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VOLUMEN N°12 LIMA, DICIEMBRE
EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO
DIRECTOR: AGUSTÍN ZÚÑIGA
CHIQUIAN CULTURA
LOS ESPERA CON LOS BRAZOS ABIERTOS
Hemos finalizado el año 2012, Chiquián Cultura, es el nombre del blog personal que
construí hace unos 5 años, el propósito era y es compartir nuestras notas con todas
las personas que tienen a bien ingresar al blog y que en la práctica mayoritariamente
son chiquianos residentes en Lima, algunos en Chiquián y otros en el extranjero. He-
mos tratado de mantener una regularidad de cuatro artículos mensuales, porque estos
los escribo durante los fines de semana, sea en casa o en algún lugar donde el tiempo
me lo permita. Los blogs han sido una opción antes inexistente para aquellos que nos
gusta compartir ideas, conversar, de todo desde temas cotidianos a temas mas comple-
jos de la política, economía o ciencias. A falta de espacios de comunicación oral, que
antes lo hacíamos durante los encuentros deportivos de fines de semana, o en la
fiestas del Club Chiquián, y siendo fácil construir blogs, decidimos crear nuestro blog
CHIQUIAN CULTURA. Ciertamente es una alternativa de comunicación, pero no acce-
den a él personas mayores de 60 años, a pesar que muchos de los temas que allí se
escriben tienen que ver con ellos o con sus historias, por ello sería de mucho interés
conocer sus puntos de vista. Consecuentemente, se hace indispensable llegar a ellos
vía los medios clásicos, de boletines, revistas, o libros. Es así que nos vimos en la
obligación de pasar al formato de revista nuestros artículos que se publicaron en el
blog. Esa es la razón de la publicación de la revista CHIQUIÁN CULTURA, y lo he
iniciado publicando el último número del primer año, en los días posteriores tratare-
mos de ir sacando los números previos. Estamos seguros que viendo la publicación al
menos electrónica surgirán amigos que ayudarán a su impresión, si fuera así recién
cumpliríamos con el propósito de llegar a esa gran colectividad de chiquianos residen-
tes en la capital y el extranjero. La revista la he construido sin ayuda, o asesora-
miento de profesionales, por eso deben haber muchos errores, sin embargo, da para
mostrar que el objetivo es utilizar imágenes de calidad de forma que las revistas se
conviertan en textos de colección y no en coyunturales y pasajeras noticias. A fin de
consolidar la revista y publicarla de manera regular, nos gustaría que se integraran al
equipo amigos que gustan de las manifestaciones culturales, a fin de realizar entrevis-
tas, tomar fotos, escribir artículos y finalmente realizar el trabajo mas difícil de la
edición. Por ahora estoy usando el software que viene con el microsoft office, seguro
que algunos sonreirán y dirán que estos trabajos se hacen con tal o cual software
especializado. Seguro que sí, por eso necesitamos voluntarios que estamos seguros este
año 2013 lo lograremos.
Chiquián Cultura
DIRECTOR: AGUSTIN ZÚÑIGA GAMARRA
Av. Honorio Delgado 467.
Lima 31. Lima—Perú
CHIQUIAN CULTURA
Teléfono: 0511-4827211; 990079994
Correo: agustinrzuniga@gmail.com
Mas explicación menos aceptación
Mas conocimiento menos armamento
http://chiquianyerupaja.blogspot.com/
VOLUMEN N°12
La cordillera del Huayhuash y su símbolo Yerupa-
já representan inspiración a la cultura chiquiana
Hay una riqueza cultural chiquiana poco explota-
da en la industria cultural.
La última semana de cada
año, está directamente
relacionada con la NAVI-
DAD, esta fiesta no solo
está centrada en el hogar,
ahora se extiende hasta el
trabajo. Eso parece funda-
mental, pues sin hablar de
religión, los trabajadores se
dan un momento para
converger en amistad,
compañerismo y compartir
los objetivos instituciona-
les. Pero lo deslumbrante
de la navidad, está en el
comercio, calles y tiendas
son adornadas con los
colores rojo, dorado y blan-
co, todos los espacios,
utilizan la tecnología al
máximo, como son la redes
sociales, tarjetas electróni-
cas, robots, celulares sofis-
ticados. Cada persona
desea comprar algo para sí
o para sus familiares. La
cultura de la navidad ha
rebasado la religión católi-
ca, ahora los ateos también
lo comparten, porque sim-
plemente el amor y la infan-
cia están juntas y para eso
no se requiere ser creyen-
te. Agrada sobremanera
escuchar los villancicos en
las voces de grupos históri-
cos como los niños de Vie-
na, o los Toribianitos, o los
niños de Huaraz, todos
entonando canciones que
nos devuelven a nuestra
niñez. Caminar por las
grandes avenidas comer-
ciales de Lima, La Unión o
Larco es reconocer que la
navidad es fiesta. Pero
como la vida para ser real
la felicidad va unida a la
pena, igualmente la Navi-
dad, nos traen noticias
tristes, incendios, o cho-
ques, o huaycos, o niños
desamparados trabajando
a media noche, sin saber a
donde dormirán. Eso nos
lleva a que también la navi-
dad tiene que ser reflexión,
mesura, comprensión y
solidaridad. El mensaje
principal es que en la vida
no estamos solos, y que el
dolor y la alegría no nace ni
termina con nosotros, sino
se extiende a todos los que
nos rodean, y eso rebasa
nuestra familia, nuestro
país, incluye a la tierra, por
eso cuidémosla para que
las futuras navidades sean
mas placenteras.
VOLUMEN N°12
Editorial
LIMA, DICIEMBRE C H I Q U I A N C U L T U R A
EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO
La Navidad Renovación de
Niñez y Amor
3
Murphy Siempre Presente aún
Cuando no lo Invites
5
La Navidad una Semana Espe-
cial
6
El Niñito Perdido en la Noche
Buena
10
Por Una Educación de Calidad y
Masa Crítica de Investigadores
13
Nelson Mandela Enalteció la
Humanidad
14
Huayllacayán Recuerdos de un
Viaje en la Infancia
15
El Año Nuevo: Más Educación y
Más Trabajo
16
Reunión en el Club Ancash:
Libro de AEPA
17
Nuestra Memoria: Un Libro
Abandonado
18
El Éxito del Juguero o del Nobel
con la Misma Fórmula
19
Navidad: Recuerdos, Ternura,
Niñez y Paz
20
Navidad del Recuerdo y Navidad
de Hoy
21
La Navidad Promueve Colabora-
ción: Aquia, Huasta y Chiquián
22
Finalizando e Iniciando el Año:
Inclusión y Sostenibilidad
23
La Navidad es Alegría Jo Jo Jo. 8
Un Punto de Apoyo para Buscar
la Esencia
12
Investigación desde el
Colegio: Mecenas del Siglo
24
Un Reencuentro de Futbol y
Cultura con Toto Núñez
27
Planificación Desde el
Inicio del Año
28
CONTENIDO:
más queridos. Para muchos
la navidad ha trascendido la
religión católica, se ha con-
vertido en una manifesta-
ción cultural de gran parte
del occidente. Nosotros
nacemos cantando villanci-
Amis queridos amigos
que mediante el blog y
las redes sociales nos
"vemos", deseo abrazarlos y
desearles mucha paz en
primer lugar consigo mis-
mos, y luego con sus seres
cos, mirando nuestros naci-
mientos en pastos naturales
en la sierra, o artificiales en
las ciudades modernas. La
navidad en el Perú es una
fiesta nacional, su núcleo
está en e l hogar, la familia
La Navidad Renovación de Niñez y Amor
y la niñez, sin embargo hoy
se extiende también al tra-
bajo, allí dejamos por unos
minutos nuestras labores,
para compartir paz, alegría,
palabras de reflexión, desta-
cando la amistad, la convi-
vencia pacífica, deseándo-
nos mejores oportunidades y
éxitos. Por ello querida fami-
lia y amigos de Chiquián, del
Perú y del extranjero, reci-
ban mis abrazos, mis salu-
dos, mis deseos de un año
mejor, de un mundo mejor,
de un día mejor. Que no nos
desesperemos por alcanzar
la felicidad, o el éxito de
manera ciega y urgente.
Porque la búsqueda aloca-
da, obnubila, somete, acep-
ta, no da tiempo a la refle-
xión, a la solidaridad, a la
libertad, a la democracia, en
fin, colisiona con lo que la
semana navideña nos propo-
ne. La navidad, nos devuelve
a la niñez, a la edad más
sublime, más inocente, pero
más alegre. Si morábamos
en la puna, en la sierra, en el
lugar más olvidado, encon-
trábamos regocijo, alegría,
cogiendo alguna lajita, lan-
zándola lo más rasante a las
aguas de la laguna para
contar los rebotes que daba,
o armábamos caminitos de
carretera, con puentes y ríos,
y con carritos hechos de
barro, manejábamos al esti-
lo del gran “Chuqui”. Las
pelotas, los tambores, las
trompetas, los revólveres,
tenían sus equivalentes en
las piedritas, ramitas o arci-
llas. La alegría, surgía de la
mamapacha. Nuestras ma-
dres nunca tenían vacacio-
nes, ellas seguían trabajan-
do en las chacras, desde el
amanecer trayendo leña, o
leche, o pasto, ellas no tran-
sitaban los jirones de la
Unión, o avenidas Larco, o
supermercados, Vea, Wong,
Saga, para encontrar un
regalo. Ellas nos preparaban
con sus endurecidas manos,
chompitas, gorritos, medieci-
tas, suaves y cálidas. Sus
mayores regalos en navidad
eran alimentarnos bien, los
chanchitos habían crecido
para proveernos en diciem-
bre chicharrones, rellenos,
“gash gash”, yanán o jamón;
las vaquitas siempre prestas
seguían nutriéndonos de
leche, queso, cachizada,
manjar blanco; la abuelita
enviaba sacos de granos de
maíz, cebada y frutas. La
navidad era amor de familia,
cantos de villancicos y ani-
malitos en nuestras manos
en las misas de gallo. Hoy la
navidad a pesar de todos los
avances tecnológicos sigue
siendo amor. Y, nuestra
madre sigue dándonos
amor, la diferencia que hoy
ella muestra cabellos canos,
manos y salud debilitada,
pero siempre alegre, volvién-
donos a acariciar a todos:
hijos, nietos y bisnietos, se
ríe y bromea viéndonos abrir
los regalos que se arremoli-
nan al pie del arbolito artifi-
cial y nacimiento de grama
artificial; le gusta las luces
multicolores y muñequitas
cantoras con las que juega
alegre su bisnieta; para ella
y para nosotros la navidad
nunca pasa, solo se renue-
va. Y con eso todos nos re-
novamos en niñez y amor.
Por eso en navidad nuestros
saludos y abrazos son since-
ros exentos de cálculos e
intereses.
¡Qué viva la navidad!.
¡Que viva la amistad!.
¡Que viva la paz!.
Feliz navidad queridos ami-
gos.
La Pluma del Viento
Lima, 23 de diciembre de
2012
PÁGINA 4
“no nos
desesperemos por
alcanzar la
felicidad, o el éxito
de manera ciega y
urgente. Porque la
búsqueda alocada,
obnubila, somete,
acepta, no da
tiempo a la
reflexión, a la
solidaridad, a la
libertad, a la
democracia”
EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO
VOLUMEN N°12
Son las 3 de la tarde,
sentado en la mesita de
un restaurante de pescados
y comida norteña, de mi
barrio, espero mi pedido, un
“ceviche de pescado”, acom-
pañado de una cuzqueña
(cerveza ojo!!).
Mientras discurren los se-
gundos, me pregunto: ¿Qué
hago aquí solo?, ¿Acaso no
podía quedarme en casa?.
No se debe al hecho que sea
soltero, consecuentemente
no tenga a nadie que pre-
gunte por mí, ni soliciten
puntualidad a la hora del
almuerzo. Sino que al salir
de casa con una agenda
determinada la varié en el
camino, producto que mi
primer objetivo de lavar el
carro no se cumplió, no tomé
las providencias de asegu-
rarme si habían lavadores
de carro, un domingo a la 1
de la tarde, luego de lavar el
carro continuaría a otro lugar
y volvería como a las 7 de la
noche. Así que no habiendo
lavadores en diversos luga-
res, decidí volver a casa.
Estaba completamente se-
guro que habría alguien, mi
madre, hermana o sobrino.
La realidad fue otra, no ha-
bía nadie a las 2 de la tarde.
“cómo puede ser esto, ahora
que no cargo la llave no hay
nadie, mientras todos los
días que los llevaba en el
maletín, nunca las usé, pues
siempre había alguien en
casa, para abrirme tan pron-
to sonaba el claxon”.
Esta vez había tocado una,
dos, hasta tres veces. Como
nadie se apersonó a abrir la
puerta para chequear quién
tocaba el claxon, decidí bajar
del auto y tocar el timbre y la
puerta. Lo hice y nadie res-
pondió.
“Es un hecho, no hay duda.
Ahora que estoy sin llave,
justo han salido todos. Ellos
creyeron que llevaría conmi-
go la llave, por eso se fue-
ron”. Rápidamente me pasó
por la mente, “Murphy tenía
razón: “Aunque exista una
sola probabilidad de que
algo falle, entonces , fallará”.
Sigo escribiendo en esta
mesa, el ceviche ya vino, lo
consumo lentamente. “si las
palabras derramaran aro-
mas, sentirían el típico am-
biente de cevichería una
mezcla exótica de ajíes,
cebolla, limón, perejil y cer-
veza”.
El plato del ceviche es espe-
cial para los que escribimos
en cualquier lugar porque
“no hay cuidado de si se
enfría”. Por el contrario frío
es más rico.
El bolígrafo rueda imparable,
de rato en rato ingiero una
cucharada de ceviche el
ambiente es perfecto, no
extraño nada, estoy en otro
mundo viajo por los cim-
breantes surcos de tinta.
Hago un alto solo para be-
ber, el vaso de cerveza, que
no debe calentarse. ¡Salud
Acucho! Me grito yo mismo.
Por la ventana que da al
parque del barrio de Ingenie-
ría a una cuadra del hospi-
tal del Rímac, veo pasar a
jóvenes enamorados que
miran hacia adentro dando
la sensación que anhelarían
entrar a comer algo, pero
siguen de largo porque no
podrían pagar, a ellos les
falta dinero pero les sobra
amor. Los miro ni me cono-
cen ni yo tampoco. Entonces
me vuelve a la mente mis
años de forastero en el ex-
tranjero, donde era comple-
tamente desconocido y po-
dría sentarme en cualquier
restaurante y no encontrar a
alguien conocido. Allá lo
comprendía, pero aquí a
unas dos cuadras de casa,
ocurría lo mismo. Cómo
cambian los tiempos o mejor
cómo se renueva la gente,
los mayores pasamos a ser
desconocido de los jóvenes.
Son los ciclos de la vida.
El fuerte sonido de cumbias
peruanas, norteñas y amazó-
nicas, mezcladas con el eco
de los diversos diálogos de
los comensales, no permite
recibir con nitidez algunas
palabras, ni siquiera de los
vecinos más próximos que
están a no más de 2 me-
tros. Estoy en una isla, o en
una celda, igual da estar en
ingeniería o en Buenos Aires
o Sao Paulo. En cualquier
caso el almuerzo en casa
solo, es triste, así que prefie-
ro estar aquí en medio del
bullicio que volver a casa y
no hallar a nadie.
“Al mal tiempo buena cara”,
me digo mientras doy las
últimas cucharadas al cevi-
chito. Al menos esta soledad
me permitió escribir algo.
Antes de poner fin a la histo-
ria, les digo que cuando
Murphy se hace presente, no
queda más que llevarle la
corriente y vencerlo con
calma. Esta nota la estoy
escribiendo en hojas de
papel bond, y no en mis
cuadernos, que porto en mi
cartera, porque tampoco los
tenía allí, sí estaban la cá-
mara fotográfica, la grabado-
ra de voz, lentes y lapiceros.
Eso me di cuenta apoco de
ingresar al restaurante y
ubicarme en esta mesa cer-
ca a la venta e ingreso de luz
natural, mi lugar preferido.
La moza me dejó la carta
para elegir el plato, luego se
retiró, pero como demoraba
busqué mi cuaderno en la
cartera y no estaba. Enton-
ces para corregir esta coinci-
dencia de hechos fallidos
que denotaban con certeza
la presencia de Murphy
(“Cualquier cosa que pueda
ir mal, ... irá mal”), dejé el
restaurante y fui a buscar
alguna librería a Habich.
Compré 6 hojas y volví, así
creo que ya doblegué a
Murphy o en todo caso estoy
llevándome bien con él.
Ahora siendo las 4:03 de la
tarde, dejo en el plato solo la
mitad del camote, y una
rodajita de ají limo, el sabor
fue increíble, terminé un
plato de ceviche sólo, nunca
PÁGINA 5
Murphy Siempre Te Acompaña Aún Cuando No Lo Invites
lo había hecho, sin embargo
ese improbable ocurrió. Por
eso concluyo diciendo que hoy
toda la tarde estuve acompa-
ñado de Murphy, y lo supe
tratar bien, tanto que me
acompañó a escribir esta nota.
Salud, Murphy!, Salud Acucho!.
La Pluma del Viento
Lima, 16 de diciembre de
2012
NOTA.
Llamé por teléfono a casa,
antes de dejar el restaurante y
me contestó mi madre, enton-
ces salgo seguro que habrá
alguien.
“cuando Murphy se
hace presente, no
queda más que
llevarle la corriente
y vencerlo con
calma”
Es 24 de diciembre las 6
de la tarde, camino
entre la multitud a través del
jirón de la unión de Lima,
esquivando sudores y largas
lenguas que devoran hela-
dos. Parece que soy el único
que mira a la gente, la mayo-
ría divisa las tiendas que
lucen adornos diversos con
colores navideños: rojo,
verde y dorado. En uno y otro
lado las lucecitas brillan
apagándose y prendiéndose,
titilan en entretenidos com-
pases. Algunos vendedores
gritan, ¡Este es con led, con
led, ahorrador. Compre.
Compre. Se agota!. Desde
otros almacenes salen las
añoradas notas de los villan-
cicos, que los había escu-
chado, en mi infancia en
Chiquián, cuando asistía a
las misas de gallo rodeados
de gallitos, ovejitas y mu-
chos niños.
En las casas siempre tene-
mos un espacio para levan-
tar un arbolito, pinos artifi-
ciales, se repletan de cam-
panitas, estrellas, muñequi-
tos que penden de sus ra-
mas, algunos entrelazamos
más lucecitas, que titilan al
compás de canciones. En su
base se ponen los regalos.
Cerca al arbolito, está el
nacimiento, siempre rústico,
el niño reposa en su lecho,
sus padres y los reyes ma-
gos los acompañan. Tam-
bién suelen ser infaltables el
burrito y la vaquita, luego se
copan los espacios con oveji-
tas, patitos que flotan en
lagunitas.
Cada tarde al llegar a casa
mientras la oscuridad cae
sobresalen, las luces, los
niños, siempre inquietos,
esperan con ansias los rega-
los. En Chiquián, en mi épo-
ca no teníamos arbolitos, los
nacimientos los arreglába-
mos sobre pedazos de kiku-
yo, que los traíamos de una
chacra vecina a la ciudad.
Pero sí habían regalos, los
solicitábamos con dos o tres
día de anticipación, los pa-
pelitos con los deseos, los
depositábamos junto a las
imágenes de Santa Rosita o
San Martin, que se hallaban
en un empotrado de la sala
de la casa vieja que hereda-
mos de mi abuelo. En la
mañana del 25 abríamos
presurosos los regalos.
Mi padre sabía que me con-
tentaría con una buena pelo-
ta de futbol y carritos. Nunca
tuve la necesidad de hacer
colas en el mercado o la
municipalidad para recibir
algún regalo. Mis padres
hacían lo posible para pro-
veernos, no los sofisticados
que se veían colgados en los
basares, ni tampoco le pe-
díamos eso. Diría hoy que no
éramos pobres, pero tampo-
co ricos. Sin embargo eso
nunca lo noté, ni que me
incomodara, me bastaba
jugar, comer chicharrones
en diciembre, y tomar la rica
leche fresca calientita de
nuestras vaquitas. La pobre-
za la descubrí viniendo a
Lima.
Durante la semana de navi-
dad, en el trabajo, las ofici-
nas cambian de apariencia,
las secretarias, aparecen en
las puertas ayudados por el
conserje, a pegar pequeños
símbolos navideños. Sensibi-
lizado, por la escasez y es-
fuerzos de ella, el siguiente
día me aparezco con más
cositas navideñas para ter-
minar de arreglar las puertas
del laboratorio que habían
quedado sin nada, hago lo
propio con el panel de noti-
cias, donde ya pegué la tar-
jeta dirigida a mis colegas. El
99% en el trabajo somos
hombres, algunos dan mues-
tra espontánea de alistarse
para la navidad, la mayoría
pareciera tener vergüenza
en descubrir su lado infantil.
Otros no tenemos reparo en
hacerlo. Pero el 1% es mujer,
es la secretaria, pieza funda-
mental en las fiestas navide-
ña. Sin ella no estaría listo el
desayuno que ha preparado
para toda la División, cuando
nos aproximarnos al ambien-
te preparado, vemos fuentes
con panetones, chocolate
preparado por la concesio-
naria, vinos, bolsas de rega-
los para los trabajadores de
limpieza. Nunca le pregunté
cómo hacía para replicar el
milagro de la multiplicación
de los panes. Si solo di mi
cuota de 10 soles.
La ceremonia del desayuno
navideño va a comenzar, es
el último día laborable de la
semana, la secretaria llama
por teléfono una y otra vez
para solicitar la presencia
del que falta. Cuando por fin
ya estamos todos, la secre-
taria y moderadora de la
reunión, invita al jefe, o al de
mayor edad a dirigirnos algu-
nas palabras, para iniciar el
brindis. Pasada la parte
seria, comienzan las bro-
mas, y la ingesta. La mode-
radora, no olvida su papel, a
pesar que las copitas de
vino se secan rapidísimas en
sus manos, ella va señalan-
do uno a uno para que tam-
bién nos dirija algunas pala-
bras, entre aplausos y risas,
todos opinan algo. Nos
deseamos, paz y felicidad en
la familia, solidaridad y dedi-
cación en el trabajo, y tam-
bién algunos piden prosperi-
PÁGINA 6
La Navidad Una Semana Especial
“siempre tenemos
un espacio para
levantar un
arbolito, pinos
artificiales, se
repletan de
campanitas,
estrellas,
muñequitos que
penden de sus
ramas, algunos
entrelazamos más
lucecitas, que
titilan al compás de
canciones”
EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO
El jirón de la Unión, una de las mas concurridas calles del centro de Lima.
VOLUMEN N°12
dad con la llegada del nuevo
año. Hasta los más callados
hablan.
De sus bellos y sabios men-
sajes, uno se pregunta, qué
diferente sería el trabajo si
repitiéramos, más veces
oportunidades como la navi-
dad. Pues, posponemos los
roces que suelen ocurrir en
el trabajo, y terminamos en
abrazos.
Esta semana que, hoy 24 se
cierra es especial, no solo
abre los corazones de amor
hacia los niños y ancianos.
Sino que también nos pro-
mueve visitar a los familia-
res, escribir alguna tarjeta,
expresándoles con nuestras
palabras, la estima que se
les tiene, cosa que no se los
dijimos ni siquiera por telé-
fono. Mañana será el al-
muerzo entre todos los hijos
y familias respectivas junto a
la madre y abuelita. Los
preparativos alegra, ya com-
pré vinitos, pisco, mañana
estaremos juntos, tal vez sea
la última oportunidad de
vernos hasta el próximo año.
O ni pensar en desgracias
mayores. Los regalos no
habrán como antes, porque
no hay niños, y la economía
no está muy buena. O por-
que la salud de algún fami-
liar impide estar muy alegre
o derrochador.
Aguardo con ansiedad, abra-
zarlos, a mis hermanos,
sobrinos y todos juntos reir,
beber, olvidar el trabajo, hoy,
recordaremos nuestra niñez
y anécdotas de las navida-
des pasadas en Lima o en
Chiquián.
También, recordaremos a
nuestro padre, ya fallecido.
Comeremos la voluntad de
todos, esta vez no cocinare-
mos en casa porque la her-
mana que solía hacerlo no
está bien de salud. Prepara-
remos pisco souer, y reire-
mos mientras vemos las
fotos, y villancicos vía inter-
net.
Y, cuando caiga la tarde y
venga la noche nos despedi-
remos con tristeza, pero
reconfortados por ver que
hay familia, que aún nos
queremos, y que renovamos
esa alianza junto a nuestra
madre. Que los años la han
hecho más calmada, pero
muy sensible con la partida
de alguna nieta, que decidió
trabajar lejos de la capital,
pero alegre también porque
le comunicaron que pronto
tendrá un nuevo nietecito.
Estas partidas y llegadas son
parte de la vida, la alegría y
la tristeza comparten nues-
tra existencia. Lo agradable
de esta navidad fue que este
año nos dimos la oportuni-
dad de pasar todos juntos,
en la casa donde nos cria-
mos, no importa si vinimos
desde barrios lejanos, car-
gando a los hijitos en taxis
estrechos y caros, bajo el
incomodo sol de verano.
Esos inconvenientes no son
nada, el regalo fue nuestra
presencia, vernos de cerca,
compartir nuestras vidas,
aun cuando sea en pocos
minutos, en adelante cada
saludo, cada abrazo nos
servirá para tomar fuerzas y
enfrentar la vida con seguri-
dad y alegría. Y también para
decirnos que ojalá la repita-
mos el próximo año.
Que la navidad nos depare
alegría, paz y mucha solidari-
dad.
La Pluma del Viento.
Lima 25 de diciembre de
2011
PÁGINA 7
“ esta semana es
especial, no solo
abre los corazones
de amor hacia los
niños y ancianos.
Sino que también
nos promueve
visitar a los
familiares, escribir
alguna tarjeta,
expresándoles con
nuestras palabras,
el cariño que se les
tiene”
La municipalidad de Lima metropolitana siempre presenta un
inmenso árbol.
En la plaza San Martín la esquina de HSB, se viste de navidad de manera muy original.
