Este documento presenta un resumen del libro "El origen del yo" escrito por Valentino Pellón. Describe cómo el autor desarrolló varios "mantras" o técnicas de contar para lidiar con un tinnitus crónico, incluyendo contar números de forma continua y visualizar una luna girando alrededor de su cabeza. A través de estas prácticas, cree haber alcanzado nuevos niveles de conciencia y perspectiva sobre el mundo.
4. Losprejuiciosy creenciasde todo tipo
contaminan lo que leemos; teagradezco no
mejuzguesantesdeleermehastaelfinal.
¿Ysinadaescomocreemos? ¿Porqué no?
Escribosobreloinescribible. Debesser
paciente.Podríasobtenerun gran poder.
5. Me encanta lo que he logrado escribir,luego
de decenasde borradores.Confío en que
también te guste.
ESTE LIBRO PUDO HABERSE
TITULADO
LIBRO
RARO
6. Lo digo para que no te extrañe
mientras lo lees. Es, por lo demás, el
primer libro que escribo. Aunque no
está editado está registrado.
Gracias por
leerme.
PREFACIO
Soy Alejandro Rubio Pellón y quien escribe este libro es mi
otro yo, Valentino, mi amigo imaginario, como el que muchos
tuvieron alguna vez. Nunca se fue. Se quedó ahí, escondido,
aprendiendo a hablar por sí mismo. Aquí está lo que trata de
decirme:
Me ha tomado 23 largos años abrirme paso en la conciencia de
Alejandro para escribir este libro. Esta singular reflexión tiene unas
45.000 horas (5 años durante 24 horas diarias continuas pensando el
7. mismo asunto). Si el pensamiento se mueve en el mar del lenguaje,
entonces he ido más allá de su horizonte.
Este es un libro INMENSAMENTE INTERESANTE, que trata de
lo más profundo que se haya escrito NUNCA JAMÁS. Luego de
haberlo escrito hace dos años, llevo dos años reescribiéndolo
(planchándolo) para hacerlo más entendible. Para algunos será fácil y
para otros será difícil, pero nadie comprenderá el mensaje
subliminal que subyace a este texto, a lo más intuirlo. Confío en
que a muchos les encantará. Puedes preguntarme a mi corro lo que
no entiendas.
En 1903 en EE.UU. los hermanos Wright dieron inicio a la
AVIACIÓN. No podían imaginarse que lo que comenzó como un juego
transformaría a la sociedad de un modo tan radical. No solo
vencieron la fuerza de gravedad sino que separaron al hombre del
suelo, DÁNDOLE UNA NUEVA PERSPECTIVA DEL MUNDO. Si ya
sabíamos caminar y navegar, ahora aprendimos a volar. Digamos que
el hombre se vio SEPARADO DEL MUNDO, sin dejar de pertenecer al
mundo.
Hace unos 25 años comencé a contar. Un tinnitus (zumbido
de oído), que me apareció de pronto me obligó a ello. Lo sentía tan
intenso que creí que me volvería loco; fue como tener el sonido de un
taladro metido en mi cabeza; pasé muchos días sin dormir. Que no
hubiera hecho por poder silenciarlo por un rato; llegué a pensar
pensé en el suicidio.
Solo podía dejar de oírlo (olvidarlo) si me desconcentraba de él,
lo cual me era extremadamente difícil, pus todas las
desconcentraciones eran pasajeras; me costaba mucho encontrar
algo que me distrajera en forma permanente durante largos ratos. Mi
vida mental era correr de un ‘escondite’ a otro. Escuchar música no
8. me ayudaba. El otorrino no encontró nada. Consumí kilos de
ansiolíticos y nada. Nada lograba ayudarme. Sin embargo un día
discurrí que contar me ayudaría; estar concentrado en algo me
ayudaba a olvidarme de él por un rato.
Comencé repitiendo 12345678910,987654321,2345678910,98..
(en círculos de 1 a 10, yendo y volviendo; en ciclos), sin dejar de
hacerlo por horas. El tinnitus ‘desaparecía’ en la medida en que me
concentraba en no perder la cuenta (recordar siempre el número que
venía). Del número que venía me olvidé y recomencé miles de
veces, hasta que cada vez me costaba menos mantener la cuenta.
Pasados unos años fui haciendo más y más cosas sin dejar de contar
de ese modo, hasta que logré leer el libro Corazón, de Edmundo de
Amicis, sin dejar con contar; es un libro de unas 250 páginas simple
de leer. Unos capítulos los leí en voz alta, contando con el
pensamiento; otros leyendo con el pensamiento y contando en voz
alta.
Contar así se me automatizó. Con el tiempo me fui dando
cuenta que contar así, aparte de ‘alejarme’ del tinnitus, me
funcionaba como un repelente mental muy efectivo. No solo me
servía para ‘alejar’ mi chicharreo auditivo, sino que también para
‘alejar’ mis emociones y pensamientos indeseados. A veces me
sucedía, tal como suele suceder a todos, que alguna emoción o
pensamiento se volvía dominante en mí, impidiéndome poner mi
atención en cuestiones más ‘productivas’ y menos dañina para mi
salud mental.
Emociones dominantes como la rabia, la frustración, los celos,
la ansiedad, entre tantas otras, solían hacer ‘presa’ de mí con
bastante facilidad, generando en mí una tormenta de pensamientos
dominantes que me costaba mucho acallar, que hacían que
perdiera un poco el control sobre mí mismo. Contar de ese modo
9. bajaba mi intensidad emocional, incluso hasta la hacía desaparecer.
Sin haberlo buscado, comenzaba a darme cuenta de algo muy
particular en la mente.
Contar de ese modo me funcionaba como un remedio, que no
debía tomar ni inyectarme; bastaba con pensarlo (contar-pensado).
Operaba en mi como un campo de fuerza que me ayudaba a repeler
emociones y pensamientos (ideas en realidad) indeseados. Se volvió
mi escudo contra las malas vibras. Definí a esta forma de contar
(de 1 al 10 y luego volver al 1, y así) como “MANTRA”. A este le
llamé ‘mantra infinito’.
