piensan que la so- ciedad no sirve ni a los pobres ni a los jóvenes, y no quieren tener nada que ver con la sociedad. “Sociedad en eso yo no tomo parte”, dice un marero en Guatemala. De la experiencia de la pobreza y de las ame- nazas, los mareros han aprendido que deben ac- tuar juntos para no hudirse. Esto no los hace po- líticamente radicales en el sentido de querer cambiar una sociedad que consideran hostil e injusta. Se defienden en primer lugar a sí mismos y quieren asegurarse la parte del pastel que les corresponde, aunque sea a través de la violencia. Más allá de, por la mi- seria en que viven, la apro- piación de bienes que hacen para atender sus necesidades inmediatas. Sociedad: En la Casa: EnelBarrioMandanlosJóvenes. Su Forma de Pensar es Distinta al Resto. 52 53
  • 28. atractivos para ellas, el “Pasar buenos momen- tos juntos” y “La ropa”. Como ya mostró el estu- dio guatemalteco de los años 80, las investigacio- nes salvadoreñas contra- dicen la concepción difun- dida de que los jóvenes pandilleros huyen de los problemas y deficiencias de sus familias. Los jóvenes se incor- poran a las maras porque la vida pandillera les re- sulta más atractiva y tie- ne, desde su punto de vista, más ventajas que desventajas. A pesar de las dificultades y los peli- gros, ven más satisfechas sus necesidades en la mara que en otros luga- res accesibles para ellos. Sobre todo, porque en las maras son considera- dos importantes. Otro es- tudio salvadoreño llega a la conclusión de que para muchos jóvenes, “La Mara son una Red Social que les Proporcio- na Ingresos, Autoestima y Solidaridad”. En El Salvador se pre- guntó a los jóvenes sobre lo que les gustaba de La Mara y las ventajas que tenía estar en ella. Nombraron “Los Vaciles” como lo más atractivo. Les atrae la acción conjunta al borde y al otro lado de la legalidad, el compañerismo entre “Los Brother”, el respeto que ha ganado, además del poder, protección, unión entre “Los Brother”, la confianza interpersonal, el dinero y la libertad de los padres,en menor medida, les atraen los pleitos, “Las Hainas” (Mujeres) y las drogas. En las cosas que menos les gustan de la mara nombran en primer lugar las peleas y las drogas. Como desventajas de la vida en las maras, des- tacan la discriminación y la persecución de la policía, y el peligro de ser ence- rrados en la cárcel o ser asesinados. Las consi- deraciones sobre la vida en la mara se diferencian de forma llamativa entre varones y mujeres. Éstas señalan frecuentemente como aspecto negativo “el trencito” la práctica de ofrecer servicios sexua- les, en parte exigida por el jefe de la pandilla MS 13, a los miembros mas- culinos de la banda. Los distintivos de la vida en la mara son en general considerados más negativos por las jóvenes mujeres que por sus compañeros mas- culinos. Las chicas des- tacan como momentos Los Vaciles y la Adrenalina. EnBuscadeEstatus. 54
  • 29.
  • 30. La posesión de dinero y el “Hacer Fortuna”, el adquirir bienes de consumo costosos y cueste lo que cuestesehanconvertido en prioridades a diarios para lograr una vida plena. Valores que hasta ahora habían hecho más fácil la vida en común, como la solidaridad, la integridad y la lealtad, entran nece- sariamente en contradic- ción con el nuevo sistema axiológico, ya que éste los muestra como poco eficientes y poco apro- piados para competir. Como consecuencia, se entierra la pertenencia social y las relaciones de confianza entre fami- liares, amigos y vecinos se someten a una dura prueba y no raramente son destruidas. Los jóvenes viven de muchas maneras el desmoronamiento de la cohesión social y la violencia mucho antes de unirse a una pandilla. Ya de niños tienen la expe- riencia de ver a su padre o padrastro de mal hu- mor, drogado, actuando de forma irresponsable, violenta y mala. En muchas familias impera el alcohol como vía para olvidarse del esfuerzo excesivo y de la desesperación. En El Salvador, el 80.5% de los pandilleros fue maltratado cuando eran niños. Y casi la mitad ha visto a mujeres y niños insul- tados y amenazados permanentemente en el hogar. Los jóvenes inten- tan con la pandilla “Crear una sociedad para ellos mismos en medio de una donde no existe nada adecuado a sus necesi- dades. Lo que los jóvenes obtienen por medio de las actividades de la pandilla es lo que les es negado en el mundo de los adultos. Siempre a Ganar: 58
  • 31. En la medida en que los jóvenes se integran en una pandilla mani- fiestan que a ellos la so- ciedad les impide opor- tunidades educativas, culturales y económicas para desarrollarse como personas y vivir una vida satisfactoria. De ninguna manera idealizan su “Vida Loca”, tienen una interpretación ambivalente en relación a su manera de actuar. Pero no ven otra posibilidad de vivir su vida y tener una identidad propia. Ven en sus actos crimi- nales y en la violencia que ejercen un medio legítimo para satisfacer sus necesidades básicas, emocionales y materiales, para conservar un cierto nivel síquico y económi- co. Para ellos es mejor sentirse importantes y valorados bajo circuns- tancias peligrosas, que ser “Nada” o “Nadie”. Muchos adolescen- tes se encuentran en una mejor situación como miembros de una mara que como adolescentes en el hogar. La decisión de hacerse miembro de una mara puede ser de- cisiva para el adolescente debido a que los beneficios sonmayoresqueloscostos. La necesidad de acción, prestigio y estatus, dinero (obtenido o no de forma delincuencial), drogas, la atención de las chicas, son todas necesidades que pueden ser satisfe- chas dentro de la mara. La pertenencia a una pandilla se entiende fi- nalmente como el intento de obtener de nuevo un espacio social que se ha perdido o que en la vida “Normal” es inalcanzable. Los Protagonistas: EstatusEntrelosDemás. PanSalado.Carlosalias7Cuero. GananciasObtenidas. 60 61
  • 32. Símbolos Graffiti Pandillero. Tatuajes Característicos Cultura. Las Clicas. Señas de Identidad Capítulo 2Capítulo 3
  • 33. Son organizaciones colectivas mucho más defi- nidas, que exhiben una continuidad institucional que es independiente de su membrecía. Tienen conven- ciones y reglas fijas, que pueden incluir rituales de ini- ciación, una jerarquía y códigos que pueden hacer de la pandilla una fuente primaria de identidad para sus miembros dentro de la Mara. Estos códigos también pueden exigir patrones de comportamiento particulares: ropas características, tatuajes, pintas o grafitis en la zona que dominan, se- ñales con las manos y un argot. Y por supuesto, una participación regular para las actividades ilícitas y violentas, estas pandillas están muy frecuentemente. Símbolos: SímbololosCualesMuchosSondeGuerra. 64
  • 34. El graffiti, al igual que el tatuaje, tiene además un aspecto creativo, tanto individual como colectivo. Ambas creaciones son consideradas por varios autores como producciones culturales en los barrios que invierten la valora- ción negativa que se le asigna socialmente a de- terminados estilos, trans- formando el estigma en emblema (Feixa, 1998). El graffiti sirve para demarcar el territorio y ser así reconocido por las pandillas. Se utilizan números, letras y símbo- los que han identificado como suyos, al igual que lo hacen para los tatuajes. El grupo construye es- tereotipos que le sirven como marcadores de identidad, pero que pueden resultar contraproducentes pues cau- san segregación tanto de aquellos que ya no desean pertenecer al grupo como de los que ya no forman parte de él. Las virtudes o cargos asociados al estilo, una vez fuera de la pandilla, ya no tienen sentido y, al contrario, funcio- nan como aspectos potenciales para su marginación en espacios sociales dife- rentes a los de la mara. También conviene destacar que estu- dios realizados en la región documen- tan como a veces la adopción de estos símbolos del estilo pandillero. Jóvenes que viven en estos vecinda- rios no significan que los mismos par- ticipen plenamente en las actividades de la pandilla (Rogers 2006) y que, por tanto, apoyarse en estos símbolos para identificar al pandillero resulta cuanto menos peligroso. Graffiti Pandillero: UtilizadoParaRegirunaZona.TributoaIntegrantesCaídos. UtilizadoParaRegirunaZona.MuralesDondeExpresanLoQueViven. 66 67
  • 35.