La Convocatoria
Todos tenemos un niño interior
En los diciembres y navidades renacen
Brota la colaboración, la alegría, y la solidaridad
Me anoto!. Me anoto!
El pueblo clama escuchando "Por las Rutas de Chiquián y la
Provincia de Bolognesi"
Y, su espacio "El Zaguán de Oro Puquio"
Endulzando nuestro desayuno dominical
Somos Chiquián, somos Aquia, somos Huasta,
En diciembre, volvemos a ser los niños del ande
Nacidos en el frío, bajo la mirada del guardián Yerupajá
Bebiendo aguas de Tucu
Comiendo truchas del río Aynín
Amando la naturaleza
Cantando villancicos
Aquí está mi colaboración,
Las bicicletas, panetones y regalos.
Llegan a raudales
Es navidad
Es alegría
Oh, jojojo!!
El Viaje
Es hora de partir a nuestro terruño
La minivan reboza de regalos y amor
La noche está avanzada
El cansancio no cuenta
Nos impulsa la sonrisa de un niño
La alegría olvidada de un anciano
Nos acompañan huaynos
Las bandas de Chiquián y Huayllacayán
La noche es diáfana
Nos guía la estrella de Belén
¡Conococha laguna inolvidable está ahí!
Tus aguas tiernas cristalizan nuestros recuerdos
Se oye la voz inigualable de Oshva
Las huachuas trinan entusiasmadas
Las truchitas agitan sus aletas
La alegría está llegando
La navidad está llegando
El Huayhuash brillante emerge
Las siluetas de los guerreros impresionan
Jirishanca, Rasac y el gran Yerupajá
Nos reciben con los brazos abiertos
Allá abajo el valle de Aynín que cobijan a
Aquia, Huasta y Chiquián
Pueblos de mi infancia
Es el amanecer
Nuestra meta está próxima
Esta fue una buena noche
Una noche de paz
Es navidad
Es alegría
Oh, Jojojo!!
Las Visitas
¡Qué rico caldo de cabeza!
Chiquián querido, tu mercado me engríe
Sáenz Peña casa amada
Vuelvo de pasada pero tu calidez sigue igual
Barrio añorado siento tus veredas
Palpo las puertas de las casas de mis amigos
Aquí nos sentábamos
Aquí cantábamos
Aquí eran nuestras navidades .
Detengo las lágrimas delatoras.
Estamos descendiendo camino a Aquia
Don Raúl Espejo desde Husgor
Nos saluda mientras cantamos
El río Aynín se encabrita al compás de villancicos
Nos bendice con gotas heladas gratificantes
Se abre el portal de San Miguel de Aquia, luego de Huasta
Las plazas de armas están repletas de niños
Las primeras bicicletas para los niños especiales
Los niños amansan sus briosos corceles
Sus sonrisas devuelven alegría, incredulidad y gozo
Son regalos que estrujan nuestros corazones
Cerramos con la chocolatada
Leche de vaca y panetones
Es navidad
Es alegría
Oh, Jojojo!!
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Navidad es Alegría Jo! Jo! Jo!
“¡Conococha laguna inolvidable está ahí!
Tus aguas tiernas cristalizan nuestros recuerdos
Las huachuas trinan entusiasmadas
Las truchitas agitan sus aletas
La alegría está llegando”
EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO
VOLUMEN N°12
El Último Día
Ayer día agotador, día de alegría.
Hoy, la mañana se puso fría
Pero, desde Huarampatay
El sol reaparece,
Para recibirnos en San Antonio de Quisipata
La pequeña escuelita
Irradia cariño, organización y alegría
El profesor Juan Ramírez inicia la clausura
Los niños declaman poesías de despedida
Recordamos con nostalgia nuestra escuelita 351
Arpa, y cantantes matizan la ceremonia
Los padres de familia nos invitan a bailar
La pachamanca echa sus aromas de amistad
Vienen los regalos para los niños
Nos despedimos agradecidos
El pueblo más pequeño entregó más cariño.
Por la tarde volvimos a Chiquián
Su inmensa plaza de armas está colmada de niños
Nos recibe un tanto celosa
Lanzándonos una lluvia impertinente
Aceptamos su capricho
Pero pronto nos devuelve su cariño y calma el temporal
Los niños disciplinadamente se organizan
El número de bicicletas siempre es corto
Algunos niños, derraman lágrimas de pena
Los que ganaron posan alegres
Quisiéramos tener más presentes
Quisiéramos que todos recibieran
Pero algunos que tienen no colaboran
Lo hacen los que tienen menos
Los que saben de las necesidades
Los que sienten que navidad
Es colaboración,
Es amor,
Es alegría
Oh, Jojojo
La Pluma del Viento
Chiquián, 22 de diciembre de 2014
PÁGINA 9
“ Pero algunos que tienen no colaboran
Lo hacen los que tienen menos
Los que saben de las necesidades
Los que sienten que navidad
Es colaboración
Es amor” Mi querido pueblo de Chiquián, su majestuoso Yerupajá, junto al
promotor de estos viajes, el Sr. Víctor Tadeo.
La casa está arreglada
con diversos adornos
de navidad, en la puerta de
entrada cuelga una gran
botas de papá Noel, en las
paredes del pasadizo pen-
den cadenas doradas con
campanitas, estrellas y trom-
petas, el mantel de la mesa
del comedor también tiene
los colores de la navidad, el
nacimiento está en la esqui-
na de la sala repleto de ani-
malitos, rodeando la cuna
del niño con José, María y
los reyes magos, al costado
del nacimiento está como
siempre el hermoso arbolito
plagado de pendientes mu-
chos traídos de viajes al
extranjero, son inacabables,
en la parte baja reposan
algunos regalos, que se
abrirán cuando la familia
vuelva y los nietos irrumpan
con su bullicio de hordas
atilienses.
Son las 10 horas de la no-
che, se fueron todos a misa,
estoy viendo TV, durante la
propaganda me aproximé al
nacimiento, vi que no estaba
el niño Jesús, ¡Ah, es mi
madre que a sus 85 años,
sigue con su costumbre de
llevar el niñito a la misa para
su bendición!, ella camina
unas 6 a 7 cuadras ayudada
de su bastón, mantiene una
puntualidad admirable, ella
siempre está a la hora en
cualquier actividad que la
iglesia o su grupo parroquial
realizan. Ahora va acompa-
ñada de mi hermana.
Mientras recorro los adornos
del nacimiento me vuelve a
la mente una anécdota que
ocurrió, hace unos 25 años
en una noche similar a la de
hoy del 24 al 25, la Noche
Buena, mi padre, como de
costumbre muy puntual, se
adelantó a la iglesia, quería
sentarse en las primeras
bancas, en un lugar prefe-
rencial para asistir a esta
ceremonia especial, él se
había convertido en un cre-
yente ejemplar, el párroco lo
reconocía así.
Ese día mi madre se demoró
un poco, pues debía asegu-
rarse de la comida, y los
otros preparativos, se había
adelantado mi hermana,
seguramente le separaría un
lugar en la iglesia. Salió con
preocupación por la hora,
pero cuidándose de llevar a
su niñito sobre una pequeña
colchita bordada con hilos
dorados, sobre la que repo-
saría en su cunita en el naci-
miento después de las 12.
En la iglesia se sentó cerca
de mi tía Sholly, su hermana,
que vivía y vive a unas pocas
cuadras de la casa. El am-
biente de la misa era espe-
cial, todos seguían la solem-
ne ceremonia con mucha
devoción y atención a las
palabras del padre y acom-
pañaban con emoción los
cantos del bien afinado coro,
nadie quería perderse un
solo momento. En ese am-
biente, el padre invita a los
fieles a llevar a sus niñitos
hacia el altar para darles la
bendición. Era uno de los
momentos más esperados,
por mi madre, pues llevaría
en su niñito la bendición de
la navidad a su casa.
Cuando mi madre decidió
salir de la banca hacia el
pasadizo para recibir la ben-
dición se dio cuenta que su
colchita estaba vacía no
estaba su hermoso niño,
era el regalo de su hijo
mayor médico, que lo trajo
de Ayabaca—Piura al fina-
lizar su SECIGRA, también
le había comprado los
misterios del nacimiento,
diríamos unos 5 años
atrás. Casi al borde del
llanto y desesperación
exclamó, ¡Já, a donde está
mi niñito Sholly”, su her-
mana atónita no tuvo
tiempo para darle alguna
respuesta, mi madre ha-
bía estado tan concentra-
da en la misa que no notó
la falencia, sin embargo
recordó con certeza que sí lo
había puesto sobre la colcha
a la salida de la casa.
Sin mayor duda, con total
decisión, se abrió paso por
la banca y salió fuera de la
iglesia a buscar a su niñito.
Pero, a dónde podría estar,
el recorrido era extenso, las
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El Niñito Jesús Perdido en Noche Buena
“vi que no estaba
el niño Jesús,
¡Ah, es mi madre
que a sus 85
años, sigue con
su costumbre de
llevar el niñito a
la misa para su
bendición!, ella
camina unas 6 a
7 cuadras
ayudada de su
bastón, mantiene
una puntualidad
admirable”
EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO
calles, el parque, el pasaje,
eran demasiados lugares
donde podría haberse caído,
y tal vez alguien lo encontró
y se lo llevó, o al caerse se
habría hecho pedazos. To-
das esas interrogantes pasa-
ron por su mente, pero su
decisión de buscarlo era
mayor. Al darse cuenta de la
salida repentina, mi herma-
na, también le siguió, iba a
unos diez metros atrás, tra-
tando de asegurarse no le
pasara nada, mi madre se
encaminó hacia el parque,
que estaba a una cuadra de
la iglesia, su mirada no
tenía rumbo definido simple-
mente seguía lo que sus pies
la llevaban. Tal vez su plan
era reconstruir la caminata
desde la salida de la casa.
El parque que debía atrave-
sar era un recorrido de unos
70 metros, las veredas que
la cruzaban, estaban ador-
nadas de cercos de plantas
de granada podadas y flores
rojas de geranio, estas ro-
deaban los múltiples triángu-
los de grama. La ilumina-
ción del parque no era alta,
los focos dejaban suficiente
luz para transitar, pero no
para ver debajo de las plan-
tas, allí todo era obscuro, se
requeriría de una linterna
para hallar algo. Mi hermana
murmuraba mientras le
acompañaba a la distancia,
VOLUMEN N°12
“que acabe la misa luego
volvemos con más calma a
buscarlo”. Mi madre contra-
riamente se desesperaba,
no podía perder a su amado
niñito, era un recuerdo muy
valioso, y no podría dejarlo
abandonado, lo sentía como
a un hijito, pensaba que
cuando la misa concluyera,
la multitud de feligreses
retornando a sus casas, de
seguro que lo destrozarían si
estaba caído en el piso.
Con todo eso en mente,
cruzaba el parque con mira-
das caóticas, la desespera-
ción aceleraba la respira-
ción, obstaculizaba el racio-
cinio y las lágrimas que bro-
taban de los ojos obscure-
cían la mirada, en esas con-
diciones la búsqueda era
cada vez más complicada.
Cuando ya llegaba al final de
la vereda diagonal del par-
que, se encaminaría hacia el
pasaje, su ojos de manera
fortuita se orientaron hacia
la derecha, allí a unos ocho
metros por la vereda lateral
sobre el surco de granada
de unos 80 centímetros de
alto, observó a pesar de la
obscuridad un objeto que le
llamó la atención, se aproxi-
mó, cuando estaba a un
metro reconoció a su niñito,
que yacía echado tranquilo
con los brazos abiertos, casi
esperando el abrazo de su
madre.
Casi ahogándose de emo-
ción, levantó al niñito lo
abrazó, y enjugando sus
lágrimas de alegría, exclamó,
“Chole, está aquí, lo hallé,
bendito sea dios, gracias
Jesús”. Mi hermana se acer-
có, la emoción también la
desbordó, la abrazó a su
madre y besándola le dijo,
“vamos a bendecirlo, todavía
hay tiempo, cálmate, toma el
pañuelo límpiate las lágri-
mas”. “Si hijita, vamos, mi
niñito nos ha dado el mejor
regalo, vamos”. Sonriendo y
rezando por su niñito, se
dirigieron a la iglesia.
Ingresó mi madre con su
niñito en la mano, el padre
acababa de bendecir al últi-
mo niño, cuando ya retroce-
día para dirigirse al altar y
continuar la ceremonia, un
murmullo se escuchó en la
iglesia, los fieles habían
notado la presencia de una
señora que caminaba presu-
rosa con su niñito en sus
manos, por el pasadizo cen-
tral.
El padre preocupado volteó
la cabeza y vio que era la
señora Luzmila esposa de
don Antonio, que caminaba
presurosa hacia la bendición
de su niño. “Claro es la seño-
ra Luzmila, siempre traía a
su niñito, ya me extrañaba
porqué no había estado”,
reflexionó el padre mientras
volvía con el agua bendita.
Terminado de bendecir al
niño el padre le murmuró,
“después me cuenta porqué
llegó tan tarde”. “si padre es
una historia muy linda”, dijo
mi madre agradeciendo la
bendición de su niñito.
Seguramente hoy, después
de 25 años, mi madre volve-
rá con el mismo niñito de
esta historia que me vino a
la memoria mientras veía el
nacimiento, hecho con mu-
cha ternura por mi hermana.
La Pluma del Viento
Lima, 24 de diciembre de
2012
PÁGINA 11
“con todo eso en
mente, cruzaba el
parque con miradas
caóticas, la
desesperación
aceleraba la
respiración,
obstaculizaba el
raciocinio y las
lágrimas que
brotaban de los
ojos obscurecían
su mirada”
La iglesia Santísimo Redentor de la urbanización Ingeniería, era solo una pequeña
capilla, ahora es una gran iglesia.
Parque del barrio de Cayetano en Ingeniería, tal como se ve hoy.
La semana laboral ha
llegado a su fin, como si
fuera una ola de viento sua-
ve y tibio acaricia mi mente
en esta tarde de domingo
cuando me siento en este
lugar. Muchas veces quise
tener un momento pleno de
silencio, disponer de unos
minutos para viajar por los
caminos infinitos de la men-
te. Volar por los campos
desconocidos de la materia
obscura y aproximarme al
origen de la palabra, del
pensamiento, de la materia,
de la vida y ojalá del actuar.
"Dadme un punto de apoyo
y moveré el mundo”, decía el
gran Arquímedes, y eso es lo
que nos falta a las personas
que vivimos en este mundo
preñado de contaminación
(incluyo al sonido y las imá-
genes). Ese punto de apoyo,
esa esquina puede estar en
la azotea de nuestra casa,
en la mesita de nuestro
cuarto, en el balcón frente al
parque, o en la colina miran-
do el valle de Aynín y el ne-
vado Yerupajá.
Posesionados en ese punto
de apoyo, miraremos con
mayor claridad nuestro com-
portamiento, nuestro accio-
nar, en correspondencia con
nuestro papel de seres hu-
manos, sea con nuestra
familia, pueblo y país.
El no visitar y desconocer
ese punto de apoyo próximo
a nosotros, nos conduce a
la costumbre de vivir en la
superficialidad, en la impro-
visación, lanzamos opinio-
nes sin reflexión, no tene-
mos cuidado de si estamos
en la posición de un comuni-
cador social, o de una autori-
dad de mayor nivel. Pueden
pasar un mes o un año o tal
vez toda una vida, sin haber-
nos tomado la necesidad de
visitar ese lugar especial de
la reflexión.
Ahora que ese viento agra-
dable golpea mi sien y miro
como se sacuden las hojas
del árbol, admiro como sería
el trajinar de los pensadores
griegos buscando la esencia
del ser humano, mediante la
meditación, caminando por
colinas acompañado de una
cantimplora, guareciéndose
bajo los árboles y cuevas,
pero siempre meditando sus
conjeturas.
En ciencias naturales, los
físicos teóricos, también
utilizan la meditación como
la herramienta principal del
saber, Gelman Murray, pre-
mio nobel de física, decía "yo
solo necesito un papel y
lápiz para iniciar mi com-
prensión de la naturaleza",
fue él quien puso por prime-
ra vez el nombre de Quarks,
a los componentes funda-
mentales de la materia.
En este sentido deberíamos
acostumbrarnos a buscar
esos "puntos de apoyo" y
cuando los identifiquemos,
allí debería estar, como
"bolso de viaje", los compa-
ñeros inseparables, un lápiz
y un cuaderno de notas. En
las pocas o muchas reunio-
nes que tuviéramos, siempre
quedarán rasguños de nues-
tra búsqueda o aproxima-
ción a la esencia. No importa
que no tengamos acceso a
libros, en ese momento has-
ta diría que no es recomen-
dable, lo que debe primar es
la costumbre de confrontar
nuestra mente con la inquie-
tud.
Pero en el momento que
nuestras hipótesis, o conclu-
siones, aspiren a la generali-
dad, deberíamos confrontar
con la realidad, principal-
mente en los aspectos del
comportamiento humano. Es
que hablar de sufrimiento
sin haber sentido el dolor
causa de ese sufrir nunca se
alcanzará la verdad. Solo se
podrá alcanzar experimen-
tándolo. Así como no se
puede sentir el hedor real,
cuando pasan imágenes de
calles sucias de la parada.
Nos obligará a visitar esa
calle. O cuando hablamos de
la pobreza y frio de los pue-
blos más alejados de Puno,
o Ayacucho, nunca se podrá
llegar a su comprensión con
solo ver fotos de esos niños
en las aulas de las clases de
sociología en una linda uni-
versidad limeña. En ciencias
naturales también pasa eso,
el premio nobel de física,
Richard Feynman decía "el
juez supremo de la verdad
es el experimento". La con-
frontación de la hipótesis
c o n l a r e a l i d a d
(experimento) es imprescin-
dible.
Pero hablar de realidad tam-
bién, tiene su apariencia, de
ahí que el físico, Ernesto
Sábato, gran escritor propo-
ne que la esencia detrás de
la realidad es la SUPERREA-
LIDAD, que es más flagrante
en el caso de personas.
Como ejemplo viene el caso
de los peruanos que habitan
en las ciudades, donde la
gente ama la modernidad y
la confortabilidad tecnológi-
ca. Entonces cuando se
refieren a los peruanos de
las zonas rurales o selváti-
cas, demostrando su procli-
vidad a la poca reflexión,
argumentan “esos peruanos
de cuarta clase no pueden
impedir que se utilice la
riqueza de esas tierras”,
PÁGINA 12
Un Punto de Apoyo para Buscar la Esencia
“Ese punto de apoyo,
esa esquina puede
estar en la azotea de
nuestra casa, en la
mesita de nuestro
cuarto, en el balcón
frente al parque, o en
la colina mirando el
valle de Aynín y el
nevado Yerupajá”
EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO
refiriéndose a que los
“habitantes oriundos de esas
tierras, no saben lo que vale
el subsuelo, pues tendría
petróleo, o minerales, por lo
que se debería arrasar con los
bosques y extensiones de
plantas".
Esta opiniones solo alcanza-
ron el aspecto exterior visible
en su vestir, poca ropa, poco
elaboradas, y sus viviendas
muy simples. No se tomaron
en cuenta, cómo ellos ven a
los árboles, cómo sienten a la
naturaleza, y cómo incide en
su vida diaria. Así la autoridad
o el habitante urbano con
aires de sabio, por tener un
título universitario, demostra-
ba su poca profundidad, su
saber no había alcanzado la
interioridad de las personas
mencionadas, o afectadas su
externalidad no era su reali-
dad, les faltó comprender la
superrealidad, aquello que
está dentro de ellos de cómo
ven, sienten y valoran los
campos. Entender su cosmovi-
sión y respetarla.
Este como otros ejemplos, nos
demuestran que la reflexión y
capacidad de buscar la esen-
cia, no se garantiza con los
diplomas y peor si tiene poder
para decidir sin miramientos y
mucha soberbia característi-
ca de la ignorancia.
Cuando se trata del conoci-
miento, el poder lo tiene
aquel que indagó y estudió
más la esencia. Por eso bus-
quemos y habituémonos a
visitar ese punto de apoyo que
moverá nuestras vidas.
La Pluma del Viento
Lima, 4 de diciembre de 2010
VOLUMEN N°12
yer la movilización
por la educación
también fue contra
el autoritarismo de la mayo-
ría del parlamento que re-
presentan a un partido sin
credenciales democráticas,
las mismas que fueron con-
firmadas en los mensajes
internos de Instagram que
se logró conocer.
No puedo dejar de dar mi
opinión en mi muro frente a
la situación, tan absurda que
el APRA y el Fujimorismo han
buscado, la censura del
ministro de educación, a
cambio de fomentar una
educación universitaria de
baja calidad, argollera y
desmeritocrática. Con las
consecuencias de engaño a
los jóvenes estudiantes pro-
veniente de las familias
menos pudientes económi-
camente.
Se dice que el ministro es
una persona prescindible,
claro que lo es, pero si él no
pide su renuncia, y ha traba-
jado bien, ¿por qué retirar-
lo?. Y, menos si lo pide un
movimiento político caracte-
rizado por la corrupción,
desprecio al mérito y al tra-
bajo, y poco democrático. En
tal movimiento acaso se
respeta el ¿grado académi-
co?, ¿el empleo?, ¿la compe-
tencia meritocrática?. La
respuesta nos dan sus máxi-
mos líderes.
En una reunión de colegas
de posgrado con quienes
nos habíamos pasado dos
años leyendo, estudiando,
sobre qué debería hacerse
en gestión de la innovación,
ciencia y tecnología, en una
de las conversaciones fuera
del aula tocamos el tema de
“masa crítica”, entendiendo
como el número de científi-
cos que el país necesitaría,
para tener esa capacidad
endógena de calidad en
investigación en cada área
temática o especialidad.
Considerando que el termino
masa crítica suele ser muy
usado por autoridades sin
precisar una cantidad, me
resultaba muy subjetivo,
especulativo y más bien
“demagógico”. Me había
formado en no aceptar que
me digan “hace calor”, sino
en saber “qué temperatura
es”.
Así que un día tuve al frente
a una de tales autoridades
(presidente de Concytec) y
le pregunté: “cuánto es la
masa crítica”. Naturalmente
no me respondió. Así que me
puse a buscar información
más certera, porque en defi-
nitiva atrás subyace la pre-
gunta central: ¿cómo hacer
para que la producción cien-
tífica del grupo tenga alcan-
ce mundial?. Entonces a
mis colegas Ivette y Luisa,
les comenté de un artículo
que estudió este tema (de la
masa crítica), y les hablé de
algunas cantidades (tabla
adjunta) les interesó y aquí
les comparto el artículo
( “ a r q u i v . o r g :
https://arxiv.org/abs/1511.
08367).
Entonces, ¿por qué no pro-
pugnamos tener ese número
mínimo de especialistas en
ciencias con el grado de PhD
en las universidades e insti-
tutos públicos de investiga-
ción a fin de ser competiti-
vos (disponer investigación
de alta calidad)?. El hecho
que hasta ahora no hayan
considerado estas cantida-
des se puede concluir que:
1) Hay desconocimiento de
los que conducen estas
organizaciones o 2) saben
de esto y lo hacen adrede
para no tener una competen-
cia calificada (tanto institu-
cional cuanto nacional).
El número Nk, en el sentido
de masa crítica, es que es el
número mínimo debajo del
cual es imposible alcanzar
investigación de alta calidad.
Por su puesto que en la
práctica para hacer un traba-
jo de calidad puede ocurrir
con menor que ese número
sin embargo desde el punto
de vista estadístico no ocu-
rrirá. Y, por tanto este estu-
dio tiene mucho sentido. Y
consecuentemente busque-
mos al menos tener esa
masa crítica en los institutos
públicos y universidades. Se
considera un grupo pequeño
(menor a Nk), medio (Nk,
2Nk), grande (mayor a 2 Nk).
Tabla. Índice de masa críti-
ca para la investigación.
(Elaborado en base
a (Berche, 2015)).
Berche, B. (2015). Academic
research groups: evaluation on
their quality and quality of their
evaluation. ArXiv., 1511.08367v1.
La Pluma del Viento
Lima, 13 de diciembre de
2016
PÁGINA 13
Por una Educación de Calidad y la Masa Crítica de
Investigadores
“El número Nk, en
el sentido de masa
crítica, es que es el
número mínimo
debajo del cual es
imposible alcanzar
investigación de
alta calidad”
Mirar la vida desde la
esquina del desposeí-
do, del segregado, del some-
tido al desprecio por una
minoría, en ese caso la
blanca, debió haber sido
insoportable, para los habi-
tantes negros de Sudáfrica
por los años 50. Cómo hacer
para revertir esta situación,
fue el reto que el joven Nel-
son Mandela, comenzó a
enfrentar a los afrikáners,
que desde 1948, esta mino-
ría blanca de descenden-
dientes holandeses impusie-
ron en Sudáfrica desde que
se hicieron del poder con el
apoyo de EEUU y occidente.
Y desde ahí legalizaron un
sistema, político, económico
y social de segregación, más
conocido como el APART-
HEID. Ciudades, lugares,
transportes exclusivos para
los negros, a pesar que eran
mayoría casi el 80% de la
población.
Al inicio, Mandela, promovió
la lucha armada, motivo por
el que, bajo el cargo de pro-
mover golpe de estado y
sabotaje, fue condenado en
1962 a cárcel perpetua, sin
embargo por la presión del
mundo y los caminos que se
daban a nivel global, el en-
tonces presidente de Sudá-
frica (SA), Frederick de klerk,
presidente, le otorgó la liber-
tad, el 11 de febrero de
1992. Salió después de 27
años.
Aquel día que dejó la prisión
dijo: “salir de esta cárcel con
el rencor de los blancos que
me trajeron sería volver a la
cárcel, si también tuviera
rencor contra ellos, por eso
no debemos tener rencor
contra nadie, y todos somos
hermanos”.
Ya, no eran los tiempos de la
lucha armada, ahora sabía
que el único camino para la
paz, era el diálogo, el pacto
con los diferentes, y así
construir una comunidad
para todos. Una nueva forma
de convivir en la su amada
Sudáfrica. Como dijo luego el
arzobispo Edmund Tutu, “el
sufrimiento hizo que él cre-
ciera en la generosidad del
espíritu”.