Pasados unos años comencé a contar de continuo. Primero
conté hasta 10.000 y luego hasta 50.000. Luego decidí comenzar de
nuevo y contar hasta un millón. De 1 a 100.000 me tomó 30 días
justos, a razón de unas 5 horas diarias (unas 150 horas). A partir del
100.001 se hace mucho más difícil y largo, pues los próximos cien mil
números a contar deben comenzar por la unidad de cien mil (ciento
un mil uno, y así). Y después de estos los próximos cien mil deben
comenzar con la segunda unidad de cien mil (doscientos un mil uno).
Ahora voy en 370.500 (avanzo cada cierto tiempo).
No es imaginable la despertés que produce contar tanto. Es
comparable, sin embargo, con los músculos que gana en sus piernas
un maratonista. Podría creerse que la mente se agota de tanto
“movimiento”, pero solo al comienzo, como con cualquier deporte de
competencia. Contar de continuo (a diferencia del mantra infinito)
‘roba’ mi atención casi por entero mientras lo hago, pero solo casi (y
en esto descubrí algo nuevo). A este mantra le llamé ‘mantra
continuo’.
Parece de locos lo que digo, pero no lo es. Aunque contar es lo
más inmensamente aburrido que a alguien se le pudiera ocurrir hacer,
10. cuando el tinnitus dejó de incomodarme –sin desaparecer- (ya hace
años) continué contando como si fuera un juego. Se me había
hecho un hábito, un vicio. Si lo dejaba de hacer por mucho tiempo
mi mente se aletargaba; me sentía menos despierto, más cansado.
Era como que un corredor (ciclista, gimnasta, etc.) dejar de salir a
correr o dejara de hacer sus ejercicios para mantener un cierto
estado físico. Soy una especie de Forrest Gump del contar (raro y
muy corredor).
Con el paso del tiempo fui desarrollando nuevas rutinas
mentales (otro tipo de mantras), de pensamientos-no-hablados
tales como imaginar astros, manijas, manubrios y engranajes
moviéndose en mi cabeza. Mi segundo acto imaginativo fue
imaginarme una luna del tamaño de una pelota de ping-pong
haciendo una elipse en torno a mi cabeza. Por donde quiera que
fuera llevaba mi luna en torno a mi cabeza, aunque nadie la viera. Me
esforzaba en que no se me olvidara mientras hacía algunas cosas
simples. Al comienzo me fue difícil lograr una regularidad en su eje
de rotación (imaginado) por largos ratos. Digamos que “su eje se me
movía para todos lados”. No era capaz de tener el control de un
pensamiento no hablado. A este le puse por nombre ‘mantra del
lunático’
Me avergüenza un poco relatar mis rarezas mentales, pero son
necesarias para que se entienda mejor la singularidad a la que me
refiero en este libro. Sin haber sufrido el accidente mental del
tinnitus jamás habría comprendido al ‘mundo’ de la forma en que lo
comprendo hoy. Digo accidente mental por cuanto nunca lo he
sentido en algún oído. El otorrino me dijo que el tinnitus está en el
oído-medio de alguna de las orejas, pero la verdad es que lo siento
en mi mente (o medio a medio entre ambos oídos). Antes de salir de
su consulta su asistente, una mujer de edad, me dijo “Yo creo que es
11. el sonido (zumbido) del funcionar de su mente, que por un
accidente inexplicable a algunos les sucede”. Millones de personas
sufren de tinnitus en todo el mundo.- Pasado un largo tiempo recordé
que cuando niño oía ese zumbido cuando intentaba escuchar el
silencio en las noches, en el fondo de nuestro patio. Ahora, mientras
escribo, “está aquí” conmigo, sin generarme ni la menor molestia.
También cumple un poco la función de mantra, en el sentido de que
me concentro en él cuando no quiero pensar en nada. Si bien una vez
fue mi “enemigo”, hoy somos “amigos”. A veces son increíbles las
vueltas de la vida.
El contenido principal del presente libro no me ha venido de
otros libros ni de otros autores, sino que directamente de la
profundidad de mi mente (nodo-mental, en realidad), al que llamo
conciencia lúcida, diferente de la conciencia ordinaria. Me he dado
cuenta que la conciencia tiene GRADUACIÓN, que va desde la casi-
inconsciencia a la lucidez. Todos estamos conscientes, pero no
todos estamos lúcidos. Nosotros partimos del hecho (damos por
sentado) de que todos somos igualmente conscientes de nosotros
mismos, y no es así. Hay mentes más despiertas que otras, aunque
tengan menos estudios. La mayor despertés no se logra pensando.
Hay una despertés interior y una despertés exterior. Nadie puede
estar plenamente despierto por dentro y por fuera a la vez.
Normalmente el que es muy despierto por dentro no lo es tanto por
fuera, y viceversa. Otra forma de decirlo sería diciendo que hay una
conciencia sombreada y una conciencia soleada. Quien vuela al
estar por sobre las nueves tiene un día más soleado. Así como hoy
pasamos bajo techo mucho más tiempo que lo que lo hacíamos
hace 10 mil años, la consciencia moderna también construyó su
propio techo, pero sin darse cuenta.
12. No es que mi mente sea más profunda, sino que me he
sumergido más. No es que mi cielo sea más grande, es que el volado
más alto. Como sea que lo veamos, hay un “lejos de la costa” si
navego, y un “lejos de la tierra” si vuelo. De lejos no se ven los
detalles pero se ven las estructuras principales. De lejos se
comprende mejor el orden o el desorden. Ahora vivo (me intercalo) en
dos perspectivas, la “de cerca” y la “de lejos”. Me subo y me bajo
como de un avión. Ha hecho mi vida más interesante para mí mismo.
Dos formas de percibr-me en una misma forma de ser.
Luego me dio por contar cada vez más rápido. Me había dado
cuenta que la voz con la que pronunciaba los números se deformaba
en la medida en que la pronunciación era cada vez más veloz, al
punto que ya no era posible contar más rápido (ya no se entendía).
La velocidad de contar a voz-alzada-entendible tiene un límite, que lo
establecí en torno a 10 sílabas por segundo. Las cuerdas vocales y
la boca colapsan sobre ese límite. A quien cuenta sobre esa
velocidad ya no se le entiende ¿Qué tanto más rápido podría contar
haciéndolo pensado en vez de pronunciado? ¿Tiene un límite de
velocidad el pensamiento-hablado-consciente? Pensé ¿Y si tiene
alguna relación proporcional entre la velocidad que se alcanza entre
caminar y correr? ¿Podría contar pensado a una velocidad doble o
triple de la de hablado?