  • 36. Los tatuajes de los miembros de las pandillas están plagados de sim- bolismos. Pueden ser un homenaje a integrantes de la banda que han fallecido, a integrantes de la familia, a asesinatos que han cometido, a sus novias o esposas, o una referencia a la pandilla a la que pertenecen. Tatuajes de pandillas en la cara y en el cuerpo son simultáneamente una afirmación de iden- tidad desafiante ante la exclusión y una fuente de futura exclusión. A principios de los 90, la mayoría de los tatua- jes de pandillas que vi los tres puntos para La Vida Loca, o el nombre de la pandilla deletreado, números o símbolos eran iconos de pertenencia. lizados los tatuajes de pandillas no sólo son pro- vocación de conflictos entre grupos rivales; son también pretextos para arrestos arbitrarios o ma- tanzas extrajudiciales por parte de escuadrones de limpieza social. En la primera fase de la respuesta represiva de Mano Dura, (Ley que fue plantada por el presi- dente de el Salvador) la identidad pandillera se intensificó profundizando los conflictos con pandillas Como marineros y sol- dados los pandilleros se tatuaban con frecuencia los nombres de sus ma- dres o novias y novios como signo de amor y de compromiso. Los tatua- jes eran también un tri- buto a la vista del público de sus amigos y familiares asesinados en las guerras civiles de Centroaméri- ca o en las guerras entre pandillas, que le siguieron. Los tatuajes de Víctor Díaz tienen el aura de una traumática narrativa desangrando las angus- enemigas y provocando un incremento en la vi- sibilidad y en violencia de las imágenes de los tatuajes. Esta es la fase que produjo tatuajes de cuerpo completo, bra- zos, en la cabeza y rostro vistos en los medios más sensacionalistas. En los tiempos de máxima represión, bajo las políticas de Súper Mano Dura la respuesta de las pandillas centroame- ricanas a la eliminación de tatuajes se convirtió tiosas memorias en la superficie de su piel. En los Estados Unidos, don- de los tatuajes son una forma de arte corporal socialmente aceptada, los tatuajes de pandillas aún pueden ser una barrera de empleo. Laeliminacióndetatuajes es una de las maneras de transición hacia otras for- mas de identidad de los pandilleros americanos. En la culturalmente con- servadora Centroamérica todos los tatuajes son es- tigmatizados y crimina- en un reflejo de la visión intolerable que tiene la sociedad sobre los tatuajes. La eliminación de tatuajes sin permiso es considerada como un acto de falta de respeto y de traición, un signo de que el ex-pandillero pudo haberse convertido en informante. Puede traer consigo una sentencia de muerte por parte de uno de sus antiguos amigos. Las pandillas depen- den de rituales y de juntas para imponer códigos. Recientemente las pandillas en Centroamérica han desalentado los tatuajes y castigado a los amigos que desprecian estas nuevas normas. Los ta- tuajes son ahora vistos como un impedimento a la flexibilidad que necesi- tan para moverse sin ser detectados en el narco- menudeo las pandillas siempre han tenido otros rituales de identidad. Tatuajes Característicos: RetratoenHonoraCaídos. Tributoaun(Brother). 70 71
  • 37. Mientras que las identi- dadespandillerascontinúan evolucionando, las pan- dillas establecen nuevas formas de consolidar y expresar su identidad. Pero los tatuajes no son el único medio de comunicación utilizado por las bandas, que de- penden de ellos para coordinar sus crímenes, palabrasy señales, trans- mitidos por lenguaje de señas o mediante graffitis, son cuidadosamente se- leccionadas, ya que un mensaje malinterpretado puede costar la vida de alguien en la pandilla. En el caso de las maras y pandillas, ciertamente los signos externos han jugado un papel relevante. Los mareros los men- cionan frecuentemente como aspectos diferen- ciadores entre maras (39% en Guatemala, 37% en El Salvador, 48% en Honduras); como signos de reconocimiento de los miembros de su gru- po (60% en Guatemala, 61% en El Salvador, 79% en Honduras); y como reconocimiento de los miembros de otros gru- pos (63%, en Guatema- la, 73% en El Salvador, 81,5% en Honduras). Posiblemente, estos signos externos también constituyen elementos de resistencia a la des- calificación. El sentido de resistenciaseexpresa a tra- vés de la diferenciación, que en lugar de estar oculta se hace presente y plantea una pertenen- cia asumida ante otros grupos y ante la comu- nidad que los rodea. De esta manera, el estilo o uniforme funciona como identificador del grupo y por lo tanto, se lleva en todo momento y en cual- quier lugar, mostrando su pertenencia en su vida cotidiana a los demás. RecuerdodequeSonMortales. CadaHilosonProblemasyDificultades. AlegresyMacabros. EstuvoalBordedeLaMuerte. 72 73
  • 38.
  • 39.