Luego, cuando habían trans-
currido solo 4 años después
de su libertad, se hizo presi-
dente de SA, pero ya en
1993, había ganado el pre-
mio nobel de la paz, conjun-
tamente con el presidente
De Klerck, que le dio la liber-
tad.
Frente a la grandeza de este
hombre, qué nos queda a los
que tenemos desavenencias
insignificantes, entre herma-
nos, paisanos o colegas, y
no la posponemos en aras
de la convivencia, de la fami-
lia y la paz. Acaso, el orgullo
de nuestra pose, será más
duradero; o el dinero que
acumulemos indebidamen-
te, nos acompañará en la
muerte. No!!. Luchar por un
ideal que beneficie a todos
es mucho más duradero.
Mandela nos enseñó, al
respecto: “He promovido el
ideal de una sociedad demo-
crática y libre en la cual
todas las personas puedan
vivir con igualdad y oportuni-
dades. Es un ideal por el que
espero vivir, pero si es nece-
sario, es un ideal por el que
estoy dispuesto a morir”.
Cuánta falta nos hace, repa-
sar la vida, el esfuerzo y la
entrega, de estos hombres o
mujeres, que son ejemplo
de grandeza de la especie
humana. Cuanta falta nos
hace en el Perú, conocer la
vida de Mandela, y compa-
rarlos con la de los políticos
de los diversos partidos, que
prodigan desplantes de sabi-
duría, y soberbia silvestres.
Para que se hagan más
humildes y sepan comportar-
se de otro modo.
Pero también repasar la vida
de Mandela debe servirnos
para perder el miedo, cuan-
do se trata de defender un
ideal que beneficie a la so-
ciedad. Él decía: “Aprendí
que el coraje no es la ausen-
cia del miedo, sino el triunfo
sobre el mismo. El hombre
valiente no es aquel que no
tienen temor, sino el que
conquista ese miedo”.
Hoy que las pantallas de
televisión nos demuestran
que la lucha de este hombre
no solo liberó SA, sino que
dignificó a la humanidad,
que hoy parece sucumbir,
como cuando vemos tantos
hombres o mujeres, que no
tienen miramientos para
provocar la muerte, de sus
hermanos, hijos y hasta
padres, o cuando vemos a
nuestro país inundado de
delincuentes que por un
sencillo, disparan con alevo-
sía y desprecio a la sien de
un padre de familia que sale
en defensa de su hijita.
Por eso, en oportunidades
cuando los escasos grandes
espíritus humanos fallecen,
nos debe servir para sensibi-
lizarnos de lo pequeño y
ridículo que somos, cuando
agrandamos nuestro orgullo;
y de los inservible que es
asirse en nuestros infantiles
caprichos, de grandezas
falaces que no duran más
allá que el aleteo de una
mosca, o cuando preferen-
ciamos la avaricia de un
PÁGINA 14
Nelson Mandela Enalteció la Humanidad
“El hombre valiente
no es aquel que no
tienen temor, sino
el que conquista ese
miedo”
EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO
miserable sol, en lugar de
compartir lo que derrocha-
mos.
Así, cuando nos comparamos
con las obras de estos gran-
des hombres o mujeres, nos
damos cuenta que lo único
que trasciende es el bien,
hacia los demás, no el halago
hacia uno mismo, ni las pleite-
sías de aplausos comprados a
necesitados en las portátiles
electorales.
Por eso en este día, o semana
del funeral de Mandela, volva-
mos nuestras miradas, hacia
la grandeza humana, hacia la
esencia de lo valioso, de lo
simple y reconoceremos que
el diálogo, la tolerancia y la
valía del diferente tanto en
apariencia, cuanto en credos,
nos devolverá alegría, en
nuestra sonrisa y fortalecerá
seguridad en nuestra aparien-
cia, por sencilla que fuera,
brotará puquiales de sinceri-
dad, reflejando la limpieza del
espíritu que guardamos. Eso
es lo que mostraba Mandela,
con su presencia y sonrisa,
llenándonos de seguridad,
paz, y tranquilidad, finalizo mi
homenaje a este ser humano,
recordando las palabras de su
carcelero: “se ha caído un
gran árbol, el amor nunca
acaba. El fue mi prisionero, mi
amigo, y mi padre”.
Descansa en paz, Nelson
Rolihlahla Mandela, Madiba.
Tú eres inmortal.
La Pluma del Viento
Lima, 7 de diciembre de 2013
VOLUMEN N°12
Huayllacayán, es el
pueblo donde nació mi
madre, desde niño esperaba
con ansias la llegada de mi
abuelita Anqui, trayendo
sacos de la riquísima chiri-
moya. En los altillos de mi
añeja casa los madurába-
mos bajo el abrigo de las
hojas del sauco. No había en
Chiquián, mejores chirimo-
yas que las de doña Luchi,
eso lo sabían los amigos de
mi padre, y los vecinos que
venían a la casa para llevar-
se algunos.
En mi niñez el nombre de
Huayllacayán estuvo ligado a
las frutas, cosa que faltaba
en Chiquián. Salvo las man-
zanas verdes que solíamos
con sobresalto hurtarlas de
las chacras de Chinchu Pu-
quio de mi amigo Pepe Cal-
derón.
Pero también Huayllacayán
me recuerda a los granos de
cebada, trigo y maíz que
venían en sacos para ali-
mentarnos todo el año, in-
cluso alcanzaba para cebar
los cerdos que se mataban
en el mes de diciembre para
recepcionar a mis hermanos
que venían de vacaciones.
Ahora que se avecina el 8 de
diciembre, fiesta de la patro-
na Virgen Purísima de Huay-
llacayán, quiero homenajear
a este querido pueblo, y a
todos sus residentes en
Lima. Permítanme por eso
recordar dos anécdotas.
Tenía unos 8 años de edad,
estaba aún en primaria,
cuando se me presentó la
oportunidad de visitar Huay-
llacayán. Era el mes de fe-
brero, mi tío Fernando her-
mano menor de mi madre,
que estudiaba en Lima, fue
a visitar a Chiquián durante
el mes de Enero, luego iría a
visitar Huayllacayán, enton-
ces le propuso a mi madre
llevarme.
Mi ilusión de niño siempre
había sido estar bajo los
árboles frutales, y comer a
toda libertad, los pepinos,
chirimoyas, naranjas y paltas
que abarrotaban las valijas
cuando venía mi abuelita. Se
dio el viaje, era la mi primera
vez que bajaba a la costa,
nuestra primera parada fue
Chasqui, allí nos quedamos
dos días, hospedándonos en
la casa de mi tío don Aurelio
Padilla, que quedaba a la
entrada del pueblo, antes de
pasar el río.
Yo, en Chiquián era un reco-
nocido jugador de bolitas, a
pesar de mi pequeña cuarta,
había dado cuenta de otros
que me duplicaban en exten-
sión, como a Bellota. A los
niños de entonces nos gus-
taba mucho disponer de los
cholocos, que eran bolitas
negritas, duras, productos
secos de algún árbol, desco-
nocido para mí.
Estábamos, decía, en la
casa del tío en Chasqui,
cuando uno de los primos de
dos o tres años mayor que
yo, me mostró gran cantidad
de estos choloquitos, enton-
ces le pregunté, inquieto y
curioso, de dónde los saca-
ba, él me respondió señalán-
dome, “de aquel árbol”, era
uno coposo de mediana
altura. La emoción de tener
la fuente de los cholocos,
me motivó treparme con la
premura de alguien que ve
cerca un manjar.
Cuando estaba subido lle-
nando todos los bolsillos con
las hojas verdes que conte-
nían las bolitas, súbitamente
sentí un fuerte hincón en el
oído, entonces me di cuenta
que venían sobre mí inmen-
sas avispas, desde arriba
asustado me solté y caí ado-
lorido al piso. Se apresura-
ron en atenderme, compren-
diendo que había sido ataca-
do solo por una avispa me-
nos mal. Pasé el resto del
día recuperándome adolori-
do, sin un solo choloco en el
bolsillo, y mi sueño frustra-
do.
Al día siguiente cuando
subía montado al burro,
desde la Esperanza a Yum-
pe, mi oreja se sacudía ha-
ciendo competencia en ex-
tensión y compás con las del
jumento, cosa que le causa-
ba mucha risa a mi abuelito
Minchu, (Wenceslao Gama-
rra) cada vez que me mira-
ba. Todo ese dolor e incomo-
didad lo soportaba con sere-
nidad, esperando pronto
hallar las frutas que tanto
había esperado.
“Abuelito, y ¿cuándo vamos
a hallar los arboles de naran-
ja, chirimoya, palta, y pe-
pino?”, le pregunté preocu-
pado, pues avanzábamos y
no aparecía nada. “Qué
dices hijito, la chirimoya es
ese, la palta ese otro, en
cuanto a las naranjas ya
pasamos, y los pepinos apa-
recerán cuando regreses en
marzo”, me respondió seña-
lándome los inmensos árbo-
les, que nos acompañaban a
uno y otro lado del camino.
Frustrado por esa verdad, se
me esfumó el sueño, de
pasar debajo de arboles
llenos de frutas colgando de
sus ramas al simple alcance
de las manos y por el cual
había decidido viajar a la
tierra de la provisión.
Lo que había ocurrido, que
no era su temporada. Cosa
que si se dio cuando regresé
a fines de marzo, desde
Yumpe, La Esperanza, Llam-
pa, las frutas estaban en
cajones repletos, puestos al
borde del camino, pepinos,
sandias, naranjas, subían al
camión a precios de regalo,
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Huayllacayán Recuerdos de un Viaje en la Infancia
nos aprovisionamos bien,
comí hasta donde pude y
llegamos a Chiquián, con los
bultos llenos de frutas, así
como lo hacía mi querida
abuelita Anqui, doña Angéli-
ca Cueva de Gamarra, que
aunque tarde le brindo mi
eterno agradecimiento y en
su nombre les transmito mis
mejores recuerdos a mis tíos
y tía.
Igualmente hago extensivo
mis saludos a mis amigos
huayllacayanos con quienes
he compartido muchos inol-
vidables momentos, como el
deporte defendiendo incluso
la casaquilla de Huayllaca-
yán, frente a Chiquián, ga-
nándole una final en el esta-
dio Alejandro Villanueva del
Rímac.
¡Feliz día hermanos de Huay-
llacayán en este 8 de diciem-
bre!
La Pluma del Viento
Lima, 4 de diciembre de
2011
“Mi ilusión de niño
siempre había sido
estar bajo los
árboles frutales, y
comer a toda
libertad, los
pepinos,
chirimoyas,
naranjas y paltas ”
l fin de año e inicio
de uno NUEVO todos
los caminos nos
llevan a “enviar saludos,
deseos sinceros de bienes-
tar, de mejores momentos,
de ÉXITO, para el amigo (a)
que es saludado”, por tanto
en esta oportunidad no po-
dría ser distinto. También
tengo los deseos de hacer lo
mismo. Sin embargo, tratan-
do de ser coherente con la
ciencia pensé que todos los
años solemos decir lo mismo
a la persona que estimamos
o incluso lo hacemos a ve-
ces por puro compromiso,
como sucede cuando
se reúnen los trabajadores
de la dirección junto al jefe.
Por eso volvieron a mi mente
las preguntas: ¿y los deseos
del año pasado, se cumplie-
ron?, y ¿de los años anterio-
res se cumplieron?. Conse-
cuentemente, ¿los deseos
de este año seguirán el mis-
mo fin de los anteriores?.
Así, ¿cuánta valides tiene el
dar estos deseos nuevamen-
te?. ¿No sería mejor cambiar
de expresiones por otras
más realistas?.
Con esa intensión me puse a
pensar si habrían regularida-
des que las personas segui-
rían para obtener el éxtio:
¿habrán comportamientos,
conductas, similitudes entre
los Bill Gates, Henry Ford,
Añaños, Tomas Alva Edison,
Vargas Llosa?. Con eso no
quiero decir que el éxito es
equivalente a obtener nece-
sariamente dinero, sino
planteo que estos persona-
jes exitosos seguramente
tienen algunas característi-
cas similares, que si las
identificamos y practicamos
seguramente estaríamos
más próximos a alcanzar el
éxito. Y entonces eso desea-
ríamos compartir con nues-
tros amigos y familiares
cada año, en lugar de decir-
les el estribillo usual: “que
todos tus deseos se cum-
plan”.
Estudiar esas regularidades
o “leyes”, es practicar el
método científico reduccio-
nista que siguen la ciencias
duras, como la física, por
ejemplo, que en esencia
dice que: “existen leyes bási-
cas en base a ellas se puede
explicar todo comportamien-
to de la naturaleza”. Claro,
no pretendo usar el lenguaje
que las ciencias naturales
utilizan que es la matemáti-
ca. Si no, quiero rescatar el
sentir del método que:
“también habrían algunas
leyes que conducen al éxito
de las personas”, y su bús-
queda en primer lugar ten-
dría que basarse en hurgar
las vidas de esas personali-
dades que lograron aquello
que consideramos “éxito”.
Así es cómo ayer, mientras
pensaba en mi participación
en el programa de hoy, y la
coincidencia del año nuevo,
me pareció muy repetitivo y
simple decirnos todos los
años, “feliz año nuevo y que
todos tus deseos se cum-
plan”. Por tanto, a cambio,
me propuse invitarlos a
ustedes estimados oyentes,
a reflexionar, sobre estas
“leyes”, que estarían tras el
éxito.
Con eso en mente me apro-
ximé a las librerías, con sin-
ceridad no soy proclive a
comprar los libros de auto-
ayuda, que repletan sus
anaqueles, pues tengo una
repulsa por su carácter ex-
tremadamente comercial, y
que sus ventas se basan en
la esperanza del lector de
encontrar la fórmula mágica,
de llegar al éxito, a ser rico,
en un abrir y cerrar de ojos,
de la manera mas fácil y sin
esfuerzo.
Mi intensión era encontrar
alguno que fuera escrito
hace unos 50 años o mas, a
fin de comparar sus puntos
de vistas con la realidad
actual, en la intención de
“estimar si sus propuestas
son reglas, regularidades de
ayer y hoy”, y por tanto tie-
nen proximidad a ser
“leyes”, pues son duraderas.
Así ubiqué, por casualidad,
de tantos que revisé, el de
Napoleón Hill, “Las Leyes del
Éxito”, escrito en 1920. Tie-
ne 750 páginas. Su propues-
ta se basó en el análisis de
las regularidades de casi
100 hombres y mujeres que
alcanzaron el éxito en sus
respectivas profesiones.
No voy a resumirles lo que
allí dice, tan solo, coincidir
con una de las leyes que se
establece, y tiene que ver
con el esfuerzo desplegado.
Que, no hay persona exitosa
que no haya trabajado o
dedicado su tiempo más allá
de lo que el promedio de la
gente lo hace. Y, ligado a
refiere aquello del empleado
que hace más para lo que
se le paga.
Me vino a la mente, el es-
fuerzo que mucha gente
hace hoy estudiando los
viernes por la noche y los
sábados o domingos, mien-
tras que otros se divierten o
descansan hasta altas horas
de la mañana.
Ese esfuerzo dedicado a la
educación, sí o sí, va a ser
recompensado, porque en
su trabajo, algún día tendrá
un jefe que, priorice el méri-
to, entonces preguntará,
“¿el Sr. Xyz, tiene mucha
dedicación, lo puede llamar
a mi oficina?”, y cuando lo
entreviste y sepa del esfuer-
zo que hace para estar me-
jor preparado, para hacer
mejor sus funciones, incluso
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El Año Nuevo: Más Educación y Más Trabajo
“no hay persona
exitosa que no haya
trabajado o
dedicado su tiempo
más allá de lo que
el promedio de la
gente lo hace. ”
EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO
haciendo más de aquello para
lo que se le paga, inmediata-
mente lo tomará en cuenta y
lo promoverá, o lo “nombrará
de jefe”, consecuentemente
obtendrá, no solo una mejora
económica sino, mas
“reconocimiento”, así, su
reputación profesional se
incrementará y la rueda virtuo-
sa crecerá y posiblemente ese
buen jefe viendo su rendi-
miento, no pretenderá que
ese trabajador se fuera para
la competencia. Por ello,
“cuánto más esfuerzo hagas
por la educación, mejores
oportunidades obtendrás”. Es
una ley del éxito, y la otra se
resumen en, “hacer más de
aquello para lo que te pagan”.
Esta, entonces, sería mi pro-
puesta para ustedes estimada
audiencia, en el próximo año
2014: sacrificarse por la edu-
cación, es una inversión, y
esforzarse por trabajar cada
vez mejor.
Eso está de nuestra parte,
estamos libres de hacerlo,
nadie nos lo impide. Mientras
que ir en sentido contrario,
hacia lo menos, si es penado,
por ello en tanto libres y
amando la libertad, les deseo
mas estudio y mejor trabajo.
Con ello la rueda virtuosa del
éxito correrá a nuestro favor.
Cierro la ventana citando
algunos mensajes del libro de
Napoléon Hill:
- Hay diez debilidades de las
que la mayoría de nosotros
debe guardarse. Una de ellas
VOLUMEN N°12
Hoy, sábado 6 de di-
ciembre, acabo de
llegar a casa, son las 8 de la
noche. En el Club Ancash, el
pedido clásico de Filomeno
Zubieta Núñez, para el lon-
che, "Pan con chicharrón y
café”, no se dejó esperar y
vino para acompañar la
sesión, cuya agenda era,
"Avances del libro-AEPA Bo-
lognesi".
Fui el tercero en llegar, como
a las 5 de la tarde, vine apre-
surado desde Ate, manejan-
do bajo el sol abrazador de
un verano anticipado.
Vladi (Vladimiro Reyes Ga-
marra), lo acompañaba,
también estaba Lucho Albi-
tes, cuando llegué, pero se
despidió, y se fue dándonos
un fuerte abrazo, dejándo-
nos su sello característico de
cajamarquino sonriente.
Al grano, me dirán nuestros
amigos de Chiquián, como
recordando a Pishuco, para
que apure el expediente, y
diga de qué se trató la se-
sión, y ¿cuáles fueron los
acuerdos?. No se desespe-
ren, dejen que saboree, el
café, amigos, calma! calma!.
Reclamo comprensivamente
y comento que.
Es reconfortante, reunirse
con chiquianos, para tratar
temas relacionados con la
estructura de un libro, no es
frecuente. Empero, los naci-
dos en tierra de maestros,
tenemos en nuestras venas,
predisposición a la cultura,
amor a la lectura y al conoci-
miento. Por ello nos vanaglo-
riamos en ser, "Chiquián
Cultura". Así, dedicarle tiem-
po a ella (la cultura), volunta-
riamente, lo hacemos con
gusto y pasión.
Sino, como explicar el es-
fuerzo de Filomeno que,
viene desde Huacho, por la
reunión, y mañana temprano
tendrá que volver para cum-
plir con sus múltiples obliga-
ciones, semanales, en las
diversas asociaciones que
integra y luego en la universi-
dad.
Igual tengo que decir de
Vladi que, como periodista
debe preparar sus tareas de
comunicador social, y hoy
sábado debe confrontar los
acontecimientos semanales
para salir airoso en su pro-
grama dominical, y a eso
añadámosle lo difícil que es
transitar en los omnibuses
limeños.
De mi parte, solo les comen-
to, que un investigador en
ciencias naturales (nos de-
nominan científicos), que
tiene que enfrentar a los
números (artículos, confe-
rencias, experimentos) todos
los días de la semana, y
debe dar un vuelco hacia
temas de literatura, solo le
quedan los ansiados días de
fin de semana, en estas
deliciosas horas, en mi caso,
continuo construyendo la
Revista el Zaguán de Oro
Puquio, y estiro el tiempo
para preparar mi programa
dominical de radio.
Con esto les quiero decir que
todos tenemos ta-
reas, pero cuando se
ama la cultura, solo
es cuestión de orga-
nizarse para compar-
tir este voluntariado
con alegría.
Llego al objetivo para
comentarles que el
ACUERDO fue el si-
guiente: 1) Filomeno,
culminará la estruc-
tura del libro, con las
correcciones acorda-
das. Acucho, prepara-
rá el prólogo. Vladi
asegurará el apoyo
financiero del Congre-
so y colectará las
fotos que irán en el
libro. Quedando pendiente el
nombre del mismo. 2) La
presentación de los libros de
Filomeno y Donald, se reali-
zará en el Club Ancash, el
próximo 22 de enero.
Finalmente comentamos
que tener como Primer Vice-
presidente del Congreso de
la República a don Modesto
Julca, Bolognesino, Huastino
y Chiquiano, es un orgullo,
que debemos reconocerlo, y
seguro que no será fácil
repetir para que algún pai-
sano nuestro alcance este
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Reunión En El Club Ancash: Libro AEPA
es el hábito de intentar cose-
char antes de haber sembra-
do, y las otras nueve se in-
cluyen todas en la práctica
de crear excusas para ocul-
tar el error que cometemos.
- He estado pensando du-
rante más de 25 años en el
privilegio de prestar un ma-
yor y menor servicio que
aquel para el que a uno le
pagan, y mis pensamientos
me han llevado a la conclu-
sión de que una sola hora al
día dedicada a prestar un
servicio para el que no se
nos paga puede traernos
mayores beneficios que los
recibidos en todo lo restante
de un día en el que única-
mente cumplimos con nues-
tro deber.
- Una persona educada es
aquella que ha aprendido a
conseguir todo lo que nece-
sita sin conculcar los dere-
chos de sus semejantes. La
educación viene de dentro y
se puede obtener mediante
la lucha, el esfuerzo y el
pensamiento.
- Es cierto que uno puede
tener un éxito mayor y más
rápido si ayuda a los demás
a tener éxito.
- El trabajo que se realiza
con un espíritu de amor
suele ser mayor en cantidad y
calidad que aquel que se hace
únicamente por dinero.
- Entre las cosas que pretendes
“eliminar” en tus propósitos del
Año Nuevo, ¡incluye la palabra
“imposible”!.
La Pluma del Viento
Lima, 29 de diciembre de 2013
altísimo cargo. Por ello le felici-
tamos, bien por él y también
bien para nosotros.
Nos retiramos, contentos por
haber cumplido con éste en-
cuentro y con mucha motiva-
ción nos despedimos para
volver a vernos en la siguien-
te reunión del 22 - 12-2014, en
cuya fecha seguro que el libro
estará concluido.
Hasta la próxima reunión,
Chau Filomeno, y Vladi.
La Pluma del Viento
Lima, 6 de diciembre de 2014
Filomeno Zubieta, Agustín Zúñiga y Vladimiro
Reyes, en el Club Ancash, por definir el Libro
de AEPA—Bolognesi.
Nuestra memoria nos
pertenece de manera
muy personal. Acumula ale-
grías, pero también tristezas.
Viene a nuestro auxilio con
más claridad cuando nos
encontramos solos, o distan-
tes de alguien o del lugar
que amamos. Ella se con-
vierte en fuente de sabidu-
ría.
Sin embargo, como no fre-
cuentamos la soledad, el
silencio, sea porque no tene-
mos esa oportunidad, o
porque trabajamos 10 ho-
ras, vemos TV 2 horas, co-
memos 2 horas, conversa-
mos 2 horas, leemos 1 hora
y dormimos 7 horas; no nos
damos esos momentos de
confrontación con nuestra
memoria y con ello perde-
mos mucho de su valía. El
libro de nuestra vida, de la
vida para generalizar, está
allí.
Eso lo entendieron hace
mucho tiempo, y lo practican
como cuestión natural, cultu-
ral, los orientales, los hin-
dúes bajo la denominan de
MEDITACION.
Así, el libro de nuestras ex-
periencias de vida de 80 o
50 o 20 años radica en
nuestra memoria, de la mis-
ma manera que cada fin de
año las organizaciones pre-
sentan sus Memorias Anua-
les, conteniendo la informa-
ción relevante de la gestión
que finaliza. Lo que observa-
mos, en la gran mayoría, es
que nuestra memoria parti-
cular, la usamos poco o casi
nada. Algunos por su profe-
sión la explotan mucho más,
es el caso de los escritores.
Generalmente ellos constru-
yen sus mejores libros hur-
gando en su memoria. Es el
caso de Los jefes de Vargas
Llosa, Los Ríos Profundos de
José María Arguedas, Los
Heraldos Negros de César
Vallejo etc. Obras maravillo-
sas que admiramos y mu-
chas veces nos identifica-
mos.
Pero nuestra memoria no
solo se nutre de lo vivido
hace 50 años o más, tam-
bién se integran las viven-
cias de hace pocos años, del
presente año, del mes, del
día a día. Por eso cuando
abrimos el libro de nuestra
memoria, los acontecimien-
tos del día de ayer se mez-
clan con los ocurridos en la
infancia, adolescencia o
adultos. Y, con eso, construi-
mos historias integradas que
por su consistencia y cohe-
rencia son enseñanzas que
se han validado en esos
periodos 15 o 30 o 50 años.
Y precisamente por eso son
enseñanzas que merecen
compartirlas.
Allí aparece la esencia de la
naturaleza humana que es
nuestra vida, las regularida-
des que observamos mues-
tran sus aspectos inmuta-
bles. Y, que a pesar del tiem-
po, y las transformaciones
ocurridas, prevalecen y valen
todo el tiempo: antes, hoy y
después. Estas regularida-
des, son casi “leyes univer-
sales” que se manifiestan en
cualquier lugar y tiempo.
Observadas en el laboratorio
de nuestra vida y validadas
en 40 o 50 años o más de
experiencia. Ahí radica lo
valioso de compartir nues-
tras memorias. Comparta-
mos, regularidades, cami-
nos, trillas, por donde el ser
humano, que aún no transitó
debería hacerlo, a fin de
alcanzar mejor futuro, moral
e integral. Este camino es el
mismo que siguieron las
grandes obras, desde los
griegos, hasta los judíos. La
biblia es un libro de esta
categoría.
A pesar de esa valía,
¿cuánto de nuestra memoria
sabemos?, ¿cuánto de ella
la usamos? La respuesta es
contundente, poco o casi
nada. Simplemente porque
no tenemos la cultura de la
reflexión, de la meditación,
de buscar el silencio, aprove-
char la soledad; propiciar
espacios de encuentro con
nuestra memoria y luego
transmitirlas, contarlas,
escribirlas y compartirlas.