Cuando digo pensamiento-hablado-consciente me refiero a
las palabras que ocupan un tiempo en mi espacio mental ¿Cuánto es
lo mínimo que podría tomarme contar hasta 100, recitar el
abecedario o repetir una frase pensadamente? La unidad base
pronunciable de los números y de las palabras son las SÍLABAS.
Todo lo que hablamos (sea número o palabra) se compone de
sílabas. La desventaja de las palabras (pan, sa-po, to-ma-te, te-lé-fo-
no, por ejemplo), para efectos de medir la velocidad a las que es
13. posible pronunciarlas, es que se componen de distinta cantidad de
sílabas, al igual que los números (Dos, cua-tro, vein-ti-cin-co, cien-to
cua-ren-ta y seis, por ejemplo). Por tanto, la unidad básica más
pequeña que se puede medir en tiempo es la sílaba y una vocal. Las
consonantes por si solas (b, c, f, g, etc.) no son pronunciables ni
pensables como sonidos.
Una letra, que en muchas ocasiones también es una sílaba
(cuando es vocal), es el sonido o pensamiento más corto que
podemos emitir. Repetir en voz alta rápidamente las 5 vocales dos
veces seguidas (a e i o u a e i o u) toma algo más de un segundo,
debido al espacio vacío que queda entre letra y letra. Aunque no lo
notemos, los espacios vacíos entre letra y letra (como los que quedan
entre palabra y palabra) ocupan tiempo (espacio mental). Ahora
mismo, mientras tú lees este párrafo, ocupas tiempo (pierdes tiempo)
en los espacios vacíos que hay entre palabra y palabra, pero no lo
notas. Lo digo porque ya lo comprobé. Digamos que en la mente
consciente, al igual que en el espacio, existe el vacío, y en ambos
casos toma un tiempo recorrerlo.
Así como “es MATERIA todo aquello que ocupa un lugar en el
ESPACIO”, “es PENSAMIENTO todo aquello que ocupa un momento
en el TIEMPO”. ¿Cuál es el pensamiento consciente más corto que
podríamos emitir? ¿Cuál es la consciencia del tiempo más breve
que podríamos experimentar? ¿En qué momento entran las ideas en
el olvido? ¿Entran primero en el olvido los pensamientos más breves?
¿Cuál es el límite entre la consciencia y el subconsciente? ¿Hay un
límite objetivo entre ambos?
Busco medir el pensamiento-más-breve que puedo emitir, por
absurdo que aparentemente resulte. Mientras la física de partículas
busca medir lo más pequeño que pueda encontrar en el universo
FÍSICO, yo busco medir lo más breve que pueda encontrar en mi
14. universo PSÍQUICO. A la idea (concepto) más breve le llamo pulso,
como pueden ser una vocal o una sílaba. No he encontrado
pensamientos más cortos que estos. “Matemática” tiene 5 sílabas, es
decir 5 pulsos ¿Cuántas veces puedo repetir “matemática” en un
segundo? ¿Hasta cuantos pulsos-mentales puedo emitir en un
segundo?
“Afuera” de nuestra mente (en el mundo) están las cosas y
“adentro” de nuestra mente están los pensamientos. En nuestro
cuerpo, que es el espacio “intermedio” entre el mundo y nuestra
mente están las sensaciones. Cosas, pensamientos y sensaciones
suelen estar ligadas (vinculadas). Esto investigo, entre otras cosas.
Quien reza una oración ocupa un tiempo en pensarla (rezarla)
¿Qué tan veloz podría rezarla? No lo digo con ánimo de faltar el
respeto, sino porque sirve como buen ejemplo. Rezar una oración es
estar emitiendo un pensamiento en palabras, en pensamiento-
pensado. HABAMOS EN PALABRAS y PENSAMOS EN (con)
PALABRAS, pero generalmente no las oímos mientras hablamos o
pensamos. Estamos atentos al pensamiento pero no a la forma del
pensamiento.
Tener una idea y pensar NO SON LO MISMO, tal como no son
lo mismo las emociones y los sentimientos. Las ideas son como
pensamientos-no-hablados, que en cuanto ‘nos llegan’ a la conciencia
las “vestimos” con palabras para poder recordarlas. Una vez que las
hemos ‘vestido’ de palabras se convierten en pensamientos. Pasan
de ser ideas a ser pensamientos ¿A quién no se le ha ido una idea?
Esto se asemeja un poco a la actividad de la pesca. Cuando
un pez nada en el agua su imagen (su forma) no se ve con claridad
(suele ser borrosa). Solo si lo pescamos y lo sacamos fuera del agua
sabremos con seguridad que tipo de pez es, cuánto mide y cuánto
15. pesa (y su sabor). El pez se habrá convertido en pescado, tal como
las ideas se convierten en pensamientos luego de ‘pescadas’. Aclaro
esto por cuanto lo que busco medir es mi pensamiento-hablado-
consciente más breve, y no medir una idea. Las ideas, hasta donde
voy, no son medibles, pues están fuera del tiempo.
Otra diferencia entre idea y pensamiento es la siguiente, que
expongo con un ejemplo: sacamos muchas cosas de la naturaleza,
como por ejemplo frutas y metales. Las frutas regularmente vuelven
rápidamente a la naturaleza, a la tierra (las comemos y evacuamos),
mientras que los metales regularmente no, pues son convertidos en
productos (barcos, autos, etc.), de modo que no vuelven
rápidamente a la naturaleza, sino que se quedan en la cultura
(civilización) por algún tiempo. Con las ideas y pensamientos es
semejante en cierto sentido. Las frutas son como las ideas y los
metales como los pensamientos (para efectos de este ejemplo).
Me refiero a lo siguiente: si las ideas no las ‘atrapamos’ vuelven
rápidamente al subconsciente, de donde salieron; en cambio si
logramos atraparlas y convertirlas en pensamientos (palabrizarlas) se
quedan en la conciencia. Unos ejemplos un tanto metafóricos son los
siguientes: A Newton le llegó la “idea de la gravedad” cuando vio
caer una manzana; y a Arquímedes le llegó la “idea de volumen de
un cuerpo sumergido” cuando ingresaba en la bañera, idea que le
hizo expresar la famosa expresión “Eureka”.
