Un paciente acude a la consulta por nauseas, dolor abdominal y sensación de necesidad de orinar con frecuencia. Presentó anteriormente ardor al orinar y malestar general, para lo cual se automedicó con ciprofloxacino en dosis baja e incorrecta sin mejoría de los síntomas. El médico decide hospitalizar al paciente e iniciar tratamiento con ceftriaxona intravenosa debido a la posible infección del tracto urinario y al historial de automedicación sin la indicación adecuada.