Esta es una tarea que debe
incorporarse en la educa-
ción. La reflexión y la comu-
nicación.
Desde pequeños debería-
mos aprender a comunicar
nuestras experiencias de
vida. Buscando entrelazar el
presente con el pasado y
mirar qué es lo que se repi-
te. Qué es lo que se mantie-
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Nuestra Memoria Un Libro Abandonado
“No tenemos la
cultura de la
reflexión, de la
meditación, de
buscar el silencio,
aprovechar la
soledad; propiciar
espacios de
encuentro con
nuestra memoria y
compartirlas”
EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO
ne. Y cuando hallemos algo,
compartámoslo. Eso es valio-
so. Pero para compartir, nece-
sitamos promover escritores,
cronistas, espacios para escu-
char y conocer las apreciacio-
nes de generaciones pasadas.
En fin, espacios para dialogar
sobre experiencias del presen-
te y el pasado.
No dejemos que se nos vayan
ancianos sin haber comparti-
do sus enseñanzas, busqué-
moslos, oigámoslos y reflexio-
nemos. Ese es el camino a la
sabiduría, es la demostración
de respeto a nuestra cultura.
Es hacer realidad el mensaje
que “lo local es universal”. Es
la vigencia y trascendencia de
una “ley universal”, su inde-
pendencia de la localidad y
del tiempo. Es decir vale para
el ser humano que vive en
Chiquián como para el japo-
nés, francés o alemán. Y si
también valió para nuestros
abuelos, vale para nosotros y
seguramente valdrán para las
futuras descendencias. Esto
es lo que le da fortaleza y
vigencia a las leyes de la física
donde la conocemos como las
simetrías espacial y temporal.
Que también pueden aplicar-
se en ciencias relacionadas
con el ser humano, como lo
Con mi maestro de primaria don Arcadio Zubieta, que con sus 94
años, es un libro abierto, que mucho tiene por enseñar.
VOLUMEN N°12
Muchas mañanas solea-
das o no, sabatinas o
dominicales, terminaron en
la juguería Vaso Gigantón
(cuadra 12 de Arnaldo Már-
quez en Jesús María). Hacía-
mos cola, pues el reducido
espacio y la gran clientela,
cubrían con facilidad las
sillas disponibles. Los pro-
ductos que se ofrecían eran
puramente naturales, uno
mismo elegía las frutas, sea
para los extractos, jugos o
ensaladas. El precio siempre
accesible.
Hoy, luego de algunos me-
ses, volví a visitarlo, y lo
hallé remodelado. Mi prime-
ra impresión fue que habrían
colocado un gran espejo en
la pared del fondo para dar
la sensación de amplitud.
Movía mi mano, la cabeza, el
cuerpo, tratando de hallar
respuesta en el espejo, pero
eso no ocurría, por lo que el
espacio era real. Habían
logrado comprar el local
contiguo. Ahora sí!!. Había
lugar!!.
El ambiente era elegante, las
paredes pintadas hacían
juego con las diversidad de
colores de las frutas de la
estantería. Entonces me
invadió un gozo especial,
una alegría sincera, quería
felicitar al joven dueño y sus
trabajadores. Eran un ejem-
plo real de la juventud em-
prendedora del Perú, de
aquellos que se abren paso
al progreso, a pesar de mu-
chas dificultades. Probable-
mente en algunos años ellos
abrirán otras juguerías, o tal
vez venderán franquicias.
Pasado el tiempo nadie re-
cordará, quién lo inició y
cómo se construyó ese impe-
rio.
Yo que los he visto surgir
puedo decir, que los jóvenes
que nunca tuvieron dinero,
ni cursaron estudios superio-
res, siguieron una misma
fórmula: trabajo, limpieza,
ahorro, persistencia en el
sueño. El resultado fue pro-
ductividad, crecimiento,
fidelidad del cliente, progre-
so y riqueza. Esta fórmula
ganadora, porqué no se
imita?. Dónde se vende
emprendedorismo, persis-
tencia y visión?. Díganme
dónde, que lo compro!!.
Gritaba callado.
Entonces desde mis interio-
res una voz se levantó pres-
ta y desafiante. No es nece-
sario ir a alguna tienda, esa
fórmula la siguen todos los
exitosos, que no esperan
sacarse la lotería. Es inde-
pendiente si pasó o no por la
universidad. Por ejemplo,
Mario Vargas Llosa, premio
Nobel de Literatura 2010:
¿acaso el tuvo un padre muy
preocupado por él?. No.
Hasta diríamos que fue mas
bien un obstáculo. Sin em-
bargo surgió, triunfó, en la
dimensión de la intelectuali-
dad.
En ambos casos, jamás
hubieran alcanzado el
“éxito”, si no se hubieran
sacrificado mas allá de lo
usual, trabajo organizado,
disciplinado, persistente,
con el objetivo claro. Ellos no
prefirieron darse la siesta
hasta las 10 de la mañana,
o dejar cosas para el fin de
semana. El juguero, madru-
gaba a las 3 o 4 de la maña-
na para traer la fruta fresca
desde los acopiadores de la
parada. En su pequeño es-
pacio nadie se sentaba du-
rante las 8 a 9 horas. Los
horarios comenzaban a las 6
de la mañana y cerraba a las
8 de la noche, de domingo a
domingo.
Ahora que veo al joven triun-
fador, cosa que el no se la
cree, pues sigue trabajando
como si fuera el primer día.
Siento que nada valioso se
alcanza sin esfuerzo, inde-
pendiente de la especialidad
o si el trabajo es manual o
intelectual, todas requieren
de dedicación por encima de
la media. Si alguien sigue
esta fórmula, independiente
del área en que trabaje, el
resultado será indefectible-
mente el éxito, cuyo signifi-
cado supera el dinero, está
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El Éxito Del Juguero O Del Nobel Con La Misma Fórmula
hemos mostrado ahora.
Esta reflexión surgió de mi
visita a la fecha final del
campeonato de futbol del
CUHPB (Centro Unión Hijos
de la Provincia de Bologne-
si), donde se coronó cam-
peón el Club Sport Cahuide
de mi ciudad natal Chiquián,
y pude reconocer el similar
comportamiento de las per-
sonas, cuando hace 30
años, vestía , también, la
misma casaquilla en cam-
peonatos similares. Enton-
ces mientras miraba y con-
versaba con amigos de siem-
pre, trataba de responder a
las preguntas: ¿Qué es lo
que se repite hoy de lo que
fue hace 30 años?, ¿Qué
buscamos las personas
viniendo a estos eventos?,
¿Qué piensan los padres de
sus hijos que vienen aquí?,
¿Qué motiva a las personas
mayores continuar dirigiendo
sus equipos?, ¿Qué les espe-
ra a los jóvenes que gustan
de libar hasta el obscure-
cer?, ¿El dinero que se re-
cauda a dónde va?. Las
respuestas a las que llegué,
eran las mismas de hace 30
años, y seguramente volve-
rán a valer cuando de aquí a
30 años, retorne a mirar nue-
vos campeonatos. Y como algo
inmutable, también, volverá a
brillar la casaca roja y negra del
Cahuide luciendo su cartel de
campeón.
La Pluma del Viento
Lima, 12 de diciembre de 2009
mas próximo con la satisfac-
ción del esfuerzo desplegado, o
del camino andado.
A nosotros, gente del promedio,
nos queda aplaudir ese esfuer-
zo y promover esa fórmula.
Aunque nos lamentemos que
ella no se enseñe en las escue-
las y mas bien en las calles, en
la confrontación con las dificul-
tades y desafíos que surgen en
la vida diaria. Cuánto nos gus-
taría que los medios de difu-
sión, en lugar de tener mucha
información de muertes por
choques o asaltos, pongan
ejemplos de éxito como los
expuestos aquí, con ellos segu-
ramente habrían mas personas
imitándolos, mas peruanos
construyendo sueños, pues el
inicio de la fórmula es tenerlos
y mantenerlos permanente-
mente como guía, durante el
sacrificio organizado y persis-
tente, así, el triunfo estará
a s e g u r a d o . P o r
ello, !!Comencemos a hacer
realidad nuestros sueños, con
disciplina y organización!!.
La Pluma del Viento
Jesús María, 04 de diciembre
de 2010
“En ambos casos,
jamás hubieran
alcanzado el
“éxito”, si no se
hubieran sacrificado
mas allá de lo
usual, con el
objetivo claro”
Mientras preparaba
esta nota, tuve dos
alternativas, la primera,
escribir sobre la navidad,
desde el punto de vista del
consumismo, de la tergiver-
sación del sentir la navidad,
esto es criticar, reflexionar
desde muchos puntos de
vista, ponerme en la posi-
ción del analítico. Pero, tam-
bién, surgió la otra alternati-
va la de sacar el niño que
llevo dentro y mirar la navi-
dad desde esos años cuan-
do discurría mi infancia y
niñez en Chiquián en mi
barrio de agocalle, entonces
decidí por este último.
Hoy estamos a dos días de
la noche buena. Los corazo-
nes por duro que fueran,
seden y se abren a la ale-
gría, a la paz y a la amistad.
Brota en nuestros corazones
aquel himno navideño que
con mucha certeza, escribie-
ra Luis Aguilé: "Tú que estás
lejos de tus amigos, de tu
tierra y de tu hogar. Y, tienes
pena, pena en el alma. Quie-
ro que sepas, que para tí
tengo un hogar. Por eso y
muchas cosas más VEN A MI
CASA ESTA NAVIDAD".
Seguro que, muchos quisié-
ramos que aquel amigo,
distante, alejado, solitario,
foráneo, estuviera hoy para
acompañarnos. Tanto es la
voluntad de compartir, que,
cuando el vecino se aproxi-
ma a saludarnos, cosa que
no ocurre todo el año, esa
noche nos alegramos, son
momentos para reforzar la
amistad.
Aun cuando no hubieran
niños, igual queremos que
suenen en toda la casa los
villancicos, nuestra niñez
vuelve como antes, no im-
porta que nos separen 50 o
60 años. La navidad sin
niños es un jardín sin flores,
pero nuestra mente puede
más, por lo que nos basta un
CD y la música de siempre
de aquellos que escuchába-
mos en el barrio de Venecia,
junto a mis amigos de barrio,
entonces me siento en el
sillón de mi viejito, cierro la
vista y viajo como en los
tiempos de los 60s.
Salgo por Sáenz Peña hacia
28 de julio, y subo caminan-
do mi primera vista es la
casa de Hedy, su puerta está
adornada de cintos con los
colores navideños rojo, ver-
de y dorado, desde dentro
brotan villancicos con soni-
dos de campana, como ale-
grándose de mi presencia, e
i n v i t á n d o m e a p a -
sar: "Adónde vas pastorcillo.
Q u é n u e v a s m e
traéis. Asómate a la venta,
verás al niño en la cuna. Los
ángeles tocan las campanas.
Asómate a la ventana por-
que está naciendo Dios".
Sigo mi camino esquivando
los charcos de agocalle,
entro a la casa de Nina, allí
en su pasadizo esta un
burrito con atados de pasto,
leña y porongos de leche, el
animalito se da cuenta mue-
ve sus orejitas y me invita a
pasar cantando junto a la
traviesa amiga: "Con mi
burrito sabanero, voy camino
a Belén. Con mi cuatrico voy
cantando, voy camino a
Belén. Apúrate que ya vamos
a llegar, tuquituqui tuquitu-
qui, vamos a ver a Jesús".
Luego visito la casa de
Macu, allí en la esquina
todavía está la varilla de
salto a garrocha que hicimos
ayer, ella ha hecho un her-
moso nacimiento sobre el
kikuyo, están pocitas de
agua repletos de patitos y
pececitos que parecen vivos,
nos saludamos y juntos can-
tamos: "Mira como beben los
peces en el río. Beben y
beben y vuelven a beber por
ver al Dios nacer".
Luego de visitar a mi querido
barrio y amigas, de mi niñez
en Chiquián vuelvo a casa,
casi subido sobre nubes, la
puerta está medio abierta,
inclino la cabeza y veo a mi
madre que junto a mis her-
manos me reciben con ale-
gría y nostalgia, esta-
ba llegando tarde nueva-
mente su niño deportista,
jugador de bolas que vuelve
con la rodilla agujereada, o
con la pelota en mano y polo
sudado, no hay regaños,
hoy, es noche buena, me
invade una gran paz e in-
mensa alegría que, mientras
me viene el sueño canto con
fuerza inusitada: "Noche de
paz, noche de amor, todo
PÁGINA 20
Navidad: Recuerdos,Ternura, Niñez Y Paz
“Los corazones por
duro que fueran,
seden y se abren a
la alegría, a la paz
y a la amistad”
EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO
duerme en derredor. Sobre el
santo niño Jesús. Una estrella
esparce su luz. Noche de paz,
noche de amor. Todo duerme
en derredor".
Feliz navidad queridos amigos
de Lima, Chiquián y distritos
de la provincia de Bolognesi.
Un sincero agradecimiento por
su audiencia a este pequeño
espacio del Zaguán de Oro
Puquio.
Un saludo muy especial a mis
queridas amigas de infancia,
Hedy, Nina y Macu, con quie-
nes las navidades siempre
fueron inolvidables, ellas sa-
ben que mi cariño hacia ellas
es sublime.
La Pluma del Viento
Lima, 22 de diciembre de
2013
Feliz navidad a mis queridas ami-
gas de infancia Nina, Macu y Hedy
Casa de Acucho, Sáenz Peña Casa de Hedy en 28 de julio Casa de Nina, 28 de julio Casa de Macu, en 28 de julio
VOLUMEN N°12
A hurtadillas caminába-
mos mirando los esca-
parates, donde resaltaban
los destellos multicolores de
los carritos a pilas, las sire-
nas de los patrulleros de la
policía, los soldaditos que
incansables batían los tim-
bales, las pelotas “player”,
los “chimpunes” con
“cocos”, las pistolas al estilo
vaqueros, .... eran nuestros
regalos imaginarios, que día
tras día no dejábamos de
visitarlos, y mirarlos por la
calle Comercio, a cierta dis-
tancia.... ¡Qué recuerdos!.
Los más caros descansaban
en los bazares, en las tien-
das de Bizzetti, de Abundio,
mientras que los más bara-
tos en los mercados, en
medio de aromas de pesca-
do, ají y ajos.
En las semanas previas a la
noche buena, las frías maña-
nas no nos atemorizaban a
los niños y adolescentes.
Planeábamos en las noches
quien nos pasaría la voz
para despertarnos, o qué
animalitos llevaríamos, algu-
nos decidíamos por las oveji-
tas otros por gallitos. Eran
los preparativos para asistir
a las hermosas e inolvida-
bles Misas de Gallo. Con esa
misma anticipación y dedica-
ción preparábamos el naci-
miento, subíamos a las cha-
cras de Pariantana para
traer pedazos de grama
natural, que en realidad era
el Kikuyo. Sobre él montába-
mos los misterios (las imáge-
nes de San José, la Virgen
María, el niño Jesús y los
Reyes Magos), animalitos,
pocitos de agua con patitos
navegando. Alrededor de
estos bellos nacimientos
ensayábamos alegres villan-
cicos de corte español y
también algunos peruanos.
La navidad que conmemora-
mos está inserta en las raí-
ces de nuestros pueblos,
forma parte de nuestra cul-
tura. Sin embargo se la ha
confundido y ligado al derro-
che, abundancia y compro-
miso de compra de regalos.
Los presentes han reempla-
zado al dialogo, reencuentro
y paz. La navidad se ha
transformado en desplantes
de riqueza, ajetreos, lujuria,
es decir, hoy, la navidad es
sinónimo de consumismo
agresivo.
En los momentos actuales,
cuando Ayacucho llora la
muerte de peruanos pobres,
abandonados por los gobier-
nos, locales, regionales y
nacionales, que sufrieron de
huaycos por la concurrencia
de la impredecible naturale-
za, pero favorecida por el
descuido de autoridades.
Requerimos de la unión,
solidaridad, respeto y tole-
rancia, junto a la infranquea-
ble firmeza en la lucha por la
justicia, equidad y paz. Que
se resume en oportunidades
de empleo, educación y
salud principalmente.
En esta navidad debemos
darnos minutos para refle-
xionar que, somos hombres
o mujeres nacidos para el
bien, para el progreso, y
sobre todo para el
amor, que debería-
mos demostrarlo
en primer lugar con
nuestro tratamien-
to a los niños y
ancianos, ellos
siendo menos
fuertes represen-
tan el origen y fin
de nuestras pro-
pias vidas.
Sabiendo que nos
escuchan jóvenes
a ellos quie-
ro recordarles que:
Los grandes he-
chos no fueron
nunca consecuen-
cia de milagros ni
casualidades, sino
resultantes de la
perseverancia, valores éti-
cos, seriedad, estudio, disci-
plina y sacrificios. Los jóve-
nes saben que se encuen-
tran en un camino y que
vacilar a mitad de él es trai-
cionar el pensamiento, es
desfallecer, es repudiarlo.
Las buenas intenciones que
no se logran cumplir, son
caricaturas de la virtud.
Nada se obtiene sin lucha,
sin esfuerzo ni alegría. Ale-
gría que renace de sólo sa-
ber que mientras hay lucha
hay vida, que la vida se re-
produce y que las probabili-
dades de vencer aumentan
redoblando los esfuerzos
hasta alcanzar el triunfo.
Los premios de la vida se
encuentran al fin de cada
jornada, y no cerca del co-
mienzo, y que no importa
saber cuantos pasos falta
para alcanzar la meta, no
me importa saber si fue el
millar o el millón, basta sa-
ber que el éxito puede estar
oculta detrás del siguiente,
por lo que para saberlo ten-
go que dar ese paso.
Finalmente, sé que el joven
que nos escucha sabe que
cuando el hombre comienza
a luchar consigo mismo, es
PÁGINA 21
Navidad Del Recuerdo Y Navidad De Hoy
señal que vale algo. Y que es
más importante tener un por-
qué vivir que el cómo vivimos,
lo primero es trascendente es
aspiración de futuro lo otro es
momentáneo, pasajero y per-
fectible.
Saludos muy especiales para
todos los chiquianos y sus
familiares por esta navidad,
pero en especial a los que se
encuentran mal de salud o en
recuperación, como don Alber-
to Núñez, Luis Romero, Leoncio
Alvarado, Soledad Zúñiga, Rosi-
ta Núñez, quienes deben saber
que estamos pendientes de su
salud.
Podemos no estar cerca, ni
verlos a diario, sin embargo
sepan, que no habrá ningún
brindis de noche buena o año
nuevo, sin antes recordarlos y
mencionar vuestros nombres,
para decirles que deseamos su
pronta recuperación.
La Pluma del Viento
Lima, 20 de diciembre de 2009
A estos niños les pedí que se sienten a borde
del camino, estaban llevando unos burritos a la
chacra. Parecían nuestras vidas
“Los grandes hechos
no fueron nunca
consecuencia de
milagros ni
casualidades, sino
resultantes de la
perseverancia,
valores éticos,
seriedad, estudio,
disciplina y
sacrificios.”
Cuando vienen los tiem-
pos de navidad, reapa-
recen en la mente nuestra
niñez, vuelven las tiendas
del jirón comercio, plagados
de adornos navideños, ahí
estaban los Bizetti, Abundio,
Machuca, Alvarado, desde
sus puertas y escaparates
destacaban los mejores
regalos.
Mientras eso sucedía afuera,
en casa, en alguna esquina
de la sala, o el comedor,
estaban bien adornados los
nacimientos, de pasto natu-
ral o artificial, en el medio,
en la posición central, desta-
caba la cuna del niño, acom-
pañado de sus padres y
reyes magos.
No se sentía frío, todo era
calidez cuando se oían los
villancicos cantados por los
niños del colegio San José
de Piura, o los Toribianitos, o
los de Huaraz, o los de Vie-
na, son los discos traídos por
nuestros hermanos que
estudiaban en Lima,
invadían sublimemente el
ambiente.
Nosotros con 5 o 6 añitos,
habíamos estado pensando
y mirando, qué regalos le
pediríamos a “Papá Noel”.
Finalmente, en la noche
buena, lo escribíamos en
una cartita antes de dormir y
los depositábamos debajo
de las imágenes del peque-
ño santuario que teníamos
en casa.
Al día siguiente, 25, salía-
mos desde la mañana a la
puerta, a la calle, para jugar
con ellos, junto a nuestros
amiguitos de la cuadra.
Mi madre, muy trabajadora,
se había esforzado todo el
año, para que esta fecha, el
chancho esté colgado en el
terrado, para hacer los chi-
charrones, rellenos, gash-
gash, manteca, también
había amasado panes, en la
panadería de don Cuni, y por
su puesto las latas de man-
jar blanco, con la leche de
sus vaquitas, estaban listas,
para que sus hijos estudian-
tes en Lima, se sientan con-
tentos cuando vengan de
vacaciones.
Es decir que, en mi niñez en
navidad en Chiquián, nunca
me percaté, qué les ocurría
a los niñitos que no recibían
alguna regalito, o que no
tenían el desayuno de cho-
colate y panes.
Ahora, pasado los años, y
viendo el esfuerzo que hace
Víctor Tadeo, trato de imagi-
nar, qué sentiría el niñito
que no recibía el regalo de
navidad, se-
guro que
también, él
observaba los
regalos en las
tiendas gran-
des o en la
menores alre-
dedor del
mercado de
abastos. Y,
cuando llega-
ba la mañana
del 25, seguro
desde alguna
d i s t a n c i a ,
miraba cómo
esos otros
niños sí te-
nían regalos
que él también
deseaba.
Habría sentido frustración,
dolor, y tal vez cólera hacia
sus padres que no le com-
praron, o rabia por los niños
que sí los tenían. Ellos no
entenderían qué significaba
los salarios, el no poder
comprarlos. Su lamento
interno habría sido grande.
Entonces, ahora que veo el
esfuerzo de Víctor y su equi-
po de colaboradores, que
llevarán juguetes, chocolate,
panetones, provocará en los
niños más necesitados, que
seguro hay muchos, alegría,
risas, gritos, ambiente de
algarabía, que es lo caracte-
rísticos de la navidad.
Así, los niños construirán
con su mente y manos, los
ambientes soñados, ahora
con sus carritos, muñequi-
tas, platitos, aviones, hé-
roes fantásticos, subirán las
pircas, cocinarán con las
plantitas naturales en sus
chacras de mishay, parian-
tana, cucuna, ninán, pam-
pan, huasta y aquia, mien-
tras acompañen a sus pa-
dres, en la chacmeada, en
el sembrío, o en el ordeño.
La felicidad que les provo-
cará ese pequeño regalo,
será inmenso, sus frustra-
ciones, postergaciones y
PÁGINA 22
La Navidad Promueve Colaboración: Chiquián, Huasta y Aquia
“Finalmente, en la
noche buena, le
escribíamos en una
cartita antes de
dormir y los
depositábamos
debajo de las
imágenes del
pequeño santuario
que teníamos en
casa”
EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO
cólera disminuirán.
Claro, la cantidad de regalos
que lleve Víctor, no abastece-
rán a todos, pero llevará las
contribuciones de aquellos
que desearon que nuestros
niños de Chiquián, Huasta y
Aquia, no tengan dolor en ese
hermoso día de navidad por
falta de un juguete, pequeño o
grande.
Como dice Víctor, con solo
hacer llegar un sol, será sufi-
ciente, pues lo que importa es
la colaboración. Basta llama-
ra al teléfono al 975556447 o
llevar algo a la dirección de
Las Palmeras 5550. Desde
allí, el día 20 saldremos en
caravana a Chiquián para
volver a ser niño en esta navi-
dad.
Buen trabajo Víctor, don Ali-
cho y Pablito. Lo que vale es el
esfuerzo que le ponen. Eso, la
comunidad de residentes en
Lima, de Chiquián, Huasta y
Aquia, los reconocerá apoyán-
dolos con sus contribuciones
para llevar alegría a nuestros
niños y ancianos.
La Pluma del Viento
Lima, 7 de diciembre de 2014
Las colaboraciones de las bicicletas no se hicieron
esperar, llegaron a la casa de Víctor Tadeo.
Acucho, Víctor y don Alicho, integrantes
del programa Por las Rutas de Chiquián
y la Provincia de Bolognesi.
VOLUMEN N°12
Estamos cerca al fin del
año 2009. En nuestra
retina se agolpan muchas
escenas que podríamos
considerarlas como la más
destacada. Sin embargo,
optamos por aquella que
tiene que ver no solo con el
presente sino también con el
futuro, con el año siguiente y
con certeza debería ser per-
manente. Empero eso, hoy,
no lo practicamos, ni es
parte de nuestra cultura. Se
trata de la inclusión y la
sostenibilidad.
El primero tiene que ver con
lo que vemos a diario y es un
tema de permanente discu-
sión en las reuniones, deba-
tes y almuerzos cotidianos,
se trata de la contradicción
entre el crecimiento econó-
mico y el bolsillo de las per-
sonas, ellos manifiestan,
con contundencia: “si dicen
que el Perú es un ejemplo de
crecimiento económico, del
PBI, porqué mi sueldo es
bajo, por qué no tengo traba-
jo, porqué no me alcanza
para comer, porqué no acce-
do a la salud, porque no
tengo agua, porqué no tengo
luz, porque no hay carretera
a mi pueblo, … “.
Para muchos, que siguen de
cerca las estadísticas dicen
que, la brecha entre ricos y
pobres es cada día mayor.
Para comprobarlo basta
caminar por los asentamien-
tos humanos pegados a
Lima, como Alto Perú, nada
menos que en Chorrillos,
rodeado de restaurantes de
lujo en la capital de la repú-
blica, eso es nada si visita-
mos las punas de la sierra o
las comunidades de la selva,
es la imagen del centralismo
insolente. Allá, el común
denominador es, desempleo,
delincuencia, comercializa-
ción de drogas, falta de cen-
tros de salud, carencia de
servicios de luz, agua y desa-
güe, inexistencia de escue-
las, analfabetismo, etc. No
disponen de servicios bási-
cos (educación, salud y se-
guridad), esa es la responsa-
bilidad principal del estado y
del gobierno de turno.