Sus mentes en el subconsciente (dadas las investigaciones
que cada uno realizaba) relacionaron la información de que disponían
y a partir de una experiencia determinada (la manzana que cae y la
bañera que se rebalsa) emitieron una nueva información en forma de
una pequeña luz (se les ‘prendió la ampolleta’ por un pequeño
instante), un pulso, que de no haber estado ellos atentos no habrían
percibido (palabrizado). Sabido es que muchos investigadores
16. (inventores) tienen siempre a mano algo donde anotar las ideas que
se les vienen, pues muchas veces por no tener donde anotarlas se
les van ¿A quién no le ha pasado?
Las ideas tienen sus raíces en el subconsciente, mientras que
los pensamientos solo existen en la conciencia. La ‘idea’ es un
chispazo que por lo general se nos aparece ‘de la nada’ y puede
llegar a desplegarse como un volcán, que puede llegar a ponemos
“manos a la obra” rápidamente. La ‘idea toma cuerpo’ y se va
convirtiendo en un pensamiento, en un plan, por decir.
Nuestro consciente (zona ‘iluminada’ dentro de la mente, en que
habita el ‘yo’) es como el planeta Tierra, que es bombardeado por
miles de meteoritos cada año, pero en que solo percibimos unos
pocos, los más grandes. Se calcula que cada año unos 16.000
meteoritos de un peso mayor a 50 gramos impactan nuestra
superficie terrestre. A medida que la tecnología ‘avanza’ se van
detectando meteoritos de menor peso (y tamaño). En la conciencia
sucede algo semejante, en cuanto que hay ideas (chispazos) tan
breves (‘pequeñas’) que no las pesquisamos.
La importancia de los meteoritos (más allá del peligro que
pueden representar) es que pueden aportar información valiosa sobre
el origen y formación del universo, razón por la cual hay organismos
que se encargan de su rastreo y estudio. Aunque parezca tonto lo
que digo, con las ideas es igual. Así como hacemos ‘paleontología’
del espacio estudiando meteoritos, también es posible hacer
‘paleontología’ de la mente estudiando las ideas, que es lo que
hago. Estudio el surgimiento de la mente consciente (y por lo mismo
el de la sociedad), entre otros, observando las ideas.
¿Qué tiene que ver esto con contar o recitar cada vez más
rápido? Tiene que ver en cuanto que no puedo pesquisar una idea
17. que sea más pequeña que el más pequeño de mis pensamientos. Con
el tiempo he ido comprobando cómo cada vez accedo a ideas más
breves, que se vuelven luego (algunas) en grandes pensamientos. No
tiene nada de extraño si tenemos en cuenta que en el mundo físico
hemos ido viendo (observando) cada vez cosas más pequeñas en la
medida en que desarrollamos instrumentos más poderosos. Luis
Pasteur, químico, pionero de la microbiología, un poco antes del año
1990 desarrolló métodos e instrumentos que le permitieron
comprobar la existencia de los microorganismos, que para el
mundo de entonces simplemente no existían (por no verse). Incluso
llegó a intuir los virus (no descubrirlos), diciendo que estos debían
ser mucho más pequeños que las bacterias. Unos años más tarde se
le dio la razón al inventarse filtros (coladores) más eficaces (los virus
efectivamente eran (y son) mucho más pequeños que las bacterias).
En la mente es algo semejante, en que no puedo oír más
breve si no tengo un instrumento que me lo permita. Mientras en
el mundo se trata de VER en la mente se trata de OIR. No nos damos
cuenta pero pensamos hablado, y casi nunca oímos las palabras con
las cuales estamos pensando. De no ser así no podríamos reproducir
lo pensado.
¿Qué tan rápido podría pronunciar-pensado una sílaba?
Para pronunciar sílabas debo pronunciar palabras, porque las
palabras están hechas de sílabas. Las palabras y las sílabas, sin
embargo, son muy breves para poder medirlas. Solo quedaría medir
la temporalidad (duración) de una frase larga aprendida de memoria y
luego dividir el tiempo que toma pronunciarla por la cantidad de
sílabas, y así obtener el tiempo que demora pronunciar cada sílaba. .
Sin embargo está el inconveniente de que en la frase hay muchos
espacios entre palabras, que también ocupan tiempo, tal como a una
nave espacial también le toma tiempo recorrer el vacío. . Hago
18. presente que no se trata de la velocidad a la que puedo leer sino de
la velocidad a la que puedo pensar. Leer lo hago a razón de unas
700 palabras por minuto.
“Cuento corto”, inventé una palabra muy larga para evitar los
espacios entre palabra y palabra. Tomé al abecedario y le intercalé
letras, para convertirla en una sola palabra, muy larga, de 40 letras,
de 19 sílabas, que resultó ser la singular palabra:
abecedefegechijokalmenopequresetuvewexyz , que me tomó
bastantes días en aprender a recitar rápidamente. Pasado un tiempo
la aprendí al revés (zyxewevuteseru…), hasta que logré repetirla en
ambos sentidos como si fuera una sola palabra (intentando repetirla
como una sola palabra). Al quedar unidas por la letra “Z” se convirtió
en una palabra de 79 letras, con 38 sílabas (que tengo tatuada en mi
brazo izquierdo). Esta palabra, a la que llamo mantra eterno, que la
he estado repitiendo hasta por media hora en forma continua, la
pronuncio a razón de unas 18 a 20 sílabas por segundo (y
aumentando). Mientras más práctico, más sílabas voy ‘metiendo’ en
un segundo, lo que a su vez me hace más susceptible (capaz) a
captar ideas más breves.
Muchas ideas son extremadamente breves, imposibles de
captar, pues duran tanto como dura una reacción química, antecesor
de las ideas. Para lograr esa velocidad debo ‘tomar vuelo’,
repitiendo el mantra por lo menos durante unos dos minutos
previamente, totalmente concentrado. Es como un acelerador de
palabras, que funciona algo semejante a un acelerador de partículas.
¿Hasta cuándo podría aumentar la velocidad? ¿Encontraré un
límite? ¿Tiene límite la velocidad del pensamiento-consciente?