  • 40. El tatuaje tiene funcio- nes de identificación y de estatus dentro del grupo. Aunque existen relatos contradictorios, parece que, al menos en las pandillas estudiadas, no existe total libertad para dibujarse tatuajes. Por el contrario, el tatuaje des- empeña diferentes funcio- nes, entre ellas, distingue el cargo o mando del pan- dillero, y depende de la tarea que haya realizado. Los líderes superiores, mira no son iguales porque recuerda que cada tatua- je significa algo sí, el 18 significa lo mismo, pero acuérdate que tenemos que hacerlo diferente porque no todas las pandi- llas tenemos el mismo respeto de las clicas. Sugieren que los tatua- jes deben ser ganados a través de actos que se realizan en beneficio de las pandillas, en este sentido, los tatuajes pueden reinserción, un magistra- do del poder judicial y un sacerdote responden: Yo no le puedo decir porcentajes, pero sí hay estigmatización por parte de la sociedad hacia los jóvenes mareros o a los jóvenes tatuados. Sí hay y hay como miedo, y la gente tiene razón de te- ner miedo porque miran a un joven tatuado y ya piensan que es un delin- cuente, y a lo mejor no es. En la actualidad existe una tendencia en aban- donar los símbolos de identidad (En particular los tatuajes); para no ser identificados tan fácil- mente por las autorida- des en los vecindarios. El tatuajes es induda- blemente es uno de los estilos de las pandillas más visible, que provoca polémica por los este- reotipos y la persecución que han generado. considerarse biografías de la vida de los mareros y pandilleros, como ci- catrices o marcas de los eventos realizados en los cuales se expuso la vida del individuo en nombre del colectivo. Como letras en un papel para ser visto, no pueden pasar inad- vertidos por el grupo. Es un mérito individual, otorgado colectivamente por el esfuerzo y el riesgo individual realizado.Por eso, el rango se asigna según la cantidad y el significado de los tatuajes, reconoce el mérito ante el riesgo y la valentía asumidos, siendo sinó- nimo de triunfo. No es casual entonces que se nos diga que requiera de aprobación para copiar un tatuaje por parte de la persona que porta el original en la pandilla. Algunos tatuajes seña- lan la pertenencia al gru- po con letras y números que identifican a la mara o pandilla. La Mara Sal- vatrucha por ejemplo, utiliza como uno de sus símbolos el número 13 o las letras MS, dibujadas de distintas maneras. En ambos casos se presentan combinaciones extrañas de números arábicos, romanos, e in- cluso nomenclatura de lenguas losmarerosypan- dilleros entrevistados seña- lan que en la actualidad existe una tendencia a abandonar los símbolos de identidad. El tatuaje es induda- blemente uno de los ele- mentos del estilo de las pandillas más visibles y que provoca más polémi- ca por los estereotipos y la persecución que han generado, ante la pre- gunta. En qué grado se presenta la estigmatiza- ción del marero y pan- dillero en nuestro país y cómo ello incide en su 78
  • 41. Desde el punto de vista cultural las pandillas y maras se crean su propio mundo, que se diferencia y separa explícitamente de la sociedad “normal”. Crean un lenguaje propio que sólo entienden entre ellos. En él se mezclan frecuentemente palabras del español y del inglés, aunque también se recurre a versiones arcaicas del español el (malespín) o a modismos utilizados en otros países de América Latina, sobre todo en Méxi- co, Colombia y Venezuela. Secreantambiénnuevas palabras llenas de gracia e ironía. Además, usan graffitis y placazos, a me- nudo sólo comprendidos por los pandilleros, y con frecuencia usados para marcar el propio territorio El Salvador, Guatema- la, Honduras y México recibieron a más del 90% de estos deportados, muchos de ellos miem- bros de la Mara 18 y la Salvatrucha, jóvenes que habían llegado a Estados Unidos cuando niños. Después de ser de- portados y de llegar a sus países de origen que apenas conocían no resulta asombroso que trataran de reproducir las estructuras y los patro- nes de comportamiento o transmitir determinados mensajes en clave, el lenguaje simbólico de los tatuajes y esas pinturas en las paredes, así como un determinado estilo en los gestos del lenguaje corporal, determinan una especial comunicación entre los mismos inte- grantes de la Mara. Las preferencias mu- sicales abarcan un espectro amplio, desde la Romántica y Melancólica, hasta el Rock Inglés. Sobre todo, abunda el Rap Hip Hop (Break Dance), el Heavy Metal y el Punk. Cantantes, desde El Puma hasta Santana y Rod Stewart, desde Tina Turner hasta Tatiana, y grupos como Timbiriche, están entre sus favoritos. A algunos mareros les gusta la marimba, de tradición indígena al con- que les habían proporcio- nado seguridad e identi- dad en Estados Unidos en sus nuevas comuni- dades, los deportados comenzaron rápidamen- te a establecer “clicas” o capítulos locales de sus maras. Éstas empezaron a atraer a la juventud local y las nuevas maras su- plantaron rápidamente a las pandillas locales. Al contrario de lo que se proyecta en los medios de comunicación, aunque cada clica se afilia explí- citamente con una de las dos maras, y aunque las clicas de diferentes barrios trario que en México, en Centroamérica es raro que las pandillas formen grupos musicales, creen letras de canciones o ha- yan elaborado un estilo musical propio. Sin embargo, están muy receptivos a esas posibilidades como lo muestra la iniciativa de la cantante de rock Lorena Cuerno en El Salvador. Culturalmente las maras crean sus propias cos- tumbres, que se diferencia y separa de la sociedad “normal”. Crean un len- guaje propio que sólo entienden entre ellos. En él se mezclan pa- labras de diferentes idio- mas, en México, algunas de las pandillas forman grupos musicales, cosa que en Centroamérica es raro que estos patro- nes suelan suceder. afiliadas con la misma mara pueden juntarse para pelearse con cli- cas afiliadas con la otra mara, ninguna de las dos maras son verdaderas estructuras federales y mucho menos transna- cionales. Tampoco la 18 o la Mara Salvatrucha se componen de una sola cadena jerárquica. Sus naturalezas fede- rativas deben interpretar- se más como elementos simbólicos de un origen histórico particular que como expresión de una verdadera unidad, sea de dirección o de acción. Cultura: Las Clicas: Llevado a Dpt. De Imigración. 80 81
