1. COMENTARIOS A PARTIR DEL VISIONADO DEL
FRAGMENTO DE LA PELÍCULA KAMCHATKA
Capacidad
de los padres para integrar a todos los hijos y de manera
diferente a unos y otros.
Los padres expresan cariño y afecto a través de gestos.
Se respira un ambiente, un clima alegre y de entusiasmo.
Es un momento de compartir toda la familia: aunque se inicia en la
pareja de forma espontánea, poco a poco, van incluyendo al resto.
Hay un sentimiento de complicidad entre todos y en la pareja.
Los hijos imitan a los padres y se contagian (efecto espejo).
Tanto el padre como la madre buscan un momento para cada hijo.
Cada uno de los progenitores expresa de manera diferente lo bien
que se encuentra.
2.
Importancia de la mirada y la sonrisa.
El niño pequeño tiene la necesidad de explorar el mundo y
aprovecha la situación para saltarse la norma.
Pasar ratos divertidos en familia afianza los vínculos
afectivos, da cohesión al grupo familiar (“nosotros”) y
favorece un buen clima que da seguridad.
Importancia para la comunicación con los hijos: adaptarnos
a lo que ellos viven y necesitan, situarnos a su altura física,
buscando su mirada, sonriendo juntos...
Se comenta que es una representación idílica y que es
difícil crear estos momentos.
3. REFLEXIÓN EN GRUPOS :
Los buenos ratos que pasamos con los hijos:
Cuando
le dejamos hacer las cosas.
Cuando
respondemos a sus preguntas.
Cuando
jugamos a perseguirnos, hacernos cosquillas, pillarnos por la
casa, jugar a robarnos besos…
Cuando
se duermen en brazos, o pegaditos a nosotros en la cama.
Momentos
de juego, el baño...
Cuando
jugamos en la cama juntos.
Cuando
le doy el pecho.
El
momento del cuento.
4. ¿QUÉ HACEMOS LOS PADRES PARA DAR
SEGURIDAD AFECTIVA A LOS HIJOS?
Cómo damos seguridad a nuestros hijos:
Expresándoles
sentimientos, besos, caricias; hablándoles, cantando,
poniéndonos a su altura…
Transmitiendo
seguridad y acompañándoles cuando sienten que algo les sale
mal o se frustran.
Inventando
situaciones especiales y divertidas en el día a día, haciéndoles
ver que estamos a gusto con ellos y saliendo de la rutina diaria.
Valorando
y aplaudiendo sus logros
Reconociendo,
aceptando y nombrando sus sentimientos. No debemos
negarlos nunca, especialmente si son negativos.
5. ORIENTACIONES PARA DAR SEGURIDAD AFECTIVA A LOS
HIJOS
Importancia
de afianzar nuestra propia seguridad; todos hacemos cosas muy
bien; y de los errores podemos aprender.
Desarrollar el hábito de “ante las dificultades mantener la calma y
analizar qué está pasando”. Esto facilita dar una respuesta más ajustada. Las
conductas de los niños que nos enervan o preocupan pueden ser indicadores de
alguna necesidad o problema que no saben expresar; si observamos, analizamos y,
en algunos temas constatamos con la escuela infantil, les comprenderemos y
encontraremos el modo de responder.
La necesidad psicológica más importante que tenemos todos los humanos, niños y
adultos, es sentirnos queridos (seguridad afectiva), sentir que somos importantes
para nuestros padres, pareja, amigos... Ser conscientes de cómo estamos, nos
permite buscar soluciones, sacar nuestros recursos y evitar que las posibles
carencias en un momento determinado, nos lleven a intentar cubrirlas sólo con el
afecto de los hijos.
6. El
vínculo afectivo que se va construyendo entre los padres y el niño será más
sólido en la medida que los padres sean sensibles a las necesidades de los niños y
las cubran. Desarrollar la capacidad de ponernos en su lugar ayuda a
entender sus reacciones, el llanto… y a dar una respuesta ajustada. La función
de los padres es:
a) Responder a sus necesidades de manera serena y segura. Como ejemplo,
vemos que determinados dichos populares no recogen la mejor respuesta ante el
llanto del bebé, al aconsejar que no se le coja en brazos. En muchos momentos
cogerle puede ser la mejor respuesta para calmarle o satisfacer la necesidad de
sentirse seguro; en otras ocasiones puede sustituirse por hablarle con suavidad y
calidez; o darle una propuesta de juego. No es una respuesta adecuada dejarle
llorar sin más.
b) Ir poniendo palabras a esas emociones, contenerles cuando ellos no pueden,
mostrar cariño y seguridad; evitando siempre el chantaje afectivo.
Además
de compartir con los hijos el juego, la risa, las expresiones de cariño... es
necesario decirles que les queremos, también cuando ha habido algún conflicto
y les regañamos por algo; algo parecido se da entre los adultos.
7.
Es importante tener espacios para pararnos, tomar contacto con
nosotros mismos, saber cómo estamos y qué necesitamos para estar
mejor. El modo de estar en la vida y nuestra actitud ante las
dificultades que nos surgen depende única y exclusivamente de
nosotros. Todos tenemos días y etapas malas en nuestra vida pero es
necesario conocernos a nosotros mismos y saber qué hacer para
sentirnos mejor.