Esto para mí es muy importante pues la genialidad nos viene
desde adentro, de lo profundo de nosotr@s mism@s. A mi modo de
ver salí del reposo mental y entre en el movimiento. Esto es
19. importante si tenemos en cuenta que Einstein dijo “No observan lo
mismo un observador en reposo y un observador en movimiento ”
Continué diversificando mis ejercicios. Con el tiempo me dio por
repetir frases. Durante 30 días, cientos de veces al día, me repetí
“No estoy pensando, no estoy pensando, no estoy pensando etc.”, lo
que me llevó a preguntarme sobre la naturaleza del pensamiento
¿Estaba pensando cuando repetía “no estoy pensando”? ¿Qué es
pensar? A este le llamé mantra impensado .
Luego comencé a relacionar el sentimiento (y las emociones)
con el pensamiento. Fue así como durante 30 días, cientos de veces
al día me repetí “Soy un fracasado, soy un perdedor, soy un
fracasado soy un perdedor…”, comenzando a comprender la forma en
que se relaciona la mente con el ‘corazón’. Le llamé mantra del
fracasado.
Fue muy particular cuando por otros 30 días me repetí “Soy
perfecto maravilloso y mágico”. Aunque pensé que sería más fácil
que repetir la frase anterior (que no fue fácil) no lo fue tanto. Fue
como si mi subconsciente me hablara mientras la repetía. Me decía
“estás loco, no puedes ser perfecto, ni maravilloso ni mágico; nadie lo
es ni nadie puede serlo”. Mientras más repetía la frase, más fuerte el
subconsciente me decía “Basta, detente; estás loco. Para”.
Comencé a comprender la profundidad que tienen ciertas creencias y
lo difícil que es poder erradicarlas.
En mi ‘investigación me aprendí dicha frase al revés (en todo
sentido) “Okigam y osollivaram otkefrep yos” repitiéndola cientos
de veces al día, con el objeto de estudiar como reaccionaba mi mente
ante ello. Fue así como comencé a percibir que hay otro pensamiento
(vocecilla) que subyace al pensamiento ordinario.
20. A esa vocecilla también la llamo sub-pensamiento o micro-
pensamiento. Siguiendo a Freud podría decir que esa vocecilla es la
voz del “súper-yo”, pero también la del “ello”. Luego de largo tiempo
aprendí a distinguirles. La primera (del ‘súper yo’) se nos presenta
como un susurro y la segunda (del ‘ello’) como una especie de
emoticón.
Continuando con mis ejercicios, por 30 días seguidos me repetí
la frase, cientos (o miles) de veces al día, “Estoy loco estoy
fallado”, con la que logré eliminar esa molesta vocecilla tipo susurro
que me decía “estás loco” (no me decía “estoy loco” sino que estás
loco, como si fuera destina de yo (o de mí).
Importante es saber que esa vocecilla (susurro y emoticón)
tiene una duración (tiempo). Se asemeja al comportamiento de las
ideas, que son como chispazos que tienen una duración
relativamente corta, semejante a los rayos (de tormentas), cuya
duración promedio es de 0,2 segundos. A veces se nos prende la
ampolleta por un rato muy corto y otras por un rato muy largo. El rayo
de mayor duración ‘encontrado’ hasta hoy ha sido de 7,7 Seg.
Cuando digo que puedo pronunciar-pensado en torno a 20
sílabas por segundo, digo que puedo emitir 20 pulsos (o ciclos) por
segundo desde la mente consciente. Hablo de que emito un pulso (o
ciclo) a una velocidad de 0.05 por segundo. Alcanzo la velocidad de
una herramienta eléctrica no industrial, de 1.140 ppm (pulsos por
minuto), semejante a la velocidad de un pequeño taladro eléctrico
casero. Esto quiere decir que puedo percibir en mi conciencia
perturbaciones (impulsos, ideas) muy pequeñas, que la mayor parte
de las personas no perciben en la suya.
Es importante tener en cuenta que operan en nosotros dos
velocidades respecto de las experiencias que tenemos. Una
21. velocidad es lo que tarda en llegar al Sistema Límbico (cerebro
emocional) la información de nuestra experiencia; y otra velocidad es
lo que tarda esa información en llegar al Neo Córtex (cerebro
cognitivo). La información llega siempre primero al cerebro
emocional, especialmente si conlleva un peligro. Quien caminando
por la calle se encuentra con un león sale corriendo antes de pensar
en nada (salvo que se quede paralizado de miedo). Se calcula que la
información llega al Sistema límbico (amígdala) un tercio de
segundo antes que al Neo Córtex. Esto quiere decir que en nuestras
reacciones prima lo emocional más que lo racional. Mientras más
desarrollo la velocidad en la conciencia más la acorto respecto de la
del subconsciente. También es importante saber que el origen del
tiempo (nuestra percepción del tiempo) podría estar justamente en
esta doble percepción temporal que hay en nosotros, solo en
nosotros.
Pasados varios años, y luego de haber leído al destacado
lingüista Noam Chomsky, comencé a repetir frases y oraciones en
sentido inverso (pero sin invertir las palabras), tomadas (por su
potencia para mi) del libro El vendedor más grande del mundo, de
Og Mandino. Según Chomsky (luego de haber estudiado una gran
cantidad de lenguas de todo el mundo y tiempos -lenguas vivas y
muertas-, las reglas del lenguaje son comunes a todos los
pueblos, a todas las mentes, de modo que el lenguaje tiene un
origen y un orden natural, no inventado por nosotros. Algo así
como que el lenguaje no es un invento nuestro, sino que solo lo
vamos dejando salir (como si siempre hubiera estado ahí). Algo así
como que las leyes del lenguaje, que son muy complejas, ya estaban
en nosotros antes de aprender a hablar. Entonces pensé ¿Y si repito
las frases al revés, contraviniendo las reglas del lenguaje? Pensé
¿Tiene dirección el tiempo mental? ¿Es reversible el tiempo mental
tal como es reversible el tiempo clásico (no el cuántico)?
22. Comencé pronunciando en sentido inverso la frase del día
primero del libro de Og Mandino. En vez de repetir “saludaré este día
con amor en mi corazón” repetí “corazón mí en amor con día este
saludaré”, pudiendo comprobar lo muy difícil que resulta pronunciarla
invertida sin estarla leyendo; cae muy rápidamente en el olvido. La
frase se resiste a ser pronunciada de ese modo ¿Son sus leyes
intrínsecas las que se resisten a su reversibilidad?