Mientras esto ocurre con los
pobres, con los EXCLUIDOS,
otros cerca del poder político
y económico, gozan de la
bonanza del crecimiento del
PBI, a "niveles de record
mundial", en ellos frente a
sus casas aguardan camio-
netas 4 x 4, sedans, los
otros modelos ya coparon
los garajes, no hay más es-
pacio. Ellos, no dejan de
visitar en sus vacaciones a
Disneylandia, Louvre, Milán
o Londres. Los viajes de
promoción de sus hijos son a
Can Cun o Punta Canas,
como mínimo, qué importa
que traigan la gripe H1N1,
total llegado a Lima, los
medicamentos los esperan,
aunque luego contagien a
sus empleadas y estas la
diseminen en los barrios
pobres, donde los hospitales
no los reciben. No hay duda
que, los excluidos en nuestro
país, hoy y ayer, tienen ros-
tros de niños, mujeres y
ancianos.
Como reza el refrán, “tras
cuernos palos”, el año que
finaliza nos ha traído la crisis
económica mundial. Ella nos
mostró la mala cara de la
economía, disciplina que
parece tener mucho de pro-
paganda y poco de ciencia.
Los culpables, americanos,
fueron los mejores profesio-
nales, egresados de las
prestigiosas universidades
Harvard, Stamford, Yale, etc.
¿De qué valió que se gana-
ran los grandiosos premios
nobeles?. O, ¿Es que tam-
bién estos se compran, al
mismo estilo del Jirón Azán-
garo?. No es necesario ser
especialistas para adelantar-
nos y concluir que los que
pagarán, sus ejercicios mal o
bien aprendidos, son los
pobres, y nuevamente los
excluidos. Pareciera, volver
la tesis de Aristóteles, la
perdurabilidad de la esclavi-
tud.
Para romper esta exclusión
casi secular, requerimos de
organización, los pobres
separados, desarticulados,
individuos solitarios, serán
siempre débiles, incapaces
de cambiar el status quo, la
situación vigente, el paradig-
ma, para usar la terminolo-
gía de Tomas Khun. Por eso
el reto está en incrementar
nuestra capacidad de resol-
ver los problemas colectiva-
mente, no de manera indivi-
dual. Ello obliga a buscar
espacios para el diálogo,
aprender a confrontar ideas,
a llegar a acuerdos y respe-
tarlos. Pero esto no se podrá
alcanzar si no practicamos la
tolerancia, el reconocimien-
to, y la aceptación que so-
mos diversos no solo en
opiniones sino también en
cultura. Desde el norte al
sur, costa, sierra y selva, el
Perú es multicultural, multi-
PÁGINA 23
Finalizando e Iniciando el año: Inclusión y Sostenibilidad Retos
verso esa es nuestra patria.
Pero el año que estamos ce-
rrando también ha sido el del
medio ambiente, que ha con-
cluido con la fracasada cumbre
de Copenhague,nos han de-
mostrado que, nuestra tierra
está en peligro, la hemos mal-
tratado, la estamos destruyen-
do, vivimos creyendo que ella
dispone de recursos inagota-
bles, nuestras prácticas cotidia-
nas son destructivas, quema-
mos bosques, destruimos
áreas verdes a cambio de ce-
mento, lanzamos sustancias
químicas desde las minas a los
ríos, es decir tiramos contami-
nantes en cantidades imperdo-
nables, su cielo azul la hemos
enlutado, sus hermosas nieves
corren peligro de desaparecer,
tal vez de aquí a 20 años,
nuestro Tucu, Jirishanka o
Yerupajá, solo se verán en
fotos de los abuelitos. Estamos
haciendo todo para que nues-
tros descendientes, tengan una
tierra agresiva, inhóspita, es-
cuálida, sin recursos para vi-
vir. Los pronósticos del cambio
climático son aterradores, si no
modificamos nuestra manera
de vivir de manera urgente.
Esto tiene que ver con el se-
gundo gran reto para enfrentar
el próximo año, o los próximos
años, se trata de la SOSTENIBI-
LIDAD de la vida en la tierra.
“nuestras prácticas
cotidianas son
destructivas,
quemamos bosques,
destruimos áreas
verdes a cambio de
cemento, lanzamos
sustancias químicas
desde las minas a
los ríos, es decir
tiramos
contaminantes en
cantidades
imperdonables, su
cielo azul la hemos
enlutado”
La brecha entre ricos y pobres muy
cerca de Lima
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ZOP N12 NAVIDAD

  • 1. VOLUMEN N°12 LIMA, DICIEMBRE EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO DIRECTOR: AGUSTÍN ZÚÑIGA
  • 2. CHIQUIAN CULTURA LOS ESPERA CON LOS BRAZOS ABIERTOS Hemos finalizado el año 2012, Chiquián Cultura, es el nombre del blog personal que construí hace unos 5 años, el propósito era y es compartir nuestras notas con todas las personas que tienen a bien ingresar al blog y que en la práctica mayoritariamente son chiquianos residentes en Lima, algunos en Chiquián y otros en el extranjero. He- mos tratado de mantener una regularidad de cuatro artículos mensuales, porque estos los escribo durante los fines de semana, sea en casa o en algún lugar donde el tiempo me lo permita. Los blogs han sido una opción antes inexistente para aquellos que nos gusta compartir ideas, conversar, de todo desde temas cotidianos a temas mas comple- jos de la política, economía o ciencias. A falta de espacios de comunicación oral, que antes lo hacíamos durante los encuentros deportivos de fines de semana, o en la fiestas del Club Chiquián, y siendo fácil construir blogs, decidimos crear nuestro blog CHIQUIAN CULTURA. Ciertamente es una alternativa de comunicación, pero no acce- den a él personas mayores de 60 años, a pesar que muchos de los temas que allí se escriben tienen que ver con ellos o con sus historias, por ello sería de mucho interés conocer sus puntos de vista. Consecuentemente, se hace indispensable llegar a ellos vía los medios clásicos, de boletines, revistas, o libros. Es así que nos vimos en la obligación de pasar al formato de revista nuestros artículos que se publicaron en el blog. Esa es la razón de la publicación de la revista CHIQUIÁN CULTURA, y lo he iniciado publicando el último número del primer año, en los días posteriores tratare- mos de ir sacando los números previos. Estamos seguros que viendo la publicación al menos electrónica surgirán amigos que ayudarán a su impresión, si fuera así recién cumpliríamos con el propósito de llegar a esa gran colectividad de chiquianos residen- tes en la capital y el extranjero. La revista la he construido sin ayuda, o asesora- miento de profesionales, por eso deben haber muchos errores, sin embargo, da para mostrar que el objetivo es utilizar imágenes de calidad de forma que las revistas se conviertan en textos de colección y no en coyunturales y pasajeras noticias. A fin de consolidar la revista y publicarla de manera regular, nos gustaría que se integraran al equipo amigos que gustan de las manifestaciones culturales, a fin de realizar entrevis- tas, tomar fotos, escribir artículos y finalmente realizar el trabajo mas difícil de la edición. Por ahora estoy usando el software que viene con el microsoft office, seguro que algunos sonreirán y dirán que estos trabajos se hacen con tal o cual software especializado. Seguro que sí, por eso necesitamos voluntarios que estamos seguros este año 2013 lo lograremos. Chiquián Cultura DIRECTOR: AGUSTIN ZÚÑIGA GAMARRA Av. Honorio Delgado 467. Lima 31. Lima—Perú CHIQUIAN CULTURA Teléfono: 0511-4827211; 990079994 Correo: agustinrzuniga@gmail.com Mas explicación menos aceptación Mas conocimiento menos armamento http://chiquianyerupaja.blogspot.com/ VOLUMEN N°12 La cordillera del Huayhuash y su símbolo Yerupa- já representan inspiración a la cultura chiquiana Hay una riqueza cultural chiquiana poco explota- da en la industria cultural.
  • 3. La última semana de cada año, está directamente relacionada con la NAVI- DAD, esta fiesta no solo está centrada en el hogar, ahora se extiende hasta el trabajo. Eso parece funda- mental, pues sin hablar de religión, los trabajadores se dan un momento para converger en amistad, compañerismo y compartir los objetivos instituciona- les. Pero lo deslumbrante de la navidad, está en el comercio, calles y tiendas son adornadas con los colores rojo, dorado y blan- co, todos los espacios, utilizan la tecnología al máximo, como son la redes sociales, tarjetas electróni- cas, robots, celulares sofis- ticados. Cada persona desea comprar algo para sí o para sus familiares. La cultura de la navidad ha rebasado la religión católi- ca, ahora los ateos también lo comparten, porque sim- plemente el amor y la infan- cia están juntas y para eso no se requiere ser creyen- te. Agrada sobremanera escuchar los villancicos en las voces de grupos históri- cos como los niños de Vie- na, o los Toribianitos, o los niños de Huaraz, todos entonando canciones que nos devuelven a nuestra niñez. Caminar por las grandes avenidas comer- ciales de Lima, La Unión o Larco es reconocer que la navidad es fiesta. Pero como la vida para ser real la felicidad va unida a la pena, igualmente la Navi- dad, nos traen noticias tristes, incendios, o cho- ques, o huaycos, o niños desamparados trabajando a media noche, sin saber a donde dormirán. Eso nos lleva a que también la navi- dad tiene que ser reflexión, mesura, comprensión y solidaridad. El mensaje principal es que en la vida no estamos solos, y que el dolor y la alegría no nace ni termina con nosotros, sino se extiende a todos los que nos rodean, y eso rebasa nuestra familia, nuestro país, incluye a la tierra, por eso cuidémosla para que las futuras navidades sean mas placenteras. VOLUMEN N°12 Editorial LIMA, DICIEMBRE C H I Q U I A N C U L T U R A EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO La Navidad Renovación de Niñez y Amor 3 Murphy Siempre Presente aún Cuando no lo Invites 5 La Navidad una Semana Espe- cial 6 El Niñito Perdido en la Noche Buena 10 Por Una Educación de Calidad y Masa Crítica de Investigadores 13 Nelson Mandela Enalteció la Humanidad 14 Huayllacayán Recuerdos de un Viaje en la Infancia 15 El Año Nuevo: Más Educación y Más Trabajo 16 Reunión en el Club Ancash: Libro de AEPA 17 Nuestra Memoria: Un Libro Abandonado 18 El Éxito del Juguero o del Nobel con la Misma Fórmula 19 Navidad: Recuerdos, Ternura, Niñez y Paz 20 Navidad del Recuerdo y Navidad de Hoy 21 La Navidad Promueve Colabora- ción: Aquia, Huasta y Chiquián 22 Finalizando e Iniciando el Año: Inclusión y Sostenibilidad 23 La Navidad es Alegría Jo Jo Jo. 8 Un Punto de Apoyo para Buscar la Esencia 12 Investigación desde el Colegio: Mecenas del Siglo 24 Un Reencuentro de Futbol y Cultura con Toto Núñez 27 Planificación Desde el Inicio del Año 28 CONTENIDO: más queridos. Para muchos la navidad ha trascendido la religión católica, se ha con- vertido en una manifesta- ción cultural de gran parte del occidente. Nosotros nacemos cantando villanci- Amis queridos amigos que mediante el blog y las redes sociales nos "vemos", deseo abrazarlos y desearles mucha paz en primer lugar consigo mis- mos, y luego con sus seres cos, mirando nuestros naci- mientos en pastos naturales en la sierra, o artificiales en las ciudades modernas. La navidad en el Perú es una fiesta nacional, su núcleo está en e l hogar, la familia La Navidad Renovación de Niñez y Amor
  • 4. y la niñez, sin embargo hoy se extiende también al tra- bajo, allí dejamos por unos minutos nuestras labores, para compartir paz, alegría, palabras de reflexión, desta- cando la amistad, la convi- vencia pacífica, deseándo- nos mejores oportunidades y éxitos. Por ello querida fami- lia y amigos de Chiquián, del Perú y del extranjero, reci- ban mis abrazos, mis salu- dos, mis deseos de un año mejor, de un mundo mejor, de un día mejor. Que no nos desesperemos por alcanzar la felicidad, o el éxito de manera ciega y urgente. Porque la búsqueda aloca- da, obnubila, somete, acep- ta, no da tiempo a la refle- xión, a la solidaridad, a la libertad, a la democracia, en fin, colisiona con lo que la semana navideña nos propo- ne. La navidad, nos devuelve a la niñez, a la edad más sublime, más inocente, pero más alegre. Si morábamos en la puna, en la sierra, en el lugar más olvidado, encon- trábamos regocijo, alegría, cogiendo alguna lajita, lan- zándola lo más rasante a las aguas de la laguna para contar los rebotes que daba, o armábamos caminitos de carretera, con puentes y ríos, y con carritos hechos de barro, manejábamos al esti- lo del gran “Chuqui”. Las pelotas, los tambores, las trompetas, los revólveres, tenían sus equivalentes en las piedritas, ramitas o arci- llas. La alegría, surgía de la mamapacha. Nuestras ma- dres nunca tenían vacacio- nes, ellas seguían trabajan- do en las chacras, desde el amanecer trayendo leña, o leche, o pasto, ellas no tran- sitaban los jirones de la Unión, o avenidas Larco, o supermercados, Vea, Wong, Saga, para encontrar un regalo. Ellas nos preparaban con sus endurecidas manos, chompitas, gorritos, medieci- tas, suaves y cálidas. Sus mayores regalos en navidad eran alimentarnos bien, los chanchitos habían crecido para proveernos en diciem- bre chicharrones, rellenos, “gash gash”, yanán o jamón; las vaquitas siempre prestas seguían nutriéndonos de leche, queso, cachizada, manjar blanco; la abuelita enviaba sacos de granos de maíz, cebada y frutas. La navidad era amor de familia, cantos de villancicos y ani- malitos en nuestras manos en las misas de gallo. Hoy la navidad a pesar de todos los avances tecnológicos sigue siendo amor. Y, nuestra madre sigue dándonos amor, la diferencia que hoy ella muestra cabellos canos, manos y salud debilitada, pero siempre alegre, volvién- donos a acariciar a todos: hijos, nietos y bisnietos, se ríe y bromea viéndonos abrir los regalos que se arremoli- nan al pie del arbolito artifi- cial y nacimiento de grama artificial; le gusta las luces multicolores y muñequitas cantoras con las que juega alegre su bisnieta; para ella y para nosotros la navidad nunca pasa, solo se renue- va. Y con eso todos nos re- novamos en niñez y amor. Por eso en navidad nuestros saludos y abrazos son since- ros exentos de cálculos e intereses. ¡Qué viva la navidad!. ¡Que viva la amistad!. ¡Que viva la paz!. Feliz navidad queridos ami- gos. La Pluma del Viento Lima, 23 de diciembre de 2012 PÁGINA 4 “no nos desesperemos por alcanzar la felicidad, o el éxito de manera ciega y urgente. Porque la búsqueda alocada, obnubila, somete, acepta, no da tiempo a la reflexión, a la solidaridad, a la libertad, a la democracia” EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO
  • 5. VOLUMEN N°12 Son las 3 de la tarde, sentado en la mesita de un restaurante de pescados y comida norteña, de mi barrio, espero mi pedido, un “ceviche de pescado”, acom- pañado de una cuzqueña (cerveza ojo!!). Mientras discurren los se- gundos, me pregunto: ¿Qué hago aquí solo?, ¿Acaso no podía quedarme en casa?. No se debe al hecho que sea soltero, consecuentemente no tenga a nadie que pre- gunte por mí, ni soliciten puntualidad a la hora del almuerzo. Sino que al salir de casa con una agenda determinada la varié en el camino, producto que mi primer objetivo de lavar el carro no se cumplió, no tomé las providencias de asegu- rarme si habían lavadores de carro, un domingo a la 1 de la tarde, luego de lavar el carro continuaría a otro lugar y volvería como a las 7 de la noche. Así que no habiendo lavadores en diversos luga- res, decidí volver a casa. Estaba completamente se- guro que habría alguien, mi madre, hermana o sobrino. La realidad fue otra, no ha- bía nadie a las 2 de la tarde. “cómo puede ser esto, ahora que no cargo la llave no hay nadie, mientras todos los días que los llevaba en el maletín, nunca las usé, pues siempre había alguien en casa, para abrirme tan pron- to sonaba el claxon”. Esta vez había tocado una, dos, hasta tres veces. Como nadie se apersonó a abrir la puerta para chequear quién tocaba el claxon, decidí bajar del auto y tocar el timbre y la puerta. Lo hice y nadie res- pondió. “Es un hecho, no hay duda. Ahora que estoy sin llave, justo han salido todos. Ellos creyeron que llevaría conmi- go la llave, por eso se fue- ron”. Rápidamente me pasó por la mente, “Murphy tenía razón: “Aunque exista una sola probabilidad de que algo falle, entonces , fallará”. Sigo escribiendo en esta mesa, el ceviche ya vino, lo consumo lentamente. “si las palabras derramaran aro- mas, sentirían el típico am- biente de cevichería una mezcla exótica de ajíes, cebolla, limón, perejil y cer- veza”. El plato del ceviche es espe- cial para los que escribimos en cualquier lugar porque “no hay cuidado de si se enfría”. Por el contrario frío es más rico. El bolígrafo rueda imparable, de rato en rato ingiero una cucharada de ceviche el ambiente es perfecto, no extraño nada, estoy en otro mundo viajo por los cim- breantes surcos de tinta. Hago un alto solo para be- ber, el vaso de cerveza, que no debe calentarse. ¡Salud Acucho! Me grito yo mismo. Por la ventana que da al parque del barrio de Ingenie- ría a una cuadra del hospi- tal del Rímac, veo pasar a jóvenes enamorados que miran hacia adentro dando la sensación que anhelarían entrar a comer algo, pero siguen de largo porque no podrían pagar, a ellos les falta dinero pero les sobra amor. Los miro ni me cono- cen ni yo tampoco. Entonces me vuelve a la mente mis años de forastero en el ex- tranjero, donde era comple- tamente desconocido y po- dría sentarme en cualquier restaurante y no encontrar a alguien conocido. Allá lo comprendía, pero aquí a unas dos cuadras de casa, ocurría lo mismo. Cómo cambian los tiempos o mejor cómo se renueva la gente, los mayores pasamos a ser desconocido de los jóvenes. Son los ciclos de la vida. El fuerte sonido de cumbias peruanas, norteñas y amazó- nicas, mezcladas con el eco de los diversos diálogos de los comensales, no permite recibir con nitidez algunas palabras, ni siquiera de los vecinos más próximos que están a no más de 2 me- tros. Estoy en una isla, o en una celda, igual da estar en ingeniería o en Buenos Aires o Sao Paulo. En cualquier caso el almuerzo en casa solo, es triste, así que prefie- ro estar aquí en medio del bullicio que volver a casa y no hallar a nadie. “Al mal tiempo buena cara”, me digo mientras doy las últimas cucharadas al cevi- chito. Al menos esta soledad me permitió escribir algo. Antes de poner fin a la histo- ria, les digo que cuando Murphy se hace presente, no queda más que llevarle la corriente y vencerlo con calma. Esta nota la estoy escribiendo en hojas de papel bond, y no en mis cuadernos, que porto en mi cartera, porque tampoco los tenía allí, sí estaban la cá- mara fotográfica, la grabado- ra de voz, lentes y lapiceros. Eso me di cuenta apoco de ingresar al restaurante y ubicarme en esta mesa cer- ca a la venta e ingreso de luz natural, mi lugar preferido. La moza me dejó la carta para elegir el plato, luego se retiró, pero como demoraba busqué mi cuaderno en la cartera y no estaba. Enton- ces para corregir esta coinci- dencia de hechos fallidos que denotaban con certeza la presencia de Murphy (“Cualquier cosa que pueda ir mal, ... irá mal”), dejé el restaurante y fui a buscar alguna librería a Habich. Compré 6 hojas y volví, así creo que ya doblegué a Murphy o en todo caso estoy llevándome bien con él. Ahora siendo las 4:03 de la tarde, dejo en el plato solo la mitad del camote, y una rodajita de ají limo, el sabor fue increíble, terminé un plato de ceviche sólo, nunca PÁGINA 5 Murphy Siempre Te Acompaña Aún Cuando No Lo Invites lo había hecho, sin embargo ese improbable ocurrió. Por eso concluyo diciendo que hoy toda la tarde estuve acompa- ñado de Murphy, y lo supe tratar bien, tanto que me acompañó a escribir esta nota. Salud, Murphy!, Salud Acucho!. La Pluma del Viento Lima, 16 de diciembre de 2012 NOTA. Llamé por teléfono a casa, antes de dejar el restaurante y me contestó mi madre, enton- ces salgo seguro que habrá alguien. “cuando Murphy se hace presente, no queda más que llevarle la corriente y vencerlo con calma”
  • 6. Es 24 de diciembre las 6 de la tarde, camino entre la multitud a través del jirón de la unión de Lima, esquivando sudores y largas lenguas que devoran hela- dos. Parece que soy el único que mira a la gente, la mayo- ría divisa las tiendas que lucen adornos diversos con colores navideños: rojo, verde y dorado. En uno y otro lado las lucecitas brillan apagándose y prendiéndose, titilan en entretenidos com- pases. Algunos vendedores gritan, ¡Este es con led, con led, ahorrador. Compre. Compre. Se agota!. Desde otros almacenes salen las añoradas notas de los villan- cicos, que los había escu- chado, en mi infancia en Chiquián, cuando asistía a las misas de gallo rodeados de gallitos, ovejitas y mu- chos niños. En las casas siempre tene- mos un espacio para levan- tar un arbolito, pinos artifi- ciales, se repletan de cam- panitas, estrellas, muñequi- tos que penden de sus ra- mas, algunos entrelazamos más lucecitas, que titilan al compás de canciones. En su base se ponen los regalos. Cerca al arbolito, está el nacimiento, siempre rústico, el niño reposa en su lecho, sus padres y los reyes ma- gos los acompañan. Tam- bién suelen ser infaltables el burrito y la vaquita, luego se copan los espacios con oveji- tas, patitos que flotan en lagunitas. Cada tarde al llegar a casa mientras la oscuridad cae sobresalen, las luces, los niños, siempre inquietos, esperan con ansias los rega- los. En Chiquián, en mi épo- ca no teníamos arbolitos, los nacimientos los arreglába- mos sobre pedazos de kiku- yo, que los traíamos de una chacra vecina a la ciudad. Pero sí habían regalos, los solicitábamos con dos o tres día de anticipación, los pa- pelitos con los deseos, los depositábamos junto a las imágenes de Santa Rosita o San Martin, que se hallaban en un empotrado de la sala de la casa vieja que hereda- mos de mi abuelo. En la mañana del 25 abríamos presurosos los regalos. Mi padre sabía que me con- tentaría con una buena pelo- ta de futbol y carritos. Nunca tuve la necesidad de hacer colas en el mercado o la municipalidad para recibir algún regalo. Mis padres hacían lo posible para pro- veernos, no los sofisticados que se veían colgados en los basares, ni tampoco le pe- díamos eso. Diría hoy que no éramos pobres, pero tampo- co ricos. Sin embargo eso nunca lo noté, ni que me incomodara, me bastaba jugar, comer chicharrones en diciembre, y tomar la rica leche fresca calientita de nuestras vaquitas. La pobre- za la descubrí viniendo a Lima. Durante la semana de navi- dad, en el trabajo, las ofici- nas cambian de apariencia, las secretarias, aparecen en las puertas ayudados por el conserje, a pegar pequeños símbolos navideños. Sensibi- lizado, por la escasez y es- fuerzos de ella, el siguiente día me aparezco con más cositas navideñas para ter- minar de arreglar las puertas del laboratorio que habían quedado sin nada, hago lo propio con el panel de noti- cias, donde ya pegué la tar- jeta dirigida a mis colegas. El 99% en el trabajo somos hombres, algunos dan mues- tra espontánea de alistarse para la navidad, la mayoría pareciera tener vergüenza en descubrir su lado infantil. Otros no tenemos reparo en hacerlo. Pero el 1% es mujer, es la secretaria, pieza funda- mental en las fiestas navide- ña. Sin ella no estaría listo el desayuno que ha preparado para toda la División, cuando nos aproximarnos al ambien- te preparado, vemos fuentes con panetones, chocolate preparado por la concesio- naria, vinos, bolsas de rega- los para los trabajadores de limpieza. Nunca le pregunté cómo hacía para replicar el milagro de la multiplicación de los panes. Si solo di mi cuota de 10 soles. La ceremonia del desayuno navideño va a comenzar, es el último día laborable de la semana, la secretaria llama por teléfono una y otra vez para solicitar la presencia del que falta. Cuando por fin ya estamos todos, la secre- taria y moderadora de la reunión, invita al jefe, o al de mayor edad a dirigirnos algu- nas palabras, para iniciar el brindis. Pasada la parte seria, comienzan las bro- mas, y la ingesta. La mode- radora, no olvida su papel, a pesar que las copitas de vino se secan rapidísimas en sus manos, ella va señalan- do uno a uno para que tam- bién nos dirija algunas pala- bras, entre aplausos y risas, todos opinan algo. Nos deseamos, paz y felicidad en la familia, solidaridad y dedi- cación en el trabajo, y tam- bién algunos piden prosperi- PÁGINA 6 La Navidad Una Semana Especial “siempre tenemos un espacio para levantar un arbolito, pinos artificiales, se repletan de campanitas, estrellas, muñequitos que penden de sus ramas, algunos entrelazamos más lucecitas, que titilan al compás de canciones” EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO El jirón de la Unión, una de las mas concurridas calles del centro de Lima.