  • 42. Desde mediados de los años 90 las pandillas juveniles son un tema de investigación social en Centroamérica. Conocer las señas de identidad de estos grupos y de quienes los integran que no calzan nunca en una visión blanco negro, cuestiona prejuicios sociales y podría promo- ver alternativas. Desde los años 60 un tipo muy específico de grupos juveniles se extien- de como sombra en los barrios marginales de las grandes ciudades de América Latina. Sus nom- bres “Los Saca ojos”, “Los Come muertos”, “Vatos Locos” hacen un hincapié irónico en sus características. Según el país o la región, los gru- pos se denominan pan- dillas, bandas, galladas, clikas, parches, maras, conduce a nada, por ser son muy generales y no te- ner en cuenta las carac- terísticas reales de estas agrupaciones los jóvenes no deben ser entendidos como “recipientes vacíos que son rellenados por adultos a los cuales sola- mente imitan”, sino como sujetos con ideas propias, una estrategia vital pro- pia y capaz de crear sus propias culturas. En el caso de las pan- dillas, se trata de un fenó- meno social múltiple, que abarca desde pequeños grupos de “esquineros” hasta sutilmente estruc- turadas y grandes orga- nizaciones que llegan a tener carácter internacio- nal, con peculiaridades en cada grupo. Hay diferencias entre las pandillas de cada país y también las pan- dillas nacionales se van transformando con el paso del tiempo. barras y a sí mismos se llaman pandilleros, chavos, bandas, cholos, mareros, chapulines y maliantes. Los jóvenes toman estos nombres de la prensa o de la policía, dándoles su propia inter- pretación y valor. En Cen- troamérica se habla de pandillas en Nicaragua, y de maras en El Salvador, Guatemala y Honduras. Muchas otras denomi- naciones que se les apli- can sugieren que se trata de agrupamientos de jó- venes cuyo sentido de la vida está centrado en la violencia, el robo, vacuna y las drogas. La imagen que la ma- yoría de la opinión públi- ca tiene de estos jóvenes está fuertemente marcada por los medios de comu- nicación masiva, que de manera casi unánime los presentan como la peor expresión de la delin- cuencia y de la decaden- cia social, gente a la que hay que tratar con mano dura. Hablar de maras o pandillas favorece es- tereotipar a los jóvenes, no sólo porque los tér- minos tienen ya un con- tenido negativo, también porque así se segrega a una parte de los jóvenes de otra parte, la que su- puestamente es comple- tamente diferente. Sana y no violenta esta visión blanco negro tiene muy poco que ver con la vida real de la totalidad de la juventud actual. Y so- bre todo, no comprende los motivos que impulsan a la percepción de sí mis- mos y la manera en que se organizan los jóvenes de pandillas y maras. El intento de denomi- naciones “neutrales” gru- pos espontáneos, grupos informales, agrupaciones juveniles para escapar a los estereotipos, tampoco Señas de Identidad: SeñadelaPandilla. 83
  • 43. Tráfico de Drogas. Tráfico de Personas. Tráfico de Niños. Delincuencia. Fuentes de Ingreso. Movilizaciones Transnacionales. Protagonistas de Centroamérica. Fenómeno Urbano. La Vacuna. Edades Variables Dentro de la Mara. Inmigración. Raíces Sociales. La MS13 en Centroamérica. Tendencia a Crecer. Delatores de la Mara. Capítulo 4
  • 44. en EE.UU. actualmente sobre pasa 19.9 millo- nes, continua creciendo a pesar de los 2.5 trillones dedólares que le han cos- tado a los contribuyen- tes estadounidenses a lo largo de 40 años. Los costos no son sólo en el equipamiento militar, la ejecución y los programas de interdicción en el extranjero, sino también en el detrimento de un sistema carcelario que llena rápidamente las cárceles de EE.UU. Estados Unidos pro- mulgó su primera ley anti drogas la Ordenanza Opio Den de San Fran- cisco en 1875 y adoptó una postura anti drogas hacia México a principios del siglo XX. Pero no fue hasta la década de 1970 cuando el presidente de EE.UU. Richard Nixon estableció la Agencia de Control de Drogas en la que la “Guerra contra las Drogas” se convirtió en la metáfora dominante de la política de prohibición de drogas de EE.UU. Continúa siendo una política seguida por una variedad de niveles in- consistentes de transpa- rencia y consistencia. Do- cumentos en los Archivos de Seguridad Nacional incluyendo reportes del FBI y de la DEA revelan que existió colaboración con casi medio millón de delincuentes no violentos de drogas condenados bajo las leyes de sentencia obligatoria de drogas. Los que se oponen a la política sostienen que la guerra contra las dro- gas se ha convertido en una guerra en la salud pública, en las familias y los EE.UU. sobre los de- rechos constitucionales. De la década de 1980 cuando EE.UU sus pri- mero intentó detener las y protección guberna- mental por parte de Estados Unidos con traficantes para avanzar la guerra de las Contra en Nicaragua. Un subcomité especial del senado en Terrorismo, Narcóticos y Operaciones Internacionales encabe- zado por el senador John Kerry, emitió el reporte Drogas, Observancia de la Ley y Política Interna- cional en 1989. Fue el primero en documentar el conocimiento y toleran- cia de EE.UU. hacia el contrabando de drogas, bajo el pretexto de la Seguridad Nacional. Estados Unidos giró la vista hacia otro lado cuando las contras nica- ragüenses se involucra- ron en el tráfico ilegal de armas y drogas a Estados Unidos. Críticos de la política anti droga esta- dounidense argumentan que el número de consu- midores de drogas ilícitas drogas provenientes de Colombia y Brasil ha- cia consumidores nor- teamericanos, el comer- cio solo se ha vuelto más violento y mortífero. EE.UU. caracteriza a países como México y Colombia como fuentes de armas y de drogas. Para México, mucha de la violencia no proviene de compartir una frontera con un país, que no sólo es el mayor consumidor mundial de drogas ilega- les, sino también el mayor Tráfico de Drogas: Encautados Paquetes de Cocaína en Operativos. 86 87
  • 45. el mundo desarrollado hay niños cuyas familias están siendo destruidas por la guerra. Ya sea que estén separados de un padre que es un pri- sionero de la guerra de drogas, o hayan perdido a un progenitor con VIH o con sobredosis de drogas, si ellos mismos hayan sido encarcelados por posesión de drogas, el sufrimiento emocional y social de los niños que sufren aumentan el sufri- miento material. Los críticos del enfoque militarizado sostienen que un cambio de pa- radigma centrado en la salud pública y en la re- ducción de daño podría detener el efecto dominó que son la ruptura del te- jido social en comunidades. Argumentanquelainclusión de la perspectiva de los niños y jóvenes que viven con las consecuencias de estas políticas propor- ciona otra forma de ver los fracasos de la “guerra contra las drogas” debe recordarse además, que la frontera sur es una de las zonas donde se ha expandido el accionar de los cárteles de la droga mexicanos y guatemalte- cos, fuertemente asociados a las Maras Salvatrucha. Estos dominan las principales ciudades; re- gulan el paso de drogas tanto por menudeo como en grandes cantidades, el tráfico de personas y tienen el control de la