Y no solo eso, sino que pude darme cuenta con mayor claridad
de esa vocecilla que subyace al pensamiento hablado. Repetir las
frases en sentido contrario (una vez sabidas de memoria) hace
escapar del subconsciente vocecillas nuevas (susurros y
emoticones), que en un comienzo me resultaron muy difíciles de
“traducir”.
Repetir ATURDE AL PENSAMIENTO; lo manea. Cuando obligo
a mí pensar (a mí ‘máquina’ de pensar) a repetir una frase, de modo
que de tanto repetirla se automatiza, la frase comienza a perder
sentido y poco a poco la ATENCIÓN comienza a buscar otros focos
de atención. La ‘atención’ siempre busca escapar de la rutina, y solo
tiene dos “lugares” a donde ir dentro de mi: a una sensación o a un
pensamiento más profundo. Cuando se enfoca (engancha) en un
pensamiento más profundo comienza a adentrarse en el
SUBCONSCIENTE. (En el estudio de la ‘atención’ me sirvió mucho
conocer la psicología de la GESTALT).
De tanto practicar puedo contar y recitar el abecedario a la
vez. Cuento en español y en inglés al mismo tiempo. Parece algo
imposible pero no lo es. El “truco” está en hacer que primero el
contar (los números) o el recitar (las letras) se haga mecánico (se
automatice). Cuando digo “mecánico” me refiero a que llega un
momento en que se hace casi sin esfuerzo (casi sin concentración;
casi automáticamente), como cuando conducimos un auto. Sin
23. embargo quien recién aprende a conducir no puede conducir y
conversar por teléfono a la vez. Necesita de un entrenamiento para
lograr hacer ambas cosas juntas. Luego de un tiempo se pueden
hacer ambas cosas fácilmente (aunque no sin riesgo de un
accidente). Al comienzo, sin embargo, es muy difícil; como todo lo
complejo.
Esto que puede parecer tan raro y difícil no lo es tanto. Intenta
tu (ahora, si gustas) contar hasta cien en voz alta mientras escribes
tu nombre completo sobre un papel, sin dejar de contar. Luego
intenta contar hasta 100 y escribir el abecedario sobre una hoja. Eso
hago yo, en el fondo. Si ahora no has logrado hacerlo no importa; con
entrenamiento lo lograrás (si es que te interesa) fácilmente.
Simplemente nunca nadie nos dijo que eso se podía hacer.
Tú dirás que lo que te propongo no es lo mismo por cuanto yo lo
hago todo pensado. Tú también piensas en dos cosas a la vez pero
no te das cuenta. Un ejemplo de ello es cuando estás leyendo un
libro y pensando en otra cosa a la vez, de modo que cuando te das
cuenta vuelves a releer el párrafo que no quedó en tu memoria (y te
olvidas de lo que estabas pensando). Mientras una parte de tu
pensamiento leía mecánicamente, tu atención estaba en un
pensamiento distinto de lo que leías. Tu mente hacía dos cosas a la
vez y no te dabas cuenta. Yo simplemente discurrí como hacer
conscientemente algo que solemos hacer inconscientemente. No
es tan raro si pensamos que los científicos logran reproducir en
laboratorios fenómenos que se dan solo en la naturaleza. Un claro
ejemplo de ello son los aceleradores de partículas, que tiene por
objeto reproducir fenómenos naturales que se dieron al inicio del
tiempo, o que se dan en lugares lejanos del cosmos.
Lo que hago es bastante simple: aprendí a susurrar con el
pensamiento subconsciente. Aprendí a usar una pequeña parte del
24. subconsciente. Puedes intentarlo ahora mismo, si gustas. Cuenta en
voz alta hasta cien y sin dejar de hacerlo piensa en tu nombre
completo (sin parar de contar). Con tu voz cuenta hasta cien y con tu
pensamiento repite tu nombre completo. Si no puedes hacerlo es solo
por falta de práctica. A mis cuatro hijos les tomó solo una semana ;
todos aprendieron a contar en español y en inglés a la vez.
Pensar en dos cosas a la vez es bastante normal, aunque no de
modo consciente ¿Cuántos no se ha dado cuenta de que están
pensando en algo mientras su boca dice otra cosa? ¿Quién no ha
acallado un pensamiento con otro pensamiento mientras lo piensa?
Nuestra mente (nuestro procesador) tiene una capacidad
impresionante y la ocupamos muy poco (aunque seamos
profesionales). No hablo de la capacidad de resolver complejos
ejercicios matemáticos (que también lo hago), sino de la habilidad de
la mente de hacerse más plástica, más maleable, más flexible. Las
mentes más flexibles aprenden más y más rápido.
La plasticidad mental pasa por crear nuevas conexiones
neuronales, lo que incluso le da más plasticidad a la personalidad
(que incluye muchos aspectos). La plasticidad mental es un elemento
central de la inteligencia emocional. Un muy buen ejercicio para
crear nuevas conexiones neuronales es aprender el abecedario al
revés, al que llamo zetabecedario. Quien no puede aprenderlo no
tiene una mente dúctil, sino que muy rígida, por más información que
posea. A mí me tomó 18 días pronunciarlo con la rapidez con que
repito el abecedario. Inténtalo, para que te hagas una idea de lo que
estoy hablando.
***
25. Estuve varios años haciendo borradores de este libro; luego de
un tiempo no podía entenderlos ni yo. Entonces comencé a estudiar
para ver si podía escribirlos mejor. Estudié una colección de 50 libros
de filosofía (unas 7.000 páginas), que expone el pensamiento de los
principales pensadores de la historia de Occidente; casi todos los leí
dos veces. Hoy comprendo cual ha sido el devenir de la reflexión
filosófica a lo largo de la historia. Se, más menos, todo lo que ha sido
reflexionado.
Haber estudiado electrónica en mi enseñanza media me ha
ayudado a comprender mejor los libros de ciencia que he leído. La
ciencia es vital en mi reflexión. Vivimos en un mundo cuantificable,
medible, pesable. Grandes pensadores, como Demócrito,
Aristóteles, Hobbes, Bacon, Locke, Hume, Marx, ente otros, y la
mayor parte de los grande científicos, como Stephen Hawking, creen
que la materia es anterior a la mente, desde la cual habría surgido.
Es por esto que he estudiado (a nivel autodidacta), es su aspecto
formal, la mecánica cuántica, el modelo cosmológico del Big Bang
y la Teoría M, -de cuerdas).