  • 7. VOLUMEN N°12 dad con la llegada del nuevo año. Hasta los más callados hablan. De sus bellos y sabios men- sajes, uno se pregunta, qué diferente sería el trabajo si repitiéramos, más veces oportunidades como la navi- dad. Pues, posponemos los roces que suelen ocurrir en el trabajo, y terminamos en abrazos. Esta semana que, hoy 24 se cierra es especial, no solo abre los corazones de amor hacia los niños y ancianos. Sino que también nos pro- mueve visitar a los familia- res, escribir alguna tarjeta, expresándoles con nuestras palabras, la estima que se les tiene, cosa que no se los dijimos ni siquiera por telé- fono. Mañana será el al- muerzo entre todos los hijos y familias respectivas junto a la madre y abuelita. Los preparativos alegra, ya com- pré vinitos, pisco, mañana estaremos juntos, tal vez sea la última oportunidad de vernos hasta el próximo año. O ni pensar en desgracias mayores. Los regalos no habrán como antes, porque no hay niños, y la economía no está muy buena. O por- que la salud de algún fami- liar impide estar muy alegre o derrochador. Aguardo con ansiedad, abra- zarlos, a mis hermanos, sobrinos y todos juntos reir, beber, olvidar el trabajo, hoy, recordaremos nuestra niñez y anécdotas de las navida- des pasadas en Lima o en Chiquián. También, recordaremos a nuestro padre, ya fallecido. Comeremos la voluntad de todos, esta vez no cocinare- mos en casa porque la her- mana que solía hacerlo no está bien de salud. Prepara- remos pisco souer, y reire- mos mientras vemos las fotos, y villancicos vía inter- net. Y, cuando caiga la tarde y venga la noche nos despedi- remos con tristeza, pero reconfortados por ver que hay familia, que aún nos queremos, y que renovamos esa alianza junto a nuestra madre. Que los años la han hecho más calmada, pero muy sensible con la partida de alguna nieta, que decidió trabajar lejos de la capital, pero alegre también porque le comunicaron que pronto tendrá un nuevo nietecito. Estas partidas y llegadas son parte de la vida, la alegría y la tristeza comparten nues- tra existencia. Lo agradable de esta navidad fue que este año nos dimos la oportuni- dad de pasar todos juntos, en la casa donde nos cria- mos, no importa si vinimos desde barrios lejanos, car- gando a los hijitos en taxis estrechos y caros, bajo el incomodo sol de verano. Esos inconvenientes no son nada, el regalo fue nuestra presencia, vernos de cerca, compartir nuestras vidas, aun cuando sea en pocos minutos, en adelante cada saludo, cada abrazo nos servirá para tomar fuerzas y enfrentar la vida con seguri- dad y alegría. Y también para decirnos que ojalá la repita- mos el próximo año. Que la navidad nos depare alegría, paz y mucha solidari- dad. La Pluma del Viento. Lima 25 de diciembre de 2011 PÁGINA 7 “ esta semana es especial, no solo abre los corazones de amor hacia los niños y ancianos. Sino que también nos promueve visitar a los familiares, escribir alguna tarjeta, expresándoles con nuestras palabras, el cariño que se les tiene” La municipalidad de Lima metropolitana siempre presenta un inmenso árbol. En la plaza San Martín la esquina de HSB, se viste de navidad de manera muy original.
  • 8. La Convocatoria Todos tenemos un niño interior En los diciembres y navidades renacen Brota la colaboración, la alegría, y la solidaridad Me anoto!. Me anoto! El pueblo clama escuchando "Por las Rutas de Chiquián y la Provincia de Bolognesi" Y, su espacio "El Zaguán de Oro Puquio" Endulzando nuestro desayuno dominical Somos Chiquián, somos Aquia, somos Huasta, En diciembre, volvemos a ser los niños del ande Nacidos en el frío, bajo la mirada del guardián Yerupajá Bebiendo aguas de Tucu Comiendo truchas del río Aynín Amando la naturaleza Cantando villancicos Aquí está mi colaboración, Las bicicletas, panetones y regalos. Llegan a raudales Es navidad Es alegría Oh, jojojo!! El Viaje Es hora de partir a nuestro terruño La minivan reboza de regalos y amor La noche está avanzada El cansancio no cuenta Nos impulsa la sonrisa de un niño La alegría olvidada de un anciano Nos acompañan huaynos Las bandas de Chiquián y Huayllacayán La noche es diáfana Nos guía la estrella de Belén ¡Conococha laguna inolvidable está ahí! Tus aguas tiernas cristalizan nuestros recuerdos Se oye la voz inigualable de Oshva Las huachuas trinan entusiasmadas Las truchitas agitan sus aletas La alegría está llegando La navidad está llegando El Huayhuash brillante emerge Las siluetas de los guerreros impresionan Jirishanca, Rasac y el gran Yerupajá Nos reciben con los brazos abiertos Allá abajo el valle de Aynín que cobijan a Aquia, Huasta y Chiquián Pueblos de mi infancia Es el amanecer Nuestra meta está próxima Esta fue una buena noche Una noche de paz Es navidad Es alegría Oh, Jojojo!! Las Visitas ¡Qué rico caldo de cabeza! Chiquián querido, tu mercado me engríe Sáenz Peña casa amada Vuelvo de pasada pero tu calidez sigue igual Barrio añorado siento tus veredas Palpo las puertas de las casas de mis amigos Aquí nos sentábamos Aquí cantábamos Aquí eran nuestras navidades . Detengo las lágrimas delatoras. Estamos descendiendo camino a Aquia Don Raúl Espejo desde Husgor Nos saluda mientras cantamos El río Aynín se encabrita al compás de villancicos Nos bendice con gotas heladas gratificantes Se abre el portal de San Miguel de Aquia, luego de Huasta Las plazas de armas están repletas de niños Las primeras bicicletas para los niños especiales Los niños amansan sus briosos corceles Sus sonrisas devuelven alegría, incredulidad y gozo Son regalos que estrujan nuestros corazones Cerramos con la chocolatada Leche de vaca y panetones Es navidad Es alegría Oh, Jojojo!! PÁGINA 8 Navidad es Alegría Jo! Jo! Jo! “¡Conococha laguna inolvidable está ahí! Tus aguas tiernas cristalizan nuestros recuerdos Las huachuas trinan entusiasmadas Las truchitas agitan sus aletas La alegría está llegando” EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO
  • 9. VOLUMEN N°12 El Último Día Ayer día agotador, día de alegría. Hoy, la mañana se puso fría Pero, desde Huarampatay El sol reaparece, Para recibirnos en San Antonio de Quisipata La pequeña escuelita Irradia cariño, organización y alegría El profesor Juan Ramírez inicia la clausura Los niños declaman poesías de despedida Recordamos con nostalgia nuestra escuelita 351 Arpa, y cantantes matizan la ceremonia Los padres de familia nos invitan a bailar La pachamanca echa sus aromas de amistad Vienen los regalos para los niños Nos despedimos agradecidos El pueblo más pequeño entregó más cariño. Por la tarde volvimos a Chiquián Su inmensa plaza de armas está colmada de niños Nos recibe un tanto celosa Lanzándonos una lluvia impertinente Aceptamos su capricho Pero pronto nos devuelve su cariño y calma el temporal Los niños disciplinadamente se organizan El número de bicicletas siempre es corto Algunos niños, derraman lágrimas de pena Los que ganaron posan alegres Quisiéramos tener más presentes Quisiéramos que todos recibieran Pero algunos que tienen no colaboran Lo hacen los que tienen menos Los que saben de las necesidades Los que sienten que navidad Es colaboración, Es amor, Es alegría Oh, Jojojo La Pluma del Viento Chiquián, 22 de diciembre de 2014 PÁGINA 9 “ Pero algunos que tienen no colaboran Lo hacen los que tienen menos Los que saben de las necesidades Los que sienten que navidad Es colaboración Es amor” Mi querido pueblo de Chiquián, su majestuoso Yerupajá, junto al promotor de estos viajes, el Sr. Víctor Tadeo.
  • 10. La casa está arreglada con diversos adornos de navidad, en la puerta de entrada cuelga una gran botas de papá Noel, en las paredes del pasadizo pen- den cadenas doradas con campanitas, estrellas y trom- petas, el mantel de la mesa del comedor también tiene los colores de la navidad, el nacimiento está en la esqui- na de la sala repleto de ani- malitos, rodeando la cuna del niño con José, María y los reyes magos, al costado del nacimiento está como siempre el hermoso arbolito plagado de pendientes mu- chos traídos de viajes al extranjero, son inacabables, en la parte baja reposan algunos regalos, que se abrirán cuando la familia vuelva y los nietos irrumpan con su bullicio de hordas atilienses. Son las 10 horas de la no- che, se fueron todos a misa, estoy viendo TV, durante la propaganda me aproximé al nacimiento, vi que no estaba el niño Jesús, ¡Ah, es mi madre que a sus 85 años, sigue con su costumbre de llevar el niñito a la misa para su bendición!, ella camina unas 6 a 7 cuadras ayudada de su bastón, mantiene una puntualidad admirable, ella siempre está a la hora en cualquier actividad que la iglesia o su grupo parroquial realizan. Ahora va acompa- ñada de mi hermana. Mientras recorro los adornos del nacimiento me vuelve a la mente una anécdota que ocurrió, hace unos 25 años en una noche similar a la de hoy del 24 al 25, la Noche Buena, mi padre, como de costumbre muy puntual, se adelantó a la iglesia, quería sentarse en las primeras bancas, en un lugar prefe- rencial para asistir a esta ceremonia especial, él se había convertido en un cre- yente ejemplar, el párroco lo reconocía así. Ese día mi madre se demoró un poco, pues debía asegu- rarse de la comida, y los otros preparativos, se había adelantado mi hermana, seguramente le separaría un lugar en la iglesia. Salió con preocupación por la hora, pero cuidándose de llevar a su niñito sobre una pequeña colchita bordada con hilos dorados, sobre la que repo- saría en su cunita en el naci- miento después de las 12. En la iglesia se sentó cerca de mi tía Sholly, su hermana, que vivía y vive a unas pocas cuadras de la casa. El am- biente de la misa era espe- cial, todos seguían la solem- ne ceremonia con mucha devoción y atención a las palabras del padre y acom- pañaban con emoción los cantos del bien afinado coro, nadie quería perderse un solo momento. En ese am- biente, el padre invita a los fieles a llevar a sus niñitos hacia el altar para darles la bendición. Era uno de los momentos más esperados, por mi madre, pues llevaría en su niñito la bendición de la navidad a su casa. Cuando mi madre decidió salir de la banca hacia el pasadizo para recibir la ben- dición se dio cuenta que su colchita estaba vacía no estaba su hermoso niño, era el regalo de su hijo mayor médico, que lo trajo de Ayabaca—Piura al fina- lizar su SECIGRA, también le había comprado los misterios del nacimiento, diríamos unos 5 años atrás. Casi al borde del llanto y desesperación exclamó, ¡Já, a donde está mi niñito Sholly”, su her- mana atónita no tuvo tiempo para darle alguna respuesta, mi madre ha- bía estado tan concentra- da en la misa que no notó la falencia, sin embargo recordó con certeza que sí lo había puesto sobre la colcha a la salida de la casa. Sin mayor duda, con total decisión, se abrió paso por la banca y salió fuera de la iglesia a buscar a su niñito. Pero, a dónde podría estar, el recorrido era extenso, las PÁGINA 10 El Niñito Jesús Perdido en Noche Buena “vi que no estaba el niño Jesús, ¡Ah, es mi madre que a sus 85 años, sigue con su costumbre de llevar el niñito a la misa para su bendición!, ella camina unas 6 a 7 cuadras ayudada de su bastón, mantiene una puntualidad admirable” EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO calles, el parque, el pasaje, eran demasiados lugares donde podría haberse caído, y tal vez alguien lo encontró y se lo llevó, o al caerse se habría hecho pedazos. To- das esas interrogantes pasa- ron por su mente, pero su decisión de buscarlo era mayor. Al darse cuenta de la salida repentina, mi herma- na, también le siguió, iba a unos diez metros atrás, tra- tando de asegurarse no le pasara nada, mi madre se encaminó hacia el parque, que estaba a una cuadra de la iglesia, su mirada no tenía rumbo definido simple- mente seguía lo que sus pies la llevaban. Tal vez su plan era reconstruir la caminata desde la salida de la casa. El parque que debía atrave- sar era un recorrido de unos 70 metros, las veredas que la cruzaban, estaban ador- nadas de cercos de plantas de granada podadas y flores rojas de geranio, estas ro- deaban los múltiples triángu- los de grama. La ilumina- ción del parque no era alta, los focos dejaban suficiente luz para transitar, pero no para ver debajo de las plan- tas, allí todo era obscuro, se requeriría de una linterna para hallar algo. Mi hermana murmuraba mientras le acompañaba a la distancia,
  • 11. VOLUMEN N°12 “que acabe la misa luego volvemos con más calma a buscarlo”. Mi madre contra- riamente se desesperaba, no podía perder a su amado niñito, era un recuerdo muy valioso, y no podría dejarlo abandonado, lo sentía como a un hijito, pensaba que cuando la misa concluyera, la multitud de feligreses retornando a sus casas, de seguro que lo destrozarían si estaba caído en el piso. Con todo eso en mente, cruzaba el parque con mira- das caóticas, la desespera- ción aceleraba la respira- ción, obstaculizaba el racio- cinio y las lágrimas que bro- taban de los ojos obscure- cían la mirada, en esas con- diciones la búsqueda era cada vez más complicada. Cuando ya llegaba al final de la vereda diagonal del par- que, se encaminaría hacia el pasaje, su ojos de manera fortuita se orientaron hacia la derecha, allí a unos ocho metros por la vereda lateral sobre el surco de granada de unos 80 centímetros de alto, observó a pesar de la obscuridad un objeto que le llamó la atención, se aproxi- mó, cuando estaba a un metro reconoció a su niñito, que yacía echado tranquilo con los brazos abiertos, casi esperando el abrazo de su madre. Casi ahogándose de emo- ción, levantó al niñito lo abrazó, y enjugando sus lágrimas de alegría, exclamó, “Chole, está aquí, lo hallé, bendito sea dios, gracias Jesús”. Mi hermana se acer- có, la emoción también la desbordó, la abrazó a su madre y besándola le dijo, “vamos a bendecirlo, todavía hay tiempo, cálmate, toma el pañuelo límpiate las lágri- mas”. “Si hijita, vamos, mi niñito nos ha dado el mejor regalo, vamos”. Sonriendo y rezando por su niñito, se dirigieron a la iglesia. Ingresó mi madre con su niñito en la mano, el padre acababa de bendecir al últi- mo niño, cuando ya retroce- día para dirigirse al altar y continuar la ceremonia, un murmullo se escuchó en la iglesia, los fieles habían notado la presencia de una señora que caminaba presu- rosa con su niñito en sus manos, por el pasadizo cen- tral. El padre preocupado volteó la cabeza y vio que era la señora Luzmila esposa de don Antonio, que caminaba presurosa hacia la bendición de su niño. “Claro es la seño- ra Luzmila, siempre traía a su niñito, ya me extrañaba porqué no había estado”, reflexionó el padre mientras volvía con el agua bendita. Terminado de bendecir al niño el padre le murmuró, “después me cuenta porqué llegó tan tarde”. “si padre es una historia muy linda”, dijo mi madre agradeciendo la bendición de su niñito. Seguramente hoy, después de 25 años, mi madre volve- rá con el mismo niñito de esta historia que me vino a la memoria mientras veía el nacimiento, hecho con mu- cha ternura por mi hermana. La Pluma del Viento Lima, 24 de diciembre de 2012 PÁGINA 11 “con todo eso en mente, cruzaba el parque con miradas caóticas, la desesperación aceleraba la respiración, obstaculizaba el raciocinio y las lágrimas que brotaban de los ojos obscurecían su mirada” La iglesia Santísimo Redentor de la urbanización Ingeniería, era solo una pequeña capilla, ahora es una gran iglesia. Parque del barrio de Cayetano en Ingeniería, tal como se ve hoy.
  • 12. La semana laboral ha llegado a su fin, como si fuera una ola de viento sua- ve y tibio acaricia mi mente en esta tarde de domingo cuando me siento en este lugar. Muchas veces quise tener un momento pleno de silencio, disponer de unos minutos para viajar por los caminos infinitos de la men- te. Volar por los campos desconocidos de la materia obscura y aproximarme al origen de la palabra, del pensamiento, de la materia, de la vida y ojalá del actuar. "Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”, decía el gran Arquímedes, y eso es lo que nos falta a las personas que vivimos en este mundo preñado de contaminación (incluyo al sonido y las imá- genes). Ese punto de apoyo, esa esquina puede estar en la azotea de nuestra casa, en la mesita de nuestro cuarto, en el balcón frente al parque, o en la colina miran- do el valle de Aynín y el ne- vado Yerupajá. Posesionados en ese punto de apoyo, miraremos con mayor claridad nuestro com- portamiento, nuestro accio- nar, en correspondencia con nuestro papel de seres hu- manos, sea con nuestra familia, pueblo y país. El no visitar y desconocer ese punto de apoyo próximo a nosotros, nos conduce a la costumbre de vivir en la superficialidad, en la impro- visación, lanzamos opinio- nes sin reflexión, no tene- mos cuidado de si estamos en la posición de un comuni- cador social, o de una autori- dad de mayor nivel. Pueden pasar un mes o un año o tal vez toda una vida, sin haber- nos tomado la necesidad de visitar ese lugar especial de la reflexión. Ahora que ese viento agra- dable golpea mi sien y miro como se sacuden las hojas del árbol, admiro como sería el trajinar de los pensadores griegos buscando la esencia del ser humano, mediante la meditación, caminando por colinas acompañado de una cantimplora, guareciéndose bajo los árboles y cuevas, pero siempre meditando sus conjeturas. En ciencias naturales, los físicos teóricos, también utilizan la meditación como la herramienta principal del saber, Gelman Murray, pre- mio nobel de física, decía "yo solo necesito un papel y lápiz para iniciar mi com- prensión de la naturaleza", fue él quien puso por prime- ra vez el nombre de Quarks, a los componentes funda- mentales de la materia. En este sentido deberíamos acostumbrarnos a buscar esos "puntos de apoyo" y cuando los identifiquemos, allí debería estar, como "bolso de viaje", los compa- ñeros inseparables, un lápiz y un cuaderno de notas. En las pocas o muchas reunio- nes que tuviéramos, siempre quedarán rasguños de nues- tra búsqueda o aproxima- ción a la esencia. No importa que no tengamos acceso a libros, en ese momento has- ta diría que no es recomen- dable, lo que debe primar es la costumbre de confrontar nuestra mente con la inquie- tud. Pero en el momento que nuestras hipótesis, o conclu- siones, aspiren a la generali- dad, deberíamos confrontar con la realidad, principal- mente en los aspectos del comportamiento humano. Es que hablar de sufrimiento sin haber sentido el dolor causa de ese sufrir nunca se alcanzará la verdad. Solo se podrá alcanzar experimen- tándolo. Así como no se puede sentir el hedor real, cuando pasan imágenes de calles sucias de la parada. Nos obligará a visitar esa calle. O cuando hablamos de la pobreza y frio de los pue- blos más alejados de Puno, o Ayacucho, nunca se podrá llegar a su comprensión con solo ver fotos de esos niños en las aulas de las clases de sociología en una linda uni- versidad limeña. En ciencias naturales también pasa eso, el premio nobel de física, Richard Feynman decía "el juez supremo de la verdad es el experimento". La con- frontación de la hipótesis c o n l a r e a l i d a d (experimento) es imprescin- dible. Pero hablar de realidad tam- bién, tiene su apariencia, de ahí que el físico, Ernesto Sábato, gran escritor propo- ne que la esencia detrás de la realidad es la SUPERREA- LIDAD, que es más flagrante en el caso de personas. Como ejemplo viene el caso de los peruanos que habitan en las ciudades, donde la gente ama la modernidad y la confortabilidad tecnológi- ca. Entonces cuando se refieren a los peruanos de las zonas rurales o selváti- cas, demostrando su procli- vidad a la poca reflexión, argumentan “esos peruanos de cuarta clase no pueden impedir que se utilice la riqueza de esas tierras”, PÁGINA 12 Un Punto de Apoyo para Buscar la Esencia “Ese punto de apoyo, esa esquina puede estar en la azotea de nuestra casa, en la mesita de nuestro cuarto, en el balcón frente al parque, o en la colina mirando el valle de Aynín y el nevado Yerupajá” EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO refiriéndose a que los “habitantes oriundos de esas tierras, no saben lo que vale el subsuelo, pues tendría petróleo, o minerales, por lo que se debería arrasar con los bosques y extensiones de plantas". Esta opiniones solo alcanza- ron el aspecto exterior visible en su vestir, poca ropa, poco elaboradas, y sus viviendas muy simples. No se tomaron en cuenta, cómo ellos ven a los árboles, cómo sienten a la naturaleza, y cómo incide en su vida diaria. Así la autoridad o el habitante urbano con aires de sabio, por tener un título universitario, demostra- ba su poca profundidad, su saber no había alcanzado la interioridad de las personas mencionadas, o afectadas su externalidad no era su reali- dad, les faltó comprender la superrealidad, aquello que está dentro de ellos de cómo ven, sienten y valoran los campos. Entender su cosmovi- sión y respetarla. Este como otros ejemplos, nos demuestran que la reflexión y capacidad de buscar la esen- cia, no se garantiza con los diplomas y peor si tiene poder para decidir sin miramientos y mucha soberbia característi- ca de la ignorancia. Cuando se trata del conoci- miento, el poder lo tiene aquel que indagó y estudió más la esencia. Por eso bus- quemos y habituémonos a visitar ese punto de apoyo que moverá nuestras vidas. La Pluma del Viento Lima, 4 de diciembre de 2010
  • 13. VOLUMEN N°12 yer la movilización por la educación también fue contra el autoritarismo de la mayo- ría del parlamento que re- presentan a un partido sin credenciales democráticas, las mismas que fueron con- firmadas en los mensajes internos de Instagram que se logró conocer. No puedo dejar de dar mi opinión en mi muro frente a la situación, tan absurda que el APRA y el Fujimorismo han buscado, la censura del ministro de educación, a cambio de fomentar una educación universitaria de baja calidad, argollera y desmeritocrática. Con las consecuencias de engaño a los jóvenes estudiantes pro- veniente de las familias menos pudientes económi- camente. Se dice que el ministro es una persona prescindible, claro que lo es, pero si él no pide su renuncia, y ha traba- jado bien, ¿por qué retirar- lo?. Y, menos si lo pide un movimiento político caracte- rizado por la corrupción, desprecio al mérito y al tra- bajo, y poco democrático. En tal movimiento acaso se respeta el ¿grado académi- co?, ¿el empleo?, ¿la compe- tencia meritocrática?. La respuesta nos dan sus máxi- mos líderes. En una reunión de colegas de posgrado con quienes nos habíamos pasado dos años leyendo, estudiando, sobre qué debería hacerse en gestión de la innovación, ciencia y tecnología, en una de las conversaciones fuera del aula tocamos el tema de “masa crítica”, entendiendo como el número de científi- cos que el país necesitaría, para tener esa capacidad endógena de calidad en investigación en cada área temática o especialidad. Considerando que el termino masa crítica suele ser muy usado por autoridades sin precisar una cantidad, me resultaba muy subjetivo, especulativo y más bien “demagógico”. Me había formado en no aceptar que me digan “hace calor”, sino en saber “qué temperatura es”. Así que un día tuve al frente a una de tales autoridades (presidente de Concytec) y le pregunté: “cuánto es la masa crítica”. Naturalmente no me respondió. Así que me puse a buscar información más certera, porque en defi- nitiva atrás subyace la pre- gunta central: ¿cómo hacer para que la producción cien- tífica del grupo tenga alcan- ce mundial?. Entonces a mis colegas Ivette y Luisa, les comenté de un artículo que estudió este tema (de la masa crítica), y les hablé de algunas cantidades (tabla adjunta) les interesó y aquí les comparto el artículo ( “ a r q u i v . o r g : https://arxiv.org/abs/1511. 08367). Entonces, ¿por qué no pro- pugnamos tener ese número mínimo de especialistas en ciencias con el grado de PhD en las universidades e insti- tutos públicos de investiga- ción a fin de ser competiti- vos (disponer investigación de alta calidad)?. El hecho que hasta ahora no hayan considerado estas cantida- des se puede concluir que: 1) Hay desconocimiento de los que conducen estas organizaciones o 2) saben de esto y lo hacen adrede para no tener una competen- cia calificada (tanto institu- cional cuanto nacional). El número Nk, en el sentido de masa crítica, es que es el número mínimo debajo del cual es imposible alcanzar investigación de alta calidad. Por su puesto que en la práctica para hacer un traba- jo de calidad puede ocurrir con menor que ese número sin embargo desde el punto de vista estadístico no ocu- rrirá. Y, por tanto este estu- dio tiene mucho sentido. Y consecuentemente busque- mos al menos tener esa masa crítica en los institutos públicos y universidades. Se considera un grupo pequeño (menor a Nk), medio (Nk, 2Nk), grande (mayor a 2 Nk). Tabla. Índice de masa críti- ca para la investigación. (Elaborado en base a (Berche, 2015)). Berche, B. (2015). Academic research groups: evaluation on their quality and quality of their evaluation. ArXiv., 1511.08367v1. La Pluma del Viento Lima, 13 de diciembre de 2016 PÁGINA 13 Por una Educación de Calidad y la Masa Crítica de Investigadores “El número Nk, en el sentido de masa crítica, es que es el número mínimo debajo del cual es imposible alcanzar investigación de alta calidad”