prostitución, incluida la proveedor mundial de armas ilegales y en to- das partes son los niños y los jóvenes quienes su- fren desproporcionada- mente las consecuencias de esta “guerra.” En los países exportadores, ni- ños de comunidades ru- rales paupérrimas llegan a trabajar en la recolec- ción y en el procesamien- to de tales drogas. Pueden ser desplaza- dos debido a las políticas de erradicación de los cultivos o las guerras por el control de las rutas co- merciales que provocan el desplazamiento humano. Algunos son atraídos hacia el comercio mediante la promesa de otros benefi- cios económicos, pueden ser maltratados o forzados en el comercio por parte de criminales organizados. Y a lo largo de las rutas comerciales que se ex- tienden en los vastos mercados de drogas en infantil se reportan en- frentamientos entre sica- rios y maras rivales en los distintos municipios mexi- canos en los que opera la mafia de la droga. Por su parte, los procesos mi- gratorios contribuyen al incremento de un circuito complicado en el cual se encuentran involucrados, entre otros, niños y mujeres. Éstas últimas suelen ser utilizadas como señuelos o como “mulas” para el tráfico de drogas y re- presentan un porcentaje importante deloshomicidios TresIntegrantesdelaMS13Detenidos. GolpedondeSeDesmantelounGrupodelaMS13. 89
  • 46. cometidos por las Maras Salvatrucha las dimensio- nes adquiridas por esta violación de los derechos de la mujer pueden ser insospechadas dada la dificultad para obtener información precisa. Las estrategias del nar- cotráfico son complejas e involucran la creación de alianzas con las maras para enfrentar a los ex- Zetas ( fuerzas antidroga de élite entrenada por los Estados Unidos que cambió de lado y ahora actúa como las fuerzas armadas de Oziel Cárde- nas y el Cartel del Golfo). Esta alianza desató una guerra narcótica despia- dada para proteger la ruta que lleva la droga de Sudamérica a los Estados Unidos. Gracias a las ha- bilidades paramilitares de los ex-Zetas, el nar- cotraficante Cárdenas ha logrado confrontar direc- tamente al Estado Mexi- cano, como cuando sus hombres mataron a seis empleados de la prisión en Matamoros a princi- pios de 2005 en retaliación por una operación del gobierno federal contra los capos presos del cartel. En cuanto a las activi- dades relacionadas con el tráfico de personas, Héctor Camilo Sánchez Beltrán (Investigador del Departamento de Clíni- cas de Salud Mental del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Gua- dalajara, México) Sostiene “que la Mara Salvatrucha ha trabaja- do en el desarrollo de un plan de infiltración a través del cual ha instala- do centros de operación en el Pacífico mexicano con el objeto de facilitar el tránsito de centroame- ricanos a Estados Uni- dos.” Ello significa que además de una ruta para Ex-Zetas ( Fuerza Antidroga de Élite Entrenada por los Estados Unidos). 91
  • 47. Siguiendo algunas fuentes de información es posible trazar un pa- norama sintético de la si- tuación de América Cen- tral y México respecto del problema de las maras y el tráfico de personas. En México las opera- ciones tanto del narcotrá- fico como de las maras adquieren en la zona sur (fronteriza con Guatemala) como en la zona norte (Fronteriza con los Estados Unidos) donde operan con mucha tranquilidad. Todo parece indicar que hace varios años que el control del tráfico de seres humanos por parte de las maras se está mo- viendo a la zona Altos de Chiapas. Los varones se encargan de los adultos y las mujeres están a car- go del tráfico de niños y y lucrativas como lo es el tráfico de personas en el caso de las drogas, Mé- xico representa el centro de tránsito y distribución de la mayoría de las drogas que entran en los Estados Unidos, incluido el 60% de la cocaína. Incluso se aprovechan los medios de transporte como camiones, lanchas rápidas y aún aviones para “cargar” niños, mu- jeres y adultos emigrantes ilegales. (BBC Mundo ci- tado por Echaren, 2006) Un ejemplo reciente del agravamiento delproblema se ilustra en las acciones que miembros de la MS 13 y la Mara 18. Desarrollaron para traficar personas dentro de México e instalar sus activi- dades en distintas zonas del país, aprovechando la destrucción y el caos causado por el Huracán Stan en octubre de 2005 en el sur de México y norte niñas, en este caso ellas informan a los niños sobre qué deben decir si son detenidos por las autori- dades mexicanas, los alimentan y se encargan de darles “cariño”. Parecería que el flujo de inmigrantes indocu- mentados que intenta llegar a los Estados Unidos es y seguirá siendo un fenó- meno incontenible que se repite a diario en este torrente migratorio, las maras han encontrado una fuente de ingresos, un nuevo territorio a con- trolar (especialmente a de Guatemala, en este sentido, a comienzos del 2006, el Instituto Nacio- nal de Migración había detectado actividades de estas maras en 8 Estados pero un informe posterior del Centro de Investiga- ción y Seguridad Nacional de México (CISEN) indi- caba en julio que eran 24 los Estados afectados. Se estimaba que unos 5000 mareros de proce- dencia centroamericana (Salvadoreña) operaban en unos 200 grupos dis- persos por el país. Si bien no hay consenso sobre el número de inte- grantes de las maras en la región, se estima que existen entre 150000 y 300000 en América Cen- tral y México, mientras que en los Estados Uni- dos el número se situaría en los 15000, en tanto un gran número de ellos ha sido deportado a sus países de origen. través del Estado de Chiapas, por la zona de la costa en donde circula el ferrocarril), una forma de esconderse y huir de los delitos por los que son perseguidos y, además, una manera de retornar a los Estados Unidos de donde fueron deportados. Tráfico de niños Para- lelamente, esta modali- dad de actuación de las maras ha generado “imi- tadores”, esto es jóvenes principalmente mexicanos que cometen los mismos delitos asociados al trá- fico de personas. Tráfico de Personas: ProtestaEnContraDelSecuestro,Salvador. el narcotráfico, la Mara Salvatrucha 13 que opera en México traza una ruta para el tráfico de perso- nas e incluso, para el “li- bre” paso de las mismas. A la violencia que ema- na de los enfrentamientos entre ex-Zetas y maras, se añaden formas de vio- lencia características del terrorismo. Se sostiene que las maras van copando más territorios mediante el empleo de actos terro- ristas contra la población civil, en muchos casos con la impunidad que emana del fracaso de las medidas de control y de la inadecuada aplicación del sistema de adminis- tración de justicia. Parecería pues, que en el caso de México el fe- nómeno del narcotráfico se constituyó primero y fue el basamento de las otras actividades delictivas 92 93
  • 48.