La historia también es vital en esta reflexión, por lo cual volví
a leer la historia universal. “Sin historia no hay historia”. Pude
darme cuenta que las grandes historias están ligadas a grandes
personajes. No encontré grandes momentos de la historia sin un
espíritu que la animara. El espíritu y la historia están entrelazados.
Por lo mismo he estudiado algo de religiones.
También he leído bastante de psicología (en sus diversas
ramas), la disciplina que junto a la neurociencia más estudian la
mente. Mi vocación me decía que estudiara psicología o filosofía,
pero mi personal sentido de la realidad me llevó a estudiar derecho.
También me he preocupado de obtener algunos conocimientos de
26. química y de biología. Todo lo que he estudiado ha sido SOLO PARA
ESCRIBIR ESTE LIBRO.
Planteo una reflexión sobre la ESTRUCTURA DEL
PENSAMIENTO partiendo DESDE EL CERO ABSOLUTO, de manera
que no es posible ir más atrás sino solo a modo de conjeturas. La
mente-consciente, al igual que el universo-conocido tuvo un
comienzo, su propio Big Bang, más no fuera un comienzo solo para
nosotros.- Aunque mi enfoque es evolucionista, no descarto otras
perspectivas, como la de la intervención y la de la destinación-no-
religiosa.
Así como los hermanos Wright desarrollaron un método (la
aviación) para levantar (separar) el cuerpo humano, separándolo del
suelo, yo he desarrollado un método (la autociencia) que permite
levantar (separar) el cuerpo mental (el “yo”), separándolo del
pensamiento. Mientras en el MUNDO todo surge del suelo, en la
MENTE todo surge del pensamiento. Así como y mi cuerpo y el
mundo no son uno, tampoco lo son mi mente y yo. Tal como los
hermanos Wright nos dieron una NUEVA PERSPECTIVA DEL
MUNDO, pretendo dar una NUEVA PERSPECTIVA DE LA MENTE,
humildemente hablando.
La AUTOCIENCIA es un método que estudia la actividad mental
consciente a través del LENGUAJE, como si este tuviera
corporalidad. No analizo al lenguaje examinándolo en el sofá de un
psicoanalista sino que lo examino en la camilla de un forense. El
lenguaje tiene cuerpo, es una cosa MENTO-MATERIAL. El lenguaje,
nuestra MAYOR HERRAMIENTA, no es solo mental, sino que también
material. En todo caso, no somos el lenguaje, sino que el lenguaje
nos permite vernos en él, como si fuera nuestro ESPEJO
INTERIOR.
27. ***
Ahora viene la parte ingrata, que me gustaría omitir, pero que
debo contar: CONSUMO MARIHUANA. En la auto-comprensión que
tengo de la mente su uso me ha sido ESENCIAL. Solo desde un
estado alterado de conciencia se puede hacer el presente relato.
Desde la conciencia ordinaria no se puede acceder a una profunda
comprensión de la mente. La conciencia es muy pequeña como
para dar cuenta de la bastedad de la mente.
La MENTE se asemeja bastante al UNIVERSO. Si para los
cosmólogos el UNIVERSO CONOCIDO representa solo un 4% del
UNIVERSO TOTAL (el resto son la materia oscura y la energía
oscura), la MENTE CONOCIDA (la conciencia) representa solo una
pequeña fracción de la MENTE TOTAL (el resto son el
subconsciente y el inconsciente). Mientras la ciencia utiliza
instrumentos, tales como microscopios y telescopios (entre otros
muchos) para aumentar su sensibilidad frente al Cosmos, yo hago lo
mismo con la marihuana. A este “aumento de la percepción” se refirió
el escritor y filósofo inglés Aldous Huxley en su ensayo “Las
puertas de la percepción”, publicado en 1954, luego de consumir
(en un experimento controlado) mezcalina, un alcaloide alucinógeno
obtenido del peyote.
Es bien sabida la adicción de Sigmund Freud a la COCAINA,
sin la cual no habría alcanzado a tener la gran comprensión de la
mente que nos legó. Aprovecho de hacer presente que en este
trabajo utilizo el MODELO MENTAL desarrollado por Freud, que
divide la mente en tres áreas.
28. 1°.- Hay en nosotros un “sujeto” que es puro impulso
(pulsiones, deseos), que siempre quiere hacer su voluntad, al que no
le gusta esperar ni acepta explicaciones, tal cual un bebé llorando
por su mamadera. Este “sujeto” (el ser infantil y primitivo que habita
en todos nosotros) se guía por el PRINCIPIO DE PLACER, porque
solo busca el goce, en sus diferentes modos. A este “sujeto” Freud
le llamó ‘ELLO’. Todos tenemos un ‘Ello’. Podríamos decir que el
‘Ello’ representa lo más animal que hay en nosotros.
2°.- Hay en nosotros otro “sujeto”, que es pura rectitud (por
decir), que siempre quiere que hagamos su voluntad (nos pone
límites), al que no le gusta lo ‘incorrecto, como un juez que siempre
está dictando sentencias. Este “sujeto” se guía por el PRINCIPIO DE
DEBER, porque siempre vigila y exige hacer lo ‘correcto’. A este
“sujeto” Freud le llamó ‘SÚPER YO. Todos tenemos un ‘Súper yo’.
Podríamos decir que el ‘Súper yo’ representa lo más “civilizado”
que hay en nosotros. No se trata de que sea necesariamente justo,
sino que hay en él una tendencia a hacer cumplir la normativa que le
fue enseñado a lo largo de su vida, que puede que a la luz de otras
culturas no necesariamente sea bueno en sí mismo. El ‘ ello’ y el
‘súper yo’, según Freud, operan como dos fuerzas vitales que
luchan por hacer su voluntad.
3°.- Hay en nosotros un sujeto que somos nosotros mismos,
que HACE LO QUE PUEDE, intentando conciliar los impulsos del
ELLO con las exigencias del SÚPER YO. Se le puede representar
(metafóricamente) como una persona que tiene dos pequeños sujetos
sobre sus hombros. Sobre uno de sus hombros hay un pequeño
diablo (el ‘Ello’) y sobre el otro un pequeño ángel (el ‘Súper yo’),
cada uno apegado a un oído dando consejos y haciendo exigencias.