  • 14. Mirar la vida desde la esquina del desposeí- do, del segregado, del some- tido al desprecio por una minoría, en ese caso la blanca, debió haber sido insoportable, para los habi- tantes negros de Sudáfrica por los años 50. Cómo hacer para revertir esta situación, fue el reto que el joven Nel- son Mandela, comenzó a enfrentar a los afrikáners, que desde 1948, esta mino- ría blanca de descenden- dientes holandeses impusie- ron en Sudáfrica desde que se hicieron del poder con el apoyo de EEUU y occidente. Y desde ahí legalizaron un sistema, político, económico y social de segregación, más conocido como el APART- HEID. Ciudades, lugares, transportes exclusivos para los negros, a pesar que eran mayoría casi el 80% de la población. Al inicio, Mandela, promovió la lucha armada, motivo por el que, bajo el cargo de pro- mover golpe de estado y sabotaje, fue condenado en 1962 a cárcel perpetua, sin embargo por la presión del mundo y los caminos que se daban a nivel global, el en- tonces presidente de Sudá- frica (SA), Frederick de klerk, presidente, le otorgó la liber- tad, el 11 de febrero de 1992. Salió después de 27 años. Aquel día que dejó la prisión dijo: “salir de esta cárcel con el rencor de los blancos que me trajeron sería volver a la cárcel, si también tuviera rencor contra ellos, por eso no debemos tener rencor contra nadie, y todos somos hermanos”. Ya, no eran los tiempos de la lucha armada, ahora sabía que el único camino para la paz, era el diálogo, el pacto con los diferentes, y así construir una comunidad para todos. Una nueva forma de convivir en la su amada Sudáfrica. Como dijo luego el arzobispo Edmund Tutu, “el sufrimiento hizo que él cre- ciera en la generosidad del espíritu”. Luego, cuando habían trans- currido solo 4 años después de su libertad, se hizo presi- dente de SA, pero ya en 1993, había ganado el pre- mio nobel de la paz, conjun- tamente con el presidente De Klerck, que le dio la liber- tad. Frente a la grandeza de este hombre, qué nos queda a los que tenemos desavenencias insignificantes, entre herma- nos, paisanos o colegas, y no la posponemos en aras de la convivencia, de la fami- lia y la paz. Acaso, el orgullo de nuestra pose, será más duradero; o el dinero que acumulemos indebidamen- te, nos acompañará en la muerte. No!!. Luchar por un ideal que beneficie a todos es mucho más duradero. Mandela nos enseñó, al respecto: “He promovido el ideal de una sociedad demo- crática y libre en la cual todas las personas puedan vivir con igualdad y oportuni- dades. Es un ideal por el que espero vivir, pero si es nece- sario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir”. Cuánta falta nos hace, repa- sar la vida, el esfuerzo y la entrega, de estos hombres o mujeres, que son ejemplo de grandeza de la especie humana. Cuanta falta nos hace en el Perú, conocer la vida de Mandela, y compa- rarlos con la de los políticos de los diversos partidos, que prodigan desplantes de sabi- duría, y soberbia silvestres. Para que se hagan más humildes y sepan comportar- se de otro modo. Pero también repasar la vida de Mandela debe servirnos para perder el miedo, cuan- do se trata de defender un ideal que beneficie a la so- ciedad. Él decía: “Aprendí que el coraje no es la ausen- cia del miedo, sino el triunfo sobre el mismo. El hombre valiente no es aquel que no tienen temor, sino el que conquista ese miedo”. Hoy que las pantallas de televisión nos demuestran que la lucha de este hombre no solo liberó SA, sino que dignificó a la humanidad, que hoy parece sucumbir, como cuando vemos tantos hombres o mujeres, que no tienen miramientos para provocar la muerte, de sus hermanos, hijos y hasta padres, o cuando vemos a nuestro país inundado de delincuentes que por un sencillo, disparan con alevo- sía y desprecio a la sien de un padre de familia que sale en defensa de su hijita. Por eso, en oportunidades cuando los escasos grandes espíritus humanos fallecen, nos debe servir para sensibi- lizarnos de lo pequeño y ridículo que somos, cuando agrandamos nuestro orgullo; y de los inservible que es asirse en nuestros infantiles caprichos, de grandezas falaces que no duran más allá que el aleteo de una mosca, o cuando preferen- ciamos la avaricia de un PÁGINA 14 Nelson Mandela Enalteció la Humanidad “El hombre valiente no es aquel que no tienen temor, sino el que conquista ese miedo” EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO miserable sol, en lugar de compartir lo que derrocha- mos. Así, cuando nos comparamos con las obras de estos gran- des hombres o mujeres, nos damos cuenta que lo único que trasciende es el bien, hacia los demás, no el halago hacia uno mismo, ni las pleite- sías de aplausos comprados a necesitados en las portátiles electorales. Por eso en este día, o semana del funeral de Mandela, volva- mos nuestras miradas, hacia la grandeza humana, hacia la esencia de lo valioso, de lo simple y reconoceremos que el diálogo, la tolerancia y la valía del diferente tanto en apariencia, cuanto en credos, nos devolverá alegría, en nuestra sonrisa y fortalecerá seguridad en nuestra aparien- cia, por sencilla que fuera, brotará puquiales de sinceri- dad, reflejando la limpieza del espíritu que guardamos. Eso es lo que mostraba Mandela, con su presencia y sonrisa, llenándonos de seguridad, paz, y tranquilidad, finalizo mi homenaje a este ser humano, recordando las palabras de su carcelero: “se ha caído un gran árbol, el amor nunca acaba. El fue mi prisionero, mi amigo, y mi padre”. Descansa en paz, Nelson Rolihlahla Mandela, Madiba. Tú eres inmortal. La Pluma del Viento Lima, 7 de diciembre de 2013
  • 15. VOLUMEN N°12 Huayllacayán, es el pueblo donde nació mi madre, desde niño esperaba con ansias la llegada de mi abuelita Anqui, trayendo sacos de la riquísima chiri- moya. En los altillos de mi añeja casa los madurába- mos bajo el abrigo de las hojas del sauco. No había en Chiquián, mejores chirimo- yas que las de doña Luchi, eso lo sabían los amigos de mi padre, y los vecinos que venían a la casa para llevar- se algunos. En mi niñez el nombre de Huayllacayán estuvo ligado a las frutas, cosa que faltaba en Chiquián. Salvo las man- zanas verdes que solíamos con sobresalto hurtarlas de las chacras de Chinchu Pu- quio de mi amigo Pepe Cal- derón. Pero también Huayllacayán me recuerda a los granos de cebada, trigo y maíz que venían en sacos para ali- mentarnos todo el año, in- cluso alcanzaba para cebar los cerdos que se mataban en el mes de diciembre para recepcionar a mis hermanos que venían de vacaciones. Ahora que se avecina el 8 de diciembre, fiesta de la patro- na Virgen Purísima de Huay- llacayán, quiero homenajear a este querido pueblo, y a todos sus residentes en Lima. Permítanme por eso recordar dos anécdotas. Tenía unos 8 años de edad, estaba aún en primaria, cuando se me presentó la oportunidad de visitar Huay- llacayán. Era el mes de fe- brero, mi tío Fernando her- mano menor de mi madre, que estudiaba en Lima, fue a visitar a Chiquián durante el mes de Enero, luego iría a visitar Huayllacayán, enton- ces le propuso a mi madre llevarme. Mi ilusión de niño siempre había sido estar bajo los árboles frutales, y comer a toda libertad, los pepinos, chirimoyas, naranjas y paltas que abarrotaban las valijas cuando venía mi abuelita. Se dio el viaje, era la mi primera vez que bajaba a la costa, nuestra primera parada fue Chasqui, allí nos quedamos dos días, hospedándonos en la casa de mi tío don Aurelio Padilla, que quedaba a la entrada del pueblo, antes de pasar el río. Yo, en Chiquián era un reco- nocido jugador de bolitas, a pesar de mi pequeña cuarta, había dado cuenta de otros que me duplicaban en exten- sión, como a Bellota. A los niños de entonces nos gus- taba mucho disponer de los cholocos, que eran bolitas negritas, duras, productos secos de algún árbol, desco- nocido para mí. Estábamos, decía, en la casa del tío en Chasqui, cuando uno de los primos de dos o tres años mayor que yo, me mostró gran cantidad de estos choloquitos, enton- ces le pregunté, inquieto y curioso, de dónde los saca- ba, él me respondió señalán- dome, “de aquel árbol”, era uno coposo de mediana altura. La emoción de tener la fuente de los cholocos, me motivó treparme con la premura de alguien que ve cerca un manjar. Cuando estaba subido lle- nando todos los bolsillos con las hojas verdes que conte- nían las bolitas, súbitamente sentí un fuerte hincón en el oído, entonces me di cuenta que venían sobre mí inmen- sas avispas, desde arriba asustado me solté y caí ado- lorido al piso. Se apresura- ron en atenderme, compren- diendo que había sido ataca- do solo por una avispa me- nos mal. Pasé el resto del día recuperándome adolori- do, sin un solo choloco en el bolsillo, y mi sueño frustra- do. Al día siguiente cuando subía montado al burro, desde la Esperanza a Yum- pe, mi oreja se sacudía ha- ciendo competencia en ex- tensión y compás con las del jumento, cosa que le causa- ba mucha risa a mi abuelito Minchu, (Wenceslao Gama- rra) cada vez que me mira- ba. Todo ese dolor e incomo- didad lo soportaba con sere- nidad, esperando pronto hallar las frutas que tanto había esperado. “Abuelito, y ¿cuándo vamos a hallar los arboles de naran- ja, chirimoya, palta, y pe- pino?”, le pregunté preocu- pado, pues avanzábamos y no aparecía nada. “Qué dices hijito, la chirimoya es ese, la palta ese otro, en cuanto a las naranjas ya pasamos, y los pepinos apa- recerán cuando regreses en marzo”, me respondió seña- lándome los inmensos árbo- les, que nos acompañaban a uno y otro lado del camino. Frustrado por esa verdad, se me esfumó el sueño, de pasar debajo de arboles llenos de frutas colgando de sus ramas al simple alcance de las manos y por el cual había decidido viajar a la tierra de la provisión. Lo que había ocurrido, que no era su temporada. Cosa que si se dio cuando regresé a fines de marzo, desde Yumpe, La Esperanza, Llam- pa, las frutas estaban en cajones repletos, puestos al borde del camino, pepinos, sandias, naranjas, subían al camión a precios de regalo, PÁGINA 15 Huayllacayán Recuerdos de un Viaje en la Infancia nos aprovisionamos bien, comí hasta donde pude y llegamos a Chiquián, con los bultos llenos de frutas, así como lo hacía mi querida abuelita Anqui, doña Angéli- ca Cueva de Gamarra, que aunque tarde le brindo mi eterno agradecimiento y en su nombre les transmito mis mejores recuerdos a mis tíos y tía. Igualmente hago extensivo mis saludos a mis amigos huayllacayanos con quienes he compartido muchos inol- vidables momentos, como el deporte defendiendo incluso la casaquilla de Huayllaca- yán, frente a Chiquián, ga- nándole una final en el esta- dio Alejandro Villanueva del Rímac. ¡Feliz día hermanos de Huay- llacayán en este 8 de diciem- bre! La Pluma del Viento Lima, 4 de diciembre de 2011 “Mi ilusión de niño siempre había sido estar bajo los árboles frutales, y comer a toda libertad, los pepinos, chirimoyas, naranjas y paltas ”
  • 16. l fin de año e inicio de uno NUEVO todos los caminos nos llevan a “enviar saludos, deseos sinceros de bienes- tar, de mejores momentos, de ÉXITO, para el amigo (a) que es saludado”, por tanto en esta oportunidad no po- dría ser distinto. También tengo los deseos de hacer lo mismo. Sin embargo, tratan- do de ser coherente con la ciencia pensé que todos los años solemos decir lo mismo a la persona que estimamos o incluso lo hacemos a ve- ces por puro compromiso, como sucede cuando se reúnen los trabajadores de la dirección junto al jefe. Por eso volvieron a mi mente las preguntas: ¿y los deseos del año pasado, se cumplie- ron?, y ¿de los años anterio- res se cumplieron?. Conse- cuentemente, ¿los deseos de este año seguirán el mis- mo fin de los anteriores?. Así, ¿cuánta valides tiene el dar estos deseos nuevamen- te?. ¿No sería mejor cambiar de expresiones por otras más realistas?. Con esa intensión me puse a pensar si habrían regularida- des que las personas segui- rían para obtener el éxtio: ¿habrán comportamientos, conductas, similitudes entre los Bill Gates, Henry Ford, Añaños, Tomas Alva Edison, Vargas Llosa?. Con eso no quiero decir que el éxito es equivalente a obtener nece- sariamente dinero, sino planteo que estos persona- jes exitosos seguramente tienen algunas característi- cas similares, que si las identificamos y practicamos seguramente estaríamos más próximos a alcanzar el éxito. Y entonces eso desea- ríamos compartir con nues- tros amigos y familiares cada año, en lugar de decir- les el estribillo usual: “que todos tus deseos se cum- plan”. Estudiar esas regularidades o “leyes”, es practicar el método científico reduccio- nista que siguen la ciencias duras, como la física, por ejemplo, que en esencia dice que: “existen leyes bási- cas en base a ellas se puede explicar todo comportamien- to de la naturaleza”. Claro, no pretendo usar el lenguaje que las ciencias naturales utilizan que es la matemáti- ca. Si no, quiero rescatar el sentir del método que: “también habrían algunas leyes que conducen al éxito de las personas”, y su bús- queda en primer lugar ten- dría que basarse en hurgar las vidas de esas personali- dades que lograron aquello que consideramos “éxito”. Así es cómo ayer, mientras pensaba en mi participación en el programa de hoy, y la coincidencia del año nuevo, me pareció muy repetitivo y simple decirnos todos los años, “feliz año nuevo y que todos tus deseos se cum- plan”. Por tanto, a cambio, me propuse invitarlos a ustedes estimados oyentes, a reflexionar, sobre estas “leyes”, que estarían tras el éxito. Con eso en mente me apro- ximé a las librerías, con sin- ceridad no soy proclive a comprar los libros de auto- ayuda, que repletan sus anaqueles, pues tengo una repulsa por su carácter ex- tremadamente comercial, y que sus ventas se basan en la esperanza del lector de encontrar la fórmula mágica, de llegar al éxito, a ser rico, en un abrir y cerrar de ojos, de la manera mas fácil y sin esfuerzo. Mi intensión era encontrar alguno que fuera escrito hace unos 50 años o mas, a fin de comparar sus puntos de vistas con la realidad actual, en la intención de “estimar si sus propuestas son reglas, regularidades de ayer y hoy”, y por tanto tie- nen proximidad a ser “leyes”, pues son duraderas. Así ubiqué, por casualidad, de tantos que revisé, el de Napoleón Hill, “Las Leyes del Éxito”, escrito en 1920. Tie- ne 750 páginas. Su propues- ta se basó en el análisis de las regularidades de casi 100 hombres y mujeres que alcanzaron el éxito en sus respectivas profesiones. No voy a resumirles lo que allí dice, tan solo, coincidir con una de las leyes que se establece, y tiene que ver con el esfuerzo desplegado. Que, no hay persona exitosa que no haya trabajado o dedicado su tiempo más allá de lo que el promedio de la gente lo hace. Y, ligado a refiere aquello del empleado que hace más para lo que se le paga. Me vino a la mente, el es- fuerzo que mucha gente hace hoy estudiando los viernes por la noche y los sábados o domingos, mien- tras que otros se divierten o descansan hasta altas horas de la mañana. Ese esfuerzo dedicado a la educación, sí o sí, va a ser recompensado, porque en su trabajo, algún día tendrá un jefe que, priorice el méri- to, entonces preguntará, “¿el Sr. Xyz, tiene mucha dedicación, lo puede llamar a mi oficina?”, y cuando lo entreviste y sepa del esfuer- zo que hace para estar me- jor preparado, para hacer mejor sus funciones, incluso PÁGINA 16 El Año Nuevo: Más Educación y Más Trabajo “no hay persona exitosa que no haya trabajado o dedicado su tiempo más allá de lo que el promedio de la gente lo hace. ” EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO haciendo más de aquello para lo que se le paga, inmediata- mente lo tomará en cuenta y lo promoverá, o lo “nombrará de jefe”, consecuentemente obtendrá, no solo una mejora económica sino, mas “reconocimiento”, así, su reputación profesional se incrementará y la rueda virtuo- sa crecerá y posiblemente ese buen jefe viendo su rendi- miento, no pretenderá que ese trabajador se fuera para la competencia. Por ello, “cuánto más esfuerzo hagas por la educación, mejores oportunidades obtendrás”. Es una ley del éxito, y la otra se resumen en, “hacer más de aquello para lo que te pagan”. Esta, entonces, sería mi pro- puesta para ustedes estimada audiencia, en el próximo año 2014: sacrificarse por la edu- cación, es una inversión, y esforzarse por trabajar cada vez mejor. Eso está de nuestra parte, estamos libres de hacerlo, nadie nos lo impide. Mientras que ir en sentido contrario, hacia lo menos, si es penado, por ello en tanto libres y amando la libertad, les deseo mas estudio y mejor trabajo. Con ello la rueda virtuosa del éxito correrá a nuestro favor. Cierro la ventana citando algunos mensajes del libro de Napoléon Hill: - Hay diez debilidades de las que la mayoría de nosotros debe guardarse. Una de ellas
  • 17. VOLUMEN N°12 Hoy, sábado 6 de di- ciembre, acabo de llegar a casa, son las 8 de la noche. En el Club Ancash, el pedido clásico de Filomeno Zubieta Núñez, para el lon- che, "Pan con chicharrón y café”, no se dejó esperar y vino para acompañar la sesión, cuya agenda era, "Avances del libro-AEPA Bo- lognesi". Fui el tercero en llegar, como a las 5 de la tarde, vine apre- surado desde Ate, manejan- do bajo el sol abrazador de un verano anticipado. Vladi (Vladimiro Reyes Ga- marra), lo acompañaba, también estaba Lucho Albi- tes, cuando llegué, pero se despidió, y se fue dándonos un fuerte abrazo, dejándo- nos su sello característico de cajamarquino sonriente. Al grano, me dirán nuestros amigos de Chiquián, como recordando a Pishuco, para que apure el expediente, y diga de qué se trató la se- sión, y ¿cuáles fueron los acuerdos?. No se desespe- ren, dejen que saboree, el café, amigos, calma! calma!. Reclamo comprensivamente y comento que. Es reconfortante, reunirse con chiquianos, para tratar temas relacionados con la estructura de un libro, no es frecuente. Empero, los naci- dos en tierra de maestros, tenemos en nuestras venas, predisposición a la cultura, amor a la lectura y al conoci- miento. Por ello nos vanaglo- riamos en ser, "Chiquián Cultura". Así, dedicarle tiem- po a ella (la cultura), volunta- riamente, lo hacemos con gusto y pasión. Sino, como explicar el es- fuerzo de Filomeno que, viene desde Huacho, por la reunión, y mañana temprano tendrá que volver para cum- plir con sus múltiples obliga- ciones, semanales, en las diversas asociaciones que integra y luego en la universi- dad. Igual tengo que decir de Vladi que, como periodista debe preparar sus tareas de comunicador social, y hoy sábado debe confrontar los acontecimientos semanales para salir airoso en su pro- grama dominical, y a eso añadámosle lo difícil que es transitar en los omnibuses limeños. De mi parte, solo les comen- to, que un investigador en ciencias naturales (nos de- nominan científicos), que tiene que enfrentar a los números (artículos, confe- rencias, experimentos) todos los días de la semana, y debe dar un vuelco hacia temas de literatura, solo le quedan los ansiados días de fin de semana, en estas deliciosas horas, en mi caso, continuo construyendo la Revista el Zaguán de Oro Puquio, y estiro el tiempo para preparar mi programa dominical de radio. Con esto les quiero decir que todos tenemos ta- reas, pero cuando se ama la cultura, solo es cuestión de orga- nizarse para compar- tir este voluntariado con alegría. Llego al objetivo para comentarles que el ACUERDO fue el si- guiente: 1) Filomeno, culminará la estruc- tura del libro, con las correcciones acorda- das. Acucho, prepara- rá el prólogo. Vladi asegurará el apoyo financiero del Congre- so y colectará las fotos que irán en el libro. Quedando pendiente el nombre del mismo. 2) La presentación de los libros de Filomeno y Donald, se reali- zará en el Club Ancash, el próximo 22 de enero. Finalmente comentamos que tener como Primer Vice- presidente del Congreso de la República a don Modesto Julca, Bolognesino, Huastino y Chiquiano, es un orgullo, que debemos reconocerlo, y seguro que no será fácil repetir para que algún pai- sano nuestro alcance este PÁGINA 17 Reunión En El Club Ancash: Libro AEPA es el hábito de intentar cose- char antes de haber sembra- do, y las otras nueve se in- cluyen todas en la práctica de crear excusas para ocul- tar el error que cometemos. - He estado pensando du- rante más de 25 años en el privilegio de prestar un ma- yor y menor servicio que aquel para el que a uno le pagan, y mis pensamientos me han llevado a la conclu- sión de que una sola hora al día dedicada a prestar un servicio para el que no se nos paga puede traernos mayores beneficios que los recibidos en todo lo restante de un día en el que única- mente cumplimos con nues- tro deber. - Una persona educada es aquella que ha aprendido a conseguir todo lo que nece- sita sin conculcar los dere- chos de sus semejantes. La educación viene de dentro y se puede obtener mediante la lucha, el esfuerzo y el pensamiento. - Es cierto que uno puede tener un éxito mayor y más rápido si ayuda a los demás a tener éxito. - El trabajo que se realiza con un espíritu de amor suele ser mayor en cantidad y calidad que aquel que se hace únicamente por dinero. - Entre las cosas que pretendes “eliminar” en tus propósitos del Año Nuevo, ¡incluye la palabra “imposible”!. La Pluma del Viento Lima, 29 de diciembre de 2013 altísimo cargo. Por ello le felici- tamos, bien por él y también bien para nosotros. Nos retiramos, contentos por haber cumplido con éste en- cuentro y con mucha motiva- ción nos despedimos para volver a vernos en la siguien- te reunión del 22 - 12-2014, en cuya fecha seguro que el libro estará concluido. Hasta la próxima reunión, Chau Filomeno, y Vladi. La Pluma del Viento Lima, 6 de diciembre de 2014 Filomeno Zubieta, Agustín Zúñiga y Vladimiro Reyes, en el Club Ancash, por definir el Libro de AEPA—Bolognesi.
  • 18. Nuestra memoria nos pertenece de manera muy personal. Acumula ale- grías, pero también tristezas. Viene a nuestro auxilio con más claridad cuando nos encontramos solos, o distan- tes de alguien o del lugar que amamos. Ella se con- vierte en fuente de sabidu- ría. Sin embargo, como no fre- cuentamos la soledad, el silencio, sea porque no tene- mos esa oportunidad, o porque trabajamos 10 ho- ras, vemos TV 2 horas, co- memos 2 horas, conversa- mos 2 horas, leemos 1 hora y dormimos 7 horas; no nos damos esos momentos de confrontación con nuestra memoria y con ello perde- mos mucho de su valía. El libro de nuestra vida, de la vida para generalizar, está allí. Eso lo entendieron hace mucho tiempo, y lo practican como cuestión natural, cultu- ral, los orientales, los hin- dúes bajo la denominan de MEDITACION. Así, el libro de nuestras ex- periencias de vida de 80 o 50 o 20 años radica en nuestra memoria, de la mis- ma manera que cada fin de año las organizaciones pre- sentan sus Memorias Anua- les, conteniendo la informa- ción relevante de la gestión que finaliza. Lo que observa- mos, en la gran mayoría, es que nuestra memoria parti- cular, la usamos poco o casi nada. Algunos por su profe- sión la explotan mucho más, es el caso de los escritores. Generalmente ellos constru- yen sus mejores libros hur- gando en su memoria. Es el caso de Los jefes de Vargas Llosa, Los Ríos Profundos de José María Arguedas, Los Heraldos Negros de César Vallejo etc. Obras maravillo- sas que admiramos y mu- chas veces nos identifica- mos. Pero nuestra memoria no solo se nutre de lo vivido hace 50 años o más, tam- bién se integran las viven- cias de hace pocos años, del presente año, del mes, del día a día. Por eso cuando abrimos el libro de nuestra memoria, los acontecimien- tos del día de ayer se mez- clan con los ocurridos en la infancia, adolescencia o adultos. Y, con eso, construi- mos historias integradas que por su consistencia y cohe- rencia son enseñanzas que se han validado en esos periodos 15 o 30 o 50 años. Y precisamente por eso son enseñanzas que merecen compartirlas. Allí aparece la esencia de la naturaleza humana que es nuestra vida, las regularida- des que observamos mues- tran sus aspectos inmuta- bles. Y, que a pesar del tiem- po, y las transformaciones ocurridas, prevalecen y valen todo el tiempo: antes, hoy y después. Estas regularida- des, son casi “leyes univer- sales” que se manifiestan en cualquier lugar y tiempo. Observadas en el laboratorio de nuestra vida y validadas en 40 o 50 años o más de experiencia. Ahí radica lo valioso de compartir nues- tras memorias. Comparta- mos, regularidades, cami- nos, trillas, por donde el ser humano, que aún no transitó debería hacerlo, a fin de alcanzar mejor futuro, moral e integral. Este camino es el mismo que siguieron las grandes obras, desde los griegos, hasta los judíos. La biblia es un libro de esta categoría. A pesar de esa valía, ¿cuánto de nuestra memoria sabemos?, ¿cuánto de ella la usamos? La respuesta es contundente, poco o casi nada. Simplemente porque no tenemos la cultura de la reflexión, de la meditación, de buscar el silencio, aprove- char la soledad; propiciar espacios de encuentro con nuestra memoria y luego transmitirlas, contarlas, escribirlas y compartirlas. Esta es una tarea que debe incorporarse en la educa- ción. La reflexión y la comu- nicación. Desde pequeños debería- mos aprender a comunicar nuestras experiencias de vida. Buscando entrelazar el presente con el pasado y mirar qué es lo que se repi- te. Qué es lo que se mantie- PÁGINA 18 Nuestra Memoria Un Libro Abandonado “No tenemos la cultura de la reflexión, de la meditación, de buscar el silencio, aprovechar la soledad; propiciar espacios de encuentro con nuestra memoria y compartirlas” EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO ne. Y cuando hallemos algo, compartámoslo. Eso es valio- so. Pero para compartir, nece- sitamos promover escritores, cronistas, espacios para escu- char y conocer las apreciacio- nes de generaciones pasadas. En fin, espacios para dialogar sobre experiencias del presen- te y el pasado. No dejemos que se nos vayan ancianos sin haber comparti- do sus enseñanzas, busqué- moslos, oigámoslos y reflexio- nemos. Ese es el camino a la sabiduría, es la demostración de respeto a nuestra cultura. Es hacer realidad el mensaje que “lo local es universal”. Es la vigencia y trascendencia de una “ley universal”, su inde- pendencia de la localidad y del tiempo. Es decir vale para el ser humano que vive en Chiquián como para el japo- nés, francés o alemán. Y si también valió para nuestros abuelos, vale para nosotros y seguramente valdrán para las futuras descendencias. Esto es lo que le da fortaleza y vigencia a las leyes de la física donde la conocemos como las simetrías espacial y temporal. Que también pueden aplicar- se en ciencias relacionadas con el ser humano, como lo Con mi maestro de primaria don Arcadio Zubieta, que con sus 94 años, es un libro abierto, que mucho tiene por enseñar.