  • 49. Los niños han sido utilizados en campañas militares a través de la historia y a través de cul- turas, aún cuando la po- lítica oficial y costumbres culturales condenan su reclutamiento. La Coalición para Aca- bar con la Utilización de Niños y Niñas Soldado describe un “niño soldado” como cualquier persona menor de 18 años que sea miembro de o que tenga relaciones con las fuerzas armadas del go- bierno o cualquier otra fuerza armada regular o irregular o grupo político armado, exista o no un conflicto armado. Además, la Coalición considera los roles de combatiente y no com- batiente en su definición. Niños descritos como ni- disponible, sin embargo, es bien sabido que exis- ten decenas de miles de niños soldados alrededor del mundo a cualquier hora y lugar en este momento. Elreclutarniñossoldados puede ser un preludio a participar en otras formas de violencia armada. Entre la primera gene- ración de pandilleros de la Mara Salvatrucha y de la pandilla Calle 18 (quie- nes eran salvadoreños o guatemaltecos) encon- tré fuertes evidencias de participación en las gue- rras civiles de dichos paí- ses en roles que encajan con la definición de niños puestos hacer soldados. Al entrevistar ex niños que fueron soldado, en mi trabajo en Colombia, me di cuenta de que existían niños que habían cruzado la línea de ser ni- ños soldados a violentos pandilleros o viceversa. ños soldados participan en una serie de tareas: Colocar minas y ex- plosivos; espiar, actuar como señuelos, mensa- jeros o guardias; entre- nar en formación militar. U otras preparaciones; logística y funciones de apoyo, porteros, cocine- ros o labores domesticas. Los niños soldados también están sujetos a la esclavi- tud sexual u otras formas de abuso sexual. Desde la década de los 70 se han realizado una serie de convenciones in- ternacionales para intentar limitar la participación de los niños en los conflictos armados aunque ha ha- bido progreso, el uso de niños soldados continúa siendo generalizado. A partir de 2007 había niños involucrados en grupos armados guber- namentales o no guber- namentales en 19 países o territorios alrededor del mundo, y 9 ejércitos gubernamentales aún re- clutan niños soldados de forma activa y al menos 14 gobiernos reclutaron niños en fuerzas auxilia- res el número exacto de niños soldado no está Tráfico de Niños: NoTienenConcienciaconLosNiños. JóvenesPandillerosReclutando.
  • 50. queda con una parte del alijo para sacarle beneficios vendiéndolo, creándose así mercados locales que antes no existían. El papel que las maras y pandillas han empeza- do a desempeñar en este proceso es principalmen- te el de fuerzas locales que brindan seguridad a estos pequeños cárteles o el de pequeños vende- dores informales en las calles controladas. Abundan las informaciones sensacionalistas que ligan las pandillas y las maras centroamericanas con el trá- fico migratorio, el secuestro, el narcotráfico y el crimen organizado internacional. Sin embargo, en base a los varios estudios cualitativos que existen, queda claro que la gran mayoría de pandillas y maras se vinculan principalmente a pequeños hurtos y asaltos, delin- cuencia que realizan la mayoría del tiempo de manera individual en los barrios. Sin embargo, se ha notado que en El Salvador, Guatemala y Honduras las maras están ahora implica- das colectivamente en chantajear autobuses y taxis que pasan a través de los territorios que controlan para que les paguen “impuestos”. También extorsionan a negocios locales para que les entreguen dinero como “impuesto de protección”. Durante la última década, las pandillas y las ma- ras se han ido implicando más y más en el tráfico de drogas. Nada sorprendente considerando que el con- sumo de drogas está íntimamente asociado al hecho de ser miembro de una pandilla o de una mara y que Centroamérica se ha convertido en puente clave del tráfico de drogas, pasando por la región más del 80% de la cocaína que circula entre los países productores andinos y los países consumidores del Norte. En Centroamérica el tráfico de drogas está descen- tralizado, con la gran mayoría de los envíos circulando entre pequeños cárteles locales, donde cada uno se Ciertamente, ni pandi- llas ni maras están im- plicadas en el tráfico de drogas a gran escala, ni tampoco en su venta al por mayor. Aunque ciertos estudios en El Salvador, Hondu- ras, y Nicaragua han des- tacado que los líderes de estos pequeños cárteles locales son a menudo antiguos miembros de la pandilla o mara local que ya se han “graduado”, en general, las maras pare- cen estar más involucra- das en el comercio de las drogas que las pandillas, quizás porque tienen un más claro monopolio de la violencia a nivel local. Existen también evi- dencias que sugieren que la implicación de pandillas y maras en el tráfico de drogas conduce al desarrollo de patrones de conducta más violen- tos y descontrolados. Delincuencia: Traficante (Graduado) Cuidando La Mercancía. 98 99
  • 51.
  • 52. liberarse de la pertenen- cia a pandillas. La prin- cipal fuente de ingresos para las bandas es la extorsión y secuestro. Las tiendas, salones de belleza, conductores de autobuses y todos los otros negocios ubicados en la zona dominada por una banda que tenga que pagar la extorsión de pagos, por lo general 2-5 dólares por día, además, En la actualidad, hay alrededorde25.000miem- bros activos de pandillas en El Salvador con otros 9.000 en la cárcel. Maras se sub divide en pandillas (juegos) a nivel regional y “cliquas ‘(pan- dillas), las unidades que operan en un barrio o una calle. Una pandilla organi- zación se basa en un es- tricto conjunto de reglas y rituales crueles los las Maras organizar la distribución a nivel de ca- lle de las drogas, que es- tán vinculados a la trata de personas, secues- tros, asesinatos y tráfico de drogas para los cárteles mexicanos de la droga en los últimos años. Gobiernos salvadore- ños han respondido siem- pre a los crímenes de las Maras y la violencia con una resistente a la banda pandilleros (llamados “pandilleros” o “mareros”) tienen que obedecer la palabra de un líder de la banda “palabrero”. La desobediencia pue- de dar lugar a castigos corporales o incluso la muerte, por un delito grave. Los miembros de pandillas han sido cono- cidos por los símbolos del tatuaje relacionados con pandillas en gran parte de su cuerpo, de la cabeza a los pies. Los tatuajes (logos de pan- dillas, especialmente los números) no sólo sirven como identificación de pandillas, pero pueden revelar la información oculta de la vida de un hombre tatuado. Lágrimas en los ojos puede representar un número de los enemigos muertos, por ejemplo, se dice que una vez que un miembro de la pandilla tiene tatuajes nunca podrá antipolítica y miles de pandilleros encarcelados tengo. Sin embargo, no ha impedido que las pandillas procedan. La corrupción en los más altos niveles de go- bierno ha permitido que muchos líderes de pandi- llas para dirigir sus activi- dades criminales desde el interior de las prisiones super pobladas. Fuentes de Ingreso: Distribuidor. Consumidor. TraficanteGringoTrabajandoparalaMaraCapturado. 102 103