Este “sujeto” se guía por el PRINCIPIO DE REALIDAD, porque
viviendo en el mundo (no solo en la mente, como los otros dos)
29. tiene NECESIDADES REALES. Es en el acto de cubrir esas
necesidades que muchas veces el ‘Ello’ y el ‘Súper yo’ entran en
conflicto. A este “sujeto” Freud le llamó ‘YO’. Todos tenemos un ‘yo’
(somos el ‘yo’, digamos.
En el psicoanálisis (creado por Freud), en todo caso, no hay
esos “sujetos” a los que me refiero, ni tampoco hay diablitos ni
angelitos. Se trata simplemente, según Freud, de impulsos
(pulsiones), energías psíquicas profundas que orientan el
comportamiento hacia un fin, que en la medida en que alcanzan dicho
fin se descargan, logrando un equilibrio (que podemos sentir como
paz o tranquilidad). No es tan diferente del rayo que nace de una
tormenta eléctrica, que por la necesidad de descargar su energía se
dirige hacia la tierra (o el mar).
Para Freud, en todo caso, no somos tres sujetos (personas)
dentro de una, sino que cada uno de nosotros somos individuos
expuestos ante una realidad (de necesidades) a la que nos
acomodamos en función de nuestros impulsos (que nos aceleran -el
‘Ello’- y nos frenan -el ‘Súper yo’-), donde el ‘Yo’ es solo el
conductor que mueve el manubrio.- Según esta visión solo somos
seres electroquímicos. Freud a pesar de haber sido judío fue ateo.
Gran parte de su obra la escribió pensando que la mente es
producto de la materia.
Le expulsión del paraíso relatada en el Libro del Génesis
puede resultar un buen ejemplo. Mientras Adán represente al ‘YO’,
Eva representa al ‘ELLO’ y Dios representa al ‘SÚPER YO’. El ‘ELLO’
(Eva) le presenta a ‘YO’ (Adán) una manzana (emoticón) y le dice:
“come de ella, porque vivirás para siempre”. Entonces el ‘YO’
escucha como el ‘SÚPER YO’ le dice (susurra): “del árbol de la
ciencia del bien y del mal no comerás”. El ‘YO’, en este caso, cede
ante el ‘ELLO’ y come la manzana, desoyendo al ‘SUPER YO’.
30. Podemos decir que la manzana fue el ‘emoticón’ (como los de
WhatsApp) que representó el objeto del deseo.
Volviendo a mi consumo de marihuana (cannabis) pido, como se
dice, amplitud de mente. Soy abogado (en ejercicio) y este libro no
tiene por propósito hacer una apología de su consumo. En todo caso
soy partidario de su legalización en determinadas condiciones.
Mucha gente consume drogas por una razón muy simple: le dan
‘novedad’, ‘brillo’ a su vida, aunque a la larga en muchos casos sea
perjudicial para la salud. Es que el exceso de materialismos e
idealismos contaminaron la conciencia ordinaria. Ya casi nadie se
pregunta por el significado profundo de la vida, ni experimenta el
misterio de la existencia. Las religiones parecen no ser suficientes
para llenar el vacío existencial del que muchos sufren. Vivimos
desesperados por no aburrirnos, como ya dijo Schopenhauer. La
vida citadina que llevamos cada vez tiene “menos sentido”.
A propósito de drogas, Ken Wilber, destacado psicólogo
budista, autoridad en el ‘tema’ de la consciencia profunda en
EE.UU, escribió una vez algo así: Por medio de las drogas se puede
acceder a estados de conciencia profundos, pero ES IMPOSIBLE
recordarlos una vez de ‘regreso’; la conciencia no puede ordenar lo
que se experimenta en el subconsciente.
Wilber nunca se imaginó a un marihuanero con una manía tan
rara como la mía. Contar y recitar bajo el efecto de la marihuana me
permite entrar y salir de mi subconsciente como si fuera el sótano de
mi casa. En este libro, más allá de que sea una hipótesis, no digo lo
que CREO, digo lo que ES, con todo respeto. Parto de la creencia
de que la estructuras básicas de todas las mentes son las mismas.
Entonces si conozco las mías conozco las demás. En consecuencia
en este libro solo escribo de TI.
31. ***
Para terminar (y solo con el fin de aquilatar mejor este trabajo),
ya mucho antes del tinnitus me fascinaba la mente; siempre me
atrajo. Un día le perdí el miedo y me lancé en su abismo sin fin.
Tengo dos maestros iniciadores (los siento así), que fueron los
primeros en seducirme; uno de Occidente y otro de Oriente. El
primero es el Dr. Wayne Dyer (1940-2015), estadounidense, autor del
libro ‘Tus Zonas Erróneas’; el segundo es el místico hindú Jiddu
Krishnamurti (1895-1986) autor del libro “La libertad Primera y
Última”. Sembraron su impronta en mí.
***
La reflexión que planteo en este libro concierne al sujeto
íntimo, no al sujeto social. Escribo sobre lo que es anterior a los
valores. La moral y la ética surgen con la sociedad. Hago un
esfuerzo por no emitir juicios, aunque a veces los hago sobre
cuestiones muy generales, como puede ser sobre una determinada
cultura, pero siempre desde mi experiencia mental personal.
***
Escribo utilizando bastantes MAYÚSCULAS, subrayado y
negrillas (como has podido ver) porque creo que le dan más
dinamismo al texto, facilitando su comprensión, lo que me permite,
además, poner el acento en lo que me parece más importante.
También utilizo bastante los (paréntesis). Espero que esto no dificulte
tu lectura. Por otra parte, soy respetuoso de las diferentes creencias
y no pretendo ofender a nadie, ni menos a ti. Soy solo un humilde
pensador.
32. Aprovecho de hacer presente que en lo espiritual no soy
creyente ni soy ateo, si siquiera agnóstico. O, mejor dicho, soy un
agnóstico maravillado del misterio de la existencia, que no puedo
dejar de escudriñar en los confines de la mente con novedosas
técnicas, como expondré en el capítulo dedicado a la AUTOCIENCIA.
A veces podré parecer disperso, pero siempre vuelvo al punto.
Es producto de mí enfoque bifocal.
Te agradezco me otorgues el beneficio de la duda. A lo
menos planteo una reflexión muy diferente de la habitual. Creo que
no perderás tu tiempo. JUZGAME AL FINAL. Gracias por leerme.