  • 19. VOLUMEN N°12 Muchas mañanas solea- das o no, sabatinas o dominicales, terminaron en la juguería Vaso Gigantón (cuadra 12 de Arnaldo Már- quez en Jesús María). Hacía- mos cola, pues el reducido espacio y la gran clientela, cubrían con facilidad las sillas disponibles. Los pro- ductos que se ofrecían eran puramente naturales, uno mismo elegía las frutas, sea para los extractos, jugos o ensaladas. El precio siempre accesible. Hoy, luego de algunos me- ses, volví a visitarlo, y lo hallé remodelado. Mi prime- ra impresión fue que habrían colocado un gran espejo en la pared del fondo para dar la sensación de amplitud. Movía mi mano, la cabeza, el cuerpo, tratando de hallar respuesta en el espejo, pero eso no ocurría, por lo que el espacio era real. Habían logrado comprar el local contiguo. Ahora sí!!. Había lugar!!. El ambiente era elegante, las paredes pintadas hacían juego con las diversidad de colores de las frutas de la estantería. Entonces me invadió un gozo especial, una alegría sincera, quería felicitar al joven dueño y sus trabajadores. Eran un ejem- plo real de la juventud em- prendedora del Perú, de aquellos que se abren paso al progreso, a pesar de mu- chas dificultades. Probable- mente en algunos años ellos abrirán otras juguerías, o tal vez venderán franquicias. Pasado el tiempo nadie re- cordará, quién lo inició y cómo se construyó ese impe- rio. Yo que los he visto surgir puedo decir, que los jóvenes que nunca tuvieron dinero, ni cursaron estudios superio- res, siguieron una misma fórmula: trabajo, limpieza, ahorro, persistencia en el sueño. El resultado fue pro- ductividad, crecimiento, fidelidad del cliente, progre- so y riqueza. Esta fórmula ganadora, porqué no se imita?. Dónde se vende emprendedorismo, persis- tencia y visión?. Díganme dónde, que lo compro!!. Gritaba callado. Entonces desde mis interio- res una voz se levantó pres- ta y desafiante. No es nece- sario ir a alguna tienda, esa fórmula la siguen todos los exitosos, que no esperan sacarse la lotería. Es inde- pendiente si pasó o no por la universidad. Por ejemplo, Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010: ¿acaso el tuvo un padre muy preocupado por él?. No. Hasta diríamos que fue mas bien un obstáculo. Sin em- bargo surgió, triunfó, en la dimensión de la intelectuali- dad. En ambos casos, jamás hubieran alcanzado el “éxito”, si no se hubieran sacrificado mas allá de lo usual, trabajo organizado, disciplinado, persistente, con el objetivo claro. Ellos no prefirieron darse la siesta hasta las 10 de la mañana, o dejar cosas para el fin de semana. El juguero, madru- gaba a las 3 o 4 de la maña- na para traer la fruta fresca desde los acopiadores de la parada. En su pequeño es- pacio nadie se sentaba du- rante las 8 a 9 horas. Los horarios comenzaban a las 6 de la mañana y cerraba a las 8 de la noche, de domingo a domingo. Ahora que veo al joven triun- fador, cosa que el no se la cree, pues sigue trabajando como si fuera el primer día. Siento que nada valioso se alcanza sin esfuerzo, inde- pendiente de la especialidad o si el trabajo es manual o intelectual, todas requieren de dedicación por encima de la media. Si alguien sigue esta fórmula, independiente del área en que trabaje, el resultado será indefectible- mente el éxito, cuyo signifi- cado supera el dinero, está PÁGINA 19 El Éxito Del Juguero O Del Nobel Con La Misma Fórmula hemos mostrado ahora. Esta reflexión surgió de mi visita a la fecha final del campeonato de futbol del CUHPB (Centro Unión Hijos de la Provincia de Bologne- si), donde se coronó cam- peón el Club Sport Cahuide de mi ciudad natal Chiquián, y pude reconocer el similar comportamiento de las per- sonas, cuando hace 30 años, vestía , también, la misma casaquilla en cam- peonatos similares. Enton- ces mientras miraba y con- versaba con amigos de siem- pre, trataba de responder a las preguntas: ¿Qué es lo que se repite hoy de lo que fue hace 30 años?, ¿Qué buscamos las personas viniendo a estos eventos?, ¿Qué piensan los padres de sus hijos que vienen aquí?, ¿Qué motiva a las personas mayores continuar dirigiendo sus equipos?, ¿Qué les espe- ra a los jóvenes que gustan de libar hasta el obscure- cer?, ¿El dinero que se re- cauda a dónde va?. Las respuestas a las que llegué, eran las mismas de hace 30 años, y seguramente volve- rán a valer cuando de aquí a 30 años, retorne a mirar nue- vos campeonatos. Y como algo inmutable, también, volverá a brillar la casaca roja y negra del Cahuide luciendo su cartel de campeón. La Pluma del Viento Lima, 12 de diciembre de 2009 mas próximo con la satisfac- ción del esfuerzo desplegado, o del camino andado. A nosotros, gente del promedio, nos queda aplaudir ese esfuer- zo y promover esa fórmula. Aunque nos lamentemos que ella no se enseñe en las escue- las y mas bien en las calles, en la confrontación con las dificul- tades y desafíos que surgen en la vida diaria. Cuánto nos gus- taría que los medios de difu- sión, en lugar de tener mucha información de muertes por choques o asaltos, pongan ejemplos de éxito como los expuestos aquí, con ellos segu- ramente habrían mas personas imitándolos, mas peruanos construyendo sueños, pues el inicio de la fórmula es tenerlos y mantenerlos permanente- mente como guía, durante el sacrificio organizado y persis- tente, así, el triunfo estará a s e g u r a d o . P o r ello, !!Comencemos a hacer realidad nuestros sueños, con disciplina y organización!!. La Pluma del Viento Jesús María, 04 de diciembre de 2010 “En ambos casos, jamás hubieran alcanzado el “éxito”, si no se hubieran sacrificado mas allá de lo usual, con el objetivo claro”
  • 20. Mientras preparaba esta nota, tuve dos alternativas, la primera, escribir sobre la navidad, desde el punto de vista del consumismo, de la tergiver- sación del sentir la navidad, esto es criticar, reflexionar desde muchos puntos de vista, ponerme en la posi- ción del analítico. Pero, tam- bién, surgió la otra alternati- va la de sacar el niño que llevo dentro y mirar la navi- dad desde esos años cuan- do discurría mi infancia y niñez en Chiquián en mi barrio de agocalle, entonces decidí por este último. Hoy estamos a dos días de la noche buena. Los corazo- nes por duro que fueran, seden y se abren a la ale- gría, a la paz y a la amistad. Brota en nuestros corazones aquel himno navideño que con mucha certeza, escribie- ra Luis Aguilé: "Tú que estás lejos de tus amigos, de tu tierra y de tu hogar. Y, tienes pena, pena en el alma. Quie- ro que sepas, que para tí tengo un hogar. Por eso y muchas cosas más VEN A MI CASA ESTA NAVIDAD". Seguro que, muchos quisié- ramos que aquel amigo, distante, alejado, solitario, foráneo, estuviera hoy para acompañarnos. Tanto es la voluntad de compartir, que, cuando el vecino se aproxi- ma a saludarnos, cosa que no ocurre todo el año, esa noche nos alegramos, son momentos para reforzar la amistad. Aun cuando no hubieran niños, igual queremos que suenen en toda la casa los villancicos, nuestra niñez vuelve como antes, no im- porta que nos separen 50 o 60 años. La navidad sin niños es un jardín sin flores, pero nuestra mente puede más, por lo que nos basta un CD y la música de siempre de aquellos que escuchába- mos en el barrio de Venecia, junto a mis amigos de barrio, entonces me siento en el sillón de mi viejito, cierro la vista y viajo como en los tiempos de los 60s. Salgo por Sáenz Peña hacia 28 de julio, y subo caminan- do mi primera vista es la casa de Hedy, su puerta está adornada de cintos con los colores navideños rojo, ver- de y dorado, desde dentro brotan villancicos con soni- dos de campana, como ale- grándose de mi presencia, e i n v i t á n d o m e a p a - sar: "Adónde vas pastorcillo. Q u é n u e v a s m e traéis. Asómate a la venta, verás al niño en la cuna. Los ángeles tocan las campanas. Asómate a la ventana por- que está naciendo Dios". Sigo mi camino esquivando los charcos de agocalle, entro a la casa de Nina, allí en su pasadizo esta un burrito con atados de pasto, leña y porongos de leche, el animalito se da cuenta mue- ve sus orejitas y me invita a pasar cantando junto a la traviesa amiga: "Con mi burrito sabanero, voy camino a Belén. Con mi cuatrico voy cantando, voy camino a Belén. Apúrate que ya vamos a llegar, tuquituqui tuquitu- qui, vamos a ver a Jesús". Luego visito la casa de Macu, allí en la esquina todavía está la varilla de salto a garrocha que hicimos ayer, ella ha hecho un her- moso nacimiento sobre el kikuyo, están pocitas de agua repletos de patitos y pececitos que parecen vivos, nos saludamos y juntos can- tamos: "Mira como beben los peces en el río. Beben y beben y vuelven a beber por ver al Dios nacer". Luego de visitar a mi querido barrio y amigas, de mi niñez en Chiquián vuelvo a casa, casi subido sobre nubes, la puerta está medio abierta, inclino la cabeza y veo a mi madre que junto a mis her- manos me reciben con ale- gría y nostalgia, esta- ba llegando tarde nueva- mente su niño deportista, jugador de bolas que vuelve con la rodilla agujereada, o con la pelota en mano y polo sudado, no hay regaños, hoy, es noche buena, me invade una gran paz e in- mensa alegría que, mientras me viene el sueño canto con fuerza inusitada: "Noche de paz, noche de amor, todo PÁGINA 20 Navidad: Recuerdos,Ternura, Niñez Y Paz “Los corazones por duro que fueran, seden y se abren a la alegría, a la paz y a la amistad” EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO duerme en derredor. Sobre el santo niño Jesús. Una estrella esparce su luz. Noche de paz, noche de amor. Todo duerme en derredor". Feliz navidad queridos amigos de Lima, Chiquián y distritos de la provincia de Bolognesi. Un sincero agradecimiento por su audiencia a este pequeño espacio del Zaguán de Oro Puquio. Un saludo muy especial a mis queridas amigas de infancia, Hedy, Nina y Macu, con quie- nes las navidades siempre fueron inolvidables, ellas sa- ben que mi cariño hacia ellas es sublime. La Pluma del Viento Lima, 22 de diciembre de 2013 Feliz navidad a mis queridas ami- gas de infancia Nina, Macu y Hedy Casa de Acucho, Sáenz Peña Casa de Hedy en 28 de julio Casa de Nina, 28 de julio Casa de Macu, en 28 de julio
  • 21. VOLUMEN N°12 A hurtadillas caminába- mos mirando los esca- parates, donde resaltaban los destellos multicolores de los carritos a pilas, las sire- nas de los patrulleros de la policía, los soldaditos que incansables batían los tim- bales, las pelotas “player”, los “chimpunes” con “cocos”, las pistolas al estilo vaqueros, .... eran nuestros regalos imaginarios, que día tras día no dejábamos de visitarlos, y mirarlos por la calle Comercio, a cierta dis- tancia.... ¡Qué recuerdos!. Los más caros descansaban en los bazares, en las tien- das de Bizzetti, de Abundio, mientras que los más bara- tos en los mercados, en medio de aromas de pesca- do, ají y ajos. En las semanas previas a la noche buena, las frías maña- nas no nos atemorizaban a los niños y adolescentes. Planeábamos en las noches quien nos pasaría la voz para despertarnos, o qué animalitos llevaríamos, algu- nos decidíamos por las oveji- tas otros por gallitos. Eran los preparativos para asistir a las hermosas e inolvida- bles Misas de Gallo. Con esa misma anticipación y dedica- ción preparábamos el naci- miento, subíamos a las cha- cras de Pariantana para traer pedazos de grama natural, que en realidad era el Kikuyo. Sobre él montába- mos los misterios (las imáge- nes de San José, la Virgen María, el niño Jesús y los Reyes Magos), animalitos, pocitos de agua con patitos navegando. Alrededor de estos bellos nacimientos ensayábamos alegres villan- cicos de corte español y también algunos peruanos. La navidad que conmemora- mos está inserta en las raí- ces de nuestros pueblos, forma parte de nuestra cul- tura. Sin embargo se la ha confundido y ligado al derro- che, abundancia y compro- miso de compra de regalos. Los presentes han reempla- zado al dialogo, reencuentro y paz. La navidad se ha transformado en desplantes de riqueza, ajetreos, lujuria, es decir, hoy, la navidad es sinónimo de consumismo agresivo. En los momentos actuales, cuando Ayacucho llora la muerte de peruanos pobres, abandonados por los gobier- nos, locales, regionales y nacionales, que sufrieron de huaycos por la concurrencia de la impredecible naturale- za, pero favorecida por el descuido de autoridades. Requerimos de la unión, solidaridad, respeto y tole- rancia, junto a la infranquea- ble firmeza en la lucha por la justicia, equidad y paz. Que se resume en oportunidades de empleo, educación y salud principalmente. En esta navidad debemos darnos minutos para refle- xionar que, somos hombres o mujeres nacidos para el bien, para el progreso, y sobre todo para el amor, que debería- mos demostrarlo en primer lugar con nuestro tratamien- to a los niños y ancianos, ellos siendo menos fuertes represen- tan el origen y fin de nuestras pro- pias vidas. Sabiendo que nos escuchan jóvenes a ellos quie- ro recordarles que: Los grandes he- chos no fueron nunca consecuen- cia de milagros ni casualidades, sino resultantes de la perseverancia, valores éti- cos, seriedad, estudio, disci- plina y sacrificios. Los jóve- nes saben que se encuen- tran en un camino y que vacilar a mitad de él es trai- cionar el pensamiento, es desfallecer, es repudiarlo. Las buenas intenciones que no se logran cumplir, son caricaturas de la virtud. Nada se obtiene sin lucha, sin esfuerzo ni alegría. Ale- gría que renace de sólo sa- ber que mientras hay lucha hay vida, que la vida se re- produce y que las probabili- dades de vencer aumentan redoblando los esfuerzos hasta alcanzar el triunfo. Los premios de la vida se encuentran al fin de cada jornada, y no cerca del co- mienzo, y que no importa saber cuantos pasos falta para alcanzar la meta, no me importa saber si fue el millar o el millón, basta sa- ber que el éxito puede estar oculta detrás del siguiente, por lo que para saberlo ten- go que dar ese paso. Finalmente, sé que el joven que nos escucha sabe que cuando el hombre comienza a luchar consigo mismo, es PÁGINA 21 Navidad Del Recuerdo Y Navidad De Hoy señal que vale algo. Y que es más importante tener un por- qué vivir que el cómo vivimos, lo primero es trascendente es aspiración de futuro lo otro es momentáneo, pasajero y per- fectible. Saludos muy especiales para todos los chiquianos y sus familiares por esta navidad, pero en especial a los que se encuentran mal de salud o en recuperación, como don Alber- to Núñez, Luis Romero, Leoncio Alvarado, Soledad Zúñiga, Rosi- ta Núñez, quienes deben saber que estamos pendientes de su salud. Podemos no estar cerca, ni verlos a diario, sin embargo sepan, que no habrá ningún brindis de noche buena o año nuevo, sin antes recordarlos y mencionar vuestros nombres, para decirles que deseamos su pronta recuperación. La Pluma del Viento Lima, 20 de diciembre de 2009 A estos niños les pedí que se sienten a borde del camino, estaban llevando unos burritos a la chacra. Parecían nuestras vidas “Los grandes hechos no fueron nunca consecuencia de milagros ni casualidades, sino resultantes de la perseverancia, valores éticos, seriedad, estudio, disciplina y sacrificios.”
  • 22. Cuando vienen los tiem- pos de navidad, reapa- recen en la mente nuestra niñez, vuelven las tiendas del jirón comercio, plagados de adornos navideños, ahí estaban los Bizetti, Abundio, Machuca, Alvarado, desde sus puertas y escaparates destacaban los mejores regalos. Mientras eso sucedía afuera, en casa, en alguna esquina de la sala, o el comedor, estaban bien adornados los nacimientos, de pasto natu- ral o artificial, en el medio, en la posición central, desta- caba la cuna del niño, acom- pañado de sus padres y reyes magos. No se sentía frío, todo era calidez cuando se oían los villancicos cantados por los niños del colegio San José de Piura, o los Toribianitos, o los de Huaraz, o los de Vie- na, son los discos traídos por nuestros hermanos que estudiaban en Lima, invadían sublimemente el ambiente. Nosotros con 5 o 6 añitos, habíamos estado pensando y mirando, qué regalos le pediríamos a “Papá Noel”. Finalmente, en la noche buena, lo escribíamos en una cartita antes de dormir y los depositábamos debajo de las imágenes del peque- ño santuario que teníamos en casa. Al día siguiente, 25, salía- mos desde la mañana a la puerta, a la calle, para jugar con ellos, junto a nuestros amiguitos de la cuadra. Mi madre, muy trabajadora, se había esforzado todo el año, para que esta fecha, el chancho esté colgado en el terrado, para hacer los chi- charrones, rellenos, gash- gash, manteca, también había amasado panes, en la panadería de don Cuni, y por su puesto las latas de man- jar blanco, con la leche de sus vaquitas, estaban listas, para que sus hijos estudian- tes en Lima, se sientan con- tentos cuando vengan de vacaciones. Es decir que, en mi niñez en navidad en Chiquián, nunca me percaté, qué les ocurría a los niñitos que no recibían alguna regalito, o que no tenían el desayuno de cho- colate y panes. Ahora, pasado los años, y viendo el esfuerzo que hace Víctor Tadeo, trato de imagi- nar, qué sentiría el niñito que no recibía el regalo de navidad, se- guro que también, él observaba los regalos en las tiendas gran- des o en la menores alre- dedor del mercado de abastos. Y, cuando llega- ba la mañana del 25, seguro desde alguna d i s t a n c i a , miraba cómo esos otros niños sí te- nían regalos que él también deseaba. Habría sentido frustración, dolor, y tal vez cólera hacia sus padres que no le com- praron, o rabia por los niños que sí los tenían. Ellos no entenderían qué significaba los salarios, el no poder comprarlos. Su lamento interno habría sido grande. Entonces, ahora que veo el esfuerzo de Víctor y su equi- po de colaboradores, que llevarán juguetes, chocolate, panetones, provocará en los niños más necesitados, que seguro hay muchos, alegría, risas, gritos, ambiente de algarabía, que es lo caracte- rísticos de la navidad. Así, los niños construirán con su mente y manos, los ambientes soñados, ahora con sus carritos, muñequi- tas, platitos, aviones, hé- roes fantásticos, subirán las pircas, cocinarán con las plantitas naturales en sus chacras de mishay, parian- tana, cucuna, ninán, pam- pan, huasta y aquia, mien- tras acompañen a sus pa- dres, en la chacmeada, en el sembrío, o en el ordeño. La felicidad que les provo- cará ese pequeño regalo, será inmenso, sus frustra- ciones, postergaciones y PÁGINA 22 La Navidad Promueve Colaboración: Chiquián, Huasta y Aquia “Finalmente, en la noche buena, le escribíamos en una cartita antes de dormir y los depositábamos debajo de las imágenes del pequeño santuario que teníamos en casa” EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO cólera disminuirán. Claro, la cantidad de regalos que lleve Víctor, no abastece- rán a todos, pero llevará las contribuciones de aquellos que desearon que nuestros niños de Chiquián, Huasta y Aquia, no tengan dolor en ese hermoso día de navidad por falta de un juguete, pequeño o grande. Como dice Víctor, con solo hacer llegar un sol, será sufi- ciente, pues lo que importa es la colaboración. Basta llama- ra al teléfono al 975556447 o llevar algo a la dirección de Las Palmeras 5550. Desde allí, el día 20 saldremos en caravana a Chiquián para volver a ser niño en esta navi- dad. Buen trabajo Víctor, don Ali- cho y Pablito. Lo que vale es el esfuerzo que le ponen. Eso, la comunidad de residentes en Lima, de Chiquián, Huasta y Aquia, los reconocerá apoyán- dolos con sus contribuciones para llevar alegría a nuestros niños y ancianos. La Pluma del Viento Lima, 7 de diciembre de 2014 Las colaboraciones de las bicicletas no se hicieron esperar, llegaron a la casa de Víctor Tadeo. Acucho, Víctor y don Alicho, integrantes del programa Por las Rutas de Chiquián y la Provincia de Bolognesi.
  • 23. VOLUMEN N°12 Estamos cerca al fin del año 2009. En nuestra retina se agolpan muchas escenas que podríamos considerarlas como la más destacada. Sin embargo, optamos por aquella que tiene que ver no solo con el presente sino también con el futuro, con el año siguiente y con certeza debería ser per- manente. Empero eso, hoy, no lo practicamos, ni es parte de nuestra cultura. Se trata de la inclusión y la sostenibilidad. El primero tiene que ver con lo que vemos a diario y es un tema de permanente discu- sión en las reuniones, deba- tes y almuerzos cotidianos, se trata de la contradicción entre el crecimiento econó- mico y el bolsillo de las per- sonas, ellos manifiestan, con contundencia: “si dicen que el Perú es un ejemplo de crecimiento económico, del PBI, porqué mi sueldo es bajo, por qué no tengo traba- jo, porqué no me alcanza para comer, porqué no acce- do a la salud, porque no tengo agua, porqué no tengo luz, porque no hay carretera a mi pueblo, … “. Para muchos, que siguen de cerca las estadísticas dicen que, la brecha entre ricos y pobres es cada día mayor. Para comprobarlo basta caminar por los asentamien- tos humanos pegados a Lima, como Alto Perú, nada menos que en Chorrillos, rodeado de restaurantes de lujo en la capital de la repú- blica, eso es nada si visita- mos las punas de la sierra o las comunidades de la selva, es la imagen del centralismo insolente. Allá, el común denominador es, desempleo, delincuencia, comercializa- ción de drogas, falta de cen- tros de salud, carencia de servicios de luz, agua y desa- güe, inexistencia de escue- las, analfabetismo, etc. No disponen de servicios bási- cos (educación, salud y se- guridad), esa es la responsa- bilidad principal del estado y del gobierno de turno. Mientras esto ocurre con los pobres, con los EXCLUIDOS, otros cerca del poder político y económico, gozan de la bonanza del crecimiento del PBI, a "niveles de record mundial", en ellos frente a sus casas aguardan camio- netas 4 x 4, sedans, los otros modelos ya coparon los garajes, no hay más es- pacio. Ellos, no dejan de visitar en sus vacaciones a Disneylandia, Louvre, Milán o Londres. Los viajes de promoción de sus hijos son a Can Cun o Punta Canas, como mínimo, qué importa que traigan la gripe H1N1, total llegado a Lima, los medicamentos los esperan, aunque luego contagien a sus empleadas y estas la diseminen en los barrios pobres, donde los hospitales no los reciben. No hay duda que, los excluidos en nuestro país, hoy y ayer, tienen ros- tros de niños, mujeres y ancianos. Como reza el refrán, “tras cuernos palos”, el año que finaliza nos ha traído la crisis económica mundial. Ella nos mostró la mala cara de la economía, disciplina que parece tener mucho de pro- paganda y poco de ciencia. Los culpables, americanos, fueron los mejores profesio- nales, egresados de las prestigiosas universidades Harvard, Stamford, Yale, etc. ¿De qué valió que se gana- ran los grandiosos premios nobeles?. O, ¿Es que tam- bién estos se compran, al mismo estilo del Jirón Azán- garo?. No es necesario ser especialistas para adelantar- nos y concluir que los que pagarán, sus ejercicios mal o bien aprendidos, son los pobres, y nuevamente los excluidos. Pareciera, volver la tesis de Aristóteles, la perdurabilidad de la esclavi- tud. Para romper esta exclusión casi secular, requerimos de organización, los pobres separados, desarticulados, individuos solitarios, serán siempre débiles, incapaces de cambiar el status quo, la situación vigente, el paradig- ma, para usar la terminolo- gía de Tomas Khun. Por eso el reto está en incrementar nuestra capacidad de resol- ver los problemas colectiva- mente, no de manera indivi- dual. Ello obliga a buscar espacios para el diálogo, aprender a confrontar ideas, a llegar a acuerdos y respe- tarlos. Pero esto no se podrá alcanzar si no practicamos la tolerancia, el reconocimien- to, y la aceptación que so- mos diversos no solo en opiniones sino también en cultura. Desde el norte al sur, costa, sierra y selva, el Perú es multicultural, multi- PÁGINA 23 Finalizando e Iniciando el año: Inclusión y Sostenibilidad Retos verso esa es nuestra patria. Pero el año que estamos ce- rrando también ha sido el del medio ambiente, que ha con- cluido con la fracasada cumbre de Copenhague,nos han de- mostrado que, nuestra tierra está en peligro, la hemos mal- tratado, la estamos destruyen- do, vivimos creyendo que ella dispone de recursos inagota- bles, nuestras prácticas cotidia- nas son destructivas, quema- mos bosques, destruimos áreas verdes a cambio de ce- mento, lanzamos sustancias químicas desde las minas a los ríos, es decir tiramos contami- nantes en cantidades imperdo- nables, su cielo azul la hemos enlutado, sus hermosas nieves corren peligro de desaparecer, tal vez de aquí a 20 años, nuestro Tucu, Jirishanka o Yerupajá, solo se verán en fotos de los abuelitos. Estamos haciendo todo para que nues- tros descendientes, tengan una tierra agresiva, inhóspita, es- cuálida, sin recursos para vi- vir. Los pronósticos del cambio climático son aterradores, si no modificamos nuestra manera de vivir de manera urgente. Esto tiene que ver con el se- gundo gran reto para enfrentar el próximo año, o los próximos años, se trata de la SOSTENIBI- LIDAD de la vida en la tierra. “nuestras prácticas cotidianas son destructivas, quemamos bosques, destruimos áreas verdes a cambio de cemento, lanzamos sustancias químicas desde las minas a los ríos, es decir tiramos contaminantes en cantidades imperdonables, su cielo azul la hemos enlutado” La brecha entre ricos y pobres muy cerca de Lima