  • 53. en el proyecto del capi- talismo de consumo, torna cada vez más ácido y corrosivo el actuar de las pandillas transnacio- nales, desactivando las posibilidades de que los lazos sociales ahí cons- truidos sean constituyentes de factor de cambio so- cial, en términos, no de emancipación, sino de contención de los efectos devastadores de las rela- ciones de poder actuales. Como sucede en el triangulo norte de Cen- troamérica, donde las leyes represivas llenaron cárceles con pandilleros, lo que posibilitó una es- tructuración de las pan- dillas que los capacitó para organizarse y tomar decisiones como grupo. Una restratificación forzada por la mano dura. A partir de esto, la pandilla logró establecer una relación económica criminal con su entorno La marginación y exclu- sión en el capitalismo de consumo se expanden y los sujetos inmersos en la dinámica del margen están igualmente expuestos a la tecnología del sinóptico, es decir, se les seduce con las mismas imágenes y al hacerlo se le retira con mayor vehemencia. La aparición de pan- dillas transnacionales, si bien no se explica ex- clusivamente por la im- posibilidad de habilitar a todos como consumidores competentes (sobre todo pensando en la pandillas centroamericanas, donde las guerras civiles y los autoritarismos expulsa- ron grandes contingen- tes) sí halla en el equi- pamiento del sistema de sociedad inundado por el mercado uno de los prin- cipales detonantes. inmediato, pero no ne- cesariamente una red in- ternacional de crimenes organizados. Lo “transnacional” de las pandillas está en el “plano de lo simbólico, es decir, a la reproducción de la cultura pandilleril de las maras de origen californiano, cultura que se pone de manifiesto en el uso de ciertos tatuajes, vestimenta, grafitis, sim- bología escrita, lenguaje corporal, entre otros” y no en una red de comu- nicaciones y mandos que tenga como central Los Ángeles, California o alguna otra ciudad en Estados Unidos. Incluso, debido a las políticas de mano dura estos elementos simbó- licos que designan per- tenencia a la pandilla (al barrio extendido más allá de lo geográfico) se han ido atemperando, introdu- ciendo a los pandilleros Principalmente la crea- ción de yermos de so- lidaridad social (lo que he llamado burbujas de aislamiento social, para pensar en el hipergueto descrito por Wacquant, pero sin el elemento ét- nico especifico) ante la derrota del trabajo frente al capital. El contacto que el Estado tiene con estos lugares marginales es mediante la policía, guar- dias del estado y la cárcel. La acción puramente penal está fuertemente ligada a la producción de fenómenos violentos como pandillas transna- cionales. Las migraciones coaccionadas por el sis- tema económico fabrican esferas de aislamiento social (hipergueto) y con la criminalización, con la des ciudadanización (disminución gradual o, de plano, eliminación de derechos políticos ciu- dadanos) como principal herramienta institucional en una clandestinidad que se suma a la mar- ginación y la exclusión, obligándolos a implementar normas rígidas en el interior de la pandilla como me- canismo de supervivencia, pues, “las señas de iden- tidad y la estética típica del marero, caracterizada por tatuajes distintivos en el rostro y en el cuerpo o el uso de una vestimenta específica, se vuelven sumamente costosas y arriesgadas frente a po- líticas de combate que justamente tienden a cri- minalizar todo aquel rasgo que vincule a los jóvenes con las pandillas”. Retomemos los argu- mentos de Sullivan (2008) sobre la formación de las pandillas transnacionales: La atracción de la vida pandillera es un aspecto de los barrios más po- bres y la falta de oportu- nidades en la economía globalizada. Movilizaciónes transnacionales: 104 105
  • 54. Es además exagerada por el poder global de los medios de comunicaciones e informáticos. Pandillas callejeras crean sistemas de redes sociales. Tales redes dependen del crimen para financiar lo que es esencialmente una forma de vida que permite a los jóvenes sobrevivir en un mundo donde existen oportunidades limitadas, una carencia de presencia paternal y maternal y poca esperan za de una vida mejor. Se puede encontrar esta necesidad a través de las regiones y países donde las pandillas tales como la maras y sus “colegas” florecen. Un resultado de esta unificación social criminal en redes en la expan- sión de normas criminales y en forma creciente, de la impunidad y la barbarizarían del conflicto criminal. La observación es clara para recuperar la metáfo- ra, los intersticios de los lugares sociales, cada vez menos lugares y más espacios, se ensanchan y se movilizan con los desarrapados. El problema no visto o no abordado es que producen esos no luga- res, esas burbujas de aislamiento siempre en expansión y siempre en explosión, pues por más que se aíslen del resto de la “sociedad” son engranes de la máquina social. Tienen usos políticos, usos económicos y se convierten en puntales de estrategias de poder. Las pandillas trans- nacionales, de tercera generación o maras son chirridos ominosos de la máquina social capitalista funcionando, el Subpro- ducto de dichos funcio- namiento policíales. PandillerodeLaMaraEstablecidosenlosEE.UU. 106
  • 55. En ellas se observa desnuda la vocación desterritorializante del capitalismo: Jóvenes y familias des- territorializado, en los barrios es el caso de El Salvador es la guerra civil, pero no únicamente es coacción bélica. Está el viaje a Los Án- geles impelido por el temor a la conscripción forza- da, pero la Pandilla 18 ya estaba ahí, formada por jóvenes expulsados o hi- jos de expulsados por la economía. Desterritoria- lizado para buscar rete- rritorializaciones propias. Lo consiguen con las pandillas que a su vez son reterritorializadas por los aparatos policiales y deportados, desterritoria- lizados nuevamente. En ese exceso, la pandilla MS 13 rasga la membra- na en explosión demo- gráfica y geográfica. uso político para crear el imaginario de ente milita- rizado, como si se tratara de una fuerza insurgente, cuando en realidad están al margen y son incluidos sólo a partir de la crimi- nalización (que no de la ley y el derecho, sino de leyes forjadas a partir de una lectura del derecho). Este aislamiento es también observable en la definición del “resto de la sociedad” como civil: todoaquelnopandillero se define como civil, como en su explosividad, los Es claro que la violencia desatada por las pandi- llas transnacionales no se vértebra por el delito, lo cual no significa que no lo cometan. La violencia pandillera se articula fe- rozmente por la guerra entre ellas, la Mara Salva- trucha 13 y la Pandilla 18 son enemigos mortales. En una especie de ar- cano se ha perdido el ori- gen del odio, pero este si- gue fresco como sangre de herida recién abierta. “Huelga decir que la de- portación no fue su único origen, en su conforma- ción contribuyeron tanto los recién deportados como la experiencia pan- dillera propia existente de años atrás. Más la importación de los modos aprendidos en el norte, incubados en la tragedia que enfrenta el inmigrante que llega al mundo desarrollado en condiciones más que filamentos no consiguen conectar con otras pan- dillas y los otros temen y reaccionan, organizando violencia de control. La Oficina de Wash- ington para América Latina (WOLA), en su in- forme especial de 2006, abunda sobre la reacción frente al espanto a través de operaciones civiles (en el juego doble de la palabra, pues no son agentes del Estado) de limpieza social, es decir, ejecuciones extrajudicia- les para la violencia se precarias, sembró y pro- yectó la proverbial guerra entre la mara Salvatru- cha y el barrio 18”. En la desterritorialización los jóvenes pandilleros crean reterritorializaciones y re codificaciones que los aíslan, pero ya no en burbujas, sino en explo- siones corrosivas. La vio- lencia pandillera tienen un uso característico. Es utilizada para refor- zar las burbujas de aisla- miento y si las tácticas de los sometidos se hacen más filosas, dichos filos serán usados para disociar. El aislamiento es tam- bién reacción por parte de los marginados, refuerzan su situación marginada con la agrupación, como una estrategia de super- vivencia en y desde el margen. La pandilla no se considera parte de la sociedad. Varios pandi- lleros afirman que el uso de la palabra código tiene levanta en espiral, los contrapoderes que coa- gulan ahí se enfrentan buscando sobrevivir y el encontronazo es revirado por la máquina social y éticas desterritorializa- do con mayor violencia, con mayor espanto. La relación con “el resto de la sociedad” por parte de los pandilleros es de abandono, rechazo en el sentido que le da Agam- ben (2003), es decir, están alejados, dejados pero señalados por el bando legal. Pandillero de La Mara Establecidos en los EE.UU. 108 109
  • 56. tador ya no está codo a codo con otro especta- dor sino en el sofá frente al televisor, confort bur- gués, oasis mentiroso de tranquilidad y pacientes. Se enemista a los resis- tentes frontales con los resistentes corporales. El asesino negro sólo es negro, pero es más asesino que negro, el tra- ficante latino sólo es latino pero es más traficante que latino, y así hasta descubrir que las llamadas minorías étnicas tienden al crimen, pero es el cri- men lo que legalmente se castiga, aunque cor- poralmente se envíe un mensaje de exclusión, de monstruosidad. En esta monstruosidad está la pandilla como colectivo, como forma desviada de agregación de individuos que en la búsqueda de construir- se un entorno capaz de disminuir la hostilidad del Convertidos en obje- tivo fijo y receptáculo de terrores sociales, tinta para escribir los rasgos que formulan un “pánico moral”. Ellos lo saben así, pero no por la pan- dilla o no por estar en la pandilla, sino por su “condición” social exclui- da (migrantes ilegales, deportados criminales, pobres guetificados y desorganizados). El Estado, la sociedad son el gran Otro, dema- siado lejano, para coa- gularse crean ese otro in- mediato, la otra pandilla, el enemigo mortal que los rostrifica, ya sea en el ta- tuaje, con el barrio man- chando el cuerpo cual arista filosa que conecta y hace comunidad o con el lenguaje o la vestimenta. Hay una exclusión de doble cuño: por un lado, la exclusión social pro- ducto del modo de pro- ducción del capitalismo exterior, no sólo constituyen una fuerza de consumidores fallidos que acceden a los productos ilegalmente, sino que abandonan, mediante la libre elección, el camino de la individualidad: una banda de vagabundos ham- brientos de alta peligrosidad. Y el sistema no tiene otra forma para “reinsertarlos” salvo la cárcel. Las pandillas reinan cuando los instrumentos del control social son débiles o no existen. Las empresas criminales tradicionales, incluyendo las pandillas, no buscaron desafiar al estado; de lo contrario explotaron la corrupción y la influencia política para avanzar aún más sus actividades. Esto parece haber cambiado a medida que una nueva serie de gánsteres transnacionales explotan las economías alternativas, la ausencia de estados efectivos y la corrupción endémica. Louis Shellyer observa que “los grupos criminales más recientes no tienen interés en un estado seguro”. Fomentan y explotan las quejas que existen a nivel local y mediante la globalización del conflicto maniobran para capturar lucro. Estas di- námicas tienen resultados particularmente impresio- nantes en las “ciudades globales” y centros subnacio- nales o fronterizos o en las zonas sin leyes. Tales zonas pueden ser halladas en los barrios, las favelas, los ghettos y los barrios empobrecidos en general de las ciudades globales; en los centros ru- rales o fronterizos así como en los pueblos urbanos (desacatas) en donde el desarrollo ha borrado la dis- tinción entre lo urbano y lo rural, el centro y la periferia. de consumo. Exclusión normal según las ideolo- gías liberales, reforzadas por un saber poder pres- tigiado por explicaciones consecuentes al mercado: Libertad de elegir. En el democrático ejer- cicio de la libertad de elección, los pandilleros eligen sobre excluirse, colocarse fuera de la so- ciedad, de manera des- viada y asesina. Entonces el aparato de sobre in- clusión asume su elección como anuencia para eje- cutar estrategias de eli- minación criminalización como frente primordial de relación deshumani- zación al disminuir ciu- dadanía no da vida, pura vida, pura carne sin cua- lidades obtenidas. En apariencia, se in- dividualiza el castigo, se restringe el espectácu- lo, se generan nuevos espectáculos y el espec- 110 111
  • 57.
  • 58. Estadísticamente, la mayoría de los actos cri- minales que se cometen alrededor del mundo tiene como protagonis- tas a varones entre los 15 y los 24 años. Más de la mitad de la población de Centro- américa tiene menos de 24 años. Lógicamente, cuando una mayoría po- blacional pertenece a este constituyen una “nueva insurrección urbana” que tiene como objetivo “de- rrocar a los gobiernos de la región salvadoreña”. Anne Aguilera, encar- gada de asuntos antinar- cóticos para Centroamé- rica del Departamento de Estado de Estados Unidos afirmó en una entrevista publicada en “La Prensa Gráfica” de El Salvador el 8 de abril de 2005 que las pandillas son “el problema de seguri- dad más grande que hay en estos momentos para la región centroamerica- na es las pandillas”. Las pandillas juveniles son un fenómeno social muy común que puede encontrarse con frecuencia en casi todas las socie- dades del mundo, aunque mayoritariamente son grupos efímeros de jó- venes que se juntan en las esquinas de las ca- lles de sus barrios para grupo demográfico, mayor será la vulnerabilidad a la violencia de esa socie- dad. Son específicamen- te varones agrupados en pandillas los que han emergido como protago- nistas de la violencia en la Centroamérica de hoy. Aunque las pandillas han estado presentes en todas las sociedades centroamericanas desde hace mucho tiempo, han venido desarrollándose de formas sin precedente durante las últimas dos expresarse con los com- portamientos que son etiquetables como “anti- sociales” que forman la parte de su proceso de crecer y desarrollarse. Las pandillas centro- americanas las actua- les son claramente otra cosa. Son organizacio- nes colectivas mucho más definidas, que ex- hiben una continuidad institucional que es inde- pendiente de su mem- brecía. Tienen convenciones y reglas fijas, que pue- den incluir rituales de iniciación, una jerarquía, y códigos que pueden hacer de la pandilla una fuente primaria de identi- dad para sus miembros. Estos códigos también pueden exigir patrones de comportamiento par- ticulares: ropas caracte- rísticas, tatuajes, pintas o graffitis en la zona que décadas, esto las ha co- locado en la mira de los análisis y hoy son acusadas de toda una gama de delitos, desde hurtos y asaltos hasta violaciones sexuales y narcotráfico. Incluso, se ha intentado ligarlas a actividades de oposición armada y al terrorismo global. Un informe del Instituto de Estudios de Guerra del Ejército estadouni- dense publicado en 2005 sostiene que las pandi- llas MS de centroamerica Protagonistas de Centroamérica: Edades Variadas Entre 15 a 24 Años. 114 115